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Desarrollo y migración: desafíos y oportunidades en los países del norte de Centroamérica 
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universidades o centros de enseñanza en los países de destino y favorecer otro tipo de 
vínculos entre el conjunto de actores vinculados a las migraciones. 
El punto de partida de la estrategia centroamericana conjunta de migración debiera 
ser contribuir a que el objetivo 5 del Pacto Mundial sobre Migración se pueda alcanzar: 
aumentar la disponibilidad y flexibilidad de trayectorias de migración regular. También 
convendría distinguir entre migrantes y refugiados y favorecer la regularización de 
migrantes no calificados, ya sea con regímenes temporales (trabajadores en la construcción, 
la agricultura y el turismo, o para estudiantes y personas de negocios) o duraderos (cuidado, 
trabajo doméstico y salud, que son especialmente importantes para las mujeres). 
El programa de trabajo temporal de Nueva Zelandia o el del Canadá son ejemplos 
de lo primero, mientras que los programas de Alemania para enfermería o cuidado, que 
reconocen el envejecimiento de su sociedad, tienen una dimensión migratoria más 
duradera. Filipinas ha tenido una política explícita, con instituciones públicas sólidas, de 
fomento y seguimiento de ambos tipos de migración, además de mantener una relación de 
cooperación recíproca con la diáspora filipina en el exterior. 
Una manera de evitar la migración desordenada, irregular y vulnerable, como ocurre 
actualmente, sería ampliar y reformar los programas que tienen los Estados Unidos, 
el Canadá y México para migrantes temporales menos calificados. Podría ser parte de un 
acuerdo entre los países del NCA y estos tres países de destino de migraciones, 
probablemente de manera bilateral, que reconozca las diferencias que actualmente existen 
en materia de trabajo migratorio temporal en cada uno de ellos. Cabría contemplar la 
posibilidad de reforzarlo con planes de desarrollo sectorial amplios, como un plan de 
desarrollo turístico compartido con México, como se indicó previamente. 
Podría explorarse y favorecerse la creación de cadenas productivas que involucraran 
a los países de origen y de destino de las migraciones con base en acuerdos privados o 
mixtos. Como parte de estos programas de trabajo temporal se buscaría garantizar que los 
derechos de los trabajadores se respetaran, con base en contratos explícitos, que existieran 
condiciones aceptables de alojamiento y transporte, que pudiera incluir a las familias 
directas de los trabajadores, y que bajo ciertas condiciones pudiera derivar en una 
residencia permanente. 
Finalmente, convendría que cualquier acuerdo o estrategia conjunta convenida por 
los países del NCA con México, los Estados Unidos o el Canadá contemplara lo siguiente: 
i) Reconocer la necesidad de desarrollar esquemas flexibles de movilidad laboral 
basada en derechos y con sensibilidad de género, tomando en cuenta la oferta y 
demanda de capacidades, e incluyendo programas temporales, estacionales, 
circulares y de vía rápida. 
Aunque los Estados Unidos no aprobó el Pacto Mundial sobe Migración, la 
existencia de regímenes temporales o especiales para migrantes en ese país 
podría tomarse como un indicador de que habría espacios para adecuar estos 
programas para insertar a más migrantes centroamericanos en estos regímenes 
y reducir así el problema de migrantes indocumentados.

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