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F a c u lt a d d e C ie n c ia s d e l a S a lu d G ra do e n E nf er m er ía UNIVERSIDAD DE JAÉN Facultad de Ciencias de la Salud Trabajo Fin de Grado Trabajo Fin de GradoCuidados de la herida quirúrgica. Avances. Alumno: Celia Román Pérez Tutor: Ana Martínez Herrera Dpto: Enfermería Lugar y fecha de la lectura: Tribunal Nº 7. Sala de Juntas B3. 30 de mayo 2014. UNIVERSIDAD DE JAÉN FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD Grado En Enfermería Trabajo Fin De Grado Cuidados de la herida quirúrgica. Avances. FIRMA Celia Román Pérez Ana Martínez Herrera Lugar y fecha de lectura: Tribunal Nº 7. Sala de Juntas B3. 30 de mayo. INDICE Resumen Abstract 1. Introducción 1.1 Justificación 1.2 Marco teórico 1.2.1 Antecedentes de la taxonomía enfermera 1.2.2 Historia del cuidados de las heridas 1.2.3 Clasificación de las heridas 1.2.4 Proceso de cicatrización 1.2.5 Infección nosocomial de la herida quirúrgica 1.2.6 Curación convencional y curación avanzada 1.2.7 Antisépticos 1.2.8 Apósitos 1.2.9 Terapia de Presión Negativa 2. Objetivos 3. Desarrollo 3.1 Metodología 3.2 Resultados 3.2.1 Avances en el tratamiento de la herida quirúrgica 3.2.1.1 Material de cura y antisépticos 3.2.1.2 Cierre por primera intención : Apósitos quirúrgicos 3.2.1.3 Cierre por segunda intención: Terapia de presión Negativa 3.3 Discusión 4. Conclusiones 5. Bibliografía 6. Anexos 1 RESUMEN La aplicación de métodos para el cuidado de las heridas ha sido una actividad inherente a las diversas culturas desde la antigüedad. Ésta es un área que está cambiando constantemente debido a los grandes avances científicos. Años atrás el cuidado de éstas se centraba especialmente en un tratamiento de protección de las mismas con diversos productos naturales o no. En cambio, existen en la actualidad nuevas técnicas de curación para cada tipo de lesiones que permiten ofrecer una mejora en la cicatrización y una mejor recuperación de los pacientes que las padecen. El objetivo de este trabajo ha sido revisar y analizar el estado actual en el que se encuentra los cuidados de las heridas centrándose en las heridas quirúrgicas y al mismo tiempo dar a conocer los nuevos elementos que constituyen la curación avanzada. Para ello, se hizo una búsqueda en las principales bases de datos. Se obtuvieron diferentes artículos cuyos resultados mostraban que la cura tradicional sigue primando entre los profesionales de enfermería a pesar de los avances existentes, dando lugar con su uso a un mayor dolor en el paciente y retraso en el proceso de cicatrización. Referente a la terapia de presión negativa como nuevo método de cura avanzada, favorece la cicatrización, disminuye dolor, y en algunos casos se puede realizar de forma ambulatoria. Concluyendo, los profesionales de enfermería deben actualizar sus conocimientos sobre el manejo de las heridas para proporcionar una cura avanzada y adecuada. Palabras clave: Herida, Herida quirúrgica, Infección herida quirúrgica, Antisépticos, Apósitos, Cuidados de las heridas, Curación avanzada. ABSTRACT The application of methods for wound care has been an inherent part of many cultures since antiquity. It is an area that is constantly changing due to scientific breakthroughs. Years ago the care of these was particularly focused on a protective treatment thereof with various natural or non-natural products. Instead, there are now new healing techniques for each type of wound that can offer improvement healing and better recovery of patients who have them. The aim of this study was to review and analyze the current state in which the wound care is, by focusing on surgical wounds while publicizing the new elements that 2 constitute the advanced healing. For this, a search was done on the main databases. Different articles were obtained, whose results showed that the traditional cure still prevails among nurses despite existing developments, leading to its use to a greater patient pain and delayed healing. In relation to the negative pressure therapy as a new method of advanced healing, it promotes healing, decreases pain, and in some cases it can be used on an outpatient basis. In conclusion, nurses need to update their knowledge of wound management to provide advanced and appropriate cure. Keywords: Wound, Surgical wound, Surgical wound infection, Antiseptics, Dressings, Wound care, Advanced healing 1. INTRODUCCIÓN 1.1 JUSTIFICACIÓN Las heridas quirúrgicas son un problema de salud que afecta a un gran número de personas de distintas edades y precisan intervenciones enfermeras que aseguren un cuidado adecuado y óptimo de los pacientes que las presentan. Durante mi estancia clínica en una Unidad de Cirugía pude observar la variabilidad en el manejo y seguimiento que realizan los profesionales de enfermería a estas lesiones, sobre todo cuando por diversas circunstancias los profesionales se enfrentaban a heridas de evolución tórpida y de gran superficie. Actualmente, existen guías, protocolos y manuales de actuación que dirigen las actuaciones de los profesionales para realizar el mejor cuidado de la herida, pero el problema es que no siempre se siguen o no se conocen estos protocolos y continúa primando la experiencia personal frente a la evidencia científica. La formación de los profesionales es un punto clave en la calidad del cuidado, ya que el proceso de cicatrización es un fenómeno complejo que requiere conocimientos específicos. 3 El manejo inadecuado de las heridas tiene numerosas consecuencias negativas para el paciente, retrasa el procedimiento de cicatrización, incrementa los días de hospitalización, da lugar a la disminución de la autonomía del paciente, que ve comprometida la realización adecuada de las actividades de la vida diaria y cambios en su imagen corporal. Todo esto afecta a su salud física y mental, por lo que siempre debemos realizar los cuidados de forma holística. Por último, el aumento de los reingresos hospitalarios atribuibles a las heridas, el retraso de las altas, el tiempo dedicado por el profesional, y el material empleado para dicho tratamiento conlleva una elevada carga económica para los sistemas sanitarios. Además del padecimiento del paciente quirúrgico (1). Es necesario, por todo lo expuesto, realizar una revisión que unifique los conocimientos actuales existentes sobre el cuidado de la herida quirúrgica y contemple los avances realizados en los diversos productos comerciales que ayudan en el tratamiento de heridas complicadas. 1.2. MARCO TEÓRICO 1.2.1. ANTECEDENTES DE LA TAXONOMIA ENFERMERA El Proceso de Enfermería es un método científico ampliamente aceptado, el cual orienta y califica la asistencia enfermera (2). Dicho proceso tiene su origen en la necesidad de las enfermeras de organizar los cuidados de una forma sistemática y científica, de manera que se logre satisfacer las necesidades de los pacientes en todos los ámbitos, de una forma oportuna, dinámica y medible. El Proceso consta de cinco etapas sucesivas e interconectadas: valoración, diagnóstico, planificación, ejecución y evaluación. Durante el transcurso de éstas, se valora una situación de salud, se plantea una problemática que se diagnóstica, se realiza una revisión del tema basado en la evidencia científica, se formula una meta, se realiza una planificación y ejecución de acciones y toma de decisiones, se analizan y se evalúan los resultados (3). 4 La aplicación del Proceso de Enfermería es probablemente uno de los mayores avances en cuanto a la mejora de la calidad de los servicios prestados por el profesional de enfermería (4) . A lo largo del tiempo, desde la disciplina enfermera, son muchos los esfuerzos que se han llevado a cabo para crear códigos y lenguajes que unifiquen la comunicaciónenfermera. El crear un lenguaje común requiere la identificación, comprobación y aplicación de términos y medidas comunes para los diagnósticos enfermeros, intervenciones enfermeras, estructuras y procesos de administración de cuidados enfermeros, y resultados de los pacientes (5). Fue en la década de 1970 cuando comenzaron las primeras iniciativas en establecer un lenguaje estandarizado con el inicio de una clasificación diagnóstica. El primer paso tuvo lugar en St.Louis (Missouri) en el 1973, donde se creó la North American Nursing Diagnosis Association (NANDA) en el primer Congreso del Grupo de la Conferencia Nacional para la Clasificación de los Diagnósticos Enfermeros (6). Fue la primera conferencia sobre diagnósticos enfermeros, en la que se identificaron y definieron 80 diagnósticos enfermeros. Desde entonces, la lista de diagnósticos aprobados ha ido creciendo regularmente y se ha ido refinando mediante propuestas realizadas por enfermeras (7) . Más tarde, en 1986, en el séptimo Congreso de la NANDA se aceptó la Taxonomia I, un listado de diagnósticos, los cuales se distribuían en el seno de nueve patrones (6). Después de esta conferencia, la profesión necesitaba una clasificación de intervenciones dado que, una vez realizado el diagnóstico el profesional tenía la obligación de hacer algo al respecto. La investigación de dicha clasificación de intervenciones comienza por parte de Joanne McCloskey y Gloria Bulechek en 1987, creando un equipo de investigación en la Universidad de Iowa donde intentan desarrollar una clasificación paralela a la de los diagnósticos NANDA (8) . En marzo de 1990, en la novena Conferencia de la North American Nursing Diagnosis Association (NANDA), la Asamblea General aprobó una definición oficial de los diagnósticos de enfermería: 5 Diagnóstico de enfermería es un juicio clínico sobre las respuestas del individuo, la familia, o de la comunidad a sus problemas de salud reales o potenciales, y a procesos vitales. El diagnóstico de enfermería proporciona la base para la selección de intervenciones y, para lograr los objetivos para los que la enfermera es responsable (9). La primera Clasificación de Intervenciones de Enfermería “Nursing Interventions Classification (NIC)” fue publicada en 1992 con un total de 336 intervenciones (6) . La Clasificación de Intervenciones de Enfermería incluye las intervenciones realizadas por profesionales de enfermería en función de los pacientes, intervenciones tanto independientes como colaborativas, y cuidados tanto directos como indirectos. Una intervención se define como cualquier tratamiento, basado en el criterio y el conocimiento clínico, que realiza un profesional de la enfermería para mejorar los resultados del paciente (8). Por otro lado, en 1991 el equipo de investigación dirigido por M. Johnson y M. Maas en la Universidad de Iowa comenzó a desarrollar una clasificación de los resultados de los pacientes que se relaciona directamente con los cuidados enfermeros. El resultado del trabajo que realizaron fue publicado por primera vez en 1997, la Clasificación de Resultados de Enfermería (NOC), una clasificación estandarizada de los resultados que se espera obtener con el paciente y que pueden utilizarse para evaluar los resultados de las intervenciones enfermeras (NIC). Se define un resultado como un estado, una conducta o percepción individual, familiar o comunitaria que se mide a lo largo de un continuo en respuesta a una intervención enfermera Por tanto, los tres lenguajes enfermeros se relacionan con el objeto de poder usarlos conjuntamente para realizar el Plan de Cuidados de un individuo, familia o comunidad, de tal forma que los profesionales elijan los resultados ( NOC) y las intervenciones (NIC) más adecuadas en relación con los diagnósticos enfermeros (10). En este caso, dicho trabajo está basado en la NIC 3660 Cuidados de las heridas, concretamente centrado en el cuidado de la herida quirúrgica. 6 1.2.2 HISTORIA DEL CUIDADO DE LAS HERIDAS La evolución histórica de los cuidados de las heridas comienza desde la aparición del hombre hasta nuestros días. Desde la prehistoria hasta la actualidad, los distintos materiales y procedimientos han variado y han ido evolucionando debido a la necesidad del hombre de curar y tratar dichas lesiones. Los primeros hombres utilizaban como material hojas y tallos, con los que realizaban vendajes. En el antiguo Egipto usaban como apósitos el barro, gomas, resinas, miel, mirra y sustancias oleosas .Un poco más adelante, se introduce la imagen de los hechiceros, sacerdotes, brujas, los cuales se encargaban del cuidado de las heridas, empleando distintos productos vegetales y animales como emplastes, hierbas y realizando conjuros y oraciones (11) (12) (13). En Grecia, destaca Hipócrates (460-370 a. de C.), considerado el padre de la terapéutica, aportó numerosos conocimientos sobre los que se asienta el método hipocrático. En esta época comienza a tener importancia las medidas higiénicas y los vendajes (11). La Edad Media será la pionera en la creación de hospitales, donde figuras como el barbero y los monjes, ambos antecesores de los profesionales de enfermería, y cirujanos curaban las heridas con azúcar, miel, y otras plantas de cultura popular, como es el Aloe Vera, que actualmente en ciertos países con pocos recursos siguen utilizándose (12). La miel es la sustancia más antigua usada para la curación de heridas, según la bibliografía revisada, es fácil de aplicar, no dolorosa, ni dañina para los tejidos, es antibacteriana y un fuerte estimulador de la granulación y de la epitelización de las heridas (14) . Por otro lado, Aloe vera se ha utilizado en la curación de heridas desde la antigüedad, era bien conocido por los antiguos egipcios, griegos y las culturas indígenas. El uso de Aloe vera se mencionó en un documento médico importante del antiguo Egipto que data de 1550 Ac. La pulpa de la hoja se utiliza como un ungüento tópico sobre heridas en forma de gel, crema o mucílago (15). 7 Durante el siglo XVI, se desarrolla la alquimia y la farmacia (12). Además, hubo dos descubrimientos en este mismo siglo que conllevaron una gran repercusión en el avance de la ciencia médica: la técnica del desbridamiento con bisturí, y el uso de drenajes en heridas con supuración (16). Posteriormente, en el año 1616 un cirujano, llamado Cesare Magati, se interesó por la cicatrización de las heridas y su cuidado, creando así el “Método Magati”, el cual tuvo mucha repercusión y fue seguido durante los siglos XVII y XVIII. Dicho método se basaba principalmente en la cura oclusiva de la herida. Magati pensó que si protegía la herida evitaba la contaminación ambiental de la misma. De este último pensamiento, se crearon las bases históricas del tratamiento moderno en medio húmedo, favoreciendo la cicatrización de las heridas, ideas que fueron adoptadas a partir del siglo XIX (11). Durante el siglo XVIII, la forma de curar las heridas de los barberos y cirujanos de la época estaba principalmente influida por las cualidades curativas que brindaba la propia Naturaleza. El concepto de “adormecimiento local” y la antisepsia aparecen en el siglo XIX. El desarrollo de los antibióticos, analgésicos y el tratamiento local de la cura en ambiente húmedo pertenece al siglo XX, donde conviven con el concepto de asepsia (12). Es en el siglo actual donde se lleva a cabo un gran desarrollo en la cicatrización de las heridas debido al avance y el número de investigaciones llevadas a cabo sobre dicho tema, permitiendo un amplio conocimiento acerca del proceso de cicatrización y los factores que lo favorecen o lo retrasan. Durante los años 50 y 60 se concebía la idea de que la desecación de la herida y la formación de costras era un proceso favorecedor, demostrándose poco después en 1962 con lostrabajos publicados por Winter, que la costra no mantiene la humedad y temperatura idónea, perjudicando de esta forma la cicatrización de la herida. Winter realizó una serie de experimentos donde comprobó que las heridas expuestas al aire presentaban una curación dos veces más lenta que aquellas que eran cubiertas por una lámina impermeable, lo que fue corroborado posteriormente por otros investigadores (11) (16). 8 Los avances tecnológicos nos han demostrado los beneficios del tratamiento de las heridas en ambiente húmedo. En 1972 Rovee, afirma “En este medio húmedo y sin costra se estimula la migración y se facilita la reepitelización”. Es a partir de aquí cuando la industria farmacéutica se pone en marcha con la investigación para sacar los productos más adecuados y favorecedores en la cicatrización de las heridas (11). 1.2.3. CLASIFICACIÓN DE LAS HERIDAS Una herida es una lesión producida por un agente externo que actúa sobre nuestro cuerpo, causando la rotura de la superficie cutánea o mucosa, ya sea provocada accidentalmente por traumatismo u otras agresiones a la piel o por acto quirúrgico (17). Existen innumerables clasificaciones de heridas, la más utilizada es la que las divide en heridas agudas o crónicas: La herida aguda es aquella cuyo tiempo de evolución es menor de 30 días y sigue un proceso ordenado de reparación, dentro de un tiempo apropiado, hasta la restauración total de la integridad anatómica y funcional del tejido lesionado. Dentro de este tipo de heridas, se encuentran las heridas quirúrgicas La herida crónica es aquella que presenta un proceso de reparación anormal y evolución tórpida en alguna fase de la cicatrización sin conseguir que se restaure la integridad anatómica ni funcional del tejido lesionado. Las úlceras por presión son un ejemplo de herida crónica (18). El objeto de nuestro trabajo es la herida quirúrgica que se define como: lesión producida en nuestro cuerpo causada por un acto quirúrgico que ocasiona rotura de la superficie cutánea y/o mucosas. 9 Las heridas quirúrgicas tienen una clasificación propia y ampliamente aceptada desarrollada en 1960 por la National Academy of Sciences. Ésta clasificación distingue cuatro grados de acuerdo con el incremento progresivo de la contaminación bacteriana y, por tanto, del riesgo de infección: HERIDA LIMPIA Herida quirúrgica en la que el tejido que se va a intervenir no está inflamado, se interviene de forma electiva sobre un territorio no infectado y donde no se penetra en el tracto respiratorio, digestivo, genitourinario. No se produce rotura de la técnica aséptica. En estos casos, se drena con un sistema de drenaje cerrado cuando es necesario. No está indicada la quimioprofilaxis perioperatoria salvo en casos especiales, pacientes inmunodeprimidos o ancianos > 65 años. Se calcula un riesgo de infección sin profilaxis antibiótica del 1,3% en España. Una herniorrafia es un ejemplo de herida limpia. HERIDA LIMPIA-CONTAMINADA En una herida limpia-contaminada se entra en el tracto respiratorio, digestivo, genitourinario de forma controlada y sin contaminación inusual. Puede haber una pequeña rotura en la técnica aséptica. En este tipo de herida, como norma general se recomienda profilaxis antibiótica puesto que el riesgo de infección sin profilaxis en España es del 8%. Una apendicectomía sería un ejemplo de este tipo de herida quirúrgica. HERIDA CONTAMINADA Se habla de herida contaminada cuando es una herida traumática abierta o hay una incisión de vías: biliar, genitourinaria, respiratoria u orofaríngea con infección presente no purulenta, existiendo salida de contenido gastrointestinal. Existe una rotura mayor de la técnica aséptica, siendo en este caso un 10% el riesgo de infección, y del 15 al 30% sin profilaxis antibiótica. Un ejemplo en este caso sería una resección de colon por neoplasia. HERIDA SUCIA Los procedimientos quirúrgicos realizados cuando existe una infección en el sitio quirúrgico, son consideradas heridas sucias. Esta definición indica que los microorganismos 10 que causan infección postoperatoria estaban presentes en el campo operatorio antes de la operación. Son heridas traumáticas con tejido desvitalizado retenido o en las cuales existen vísceras perforadas. Aquí ya no se considera profilaxis, puesto que se da por infectada, y por ello se habla de tratamiento empírico antimicrobiano. En este caso, el riesgo de infección es del 40%. Una apendicectomía con perforación de la misma es un ejemplo de este tipo de heridas (19) (20) (21) (22) (23) (24) (25) (26). El objetivo de estas clasificaciones, es poder describir las lesiones y encontrar el mejor tratamiento para cada caso. 1.2.4. PROCESO DE CICATRIZACIÓN La cicatrización es un conjunto de fenómenos fisiológicos mediante los cuales, el cuerpo repara y reemplaza los tejidos lesionados por otros de nueva formación, así como restablece su funcionalidad (27) (28). Este proceso es dinámico y complejo, se divide en varias fases evolutivas superpuestas sin límites definidos entre ellas, pero con sucesos bioquímicos y celulares bastante específicos, por lo que cada etapa del proceso de cicatrización presenta unas necesidades distintas (13) (16). FASE INFLAMATORIA: Se inicia en el momento de producirse la herida y su duración es de 3 días aproximadamente, dependiendo de las condiciones fisiológicas. En ella, se produce la coagulación, inflamación y limpieza de la herida. La finalidad de esta fase es luchar contra la infección, eliminando las células y tejidos desvitalizados. Al producirse la herida, de forma inmediata, las células dañadas liberan sustancias vasoconstrictoras, desencadenando la cascada de la coagulación y formando una red de fibrina que detiene la hemorragia en 10 min. 11 El organismo reacciona ante la acción de diferentes agentes nocivos, ya sean físicos, químicos o bacterianos mediante la inflamación, con la que pretende eliminar dichos agentes o en su defecto su inactivación, limpiar el tejido y establecer las condiciones óptimas para los sucesivos fenómenos fisiológicos. La inflamación se caracteriza por presentar cuatro síntomas: rubor, calor, hinchazón y dolor. El dolor en la herida se desarrolla como consecuencia de las terminaciones nerviosas que quedan al descubierto y por la inflamación. Los leucocitos, encargados de fagocitar material y gérmenes exógenos, detienen su migración en un plazo de alrededor de 3 días, cuando la herida se encuentra “limpia”, y la fase de inflamación está cerca de su final. Sin embargo, puede producirse una infección, lo que daría lugar a un incremento de la fagocitosis, prolongándose la fase inflamatoria y retrasando la curación de la herida. FASE DE PROLIFERACIÓN: En esta fase se produce una proliferación celular que comienza a partir del cuarto día, cuyo objetivo es alcanzar la reconstitución vascular, consiguiendo así el aporte de oxígeno y nutrientes necesarios al nuevo tejido, que irá ocupando el lecho de la herida hasta reemplazar el tejido original destruido. El tejido de granulación es muy frágil, es por ello que se debe proteger la herida contra posibles traumatismos y debemos ser cuidadosos a la hora de realizar la cura, evitando agresiones innecesarias. La migración y proliferación de células encargadas de la reconstitución de tejidos y vasos están controladas y estimuladas por las citocinas y los factores de crecimiento. Los fibroblastos, componentes principales de este tejido de granulación, sintetizan colágeno, que tras su maduración se convierte en fibras que dan resistencia al tejido. Cuando se produce una óptima granulación los gránulos crecen en número y tamaño con el transcurso del tiempo, de tal manera que finalmente se crea una superficie húmeda, brillante y de color rosado. Entre el quinto y séptimo día la producciónes máxima y se mantiene elevada durante 2 ó 3 semanas. En los casos en los que el proceso de curación esté alterado o estancado, la granulación tendrá un revestimiento pegajoso con presencia de costra, mostrando un aspecto pálido y poco consistente o de una coloración azulada. 12 FASE DE MADURACIÓN Y REMODELACIÓN: El comienzo de la maduración de las fibras de colágeno es aproximadamente entre el 6º y el 10º día. La herida se contrae, disminuye la presencia vascular y de agua en el tejido granular, que gana en consistencia y se convierte finalmente en el tejido cicatricial. El proceso de epitelización consiste en la migración de las células epiteliales a través de una superficie húmeda deslizante desde los bordes de la herida, teniendo como meta la reconstitución de las células epidérmicas. Concluido dicho proceso, finaliza la curación de la herida y se inicia la remodelación del nuevo tejido. Dependiendo del tipo de lesión y de paciente, esta etapa, que comienza a partir de la semana, puede durar hasta un año. La zona cicatrizal formada es muy sensible a agresiones físicas y químicas, de este modo, nuestro objetivo es proteger dicha zona (27) (28) (29). El profesional de enfermería debe saber que existen numerosos factores, generales y locales, influyen en el proceso de cicatrización, haciéndolo diferente en cada paciente. Algunos de estos factores pueden ser la edad, fármacos, malnutrición, patologías asociadas, situación sociofamiliar y tratamiento inadecuado de la herida (27) (17). Existen 3 tipos de cicatrización para las heridas quirúrgicas: Primera intención: Los tejidos cicatrizan por unión primaria, es decir, el tejido es suturado con precisión y limpieza, cumpliendo así las siguientes características: disminución del edema, sin secreción local abundante, se realiza en un tiempo mínimo, sin separación de los bordes de la herida y con mínima formación de cicatriz. Segunda intención: Es la cicatrización de una herida abierta desde las capas profundas y desde sus bordes mediante la formación de tejido de granulación y, finalmente, cierre del espacio por la migración de células epiteliales. El proceso de cicatrización es lento. La mayor parte de las heridas infectadas y quemaduras cicatrizan de esta forma 13 Tercera intención: Llamada también cierre diferido o primario tardío. Este tipo de cicatrización es adecuado para aquellas heridas muy contaminadas, infectadas y traumáticas. Consiste en dejarlas abiertas primariamente, para que transcurridos cuatro días o mas y cuando el tejido de granulación esté limpio, sean cerradas mediante intervención quirúrgica (30). La comprensión del proceso de cicatrización, ayuda al profesional de enfermería en la toma de decisiones sobre la elección del tratamiento adecuado a cada herida, en base a las características de ésta. 1.2.5. INFECCIÓN NOSOCOMIAL DE LA HERIDA QUIRÚRGICA Las infecciones nosocomiales se pueden definir como aquellas que resultan de una reacción adversa ante la presencia de un agente infeccioso ausente en el momento de la admisión en el hospital, constituyendo un importante problema de salud pública por la morbilidad-mortalidad que éstas ocasionan (31). Desde hace varios siglos, estas infecciones han sido reconocidas como tales. En el siglo cuarto antes de Cristo, se escribieron las primeras medidas adoptadas de higiene hospitalaria. Los judíos, para evitar la propagación de estas enfermedades seguían las normas escritas en el Levítico, tercer libro del Antiguo Testamento. Por otro lado, los griegos proporcionaron un ambiente limpio con ventilación y los romanos, fueron los primeros en poner a los enfermos en habitaciones individuales (26). James Simpson fue el primer hombre en realizar un estudio ecológico sobre las infecciones hospitalarias en el siglo XVIII. En cambio, las primeras medidas activas para luchar contra las infecciones asociadas a la cirugía se deben a Holmes y Semmelweis en 1846, ambos implantaron el uso obligatorio de guantes y el cambio de ropa tras comprobar que la infección se trasmitía de una manera directa (23) (26). Las infecciones de las heridas quirúrgicas (IHQ) son las más frecuentes junto con las de vías respiratorias y urinarias. Las derivadas de una intervención quirúrgica son actualmente 14 la tercera causa de infección nosocomial, causando altas tasas de morbilidad, duplicando la estancia hospitalaria normal para esa intervención y repercutiendo sobre los índices de mortalidad. En España, la prevalencia de infección de la herida quirúrgica se estima entre un 5-10 %, cifra que cambia según el tipo de cirugía. El Ministerio de Sanidad y Consumo calcula alrededor de un 0,6% de mortalidad directa por IHQ (23) (31) (32). Comúnmente, la IHQ se origina en el quirófano, aunque es frecuente que los signos y síntomas de dicha infección aparezcan tras el alta del paciente. Se dice que una herida está infectada cuando el número y la actividad de las bacterias en el lecho, colman el sistema inmunológico del paciente, dando como resultado la descomposición del tejido y retraso en la cicatrización (20). En función de la profundidad de la infección, ésta se clasifica en tres grupos: INFECCIÓN SUPERFICIAL DE LA HERIDA QUIRÚRGICA (ISHQ) Infección que afecta a piel y tejido subcutáneo, puede aparecer hasta 30 días posteriores a una intervención. El paciente presenta al menos una de las siguientes condiciones: 1. Drenaje purulento 2. Microorganismo aislado a partir de una muestra obtenida asépticamente de la herida quirúrgica. 3. Mínimo uno de los siguientes signos o síntomas de infección: dolor, inflamación, eritema, calor o que el cirujano haya abierto deliberadamente la herida quirúrgica, excepto si el cultivo es negativo 4. Herida que el cirujano responsable, juzga como infectada. En esta categoría no se incluye: - Una mínima inflamación o supuración limitada a los puntos de sutura - La infección de : la circuncisión, la episiotomía y de la quemadura - La IHQ si se extiende a fascia o músculos subyacentes, pasando a la categoría de infección profunda de la herida quirúrgica 15 INFECCIÓN PROFUNDA DE LA HERIDA QUIRÚRGICA (IPHQ) Infección que aparece en los 30 días siguientes a una intervención, o durante el primer año, en caso de implante o prótesis, y que afecta a los tejidos o espacios situados a nivel de la fascia o músculos subyacentes. El paciente presenta como mínimo una de las siguientes condiciones: 1. Drenaje purulento de esta zona, sin que implique infecciones de órgano y espacio del sitio operatorio. 2. Presencia de 1 de los signos siguientes: dehiscencia espontánea de la herida o apertura por parte del cirujano en caso de que el paciente presente: fiebre>38ºC, dolor local, hipersensibilidad a pesar de ser negativo el cultivo de tejido de la herida. 3. Absceso u otros signos de infección que afecte a la profundidad de la herida, observados directamente, al reintervenir, o por examen histopatológico o radiológico. 4. Diagnóstico de infección incisional profunda hecha por el cirujano o por la persona que lo esté atendiendo. INFECCIÓN QUIRÚRGICA DE ÓRGANO/ESPACIO (IQO/E) Afecta a los órganos o espacios abiertos o manipulados durante la intervención quirúrgica y surge en los 30 días siguientes a una intervención, o durante el primer año en caso de implante o prótesis. Además, debe existir una de las siguientes situaciones: 1. Drenaje purulento que es sacado de un órgano o espacio por la incisión. 2. Microorganismos aislados de un cultivo tomado asépticamente de un líquido o tejido relacionado con órgano y espacio. 3. Un absceso u otra evidencia de infección que afecta a órgano o espacio, encontrado en el examen directo durante reintervención, por histopatología o examen radiológico. 4. Diagnóstico de infección de órgano y espaciopor el cirujano que lo está atendiendo. Instrucciones para declarar un tipo u otro de infección: 16 - Infecciones que comprometan el plano superficial y profundo, se catalogan como profundas. - Infecciones de órgano y espacio que drenen a través de la incisión, se catalogan como profundas (19) (23) (24) (25) (33). La mayoría de las IHQ se producen a partir de la propia flora del paciente (infección endógena), ya sea de la piel o de la apertura de un área contaminada, aunque en otras ocasiones, se pueden adquirir por otras vías ajenas al paciente (infección exógena) (ANEXO 1) (20) (34). Todas las heridas quirúrgicas se contaminan con bacterias, sin embargo, sólo una pequeña parte de ellas se desarrollará en una infección. Este hecho dependerá de ciertos factores de riesgo: - Dependientes del paciente: edad avanzada, obesidad, estado inmunitario, enfermedades de base, hábitos nocivos, tratamientos habituales, estado nutricional, infecciones coexistentes. - Dependientes del acto quirúrgico: técnica quirúrgica, duración del procedimiento, localización y tipo de cirugía, profilaxis antibiótica, asepsia y antisepsia del quirófano, personal e instrumental utilizado. - Otros: cuidados postoperatorios, duración de la estancia hospitalaria prequirúrgica, funcionamiento de los drenajes (23) (32) (34). Existen numerosos microorganismos causantes de las infecciones quirúrgicas. Cada tipo de cirugía se caracteriza por unos agentes causales distintos (ANEXO 2). No obstante, Los que con mayor frecuencia se encuentran en este tipo de infecciones son Staphylococcus aureus y Escherichia coli , que han desarrollado una amplia resistencia a los fármacos de uso común (20) (23) (25) (34) (35). 17 MEDIDAS PARA PREVENIR LA INFECCIÓN NOSOCOMIAL DE LA HERIDA QUIRÚRGICA El área quirúrgica puede tener un gran impacto sobre el desarrollo de una infección postquirúrgica debido a los procedimientos llevados a cabo en dicho lugar, como son el uso del instrumental, las técnicas invasivas que producen ruptura de las barreras naturales del paciente, etc. Es preciso, por tanto, citar y definir las medidas y estrategias de prevención y control del riesgo de dicha infección. Ducha preoperatoria En líneas generales los pacientes deben asistir a la intervención duchados y con el cabello limpio y las uñas recortadas y sin esmalte. Insistir en la retirada previa de anillos, pulseras, cadenas o collares Rasurado El rasurado prequirúrgico de la zona donde se hará la incisión reduce la IHQ, no obstante, no se recomiendan rasurados más extensos de lo necesario ni realizarlos el día antes de la cirugía, ya que se producen pequeñas heridas en la piel que favorecen la colonización bacteriana de la zona. Limpieza de la piel con antiséptico previa a la cirugía El “pintado” de la piel debe iniciarse en la zona de la incisión y extenderse desde ahí de forma concéntrica lo suficiente como para permitir ampliaciones de la incisión inicial prevista si fuese necesario, así como la salida de drenajes. Lavado de manos El objetivo del lavado de manos quirúrgico es la eliminación de la flora transitoria y la máxima reducción de la flora residente de las manos previamente a la realización de un procedimiento invasivo. Como recomendaciones generales, el personal debe conservar las uñas cortas, limpias y sin esmalte. No se deben usar anillos, relojes ni pulseras, ya que estos pueden actuar como almacén de microorganismos y dificulta la limpieza de manos y antebrazos. 18 Profilaxis antibiótica El uso de antibioterapia profiláctica en cirugía es una medida eficaz en la prevención de IHQ, pero se debe usar sólo cuando el beneficio sea evidente, y así no aumentar inútilmente las resistencias antibióticas. Técnica quirúrgica adecuada Está demostrada la importancia de una excelente técnica quirúrgica y un adecuado abordaje de los tejidos en la reducción de las tasas de infección de la herida quirúrgica. Quirófano y esterilización del material La ventilación del quirófano reduce los gérmenes, polvo y escamas de piel del personal que normalmente hay en suspensión. La presión debe ser positiva en el quirófano respecto al exterior, para impedir la entrada de partículas a éste, las puertas se deben mantener cerradas y dentro de la sala debe haber la mínima circulación de personal posible para evitar el desplazamiento de microorganismos en suspensión. Entre operaciones, se debe realizar desinfección del quirófano. Por otro lado, debe existir un control de calidad del proceso de esterilización en todo el material quirúrgico que se utiliza. Uso de pijama, mascarilla, guantes, gorro, batas y calzas El objetivo de usar este material en el quirófano es minimizar la exposición del paciente a los microorganismos que se desprenden de la piel, el pelo y las mucosas del personal que compone el equipo quirúrgico. Además, también se protege al personal sanitario de la exposición a fluidos y sangre del paciente que pueden salpicar durante la intervención Cuidado postoperatorio de la herida Se recomienda tapar la herida con apósitos estériles durante 48 h; posteriormente, se deja descubierta. En caso de heridas por segunda o tercera intención se deben mantener cubiertas más tiempo. Plan hospitalario de vigilancia de infecciones nosocomiales 19 Se debe crear un sistema adecuado de vigilancia y control que permita el conocimiento detallado de las causas y los factores de riesgo de las IHQ, lo que derivará en una adecuada prevención y manejo de éstas. (21) (23) (31) (36). 1.2.6. CURACIÓN CONVENCIONAL Y CURACIÓN AVANZADA La técnica que favorece el tejido de cicatrización en cualquier herida hasta conseguir su remisión es la curación. Actualmente existen dos grandes formas de realizar dicha técnica: la convencional o la avanzada (13) (16). Curación convencional Es aquélla que usa materiales de baja absorción y alta capacidad de desecación, constituidos por gasa y algodón, en forma de compresas, apósitos o torundas. Estos materiales son pasivos, es decir, no intervienen en el proceso de cicatrización e incluso lo disminuyen. En este método, las curas se realizan prácticamente a diario, siendo muy dolorosas, sobre todo si la herida es abierta, ya que en cada curación se remueve el tejido sano produciendo un alto nivel de dolor y sangrado. Aumenta la incidencia de infección al alargar el periodo de cicatrización, haciéndolo más susceptible a complicaciones locales o sistémicas. La curación convencional está caracterizada por un alto nivel de empirismo por parte de los profesionales sanitarios que la realizan (18). Curación avanzada La curación avanzada se basa en el principio del ambiente húmedo, es decir, en mantener el lecho de la herida en condiciones fisiológicas de humedad y temperatura adecuada, de tal forma que se favorezca la cicatrización de la herida en un medio lo más natural posible. Este tipo de cura es óptima para cualquier herida, según el tipo de ésta, se 20 realiza en un periodo de 4 a 6 días y a diferencia de la tradicional no le produce dolor al paciente durante el episodio (18) (37). El ambiente húmedo Winter y Scales, en 1963 realizan el primer estudio experimental que demuestra que la cicatrización es más rápida en ambiente húmedo que en ambiente seco. A partir de este momento, los principios de las curaciones cambian con este concepto. El ambiente húmedo tiene numerosos efectos biológicos beneficiosos, mantiene un pH levemente ácido (5,5-6,6) y una baja tensión de oxígeno en la superficie de la herida, lo que estimula formación de vasos sanguíneos. Además, la temperatura y humedad que mantiene favorecen las reacciones químicas, la migración celular, previene la desecación e incrementa el desbridamientoautolítico. Todas estas condiciones que aporta el concepto de curación avanzada son las mismas que tiene una herida durante su evolución natural (13). Por tanto, para llevar a cabo una cura avanzada correctamente, se debe utilizar un apósito que permita la absorción del exudado y que al mismo tiempo forme un gel que en contacto con el lecho de la herida lo mantenga limpio y húmedo aprovechando los nutrientes y propiedades de dicho exudado para favorecer la granulación (37). 1.2.7. ANTISÉPTICOS Los antisépticos tópicos tienen un papel fundamental en el tratamiento de la herida quirúrgica en la práctica clínica. Son productos químicos cuya finalidad es eliminar el mayor número de microorganismos patógenos presentes en la piel o sitio de aplicación. A diferencia de la desinfectantes, que destruyen microorganismos en superficies inanimadas, los antisépticos se aplican directamente sobre los tejidos vivos (24) (38). En el mercado existen diferentes tipos de antisépticos con propiedades y mecanismos de acción muy distintos, por lo que no todos tienen la misma efectividad. Cada antiséptico 21 tiene un nivel distinto de actividad germicida, no obstante, todos ellos, son sustancias sin actividad selectiva, es decir, no discriminan entre células del huésped y bacterias (13) (24) (39). El primer agente antiséptico fue descubierto por Ferdinand Runge Friedlieb en 1834, que describió la estructura y propiedades del ácido carbólico (fenol), pero el gran avance vino de la obra de Joseph Lister, un cirujano famoso que fue pionero en el empleo de este agente durante una intervención en 1865. En 1919, Alexander Fleming declaró: " Los antisépticos sólo ejercerán un efecto beneficioso en un herida séptica si poseen la propiedad de estimular o conservar el mecanismo de defensa natural del cuerpo contra las infecciones”. Él declaró, además, que para ver el verdadero valor de un antiséptico había que estudiar los efectos que éste produce sobre los tejidos, antes que ver los efectos que produce sobre las bacterias. La citotoxicidad del antiséptico sobre la piel y las heridas es un tema importante que ha sido descuidado en el pasado y al que todavía no se le da la relevancia que tiene (40). Se ha de tener en cuenta que los antisépticos participan en el tratamiento preventivo de la infección de la herida. Por ello, es importante conocer las propiedades, ventajas y desventajas de cada uno y las consecuencias que se pueden derivar de un uso inadecuado de los mismos. A continuación, se describirán cada uno de los antisépticos más usados y comunes en nuestro entorno: Alcohol (70%): Se utiliza tanto de antiséptico como desinfectante por su rápida acción antibacteriana, adecuada acción tuberculina y virucida, pero carecen de acción esporicida. Para que su actividad sea óptima se utiliza en concentraciones de 70%, comúnmente se usa previo a las inyecciones o extracciones de sangre y no debe utilizarse en heridas debido a su efecto altamente irritativo produciendo dolor local . Ante materia orgánica, el alcohol se inactiva, por lo que es recomendable retirar previamente dicha materia para así asegurar su eficacia. Clorhexidina: 22 Es un bactericida de amplio espectro, útil en bacterias, hongos, levaduras y presenta actividad contra algunas esporas. No es irritante y como su absorción es nula, carece de reacciones sistémicas. A diferencia de otros antisépticos, su actividad se ve poco interferida por la presencia de materia orgánica incluida la sangre. Se recomienda usar este antiséptico de forma repetida para su máxima eficacia y efecto residual, puesto que la alta protección que ofrece y la inhibición de un gran número de microorganismos aumenta con el uso. Está indicado en la antisepsia general de la piel, en el lavado de manos y prequirúrgico de todo el equipo de salud; en la preparación prequirúrgica de la piel, en el lavado y antisepsia de heridas, en la preparación de la piel para procedimientos invasivos, en duchas vaginales, en higiene oral y en embarazadas, lactantes. Se fabrica en distintas concentraciones dependiendo de la zona donde se necesite aplicar, lavado de manos, piel y mucosas. Povidona yodada: El yodo es un potente bactericida de acción rápida y amplio espectro. Se inactiva en presencia de materia orgánica como sangre, grasa y pus, elementos frecuentemente presentes en cualquier herida. Tiene reacciones adversas, sobre todo si se usa a nivel sistémico, produciendo hipersensibilidad, toxicidad (alteraciones tiroideas, acidosis metabólica e hipernatremia), además, por su naturaleza de metal pesado inactiva a desbridantes enzimáticos como la colagenasa. Agua oxigenada (peróxido de hidrógeno): Su acción bactericida no está claramente demostrada, existen evidencias contradictorias al respecto. Tienen efecto desbridante del tejido necrótico sobre las heridas por acción mecánica y debido a su efervescencia. Por otro lado, elimina los malos olores por su acción oxidante. Podemos decir por lo tanto, que el agua oxigenada tiene doble efecto y por tanto actúa a dos niveles (13) (24) (38). Por último, en los anexos (ANEXO 3) se podrá ver de forma esquemática las principales características de los antisépticos citados, las cuales deben tenerse en cuenta por 23 Enfermería, que como responsable del cuidado y tratamiento de las heridas quirúrgicas debe promover una adecuada selección y una correcta utilización de los antisépticos. 1.2.8. APÓSITOS Los apósitos han evolucionado de forma paralela al desarrollo de la asepsia. En la actualidad, existe un amplio abanico de estos materiales con composición y propiedades diferentes. A la hora de elegir uno u otro influyen aspectos no solo relacionados con la herida (localización, estadio o grado, cantidad de exudado, cavidad de la herida, el estado de la piel perilesional, signos de infección, etc.), sino también el tipo de paciente a tratar (estado de salud, edad, variables sociodemográficas, etc.) (1) (41). El apósito ideal debe mantener un medio húmedo, ser permeable a los intercambios gaseosos, absorber el exceso de exudado y los compuestos tóxicos, aumentar la temperatura en la herida, ser impermeable a los líquidos, no adherirse a la herida y no perder partículas. Al cambiarlo, debe no alterar la herida, ni producir molestias, y adaptarse en lo posible a la vida social del paciente (19) (41) (42). En la elección del apósito adecuado intervienen varios factores: • Causa de la herida: cirugía, traumatismo, escara, quemadura, úlcera, etc. • Localización: zona de apoyo, periné, extremidades, zona periorificial • Profundidad • Superficie • Aspecto: seca, fibrina, necrosis, exudado, presencia y calidad de un tejido de granulación, sangrado en sábana, calidad de la piel periférica, etc. • Estado de la cicatrización: limpieza, granulación, etc. • Contexto infeccioso: heridas infectadas, limpias o con alto riesgo de infección (41). Asimismo, es necesario reevaluar constantemente el apósito utilizado, puesto que cada etapa evolutiva de la herida requiere unas necesidades distintas. Parte del dolor que siente el paciente puede venir provocado por el apósito seleccionado: lo que pudo haber sido una buena elección el primer día, puede no serlo días posteriores (42). 24 Según su localización los apósitos se dividen en primario (el que va en contacto directo con la herida) y secundario (el que va sobre el primario para proteger y sostener) y según su modo de acción se clasifican en pasivos y activos. Productos pasivos Los productos pasivos son aquellos que no interactúan con la herida, tienen alta capacidad de desecación y poca absorción. Son los usados en la curación convencional. El más representativo es la gasa tejida o prensada, material de origen natural que puede destruir el tejido de granulación durante la curatras haberse adherido a él. Productos activos Son los utilizados en la curación avanzada y son activos porque interactúan con la herida favoreciendo su proceso de cicatrización. Las características de estos apósitos son: Proporcionan un ambiente húmedo Son estériles Tienen capacidad de absorción Brindan protección contra la infección No son adherentes No son tóxicos ni alergénicos No dejan residuos en la herida Se adaptan a los contornos anatómicos Son resistentes Son costo-efectivos Son fáciles de usar Disminuyen el dolor y el olor (18) Los apósitos activos que existen se clasifican de la siguiente manera: HIDROGELES Estos apósitos están compuestos en su mayor parte por agua (80%). Se presentan en forma de gel o de placa translúcida, el estado de gel se logra gracias a macromoléculas como 25 carboximetilcelulosa (CMC), pectina, alginato de calcio, etc. Su función es rehidratar la herida y estimular su proceso de limpieza autolítica natural. No son adecuados para el tratamiento de las heridas muy exudativas. El hidrogel se aplica directamente sobre la herida y se recubre con un apósito secundario. Su aplicación en la periferia de la herida puede producir maceración. Si existe necrosis seca, hay que realizar pequeñas incisiones superficiales centrales antes de aplicarlo. HIDROCOLOIDES Son apósitos que están hechos de carboximetilcelulosa, gelatina y pectinas. Están disponibles como pastas, polvos o láminas adhesivas. Al contacto con la herida, el apósito se transforma en gel, lo cual favorece el ambiente húmedo en la herida y con ello su cicatrización natural, además absorben adecuadamente el exudado. Los hidrocoloides se adhieren a la periferia de la herida, que ha de limpiarse y secarse antes de la aplicación. Cuando está saturado por completo se nota por la formación de una bola de gel y por un despegamiento periférico. ALGINATOS Los alginatos son polisacáridos extraídos de algas pardas con gran capacidad de absorción y gelificación. El gel crea un medio húmedo que permite la cicatrización. Al entrar el apósito en contacto con el exudado, los iones de sodio de la herida se unen a los iones de calcio del apósito y se forma alginato de sodio y sal de calcio. La capacidad de absorción de estos apósitos es por difusión pasiva y por capilaridad superando a la de los hidrocoloides e hidrocelulares. Son muy útiles por su acción hemostática, favorecen la limpieza y pueden utilizarse en las heridas infectadas. Hay que aplicar el apósito sobre la herida y recubrirla con un apósito secundario porque los alginatos son permeables a los líquidos. Su uso es incompatible con el de desinfectantes oxidantes y nunca deben utilizarse sobre una herida seca. 26 HIDROCELULARES O ESPUMAS Los hidrocelulares son apósitos totalmente sintéticos, constituidos por una espuma de poliuretano, a veces bañados en silicona. Se comercializan con distintas formas anatómicas, con espesores variables, adhesivos o no adhesivos facilitando la adaptación a las heridas. Poseen una elevada capacidad de absorción (10 veces su peso), favorecen la cicatrización manteniendo un medio húmedo en la herida sin provocar fenómenos de maceración en la piel y no producen olor. Son útiles sobre todo en la fase de granulación. No deben humedecerse durante su empleo y su uso junto a antisépticos oxidantes o el agua oxigenada está contraindicado. PELÍCULAS DE POLIURETANO Es una película de poliuretano transparente con una capa adhesiva hipoalergénica. Son transparentes y permiten un control visual directo de la zona a tratar. Son permeables al intercambio gaseoso e impermeables a los líquidos y a las bacterias. Son flexibles y confortables. No tienen capacidad de absorción, son útiles en fijación de los catéteres centrales y vías venosas periféricas, como apósitos primarios de heridas postoperatorias entre otros. HIDROFIBRAS Constituidas por fibras de carboximetilcelulosa pura. Son compuestos mixtos que pueden estar asociados a sales de plata para el control de la infección. Poseen una gran capacidad de absorción de los exudados, que alcanza a alrededor de 30 veces su peso. En contacto con los exudados, se gelifica y mantiene un medio húmedo. No se produce dispersión lateral de los exudados y los bordes de la herida quedan protegidos. No se adhieren a la herida y controlan la contaminación bacteriana atrapando a las bacterias. Desprenden un olor desagradable Indicados en heridas superficiales o profundas muy exudativas, no siendo necesario humedecer la hidrofibra antes de aplicarla sobre estas. Su uso requiere la colocación de un apósito secundario. 27 PELÍCULAS NO ADHERENTES Están compuestos de una gasa hidrófila de viscosa, de algodón o del tejido de poliamida, impregnadas con diferentes tipos de sustancias. Estos apósitos no se adhieren a la herida, permiten respetar al tejido neoformado durante los cambios de apósito y no producen maceración. Útiles como apósitos primarios para proteger el tejido de granulación o proteger las heridas en su proceso de cicatrización. La asociación con antibióticos tópicos es útil en las heridas infectadas. Su uso requiere además un apósito secundario. APÓSITOS PARA CONTROL DE INFECCIÓN Y CARGA BACTERIANA. Dentro de este grupo, nos encontramos dos tipos, los apósitos que se presentan como telas de carbón activado y los apósitos de plata. Apósitos con Carbón El carbón posee la propiedad de absorber numerosos elementos, entre ellos bacterias. En el caso de las heridas se utiliza para retener los malos olores y para limpiar las necrosis húmedas y la fibrina. En las placas necróticas secas o húmedas debe hacerse una limpieza mecánica antes de aplicar el apósito con carbón. Si la herida es poco exudativa, a veces hay que humedecerla con suelo fisiológico. Los apósitos no deben recortarse nunca. Si la herida es muy exudativa, se coloca un apósito secundario recubriendo el absorbente. Apósitos con Plata La plata es ideal para el manejo de heridas infectadas porque es bactericida de amplio espectro, virucida, fungicida, antiinflamatoria, disminuye las metaloproteinasas en la herida y controla su olor. Todos están indicados en las heridas infectadas OTROS TIPO DE APÓSITOS Apósitos de colágeno que absorben y crean una matriz de soporte para el crecimiento y la migración celular. Apósitos de propiedades hidrófobas cuyas propiedades electroquímicas atraen y atrapan las bacterias en el apósito. Apósitos con yodo con capacidad de absorción para el control del exudado y la carga bacteriana, sin interferir con el 28 crecimiento de los fibroblastos. Apósitos de control de metaloproteinasas que controlan y disminuyen estas enzimas, favoreciendo el proceso de cicatrización (18) (41). En la actualidad, existen distintos nombres comerciales para cada tipo de apósito (ANEXO 4), por eso es de gran importancia conocer las características de cada uno y saber cuál elegir en el momento adecuado. 1.2.9. TERAPIA DE PRESIÓN NEGATIVA La terapia de presión negativa es un sistema alternativo de cicatrización no invasivo y activo que utiliza una presión negativa localizada y controlada para estimular la curación de heridas agudas o crónicas, atrayendo los bordes de éstas hacia el centro (27) (43) (44) . La aplicación clínica de la presión negativa se remonta a miles de años atrás. Se utilizó por primera vez como adyuvante en técnicas de acupuntura de la medicina china. Posteriormente, en 1841, Junod aplicaba campanas de vidrio que provocaban succión sobre la piel sana al crearse una presión subatmosférica, generando lo que él denominó “hiperemia terapéutica”. Desde entonces se han desarrollado numerosas versiones del tratamiento con presión negativa. En 1993, el alemán Fleischmann y cols. pudodemostrar que al aplicar una presión subatmosférica en 15 pacientes con fracturas óseas expuestas se conseguía una “eficaz limpieza de las heridas con una marcada proliferación del tejido de granulación libres de infección”. En 1995, los doctores Louis Argenta y Michael Morykwas comprobaron que un estímulo mecánico de succión sobre el tejido de granulación mejoraba la microcirculación y por tanto la llegada de nutrientes y oxígeno al lecho de la herida, a la vez que se eliminaba el líquido acumulado en el espacio intersticial. Ambos doctores patentaron un dispositivo para su aplicación clínica siendo aprobado por la Food and Drug Administration (FDA) en esa misma fecha con la marca VAC® (Vacuum Assisted Closure) o cierre de heridas mediado por vacío, para su uso en pacientes con heridas por pie diabético, úlceras por presión, heridas 29 quirúrgicas infectadas, colgajos e injertos, heridas traumáticas y otras de difícil cicatrización (45) (46) (47) (48) . El sistema de cierre asistido al vacío consta de una esponja de poliuretano que se coloca dentro de los bordes de la herida cubriéndola de forma hermética con un plástico autoadhesivo. Se realiza una pequeña incisión en dicho plástico sobre la esponja y se coloca un tubo de succión que a su vez está conectado a una bomba de vacío controlada automáticamente. Dicha unidad está dotada de un contenedor que permitirá valorar y anotar tanto la cantidad como las características del exudado extraído. La película autoadhesiva transparente, además de proteger a la herida de la contaminación externa, permite ver si existe algún cambio en los bordes de la herida sin tener que remover el sistema. Una vez conectado el dispositivo a la bomba de presión, ésta podrá generar un vacío provocando que el apósito o esponja se colapsen ejerciendo una presión uniforme en toda la superficie gracias a su porosidad Se pueden alcanzar presiones negativas que pueden oscilar desde los -50 mmHg hasta los -230 mmHg según indicaciones de uso y el objetivo que se pretende alcanzar. Dichas presiones pueden ser de forma continua o intermitente. Todo esto genera un hermetismo que convertirá todo el lecho en un espacio controlado idóneo para promover la cicatrización (43) (46) (49). Las ventajas que aporta este sistema en la curación de las heridas son las siguientes: Proporcionar un ambiente cerrado y húmedo, muy adecuado para la resolución de las mismas. Eliminar el exceso de fluidos y exudados propios de la lesión que pueden retrasar la curación. Reduce la colonización bacteriana Ayudar a eliminar el edema mediante la reducción del fluido intersticial. Estimular y facilitar la granulación de los tejidos. Todo ello contribuye a reducir el tamaño y profundidad de la herida y permite evitar otros procedimientos más complicados. Además, el sistema VAC reduce la necesidad de 30 curaciones frecuentes lo que resulta más cómodo para el paciente. Por lo tanto, reduce los riesgos, la morbilidad y minimiza las complicaciones (18) (43) (44) (45) (49) (50). No obstante, lo primordial antes de proceder a instaurar esta terapia es realizar una adecuada valoración holística del paciente, es decir, tanto aspectos físicos como psicosociales. Entre aspectos físicos se ha de valorar la edad, hábitos tóxicos, alergias, patologías concomitantes, tratamiento farmacológico, estado metabólico-nutricional, constantes vitales y posibles factores de riesgo que puedan interferir en la proceso de curación. Se ha de realizar una valoración específica de la herida, que abarcará los siguientes puntos: Historial de la herida. Localización y estadiaje. Tamaño y forma. Estado de piel perilesional y circundante (maceración, inflamación, enrojecimiento, dolor, etc.). Tejido predominante en el lecho ulceral (limpio, necrótico,esfacelos, granulación, etc.). Características del exudado (cantidad, olor, color y consistencia). Presencia de signos de infección. Dolor. Por último, la valoración psicosocial deberá incluir aspectos como la capacidad, habilidad y motivación de la persona para colaborar y adaptarse a las limitaciones que el propio tratamiento pudiera conllevar, su nivel laboral y económico así como el apoyo familiar (46). Al igual que otras formas de manejar las heridas, la terapia de presión negativa tiene ciertas indicaciones, contraindicaciones y precauciones que hay que tener en cuenta para darle un uso adecuado. 31 Indicaciones: Heridas abiertas crónicas tales como úlceras por presión, por insuficiencia venosa y úlceras por diabetes. Heridas agudas, traumáticas y quemaduras de espesor parcial. Heridas postoperatorias complicadas como incisiones dehiscentes o infección de sitio quirúrgico. Coadyuvante en la integración de injertos de piel (49) (51) Contraindicaciones: Osteomielitis no tratada. Fístulas no entéricas o sin explorar. Fístulas comunicadas con órganos o cavidades. Presencia de escaras o tejido necrótico. Signos de isquemia inicial. Tejido neoplásico o células malignas (por desconocerse sus efectos). Exposición directa de vasos sanguíneos, nervios, órganos y ligamentos. Infección intensa o sin controlar. Alergias, intolerancia al adhesivo (46) (47) (49) (51). Precauciones: Hemorragia activa (heridas sangrantes). Hemostasias de difícil control. Tratamiento con anticoagulantes y/o antiagregantes. Presencia de vasos sanguíneos debilitados, irradiados o suturados. Patología neuropática (27) (46) (49) (51). Finalmente, hay que destacar que existen determinados factores relacionados con el paciente y la herida que favorecerán el éxito de la terapia con presión negativa (ANEXO 5). A continuación, se expone una serie de fotografías cronológicamente ordenadas de la forma de aplicación de esta terapia en un paciente de 52 años cuya herida abdominal abierta es consecuencia de una intervención quirúrgica donde se le realizó una resección de colon, la cual hizo una dehiscencia de sutura dando lugar a una peritonitis. (Fotos 1-8) 32 Foto 1: Herida abdomen postquirúrgico. Foto 2: Esponja de poliuretano. Foto 3: Bomba de vacío. Foto 4: Apósito transparente. Foto 5: Recorte del centro del apósito. Foto 6: Tubo de succión colocado 33 Foto 7: Sistema de vacío colocado Foto 8: Herida tras 4 meses de evolución Existe otra terapia de presión negativa, es la llamada PICO, cuya función es la misma que el VAC y su mecanismo es similar, sin embargo, este sistema es de un solo uso con una esponja, un apósito y una bomba portátil que suministra una presión de 80 mmHg durante un período de hasta 7 días. Su uso está indicado en heridas de menor tamaño y con un exudado de nivel bajo a moderado. Las contraindicaciones y precauciones a tener en cuenta son las mismas que para el VAC. Una de las ventajas de esta terapia es que la facilidad de su aplicación permite su uso ambulatorio (47) . (Fotos 9-12) Foto 9: Elementos del sistema PICO Foto 10: Vaciamiento axilar por Cáncer de Mama 34 Foto 11: Esponja del sistema PICO Foto 12: Sistema PICO colocado FUENTE: Todas las fotos son de fuente propia, obtenidas (con el consentimiento del paciente) durante mis prácticas clínicas en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital San Agustín de Linares. 2. OBJETIVOS General: El objetivo de este trabajo es revisar y analizar las nuevas técnicas de curación avanzada que han surgido con la aparición y desarrollo de los diferentes productos dirigidosa dichos fines. Específicos: - Mostrar el estado actual en el que se encuentran los procedimientos de la curación de una herida. - Establecer y valorar los apósitos y antisépticos recomendados para tratar la herida quirúrgica. - Estandarizar el manejo de la herida quirúrgica y con ello, disminuir la variabilidad del tratamiento. - Determinar los diagnósticos, resultados e intervenciones de enfermería relacionados con el cuidado de la herida quirúrgica. 35 3. DESARROLLO 3.1. METODOLOGÍA Para llevar a cabo esta revisión se comenzó la búsqueda bibliográfica en el mes de diciembre de 2013 prolongándose hasta el mes de febrero de 2014. Durante este tiempo, se han consultado en las siguientes bases de datos : Pubmed, Cochrane Plus, Cuiden Plus, Cinahl, Literatura Latinoamericana y Ciencias de la Salud del Caribe (LILACS), Science Direct, The Joanna Briggs Institute, Scopus y Scientific Electronic Library Online (ScIELO). La elección de estas bases de datos se debió al hecho de que abarcan publicaciones nacionales e internacionales en un amplio espectro. Por otro lado, se han consultado revistas científicas electrónicas, así como guías, protocolos y manuales de sitios webs como son: Junta de Andalucía, GNEAUPP y World Union of Wound Healing Societies. Por último, se han revisado citas bibliográficas de artículos encontrados en las bases de datos que he citado anteriormente. Las palabras claves utilizadas fueron: “Herida”, “Herida quirúrgica”, “Infección herida quirúrgica”, “antisépticos”, “apósitos”, “cuidados de las heridas”,” curación avanzada”. Se han utilizado los siguientes descriptores MESH en algunas bases de datos (TABLA 1): TABLA 1: Descriptores MESH DESCRIPTORES EN ESPAÑOL DESCRIPTORES EN INGLÉS Herida quirúrgica Surgical Wound Infección de la herida operatoria Surgical wound infection Apósitos oclusivos Occlusive dressings Anti infecciosos locales Anti-Infective Agents, Local Cicatrización de heridas Wound healing 36 Con el propósito de hacer la búsqueda más exhaustiva, en varias bases de datos se limitó la búsqueda: - Por años, dependiendo del número de artículos encontrados por base de datos, se limitó a 5 o 10 años. En aquellas bases de datos que la historia de búsqueda limitada no aportaba suficientes resultados, no se restringió la misma. - Por idioma, español, inglés y portugués De todos los artículos encontrados, se leyeron los títulos y resumen de los mismos y se escogieron los más apropiados por su pertinencia y adecuación al tema. A continuación se muestra el número de artículos encontrados en cada base de datos, aquellos que en un principio fueron seleccionados como posibles a usar, y por último, el número de artículos incluidos en esta revisión. (TABLA 2)(DIAGRAMA 1) TABLA 2: Bases de datos y número de artículos BASES DE DATOS ARTÍCULOS ENCONTRADOS ARTÍCULOS SELECCIONADOS ARTÍCULOS INCLUÍDOS PUBMED 206 35 9 CUIDEN 232 24 13 COCHRANE PLUS 167 13 5 CINAHL 81 5 1 LILACS 20 2 0 SCIENCE DIRECT 98 9 3 SCOPUS 198 6 0 THE JOANNA BRIGGS INSTITUTE 11 1 1 SCIELO 116 8 5 OTROS (Libros, Guías, revistas electrónicas) 50 32 25 37 Diagrama 1: Esta revisión bibliográfica ha encontrado una importante limitación que ha sido la escasez de datos relacionados con la herida quirúrgica en comparación con las heridas crónicas, de las cuales existe una gran abundancia de literatura. 3.2 RESULTADOS 3.2.1. AVANCES EN EL TRATAMIENTO DE LA HERIDA QUIRÚRGICA 3.2.1.1. Antisépticos y Material de cura La desinfección de la piel tradicionalmente se ha realizado inmediatamente antes de la incisión en el quirófano, no obstante, la evidencia encontrada respecto a esta técnica es mixta, unos estudios apoyan la efectividad de la ducha del paciente antes del quirófano, otros la aplicación del antiséptico antes de bajar a quirófano y otros justo antes de realizar la incisión. Hay controversia también con el producto a utilizar entre la clorhexidina jabonosa o povidona yodada. Un estudio reciente demostró una reducción de la infección cuando la piel se limpió antes de la cirugía con clorhexidina al 2% en 70 % de alcohol isopropílico , en comparación 1179 artículos encontrados 135 artículos seleccionados 127 artículos seleccionados sin duplicados 62 artículos incluidos en la revisión 8 artículos eliminados por duplicidad 65 artículos excluidos por no adecuación 38 con povidona yodada (20). Apoyando el resultado anterior a favor de la clorhexidina, nos encontramos con una revisión que compara el uso de solución de clorhexidina al 0,5% en alcohol metílico con povidona yodada. Sin embargo, al comparar una solución de yodo con alcohol de 70% para la preparación de la piel no se encontraron diferencias estadísticamente significativas en el número de infecciones del sitio quirúrgico (52). Por otro lado, al realizar un lavado preoperatorio con clorhexidina en comparación con ningún lavado resultó en una reducción notable del número de pacientes que desarrollaron una infección de la herida quirúrgica (53). Finalmente, tres estudios coincidieron en que el cambio de yodo a la clorhexidina se tradujo en un ahorro de costes netos, y en un aumento de la eficacia en la reducción de la infección. Además una desventaja del yodo es la coloración que produce en la zona dificultando la valoración posterior visual del sitio de la incisión y por otro lado, produce una absorción sistémica no deseable y sobretodo en embarazadas (21) (54) (55). Otro tema que ha generado controversia es la elección de la solución para la limpieza de la herida quirúrgica. Varios ensayos clínicos aleatorios han analizado las distintas soluciones para limpiar una herida postoperatoria. En estos ensayos se comparó: - Agua del grifo con la no limpieza de la herida: no se obtuvo ninguna diferencia estadísticamente significativa en la tasa de infección entre las heridas que se limpiaron con agua del grifo en comparación con la no limpieza. - Solución salina normal con la no limpieza de la herida: se indicó una mayor tasa de infección aquellas empapadas en solución salina normal en comparación con las no tratadas. - Agua del grifo con Solución salina normal: no hubo diferencia en el número de heridas que curaron después de haberlas limpiado con una solución u otra. - Solución salina normal con Solución de povidona yodada al 1%: se favoreció en este caso el uso de la povidona yodada al 1%. - Solución de povidona yodada al 1% con No limpieza: Este estudio registró tasas de infección similares en ambas situaciones. 39 No obstante, estos resultados deben interpretarse con precaución debido al pequeño tamaño de la muestra (56). Respecto a los apósitos y productos de cura, varios estudios aleatorios han demostrado que los productos utilizados para la cura tradicional disminuyen la cicatrización, generan más dolor al paciente, aumentan la incidencia de infección de la herida y los costes (18). La miel y el aloe vera, como ya se mencionó en el marco teórico, son sustancias naturales usadas desde antaño que también han sido revisadas en ciertos estudios. En un ensayo se aplicó una crema de Aloe Vera y se comparó con un grupo placebo, obteniéndose que el 100% de los pacientes tratados con Aloe Vera había sanado a los 14 días en comparación con el 4% correspondiente al grupo de placebo. Por el contrario, otro ensayo comparó la aplicación de Aloe vera en gel a heridas quirúrgicas con cicatrización por segunda intención con una atención estándar de heridas, viéndose que el Aloe Vera retrasó la cicatrización en comparación con la atención estándar. Dichos datos no se pueden interpretar debido al abandono de pacientes al final delanálisis (15). Dos estudios distintos, usaron miel en heridas postquirúrgicas infectadas, comparándola con otros productos. En el primer estudio no se encontró diferencias en el tiempo medio de curación. Sin embargo, Vardi, en su estudio, comprobó que heridas que no curaban con tratamiento convencional, se encontraban limpias y cerradas con la aplicación de la miel (14). Por último, algunos de los apósitos existentes en la actualidad se han comparado para heridas que cicatrizan por segunda intención con el uso de gasa tradicional en un estudio y se ha obtenido que la gasa comparada con: - Apósito de espuma: no se muestran diferencias estadísticamente significativas en el tiempo de curación entre ambas ni en la reducción del tamaño de la herida. Respecto al dolor, se produjo más dolor con el apósito de gasa en comparación con la espuma. - Alginato: no hubo diferencias notables en las tasas de curación entre el alginato y la gasa. En otro estudio, el 35 % de las heridas en el grupo de alginato en comparación con el 18% de heridas en el grupo de gasa fueron sanadas en 3 semanas. 40 - Hidrocoloide: No se encontró diferencias significativas respecto al tiempo de curación, pero el dolor si fue menor en los grupos donde se usó apósitos hidrocoloides durante las primeras 4 semanas que en el grupo de gasa (57). Los apósitos hidrocoloides, además fueron comparados en otro estudio con apósitos básicos tradicionales y respecto al número de infección del sitio quirúrgico, no hubo diferencias entre ambos apósitos para las heridas quirúrgicas que cierran por primera intención (19). Por último, respecto a la retirada del apósito en la herida quirúrgica, un estudio comparó el tapar una herida menos de 48 horas y más de 48 horas y no hubo diferencias significativas entre los grupos en términos de incidencia de la infección en el sitio quirúrgico (58). 3.2.1.2. Cierre por primera intención: Apósitos quirúrgicos Tras realizar un análisis en profundidad de las evidencias encontradas en las distintas revisiones y estudios, se ha obtenido una clasificación de apósitos actuales recomendados específicamente para el tratamiento de las heridas que cicatrizan por primera intención. 1. Apósitos básicos de contacto con la herida - Apósitos absorbentes y absorbentes quirúrgicos Se aplican directamente a la herida y pueden utilizarse como capas absorbentes secundarias para heridas con una gran cantidad de exudado. Los ejemplos incluyen Primapore® (Smith & Nephew), Mepore® (Mölnlycke) y la gasa de algodón absorbente. - Apósitos y materiales de contacto con la herida de baja adherencia Son almohadillas de algodón que se colocan directamente en contacto con la herida. Pueden ser no medicados (p.ej. apósito de gasa parafinada) o medicados (p.ej. contienen povidona yodada o clorhexidina). Un ejemplo es Xeroform Dressing ® 41 2. Apósitos avanzados - Películas permeables al vapor Las películas permeables al vapor son permeables al vapor de agua y al oxígeno, pero no al agua ni a los microorganismos. Suelen ser transparentes. Los ejemplos incluyen OpSite ® (Smith & Nephew) y Tegaderm® (3M). - Apósitos hidrocoloidales Los apósitos hidrocoloidales son apósitos oclusivos compuestos de una matriz hidrocoloidal adherida a una base (posiblemente una película o espuma). Los ejemplos incluyen Comfeel® (Coloplast) y DuoDerm® (ConvaTec, UK). - Apósito hidrocoloidal fibroso (Hydrofibre, apósitohidrocoloidal tejido) Están compuestos de carboximetilcelulosa sódica que se convierte en gel cuando entra en contacto con un líquido. Los ejemplos son Aquacel® (ConvaTec, Reino Unido). - Apósito hidrocoloidal de matriz de poliuretano Tienen una matriz del gel de poliuretano y una película superior de poliuretano a prueba de agua diseñada para actuar como una barrera bacteriana. Sólo existe un apósito de este tipo Cutinova® Hydro (Smith & Nephew) (19). 3.2.1.3. Cierre por segunda intención: Terapia de presión negativa La terapia de presión negativa se usa para tratar heridas complicadas con evolución tórpida y cuyo cierre es por segunda intención. Recientemente, se ha aplicado en el campo de la cirugía para el cierre de heridas postquirúrgicas obteniéndose resultados positivos en heridas como las dehiscencias de la herida abdominal, injertos vasculares, heridas traumáticas complicadas entre otras (47). Si comparamos la terapia de presión negativa con el tratamiento convencional, se obtiene una mejoría notable en el proceso de cicatrización de la herida y en el control del dolor. Para que este sistema sea rentable y seguro debe implementarse correctamente. Aun así, según esta revisión, hay escasez de datos fiables sobre la eficacia de dicha terapia (47) (59). 42 La mayoría de los estudios y revisiones encontradas, han obtenido resultados positivos con respecto a dicha terapia. Los autores de estos trabajos, coinciden en que el tiempo de curación con este sistema es heterogéneo debido a la variabilidad de las heridas tratadas así como también sus efectos adversos (48) (50) (60) (61) . Cuando se compararon los pacientes que lograron el cierre de heridas y los pacientes que no lo hicieron, no se encontraron diferencias significativas con respecto a la edad, los antecedentes médicos, la operación de emergencia, diagnóstico o infección. Sin embargo, uno de los factores importantes de la curación exitosa fue su aplicación anticipada de la terapia (48). La terapia de presión negativa en la población pediátrica es limitada aunque su eficacia fue analizada en un estudio donde se trató la dehiscencia de la herida quirúrgica abdominal y un injerto de piel. Las complicaciones que se presentaron fueron bajas y después de la terapia, alrededor de un tercio de los pacientes fueron capaces de someterse a cierre primario retardado (62). Por último, la mayoría de los estudios coinciden en que para un adecuado tratamiento y evolución favorable del paciente, se ha de tener en cuenta más factores además de la herida y sus características, es por ello, que existen diagnósticos enfermeros relacionados de forma directa o indirecta con el cuidado de las heridas quirúrgicas (ANEXO 6), los cuales deben ser tratados a la misma vez puesto que suelen estar presentes en el paciente durante el tratamiento de su herida. 3.3. DISCUSIÓN Una vez realizada esta revisión, y basándonos en los resultados obtenidos, se puede afirmar que la clorhexidina es el antiséptico de elección actualmente, puesto que proporciona unas ventajas de las cuales carecen las demás sustancias con las que ha sido comparada, como es el caso de la povidona yodada. La povidona yodada ha demostrado ser un antiséptico no adecuado para la limpieza de la piel preoperatoria y para su uso posterior en la herida quirúrgica por su capacidad de 43 absorción sistémica y coloración producida en la zona de la lesión impidiendo una adecuada valoración. Por otro lado, no es posible formular directrices rígidas con respecto al uso de una solución específica para la limpieza de la herida, puesto que el estudio carecía de un tamaño de muestra adecuado. En la actualidad faltan pruebas de ensayos clínicos de alta calidad para apoyar el uso de agentes tópicos de aloe vera o miel como tratamiento para las heridas agudas. Sin embargo, si existe evidencia de la mayor eficacia clínica de la cura en ambiente húmedo frente a la cura tradicional. En el tratamiento de heridas quirúrgicas que cicatrizan por segunda intención los productos basados en cura húmeda son aconsejables ya que suponen mayor confort, menos dolor en los cambios que la cura seca y disminuyen el número de curas necesarias. No obstante, faltan estudios significativos, que otorguen máximo nivel de evidencia para un solo apósito. Por el contrario, en las heridas que cicatrizan por primera intención,
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