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GINECOLOGIA (116)

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95Infecciones ginecológicas
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mediados por células podrían ser los causantes de la lesión hística. 
En particular, los antígenos persistentes contra clamidia pueden 
desencadenar una reacción de hipersensibilidad con cicatrización y 
destrucción tubárica continua (Toth, 2000).
Algunas mujeres con tuberculosis pulmonar desarrollan salpin-
gitis y endometritis. Se presume que el microorganismo se trans-
porta por vía hematógena, aunque quizá también asciende a través 
del aparato reproductor. Las trompas de Falopio se pueden infectar 
además por extensión directa de un padecimiento gastrointestinal 
infeccioso, en particular por la rotura de un absceso apendicular o 
de un divertículo.
 ■ Diagnóstico
La enfermedad pélvica infl amatoria se puede clasifi car en PID 
“asintomática” y PID; esta última a su vez se puede subdividir en 
aguda y crónica.
Enfermedad pélvica inflamatoria 
asintomática
Se piensa que esta condición es consecuencia de infecciones múl-
tiples, o leves pero continuas, en mujeres asintomáticas. La PID 
asintomática no es un padecimiento clínico, sino que es el diag-
nóstico fi nal que se le da a una mujer con esterilidad por factor 
tubárico que carece de antecedentes compatibles con infección 
de la porción superior del aparato reproductor. Muchas de estas 
pacientes crean anticuerpos contra C. trachomatis o N. gonorrhoeae, 
o ambas. En la laparoscopia o en la laparotomía se observan datos 
de una infección tubárica previa, por ejemplo, adherencias, pero 
en general las trompas de Falopio tienen un aspecto macroscó-
pico normal. No obstante, en su interior aparecen pliegues muco-
sos aplanados, pérdida extensa de los cilios y degeneración de las 
células epiteliales secretoras (Patton, 1989). Otra posibilidad es 
encontrar hidrosalpinge. En esta condición las trompas de Falopio 
están distendidas en toda su extensión. Sus extremos distales están 
dilatados y ensanchados y las fi mbrias son sustituidas por adhe-
rencias musculares o quedan encerradas en ellas (fi g. 9-25). En la 
ecografía, un hidrosalpinge tiende a ser anecoico, tubular, tortuoso 
y a menudo tiene tabiques incompletos (fi g. 9-26). Por último, 
adherencias fi nas entre la cápsula hepática y la pared abdominal 
anterior también pueden ser evidencia de una enfermedad asinto-
mática previa.
Enfermedad pélvica inflamatoria 
aguda
Criterios para el diagnóstico de la enfermedad aguda. En 
las mujeres con síntomas, éstos aparecen durante la menstruación 
o justo después de la misma. Los criterios más recientes recomen-
dados por los CDC (2010b) son para mujeres sexualmente activas 
con riesgo de padecer STD que refi eren dolor pélvico o abdominal, 
en quienes se han excluido otras patologías. Su diagnóstico debe ser 
PID si se acompaña de dolor a la palpación del útero, de los anexos 
o con la movilización del cuello uterino. Uno o más de los datos 
siguientes aumentan la especifi cidad diagnóstica: 1) tempera tura 
bucal >38.3°C; 2) secreción vaginal o cervicouterina mucopuru-
lenta; 3) abundantes leucocitos en el examen microscópico de las 
secreciones cervicouterinas, 4) velocidad de sedimentación glo-
bular (ESR, erythrocyte sedimentation rate) o proteína C reactiva 
(CRP, C-reactive protein) elevada y 5) presencia de N. gonorrhoeae 
 ■ Microbiología y patogenia
No es posible conocer con precisión los microorganismos pató-
genos que se encuentran en las trompas de Falopio de cualquier 
mujer. Ciertos estudios han demostrado que cultivos transvagi-
nales del endocérvix, del endometrio y del fondo de saco revelan 
distintos microorganismos en cada sitio en la misma paciente. En 
estudios laparoscópicos, los microorganismos patógenos cervico-
uterinos y los que se obtuvieron de las trompas de Falopio o del 
fondo de saco no resultaron ser idénticos. Es por esta razón que se 
han diseñado protocolos terapéuticos para cubrir a la mayor parte 
de los microorganismos potenciales.
La salpingitis típica está muy relacionada con infecciones por 
N. gonorrhoeae (y en ocasiones por C. trachomatis) y es secundaria 
a ellas (cuadro 3-25). Otra especie que se encuentra a menudo es 
T. vaginalis. En la fl ora del aparato reproductor inferior de muje-
res con PID o con vaginosis bacteriana predominan las especies 
anaeróbicas. Los cambios en el microambiente producidos por la 
BV favorecen el ascenso de los microorganismos causales de la PID 
(Soper, 2010). Sin embargo, Ness et al. (2004), entre otros autores, 
demostraron que la vaginosis bacteriana no es un factor de riesgo 
para el desarrollo de enfermedad pélvica infl amatoria.
Se cree que las infecciones de la región superior son provocadas 
por bacterias que ascienden de los órganos reproductores inferio-
res. Por esta razón, ligaduras tubáricas previas pueden evitar la pro-
gresión de infecciones en muchos casos (Levgur, 2000). Se supone 
que el ascenso de las bacterias hasta la parte superior se facilita 
durante la menstruación por la pérdida de las barreras endocervica-
les. El gonococo puede causar respuestas infl amatorias directas en 
el endocérvix, el endometrio y las trompas de Falopio (es uno de 
los microorganismos patógenos verdaderos de las células epiteliales 
de estas estructuras). Cuando células tubáricas sanas (en cultivos 
celulares) tienen contacto con algún microorganismo patógeno 
potencial como E. coli, Bacteroides fragilis o Enterococcus faecalis, 
no se observa ninguna respuesta infl amatoria. Por el contrario, si 
estas bacterias se introducen en un cultivo de células de la trompa 
de Falopio en el que el gonococo ha causado una lesión, aparece 
una respuesta infl amatoria exagerada. 
En contraste, C. trachomatis intracelular no produce una reac-
ción infl amatoria tubárica aguda y se genera poco daño permanente 
directo (Patton, 1983). Sin embargo, los mecanismos inmunitarios 
CUADRO 3-25. Factores de riesgo de la enfermedad 
pélvica inflamatoria
Duchas vaginales
Estado civil soltero
Farmacodependencia
Múltiples parejas sexuales
Nivel socioeconómico bajo
Pareja(s) sexual(es) nueva(s) reciente(s) 
Edad de 10 a 19 años
Otras enfermedades de transmisión sexual
Pareja sexual con uretritis o gonorrea
Diagnóstico previo de enfermedad pélvica inflamatoria
Falta de empleo de métodos anticonceptivos mecánicos 
o químicos
Prueba endocervical positiva para N. gonorrhoeae 
o C. trachomatis
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