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Desarrollo y migración: desafíos y oportunidades en los países del norte de Centroamérica 127 universidades o centros de enseñanza en los países de destino y favorecer otro tipo de vínculos entre el conjunto de actores vinculados a las migraciones. El punto de partida de la estrategia centroamericana conjunta de migración debiera ser contribuir a que el objetivo 5 del Pacto Mundial sobre Migración se pueda alcanzar: aumentar la disponibilidad y flexibilidad de trayectorias de migración regular. También convendría distinguir entre migrantes y refugiados y favorecer la regularización de migrantes no calificados, ya sea con regímenes temporales (trabajadores en la construcción, la agricultura y el turismo, o para estudiantes y personas de negocios) o duraderos (cuidado, trabajo doméstico y salud, que son especialmente importantes para las mujeres). El programa de trabajo temporal de Nueva Zelandia o el del Canadá son ejemplos de lo primero, mientras que los programas de Alemania para enfermería o cuidado, que reconocen el envejecimiento de su sociedad, tienen una dimensión migratoria más duradera. Filipinas ha tenido una política explícita, con instituciones públicas sólidas, de fomento y seguimiento de ambos tipos de migración, además de mantener una relación de cooperación recíproca con la diáspora filipina en el exterior. Una manera de evitar la migración desordenada, irregular y vulnerable, como ocurre actualmente, sería ampliar y reformar los programas que tienen los Estados Unidos, el Canadá y México para migrantes temporales menos calificados. Podría ser parte de un acuerdo entre los países del NCA y estos tres países de destino de migraciones, probablemente de manera bilateral, que reconozca las diferencias que actualmente existen en materia de trabajo migratorio temporal en cada uno de ellos. Cabría contemplar la posibilidad de reforzarlo con planes de desarrollo sectorial amplios, como un plan de desarrollo turístico compartido con México, como se indicó previamente. Podría explorarse y favorecerse la creación de cadenas productivas que involucraran a los países de origen y de destino de las migraciones con base en acuerdos privados o mixtos. Como parte de estos programas de trabajo temporal se buscaría garantizar que los derechos de los trabajadores se respetaran, con base en contratos explícitos, que existieran condiciones aceptables de alojamiento y transporte, que pudiera incluir a las familias directas de los trabajadores, y que bajo ciertas condiciones pudiera derivar en una residencia permanente. Finalmente, convendría que cualquier acuerdo o estrategia conjunta convenida por los países del NCA con México, los Estados Unidos o el Canadá contemplara lo siguiente: i) Reconocer la necesidad de desarrollar esquemas flexibles de movilidad laboral basada en derechos y con sensibilidad de género, tomando en cuenta la oferta y demanda de capacidades, e incluyendo programas temporales, estacionales, circulares y de vía rápida. Aunque los Estados Unidos no aprobó el Pacto Mundial sobe Migración, la existencia de regímenes temporales o especiales para migrantes en ese país podría tomarse como un indicador de que habría espacios para adecuar estos programas para insertar a más migrantes centroamericanos en estos regímenes y reducir así el problema de migrantes indocumentados.
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