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93Infecciones ginecológicas CA P ÍTU LO 3 La Infectious Disease Society of America no recomienda reali- zar estudios de detección de bacteriuria asintomática en mujeres premenopáusicas no embarazadas (Nicolle, 2005). En estudios prospectivos de asignación al azar controlados con grupo testigo, las mujeres que recibieron al azar un esquema de una semana de antibióticos o bien placebo mostraron prevalencias similares para bacteriuria e incidencias parecidas de infección sintomática un año después del tratamiento. Lo mismo resulta cierto para las mujeres diabéticas, en quienes se han demostrado efectos nocivos provocados por el tratamiento contra la bacteriuria asintomática. Asimismo, tampoco se recomienda realizar análisis de detección en las ancianas que viven en la comunidad. ■ Pielonefritis aguda no complicada Diagnóstico Esta infección se divide en leve (sin náusea ni vómito, leucocitos normales o un poco elevados y febrícula) y grave (vómito, deshi- dratación, evidencia de septicemia, leucocitos muy elevados, así como fi ebre). Se puede acompañar de síntomas de infección uri- naria y diversos grados de lumbalgia y dolor a la percusión sobre la región renal. Tratamiento El tratamiento tradicional de esta infección incluye hospitaliza- ción y antibióticos intravenosos hasta durante dos semanas. Sin embargo, los estudios más recientes realizados en mujeres jóvenes y sanas con vías urinarias normales indican que basta con administrar antibióticos de siete a 14 días por vía oral en casos de infección leve (cuadro 3-24) (Warren, 1999). En un estudio realizado en más de 50 mujeres universitarias con pielonefritis aguda no complicada, la resistencia a la combinación de trimetoprim-sulfametoxazol fue de 30% (Hooton, 1997). Por lo tanto, se recomienda administrar fl uoroquinolonas orales a menos que el microorganismo etiológico sea sensible al compuesto de trimetoprim-sulfametoxazol. Algunos médicos optan por administrar una dosis parenteral antes de ini- ciar el tratamiento oral. Además, si el microorganismo causal es grampositivo se recomienda utilizar amoxicilina sola o con ácido clavulánico. Es necesario hospitalizar a las mujeres con alguna indicación clínica durante la valoración inicial o a aquellas que no mejoran con el tratamiento ambulatorio. ENFERMEDAD PÉLVICA INFLAMATORIA La PID es una infección de los órganos del aparato reproductor. Esta condición recibe también el nombre de salpingitis aguda. Si bien puede abarcar todos los órganos, el más importante, con o sin formación de abscesos, es la trompa de Falopio. Es difícil diag- nosticar esta infección de manera precisa, así que se desconoce su magnitud verdadera. Muchas mujeres manifi estan haber recibido tratamiento para PID cuando en realidad no la padecían, y vice- versa. La importancia clínica de diagnosticar esta entidad nosoló- gica subyace en las secuelas que produce, que incluyen infertilidad por factor tubárico, embarazo ectópico y dolor pélvico crónico. Por tanto, los médicos deben mantener un umbral bajo para establecer el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad pélvica infl ama- toria. Nitritos. Las bacterias producen nitritos a partir de los nitratos. Las que con más frecuencia realizan este paso metabólico son las enterobacteriáceas, la familia de microorganismos patógenos gramnegativos que causan con más frecuencia UTI en la mujer. El principal inconveniente de esta prueba es que no identifi ca a microorganismos grampositivos como estafi lococos, estreptoco- cos, enterococos o especies de Pseudomonas. Además, se necesita una muestra de la primera orina de la mañana, puesto que deben transcurrir más de 4 h con el fi n de que la bacteria convierta los sufi cientes nitratos en nitritos para identifi carlos con este método. Como prueba aislada, la especifi cidad de un resultado positivo es muy elevada con ≥105 cfu/ml de algún patógeno urinario. Su valor predictivo negativo es mayor que su valor predictivo positivo. Tratamiento Los microorganismos etiológicos de la cistitis aguda han cambiado de manera progresiva, al igual que su sensibilidad a los antibióticos. En los últimos dos decenios ha aumentado la frecuencia de infec- ciones por Streptococcus del grupo B y especies de Klebsiella, mien- tras que han disminuido las infecciones por E. coli. Además, en muchos sitios, los patrones de sensibilidad de E. coli han cambiado de manera tal que el tratamiento empírico con trimetoprim-sulfa- metoxazol ha sido sustituido por quinolonas (cuadro 3-24). Cuando una mujer es alérgica a las sulfas, se le puede adminis- trar sólo trimetoprim. Regímenes terapéuticos mayores de tres días producen casi el doble de eventos adversos y no son más efectivos para tratar casos de cistitis no complicada, son más costosos y con- llevan una tasa más elevada de incumplimiento. No obstante, el tratamiento con una sola dosis es menos efectivo que los regímenes de tres días en estas infecciones. Los esquemas que utilizan nitrofu- rantoína por lo general duran siete días y a menudo se acompañan de síntomas digestivos. Cuando la disuria es intensa se puede prescribir algún analgé- sico vesical como la fenazopiridina, 200 mg por vía oral cada 8 h durante dos días, con lo que se obtiene un alivio signifi cativo. Sin embargo, se pueden causar molestias digestivas, tinción anaranjada de la orina y de la ropa y hemólisis en pacientes con defi ciencia de deshidrogenasa de glucosa-6-fosfato (G6PD, glucose-6-phosphate dehydrogenase). Las infecciones a menudo recurren después de tener relaciones sexuales, sin embargo la administración de dosis reducidas después del coito o bien un esquema continuo de tres días previene las recurrencias. Las mujeres que padecen dos o más episodios de cistitis en seis meses o tres infecciones en un año se deben referir a un especialista para una valoración completa de las vías urinarias. ■ Bacteriuria asintomática La bacteriuria asintomática se defi ne como el aislamiento de un número específi co de bacterias en una muestra de orina, recolec- tada de manera adecuada, de una persona sin signos o síntomas de infección urinaria (Rubin, 1992). En mujeres sanas no embaraza- das, la prevalencia de este trastorno aumenta con la edad. Tiene cierta relación con la actividad sexual y es más frecuente en pacien- tes diabéticas. Además, entre el 25 y el 50% de las ancianas que habitan en asilos padece de bacteriuria, que se observa con mayor frecuencia en las que sufren de algún trastorno neurológico crónico y deterioro funcional. 03_Chapter_03_Hoffman_4R.indd 9303_Chapter_03_Hoffman_4R.indd 93 06/09/13 20:5006/09/13 20:50 GINECOLOGÍA������������������������������������������������� SECCIÓN 1 GINECOLOGÍA GENERAL������������������������������������������������������������������������������������������������������� 3. INFECCIONES GINECOLÓGICAS���������������������������������������������������������������������������������������������������� ENFERMEDAD PÉLVICA INFLAMATORIA�������������������������������������������������������������������������������������������������������������
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