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El Marxismo es una ideología que está muerta Algunos ideólogos de la burguesía afirman que el marxismo es una ideología que está muerta, con el único argumento de que la Unión Soviética y la mayoría de los países socialistas han desaparecido el siglo pasado. Sin embargo, la realidad es que la base más firme del marxismo, que es el movimiento obrero militante, sigue existiendo, y su lucha contra la burguesía alcanza una escala cada vez mayor. En todos los países latinoamericanos, por ejemplo, existe un fuerte movimiento práctico que tiene claro cuál es el enemigo (la burguesía) y cuál es su objetivo (la conquista de la democracia). Por este motivo, no tiene ningún sentido afirmar que el marxismo está muerto, mientras siga en pie el movimiento vivo que respalda a tal ideología. El mismo hecho de estar diciendo a cada rato que "el marxismo está muerto" es contraproducente, porque no debería ser necesario seguir echándole tierra a un muerto. En cambio, tiene mucho sentido intentar enterrar a algo que está vivo y que es extremadamente peligroso para los intereses de la clase dominante. Sin embargo, es imposible negar que la burguesía ha realizado una inmensa labor de propaganda anticomunista para borrar al marxismo de las academias y aislarlo de las masas, lo cual ha conseguido parcialmente. Por este motivo, existen marxistas prácticos, militantes, pero que desconocen muchas cuestiones teóricas del marxismo y son incapaces, por lo tanto, de analizar la realidad existente de sus países en forma concreta para diseñar una estrategia revolucionaria exitosa. Lenin dijo: "Sin teoría revolucionaria no hay movimiento revolucionario". Y una de las cuestiones más desconocidas del marxismo, al menos en Latinoamérica, es precisamente cuál es su base: el materialismo dialéctico. La burguesía se ha lanzado a la tarea desesperada de hacer creer a las masas, e incluso a los militantes avanzados, que el marxismo es exclusivamente una ideología política. Otros dicen que es únicamente una ideología económica, con lo cual logran también alejar a la clase obrera de la lucha por el Poder político y debilitarla ante la burguesía. Pero más allá del grado, lo que se intenta es romper el estrecho vínculo existente entre el marxismo y la ciencia. Ninguna academia burguesa afirmará jamás que el marxismo es una ideología científica, e intentan ocultar constantemente la relación entre el marxismo y el materialismo filosófico y la relación entre el materialismo y la ciencia. A continuación intentaremos echar un poco de luz respecto a este asunto, de la forma más sencilla como nos sea posible. El problema concreto es: ¿Es el marxismo simplemente una ideología política, o es también un sistema filosófico completo, una cosmovisión científica integral de la realidad? Y también ¿Es el marxismo una moral o una ciencia? Marx no realizó todos sus análisis acerca de la producción capitalista, de la plusvalía, de la lucha de clases, etc., solamente en base a su genialidad. Cuando se intenta endiosar a Marx y alabarlo como a un ser de otro mundo, se ocultan los intereses de la burguesía de esconder el hecho de que Marx realizaba todos sus descubrimientos y análisis en base a un método filosófico científico. Este método es el materialismo dialéctico. La filosofía es el estudio de la realidad en general. Las ciencias, por el contrario, analizan determinados fenómenos concretos de la realidad: la biología analiza a los seres vivos; la química a las partículas de la materia; la física al movimiento; la geografía al planeta Tierra, etc. En filosofía existe una pregunta fundamental, el problema principal de la filosofía. Es fácil darse cuenta de que en el mundo existen dos tipos de cosas: la materia y las ideas, las cosas tangibles y las intangibles. La materia es absolutamente todo lo que ocupa un espacio, cualquier cosa perteneciente al mundo externo. Las ideas, por el contrario, no son visibles ni tangibles, son interiores al ser humano y podría decirse, en general, a los seres vivos. Materia = ser = realidad, e idea = pensamiento = conciencia = "espíritu" = sensaciones. Son distintas denominaciones de lo mismo. Ahora bien, la filosofía se pregunta: ¿Qué es lo principal, lo determinante? ¿La materia o la conciencia? ¿Cuál ha creado a cuál, cuál vino antes y cuál después? La corriente filosófica idealista responde de la siguiente manera: la conciencia es lo principal y la materia es lo secundario, porque toda la realidad exterior es una ilusión creada por nuestra conciencia, por nuestro pensamiento, por nuestras ideas. Ese es el idealismo inmaterialita, el cual niega que las cosas materiales tengan una existencia propia, y afirma que su existencia depende de la conciencia humana. También existe otro tipo de idealismo, que afirma que las cosas tienen una existencia objetiva, independiente de la conciencia, pero que fueron creadas por el "espíritu absoluto", por Dios. Ese es el idealismo teísta. La corriente filosófica materialista, por el contrario, dice: la materia es lo principal y la conciencia es lo secundario, ya que todas las sensaciones, las ideas, los pensamientos, toda la conciencia humana, son simplemente percepciones de una realidad material que existe por sí sola, que no es una ilusión creada por nosotros. Además, el pensamiento es algo totalmente dependiente del cerebro, es decir, de un órgano material que se ha formado a lo largo de millones de años en que la materia se desarrolló hasta la aparición de los seres vivos conscientes. La conciencia es precisamente la materia consciente, es decir, existen cosas sin espíritu (como una piedra) pero no hay espíritu sin cuerpo material. ¿Cuál corriente tiene la razón? Nos alcanzan los ejemplos más simples para comprobarlo. Si un idealista camina por la calle y de pronto ve que un auto se dirige a toda velocidad hacia él, el idealista se correrá como pueda del camino para evitar ser atropellado. Es decir, en la vida real el idealista es un materialista, ya que reconoce que el auto no es una invención de su conciencia, sino que tiene una existencia independiente de él. Otro ejemplo: cuando una persona duerme y tiene un sueño, suele soñar con algo que vio durante el día o en algún momento de su vida, de modo que confirmamos que nuestros pensamientos derivan de la realidad material objetiva, y no al revés. El marxismo precisamente toma partido por el materialismo filosófico. Sin embargo, el marxismo no es solamente materialismo. El materialismo ha existido desde la Antigüedad, pero ha ido avanzando a lo largo del tiempo, a medida que se desarrollaban los conocimientos científicos. Precisamente Marx es el representante del materialismo moderno, un materialismo que no solo reconoce que la realidad material es independiente de la conciencia humana, sino que además es capaz de explicarla sistemáticamente. Aquí entra en juego la dialéctica. La dialéctica marxista indica que las cosas están en constante movimiento, cambio, transformación, metamorfosis, etc. La sociedad ha ido cambiando a lo largo del tiempo, de la prehistoria a la Antigüedad, de la Antigüedad a la Edad Media, etc. Las especies de seres vivos van transformándose en el transcurso de la historia de la Tierra para adaptarse a las condiciones de su medio ambiente, como confirma la teoría de la evolución (la conversión del mono en hombre, por ejemplo). Un partido de fútbol se caracteriza por la constante inestabilidad del resultado final, cuando un bando parece estar mejor pero de pronto se encuentra peor posicionado, y viceversa. El universo mismo en general está en constante expansión y transformación. Hubo un tiempo en que no existían los planetas, pero luego se formaron debido a condiciones específicas. Hubo un tiempo en que no existía la vida, pero luego se formó debido a las condiciones existentes en el planeta Tierra dehace 4500 millones de años atrás. Este movimiento de la materia se basa en contradicciones. En el caso de los seres vivos, existe la contradicción entre la supervivencia y la extinción, entre los animales y los vegetales, entre los organismos unicelulares y los pluricelulares, entre los machos y las hembras, entre el anabolismo y el catabolismo, entre la cooperación y la competencia entre distintas especies, etc. En el caso de un partido de fútbol, existe la contradicción entre un equipo y el otro, entre la táctica y la estrategia, entre el jugador individual y el jugador colectivo, entre el centro y las esquinas, entre el jugador que posee la pelota y el que no la posee, entre los momentos de mayor y menor tensión, etc. En el caso del planeta Tierra, se mueve en base a las contradicciones entre las épocas de frío y las de calor, entre el centro y la superficie, entre la superficie sólida y la acuática, entre el agua dulce y el agua salada, entre la materia muerta y la materia viva, entre la naturaleza y el hombre, etc. En general, podemos decir que todas las cosas se mueven en base a contradicciones: lo alto y lo bajo, lo grande y lo pequeño, lo rápido y lo lento, lo absoluto y lo relativo, la forma y el contenido, la cantidad y la calidad, lo simple y lo compuesto, la victoria y la derrota, lo vivo y lo muerto, la ventaja y la desventaja, lo conocido y lo desconocido, la luz y la oscuridad, el frío y el calor, estar despierto y estar dormido, la fuerza y la debilidad, lo positivo y lo negativo, etc., etc. Podríamos seguir todo el día, puesto que cada objeto tiene sus propias contradicciones con características especiales. Entender que la materia está en constante desarrollo o evolución, en movimiento, y que este movimiento se basa en la lucha y la unidad de los contrarios, en las contradicciones, es la dialéctica marxista. Existen algunos graciosos que he tenido la oportunidad de conocer, los cuales niegan que la base del marxismo sea el materialismo dialéctico porque, según ellos, Marx nunca dijo "materialismo dialéctico" en ninguna de sus obras. No estoy completamente seguro de si tienen o no razón, pero lo que está claro es que, en todo caso, eso no significa en absoluto que la dialéctica materialista no sea la filosofía de Marx. He aquí una cita que nos aclarará definitivamente el asunto: "Mi método dialéctico no solo es en su base distinto del método de Hegel, sino que es directamente su reverso. Para Hegel, el proceso del pensamiento, al que él convierte incluso, bajo el nombre de idea, en sujeto con vida propia, es el demiurgo de lo real, y lo real su simple forma externa. Para mí, por el contrario, lo ideal no es más que lo material transpuesto y traducido en la cabeza del hombre". -Karl Marx, palabras finales a la segunda edición alemana del Tomo I de "El Capital". Aquí Marx reconoce que su método es la dialéctica, y además critica a Hegel el hecho de que este filósofo era un idealista, es decir, pensaba que la conciencia determina la materia. Por lo tanto, aunque no lo diga palabra por palabra, no hace falta ser el mayor genio de la historia de la humanidad para darse cuenta de que Marx era un dialéctico materialista. El mayor exponente del materialismo filosófico fue Feuerbach, si bien existieron muchos antes y muchos después. El mayor exponente de la dialéctica fue Hegel, si bien ya antes, en la Antigua Grecia, Heráclito se había convertido en el padre de ese método. Curiosamente, Feuerbach no era dialéctico ni Hegel era materialista, es decir, Feuerbach era un materialista metafísico y Hegel era un dialéctico idealista. El uno tenía lo que le faltaba al otro para una cosmovisión filosófica científica de la realidad. Y fue Marx quien realizó la síntesis entre ambos, dando origen a la forma más avanzada del materialismo: el materialismo dialéctico. El materialismo dialéctico reconoce, por un lado, que todo lo que nos rodea posee su propia existencia, que la realidad es objetiva e independiente de la voluntad o de la conciencia de los seres humanos. Por otro lado, entiende que la materia es inseparable del movimiento, que lo que existe no puede hacerlo de otra manera que estando en un proceso de desarrollo interminable, siempre cambiante, en un dinamismo permanente. Con este método científico teórico es posible comprender cualquier fenómeno en profundidad, incluyendo la sociedad humana. La aplicación del materialismo dialéctico marxista al estudio de la sociedad humana se llama "materialismo histórico". En el caso de este objeto, la dialéctica materialista se aplica de la siguiente manera: Podemos distinguir muchas contradicciones: entre la producción social y la producción individual, entre la propiedad privada y la propiedad social de los medios de producción, entre las fuerzas productivas materiales y los seres humanos que trabajan (elemento objetivo y elemento subjetivo de la producción), así como entre la existencia y la inexistencia del Estado y la familia, entre la existencia y la inexistencia de las naciones (hubieron períodos históricos en que no existían ni el Estado, ni la familia ni la nación), entre el patriarcado y el matriarcado, entre las ideologías políticas de izquierda y de derecha, entre la ciencia y la religión, etc. Pero si aplicamos el materialismo filosófico marxista, según el cual la materia es lo principal y la conciencia lo secundario o derivado, entonces podremos clasificar estas contradicciones en dos grupos: las contradicciones relacionadas con la producción material de la sociedad (lo que llamaremos estructura económica), y las contradicciones relativas a la producción intelectual o ideológica de la sociedad (la superestructura política, jurídica, ideológica, etc.). Y como la materia es lo predominante, la estructura económica determina la superestructura. Es decir, según cómo el ser humano produce su alimento, su bebida, su vivienda, su vestimenta, y todo lo que necesita para subsistir materialmente, así será su organización política, sus leyes, su relación social entre el sexo masculino y femenino, su cultura, y en general todo el conjunto de sus ideas y su conciencia social. Por lo tanto, aquellas contradicciones de la sociedad humana relativas a la producción material son las contradicciones principales, cuyo desarrollo condiciona de forma determinante el desarrollo de todas aquellas contradicciones relativas a la producción intelectual, que son secundarias. Las contradicciones de la estructura económica son múltiples, pero la más importante es, sin lugar a dudas, la que se presenta entre el elemento objetivo (las fuerzas productivas) y el elemento subjetivo (las relaciones de producción que se entablan entre los seres humanos) de la producción. Básicamente, las relaciones de producción pueden ser relaciones basadas en la explotación del hombre por el hombre, donde unos pocos poseen privadamente los medios de producción sociales, o relaciones basadas en la libertad y en la igualdad, dónde los medios de producción son propiedad común de todos los individuos de la sociedad. A su vez, aquellas relaciones de producción basadas en la propiedad privada adoptan múltiples formas: la propiedad privada esclavista de la Antigüedad, la propiedad privada feudal de la Edad Media y la propiedad privada capitalista de la Modernidad. Y por otro lado, las fuerzas productivas pueden hallarse en una etapa superior o inferior de su desarrollo: en la prehistoria, eran el arco y la flecha y las herramientas de piedra sin pulimentar; en la Antigüedad y en la Edad Media eran las herramientas de metal y la agricultura, la ganadería, la artesanía, etc.; En la actualidad es la producción industrial, y así sucesivamente. Las relaciones de producción pueden estimular o embarazar el desarrollo de las fuerzas productivas. Cuando lo estimulan, las fuerzas productivasdeterminan la continuidad de tales relaciones de producción; cuando lo embarazan, las fuerzas productivas exigen el final de tales relaciones de producción y la transición a un nuevo sistema económico. Así sucedió siempre en la historia: el comunismo primitivo fue reemplazado por el esclavismo, el esclavismo por el feudalismo, éste por el capitalismo, y actualmente, poco a poco, el capitalismo está siendo desplazado por el socialismo. A medida que se producen estos cambios en la estructura económica, lógicamente van cambiando las formas políticas, jurídicas e ideológicas de la sociedad, va modificándose la superestructura. Por ejemplo, Cuba es uno de los pocos países del mundo en que casi no hay desigualdad de género, debido a que es uno de los pocos que hoy en día está avanzado históricamente sobre el resto, puesto que ya adoptó el modo de producción socialista. Este es, a grandes rasgos, el análisis científica-marxista dialéctico materialista de la sociedad humana. De esta misma manera se puede analizar científicamente cualquier otro objeto, por medio de la aplicación del materialismo dialéctico marxista. Vale la pena aclarar que la dialéctica es bastante más amplia que lo que aquí hemos dicho. Solamente hemos realizado un resumen a grandes rasgos de sus características más importantes y fáciles de entender. Recomiendo la lectura de "Principios Elementales de Filosofía" de Pulitzer, "Sobre el Materialismo Histórico y el Materialismo Dialéctico" de Stalin, "Del socialismo utópico al socialismo científico" de Engels y "Sobre la Contradicción" de Mao, en lo posible en ese orden, para profundizar el estudio de la dialéctica materialista marxista.
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