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Definición de Fobia

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Definición de Fobia 
Popularmente se utiliza el concepto de fobia para significar una amplia variedad de 
experiencias que van desde el simple rechazo, la aversión y el disgusto hasta el terror 
frente a estímulos o situaciones determinadas. Desde la Psicopatología Clínica, se la 
entiende como una respuesta de miedo desproporcionado frente a objetos, animales 
o eventos relativamente específicos. El Manual Diagnóstico y Estadístico (DSM), 
elaborado por la Asociación de Psiquiatría Americana (APA), ubica a la fobia como 
un trastorno dentro del grupo más amplio de los Trastornos de Ansiedad. 
¿Cuándo el miedo se convierte en Fobia? Distinción 
entre el miedo y la ansiedad 
El miedo es una emoción básica que se da en un período relativamente corto de 
tiempo, de manera aguda, automática y rápida frente a determinados estímulos – 
próximos o inminentes – que resultan amenazantes para un individuo. La 
respuesta/reacción de miedo involucra estructuras cerebrales primitivas como la 
amígdala y se cree que tiene un origen biológico, ya que su función principal es 
adaptativa, es decir, asegurar la supervivencia a partir de la puesta en marcha de 
variados mecanismos psicofisiológicos y la activación comportamental de la 
respuesta defensiva de lucha o huida. Podemos pensar en la reacción que 
tendríamos si nos encontramos con un animal que nos quiere atacar: seguramente 
nos defenderíamos o procuraríamos escondernos. Esta respuesta es una respuesta 
de miedo instintiva que intenta ponernos a salvo de la situación peligrosa. 
Por otro lado, Aarón Beck, referente de la psicoterapia cognitiva, sostiene que la 
ansiedad, en relación con la fobia, es una emoción más duradera que el miedo, 
sostenida en el tiempo, que implica una evaluación y reevaluación constante por 
parte del individuo del estímulo o situación amenazante y de sus consecuencias. Si 
bien el autor sostiene que el miedo es el núcleo de la ansiedad, esta última es una 
emoción compleja que se asienta sobre el primero y lo complejiza. La ansiedad es 
una respuesta anticipatoria frente a un peligro futuro que se evalúa y reevalúa como 
amenazante, lo cual produce en el individuo un estado de activación general, sin 
una respuesta comportamental específica. Tal anticipación hace que el individuo se 
encuentre, por ejemplo, en un permanente estado de preocupación, alerta o de 
hipervigilancia. 
Si bien niveles óptimos de ansiedad son necesarios para ayudarnos a conseguir 
nuestros objetivos a partir de la puesta en marcha de diversos recursos 
neurobiológicos, cognitivos, emocionales y conductuales – por ejemplo, para 
estudiar si tenemos que rendir un examen – la desregulación de este mecanismo 
emocional y cognitivo puede producir síntomas que conlleven malestar y 
padecimiento. 
Desde la psicopatología clínica se entiende que la respuesta de ansiedad implica un 
trastorno, una respuesta disfuncional o desadaptativa cuando se presenta de forma 
excesiva y no se ajusta al contexto en el cual aparece, cuando dificulta la realización 
de las actividades de la vida cotidiana y afecta la calidad de vida del individuo. 
En la Fobia, trastorno que se encuentra ubicado dentro de los Trastornos de 
Ansiedad, se conjugan las respuestas de miedo y de ansiedad. Frente al estímulo o 
situación amenazante se gatilla una reacción automática e inmediata de miedo que 
la propia persona, cuando no se encuentra en dicha situación, puede juzgar como 
desmedida ya sea por su intensidad o porque “la amenaza” no reviste un peligro tal 
que ponga en juego su integridad. La primaria respuesta de miedo, se transforma en 
ansiedad a partir de las reevaluaciones constantes realizadas por el individuo acerca 
de las consecuencias que puede tener su encuentro con el objeto o situación fóbica y 
por los mecanismos de evitación que emplea para afrontar la situación. De hecho, la 
respuesta de ansiedad puede activarse en el individuo con fobia con el solo hecho 
de pensar o imaginar el objeto o situación fóbica, es decir, sin exponerse 
directamente frente a la misma. Esto complejiza la situación influyendo 
directamente en la calidad de vida de quien la padece, ya que hace que la persona 
se encuentre permanentemente coordinando su vida en función de su fobia, 
desplegando una multitud de recursos para no encontrase en su vida cotidiana con 
el objeto temido. 
 
Mecanismo de la Fobia Específica 
Primero la presencia del estímulo considerado como una amenaza activa la 
respuesta emocional instintiva y automática de miedo, la cual involucra una serie de 
cambios corporales tales como el aumento del ritmo cardíaco, la dilatación de las 
pupilas y la sudoración, entre otros. Además, simultáneamente a la reacción de 
miedo se produce una serie de pensamientos catastróficos como, por ejemplo, “va a 
salir todo mal” o “voy a perder el control”. Luego, el individuo emplea la estrategia 
conductual de huida, mencionada previamente, frente al estímulo. Esta experiencia 
displacentera, sitúa las coordenadas para que se desarrolle una respuesta de 
ansiedad en la que la persona, al estar constantemente preocupada por la mera 
posibilidad de encontrarse nuevamente con el estímulo, genere un estado de alerta 
e hipervigilancia y despliegue una serie de estrategias disfuncionales de evitación 
para disminuir las probabilidades de encontrarse en el futuro con el estímulo.

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