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����� �� �������������� ���� � �� �� ��� �� � ������ �� Marca y comunicación empresarial Pablo Medina-Aguerrebere Colección El profesional de la información Dirección: Javier Guallar y Tomàs Baiget Diseño del libro y de la cubierta: Natàlia Serrano Primera edición en lengua castellana: noviembre 2013 Primera edición en formato digital: marzo 2014 © Javier Guallar y Javier Leiva-Aguilera, del texto © Pablo Medina-Aguerrebere, de la edición © Editorial UOC, de esta edición Gran Via de les Corts Catalanes, 872, 3a Planta - 08018 Barcelona www.editorialuoc.com Realización editorial: Sònia Poch Masfarré ISBN: 978-84-9788-461-7 Ninguna parte de esta publicación, incluyendo el diseño general y el de la cubierta, puede ser copiada, reproducida, almacenada o transmitida de ningún modo ni a través de ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación, de fotocopia o por otros métodos sin la previa autorización por escrito de los titulares del copyright. www.editorialuoc.com 5 ¿A QUIÉN VA DIRIGIDO ESTE LIBRO? Este libro te interesa si quieres conocer: Cómo se construye una marca, qué papel desempeña la comunicación institucional. Qué rol tiene la información en la construcción de marca y por qué es importante la gestión del cono- cimiento. Qué es un imaginario de marca y cómo influye en las percepciones del consumidor. Por qué los empleados contribuyen a crear marcas sólidas. Cómo se convierte a un directivo en embajador de marca, qué rol ejerce la comunicación interna en este proceso. Qué son las comunidades de marca, qué beneficios aportan a la organización. 7 ÍNDICE ¿A QUIÉN VA DIRIGIDO ESTE LIBRO? 5 INTRODUCCIÓN 9 LA MARCA 13 Definición 13 Arquitectura de marca 16 Imagen de marca 21 Impacto organizacional 23 EL IMAGINARIO DE MARCA 29 Carácter intangible 29 Asociación con estilos de vida 33 Carácter comercial 37 Credibilidad 40 LA CREACIÓN DE MARCA DESDE EL EMPLEADO 45 Comunicación entre empleados 45 Implicaciones de la información 48 8 Formación del empleado en marca 54 Del empleado al prescriptor 58 LA CREACIÓN DE MARCA DESDE EL DIRECTIVO 61 Rol de la información 61 Habilidades comunicativas del directivo 65 Visión directiva de la comunicación 68 Del directivo al embajador de marca 74 LA CREACIÓN DE MARCA DESDE EL CONSUMIDOR 79 Tipos de consumidores 79 Comunidades de marca 81 Comunicación emocional 85 La marca 2.0 89 EPÍLOGO: LA DIMENSIÓN INFORMATIVA DE LA MARCA 95 BIBLIOGRAFÍA 99 CONSEJO EDITORIAL 103 9 INTRODUCCIÓN Construir una marca sólida que aporte diferencia- ción estratégica a la organización. Esta es una de las máxi- mas presentes en toda empresa. Pero, ¿qué es una marca? ¿Por qué las empresas se interesan tanto por reforzar sus marcas? Resulta difícil responder a estas preguntas sin situar esta reflexión en el marco del consumismo. Desde los años 1960-1970, en España se ha fomentado de un modo exacerbado la cultura del consumo, es decir, la posesión de productos y servicios. En la actualidad, la comercialización de dichos productos y servicios resul- ta cada vez más complicada debido el gran número de marcas que actúan en una misma categoría de producto, las mayores exigencias de los consumidores e incluso los costes más elevados de ciertos procesos de producción. En este contexto, el recurso a la marca permite a las organizaciones establecer un terreno de acción propio que les facilita la venta de sus productos y la obtención de beneficios económicos. Hoy en día esta reflexión se ha quedado obsoleta. Las marcas han dejado de ser herramientas de marketing al servicio del crecimiento organizacional para convertir- se en elementos intangibles que ayudan a la organización a construir una relación satisfactoria con el consumidor en el largo plazo. ¿Con qué finalidad se establece esta relación? Sin duda, las marcas persiguen objetivos comer- 10 ciales, pero también se centran en acompañar al consu- midor durante su vida. Las marcas deben mejorar la vida del cliente, hacerla más agradable, más cómoda y más interesante. Hoy en día, solo las marcas que logran sim- plificar y facilitar la vida del consumidor consiguen llegar de un modo efectivo al denominado top of mind, es decir, el conjunto de marcas más apreciadas por un consumidor dentro de una categoría de producto. Esta nueva situa- ción ha provocado grandes cambios en las estrategias de comunicación de las organizaciones. Ahora la prioridad no es lanzar mensajes comerciales, sino conversar con el consumidor. Ya no importa tanto vender productos y servicios, sino manejar las percepciones que este tiene sobre dichos productos y servicios. El consumidor ha cambiado su comportamiento, y ello obliga a las marcas a cambiar su comunicación. ¿Qué iniciativas pueden llevar a cabo las marcas para adaptarse a este nuevo contexto? Las nuevas tendencias indican una preocupación creciente por escuchar más al consumidor, conocerlo mejor, adaptar los productos y servicios a sus necesidades, etc. ¿Cuál es el denominador común a este conjunto de iniciativas? La información. En estos últimos años, algunas marcas han dejado de transmitir únicamente información comercial relativa a sus productos y servicios para transmitir también infor- mación de calidad sobre su ámbito de especialización, aunque esta no tenga carácter comercial. Por ejemplo, cada vez más hospitales se están especializando en la edu- cación del paciente en hábitos de vida saludables. Esta iniciativa no tiene por objetivo comercializar ningún tra- tamiento médico del hospital, sino únicamente formar al paciente en ciertos temas de prevención, independiente- 11 mente de que este luego acuda a un hospital o a otro. Esta tendencia, cada vez más presente en numerosas marcas de diferentes sectores de actividad, permite resaltar la preocupación de las empresas por aportar al consumidor un valor añadido. Y dicho valor, en muchas ocasiones, se plasma en información útil para su día a día. El nuevo rol que ha adquirido la información en la construcción de las marcas comerciales justifica la reflexión sobre las iniciativas que deben llevar a cabo las organizaciones para dar un “valor informativo” a su marca y, de este modo, mejorar la percepción que sobre ella tienen sus diferentes stakeholders (personas con intereses en la organización). El objetivo de este libro es comprender qué papel desempeña la información y la gestión del conocimiento en la construcción de marcas comerciales sólidas. Para ello, el libro se divide en cinco capítulos. En el primero, se analiza el rol de la marca (arquitectura, imagen, impacto organizacional, etc.). El segundo capítulo se centra en el imaginario de marca así como en otros conceptos relacionados, por ejemplo la credibilidad y el carácter intangible. El tercer capítulo estudia cómo se puede crear marca desde el empleado, así como los pasos necesarios que hay que realizar para lograr que este se convierta en prescriptor. El cuarto capítulo analiza la creación de marca desde el directivo y el proceso por el que este llega a ser embajador de marca. Y el quinto capítulo se centra en la creación de marca desde el consumidor (comunidades de marca, comunica- ción emocional, marca 2.0, etc.). 13 LA MARCA Definición Beneficios, inversiones, cartera de productos, planes comerciales, proyectos de expansión, etc. Estos son algu- nos de los conceptos con los que asociamos a las empre- sas. En la mente de cada persona, estas son percibidas como organizaciones centradas en obtener ganancias. Esta presión económica hace que, por ejemplo, en el contexto de la comunicación, los conceptos del marke- ting (precio, producto, etc.) sean más conocidos que los de la comunicación institucional (identidad corporativa, misión, visión, etc.). Por otro lado, esta realidad también provoca que las marcas de producto sean más conocidas que las marcas de empresa. Por ejemplo, Zara o Massimo Duttigozan de mayor reconocimiento que Inditex; y Skyp, Frigo o Ben and Jerry’s tienen más visibilidad que Unilever. Sin embargo, y a pesar de la presión económica a la que están sometidas las empresas, estas no son solo instituciones orientadas a conseguir beneficios finan- cieros: también son marcas y necesitan ser gestionadas como tales. Las empresas son algo más que una marca que busca beneficios: también son organizaciones con carácter social. Cada organización busca el bien propio –beneficios eco- 14 nómicos–, pero también el de sus empleados –realización personal y profesional–. Y además, esta búsqueda debe ser compatible con el establecimiento de relaciones satis- factorias con los diferentes públicos externos de la orga- nización, como por ejemplo los clientes, las autoridades públicas o los medios de comunicación. La empresa debe socializarse para sobrevivir, pero también para legitimar la función que asume dentro de la sociedad. Desde la producción de coches hasta la fabricación de prendas de vestir, pasando por la gestión de viajes turísticos, cada organización asume una responsabilidad que repercute, en mayor o menor medida, en el día a día del ciudadano. Y es desde el ejercicio de esta responsabilidad desde donde la organización empieza a construir su marca. La marca es un elemento intangible que ayuda a la empresa a diferenciarse de la competencia. Coca Cola, Google, McDonalds o General Motors son un ejemplo de cómo la marca protege a un producto y garantiza su calidad. Pero esta, además de ser un intangible, también se plasma en realidades tangibles como el nombre, el logo o los colores corporativos. El nombre hace referencia a un producto (Seat Ibiza), una empresa (Seat) o un holding empresarial (Grupo Volkswagen). Se trata de uno de los elementos más diferenciadores de los que dispone una compañía. El nombre es la parte más visible de la esencia de una marca y transmite todos aquellos elementos intangi- bles que la diferencian de la competencia. Así, por ejemplo cuando pensamos en marcas como Microsoft, Samsung, Nike, BBVA o Danone, observamos que el nombre trans- mite valores diferentes de los expresados por las empresas competidoras en la misma categoría de producto como por ejemplo Apple, Nokia, Adidas, Bankia o Nestlé. 15 Los elementos tangibles e intangibles de una marca ayudan a la organización a crear en la mente del consu- midor una percepción positiva sobre los productos que comercializa. Debido a las diferentes connotaciones de este concepto, resulta complicado definir qué es una marca. Sin embargo, entre todas las definiciones de marca, destaca la aportada por Kevin Roberts (2005), el director mundial de la agencia de publicidad Saatchi & Saatchi. Este publicitario británico, al referirse al concep- to de marca, utiliza el sustantivo lovemark, y afirma que la lovemark no pertenece ni al fabricante, ni al productor, ni a la empresa: pertenece únicamente a la gente que la ama. Como se puede ver en la Imagen 1. Las lovemarks, un encuentro emocional entre marcas y consumidores, el enfoque de Kevin Roberts fomenta el valor relacional de la marca y su capacidad para conectar emocionalmente con el con- sumidor y así lograr que este se apasione por ella. Imagen 1. Las lovemarks, un encuentro emocional entre marcas y consu- midores. 16 Algunas empresas realizan los esfuerzos necesarios para convertir sus marcas en lovemarks que aporten repu- tación y prestigio a la institución, y que además generen fidelidad en el usuario. Para ello, además del nombre se consideran otros factores relevantes como la fun- ción social asumida por la empresa, el posicionamiento estratégico de la compañía, el precio de cada producto, las percepciones del consumidor, o las acciones de comunicación realizadas por la competencia. Entre estos factores, el más importante es la identidad de la organiza- ción. La marca se convierte en el principal transmisor de todos los valores intangibles que conforman la identidad de una institución. Por ello, una de las decisiones más importantes en cualquier organización consiste en definir la identidad, así como el resto de elementos corporativos que configuran la arquitectura de marca de una empresa. Arquitectura de marca La arquitectura de marca se compone de cinco ele- mentos corporativos: identidad, misión, visión, valores y cultura. Cada uno de ellos ayuda a transmitir la esencia de la empresa y, por tanto, a diferenciarla de la competencia. Las empresas difunden su arquitectura de marca en el ámbito interno –entre los empleados– y en el externo – clientes, autoridades públicas, medios de comunicación, etc.–. No obstante, el primer paso, antes de difundir la arquitectura de marca, consiste en definirla y en buscar una coherencia entre todos los elementos corporativos que la conforman. Los expertos en comunicación corporativa Cees Van Riel y Charles Fombrun (2007) definen la identidad como 17 una colección de adjetivos o atributos que los clientes uti- lizan para describir a una empresa. Por ejemplo, la mayor parte de los clientes de empresas como Google y Apple las asocian con la innovación. Siguiendo a los autores citados, la identidad de una compañía se plasma en tres realidades: a) las acciones de comunicación dirigidas a cada público, b) el comportamiento asumido por cada empleado individualmente, y por la organización colec- tivamente y c) el simbolismo utilizado en logos y jingles corporativos (estribillos musicales que resumen la misión y la razón de ser de un negocio o empresa). Dicho de otro modo, la identidad hace referencia al conjunto de mani- festaciones y comportamientos que ilustran la esencia de una organización. Además, permite generar una cohesión interna entre los empleados, así como entre la empresa y sus públicos externos. Además de la identidad, la empresa determina cuál es su misión y su visión. Ambos conceptos son similares e indican los objetivos que persigue una organización. La diferencia entre ambos está en que la misión hace referencia al corto plazo, y la visión a largo plazo. Como se puede ver en la Tabla 1. Misión corporativa de 10 empresas del Ibex 35, la misión indica el porqué de la existencia de una empresa. Desde promover las infraestructuras (Acciona) hasta atender las necesidades estratégicas de la sociedad (Gas Natural), pasando por fomentar el ahorro (CaixaBank), cada empresa persigue un objetivo claro que da lugar a su misión. Y, cuando este objetivo se pro- yecta en el largo plazo, entonces la empresa se refiere a la visión. La definición de estos dos conceptos resulta clave para orientar las decisiones estratégicas de una compañía, pero también para fijar su estrategia de comunicación. 18 Tabla 1. Misión corporativa de 10 empresas del Ibex 35 Empresa Misión Web Abertis Ser un operador de referencia en el ámbito de las infraestructuras, mediante sus valores: el diálogo y la colaboración; la confianza en las personas; la proactividad y la responsabilidad; la credibilidad y el servicio al cliente y la eficiencia a través de unos planteamientos básicos. http://www.abertis.com Acciona Ser líderes en la creación, promo- ción y gestión de infraestructuras, energía y agua contribuyendo activamente al bienestar social, al desarrollo sostenible y a la genera- ción de valor para nuestros grupos de interés. http://www.acciona.es Caixabank Fomentar el ahorro y la inversión mediante la oferta del mejor y más completo servicio financiero al mayor número posible de clientes, y realizar una decidida aportación a la sociedad para la cobertura, flexi- ble y adaptada, de las necesidades financieras y sociales básicas. http://www.lacaixa.com Enagás Garantizar, como transportista y gestor técnico, el buen funciona- miento del sistema gasista español, velando por la seguridad del sumi- nistro y facilitando la competencia de forma transparente y no discri- minatoria. http://www.enagas.es EndesaMaximizar el valor de la inversión de sus accionistas. Servir a sus mer- cados superando las expectativas de sus clientes. Contribuir al desarrollo y realización de sus empleados. http://www.endesa.com 19 Ferrovial Desarrollar infraestructuras inte- ligentes, con plena satisfacción del cliente y respeto al medio ambiente, para maximizar el valor para nuestros accionistas, hacer crecer profesionalmente a nuestros empleados y contribuir a la mejora de la sociedad. http://www.ferrovial. com Gas Natural Atender las necesidades energéticas de la sociedad, proporcionando a sus clientes servicios y productos de calidad respetuosos con el medio ambiente, a sus accionistas una rentabilidad creciente y sosteni- ble y a sus empleados la posibilidad de desarrollar sus competencias profesionales. http://portal.gasnatural. com Jazztel Crecer rápida y consistentemente en el mercado de telecomunica- ciones residencial, de empresas y mayorista, innovando conti- nuamente, brindando a nuestros clientes una atención y un servicio excelentes. http://www.jazztel.com Sacyr Enfocar nuestra actividad hacia la sociedad mediante un modelo de gestión empresarial sostenible y rentable, que aporte valor añadido a todos sus grupos de interés, apli- cando la innovación, el desarrollo tecnológico y la excelencia en la ejecución, a todas las actividades que desarrollen las distintas líneas de negocio. http://www.gruposyv. com Viscofan Satisfacer las necesidades de la industria alimentaria mundial, mediante envolturas artificiales, que generen valor para nuestros grupos de interés. http://www.viscofan. com 20 La identidad, misión y visión de una empresa se plas- man en una serie de valores corporativos. Por ejemplo, una empresa como Jazztel, que centra su misión en “crecer rápi- da y consistentemente en el mercado de telecomunicacio- nes” plasma su misión en los siguientes valores: velocidad, escucha, innovación, servicio, equipo, rigor y transparencia. Los valores corporativos ayudan a implantar la identidad, misión y visión de la organización en el día a día del emplea- do. En la Imagen 2. Visión de Coca Cola Company se puede observar un ejemplo de definición de valores corporativos. Imagen 2. Visión de Coca Cola Company. Junto con la identidad, misión, visión y valores, la empresa define, en último lugar, su cultura corporativa. Esta se refiere al comportamiento que tienen los empleados 21 de una empresa. Es decir, la cultura corporativa es el modo en que los trabajadores entienden su profesión, su relación con los compañeros, su orientación al cliente, etc. Se trata de un elemento distintivo que se desarrolla en el ámbito interno de la compañía, pero que también tiene repercusio- nes externas, como por ejemplo es el caso de los empleados que tienen un contacto directo con el cliente y que, a través de sus comportamientos, transmiten a este último la cultu- ra de la organización. Estos cinco elementos corporativos (identidad, misión, visión, valores y cultura) conforman la arquitectura de marca de una institución. El reto consiste en lograr una coherencia entre todos ellos para así transmitir a los públicos externos una imagen de marca unívoca y dife- renciada. Y para ello, la comunicación institucional, tanto interna como externa, desempeña un rol clave. Imagen de marca Todas las empresas aspiran a tener una buena imagen de marca. Pero, ¿qué es la imagen de marca? Este con- cepto hace referencia a las percepciones que los públicos internos y externos de una organización tienen sobre ella. A veces, las percepciones están provocadas por causas ajenas a la empresa, como por ejemplo los rumores, las críticas externas, etc. Pero, en la mayor parte de los casos, la imagen de marca se genera a partir de las acciones de comunicación interna y externa que una organización lleva a cabo para difundir su arquitectura de marca: iden- tidad, misión, visión, valores y cultura corporativa. La imagen de marca es uno de los elementos corporativos más importantes en una empresa, no solo porque afecta a sus productos y servicios, sino también porque influye 22 en el conjunto de la organización. Como se podrá ver en el siguiente capítulo de este libro, la imagen de marca se relaciona con el concepto de “imaginario de marca”, es decir, la construcción mental que cada stakeholder de la organización realiza sobre qué es la marca y sobre todo lo que la rodea (colores corporativos, logos, etc.). Según el experto en comunicación corporativa Joan Costa (2001), la imagen de marca ayuda a una organiza- ción a cumplir quince funciones: 1. Resaltar la identidad de una marca. 2. Definir la cultura corporativa. 3. Construir la personalidad de la organización. 4. Reforzar el espíritu del trabajo en equipo. 5. Atraer a los trabajadores actuales y a los trabaja- dores potenciales. 6. Motivar a los inversores a seguir invirtiendo en la empresa. 7. Crear un clima de confianza hacia la organiza- ción que reduzca el impacto de posibles crisis. 8. Impulsar la producción y promoción de nuevos productos. 9. Relanzar a la empresa y ayudarla a crecer en el mercado actual o en nuevos mercados. 10. Generar una opinión pública favorable entre los diferentes grupos de interés. 11. Reducir al máximo los mensajes involuntarios que transmite la organización. 12. Optimizar las inversiones realizadas en comuni- cación y marketing. 13. Mejorar la reputación de la empresa. 14. Atraer a los clientes. 23 15. Sentar las bases para orientar la actividad de la empresa en los próximos años. La importancia concedida a la imagen de marca justi- fica la decisión de muchas empresas de investigar constan- temente qué piensan sobre ella cada uno de los públicos internos y externos de la organización. Conocer con preci- sión qué percepciones tiene cada público es fundamental para generar una coherencia entre la imagen de marca y la arquitectura de marca. Es decir, la empresa intenta fijar una coherencia entre lo que ella piensa de sí misma (identidad, misión, visión, valores y cultura) y lo que cada público interno y externo percibe sobre ella (imagen de marca). Las empresas que alcanzan esta coherencia, es decir, las que dicen lo que hacen y hacen lo que dicen, consiguen generar credibilidad ante sus diferentes grupos de interés. Y esta credibilidad, a su vez, ayuda a construir la marca, lo que genera un impacto positivo en la organización. Impacto organizacional Como se ha comentado en páginas anteriores, la marca es un activo intangible que actúa como elemento diferenciador de la empresa y de sus productos y servicios. Se trata de la parte más visible de una compañía. Así, por ejemplo, pocas personas conocen quiénes son los directi- vos de empresas como Lacoste o Carrefour, pero todos identifican sus logos e incluso los colores corporativos de cada marca. La comunicación y el marketing han situado a la marca como uno de los elementos de socialización más importantes de los que dispone cualquier organización. Por eso, la gestión de este intangible se ha convertido en 24 una actividad de gran importancia estratégica que influye positivamente en la relación que la marca establece con sus diferentes públicos objetivos o grupos de interés. Según los autores Cees Van Riel y Charles Fombrun (2007), los cinco grupos de interés con los que interactúa una organización son: a) empleados de la propia empresa, b) inversores, c) Gobierno y autoridades públicas, d) socie- dad en su conjunto y e) consumidores. Como se puede ver en la Imagen 3. El compromiso de BBVA con sus stakeholders, cada compañía hace público su deseo de mantener relacio- nes satisfactorias con cada uno de sus grupos de interés. Según el caso concreto de cada empresa, se priorizan deter- minados públicos. Por ejemplo, en el caso de una empresa que está muy expuesta a la opinión pública, uno de los gru- pos de interés más importantes son los medios de comu- nicación. Y en el casode una empresa que está sometida a muchas regulaciones, como es por ejemplo el caso de los laboratorios farmacéuticos, uno de los públicos clave son las autoridades públicas, como por ejemplo el Ministerio de Sanidad o la Organización Mundial de la Salud. Imagen 3. El compromiso de BBVA con sus stakeholders. 25 Para mejorar las relaciones con cada uno de sus públi- cos objetivos, las empresas recurren a la comunicación ins- titucional. Gracias a esta, la empresa puede informar sobre las actividades realizadas, los logros alcanzados, las decisio- nes adoptadas ante ciertas situaciones críticas o polémicas, etc. Las connotaciones estratégicas de la comunicación institucional van más allá de las asociadas con las diferentes herramientas a las que esta recurre (nota de prensa, revista corporativa, etc.). Es decir, el verdadero valor de esta acti- vidad no reside en el uso de diferentes herramientas sino en la capacidad que tiene para transmitir, a través de ellas, los aspectos más relevantes de la marca, y todo ello de un modo personalizado según el público al que se dirige cada acción comunicativa. Los expertos en comunicación institucional que trabajan en una organización tienen un objetivo priorita- rio: generar valor de marca. Se trata de un concepto que subraya la importancia de crear, alrededor de una marca, un “imaginario” que influya positivamente en las percep- ciones que todos y cada uno de los públicos objetivos tienen sobre ella. Por ejemplo, las marcas deportivas, como Nike, Adidas o Reebok, que apuestan por aso- ciarse con deportistas famosos de máximo nivel, como Leo Messi o Neymar, con este tipo de acciones intentan crear un escenario en el que la gente asocie la marca con los valores inherentes a dichos deportistas, como por ejemplo la excelencia, el esfuerzo o el espíritu ganador. Dicho de otro modo, las compañías intentar generar valor de marca, no solo a través de la explicación de las características que tiene el producto en sí, sino también a través de la asociación de este con otros “elementos” externos, como los personajes famosos. Como explican 26 los profesores universitarios expertos en comunicación Hsing Chang y Ya Liu (2009), la verdadera importancia del valor de marca reside en que este influye de un modo positivo en la preferencia de marca, es decir, determina el proceso de decisión de compra que realiza el consumi- dor. No hay que olvidar que muchos de estos procesos están influenciados por la razón, pero también por la emoción, y que la marca actúa directamente sobre las emociones del consumidor. La dimensión emocional de la marca será analizada en el último capítulo de este libro, en el apartado titulado “Comunicación emocional”. Las empresas conceden una importancia creciente a la comunicación institucional ya que gracias a esta se puede reforzar la marca de la compañía. Y disponer de una marca sólida aporta muchos beneficios a la organi- zación. En primer lugar, ayuda a generar la lealtad en el consumidor. En el mundo de la comunicación se suele afirmar que conseguir un cliente nuevo es mucho más caro que fidelizar a un cliente actual. Por eso, las empre- sas realizan acciones de comunicación y de promoción (tarjetas de fidelización, eventos, sorteos, etc.) cuyo obje- tivo es generar lealtad en el cliente. En segundo lugar, la marca potencia la reputación corporativa de la empresa ante sus diferentes públicos objetivos. Y, en tercer lugar, la marca influye positivamente en los ingresos que obtie- ne una empresa. Es decir, aquellas compañías que saben gestionar bien su marca obtienen mayores beneficios que aquellas que descuidan este aspecto. Como señala Joan Costa (2001), las organizaciones pueden y deben comprobar cuál es el rendimiento obte- nido con su marca. Y para ello recurren a cuatro fuentes fundamentales: 27 1. capacidad de la organización para atraer a los clientes; 2. capacidad para retenerlos y fidelizarlos; 3. capacidad de venta cruzada, es decir, disposi- ción del cliente para comprar otros productos de la misma marca; y 4. presencia mental de la marca en la memoria colectiva del consumidor. Si bien es cierto que la comunicación institucio- nal ayuda a potenciar la marca de una organización, la comunicación por sí sola no es capaz de lograr resulta- dos inmediatos. Hay otros muchos factores que entran en juego como la calidad del producto, las acciones de la competencia, el contexto de crisis o crecimiento que hay en un mercado, etc. Por ello, siempre es importante contextualizar las acciones de comunicación institucional que emprende una organización para fomentar su marca. 29 EL IMAGINARIO DE MARCA Carácter intangible ¿Cuánto vale una marca? ¿La marca realmente ayuda a vender más productos? ¿Qué retorno obtiene una empresa que invierte en una estrategia de expansión de marca? Estas son algunas de las preguntas que surgen en el entorno empresarial cuando se analiza el concepto de marca. La presión económica a la que están someti- das las empresas lleva a los responsables de marketing a exigir resultados tangibles e inmediatos a todas las acciones de comunicación de marca que emprende una organización. Sin embargo, como afirma el gran publi- citario catalán Luis Bassat, “las marcas se construyen en el largo plazo”. Si hay algo que define bien qué es una marca es su carácter intangible y “largoplazista”. Por eso, los directivos de la organización deben asumir esta realidad para así poder ayudar de un modo eficaz a construir en el largo plazo un imaginario de marca que influya positivamente en los procesos de decisión que lleva a cabo el consumidor. ¿Qué es lo que hace que cada año miles de per- sonas salgan a correr la maratón por las calles de San Francisco? ¿Es la marca Nike, o es algo que va más allá de la marca? ¿Por qué cientos de personas en todo 30 el mundo hacen cola en las puertas de Apple cada vez que la marca lanza un nuevo producto? Resulta compli- cado responder a estas preguntas si no se considera el aspecto intangible de la marca. Esta transmite, a través de un producto o servicio, una experiencia de consumo que traslada al cliente más allá del presente inmediato. Las marcas no utilizan un lenguaje del presente, sino del futuro, y más precisamente, de un futuro “perfec- to”. Es decir, las marcas hacen soñar al consumidor. Si no, ¿cómo se puede explicar que millones de personas asocien en todo el mundo el consumo de agua con el rejuvenecimiento? Evian tiene la respuesta. Del mismo modo que BMW tiene la respuesta a aquellas personas que se preguntan por qué conducir puede convertirse en una experiencia única. Todas las personas tienen una necesidad común: sentirse aceptadas y bien consideradas por la sociedad. O al menos por un círculo más reducido de personas, como la familia, los amigos o los compañeros de traba- jo. Junto con estas necesidades básicas, el ser humano tiene otras muchas como por ejemplo pasar momentos divertidos, disfrutar del bienestar, etc. Las marcas, cons- cientes de esta realidad, intentan asociar la experiencia de consumo de sus productos con la satisfacción de algunas de estas necesidades intrínsecas al ser humano. A veces, incluso las marcas crean nuevas necesidades, como por ejemplo el éxito social, la belleza “estereo- tipada” o la eterna juventud. Existe un debate ético sobre el rol de las marcas como “potenciadoras” y/o “creadoras” de necesidades intrínsecas al ser humano. Sin embargo, más allá de estos debates, se puede afirmar que todas ellas recurren a un lenguaje intangible que 31 va más allá de las características físicas del producto y que contribuye a crear el denominado “imaginario de marca”, es decir, un conjunto de representaciones visuales (logos, colores corporativos, slogans, etc.) que ayudan al consumidor a formarse en su mente la identi- dad de una marca. En muchas ocasiones las marcas venden sueños e ilusiones. Es decir, despiertan en el consumidorun deseo, y le convencen de que la satisfacción de este deseo solo es posible realizarla con el objeto anunciado. Existen miles de anuncios en los que se narran historias que siguen esta misma lógica. En algunos casos, las marcas van más allá e incluso se autoproclaman como conocedoras del secreto para obtener la felicidad. Esta idea está muy relacionada con la cultura del consumis- mo que se ha impuesto en la mayor parte de los países occidentales. Según esta cultura, la felicidad se obtiene consumiendo productos y servicios. Si hay una marca que ha logrado asociarse con el concepto de la felicidad, en todos los países en los que está implantada, y con una adaptación cultural en cada uno de ellos, es Coca Cola. Cientos de millones de personas en todo el mundo aso- cian esta marca con la felicidad. De hecho, como puede observarse en la Imagen 4. El Instituto Coca Cola de la Felicidad, esta empresa realiza estudios científicos sobre el concepto de la felicidad. Es más, en el año 2009, esta empresa realizó una campaña sobre este mismo tema: la marca estadounidense envió a un equipo de “embajado- res de la felicidad” a 206 países distintos con el objetivo de averiguar qué es lo que hace feliz a la gente en cada país del mundo. 32 Imagen 4. El Instituto Coca Cola de la Felicidad. Este carácter intangible de las marcas constituye un terreno de acción muy interesante para los profesionales de la comunicación institucional. Sin embargo, el recurso a las necesidades intrínsecas del ser humano también puede generar frustración en aquellos consumidores que no pueden comprar el producto. Por ello, las marcas, más allá de sus intereses comerciales, deben respetar los aspectos éticos que conciernen a la empresa, pero también al consumidor y a la sociedad en su conjunto. La prudencia a la hora de transmitir intangibles que realmente sean valorados y comprendidos por el consu- midor resulta fundamental para que este tenga una buena imagen de la marca. Al fin y al cabo, si bien es cierto que las imágenes y los intangibles asociados con una marca acaban por ser más poderosos que el propio producto en sí, no hay que olvidar que el consumidor sí recurre a 33 la realidad (dinero, bienes materiales, etc.) para adquirir esos productos tan intangibles, pero a su vez tan reales. Asociación con estilos de vida La necesidad de potenciar las características inheren- tes al producto ha llevado a las marcas a fomentar la ima- gen social de la comunicación y a establecer asociaciones entre las marcas y determinados estilos de vida. Las marcas recurren a la historia, la filosofía, la antropología y a otras ciencias para construir relatos que lleven al con- sumidor a asociar la marca con una determinada forma de entender la vida. Por ejemplo, uno de los casos más emblemáticos en la historia de la comunicación comercial es el de Marlboro, y su recurso a los cowboys americanos. Esta empresa asoció el consumo de su producto con un estilo de vida muy masculino y muy propio de la cultura americana. En estos últimos años, los consumidores han cam- biado su comportamiento. Las nuevas tecnologías de la comunicación y de la información, la aparición de nuevos productos y la consolidación de diferentes cambios socia- les, económicos y políticos han generado nuevas actitu- des y comportamientos en el consumidor. Como podrá analizarse en el apartado de este libro “Tipos de con- sumidores”, en estos últimos años han surgido nuevos perfiles de clientes. En este contexto, las marcas estudian constantemente el comportamiento de estos últimos, sus expectativas, necesidades y exigencias, con el objetivo de ofrecerles un producto a medida. Sin embargo, esta labor investigadora también persigue otro objetivo: mejorar la receptividad del consumidor a los mensajes comerciales. 34 Para ello, las marcas intentan crear un terreno comunica- tivo que les sea propio y que les garantice una fidelidad por parte del posible cliente. Por eso, las empresas inten- tan asociarse con determinados estilos de vida que sean valorados por el consumidor, y que, a su vez, les ayuden a construir valor de marca. Como se puede ver en la Tabla 2. Valores asociados a marcas, las grandes marcas comerciales intentan asociarse con un valor que sea representativo del estilo de vida que promulgan. Este estilo de vida, además, está relacionado con una característica propia del producto comercializa- do por la marca. Por ejemplo, Adidas defiende un estilo de vida que queda representado por el valor de la “moral deportiva”, es decir, el buen comportamiento en la prác- tica del deporte. Y para comunicar este valor, la marca se asocia con uno de los deportistas con los que la mayor parte de los ciudadanos asocian el fair play: Leo Messi. Por su parte, Mercedes Benz se asocia con la elegancia, no solo porque la considere como un valor intrínseco a su propio producto, sino también porque la diferencia de otras marcas competidoras y porque representa un estilo de vida valorado por sus clientes. En la Imagen 5. Messi, el emblema moral de Adidas y en la Imagen 6. La elegancia, según Mercedes Benz se puede apreciar el esfuerzo de estas dos marcas por potenciar aquellos valores que consideran que mejor representan el estilo de vida de sus consumidores. 35 Tabla 2. Valores asociados a marcas Marca Valor Website Coca Cola Felicidad http://www.cocacola.es Volvo Seguridad http://www.volvo.com Levi’s Libertad http://www.levi.com Adidas Moral deportiva http://www.adidas.es Nike Colectividad http://www.nike.com Mercedes Benz Elegancia http://www.mercedes-benz.es BMW Experiencia http://www.bmw.es Apple Innovación http://www.apple.com Rolex Exclusividad http://www.rolex.com Renfe Proximidad http://www.renfe.com Imagen 5. Messi, el emblema moral de Adidas. 36 Imagen 6. La elegancia, según Mercedes Benz. 37 Cuando un consumidor decide adquirir un produc- to, en cierto modo pasa a integrar el imaginario social que le propone esa marca. Es decir, el consumidor manifiesta, con la compra de un producto, su deseo de adoptar el estilo de vida propio de esa marca. La compra implica aceptar el estilo de vida de esa marca, pero también rechazar los diferentes estilos de vida propuestos por las marcas competidoras. Por eso, las acciones de comunica- ción institucional que se realizan para promocionar una marca tienen como objetivo estimular la imaginación del consumidor y reforzarle en su decisión de formar parte de una comunidad social de clientes. La compra de un producto se convierte así en una manifestación pública de los principios que guían al consumidor. El consumo, gracias a las marcas, adquiere una dimensión social que va más allá del momento puntual de la compra y que con- cierne a la forma de entender la vida por parte del consu- midor. Así, por ejemplo, en el caso de las marcas mediá- ticas, el estilo de vida, o al menos, la forma de entender la vida, varía mucho entre los lectores de ABC y El País, o entre los telespectadores de La Sexta e Intereconomía. Esto mismo sucede entre los clientes de Pepsi y Coca Cola, McDonalds y Burger King, Apple y Microsoft, etc. Carácter comercial En las páginas anteriores se ha resaltado el rol que asumen las marcas como creadoras de imaginarios socia- les en los que cada una de ellas representa una forma de entender la vida. La comunicación comercial, de la mano del consumismo, ha potenciado la idea de que la felicidad depende del consumo de ciertos productos y 38 servicios. Sin embargo, ¿resulta ético promulgar seme- jante modelo de obtención de la felicidad? Sí es cierto que cuando una marca vende sueños e ilusiones, pero lo hace considerando las posibilidades económicas reales de cada consumidor, este ejercicio puede resultar positivo ya que mejora el estado anímico de la gente. Sin embargo, si una marca vende sueños e ilusiones a consumidores que nunca podrán adquirir ese producto o servicio, estamos ante un usoincorrecto de la comunicación comercial que, a su vez, puede generar frustraciones y desconten- to en una parte de los clientes. Es más, puede que los consumidores hagan grandes sacrificios para intentar comprar ese producto y que debido a ello se expongan a problemas graves. Sirva como ejemplo la comunicación realizada en España desde 2000 hasta 2007 por bancos y agencias inmobiliarias que crearon en mucha gente la falsa necesidad de comprar pisos a precios que la gente no podía permitirse. Las marcas persiguen un objetivo comercial. Es cier- to que crean un imaginario social, que se asocian con esti- los de vida y que promulgan valores constructivos. Pero también lo es que las marcas comunican para conseguir ventas, clientes y beneficios. Un buen ejemplo de la mar- cada orientación a ventas que tienen algunas marcas es la actitud de las compañías tabacaleras. Estas empresas, durante muchos años, negaron que su producto estuviese asociado con enfermedades cancerosas, aun y cuando ya había estudios científicos publicados que demostraban la existencia de una relación directa entre el consumo de tabaco y el cáncer de pulmón. Esto es un ejemplo que pone de manifiesto que las marcas persiguen intereses comerciales y que, para alcanzarlos, en algunos casos, 39 están dispuestas incluso a realizar acciones que se alejan del respeto de la ética comunicativa. Las marcas se orientan a la consecución de un objeti- vo comercial y económico, y ello es legítimo. No obstante, los medios utilizados para alcanzarlo deben respetar la ética empresarial así como la ética del consumidor. Por eso, la inmensa mayoría de las marcas no recurren a estra- tegias turbias como las realizadas, en distintos momentos históricos, por los bancos y las compañías tabacaleras, sino que recurren a herramientas de marketing honestas (publi- cidad, comunicación online, eventos, etc.). Entre todas estas herramientas, destaca la política de posicionamiento estratégico. Según Jorge-David Fernández-Gómez (2013), este posicionamiento hace referencia al lugar que ocupa una marca con respecto a la competencia. Por ejemplo, en transporte aéreo, EasyJet se posiciona como una marca de bajo coste, mientras que Iberia se posiciona como una marca que apuesta por un servicio más completo y de mayor calidad. Siguiendo al mismo autor, el posicio- namiento de marca se ha desarrollado mucho en estos últimos años debido a las siguientes razones: 1. saturación de mensajes comerciales que hay en todos los medios de comunicación; 2. capacidad limitada que tiene la gente para memorizar mensajes; 3. importancia de ser el primero dentro de una categoría de producto; 4. necesidad de convertirse en el genérico de la categoría; 5. importancia del marco de referencia; 6. necesidad de diferenciarse; 40 7. principio de diferenciación más allá del produc- to; 8. principio de simplicidad; y 9. importancia de permanecer en el tiempo con un mismo posicionamiento. El posicionamiento ayuda a la marca a mejorar su comunicación institucional y, por tanto, a obtener mayores ingresos. La presión que tienen las empresas por rentabilizar al máximo las acciones de comunica- ción de marca se plasma en la denominada “valoración financiera de la marca”. Se trata de estimar cuánto dinero cuesta cada marca. Para ello, existen diferentes métodos y fórmulas. Más allá del debate existente sobre cuál es el mejor método, la idea importante es que las marcas deben intentar plasmar su “valor intangible” en una cifra monetaria que sirva de referencia a accionistas y demás públicos objetivos. Definir de un modo preciso el valor monetario de una marca mejora las relaciones de dicha empresa con los mercados financieros: realización de transacciones, ampliaciones de capital, etc. Este carácter financiero de la marca resalta, una vez más, que estas son, ante todo, empresas orientadas a la consecución de resultados económicos que garanticen y mejoren el día a día de la organización. Credibilidad Las marcas son activos intangibles que intentan crear un imaginario social que influya positivamente en el consumidor y que, además, se traduzca en ingresos para la empresa. Para ello, las acciones de comunicación 41 institucional orientadas a la promoción de marca –de productos, servicios o compañías– intentan aliarse con un factor clave: la credibilidad. Solo las marcas que resul- tan creíbles generan una actitud positiva en el consumi- dor. Por ello, las empresas centran su comunicación en transmitir mensajes que describan el producto o servicio, y que además lo diferencien de los de la competencia a través de razonamientos lógicos que resulten creíbles. A modo de ejemplo, se puede señalar el recurso a datos y estadísticas que avalan los mensajes comerciales transmi- tidos por cada marca, o la tendencia a asociar esta última con personajes famosos expertos en el ámbito de acción de la empresa y que, por tanto, aportan credibilidad a la organización. Uno de los conceptos con los que se asocia la comu- nicación comercial es la persuasión. La persuasión debe ser razonable y estar al servicio del desarrollo del hombre y de la búsqueda del bien común. Al fin y al cabo, las marcas son empresas que adquieren un compromiso con su sociedad de referencia y con sus grupos de interés. Y dicho compromiso debe basarse siempre en el respeto de la verdad. Respetar la verdad constituye una exigencia para todas las empresas. Pero esto no se debe únicamente al hecho de que el respeto de la verdad aporta credibi- lidad a la marca, sino también a que muchas empresas comercializan productos que pueden ser perjudiciales para la salud de ciertas personas. Por ejemplo, las perso- nas que tienen diabetes no pueden tomar productos con azúcar; la gente que es celiaca no puede tomar productos que lleven gluten; o las personas que sufren problemas cardiovasculares no pueden realizar ciertas actividades de ocio. Las marcas adquieren un compromiso social con 42 sus stakeholders que las obliga a decir siempre la verdad sobre todas las actividades que realizan, aunque esto les suponga consecuencias negativas. Los expertos en comunicación institucional dig- nifican esta profesión cuando son capaces de ayudar a una marca desde el respeto de la verdad y la orientación al bien común. Sin embargo, a lo largo de la historia, muchas empresas no han sabido asumir esta responsa- bilidad y han recurrido a la mentira para intentar comer- cializar sus productos y servicios. Así, diferentes marcas han atribuido a su producto características que no son reales, han utilizado términos pseudocientíficos con el objetivo de confundir al público, han realizado acciones de publicidad subliminal, han omitido información, etc. Todas estas acciones no resultan coherentes con la ética profesional de la comunicación institucional, y además pueden volverse en contra de la marca. Muchos publi- citarios señalan que no se puede mentir al consumidor porque este siempre se da cuenta. Y cuando descubre que le han mentido, la marca deja de ser creíble, lo cual puede convertirse en una situación desastrosa para la empresa. El experto en comunicación institucional Carlos Soria-Saiz (2005) afirma que existen seis razones prin- cipales por las que los profesionales de la comunicación comercial deben decir la verdad. 1. El hombre es un ser racional y libre que necesita información verdadera para tomar decisiones y formarse su propia opinión, por lo que mentirle implica no respetar su condición humana. 2. Adquirir un producto a través de un engaño puede acarrear consecuencias no deseadas para 43 el consumidor, lo cual constituye un acto de injusticia. 3. Los publicitarios son responsables, junto con el anunciante, del mensaje comercial transmitido por la marca. 4. Toda compra supone para el consumidor un desembolso económico, que en ciertos casos puede ser elevado. 5. La mentira y el engaño contribuyen a crear un climade desconfianza social que rompe las bases del libre mercado. 6. El engaño siempre tiene consecuencias negati- vas para el que lo comete ya que su credibilidad se ve afectada. 45 LA CREACIÓN DE MARCA DESDE EL EMPLEADO Comunicación entre empleados “Nuestro capital más valioso es el empleado”, “en esta empresa no hay trabajadores, sino personas”, “todo nuestro negocio gira alrededor de las personas”. Estas son algunas de las frases que están presentes en la comu- nicación institucional de miles de empresas en todo el mundo. Todas ellas resaltan el rol del empleado como artífice del valor añadido que las organizaciones ofrecen a sus clientes. Sin embargo, ¿son las empresas las que han decidido que esto sea así, o es el contexto el que las ha obligado a ello? Si bien es cierto que habría que analizar el caso particular de cada una de ellas, se puede afirmar que la evolución de una sociedad industrial a una sociedad del conocimiento en la que el consumidor tiene cada vez más contacto con las empresas y donde estas se centran en los aspectos intangibles para diferenciarse ha provocado que la “empresa” pase a ocupar un segundo plano, y que la “persona” se convierta en el verdadero protagonista de la organización. Esta nueva realidad convierte al empleado en uno de los protagonistas de la creación de marca. Según el autor francés Richard Barret (2003), todo empleado tiene siete niveles de conciencia: 46 1. de supervivencia (el empleado necesita tener seguridad y estabilidad económica, es decir, un sueldo seguro todos los meses); 2. relacional (intenta llevarse bien con sus compa- ñeros de trabajo); 3. de estima de uno mismo (necesita hacerse respe- tar por el resto de compañeros); 4. de transformación (necesita poder confiar en los compañeros de trabajo); 5. de organización (el trabajo realizado debe apor- tarle un sentido de realización personal); 6. de comunidad (debe poder realizar contribucio- nes personales al equipo de trabajo que le hagan sentirse útil); y 7. de sociedad (debe contribuir a buscar soluciones a los problemas del mundo). El desarrollo de estos siete niveles de conciencia ayuda al trabajador a crecer personal y profesionalmen- te, lo que permite, a su vez, a la organización ofrecer a los clientes un mejor producto o servicio. Por eso, las empresas, especialmente el Departamento de Recursos Humanos, apuestan por la formación del trabajador en estos siete niveles de conciencia. Y para ello, la comuni- cación interna se convierte en una actividad clave. La comunicación interna ayuda a la organización a mejorar su funcionamiento. Gracias a ella, la organización consigue diferentes objetivos, como por ejemplo mejorar la motivación de los empleados, ofrecerles información útil para que ejerzan mejor su puesto de trabajo, optimi- zar el uso de los recursos materiales, etc. La importancia creciente concedida a esta función profesional ha llevado 47 a muchas organizaciones a crear un Departamento de Comunicación Interna. El objetivo de este departamento es mejorar los diferentes flujos de comunicación que hay en una organización: a) ascendentes (del empleado al directivo), b) descendentes (del directivo al empleado) y c) horizontales (comunicación entre empleados, o entre directivos). Para mejorar estos flujos comunicativos, las empresas han puesto a la disposición de los empleados multitud de herramientas de comunicación interna: news- letters, intranet, revistas internas, buzones de sugerencias, etc. A modo de ejemplo, en la Imagen 7. Newsletter de Agbar, se puede observar la publicación periódica de esta empresa barcelonesa. Imagen 7. Newsletter de Agbar. 48 La existencia de una comunicación fluida entre los empleados ayuda a la organización a ser más eficaz en su funcionamiento y a mejorar el servicio ofrecido al cliente, lo que influye en la imagen de marca de la organización. Sin embargo, en todas las organizaciones existen problemas de comunicación interna. Por ejem- plo, en muchas empresas, la comunicación descendente no funciona bien porque los órganos de gobierno trans- miten demasiada información al resto de empleados. Y, además, esta información, en ocasiones, no está adapta- da al tipo de receptor al que se dirige, lo que dificulta la comprensión por parte de este último. Otro problema que afecta a este tipo de flujo comunicativo es la difu- sión de informaciones contradictorias, o de informacio- nes parciales, lo cual también genera un problema de comprensión en el receptor. Cuando la comunicación es ascendente, el problema más recurrente que surge es la escasa receptividad de los directivos hacia los mensajes que les envían los empleados. Por último, respecto a la comunicación horizontal, el principal problema que afecta a este flujo comunicativo es la desconfianza entre los propios empleados, así como la especialización pro- fesional que tienen algunos de ellos y que les dificulta la comprensión mutua. Implicaciones de la información La información es uno de los bienes más valiosos de los que dispone una organización. Gracias a ella, la orga- nización puede desarrollar nuevos productos y servicios, optimizar los procesos internos de trabajo, orientar la producción a aumentar la satisfacción del cliente, mejorar 49 las relaciones con los proveedores, obtener más ganan- cias, etc. Además, la información es clave para lograr que el empleado conozca la organización en la que tra- baja, comprenda su arquitectura de marca, divulgue sus valores corporativos, etc. Las implicaciones estratégicas de la información son tan numerosas que cada vez más empresas implantan los denominados “Departamentos de Gestión del Conocimiento”, cuyo objetivo es gestio- nar toda la información que produce una empresa. En la sociedad actual del conocimiento, la información se ha convertido en un intangible muy poderoso que ayuda al empleado a hacer mejor su trabajo y, consecuentemente, ayuda a la organización a reforzar su marca. Como se podrá observar en el siguiente capítulo de este libro, la información también tiene un valor estratégico para los directivos. Los empleados pueden intercambiar información sobre multitud de temas que pueden concernir a públicos internos (empleados, directivos) o externos (clientes, empresas subcontratadas, etc.), que pueden ser públicos o confidenciales, que pueden versar sobre productos o servicios, que pueden provenir de fuentes oficiales o de fuentes no oficiales, etc. Los empleados reciben una gran cantidad de información a lo largo de su jornada laboral. El desafío de las organizaciones consiste en gestionar dicha información de tal modo que los empleados reciban inputs que realmente los ayuden a conocer mejor la organización y, por tanto, a ejercer mejor su puesto de trabajo. El verdadero rol de la información consiste en ayudar a la organización a ser más eficaz. Y para ello, se hace necesaria una gestión profesional de la información. 50 La tendencia a profesionalizar la gestión de la información se plasma también en la creación de un Departamento de Comunicación Interna. Este depar- tamento, en colaboración con el de Recursos Humanos y con el de Gestión del Conocimiento, se encarga de seleccionar y difundir aquellas informaciones que más pueden ayudar a cada empleado a ser eficaz en su traba- jo. Esta labor exige un trabajo previo de segmentación de los empleados (según formación académica, puesto ocupado, etc.), adaptación del mensaje a cada uno de ellos, y selección de una herramienta de comunicación interna que sea adecuada y que, además, facilite el fee- dback por parte del empleado. Uno de los temas sobre los que hay que informar a los empleados es la estrategia de la compañía. Según Bill Quirke (2000), el conoci- miento de la estrategia por parte de los trabajadores es fundamental para lograr que esta pueda llevarse a la práctica. Es decir, la organización explica a cada traba- jador cuál es la estrategiaque se ha implantado así como las diferentes implicaciones prácticas esta que tiene en el día a día del empleado. Además, también es importante que la organización le transmita información sobre los objetivos estratégicos perseguidos por la organización en su conjunto, así como los asignados a cada depar- tamento en particular. El objetivo de esta acción no solo es que cada empleado comprenda la importancia de su trabajo en la consecución de los objetivos de la organización, sino también que este se motive y se implique al máximo en la consecución de los objetivos del departamento. 51 La información desempeña un papel clave en la motivación de los empleados. Por eso, cada vez más organizaciones apuestan por implantar acciones de comunicación institucional cuyo objetivo es desarrollar el sentimiento de pertenencia que tiene el empleado hacia la organización. Para ello, una de las iniciativas más comunes es la difusión de elementos corporativos, como por ejemplo la arquitectura de marca (identidad, misión, visión, valores y cultura). Estos elementos ayudan al empleado a comprender el valor diferencial que supone trabajar en la organización. Otra de las iniciativas con- siste en difundir la historia de la empresa. A través de la historia, la empresa intenta transmitir la idea de que cada empleado forma parte de la “historia presente y futura” de la organización. A modo de ejemplo, en la Tabla 3. La historia corporativa, se puede observar cómo la mayor parte de las empresas conceden una gran importancia a la his- toria corporativa. De hecho, muchas de ellas recurren a la historia para justificar la misión corporativa que persigue la organización. En la Imagen 8. La historia de Telefónica, se puede observar la publicación que hizo esta empresa para explicar sus primeros cincuenta años de historia. Ayudar al empleado a que conozca mejor su organización, su historia así como la estrategia y objetivos organizaciona- les perseguidos contribuye a mejorar la fidelidad de los empleados y su compromiso con la marca. 52 Tabla 3. La historia corporativa Empresa Título de la sección Web Telefónica Historia http://www.telefonica.com/es/about_ telefonica/html/historia BBVA Una trayectoria de más de 150 años http://www.bbva.com/TLBB/tlbb/ esp/informacion-corporativa/conozca- nos/historia/index.jsp El Corte Inglés Historia. Breves apuntes históricos http://www.elcorteingles.es/informa- cioncorporativa/elcorteinglescorporati- vo/portal.do?IDM=160&NM=3 La Caixa Historia de La Caixa http://www.lacaixa.com/informacion- corporativa/historia_es.html Iberdrola Nuestra historia http://www.iberdrola.es/webibd/cor- porativa/iberdrola?cambioIdioma=EN WEBCONEMPGHIS Repsol Nuestra historia http://www.repsol.com/es_es/cor- poracion/conocer-repsol/perspecti- va_historica Mapfre Nuestra historia http://www.mapfre.com/corporativo/ grupomapfre/es/cinformativo/historia- grupomapfre.shtml Banco Sabadell Historia. Banqueros desde 1881 https://www.grupbancsabadell.com/ es/GRUPO/HISTORIA/?...es Nutrexpa Historia http://www.nutrexpa.es/node/8 Cepsa Historia http://www.cepsa.com/cepsa/ Quienes_somos/La_compania/ Historia 53 Imagen 8. La historia de Telefónica. 54 Formación del empleado en marca Las organizaciones que apuestan por formar a sus empleados en diferentes habilidades personales y pro- fesionales demuestran una preocupación sincera por el crecimiento profesional de ellos, así como por la mejora del servicio ofrecido al cliente. El aprendizaje constante forma parte de la cultura organizacional en la mayor parte de las empresas. Desde los profesionales de la salud, hasta los profesores, pasando por los contables o los arquitectos, todos necesitan actualizar sus conocimien- tos para ofrecer un mejor servicio a la sociedad. Uno de los ámbitos en los que se pueden y se deben formar los trabajadores de cualquier empresa es la comunicación. Resulta imposible encontrar una organización en la que los trabajadores no recurran a ella para poder trabajar en su día a día. Se trata de una actividad transversal presente en todas las organizaciones, de ahí el interés de que estas “profesionalicen” la gestión de su comunicación a través de la formación de sus empleados en los diferentes ámbi- tos de la comunicación institucional. Formar al empleado en comunicación institucional constituye una decisión estratégica con múltiples conse- cuencias positivas para la organización y para el propio empleado. No se trata de ofrecerle una formación pro- funda sobre esta actividad, sino más bien de aportarle las bases necesarias para poder integrar la lógica comunicati- va en su lógica profesional. Las diferentes áreas de acción en las que se le puede formar son: comprensión de los principios básicos de la comunicación interna; 55 desarrollo de habilidades de comunicación interpersonal; comprensión del impacto de la comunicación externa; y formación en la aplicación práctica de los dife- rentes elementos que constituyen la arquitectura de marca de la organización. La comprensión, y sobre todo el respeto, de la comunicación institucional constituyen un primer paso indispensable para todos los empleados que desean cola- borar en la consecución de los objetivos globales de una institución. A modo de ejemplo, se puede señalar el mal uso que muchos empleados realizan de las redes sociales y que, sin duda, influye negativamente en la organiza- ción. Así, cabría preguntarse: ¿cuál sería la percepción de los clientes de una empresa si todos y cada uno de sus empleados realizasen un uso profesional de las redes sociales? Sin duda, se trata de un terreno de acción por desarrollar (Marquina, 2012). Las organizaciones forman a sus empleados en comunicación institucional con el objetivo de facilitar la difusión de la identidad de la organización entre los diferentes stakeholders. Los empleados deben conocer de un modo preciso la arquitectura de marca de la organi- zación (identidad, misión, visión, valores y cultura) para así poder comprender la identidad corporativa y divul- garla entre los diferentes grupos de interés. Como se ha comentado más arriba, el empleado es el “capital más valioso de una organización”. Él es el mejor aliado del que esta puede disponer para difundir su identidad cor- porativa. Por eso, la organización implanta iniciativas de 56 comunicación que permiten al empleado profundizar en el conocimiento de esta. Desde talleres hasta seminarios, pasando por conferencias, o campañas de comunicación online, las organizaciones disponen de varias herramien- tas para formar al empleado. Conocer la identidad le puede ayudar a comprender mejor el sentido de su tra- bajo. Además, interiorizar la identidad de la organización ayuda a potenciar otros valores como la responsabilidad mutua, la confianza en la organización, la identificación con los directivos, etc. A modo de ejemplo, en la Imagen 9. Identidad de Nestlé, se puede apreciar la importancia que esta compañía suiza concede a la formación de los empleados en su propio modelo identitario: la creación de valor compartido. Imagen 9. Identidad de Nestlé. Las organizaciones también realizan esfuerzos para que todos y cada uno de los empleados comprendan y se adhieran a la misión corporativa. Los expertos en comu- nicación Jaume Almenara-Aloy, Marina Romeo-Delgado y Xavier Roca-Pérez (2005) consideran que las organiza- ciones deben recurrir al marketing interno para convertir la misión en algo aplicable en el día a día del trabajador. Es decir, la empresa debe implantar acciones de marke- 57 ting (dípticos, web, eventos, etc.) que permitan al emplea- do conocer con precisión en qué consiste la misión y qué implicaciones prácticas tiene para la organización. De este modo, los propios empleados son capaces de transmitir la misión a los clientes y, así, construir la satis- facción de estos últimos desde dentro de la organización hacia fuera. El objetivo de una misióncorporativa no es constar en un manual de comunicación, sino integrarse y modular el día a día de todos los trabajadores que com- ponen la organización. Por ello, educar a los trabajadores en la comprensión de la misión solo puede aportar bene- ficios positivos, tanto a la organización como al propio trabajador. La formación del empleado en la identidad cor- porativa y en la misión constituye una acción con un gran valor añadido porque así asimila qué significa la marca para la cual trabaja. Como señala el gran exper- to en comunicación corporativa, Paul Argenti (2003), los empleados solo creen en la marca de la compañía cuando consideran que realmente pueden contribuir con su trabajo a reforzar dicha marca. Por eso resulta primordial que la compañía apueste por realizar cam- pañas de comunicación interna que ayuden al empleado a conocer la marca, implicarse y participar de un modo activo en su construcción y divulgación. La formación en marca resulta especialmente importante en el caso de los empleados que tienen un contacto directo con el cliente. Estos empleados se convierten en “abanderados de la organización”, es decir, en los representantes de la marca, y a través de sus comportamientos deben poseer la capacidad de transmitir qué es la marca. Se trata de uno de los ejemplos más ilustrativos que permiten justificar la 58 necesidad de que la organización forme a sus empleados en marca. Del empleado al prescriptor Convertir al empleado en prescriptor de marca. Este es uno de los retos a los que se enfrentan los profesio- nales de la comunicación interna de cualquier empresa. Pero, ¿qué es un prescriptor de marca? En el mundo del marketing se considera prescriptor a aquel consu- midor que transmite a otros consumidores una opinión favorable sobre un producto, servicio o empresa. La importancia de los prescriptores reside en la credibilidad que generan ya que, en principio, son personas ajenas a la organización. Además, sus opiniones, pueden influir positivamente en el proceso de decisión de compra de otros consumidores. Siguiendo esta misma lógica, algu- nas empresas intentan inculcar a sus empleados una acti- tud favorable hacia la organización, sus productos y ser- vicios. En definitiva, una actitud positiva hacia su marca. Con ello, aspiran a que asuman, sin que la organización se lo pida de un modo formal, una labor de “promoción comercial” que favorezca la difusión de mensajes favora- bles sobre la marca. Para convertir al empleado en prescriptor no es sufi- ciente con formarle en temas de comunicación institucio- nal y de arquitectura de marca. Además, hay que generar en él una gran motivación para que así asuma su rol de prescriptor de un modo eficiente. ¿Por qué los emplea- dos de Google son fans de su marca? ¿Por qué una tienda de Apple no tiene nada que ver con otras tiendas de orde- nadores? El secreto está en la actitud de los empleados, y 59 más precisamente, en su motivación, en su compromiso con la marca, en su pasión por los valores de esta, es decir, en su comprensión del trasfondo que tiene trabajar para la organización. Para motivar a los empleados, las organizaciones implantan diferentes iniciativas de comu- nicación interna. Sin embargo, sentir la marca como algo propio no depende en exclusiva de la labor realizada por los profesionales de la comunicación. Hay otros factores que pueden dificultar esta tarea, como por ejemplo las relaciones personales entre los compañeros de trabajo o las condiciones laborales (horarios, sueldos, etc.). Es labor del profesional de la comunicación interna ayudar al empleado a centrar su motivación en la esencia de la marca y no en otros factores secundarios. Para explicar al empleado correctamente la esencia de una marca, hay que transmitirle mensajes persona- lizados y adaptados a su perfil profesional. Además, también es necesario darle información sobre el consu- midor (expectativas, necesidades, percepciones, etc.) de tal modo que el empleado pueda mejorar las relaciones comunicativas que establece con él. Resulta especialmen- te importante aportarle información sobre las nuevas ten- dencias de consumo. A modo de ejemplo, y siguiendo los datos aportados por Trendwatching (2013), se pueden destacar las siguientes: a) emerging: desarrollo de produc- tos y servicios procedentes de mercados emergentes que se comercializan en dichos mercados y no en los merca- dos desarrollados; b) appscriptions: el consumidor recurre a la profesión médica para certificar o prescribir aplica- ciones móviles sobre salud; c) full frontal: el consumidor exige a la marca que demuestre de forma proactiva que es transparente y que no tiene nada que ocultar; d) demanding 60 brands: las marcas tienden a ser más responsables social- mente y exigen cada vez más a sus clientes que contribu- yan a dicho cambio; y e) mobile moments: el consumidor espera que sus experiencias, compras y comunicaciones se conviertan, gracias al teléfono móvil, en experiencias multitarea. Formar al empleado en comunicación institucional, motivarle y darle información sobre el consumidor ayuda a convertir al empleado en un auténtico prescriptor de marca. Para lograrlo, la organización necesita apostar por una gestión profesional de la comunicación interna, especialmente de la comunicación interpersonal. Explicar qué es la marca y cuáles son sus implicaciones en el día a día del trabajador constituye ya de por sí una labor com- plicada. Lograr además que el empleado se adhiera a ella, es decir, la interiorice y se sienta identificado con ella, constituye una labor aún más complicada. Y, conseguir que dicho empleado sepa transmitir de un modo correcto y fiel qué es la marca a otros empleados, clientes, amigos o familiares, constituye un verdadero desafío. Por eso, esta labor formativa del empleado necesita apoyarse en herramientas de comunicación con un fuerte componen- te pedagógico, que faciliten el feedback y que fomenten la personalización. Y la herramienta que mejor cumple con estas exigencias es la comunicación interpersonal en cualquiera de sus formatos (reuniones, charlas, sesiones de trabajo, consultorios online, etc.). 61 LA CREACIÓN DE MARCA DESDE EL DIRECTIVO Rol de la información Mejorar la eficacia de los procesos de trabajo, cola- borar en la creación de nuevos productos y servicios, lanzar nuevas unidades de negocio, implantar estrategias de expansión internacional o gestionar las relaciones de la organización con los organismos públicos. Estas son algunas de las funciones que asumen los directivos de cualquier empresa. Para garantizar que estas funciones influyan positivamente en la empresa y limitar así el ries- go de tomar decisiones erróneas, los directivos se apoyan en un recurso clave: la información. No es por casualidad que la mayor parte de las empresas dispongan de depar- tamentos de comunicación, pero también de documen- tación, de gestión del conocimiento, o de archivo. La información tiene un valor estratégico muy elevado para los directivos, ya que estos toman decisiones que influyen en el devenir de la empresa, y por tanto, en la marca de la organización. Siguiendo la reflexión de Alfons Cornella (1994), los principios en los que debe basarse la gestión de la infor- mación por parte de la empresa son nueve: 62 1. La información es uno de los principales recur- sos de la empresa y debe gestionarse con la misma profesionalidad con la que se gestionan otros recursos, como por ejemplo los financie- ros. 2. La información de la que dispone una empresa debe aparecer en su balance. 3. La información es patrimonio de la empresa en su conjunto, pero cada empleado tiene derechos (acceso a la información necesaria para ejercer su trabajo) y obligaciones (compartir informa- ción con aquellos empleados que la necesiten). 4. La estrategia de gestión de la información debe estar directamente relacionada con la estrategia de negocio de la empresa,y dicha gestión debe realizarse de forma global en la empresa, y no solo de forma particular en cada departamento. 5. La empresa debe disponer de un mapa informa- cional en el que se especifique de qué informa- ción dispone cada empleado. 6. El verdadero reto de una empresa, y especial- mente de sus directivos, consiste en saber cómo hay que utilizar la información en beneficio de la empresa. 7. Las tecnologías de la información deben poner- se a disposición de la gestión informativa para hacer que esta sea más eficaz. Entre todas las herramientas disponibles, destaca el caso de la intranet. A modo de ejemplo, en la Imagen 10. Intranet de Volkswagen-Audi España se puede apreciar la intranet de esta compañía automo- vilística. 63 8. Las empresas deben priorizar los datos y la información, y no tanto los procesos y los pro- cedimientos. 9. El objetivo de la gestión de información es satisfacer las necesidades informativas de cada empleado. Imagen 10. Intranet de Volkswagen-Audi España El entorno empresarial es cada vez más complejo y está sometido a una incertidumbre creciente. Para el directivo, tomar decisiones se ha convertido en una labor muy complicada, de ahí su interés por disponer de infor- mación de calidad. A menudo, los directivos no disponen de ella, bien porque no existe, o bien porque acceder a ella exige una inversión que la empresa no puede per- 64 mitirse. En cualquier caso, el directivo siempre intenta acceder a información que le aporte valor, es decir, que sea relevante y que le permita reducir la incertidumbre y el riesgo que implica tomar una decisión. La información, además, debe ser completa y exacta. Por otro lado, la información, además de ayudar al directivo a tomar deci- siones, también le facilita la gestión y motivación de los empleados. Uno de los desafíos de cualquier directivo, especialmente de aquellos que trabajan en empresas que manejan intangibles, es la gestión del talento. Desde la selección del personal hasta el establecimiento de un plan de carrera personalizado para cada empleado, el directivo necesita contar con información de calidad que le ayude a decidir en qué habilidades y aptitudes debe formar al empleado para así potenciar su talento. La gestión del talento basada en un uso correcto de la información posi- bilita el crecimiento personal y profesional del empleado, lo cual influye positivamente en su motivación, así como en el desarrollo de la organización. El directivo que dispone de información de calidad toma decisiones correctas, gestiona empleados de un modo eficaz, fomenta el crecimiento personal y pro- fesional de cada uno de ellos, mejora el clima laboral y ayuda a la organización a obtener mejores resultados. Todo ello influye positivamente en los empleados, y en los propios directivos, ya que ambos se sienten como parte integrante de una organización que les protege y les ayuda. Y esta percepción positiva que tienen los empleados y directivos ayuda a crear la marca de la organización, desde dentro hacia fuera. Es decir, apos- tar por una gestión organizacional basada en el rol de la información como eje potenciador de las habilidades 65 personales y profesionales de cada empleado constituye una decisión correcta para mejorar la imagen de marca de la organización. Habilidades comunicativas del directivo La comunicación se ha convertido en una de las habilidades directivas más importantes. Cada vez más organizaciones fomentan la formación de sus directivos en habilidades de comunicación, tanto interpersonal como institucional. Disponer de directivos que sepan comunicarse de un modo correcto es fundamental para que la organización transmita su marca internamente y externamente. Según el experto en comunicación cor- porativa Paul Argenti (2003), todos los directivos de cualquier organización necesitan ser conscientes del gran impacto que tienen la identidad, la imagen y la reputación en el día a día de la organización; y por ello, deben apren- der a gestionar estos recursos. Sensibilizar a los directivos sobre el rol estratégico que tiene la comunicación en la creación de marca y en el desarrollo de la organización es una de las labores asumidas por el Departamento de Comunicación Interna. Dicho departamento se encarga, por ejemplo, de explicar a los directivos en qué consiste la arquitectura de marca de la organización, concepto que fue analizado en el capítulo 1 de este libro. Según Pablo Gonzalo-Molina (2002), el Departa- mento de Comunicación Interna puede ayudar a los directivos de diez formas diferentes: 1. A centrar en lo concreto, y no en lo abstracto, todas las acciones que emprenden. 66 2. A permitir orientar su trabajo a la consecución de soluciones que sean coherentes con los obje- tivos estratégicos de transformación del desem- peño que tiene el empleado. 3. A definir los objetivos de la organización de una manera rigurosa, precisa, real y medible. 4. A facilitar la profesionalización de los procesos que se llevan a cabo dentro de la organización. 5. A permitir optimizar los esfuerzos de la orga- nización a través de integrar la comunicación interna con la actividad realizada por otros departamentos que buscan objetivos similares, como por ejemplo el de recursos humanos. 6. A hacer que los empleados conozcan mejor las labores asumidas por los directivos, lo cual fomenta el prestigio de estos últimos y legitima su función. 7. A mejorar la aportación profesional que realiza cada uno de los empleados. 8. A tener contacto directo con la realidad que vive el empleado en su día a día. 9. A conocer los aspectos positivos y negativos de la organización, lo que le permite ser más obje- tivo en sus valoraciones y, así, generar mayor credibilidad entre los empleados. 10. A cambiar la imagen negativa que en algunos casos podría tener sobre la organización. La comunicación interna se ha consolidado como una de las áreas estratégicas de cualquier organización. Muchos profesionales de este sector consideran que, en los próxi- mos años, la clave para lograr que los directivos tengan 67 buenas relaciones con los empleados no consistirá tanto la diseminación de información, sino más bien en la construc- ción de relaciones comunicativas estables. Y ello implica un mayor esfuerzo comunicativo por parte del directivo, así como una mayor profesionalización del Departamento de Comunicación Interna. Por otro lado, la comunicación interna se ha convertido en una de las fuentes de informa- ción más importantes de las que dispone el directivo. La comunicación interna ayuda al directivo a recopilar infor- mación muy valiosa para comprender el estado actual de la organización. Así, a modo de ejemplo, se pueden citar los casos en los que los empleados están descontentos con la organización y difunden rumores negativos sobre ella, como el despido de empleados, la bajada de sueldos, los conflictos entre empleados y directivos, etc. En estos casos, si los directivos de la organización disponen de las habilidades comunicativas necesarias para estar en contacto constante con los empleados y recopilar información de valor, pueden tomar decisiones más acertadas. El Departamento de Comunicación Interna fomen- ta la formación del directivo en habilidades de comuni- cación interpersonal. En muchas organizaciones, los per- files profesionales de los empleados son muy diferentes entre sí, lo que dificulta la comunicación interpersonal. Así, por ejemplo, al director médico de un hospital le puede resultar complicado interactuar con el responsable de informática o con el director de contabilidad. Por ello, resulta necesario que los directivos desarrollen las habilidades de comunicación interpersonal necesarias para establecer relaciones comunicativas satisfactorias con los diferentes tipos de empleados que trabajan en la organización. Desarrollar habilidades como la escucha, la 68 empatía, el uso del silencio, la elaboración
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