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Vol89-S1-2021-15

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REV MÉD HONDUR 2021;89 (Supl. No. 1):S1-68 53
HISTORIA DE LA MEDICINA
Historia de la Medicina: Sir William Osler
History of Medicine: Sir William Osler 
José Edmundo Lizardo Wildt,1 Mariani Espinal Suarez.2
1Estudiante Octavo Año, Carrera de Medicina, Universidad Católica Nuestra Señora Reyna de la Paz; 
2Médica General; Residente Primer Año, Postgrado de Pediatría, Universidad Autónoma de Honduras (UNAH); Tegucigalpa.
Rev Méd Hondur, Vol. 89, Supl No.1 2021 pp. S1-68
INTRODUCCIÓN
Sir William Osler es uno de los médicos de más influencia 
e importancia en la historia de la medicina. Hoy a los 102 años 
de su muerte queremos reconocer su legado como padre de la 
medicina moderna que revolucionó la enseñanza en la medici-
na, creador del primer hospital universitario y de los postgrados 
en el área de la salud en Estados Unidos.
ANTECEDENTES
William Osler nació en Canadá en el pequeño pueblo de 
Bond Head Ontario el 12 de julio 1849. Era el octavo hijo de 
una familia compuesta por Featherstone Lake Osler y Ellen 
Pickton Osler ambos galeses que viajaron desde Gran Bretaña 
a Canadá como misioneros anglicanos.1-3 En 1857 la familia se 
trasladó a Dundas, una población un poco más grande, donde 
el joven William inició su formación caracterizándose por ser 
un estudiante discreto. Su verdadero interés por el estudio 
empezó cuando fue enviado a la escuela episcopal de Weston 
debido a la influencia que recibió de sus dos primeros mentores; 
el reverendo William Johnson director de la escuela, ministro 
anglicano, naturista exquisito, conocedor de la literatura clásica 
quien le regaló el libro Religio Medici de sir Thomas Brown, 
marcando sobre el joven Willie el interés en las ciencias 
biológicas.1,3,4 Su segundo mentor fue el Dr. James Bovell, 
médico de la escuela de Weston, quien se educó en el Guy´s 
Hospital en Londres bajo la influencia de los grandes médicos 
británicos como Bright, Hodgkin y Addison. Bovell tenía un 
microscopio y una biblioteca excelente, de tal manera que esta 
doble influencia hizo cambiar de opinión al joven Willie quien 
quería ser ministro anglicano como su padre.1-3 
La ciudad de Montreal en la que Osler inició sus estudios 
tenía una población de 150,000 habitantes y la universidad de 
McGill era la mejor de Canadá con una biblioteca de 4000 volú-
Recibido: 25-05-2020 Aceptado para publicación 30-04-2021
Dirección para correspondencia: Dr. José E. Lizardo W.
Correo electrónico: joseedmundo21@gmail.com
Declaración de relaciones y actividades financieras y no financieras y conflictos de 
interés: ninguno.
menes. Además contaba con un museo tanto de anatomía como 
de patología con énfasis en la disección y la práctica hospitala-
ria se realizaba en el Montreal General Hospital, de tal manera 
que McGill en América era superada únicamente por Harvard 
en Boston y Universidad de Pennsylvania.1,5 En realidad, pocas 
instituciones de Norte América ofrecían mejores instalaciones 
y acceso a hospitales de niveles más altos. Los requisitos de 
entrada eran más elevados que de todas las universidades de 
Norte América. La facultad tenía periodos lectivos más largos 
y exigía que los estudiantes siguieran cursos en sucesión y no 
desordenadamente. También exigía 4 años de formación en lu-
gar de los dos o tres años habituales. En los dos últimos años, 
un estudiante de medicina dedicaba al menos doce meses a 
trabajar en casos médicos y quirúrgicos en el Hospital General 
de Montreal y casos obstétricos en Lying-In Hospital, de tal ma-
nera que McGill era una de las dos universidades canadienses 
reconocidas por el colegio real de médicos británicos.1,4,5 
El joven Willie ingresó a la Escuela de Medicina McGill don-
de encontró su tercer mentor, el maestro Palmer Howard, quien 
había realizado estudios de postgrado en Europa. Howard fue 
el más erudito y científico de sus profesores con quien com-
partían el interés por las necropsias y a cuya consulta externa 
asistía diariamente. El entusiasmo de Howard era contagioso y 
estimulante; tan así que estudiaban todas las noches estable-
ciendo una relación filial y de admiración mutua.1,5 La medici-
na de Montreal había adoptado la costumbre británica que los 
alumnos internos reseñaran los casos interesantes del hospital 
y los publicasen en una revista local por lo cual Osler hizo sus 
primeras publicaciones en Canadá Medical Journal en 1871 
sobre la exeresis de un tumor de mama, una fisura anal, una 
angina de Ludwig, una nefritis supurativa y una muerte por pleu-
roneumonía. En 1872 Osler presentó su tesis de graduación 
“investigación de las causas de muerte de 20 necropsias”; su 
exposición en el anfiteatro fue juzgada como distinguida por su 
originalidad e investigación y le concedieron un premio especial 
en libros.1,5 
Hondamente impresionados por el potencial que había 
mostrado, los profesores de Osler querían que se quedase en 
McGill. Por lo cual comentó el asunto con Palmer Howard que 
le aconsejó que mejor debía hacerse especialista. Sin embar-
go, no había oportunidades para la formación como residente 
en Canadá ni en ninguna parte de Estados Unidos por lo que 
DOI: https://doi.org/10.5377/rmh.v89iSupl.1.12048
mailto:joseedmundo21@gmail.com
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Osler, como miles de estudiantes americanos, tendría que viajar 
a Europa para realizar su especialización. Con 22 años, viajó a 
Londres donde se inscribió en el curso de fisiología y patología 
práctica ofrecido por John Burdon Sanderson, realizando visitas 
hospitalarias en el famoso Guy´s Hospital. Además, asistió a las 
sesiones clínicas de Charles Murchinson en St. Thomas Hospital 
y se matriculó en el University College Hospital donde conoció a 
Erasmus Wilson, Tilbury Fox, Charlton Bastian, Sydney Ringer, 
Sir William Jenner y Sir Henry Thompson. Partió de Inglaterra 
en octubre del 1873 no sin antes conseguir el certificado del 
Royal College of Physicians.1,2,4,5 Osler llegó a Berlín donde se 
matriculó en clases diarias de alemán y asistió a clases al mejor 
Hospital de Berlín, el Charite Royal, siendo alumno de Ludwig 
Traube, FT Von Frerichs y de Rudolph Virchow quien todos los 
lunes por la mañana realizaba una necropsia completa con tan-
to cuidado y minuciosidad que duraba cuatro horas. Posterior-
mente viajó a Austria al Hospital General de Viena Allgemeine 
Krakenhaus, donde estudió Pediatría con Herman Wiederhoffer, 
Dermatología con Ferdinand Hebra, enfermedades del oído con 
Adam Politzer y Patología con Karl Rokitansky.1,2,4-6 
Regresó a McGill en julio de 1874 como profesor de medi-
cina con 25 años de edad. Era más joven que muchos de sus 
alumnos con quienes publica algunos casos especialmente de 
anemia perniciosa, Enfermedad de Hodgkin, Corea de Syden-
ham, endocarditis reumática, tisis fibroide del pulmón, meningi-
tis tuberculosa, empiemas y cálculos de la vesícula. En 1879, 
durante un encuentro de la Asociación Médica de Ontario, Osler 
realizó una conferencia titulada “The Medical Anatomy of the 
Brain” y describió 25 especímenes de enfermedades neuroló-
gicas como tumores cerebrales, accidentes cerebro vasculares, 
hemorragia cerebral y casos de esclerosis múltiple.1,5 Osler de 
su propio dinero encargó a París 15 microscopios Hartnack 
para sus estudiantes y con estos instrumentos impartió por pri-
mera vez en América un curso práctico de patología realizando 
él y sus estudiantes todas las necropsias del Hospital General 
de Montreal. En 1881 viajó al Séptimo Congreso Internacional 
a Londres junto con Howard conociendo a James Paget, Louis 
Pasteur y Moritz Kaposi, de tal manera que la Royal College 
of Physicians le concede el honor de hacerlo miembro, distin-
ción que solo otros dos canadienses tenían. En 1884 McGill 
se encontraba en la primera fila de las universidades de Norte 
América y Osler viajó a Berlín al Charite Royal donde visitó a 
sus profesores Virchow y Von Frerichs, además conoció a Koch, 
descubridor del bacilo del Carbunco y Karl Friedlander que des-
cubrióel Neumococo. Continúo su visita a Leipzig para estudiar 
sobre fisiología y bacteriología con Carl Ludwig y Karl Weigert. 
Estando en Leipzig, recibió una carta de James Tyson decano 
de la Facultad de Filadelfia con la propuesta para una cátedra 
en Pensilvania.1,5 
El Hospital de Pensilvania fundado en 1751 y la Facultad 
de Medicina fundada en 1765, eran los establecimientos más 
antiguos del país. En sus primeros 120 años la Facultad de 
Medicina de la Universidad de Pensilvania solo había nombra-
do a un profesor que no fuese de Pensilvania o alumno de la 
universidad. Osler al llegar a Filadelfia organizó las reuniones 
clínico-patológicas, estudió 410 casos de Corea de Sydenham, 
publicó sobre endocarditis bacteriana subaguda, valvulitis mi-
tral, afasia, malaria y apendicitis. Participó en la Fundación “The 
Association of American Physicians” (AAP) y se relacionó con 
los más grandes médicos de Filadelfia como Gross, Agnew, 
Stille, Wood, Hays, Leidy, Kreen, Mitchell, Pepper y Tyson. En 
Filadelfia empezó a ser consultado tanto por médicos como por 
parientes de médicos en camino a convertirse en médico de 
médicos. La salida de Osler de Filadelfia a Baltimore fue más 
fácil ya que recibió la visita de John Shaw Billings a quien había 
conocido en 1881 en un congreso internacional en Londres. El 
Dr. Shaw Billings era el fundador en 1865 de la Biblioteca Na-
cional de Bethesda y tenía la idea de organizar una nueva es-
cuela de medicina moderna con tendencia a la investigación. Le 
ofreció el puesto de jefe del Departamento de Medicina Interna 
por lo que Osler decidió trasladarse rápidamente a Baltimore.1-6 
Johns Hopkins era un financista millonario de Baltimore 
que hizo una donación de 3.5 millones de dólares para la funda-
ción de la mejor facultad de medicina y el mejor hospital de Es-
tados Unidos. Los encargados para llevar a cabo este proyecto 
eran Daniel Colt Gilman, médico de Yale, y John Shaw Billings. 
médico académico fundador de las bibliotecas de medicina y 
del índex medicus, quienes seleccionaron inicialmente a Osler y 
al patólogo William Welch que se había entrenado en Alemania 
con Julius Cohnheim. Posteriormente Osler contrató a William 
Halstead como cirujano y a Howard Kelly como ginecólogo. Es-
tos hombres del Hopkins, liderados por Osler, iniciaron el Johns 
Hopkins Hospital Bulletin y Johns Hopkins Hospital Reports, 
donde comenzaron a difundir sus conocimientos médicos al 
mundo. John Singer, el retratista más famoso de su generación, 
plasmó la influencia de estos médicos en un cuadro que títuló 
“The Four Doctors”.1-3,5,7 
Osler inició en el Johns Hopkins la transformación de la 
educación médica en América. Creó el primer Hospital Univer-
sitario, modificó el currículo, endureció los requerimientos de 
admisión, solo aceptaban candidatos altamente calificados que 
debían tener estudios de 4 años que incluyeran dos años en 
biología, química y física; además debían saber leer francés y 
alemán. Aumentó el currículo de dos a cuatro años con rotacio-
nes clínicas por bloques en tercer y cuarto año que incluía de 
tres a cuatro meses en medicina interna, cirugía, ginecología 
y pediatría. Se crearon las residencias médicas. El término se 
deriva de que en esa época los internos seleccionados para el 
entrenamiento de cada especialidad hacían parte del personal 
médico y además vivían en el mismo lugar donde estudiaban y 
trabajaban. 
La dedicación del estudio debía ser absoluta, inmersos 
totalmente en su entrenamiento, solo aceptaban médicos sol-
teros. Los residentes no debían tener distracciones y con re-
gulaciones casi monásticas, concepto que había asimilado del 
Hospital de Viena Allgemeine Krakenhouse implementado por 
el Dr Billroth.1,3,5 Durante el invierno de 1890-91, con 42 años, 
surgió en Osler la idea de escribir un libro que títuló “The Princi-
ples and Practice of Medicine”, que fue publicado por Appleton 
en marzo 1892 con 1050 páginas. La primera tirada de 3000 
ejemplares se vendió en 2 meses y en los primeros dos años 
vendió 14000 ejemplares. Este fue el primer libro moderno de 
LIZARDO WILDT JE, ET AL
DOI: https://doi.org/10.5377/rmh.v89iSupl.1.12048
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SIR WILLIAM OSLER
Medicina Interna, con 16 ediciones en un periodo de 55 años y 
Osler como revisor personal en las primeras 7 ediciones. Se ha 
considerado como el tratado más influyente de medicina inter-
na, llegando a imprimirse más de 500,000 copias y se tradujo al 
francés, ruso, alemán, chino y español.1-8 
Meses después de la publicación del libro, se casó con 
Grace Revere, tuvieron dos hijos, Paul que murió a los meses 
de nacido y Edward que murió en 1917, en la primera guerra 
mundial. Para el año 1898 había recibido el Doctorado Honori-
fico de McGill, Jefferson Medical College, Trinity College de To-
ronto, de las universidades escocesas de Aberdeen y de Edim-
burgo. En 1904 se publicó la primera edición de la obra maestra 
“Aequanimitas” que contiene 22 conferencias pronunciadas por 
Osler con ocasión de aperturas y clausuras de cursos.1,2,5,8
 En abril 1904, Harvard honró a Osler con un doctorado 
honoris causa y el rector Elliot le ofreció una cátedra para el 
siguiente año, que Osler rechazó. El 16 de julio viajó en com-
pañía de Harvey Cushing, su discípulo y amigo, a Londres, ya 
que también la Asociación Médica Británica lo había honrado 
con un doctorado honoris causa y Sir John Burdon Sanderson, 
antiguo tutor de Osler durante su entrenamiento en Londres, le 
pidió que aceptara el puesto de Profesor Regius de Medicina 
de Oxford. Este título fue establecido por el Rey Henry VIII en 
1546, por lo que debía tener el visto bueno del Primer Ministro 
que en esa época era Arthur Balfour. Osler llegó a Oxford el 27 
de mayo de 1905 y no solo sería el primer canadiense sino el 
primer no inglés en recibirlo.1-,5,7 
En 1906, fue uno de los fundadores de la Asociación de 
Médicos de Gran Bretaña e Irlanda. Además, ese mismo año 
fue el fundador de Quarterly Journal of Medicine y en 1907, jun-
to con Tom McCrae, Hideyo Noguchi, Maude Abbott y Harvey 
Cushing, publicaron el libro “A System of Medicine” de 1000 pá-
ginas, que en América se llamó “Osler Modern Medicine”. En ju-
nio de 1911, el Primer Ministro H.H. Asquith le concedió el título 
de Baronet incluyéndolo en la lista de honores que acompañan 
la coronación de Jorge V. por lo que a partir de esa fecha se 
convirtió en Sir William Osler, primer norteamericano en obtener 
este título honorifico, que pasaría a su hijo Edward y luego a sus 
herederos. Para esa época, a solicitud del Rey era el médico del 
heredero al trono Eduardo Príncipe de Gales y de la esposa e 
hijo del primer Ministro Herbert Henry Asquith.1-3,5,7 El martes 4 
de agosto de 1914, el imperio británico entró en guerra, Edward 
no había cumplido los 18 años, pero para 1916 ya tenía 20 años 
por lo que fue asignado como teniente de la 59 Brigada de la 
Real Artillería. En los primeros meses no había sufrido ni un 
rasguño, pero el miércoles 29 de agosto 1917 en Ypres, a las 
04:30 súbitamente explosionó un proyectil alemán de 107 milí-
metros a 5 metros de distancia, recibiendo Edward metralla en 
el pecho, abdomen y muslo. Fue operado por dos cirujanos de 
New York, William Darrada y George Brewer, quienes cerraron 
dos perforaciones del intestino grueso y le transfundieron san-
gre, pareció recuperarse y estuvo muy bien por 5 horas, pero 
lamentablemente falleció. Los Cirujanos americanos inmedia-
tamente que llegó el joven Osler enviaron un mensaje al Dr. 
Harvey Cushing que se encontraba como médico militar en el 
frente logrando llegar a tiempo para la intervención, vigilándole 
el pulso durante la cirugía y en el postoperatorio hasta su muer-
te. Fue enterrado justo afuera envuelto en la bandera británica. 
Cushing entristecido al pensar en su padre, cortó un botón de 
la guerrera del muchacho. La fantástica coincidencia que Cus-
hing estuvo presente para atender a Edward fue un verdaderoconsuelo, al menos los Osler supieron cómo había muerto su 
hijo, que habían hecho todo lo posible para salvar su vida y que 
había tenido un entierro decente. 1-3,5,7,9 
Los Osler temían desde que Edward se fue al frente, que 
ese momento llegaría tarde o temprano. Por esta razón habían 
vivido con tanta zozobra en espera de malas noticias en los 
últimos 6 meses. Una vez que estas llegaron, ambos cayeron 
en una gran depresión y Sir William no se pudo recuperar. En 
1918 y 1919 sufrió una serie de procesos infecciosos bronquia-
les que en diciembre 1919 se agravaron con una neumonía que 
se complicó con un empiema con ruptura a la cavidad pleural fa-
lleciendo el 29 de diciembre 1919. El cuerpo fue incinerado y las 
cenizas permanecieron en la Biblioteca de Oxford; sin embargo, 
las instrucciones de Osler era que las cenizas, junto con sus 
libros, fueran enviadas a McGill sobre todo para que sus libros 
formaran la base de una biblioteca médica y se convirtiera en 
un centro de investigación. En 1928 se realizó el embalaje de 86 
cajas con 8000 libros valoradas en 10,000 libras que junto con 
sus cenizas se encuentran en el edificio de la Facultad de Me-
dicina de McGill y que constituye en la actualidad la Biblioteca 
Osleriana de Medicina de McGill, donde descansan las cenizas 
de Sir William Osler como las de su esposa.1,2,5-7 
Grace Osler le pidió a Harvey Cushing que escribiese la 
biografía de su esposo. Cushing para ese entonces era el más 
famoso neurocirujano del mundo. No obstante, invirtió durante 
5 años escribiendo muy temprano por las mañanas y todas las 
noches para entregar un escrito de un millón de palabras de 
prueba que Oxford University Press al final le convenció que 
redujese a 600,000 palabras, de tal manera que el libro se pu-
blicó en 1925 con 1400 páginas. La biografía fue un éxito tanto 
en Norte América como en el Imperio Británico y fue honrada en 
1926 con el Premio Pulitzer a la mejor biografía del año. Existen 
tres biografías más sobre Osler, la de Maude Abbott, la de Char-
les Brayan y la última publicada por el historiador canadiense 
Michael Bliss en 1999.1,2,4,7,9 
El Dr. Osler gustaba mucho del género aforístico, sobre 
todo durante sus visitas hospitalarias, por lo que citaremos al-
gunas de las más relevantes: “Ver enfermos sin leer libros es 
como navegar en el mar sin tener cartas de navegación, pero 
leer libros sin ver enfermos es como nunca navegar”; “La pa-
labra mágica, el ábrete sésamo de todas las puertas, la piedra 
filosofal que vuelve oro todo lo que toca y aquellos de vosotros 
que sois mediocres los hará inteligentes y a los inteligentes bri-
llantes, esa palabra es Trabajo”.1-6,10 
CONCLUSIÓN
La vida de William Osler ilumina su época de modo sor-
prendente. Fue un eterno estudiante y un admirado maestro. 
Ejerció la medicina, enseñó medicina y escribió sobre ella en 
tres países donde atendió por igual ricos y pobres.
DOI: https://doi.org/10.5377/rmh.v89iSupl.1.12048
REV MÉD HONDUR 2021;89 (Supl. No. 1):S1-6856
CONTRIBUCIONES
Ambos autores participamos en igual medida en la recolec-
ción de la información y redacción del manuscrito. Ambos auto-
res atendimos las recomendaciones editoriales y aprobamos la 
versión final manuscrito.
AGRADECIMIENTOS 
A la Dra. Débora Wildt Rittenhouse, práctica clínica 
independiente, por la revisión crítica del manuscrito.
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