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98 Ginecología general SECCIÓ N 1 En el cuadro 3-27 aparecen las recomendaciones terapéuti- cas específi cas de los CDC. Algunos autores consideran que los microorganismos anaerobios desempeñan una función importante en las infecciones de la porción superior del aparato reproductor y, por lo tanto, se deben de tratar. En consecuencia, se puede añadir metronidazol para aumentar el espectro. Si la paciente padece vagi- nosis bacteriana o tricomonosis es necesario añadir metronidazol, aunque quizá no durante 14 días. Tratamiento parenteral Es necesario hospitalizar a las mujeres que cumplen con los criterios enumerados en el cuadro 3-26 para que reciban terapia parenteral cuando menos durante 24 h. Después, es razonable administrar el tratamiento parenteral en casa, si se dispone de él. Por otro lado, si la paciente responde de manera adecuada en términos clínicos y recibirá un tratamiento apropiado con alguno de los esquemas orales enumerados en el cuadro 3-27, se le puede dar de alta. En el cuadro 3-28 aparecen las recomendaciones para el tra- tamiento de la enfermedad pélvica infl amatoria con antibióticos parenterales. Las vías de administración oral y parenteral de la doxi- ciclina ofrecen una biodisponibilidad casi idéntica, sin embargo la segunda opción provoca irritación de las venas. En varios estudios clínicos prospectivos se ha demostrado que cualquiera de las cefa- losporinas enumeradas, sin doxiciclina, produce curación clínica. Es por esta razón que la doxiciclina se puede reservar hasta que la paciente pueda recibir tratamiento por vía oral. La recomen- dación es prolongar la terapia parenteral hasta 24 h después de que la paciente mejore desde el punto de vista clínico y luego se continúa con doxiciclina por vía oral hasta completar 14 días de tratamiento. De forma alternativa, si la razón principal para admi- nistrar dicho fármaco es erradicar una infección por C. trachomatis, ■ Tratamiento Los mejores resultados se obtienen cuando se confi rma la enfer- medad en una etapa temprana y se administra de inmediato un tratamiento correcto. Los objetivos principales son erradicar las bacterias, aliviar los síntomas y prevenir secuelas. El daño o la oclusión de las trompas de Falopio secundarios a la infección ori- ginan esterilidad. La frecuencia de esta complicación después de un episodio es cercana al 15%; después de dos sucesos es de 35% y después de tres o más incidentes es de 75% (Westrom, 1975). Asimismo, la probabilidad de embarazo ectópico aumenta de seis a 10 veces y el riesgo puede ser del 10% en mujeres que llegan a concebir. Otras secuelas son dolor pélvico crónico (del 15 al 20%), infecciones recurrentes (del 20 al 25%) y formación de abscesos (del 5 al 15%). Por desgracia, muchas mujeres con síntomas leves permanecen en casa durante días, incluso semanas, antes de acudir con el médico para recibir tratamiento. El sitio donde se debe administrar la terapia es tema de con- troversia. Se han propuesto algunos criterios que pronostican un mejor resultado para ciertas mujeres que reciben antibióticos parenterales en un hospital (cuadro 3-26). Sin embargo, el costo del tratamiento nosocomial impide hospitalizar en forma sistemá- tica a todas las pacientes con este diagnóstico. Tratamiento oral En mujeres con un cuadro leve o moderado el tratamiento ambula- torio ofrece resultados similares a los que se obtienen con la hospi- talización. Asimismo, la administración de medicamentos por vía oral resulta adecuada para pacientes con infección por el VIH y PID, en quienes se observan las mismas bacterias que en las muje- res sin compromiso inmunitario y su respuesta al tratamiento es similar. No obstante, la hospitalización es necesaria cuando se padece una PID más grave. Dunbar-Jacob et al. (2004) demostraron que las mujeres que recibieron tratamiento ambulatorio tomaron 70% de las dosis prescritas y durante menos del 50% de los días planea- dos. Cuando se elige el tratamiento ambulatorio, es conveniente administrar una dosis parenteral inicial y se recomienda hacer una nueva evaluación después de 72 h, por teléfono o en persona. Si no hay respuesta al tratamiento por vía oral en este periodo, se debe iniciar un tratamiento parenteral intrahospitalario, o ambulatorio en caso de contar con atención médica en casa, siempre y cuando el diagnóstico se haya confi rmado durante la revaloración. CUADRO 3-26. Indicaciones recomendadas para el tratamiento parenteral intrahospitalario de la enfermedad pélvica inflamatoria Adolescencia Uso de drogas Enfermedad grave Sospecha de absceso Diagnóstico incierto Peritonitis generalizada Temperatura >38.3ºC Fracaso del tratamiento ambulatorio Instrumentación intrauterina reciente Leucocitosis >15 000/mm3 Náusea o vómito que impide el tratamiento oral CUADRO 3-27. Tratamiento ambulatorio recomendado para la enfermedad pélvica inflamatoria Ceftriaxona, 250 mg por vía IM, dosis única más Doxiciclina, 100 mg por vía oral cada 12 h durante 14 días con o sin Metronidazol, 500 mg por vía oral cada 12 h durante 14 días O Cefoxitina, 2 g por vía IM con 1 g de probenecid por vía oral, dosis única más Doxiciclina, 100 mg por vía oral cada 12 h durante 14 días con o sin Metronidazol, 500 mg por vía oral cada 12 h durante 14 días U Otra cefalosporina de tercera generación parenteral por vía IM, dosis únicaa más Doxiciclina, 100 mg por vía oral cada 12 h durante 14 días con o sin Metronidazol, 500 mg por vía oral cada 12 h durante 14 días a Los ejemplos presentados incluyen ceftizoxima o cefotaxima. IM, intramuscular. Modificado de Centers for Disease Control and Prevention, 2010b. 03_Chapter_03_Hoffman_4R.indd 9803_Chapter_03_Hoffman_4R.indd 98 06/09/13 20:5006/09/13 20:50
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