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Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) 136 Estados Unidos, explican buena parte del aumento de niños no acompañados que intentaron entrar por la frontera sur de los Estados Unidos. Orozco y Yansura (2015) encontraron una relación positiva entre las remesas recibidas por cada municipio de los tres países del norte de Centroamérica y dos variables: la violencia, medida por la tasa de homicidios en cada municipio, y la proporción de población total que se encontraba en esos municipios. Aunque el flujo de remesas puede no depender exclusivamente del número de migrantes23, constituye un proxy que sugiere que puede existir una relación positiva entre migración y violencia, y que los municipios más violentos y poblados —posiblemente más urbanos— estarían expulsando población al exterior. A su vez, con información de niños detenidos en los Estados Unidos entre 2011 y 2016, combinados con datos estadísticos de los municipios de donde procedían, Clemens (2017) también encontró clara evidencia de que aumentos de las tasas de homicidios24 dieron lugar a incrementos de la tasa de emigración de niños procedentes de los países del norte de Centroamérica. Demostró que esta relación no era lineal, sino que la emigración de niños aumentaba de manera más que proporcional cuando las tasas de homicidio (por cada 100.000 habitantes) eran muy altas, por encima de 100. También encontró que la difusión de información sobre la violencia por la vía de redes —asociados a las diásporas— tenía un efecto acumulativo, de “bola de nieve”, que magnificaba el efecto de homicidios pasados sobre migraciones posteriores. Una parte más polémica de la investigación de Clemens (2017) se refiere a su evaluación de cómo la relación entre los efectos de la violencia y de variables económicas afectaban la migración de niños. Con base en regresiones que identifican los determinantes de las migraciones de los niños centroamericanos Clemens confirmó —como en otros países—, que más pobreza no generaba más migraciones, hecho que se explicaría como consecuencia de que familias con menos recursos no podían financiar los costos del traslado que implica la migración. También encontró que la mayor pobreza, en la medida en que reducía las migraciones25, disminuía el efecto de la tasa de homicidios sobre las migraciones. La complejidad de las relaciones entre las decisiones de los hogares de enviar un niño a vivir en los Estados Unidos queda en evidencia al notar que si bien la violencia, el desempleo (sostenido) y el analfabetismo provocan más migración de niños no acompañados, la pobreza tenía el efecto contrario. Una implicación de lo anterior sería que niveles menores de pobreza permitía que las familias acudieran a la migración para poner a salvo a sus hijos, pero que las familias en condición de miseria no tenían esta opción. 23 El flujo de remesas refleja la existencia de un acervo o stock de migrantes que puede haber llegado antes del incremento de la violencia. Más remesas pueden ser el resultado del interés de familias por asegurar más protección de sus familiares ante un aumento de la violencia y no el resultado de más migrantes. 24 Que Clemens demuestra que está correlacionado con otros crímenes, como la extorsión. 25 De acuerdo con estas estimaciones la mayor pobreza reduce la migración, como lo hace también el mayor ingreso por habitante. El efecto del ingreso per cápita no resulta estadísticamente significativo cuando se evalúa su efecto independientemente, pero adquiere cierta significación (95% de efectividad) cuando se le asocia con la tasa de homicidios.
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