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Prevencion_Lesiones_en_el_Deporte_Daniel_Romero_Rodriguez

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PRÓLOGO 
 
En la teoría y práctica del entrenamiento de alto rendimiento de un deportista, deben 
contemplarse las dos formas constitutivas. La primera de ellas es el entrenamiento 
optimizador, es decir, aquél que se ocupa de la planificación, diseño, realización y control de 
todas las tareas de entrenamiento que el deportista debe practicar, y que tiene como 
objetivo optimizar el rendimiento de éste en las competiciones a lo largo de su vida 
deportiva. La segunda es el entrenamiento coadyuvante, compuesto por todas las prácticas 
que permiten al deportista gozar de un estado de salud que le posibilita realizar cada día las 
tareas propuestas por el entrenamiento optimizador y participar en todas las competiciones 
de su especialidad, siempre en el nivel de rendimiento esperado, para así poder lograr los 
objetivos propuestos en cada temporada de competiciones. Este entrenamiento es de la 
misma importancia e interés que el optimizador. Sin embargo, en ocasiones, se ignora su 
práctica, debido a que se considera que no participa directamente en el rendimiento de los 
deportistas. Esta consideración es errónea, ya que en sus contenidos se contemplan varias 
categorías de entrenamientos que deberán aplicarse como procesos yuxtapuestos al 
proceso del entrenamiento optimizador, algunas de ellas cuando el deportista no está 
lesionado, y otras cuando está intentando superar un proceso lesivo, de mayor o menor 
duración e importancia, que no le permite participar en el entrenamiento optimizador. 
 
Entre los entrenamientos de la primera categoría, se encuentra el entrenamiento 
preventivo, que es en el que se centra este magnífico libro. Es importante tener en cuenta 
que este tipo de entrenamiento comparte su aplicación con el entrenamiento optimizador y 
con otros también necesarios, como el regenerativo; el poscompetición; el formativo 
específico, aplicado a jóvenes de gran talento inmersos en la alta competición; el 
complementario, que completa las necesidades individuales específicas de la práctica de 
deportes de equipo, y otros que no es necesario enumerar, pero hacen valorar al 
entrenamiento coadyuvante. Así pues, el entrenamiento optimizador y el preventivo son 
procesos de entrenamiento necesarios para todos los deportistas de alto rendimiento, 
constituyéndose en la estrella del entrenamiento coadyuvante, algo que pretende mostrar 
este trabajo ejemplar. En él se suceden propuestas con bases experimentales que 
asombrarán al lector, debido a la sencillez con la que se presentan y a la lógica aplastante 
del conocimiento científico en el que se basan. Es especialmente atractiva la forma de 
analizar las lesiones y los mecanismos que las producen; esto se lleva a cabo desde una 
perspectiva multifactorial, y relatando el carácter multicausal de cada uno de los factores 
lesivos. Esta propuesta abre caminos de investigación más complejos, que ayudan a 
producir procedimientos y metodologías preventivas de mayor eficacia, gracias a su 
especificidad. Todo ello está tratado de una forma tan lógica como la que siguieron los 
investigadores del músculo más específico e importante de nuestro cuerpo, el corazón, 
cuando vieron que las enfermedades (lesiones) coronarias eran la principal causa de muerte 
en el humano en todo el mundo. Poco a poco, fueron descubriendo factores, a los que 
catalogaron como “de riesgo”, e investigaron causas poligenéticas que se tratan según sus 
orígenes. Por poner un ejemplo, no se trata del mismo modo la hipercolesteremia que la 
homocisteinemia. Los orígenes de ambas determinan su tratamiento selectivo cuando se 
conocen, aunque las dos proporcionen efectos similares al músculo cardíaco. Esto es lo que 
faltaba en nuestro campo. Así pues, el reto de este trabajo es proponer programas 
preventivos que se ajustan al control multifactorial específico de cada deporte y que, a su 
vez, son poligenéticos y atienden a la génesis con la que la lesión aparece. Sin embargo, es 
importante tener en cuenta que no sólo estos procedimientos serán los conductores de esos 
programas, ya que al encontrarnos en el ámbito del deporte de alto rendimiento, éstos 
deben ser diseñados como verdaderos procesos de entrenamiento y llevarse a cabo con la 
intensidad, secuencia, alternancia y demás principios del entrenamiento, para obtener el 
efecto deseado. ¡Gran novedad que compartimos! 
 
El segundo aspecto que convierte a este ejemplar en único es que presenta un 
enfoque metodológico de los programas preventivos. En los programas preventivos actuales 
 
 
aparecen series de ejercicios analíticos, relatados como programas cerrados que tienen una 
aplicación universal para prevenir una u otra lesión concreta y que son válidos para todos 
los deportistas que estén en peligro de sufrirla. Dichos programas casi siempre son de 
fuerza y se realizan analíticamente comprometiendo los grupos musculares y articulaciones 
que supuestamente presentan peligro de lesión. La novedosa propuesta que presentan los 
autores pretende optimizar el estado en que se encuentran los mecanismos efectores 
originarios de las actuaciones motoras, es decir, de los movimientos que constituyen las 
técnicas de los diferentes deportes interpretados por los diferentes deportistas. Esto obliga a 
mantener en un estado de máxima funcionalidad a la capacidad de movimiento humano, 
maltratada y ultrajada por el entrenamiento convencional y la desmedida competición. Así 
pues, los autores recurren a una metodología basada en los componentes del movimiento 
humano, la sensibilidad propioceptiva o kinestésica, que se conecta con la exteroceptiva, 
con el fin de reconocer todo lo externo o interno deseado; la capacidad coordinativa para 
ajustar, reproducir o crear un movimiento, y la fuerza que permite la realización motriz en los 
parámetros de interacción y espacio-temporales que los deportistas necesitan realizar en 
sus actuaciones competitivas. La propuesta preventiva de los autores interviene en los tres 
pilares de la ejecución motriz humana y, por lo tanto, tiene un valor irrefutable. Para ello, 
proponen y exponen, con la clarividencia que aporta la experiencia y el conocimiento, 
métodos y procedimientos para optimizar cada uno de los tres aspectos por separado, si 
bien, deberán secuenciarse y dosificarse interactivamente para obtener su optimización 
simultánea. La optimización propioceptiva sólo es posible a través de un ejercicio que 
provoque el control por aferencias o reaferencias, que enfocado como entrenamiento, 
aporta la fuerza propioceptiva que proporciona soluciones a los movimientos policéntricos 
que aparecen en los diferentes deportes. Los modelos de Hewett, Lloyd y los trabajos sobre 
plataformas inestables y el entrenamiento en circuito propioceptivo son ejemplos claros 
propuestos en este libro, pues permiten a los diferentes grupos musculares su coactivación 
intra y periarticular o su activación recíproca de manera selectiva, dependiendo de cuáles 
sean las articulaciones comprometidas en las ejecuciones técnicas de cada deporte y 
deportista. 
 
El entrenamiento coordinativo que aportan los autores se centra en el fútbol, aunque 
con ese ejemplo se puede intuir que para cada especialidad deportiva es necesario 
“refrescar” las capacidades coordinativas básicas que dan soporte a las habilidades técnicas 
específicas de cada deporte, ya que la reglamentación de cada especialidad empobrece la 
inmensa capacidad motriz que posee el ser humano y debe ser renovada con asiduidad. 
Para ello, se proponen tareas que incluyan la motricidad básica que soporta la técnica, con 
una variación polimórfica que involucre a los neurocentros de ejecución, producción y 
control motor, para, de esta forma, comprometer a la capacidad coordinativa básica que 
aporta la fluidez, plasticidad, economía y eficacia a cada ejecución, siempre y cuando se 
realicen pocas repeticiones en idénticos términos motrices. 
 
La propuesta se cierra con las condiciones de realización de la fuerza preventiva, parala que se establecen una serie de metodologías de alta prestación que previenen las 
lesiones tendinosas y musculares. Con una gran profusión de bibliografía, se contempla la 
forma de actuar sobre los grupos musculares de riesgo en varias especialidades deportivas, 
lo que hace a este documento único e imprescindible para todos los profesionales del 
entrenamiento deportivo. ¿Quién puede ser capaz de no utilizar las técnicas YoYo, las 
poleas cónicas, los tirantes musculadores o las máquinas de vibraciones para mantener 
alejados a sus deportistas del entorno lesivo? Gracias a esta obra, se podrá apreciar la 
eficacia de todas estas técnicas, cuando se aplican siguiendo las indicaciones que, 
magistralmente, los autores exponen con todo lujo de detalles. Asimismo, se facilita su 
aplicación práctica con ejemplos concretos para la prevención de los complejos musculares 
más dañados en varias especialidades. 
 
Aún así, sabemos que por el maldito “efecto mariposa” o algo parecido, una pequeña 
disputa familiar promovida por qué canal de TV veremos, se almacena en el hipotálamo, se 
transfunde lentamente al tálamo por casualidad o el estrés competitivo y a través 
 
posiblemente del circuito de Renshaw altera el tono muscular, lo que ocasiona una 
microrotura fibrilar en el segundo sprint del partido. Pese a ello, ésta presunta contingencia 
no minimiza la prevención que se haya realizado en absoluto, ya que ésta proporciona una 
recuperación del músculo dañado más rápida. 
 
Gracias, muchas gracias por vuestro trabajo y por lo que en él nos habéis ofrecido. 
 
Francisco Seirul-lo Vargas 
Profesor Titular INEFC Barcelona 
Preparador Físico FC Barcelona 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
PREFACIO 
 
La verdadera historia que da motivo a la realización de esta obra se encuentra en el 
trabajo que desde hace años vienen desarrollando los autores, tanto desde un ámbito 
académico como desde una perspectiva aplicada al entrenamiento deportivo. De hecho, 
estos dos campos de dedicación provocan un estímulo diario de mejora en la profesión. Por 
una parte, el trato con los estudiantes en la Universidad lleva a una reflexión continua desde 
el punto de vista científico, siempre en la búsqueda de respuestas contrastadas y razonadas 
desde el sentido más crítico y razonable posible. Por otra parte, la puesta en escena diaria 
ante deportistas que muestran un sacrificio continuo, hace que dudemos, reflexionemos y 
decidamos las opciones que pensamos más oportunas en la búsqueda de la superación 
permanente. El primer paso para un incremento del rendimiento es que un atleta se 
encuentre en condiciones de entrenar continuamente. Desde esta perspectiva, la 
prevención de lesiones se erige como una de las claves primarias que juegan un papel 
determinante en el rendimiento deportivo. 
 
La obra se encuentra distribuida en ocho capítulos. El primero, explica los llamados 
pilares de la prevención de lesiones en el deporte, es decir, aquellos parámetros que 
siempre han de introducirse en un programa de prevención. A continuación, los tres 
capítulos siguientes, ofrecen al lector un conocimiento actualizado sobre el entorno de la 
lesión: la incidencia lesiva y las lesiones más comunes, los mecanismos lesivos más 
habituales, y los factores de riesgo existentes en cada entorno deportivo. El análisis de 
estos puntos por parte del profesional en su realidad deportiva concreta va a permitir 
conocer las prioridades del plan de prevención. 
 
El quinto capítulo se centra en la valoración de los aspectos más necesarios de la 
condición física con relación a la existencia de lesiones, algo fundamental para conocer el 
estado en que se encuentran nuestros deportistas. Los tres capítulos siguientes describen 
la metodología de trabajo propuesta en este libro. El primero de ellos se centra en el trabajo 
neuromuscular, refiriéndonos con este término a los aspectos de la prevención que tienen 
como objetivo el aprendizaje o variación de los patrones motores que nos interesen. La 
relación de este capítulo con el concepto de coordinación neuromuscular es importante. A 
continuación se desarrolla el entrenamiento de la fuerza desde una perspectiva 
metodológica muy actual como es la sobrecarga excéntrica, sobre todo desarrollada 
mediante resistencias inerciales. Este tipo de trabajo se evidencia como uno de los 
preferentes en la prevención de lesiones musculares y tendinosas especialmente. Por 
último, dentro de esta parte dedicada a la metodología de trabajo, se incide en el 
entrenamiento preventivo mediante plataformas vibratorias y el concepto de vibración de 
cuerpo completo, traducido del anglosajón whole body vibration. Este último método de 
trabajo es uno de los que habitualmente utilizan los autores y en las páginas que se dedican 
a este tema se explicarán los motivos de ello. 
 
El lector se beneficiará, especialmente, de un guión poco común en las obras que 
tratan el rendimiento deportivo y la prevención de lesiones. El motivo de ello es que esta 
obra permite, por una parte, actualizarse y adquirir un método de trabajo que posibilite la 
planificación de un plan preventivo y, por otro lado, llevarlo a su ejecución gracias a los 
conocimientos e ideas de los capítulos centrados en metodología. 
 
Es muy importante para los autores dejar claro que la obra está hecha con la idea 
fundamental de despertar la creatividad del lector. No ha sido intención desarrollar 
protocolos cerrados que lleven puramente a la imitación, sino que los numerosos ejemplos 
de ejercicios y situaciones aquí planteadas han de adaptarse en todo momento a las 
necesidades de cada entorno. En este sentido, este libro está enfocado a los profesionales 
de las diferentes áreas de las ciencias del deporte, especialmente a preparadores físicos, 
fisioterapeutas, entrenadores y médicos del deporte, al igual que aquellos profesionales 
especializados en la readaptación a la competición de los deportistas que han sufrido una 
lesión. Esta orientación no descarta, evidentemente, los beneficios que los estudiantes de 
grado de las diferentes profesiones mencionadas pueden extraer de esta lectura. 
 
ÍNDICE DE CONTENIDOS 
 
 
 
 
 
Prólogo .......................................................................................................................... VII 
Prefacio .......................................................................................................................... XI 
 
SECCIÓN I CONOCIMIENTO Y VALORACIÓN DEL ENTORNO DE LA LESIÓN 
 
1. Nuestra clave en la prevención de lesiones 
Daniel Romero Rodríguez ........................................................................................... 
 
3 
2. Incidencia y características de la lesión en el deporte 
Daniel Romero Rodríguez ........................................................................................... 
 
11 
3. El mecanismo de lesión 
Daniel Romero Rodríguez ........................................................................................... 
 
57 
4. Factores de riesgo de lesión en el deporte 
Daniel Romero Rodríguez ........................................................................................... 
 
103 
5. La valoración de los factores de riesgo de lesión. El análisis neuromuscular 
Julio Tous Fajardo ....................................................................................................... 
 
147 
 
SECCIÓN II METODOLOGÍA DEL TRABAJO PREVENTIVO 
 
6. El control neuromuscular 
Daniel Romero Rodríguez ........................................................................................... 
 
165 
7. Entrenamiento de la fuerza mediante sobrecargas excéntricas 
Julio Tous Fajardo ....................................................................................................... 
 
217 
8. Entrenamiento por medio de vibraciones mecánicas 
Julio Tous Fajardo .......................................................................................................241 
 
Índice analítico .............................................................................................................. 257 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
CAPÍTULO 1. NUESTRA CLAVE EN LA PREVENCIÓN DE 
LESIONES 
Daniel Romero Rodríguez 
 
LA PREVENCIÓN DE LESIONES: FACTORES EN 
LOS QUE INCIDIR 
 
En este apartado se expondrá la idea principal de 
esta obra. Al hablar de la prevención de lesiones en 
el mundo del deporte, es muy fácil caer en la 
absurda repetición de una serie de medidas que ya 
de por sí son lógicas para cualquier profesional con 
sentido común. Por consiguiente, esta no es la idea 
que aquí se quiere desarrollar. 
 
Los factores de riesgo de lesión se clasifican en 
intrínsecos y extrínsecos. Esta obra va a centrarse 
en los factores intrínsecos, ya que los factores 
extrínsecos son externos al deportista y, por tanto, la 
actuación del preparador físico y/o fisioterapeuta es 
más limitada que en el caso de trabajar los factores 
intrínsecos del atleta (Fig. 1-1)
1,2
. 
 
No se trata de afirmar que factores como la 
climatología, la superficie del terreno de juego y el 
equipamiento, por citar algunos casos, no son 
importantes, sino que simplemente la actuación que 
se vaya a tener al respecto está muy ligada a la 
lógica. Por ejemplo, si el terreno de juego está 
mojado o está seco, el calzado a utilizar será 
 
FIGURA 1-1. Los factores extrínsecos al deportista han de 
estar totalmente controlados y adaptados a cada situación. 
No deberíamos basar nuestra estrategia de prevención en 
este tipo de parámetros, pues la incidencia lesiva por estas 
causas es mucho menor que la provocada por los factores 
inherentes al deportista. 
 
diferente, y es evidente que hemos de conocer cuál 
elegir en cada momento. 
 
Al llevar a cabo una revisión bibliográfica (no 
necesariamente exhaustiva) del porcentaje de 
lesiones, es evidente que la mayoría de ellas están 
causadas por factores intrínsecos. Se puede escribir 
sobre el tema, pero hacerlo en profundidad puede 
llevar a un terreno que no es propio de los 
profesionales a los que van dirigidas estas líneas. Al 
hablar de la calidad o de las características de una 
superficie de juego, o bien del material de un 
calzado, se topa con un área de acción muy 
enfocada al campo de la ingeniería. Por ello, es 
importante centrar la atención en factores que 
realmente son determinantes para la prevención del 
deportista, y dejar de lado aspectos como la 
idoneidad del tipo de tejido con el que debería 
confeccionarse la ropa interior de los futbolistas, por 
poner un ejemplo, tema en el que es preferible que el 
profesional no centre sus esfuerzos. 
 
PRINCIPIOS Y PILARES DEL PROGRAMA DE 
PREVENCIÓN 
 
A la hora de planificar un programa de prevención 
de lesiones en el deporte, es importante tener en 
cuenta una serie de puntos, que se definen como 
principios y se dividen en dos bloques. En el primero 
de ellos se presentan unos ítems extraídos de los 
principios de la teoría del entrenamiento deportivo 
(Tabla 1-1), que se han adaptado al trabajo de 
prevención. Por otra parte, en el segundo se 
desarrollan los tres pilares en los que se tiene que 
basar la intervención de prevención (Tabla 1-2), 
sobre todo si se hace referencia a deportes en los 
que las capacidades coordinativas adquieren la 
máxima importancia. 
 
Los principios presentados intentan consolidar la 
base de la planificación del plan de prevención una 
vez que se ha hecho un análisis del problema. En 
realidad, tal y como se ha dicho, se trata de adaptar 
principios dirigidos sobre todo al rendimiento 
deportivo y llevarlos al campo de la prevención. Esta 
idea de transferencia va a influir, si el plan es 
acertado y se ejecuta adecuadamente, en un mayor 
rendimiento deportivo (entre otros aspectos y, como 
mínimo, en una disminución del número y gravedad 
de lesiones). 
 
A continuación se comentarán los pilares en los 
que debe sustentarse un plan de prevención de 
lesiones en el deporte: 
 
 
Tabla 1-1. Principios de la planificación de la prevención de lesiones. 
 La multilateralidad y polivalencia de la carga. Se debe identificar el conjunto de cualidades físicas más importantes que 
se deben trabajar con el objetivo de disminuir el riesgo de lesiones, además de tener en cuenta las habilidades técnico-
tácticas del deporte en cuestión. 
 La especialización. las cargas diseñadas en un plan de prevención han de estar orientadas de forma especifica a cada 
especialidad deportiva. Se deben diseñar tareas con las que se trabaje en condiciones cercanas a la competición. 
 La individualización. La prevención ha de adaptarse de forma específica al deportista, a sus tecnopatías más frecuentes, a 
sus gestos más deficientes, a la mejora de sus cualidades físicas menos desarrolladas y a los requerimientos metabólicos 
necesarios, entre otras cosas. 
 La alternancia cíclica o periodización. Se debe distribuir la multilateralidad de las cargas en el tiempo. También es preciso 
repetir sistemáticamente dichas cargas y sus variaciones en intervalos de duración variable. Al hablar de prevención, es 
necesario estudiar la adaptabilidad de la prevención al propio entrenamiento del atleta centrado en su rendimiento deportivo. 
 
Tabla 1-2. Pilares neuromusculares en los que se 
sustenta el plan de prevención. 
 Sistema Propioceptivo-Visual-Vestibular. 
 La fuerza entendida como cualidad neuromuscular. 
 Coordinación neuromuscular. 
 
 Sistema Propioceptivo-Visual-Vestibular (PVV): 
se suele incidir en el trabajo propioceptivo. Para 
ello hay que eliminar el componente visual del 
sujeto (es muy difícil disociar el componente ves-
tibular). Es necesario realizar un trabajo con per-
turbaciones para estimular de forma óptima los 
receptores propioceptivos, hecho que posibilitará 
la adquisición de patrones motores mediante la 
facilitación e inhibición de la musculatura necesa-
ria en cada situación (Fig. 1-2). 
 Trabajo de fuerza: se trata de la cualidad física 
por excelencia en la prevención de lesiones 
dentro del ámbito de la competición deportiva. Es 
preciso diseñar específicamente su planificación 
para conseguir las adaptaciones deseadas. Esto 
se muestra en la figura 1-3. Para ello es 
necesario, entre otros aspectos también 
importantes, planificar de forma correcta sus 
distintas expresiones, así como el tipo de 
combinaciones a realizar, teniendo en cuenta los 
diferentes tipos de acciones musculares 
(isométrica, concéntrica, excéntrica). Ligada a 
esta cualidad, se debe hacer incapié en la 
propiedad de extensibilidad y elasticidad de la 
musculatura. Esto va a permitir una mayor 
deformación muscular y un aumento de la 
potencia desarrollada, al mismo tiempo que 
favorece la formación de un músculo capaz de 
soportar cargas potencialmente lesivas. 
 Trabajo de coordinación: entendida como la 
capacidad abstracta que permite el control y 
regulación del cuerpo en la realización de un 
movimiento. Según dicha definición, esta cualidad 
únicamente puede ser entendida desde un 
concepto muy amplio, y su trabajo va a permitir 
adaptar al organismo de la forma más óptima a la 
mayor cantidad posible de acciones deportivas. 
Este trabajo también va a permitir soportar cargas 
lesivas diversas con mayor éxito. 
 
 
FIGURA 1-2. El receptor tendinoso de Golgi envía una 
orden inhibidora al músculo flexor donde se encuentra 
ubicado, a la vez que provoca una respuesta facilitadora 
para que la motoneurona del músculo extensor 
(antagonista) estimule dicho músculo. Los estímulos 
mecánicos que provoquemos influyen en la modulación de 
las respuestas motoras, objetivo a conseguir en un trabajo 
propioceptivo. 
 
 
 
FIGURA 1-3. Las adaptaciones de la fuerza a nivel 
muscular son necesarias para poder realizar acciones tan 
específicas como la que muestra la imagen de la izquierda. 
Asimismo, se debe tener en cuenta la correcta traducción 
del trabajo de fuerza en la prevención de lesiones según los 
requerimientos de cadadeportista. El incremento de fuerza 
depende de las adaptaciones que van dirigidas a aumentar 
la sincronización del reclutamiento del mayor número 
posible de unidades motoras. 
 
Las figuras 1-2, 1-3 y 1-4 muestran 
esquemáticamente estos factores neuromusculares 
en los que se va a actuar. En líneas generales, se 
pueden buscar adaptaciones periféricas y 
adaptaciones centrales para prevenir lesiones. Por 
una parte, el trabajo de la coordinación 
neuromuscular busca adaptaciones centrales, 
aunque va a depender de los progresos 
desarrollados a nivel periférico. En cuanto a las 
adaptaciones periféricas, éstas van a estar centradas 
en el desarrollo de las siguientes cualidades de la 
musculatura: 
 
Sensibilidad: referida a los receptores 
propioceptivos insertados tanto en la parte contráctil 
como tendinosa del músculo, y también en 
estructuras como ligamentos y cápsula articular. 
 
 Viscoclasticidad: ligada a la extensibilidad y a la 
capacidad de recuperación de la longitud normal 
muscular después de que dicha estructura haya 
sido elongada. 
 Contractibilidad: vinculada totalmente al 
desarrollo de la fuerza muscular desde el 
componente contráctil. 
 
 
FIGURA 1-4. Vías motoras desde su origen a nivel cerebral hasta su finalización mediante la placa motora en las fibras 
musculares. Es importante tener en cuenta que el trabajo de coordinación incidirá a nivel central, y esto se consigue gracias al 
aprendizaje de nuevas acciones motrices y a la variación de las ya existentes. El trabajo coordinativo influye positivamente en 
la activación selectiva de las unidades motoras necesarias para la realización de una acción. 
 
EL PLAN DE PREVENCIÓN 
 
La figura 1-5 esquematiza las fases para el 
correcto desarrollo de un plan de prevención de 
lesiones, inspirado en la propuesta de Van 
Mechelen
3
. Dicha propuesta explica de forma 
sistemática los pasos a seguir para que un plan de 
prevención satisfaga las necesidades específicas del 
problema que se presenta. 
 
 
FIGURA 1-5. Fases del plan de prevención. El esquema está inspirado en la idea de Van Mechelen. 
 
Estudio de la lesión 
 
El primer paso en la prevención de lesiones 
consiste en hacer un estudio previo de la realidad 
lesiva en el ámbito en que nos encontremos (ya sea 
un club deportivo, una federación, un particular, etc.). 
Para ello, es preciso recoger la incidencia lesiva 
existente, ya que de este modo se conocerá hasta 
qué punto es importante esta problemática en un 
determinado deporte. Además de esto, es necesario 
determinar los tipos de lesiones más habituales, 
teniendo en cuenta la ubicación anatómica, el tipo de 
estructura lesionada y la gravedad de las mismas. 
 
Por último, dentro de las características de la lesión, 
se debe determinar la repercusión social y 
económica que pueden provocar determinados tipos 
de lesión según el entorno deportivo y social. Una 
misma afectación puede repercutir de forma diferente 
según las características del deporte que se 
practique. Lo mismo sucede con las pérdidas 
económicas, que se traducirán también en tensiones 
a nivel emocional, y dependen del nivel de 
profesionalización en el que se produzcan. 
 
Conclusiones sobre la repercusión del problema 
 
Este segundo punto consiste en establecer una 
serie de ítems que resuman el problema existente en 
el ámbito deportivo analizado. Esto permitirá apreciar 
el problema de forma operativa, relacionándolo 
también con la bibliografla existente. 
 
Análisis sobre la etiología del problema 
 
En esta fase van a identificarse los factores de 
riesgo a los que están sometidos los deportistas y 
que se relacionan con la causa de las lesiones 
detectadas. 
 
Más adelante se analizarán los factores 
intrínsecos al deportista. Asimismo, es importante 
registrar los mecanismos de lesión desde el punto de 
vista del gesto deportivo, ya que esto va a ser 
determinante en el momento de diseñar las tareas 
específicas de prevención. 
 
Preparación y aplicación del plan de prevención 
 
Una vez que se ha analizado el problema y se 
han identificado los factores de riesgo de lesión 
existentes en el ámbito de estudio, se debe diseñar 
una intervención óptima que disminuya la existencia 
de lesiones. Después de conocer en profundidad la 
problemática, se marcarán unos objetivos (han de 
ser lo más operativos posible). Además de esto, hay 
que ser muy consciente de las posibilidades 
económicas de las que se dispone. Este aspecto se 
refiere a que en la planificación del trabajo a realizar 
se debe tener en cuenta de qué equipamiento e 
instalaciones se dispone y, en el caso de que no se 
disponga del material que se precise, será necesario 
introducirlo en un posible apartado de presupuesto 
del programa de prevención de lesiones. Asimismo, 
no se debe olvidar desarrollar la programación de 
acuerdo a los principios de la prevención que ya se 
han explicado. En este punto del proceso también es 
preciso planificar el período de la temporada en el 
que ha de ubicarse el trabajo preventivo, o bien si es 
necesario alargarlo durante la totalidad de la misma. 
 
Evaluación del plan ejecutado 
 
Poder captar objetivamente los resultados 
obtenidos para valorar su repercusión es una 
necesidad evidente. Este hecho debería estar unido 
al desarrollo de una metodología científica que 
testara tanto la pre como la postintervención, para 
así poder ir aumentando el conocimiento sobre la 
prevención de lesiones en el mundo deportivo. 
 
Por último, es importante saber que, 
recientemente, Van Tiggelen et al.' han realizado una 
nueva propuesta para el diseño de planes de 
prevención de lesiones con la intención de mejorar el 
modelo planteado en 1992. Es destacable el hecho 
de que este último grupo de trabajo incida en la 
necesidad de tener en cuenta determinados factores 
muy necesarios a la hora de diseñar un plan 
preventivo. Si no es así, puede darse el caso de 
diseños eficaces desde el punto de vista científico 
pero imposibles de implementar debido a 
determinadas realidades deportivas. En este 
contexto aparece la necesidad de tener en cuenta, 
en el diseño de un plan de prevención, a los 
llamados stakeholders (enumeran entidades 
gubernamentales, federaciones deportivas y 
empresas patrocinadoras, entre otras). Es decir, 
aquellos estamentos que tienen implicaciones de 
diferente índole en un club deportivo o en un atleta. 
Además, y del todo imprescindible, es necesario 
exponer los planes propuestos a los deportistas. El 
diseño preventivo desarrollado siguiendo estas 
apreciaciones puede convertir un plan 
científicamente efectivo en un plan además 
absolutamente eficiente, pues su implicación será 
mucho más real después de tener en cuenta en su 
desarrollo los factores citados. Siguiendo la 
terminología de estos autores, la suma de la eficacia 
y la eficiencia puede hacer que el plan propuesto 
llegue a cumplir con el concepto de efectividad, 
objetivo último a conseguir por un plan de prevención 
de lesiones en el deporte. 
 
REFERENCIAS 
 
1. Dvorak J, Junge A, ChomiakJ, Graf-Baumann T, 
Peterson L, Rosch D, Hodgson R. Risk factor analysis of 
injuries in football players. Possibilities for a prevention 
program. Am J Sports Med 2000; 28(5 Supl):s69-74. 
2. Murphy DF, Connolly DAJ, Beynnon B. Risk factors for 
lower extremity injury: a review of the literature. Br J 
Sports Med 2003; 37:13-29. 
3. Van Mechelen W, Hlobil H, Kemper HC. Incidence, 
severity, aetiology and prevention of sports injuries. A 
review of concepts. Sports Med 1992; 314:82-89. 
4. Van Tiggelen D, Wickes S, Stevens V, Roosen P, 
Witvrouw E. Effective prevention of sports injuries: a 
model integrating efficacy, efficiency, compliance and 
risk-taking behaviour. Br J sports Med 2008; 42:648-652. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
CAPÍTULO 2. INCIDENCIA Y CARACTERÍSTICAS DE LA 
LESIÓN EN EL DEPORTE 
Daniel Romero Rodríguez 
 
Los estudios sobre deportistas que participan 
en deportes de equipo son mucho másnumerosos 
que los centrados en deportes individuales. Aunque 
muchos de ellos se centran en la prevención de 
lesiones en el deporte, muy pocos analizan el 
efecto que una intervención puede tener en la 
prevención de lesiones. Es decir, si una actuación 
disminuye o no las mismas dentro de un contexto 
deportivo. Además de esto, existe el problema de 
que normalmente los diseños metodológicos 
planteados son de poca calidad. Por poner un 
ejemplo, se han detectado defectos importantes en 
la metodología de trabajos efectuados sobre la 
prevención de esguinces de tobillo en el deporte
1
. 
Entre estos déficit se enumeran, entre otros, la falta 
de explicación de la aleatorización efectuada en los 
denominados ensayos clínicos randomizados. 
Asimismo, tampoco se detalla si la adjudicación de 
participantes a un grupo u otro de estudio se realizó 
de forma ciega o no. Además, presentan problemas 
en los análisis estadísticos aplicados. Más 
recientemente
2
, en una revisión sobre estrategias 
de prevención de lesiones en fútbol (deporte sobre 
el que más se ha publicado), se comenta que de 
los 44 estudios potencialmente relevantes que se 
encontraron tan sólo cuatro
3,4,5,6
 cumplían los 
requisitos que estos revisores establecieron. El 
principal criterio de exclusión fue que los trabajos 
no evaluaran la efectividad de ninguna intervención 
de prevención. De este modo, se demuestra la falta 
de investigaciones que valoren planes de 
prevención con buenos diseños metodológicos. 
 
Existen otros trabajos críticos con la 
metodología utilizada habitualmente. La literatura 
sobre epidemiología de lesiones en fútbol ha 
mostrado datos conflictivos en cuanto a la 
incidencia, la severidad y la etiología
7
. Esto ha 
llevado a la obtención de resultados diferentes que 
podrían explicarse en parte por las distintas 
definiciones de lesión y los también heterogéneos 
diseños metodológicos utilizados. Otro estudio 
posterior desarrolla una revisión sobre el tema con 
el objetivo de estandarizar al máximo los trabajos 
sobre lesiones en el deporte. Para ello se apoya en 
el modelo de la UEFA y proporciona una serie de 
líneas que pueden guiar futuras investigaciones en 
este campo
8
. Entre dichas directrices destacan la 
preferencia por el diseño de estudios prospectivos 
(los retrospectivos pueden tener problemas en la 
recogida de datos), la necesidad de realizar una 
recogida de datos sistematizada y de acotar la 
definición, severidad y clasificación de los tipos de 
lesión (Tabla 2-1), además de la definición de la 
lesión recidivante. 
 
Está claro que, con todos estos parámetros, es 
necesario estar atento a lo que se lee. Ya no es 
suficiente con estudiar literatura científica, sino que 
es importante ser muy críticos (especialmente con 
el método de trabajo desarrollado), para comprobar 
realmente qué aplicación tienen los resultados de 
los estudios en el entorno que trabajamos. 
 
Dejando aparte el tema de la calidad de los 
 
trabajos publicados, es necesario pensar que, para 
poder iniciar un planteamiento serio sobre la 
prevención en el deporte, lo primero que se debe 
conocer es el tipo de lesiones que se producen y la 
incidencia de éstas. 
 
Tabla 2-1. Clasificación de los diferentes tipos de lesión
8
. 
Clasificación e los diferentes tipos de lesión 
Traumáticas: 
 
 Esguince: lesión consistente en una distensión aguda de 
ligamentos o de cápsula articular. 
 Distensión: lesión aguda consistente en la elongación de 
músculos y tendones. 
 Contusión: equimosis del tejido sin existencia de una 
lesión relacionada clasificada en algún otro apartado. 
 Fractura: rotura traumática de un hueso. 
 Luxación: desplazamiento parcial o completo de partes 
óseas de una articulación. 
 Otras: lesiones no recogidas en otros puntos, como por 
ejemplo, heridas, contusiones en la cabeza, etc. 
 
Por sobreúso: un síndrome doloroso del sistema 
músculo-esquelético con un inicio insidioso y sin ningún 
traumatismo o enfermedad conocido que pueda haber 
presentado sintomatología previa (modificado por los 
autores de la tesis doctoral de Orava S. Exertion injuries 
due to sports and physical exercise. A clinical and 
statistical study of nontraumatic overuse injuries of the 
musculoskeletal system of athletes and keep-fit athletes. 
Thesis: University of Oulu, Finland,1980). 
 
INCIDENCIA LESIVA 
 
La repercusión lesiva en el deporte profesional 
 
La prevención de lesiones es un tema muy 
importante, sobre todo en aquellos deportes en los 
que existen inversiones e intereses económicos de 
gran magnitud. Tradicionalmente, uno de los 
máximos exponentes de dichas especialidades es 
el fútbol, deporte en el que las lesiones conllevan 
un perjuicio económico muy importante. En la liga 
profesional inglesa, por ejemplo, se ha llegado a 
estimar una pérdida de 74,7 millones de libras por 
lesiones durante el seguimiento de dos 
temporadas
9
. Asimismo, se ha descrito la 
incidencia de lesiones en este deporte, cifrándola 
en un intervalo de 17-24 lesiones por cada 1.000 
horas de juego, lo que representa grandes costes 
económicos para Gran Bretaña cada año
10
 (Fig. 2-
1). 
 
Teniendo en cuenta éstos y otros trabajos que 
se irán comentando y que informan de la gran 
incidencia de lesiones en el deporte, es muy 
importante considerar la necesidad de realizar una 
recogida sistemática de las mismas y de lo que 
éstas comportan en un ámbito deportivo concreto. 
Según el número de jugadores de un club, las 
proporciones de la lesión y el valor monetario 
correspondiente a cada grado de severidad lesiva, 
es posible llegar a un cálculo relativamente simple 
de los costes asociados a la lesión. Y gracias a 
esto se puede hacer una evaluación de cada 
situación específica y una optimización de la 
distribución de las inversiones
11
. Por otra parte, 
este punto también alerta de la necesidad de 
estudiar cómo se puede llegar a prevenir una lesión 
 
FIGURA 2-1. Es necesario registrar el total de las lesiones 
que se producen en un deporte, incluso las que tienen 
lugar durante un entrenamiento. 
 
realmente, analizando las estrategias óptimas y 
seleccionando los profesionales más cualificados 
para tales tareas. Esto podría ser un buen punto de 
partida para intentar disminuir el número de 
lesionados en un club deportivo, hecho 
especialmente relevante desde el punto de vista 
económico si se habla de deporte profesional. 
 
Pero, ¿qué decir después de leer la publicación 
de Waddlngton et al.?
12
 Este trabajo, lejos de ser 
un ensayo clínico o una revisión sobre un tema de 
prevención, trata de investigar la forma en la que 
habitualmente se contrata a los médicos y 
fisioterapeutas de los clubes del fútbol profesional 
inglés. En este estudio los autores realizaron 
entrevistas a 12 médicos y 10 fisioterapeutas, y 
recibieron 58 de los 90 cuestionarios que enviaron 
a médicos de fútbol. Además, también hicieron 
entrevistas a 27 jugadores y exjugadores sobre sus 
experiencias sobre lesiones y tratamientos de 
rehabilitación, reservando de forma permanente su 
anonimato. A continuación se expondrán una serie 
de conclusiones que se extraen en este trabajo: 
 
 La mayoría de médicos no tenían dedicación 
completa en el club al que pertenecían, lo que 
quiere decir que se tenían que dedicar a otros 
trabajos para conseguir un salario razonable. 
 Los salarios son más modestos de lo que se 
podría pensar en principio. 
 Muchos médicos realizaron su fichaje mediante 
contactos personales: el médico anterior era su 
jefe (cuando desarrollaban medicina general), 
un familiar, o bien obtenían el puesto de trabajo 
gracias a un contacto personal relacionado con 
el club. 
 
Por otra parte, en el mismo estudio se habla de 
la contratación de los fisioterapeutas, y vuelve a 
darse el caso de que la mayoría de ellos había 
realizado el contrato laboral con el club gracias a 
contactos personales y no a través de la 
 
presentación de un currículo profesional quedemostrara sus aptitudes para ocupar un 
determinado cargo. Un hecho curioso es que 
muchos de ellos son ex jugadores. En base a estos 
datos parece ser que, al menos en cuanto a la 
forma de contratación y al momento en que se 
desarrolló el estudio, no está realmente garantizada 
la competencia profesional de los médicos y 
fisioterapeutas de los clubes profesionales de la 
liga inglesa. Esto adquiere una especial relevancia 
si se tiene en cuenta que es una de las 
competiciones deportivas más profesionalizadas 
del mundo, lo que permite entrever qué ocurre en 
otros países. 
 
FIGURA 2-2. Un gran número de futbolistas profesionales 
debe abandonar debido a la cronificación de lesiones. 
 
Evidentemente, el dinero no es tampoco el 
único problema de los deportistas profesionales. 
Algunos datos, como el de que el 47% de los 
futbolistas en el Reino Unido se retira por una 
lesión crónica o aguda
11
, demuestran que existe un 
problema de salud (Fig. 2-2). Además, este riesgo 
de lesión es en realidad mayor, ya que no se 
informa correctamente a los futbolistas sobre cómo 
realizar una buena prevención. Generalmente los 
clubes no ofrecen estos servicios o bien los ofrecen 
sin la mínima calidad deseada. Se podría ahondar 
en este tema y mostrar más y más datos para 
recordar lo mal que se hace, seguro que más de 
una persona se ruborizaría. De hecho, ¿cómo se le 
puede explicar a un deportista que ha tenido una 
lesión que posiblemente se hubiera podido evitar 
con los medios adecuados? Con la intención de 
evitar esto y dedicarnos a este campo que tanto 
puede apasionarnos, se irán mostrando trabajos y 
estudios con actuaciones que proporcionen 
herramientas para quien realmente quiera afrontar 
con garantías la prevención de lesiones en el 
deporte. Y para que pueda extraerse el máximo 
partido, se realizará una escritura crítica para que 
se pueda obtener el máximo partido. 
 
CONCEPTOS CLAVE: 
 Existe un gran impacto de salud y económico en el 
deporte profesional debido a la gran incidencia lesiva 
existente. 
 Es necesario realizar una evaluación completa de los 
aspectos físicos, emocionales, sociales y económicos 
que conlleva la existencia de lesiones en un entorno 
deportivo concreto. 
 Es importante analizar la competencia y situación 
profesional de los diversos recursos humanos 
implicados en el análisis, planificación, ejecución y 
evaluación de un plan de prevención de lesiones. 
 
Costes económicos y de salud en el deporte 
amateur 
 
Además de la repercusión lesiva en el mundo 
profesional, y dejando ya atrás el paréntesis 
insertado sobre esa curiosa forma de firmar 
contratos, es importante conocer que la práctica del 
fútbol también es un problema de costes sanitarios 
en la seguridad social de un país donde dicho 
deporte es el más practicado por la población
7
. Un 
estudio realizado en los Países Bajos incide en la 
necesidad de dividir a los futbolistas en subgrupos 
según el riesgo que presenten de sufrir lesiones, 
para así desarrollar una estrategia de prevención 
adecuada que reduzca gastos (Tabla 2-2). 
 
Tabla 2-2. Características de las 14 lesiones serias de rodilla encontradas por Hewett et al.
15
 
Grupo Tipo de lesión Deporte Mecanismo de lesión Período de ausencia (días) 
No entrenado LCA Fútbol No contacto, torsión Pérdida de la temporada 
No entrenado LCA Baloncesto No contacto, recepción en varo Pérdida de la temporada 
No entrenado LCA Baloncesto No contacto, torsión y valgo Pérdida de la temporada 
No entrenado LCA Fútbol No contacto, torsión Pérdida de la temporada 
No entrenado LCA Baloncesto No contacto, hiperextensión y torsión Pérdida de la temporada 
No entrenado LLI Baloncesto Contacto, cara lateral en la recepción 7 
No entrenado LLI Fútbol No contacto, hiperextensión 5 
No entrenado LLI Fútbol Contacto, contusión valguizante en la tibia 5 
No entrenado LLI Fútbol No contacto, torsión 20 
No entrenado LLI Baloncesto No contacto, estrés valguizante repetido Pérdida de la temporada 
Entrenado LCA Baloncesto Contacto, contusión lateral Pérdida de la temporada 
Entrenado LCA/LLI Baloncesto Contacto, contusión valguizante Pérdida de la temporada 
Hombre control LCA Fútbol No contacto, torsión Pérdida de la temporada 
Hombre control LLI Baloncesto Contacto, contusión valguizante 10 
 
Como puede verse una vez más, la salud y la 
economía están constantemente relacionadas, La 
National Collegiate Athletic Association (NCAA), 
entidad que engloba gran cantidad de colleges y 
universidades estadounidenses que rigen sus 
competiciones deportivas, estima que en un año se 
producen más de 10.000 lesiones de rodilla en 
atletas femeninas de educación secundaria y 
bachillerato. De estas lesiones, aproximadamente 
unas 2.200 son rupturas del LCA (Ligamento 
Cruzado Anterior). El coste del tratamiento 
asciende, incluyendo la intervención quirúrgica y la 
rehabilitación de las lesiones de LCA, a unos 
17.000 dólares por paciente, lo que eleva la cifra a 
más de 37 millones de dólares anuales; estos datos 
son de hace ya unos años
13
. Según datos más 
actuales, estas cifras son muy bajas, ya que se 
estiman alrededor de 250.000 lesiones de LCA 
anualmente, que conllevan un gasto de más de 
2.000 millones de dólares aproximadamente (se 
tienen en cuenta los gastos de pruebas, cirugía, 
férulas postoperatorias y rehabilitación)
14
. Se debe 
tener cuenta que estas cifras de costes se refieren 
a la lesión y al tratamiento, pero no recogen el 
coste que representa la pérdida de sesiones de 
entrenamiento y competición ni tampoco el efecto 
psicológico que puede derivarse. 
 
Relacionado con este último trabajo, se han 
recogido datos entre 1.263 jóvenes mujeres 
deportistas de diferentes especialidades (fútbol, 
baloncesto y voleibol), en los que se han observado 
14 lesiones clasificadas como serias durante un 
año. Tal y como muestra la tabla 2-2, ésta no es 
una cifra demasiado alta de incidencias, pero si se 
tiene en cuenta la gravedad de las mismas y que 
tan sólo se recogen las ocurridas en una 
articulación, se deduce que el problema puede ser 
considerable
15
. 
 
CONCEPTOS CLAVE: 
 Existe una gran incidencia lesiva en el deporte amateur, 
lo que conlleva un gasto económica muy importante 
para a salud pública y privada. 
 Incluso fuera del deporte profesional, se producen unos 
efectos psicológjcos en el individuo lesionado. Este 
hecho viene provocado por la frustración que conlleva 
no poder practicar un determinado deporte, lo que 
puede comportar efectos emocionales negativos. 
 
Ausencia del entrenamiento y competición por 
lesión 
 
También se han realizado estudios sobre la 
incidencia lesiva y el tipo de alteración sufrida. Uno 
de ellos es el que se llevó a cabo entre 1994 y 1997 
en una muestra de 138 futbolistas. Se obtuvieron 
744 lesiones que impedían entrenar o competir, 
con un promedio de ausencia de 14,7 días, mayor 
en las recidivantes (18,2 días, conformando el 
22,3% del total) en comparación con las nuevas 
lesiones (13,7 días). Esto se traducía en una 
ausencia de 39,6 días por jugador y año, lo que 
supone el 13% de la temporada
11
. Como puede 
observarse, estas cifras pueden ser calificadas 
como alarmantes. 
 
En cuanto a la metodología utilizada para reco-
ger datos en torno a la lesión, se ha desarrollado 
un sistema para captar la incidencia, circunstancias 
y características de las lesiones en el fútbol. Dicho 
sistema se aplica en diferentes torneos internacio-
nales de la FIFA y de los JJOO. Las cifras que se 
recogieron gracias a él fueron de 901 lesiones, lo 
que equivale a una incidencia de 2,7 lesiones por 
partido u 88,7 lesiones por cada 1.000 horas de 
juego. De estas lesiones, las que provocaron que el 
deportista se ausentara de los entrenamientos o la 
competición suponían una incidencia de 35 por 
cada 1.000 horas de juego, lo que aproximadamen-
te corresponde a una lesión por partido
16
. 
 
En otro de los trabajos que muestra la variedad 
de los diseños metodológicosutilizados y la 
dificultad que esto provoca a la hora de comparar 
datos, se ha obtenido una incidencia lesiva en 
futbolistas de entre 10 y 35 por cada 1.000 horas 
de juego
17
. 
 
CONCEPTOS CLAVE: 
 La existencia de lesiones se traduce en una gran 
pérdida del número de entrenamientos y competiciones 
por deportista lesionado. Además, dicha falta se traduce 
en pérdida de la condición física, lo que conlleva 
períodos más prolongados sin estar con las cualidades 
adecuadas para poder afrontar una competición. 
 La gran variedad de diseños metodológicos existente a 
la hora de plantear un estudio relacionado ton la 
prevención de lesiones hace que frecuentemente la 
comparación entre trabajos sea difícil de realizar. 
 
 
El registro de lesiones 
 
Como se ha podido comprobar, existe un 
aspecto, positivo en la evolución de los registros 
relacionados con la incidencia de lesiones. 
Actualmente la recogida de datos se realiza por 
cada 1.000 horas de juego, ya que esto permite 
comparar datos entre diferentes estudios
18,19
. Este 
método considera la frecuencia de la incidencia de 
lesiones, el número de nuevas lesiones que se dan 
en una población de riesgo durante un período de 
tiempo determinado y el número de nuevas 
lesiones que se producen durante un período 
dividido por el número total de deportistas. El 
concepto epidemiológico de incidencia lesiva ha de 
tener en cuenta la exposición al riesgo (competición 
y/o entrenamiento). En el caso de que no sea así, 
resulta imposible comparar estadísticamente los 
distintos trabajos, ya que, además de tener en 
cuenta la exposición al riesgo relacionada con el 
tiempo, se debe prestar atención al número de 
jugadores que compiten en los distintos deportes y, 
entre otros factores, definir muy bien el concepto de 
lesión. Debido a esto es cada vez más corriente 
hablar de datos de lesiones por cada 1.000 horas 
de juego, teniéndose así en cuenta el tiempo de 
exposición al riesgo
19
. 
 
A continuación se mostrará un ejemplo para 
entender esta última idea de exposición al riesgo en 
horas de juego y su forma de cálculo. En la liga 
española de fútbol un partido dura 90 minutos, que 
representan 1,5 horas. Si en un equipo existen 11 
jugadores compitiendo de forma simultánea, las 
horas de riesgo resultarán de multiplicar 11 por 1,5 
y esto hace un total de 16,5 horas de exposición 
durante un partido. Si se quiere conocer el riesgo 
real de partido, es preciso multiplicar esto por dos 
(los equipos que disputan el mismo), y esto son 33 
horas de exposición. Si se tiene en cuenta el 
conjunto de la liga de fútbol, se debe pensar que 
existen 20 equipos que disputan 38 jornadas y que 
en cada jornada hay 10 partidos. Esto quiere decir 
que existen 380 partidos a disputar en una 
temporada. Por tanto, el número de horas de 
exposición al riesgo en la liga española de fútbol es 
de 12.540 horas. Para obtener el índice por cada 
1.000 horas de juego, se divide la variable que se 
quiera (Por ejemplo, el total de lesiones o bien una 
lesión en particular) por el conjunto de horas de 
exposición al riesgo, para después multiplicarlo por 
1.000 (Fig. 2-3). 
 
 
FIGURA 2-3. Ejemplo del cálculo de las horas de exposición al riesgo durante una temporada de la 1ª división de la liga 
española de fútbo. 
 
Para resaltar la importancia de referir la 
incidencia por horas de juego, Hodgson et al.
19
 
llevaron a cabo un estudio
20
, en el que se muestra 
una representación gráfica del número absoluto de 
lesiones que los autores registraron durante cuatro 
temporadas de competición. La primera conclusión 
que se extrae es que cada año se producían más o 
menos el mismo número de lesiones. No obstante, 
tras registrar los mismos datos en relación con el 
índice de 1.000 horas de exposición al riesgo, la 
realidad cambia de manera radical. En la 
temporada 1996, este índice era mucho más 
elevado que en la temporada 1993-94, y el simple 
análisis indica que en este período de 1993-94 se 
jugaron 35 partidos (605,15 horas de exposición), 
mientras que en 1996 sólo se jugaron 21 (363,09 
horas de exposición). 
 
CONCEPTOS CLAVE: 
 La recogida de datos que hacen referencia a los estudi-
os sobre prevención de lesiones en el deporte se realiza 
en base a un número determinado de horas de práctica. 
Este hecho ha facilitado que, al menos en relación a la 
forma de registro de lesiones, los datos de diferentes 
investigaciones sean más fáciles de comparar. 
 Es necesario estudiar epidemiológicamente las lesiones 
en el deporte, y para ello es fundamental el tener en 
cuenta la cantidad de exposición al riesgo de sufrir 
lesiones. 
 
La dificultad en la definición de lesión 
 
Además de la problemática que todavía persiste 
en la recogida de datos, existe un desacuerdo a la 
hora de definir qué es una lesión
19
. No existe un 
estándar a partir del cual se acepte de forma 
unánime una clasificación de lesión y, por 
 
 
consiguiente, el código de diagnóstico de ésta varía 
en los diversos estudios publicados. Es posible 
encontrar clasificaciones estándares como la de la 
International Classification of Diseases, aunque 
normalmente éstas no tienen una buena aplicación 
en las lesiones deportivas. Por el contrario, el 
sistema Orchard Sport Injury Classification System 
(OCICS) es muy descriptivo y extenso y puede 
utilizarse en este tipo de investigaciones
19,21
. Éste 
destaca la importancia de registrar todas las 
lesiones ocurridas en el período estudiado, incluso 
aquéllas que aún requiriendo atención médica no 
provocan pérdida de horas de entrenamiento ni de 
competición, así como es igualmente 
imprescindible controlar el tiempo perdido en días, 
semanas y competiciones (o partidos de una 
competición). Este hecho es muy importante debido 
a que se debe controlar si las lesiones menores 
pueden llevar o no a provocar afecciones de mayor 
entidad a posteriori. 
 
A pesar de esta intención de controlar la 
interpretación de lesión (hecho que puede facilitar 
la comparación de estudios), en la actualidad se 
adoptan definiciones todavía muy vagas, como es 
el caso de registrar la lesión en una investigación 
como “cualquier traumatismo que provoca alguna 
alteración o dolor”
22
. Incluso no ya en el deporte 
profesional, sino también en la población 
adolescente deportista, la definición y el método de 
registro de las lesiones deportivas es un tema que 
continúa presentando problemas importantes para 
poder comparar diferentes investigaciones
23
. 
 
El mismo grupo de trabajo que señaló los 
progresos de la citada clasificación comenta las 
limitaciones de la misma
24
. Por este motivo, en un 
trabajo posterior al que ya se ha hecho referencia 
(Tabla 2-3)
21
, estos autores mejoran el estudio 
realizado y exponen las dos razones principales de 
la necesidad de una buena clasificación: determinar 
de manera precisa los diagnósticos de las lesiones 
deportivas para la investigación, permitiendo a la 
vez una fácil agrupación para poder sintetizar 
resultados, y crear una base de datos de la que se 
pueda extraer información para así estudiar 
lesiones concretas. 
 
Asimismo, es importante relativizar 
consideraciones tan generales como el hecho de 
entender la lesión como “cualquier problema 
músculo-esquelético que provoca una parada del 
entrenamiento al menos durante un día, reducción 
en el kilometraje de entrenamiento, ingesta de 
medicamentos o solicitación de ayuda médica”
25
. 
Con esta definición los autores realizan un trabajo 
retrospectivo para conocer lesiones en atletas que 
se dedican a deportes de aventura. Este estudio es 
una evidencia de las limitaciones que tienen 
algunos trabajos a la hora de interpretar los 
resultados obtenidos, a pesar de utilizar muestras 
grandes como en este caso (300 atletas). Esto se 
debe a que realizaron un cuestionario que los 
deportistas rellenaban en el momento en que se 
inscribían en la prueba. Entre otras preguntas se 
les pedía que indicaran su niveldeportivo y que 
señalaran el número y tipo de lesiones que habían 
sufrido en los últimos 18 meses. Esto demuestra el 
escaso control que existió en la recogida de datos 
de este estudio, ya que estas preguntas 
difícilmente pueden reflexionarse en poco tiempo y 
es muy probable que algunas lesiones no se 
hubieran recogido. 
 
La utilización en diferentes trabajos del término 
lesión adoptado por la Australian Football League, 
provocó interpretaciones muy subjetivas entre los 
diferentes clubes. Este hecho generó una 
diversidad irreal de datos sobre incidencia lesiva. 
Para solventar este problema se estableció la 
siguiente definición de lesión: “cualquier condición 
física o médica que impide a un jugador participar 
en un partido”, y se categorizaron las lesiones 
según la clasificación ya comentada de Orchard 
(OCICS)
18
. 
 
 
 
Tabla 2-3. Categoría de las lesiones en el fútbol (Orchard Sport Injury Classification System, OCICS).
21
 
Área 
corporal 
Categoría de la lesión Ejemplos de diagnósticos específicos 
 
Cabeza 
Cuello 
Conmoción cerebral Conmoción cerebral, migrañas por conmoción 
Fracturas faciales Fractura de nariz, fractura de mandíbula 
Distensiones del cuello Latigazo cervical, prolapso discal cervical 
Otras lesiones de la cabeza y el cuello Laceración facial, lesión del ojo 
 
Hombro 
Brazo 
Codo 
Distensión y dislocaciones del hombro Subluxación del hombro, dislocación 
Lesión de la articulación acromioclavicular, dislocación A/C disrupciones articulares 
Fractura de clavícula Fractura de clavícula 
Distensiones de codo o lesiones articulares Distensiones ligamentosas del codo, cuerpo libre 
Otras lesiones del hombro / brazo / codo Ruptura del tendón del bíceps 
Antebrazo 
Muñeca 
Mano 
Fracturas del antebrazo / muñeca / mano Fractura de escafoides, fractura metacarpiana, fractura 
de radio 
Otras lesiones del antebrazo / muñeca / mano Ruptura del tendón flexor, dislocación de dedos 
Tronco 
Espalda 
Lesiones de las costillas y de la caja torácica Fractura de las costillas, lesiones osteocondrales 
Lesiones de la columna dorsal y lumbar Distensión lumbar, prolapso discal 
Otras lesiones del tronco / espalda / nalgas Transplantes, traumatismos del bazo 
 
Cadera 
Ingle 
Muslo 
Distensiones de la zona inguinal y osteítis de pubis Distensiones musculares de aductores 
Distensiones isquiosurales Distensiones de isquiosurales, tendinopatías 
Distensiones del cuádriceps Distensiones del recto femoral 
Hematomas del muslo y de la cadera Hematomas del muslo 
Otras lesiones de la ingle, cadera y muslo Lesión de la ceja cotiloidea 
 
 
 
Rodilla 
LCA de la rodilla LCA de la rodilla ( otras patologías) 
Ligamento lateral interno de la rodilla Lesión aislada del LLI de la rodilla 
LCP de la rodilla LCP de la rodilla 
Cartílago de la rodilla Desgarros meniscales, lesiones condrales 
Lesiones de la rótula Dislocación de la rótula, dolor de la articulación 
femoropatelar 
 
Área 
corporal 
Categoría de la lesión Ejemplos de diagnósticos específicos 
 
Rodilla 
Lesiones tendinosas de la rodilla y la patela Tendinopatías patelares, tendinopatías popliteas 
Otras lesiones de rodilla Disrupciones de la articulación tibiofemoral, hematomas 
de la rodilla 
 
Espinilla 
Tobillo 
Pie 
Distensiones de tobillo, lesiones articulares Distensión de tobillo, distensión de la sindesmosis 
Distensiones de la zona de la pantorrilla Distensión de gastrocnemios, distensión de sóleo 
Lesiones tendinosas aquíleas Ruptura del tendón aquíleo, tendinopatía 
Fracturas de la pierna y del pie Fractura de tibia, fractura de peroné 
Fracturas de la pierna y del pie por estrés Fractura metatarsiana por estrés, fractura escafoidea 
por estrés 
Otras lesiones de la pierna / pie / tobillo Fascitis plantar 
Lesiones 
médicas 
Enfermedad médica Estrés por calor, gastroenteritis, asma 
 
Este último apunte invita a reflexionar sobre la 
relación que existe entre la incidencia lesiva y las 
horas de exposición al riesgo. La mayoría de 
autores coincide en esto, pero pocas veces se da la 
importancia necesaria a un aspecto que desde aquí 
consideramos crucial al describir la incidencia 
lesiva: la pérdida de entrenamientos y de 
competiciones que las lesiones provocan. Este 
aspecto es fundamental en la repercusión real de 
las lesiones en el contexto deportivo (Fig. 2-4). Es 
importante preparar estrategias de prevención no 
sólo para evitarlas, sino para que las estructuras 
del aparato locomotor tengan las adaptaciones 
necesarias para que una posible afección sea lo 
más leve posible. 
 
FIGURA 2-4. Número de partidos por lesión en la totalidad 
de equipos de la serie A del fútbol italiano durante la 
temporada 2006-07. Los datos han sido cedidos por 
Roberto Sassi (www.robertosassi.it). 
 
CONCEPTOS CLAVE: 
 La clasificación de lesiones ha de atender a la realidad 
deportiva. Es decir, se han de adaptar a las entidades 
clínicas que normalmente se registran y a las 
variaciones de las mismas (sistema Orchard Sport 
Injury Classification System, OCICS). 
 Para poder ver la repercusón real de una lesión, es muy 
importante registrar no tan sólo el número de días que 
el deportista permanece apartado del deporte, sino 
también el número de sesiones de entrenamiento y el 
número de competiciones que se pierden por una 
lesión. 
 
Localización más habitual: la articulación del 
tobillo 
 
Algunos estudios señalan que la articulación del 
tobillo es la que suele resultar más lesionada (como 
es el caso de los jugadores de baloncesto, por 
ejemplo)
2
. Otros afirman que es la rodilla, sobre 
todo el LCA, la zona más vulnerable, al menos si se 
hace referencia a lesiones de gravedad, y sobre 
todo en deportes como el fútbol y el baloncesto
27,28
. 
Datos más recientes se decantan por la articulación 
del tobillo como la zona que alberga la mayoría de 
lesiones en fútbol femenino (34% del total de 
lesiones agudas registradas)
29
. 
 
Las lesiones del tobillo se han estudiado en 
profundidad. Éstas presentan una incidencia 
elevada en fútbol, analizando el período de tiempo 
perdido que provocan, su mecanismo lesivo y la 
utilización de soportes externos para así poder 
desarrollar un plan de prevención y rehabilitación
30
. 
Tropp et al.
31
 observaron que el 75% de las 
lesiones de tobillo eran esguinces ligamentosos, 
normalmente del complejo lateral. Lo que está claro 
a raíz de los trabajos mencionados y de los que se 
verán a continuación, es que la extremidad inferior 
es la que sufre una mayor afectación en el deporte 
en general, tal y como se advierte en otras 
investigaciones realizadas con futbolistas
10,17
. 
 
La investigación de Woods et al.
30
, que aplica la 
misma metodología que la utilizada por los autores 
citados anteriormente
9
, recoge los cuestionarios 
obtenidos por fisioterapeutas y médicos de clubes 
profesionales ingleses. En ella se explica que el 
11% de las lesiones estaban localizadas en el 
tobillo, lo que proporciona un valor inferior a otros 
trabajos. Tal y como ya se ha comentado (también 
lo han hecho otros autores)
7,17
, es posible que esto 
se deba a la metodología utilizada, en la que no se 
incluyen lesiones que necesitan menos de 48 horas 
para volver a la actividad. Estos autores también 
vieron que la mayoría de alteraciones se producían 
en el complejo externo (77%) de dicha articulación. 
Otros datos interesantes que los mismos autores 
exponen es que el 83% de las lesiones de tobillo 
tenían una recuperación de menos de un mes, lo 
que sugiere que la mayoría de esguinces no eran 
severos, siendo así más importante la incidencia 
que la gravedad. 
 
Tabla 2-4. Revisión realizada sobre las lesiones de tobillo.
32
 
Deporte Género Total nº de 
lesiones 
Lesiones de 
tobilo (%) 
Referencia Año 
Todos los deportes Hombres y mujeres 15.212 20 Steinbrück (1987) 1987 
Todos los deportes Hombres y mujeres 10.496 17 Segesser y Nigg (1993) 1993 
Béisbol Hombres 525 12 NCAA (1991) 1989-90 
BaloncestoHombres 769 31 NCAA (1991) 1989-90 
Baloncesto Mujeres 638 26 NCAA (1991) 1989-90 
Baloncesto Hombres y mujeres 658 28 Pfeifer et al. (1992) 1992 
 
 
Hockey hierba Mujeres 187-349 10-18 NCAA (1991) 1987-91 
Fútbol americano Hombres 1.543-4.956 15-16 NCAA (1991) 1988-90 
Balonmano Hombres 540 21 Leidinger et al. (1990) 1990 
Fútbol Hombres 112-288 17-21 Ekstrand y Tropp (1990) 1990 
Fútbol Hombres 527-981 17-21 NCAA (1991) 1986-91 
Fútbol Mujeres 288-473 18-27 NCAA (1991) 1986-91 
Voleibol Mujeres 149-465 26-33 NCAA (1991) 1984-91 
Softball Mujeres 192 18 NCAA (1991) 1989-90 
Tenis Hombres y mujeres 2.481 11 Nigg et al. (1989) 1989 
NCAA: National Collegiate Athletic Association 
 
La tabla 2-4 muestra el porcentaje de incidencia 
lesiva en el tobillo en distintos deportes. Por orden 
de volumen destacan el baloncesto, el voleibol, el 
fútbol y el balonmano
32
. En esta línea, otra 
investigación concluye que la distensión 
ligamentosa del tobillo es la afección de mayor 
incidencia, en este caso en una población de 
jugadores universitarios de baloncesto, tal y como 
muestra la tabla 2-5
33
. 
 
Tabla 2-5. Existencia de mayor número de lesiones en el 
tobillo en jugadores universitarios de baloncesto
33
 
Lesión Total %del total 
Esguince de tobillo 34 15,8 
Distensión muscular del muslo 12 5,6 
Conmoción cerebral 8 3,7 
Contusión del cuádriceps 7 3,3 
Distensión del psoas iliaco 5 2,3 
Contusión de la rodilla 5 2,3 
Ruptura completa del LCA, aguda 4 1,9 
Otras 140 65,1 
Total 215 100,0 
 
CONCEPTOS CLAVE: 
 La articulación del tobillo es la zona anatómica que 
registra un mayor número de lesiones. Este dato es 
importante a la hora de desarrollar planes de prevención 
para lesiones específicas. 
 La extremidad inferior en su conjunto es la región 
corporal que experimenta mayor incidencia lesiva, 
prácticamente en la totalidad de los deportes. 
 
Otras zonas corporales de gran incidencia 
lesiva 
 
Los trabajos que se están comentando informan 
sobre la gran cantidad de lesiones existentes 
fundamentalmente en tres zonas: dos articulares, 
como son la rodilla y el tobillo, y una muscular, la 
del muslo (Fig. 2-5). Es importante reflexionar al 
respecto, pues tan sólo el hecho de idear un plan 
de prevención ajustado a nuestras necesidades, 
según el entorno deportivo que se trate y enfocado 
en dichas zonas, puede repercutir en la incidencia 
lesiva que se registre. Por ejemplo, es un hecho 
conocido que un desequilibrio de fuerza es un 
factor de riesgo importante (tal y como se verá más 
adelante) para tener una lesión muscular. Pues 
bien, está claro que desarrollar un trabajo 
preventivo de fuerza en toda la musculatura del 
deportista es complicado, pues hay temas con los 
que hay que contar, como el hecho de no interferir 
en la propia planificación deportiva del atleta. Pero, 
¿y si añadimos a su trabajo un programa específico 
tan sólo de la musculatura isquiosural? ¿Y si, 
además variando de día de entrenamiento, 
aprovechamos para realizar un trabajo 
propioceptivo enfocado a estimular los 
propioceptores de la rodilla y el tobillo 
fundamentalmente? Estos temas se tratarán más 
adelante, pero no está de más adelantar que será 
necesario idear medidas, en ocasiones, muy 
específicas y de fácil aplicación, a pesar de que lo 
preferible es darle mayor relevancia a los planes de 
prevención. 
FIGURA 2-5. Localización habitual de la incidencia lesiva según diversos estudios. 
 
Destaca un estudio prospectivo sobre la inci-
dencia de lesiones y molestias en futbolistas de 
diferente edad y categoría
34
. La muestra, de 264 
individuos, se clasificó en cuatro niveles según la 
categoría de los equipos donde jugaban. Se regis-
traron 558 lesiones durante el año en que se siguió 
a este grupo, lo que resultó en 2,1 lesiones por ju-
gador y año (Tabla 2-6), y resulta realmente intere-
sante que se hable de gravedad. Este parámetro 
muestra cómo el tobillo, a pesar de que continúa 
siendo la articulación más castigada por las lesio-
nes, registra el menor porcentaje de casos graves. 
Si se combina la incidencia lesiva y la gravedad, la 
articulación que resulta más dañada es la rodilla. 
La mayor parte de lesiones lumbares, inguinales y 
de la pierna fueron debidas a sobrecarga, lo que 
quiere decir que la mayoría de las producidas en la 
columna lumbar y la ingle se dieron sin contacto. 
Está claro que los datos de este trabajo muestran 
también una gran incidencia de lesión en la extre-
midad inferior (representa el 79,4% del total de 
lesiones), así como una tendencia a una mayor 
gravedad (en cuanto a porcentaj e relativo a cada 
zona lesionada) en la columna lumbar, cabeza y, 
sobre todo, en la extremidad superior. 
 
CONCEPTOS CLAVE: 
 El muslo es otra de las zonas corporales, además de las 
articulaciones del tobillo y la rodilla, con gran incidencia 
de lesión muscular. 
 Es importante destacar que la articulación del tobillo 
 
tiende a padecer afecciones leves y moderadas. Si se 
une incidencia lesiva y gravedad, es la articulación de la 
rodilla la que reviste mayores problemas. 
 
Las lesiones musculares 
 
Se ha realizado un estudio de la incidencia lesi-
va de los futbolistas comparando los períodos de 
pretemporada y de compefición
9
. En este trabajo 
los autores encontraron que las lesiones más frecu-
entes y de mayor gravedad durante la pretempora-
da son las distensiones musculares (19%), segui-
das de fracturas (15%), distensiones ligamentosas 
(13%) y desgarros meniscales (10%). En relación 
con la gravedad, las lesiones moderadas más fre-
cuentes fueron las distensiones (52%), los esguin-
ces (25%) y las tendinitis (8%). La tabla 2-7 mues-
tra los datos obtenidos en este trabajo. 
 
En este mismo trabajo también se estudiaron 
las lesiones musculares y se llegó a la conclusión 
de que las que se producían en el cuádriceps se 
producían más frecuentemente durante la pretem-
porada. De éstas, la más habitual era la del recto 
femoral, que representaba el 29% de las lesiones 
musculares, mientras al aductor mayor le corres-
pondía el 12% y al bíceps femoral el 11%. Por otra 
parte, el músculo con más porcentaje de lesión 
durante el período competitivo era el bíceps femoral 
(21%), seguido del aductor mayor (15%) y del recto 
femoral (14%). 
 
 
Tabla 2-6. Localización y severidad de las lesiones encontradas por Peterson et al.
34
 
Localización 
Total Leve Moderada Grave 
N (%) N (%) N (%) N (%) 
Tobillo 114 (20,4) 54 (47) 49 (43) 11 (10) 
Rodilla 99 (17,7) 45 (45) 33 (33) 21 (21) 
Muslo 81 (14,5) 50 (62) 23 (28) 8 (10) 
Pie, dedos 56 (10,0) 34 (61) 16 (29) 6 (11) 
Pierna 53 (9,5) 27 (51) 19 (36) 7 (13) 
Ingle 41 (7,3) 23 (56) 11 (27) 7 (17) 
Columna lumbar 33 (5,9) 15 (44) 9 (27) 9 (27) 
Extremidad superior 30 (5,4) 13 (43) 4 (13) 13 (43) 
Cabeza 20 (3,6) 14 (70) 2 (10) 4 (20) 
Otras 31 (5,6) 16 (52) 15 (48) 0 (0) 
 
Tabla 2-7. Naturaleza de las lesiones durante los períodos de pretemporada y competición en 
el trabajo de Woods et al.
9
 
Naturaleza de la lesión 
Todas las 
lesiones 
Lesiones en 
pretenporada 
Lesiones en período 
competitivo 
Rupturas musculares / distensiones 2.217 (37) 381 (37) 1.836 (37) 
Esguinces ligamentosos/rupturas 1.152 (19) 194 (19) 958 (19) 
Otras 547 (9) 100 (11) 447 (8) 
Contusiones musculares 418 (7) 53
*
 (5) 365 (7) 
Equimosis de los tejidos 349 (6) 43
*
 (4) 306 (6) 
Fracturas / disocaciones 333 (5) 50 (5) 283 (4) 
Tendinosas 292 (5) 89
**
 (9) 203 (4) 
Sinovitis inflamatorias 192 (3) 34 (3) 158 (3) 
No clasificadas 153 (3) 9 (1) 144 (3) 
Roturas meniscales 148 (3) 25 (2) 123 (3) 
Hernias 120 (2) 14 (1) 106 (2) 
Sobreuso 109 (2) 33
**
 (3) 76 (2) 
Total 6.030 (101) 1.025 (100) 5.005 (98) 
* p < 0,05 Proporciones diferentes entre pretemporada y período competitivo. 
** p < 0,05 Proporciones diferentes entre pretemporada y período competitivo. 
 Los porcentajes totales pueden estar sujetos a errores de redondeamiento asociados con componentes individuales. 
 
Estos datos confirmanque, incluso en un 
mismo deporte y en un contexto geográfico 
determinado, los planes de prevención podrían 
variar según el período de la temporada para el que 
estén diseñados. Según esta reflexión, resulta 
interesante el hecho de que cambie la musculatura 
predominantemente lesionada entre la 
pretemporada y el período competitivo. Los autores 
explican que esto sucede porque la mayoría de 
lesiones en pretemporada están debidas a un gran 
volumen de carrera y a la gran cantidad de 
ejercicios de chute, pues en ambas tareas el recto 
femoral tiene una gran participación. Con la 
intención de alertar a los profesionales 
responsables de las tareas de prevención, los 
autores insisten en la necesidad de desarrollar 
planes específicos orientados a evitar las lesiones 
por sobrecarga, las lesiones de la pierna (especial-
mente la tendinitis aquílea) y las distensiones del 
recto femoral. A pesar de estas recomendaciones, 
y tal como sucede en la mayoría de artículos que 
hablan sobre incidencia lesiva y factores de riesgo, 
los autores no exponen ni en esta publicación ni en 
ninguna posterior algún plan específico de preven-
ción de lesiones en jugadores de fútbol. Por otra 
parte, sí es cierto que los datos que exponen han 
de dar una idea bastante aceptable de cómo reali-
zar un plan de prevención coherente con el objeti-
vo, por ejemplo, de organizar una planificación pre-
ventiva para evitar este tipo de lesiones en pretem-
porada. Más adelante se hablará de ello, pero no 
es complicado llegar a la conclusión de que el recto 
femoral, músculo biarticular y muy involucrado en 
acciones propias del fútbol, necesitará ejercitar sus 
propiedades de fuerza, extensibilidad y elasticidad, 
por poner un ejemplo. 
 
En fútbol femenino se ha registrado que el tipo 
de lesión más frecuente es la distensión muscular 
(32%), seguida del esguince ligamentoso (18%) y la 
contusión (17%); la rodilla es la zona más afecta-
da
35
. Este es otro de los temas con los que se debe 
ser ciudadoso a la hora de hablar de incidencia 
lesiva y de la identificación de estas lesiones. El 
término contusión hace referencia a un mecanismo 
lesivo, aunque determina qué lesión existe, y esto 
sucede en éste y en otros trabajos que se pueden 
leer. Estos investigadores, en la clasificación de las 
lesiones que describen, sí hablan, por ejemplo, de 
fracturas y rupturas musculares, y éstas sí son enti-
dades patológicas, independientemente del meca-
nismo que las haya provocado. 
 
CONCEPTOS CLAVE: 
 Los períodos de pretemporada y de competición 
registran predominancia diferente de la musculatura 
lesionada en un mismo deporte. 
 Es necesario no mezclar los términos que se refieren a 
entidades clínicas, por una parte, y a mecanismos 
lesivos, por otra. Esto se debe de tener en cuenta 
especialmente a la hora de registrar las lesiones para 
un estudio. 
 
Más datos de incidencia lesiva de diferente 
ubicación corporal 
 
En el mundial de fútbol del año 2002 se llevó a 
cabo un estudio en el que se registraron 171 
lesiones, lo que equivale a una incidencia de 2,7 
lesiones por partido u 81 lesiones por cada mil 
horas de juego
36
. Las partes del cuerpo más 
afectadas fueron el tobillo (17%), el muslo (16%), la 
pierna (15%), la rodilla (12%), la cabeza y el cuello 
(16%). La mitad del total de lesiones se debieron a 
contusiones, mientras que las distensiones 
representaban el 15% y los esguinces el 14%. Se 
diagnosticaron diez lesiones como rupturas 
musculares, cinco como tendinosis, cuatro como 
contusiones, tres como fracturas, una como ruptura 
ligamentosa y otra como lesión meniscal. Las de 
extremidad superior (6%) y las de tronco (8%) 
tuvieron menor aparición. 
 
Volviendo al trabajo en que se comparan las 
lesiones producidas en la pretemporada y en el 
período competitivo en fútbol, se observa que en la 
pretemporada el tobillo fue la articulación más 
lesionada (59%), sobre todo el complejo lateral 
(74% en comparación con el 21% del complejo 
interno)
9
. En cambio, durante la temporada 
competitiva fue la rodilla la que sufrió más lesiones 
(30%), sobre todo en el LLI (Ligamento Lateral 
Interno) (77% de dichas lesiones), mientras al LLE 
(Ligamento Lateral Externo) le correspondió un 
15% y al LCA un 8%. No obstante, los valores de 
ambas articulaciones entre pretemporada y período 
competitivo no difieren en exceso. En cuanto a la 
lesión tendinosa que más se produjo fue la del 
tendón aquíleo; el 32% de dichas lesiones tuvieron 
lugar durante la pretemporada (3,5 lesiones por 
semana), y durante el período competitivo existió 
un promedio de una lesión por semana (Fig. 2-6). 
 
Estos datos, conjuntamente a lesión muscular 
del recto femoral comentada en el punto anterior, 
son también importantes para poder entender las 
diferencias lesivas encontradas entre los dos 
períodos estudiados durante una temporada. 
Obviamente, durante la pretemporada, momento en 
el que existe un gran volumen de trabajo 
cardiovascular en forma de carrera, se somete al 
tendón aquíleo a un tipo de actividad de la que le 
es difícil recuperarse. Este hecho se acentúa si no 
se controla la carga de entrenamiento, no se 
prepara específicamente al tendón mediante el 
trabajo de sus cualidades intrínsecas o no se 
emplea el calzado apropiado para este tipo de 
trabajo. 
 
En este mismo estudio las lesiones producidas 
durante la pretemporada constituyeron una quinta 
parte del total de la temporada (Tabla 2-8). Es 
posible que esto suceda porque en este período se 
juegan menos partidos y ninguno de ellos es de 
carácter competitivo (al menos es lo habitual). Por 
 
 
 
 
FIGURA 2-6. Las carreras de larga distancia favorecen la 
aparición de tendinitis qe volucionan a su cronificación. 
Asimismo, el gran volumen de este tipo de trabajo cardio-
vascular desarrollado durante la pretemporada de multitud 
de deportes puede favorecer la aparición de lesiones ten-
dinosas, especialmente en deportistas que no estén adap-
tados a este tipo de ejercicio. Las imágenes ecográficas 
de la derecha facilitan el diganóstico de las lesiones tendi-
nosas, como la que se muestra en el tendón rotuliano. 
 
este motivo, los autores decidieron seguir el estudio 
epidemiológico de Hawkins et al.
37
 y realizar un 
análisis detallado de las lesiones de pretemporada 
y los factores extrínsecos asociados a ellas. De 
esta manera, se cita el terreno de juego duro, la 
vuelta al entrenamiento, el gran volumen de éste y 
un calzado inadecuado, como los factores de 
riesgo a tener en cuenta en lesiones por 
sobrecarga durante la pretemporada. La 
inflamación del tendón de Aquiles, por ejemplo, es 
la lesión más representativa de este mecanismo. 
Está claro que el hecho de no planificar bien una 
pretemporada es un factor de riesgo de lesión. Sin 
embargo, es importante confiar en el excelente 
conocimiento del profesional que programe las 
cargas de un deportista. Por otra parte, y a pesar 
de que estos mismos autores
9
 reconocen la 
importancia de factores intrínsecos como la 
existencia de lesiones previas
38
, no resaltan la 
mayor relevancia de dichos factores inherentes al 
deportista. Así pues, y a pesar de que este trabajo 
se centra en los factores extrínsecos, no es 
conveniente hablar de ellos como si fueran los 
responsables más destacables de las lesiones que 
registraron, ya que hemos comentado que son 
numerosos los trabajos que hablan de los factores 
intrínsecos como los verdaderos desencadenantes 
de una lesión. 
 
Tabla 2-8. Naturaleza de las lesiones de la pierna provocadas durante los períodos de 
pretemporada y de competición en el trabajo de Woods et al.
9
 
Naturaleza de la lesión 
Total de 
lesiones 
Lesiones en 
pretenporada 
Lesiones en período 
competitivo 
Distensiones musculares 362 (48) 58 (38)* 304 (50) 
Contusiones musculares 136 (18) 24 (16) 112 (19) 
Tendinosas 95 (13) 36 (23)** 59 (10) 
Equimosis de los tejidos / cortes / abrasiones 48 (6) 8 (5) 40 (7) 
Fracturas 46 (6) 8

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