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Biologia de los microorganismos (1531)

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908 L A S E N F E R M E D A D E S I N F E C C I O S A S Y S U T R A N S M I S I Ó N
repente una enfermedad infecciosa nueva y virulenta en la 
población humana expuesta. Este fue el caso, por ejemplo, del 
SARS (véase el apartado Explore el mundo microbiano). 
El control de una enfermedad zoonótica en la población 
humana no la elimina como potencial problema de salud 
pública. La erradicación de la forma humana de una enferme-
dad zoonótica solo se suele conseguir a través de la eliminación 
de la enfermedad en el reservorio animal. Esto se debe a que 
el mantenimiento esencial del patógeno depende de la trans-
ferencia entre animales, y los humanos no son más que hospe-
dadores ocasionales, no esenciales. Como ejemplo, la peste es 
principalmente una enfermedad de los roedores. El control efi-
caz de los casos humanos de peste se consigue al controlar la 
población de roedores infectados y el insecto vector (pulga) que 
transporta el patógeno a los humanos. El control del reservorio 
zoonótico y del vector es más eficaz para prevenir la transmi-
sión de la peste que intervenciones como vacunar al hospeda-
dor humano accidental (  Sección 30.7). Otro ejemplo es la 
tuberculosis bovina zoonótica, que se propaga con facilidad a 
los humanos y resulta clínicamente indistinguible de la tuber-
culosis humana. La enfermedad se controló en los países desa-
rrollados principalmente al identificar y eliminar los animales 
infectados. La pasteurización de la leche también fue impor-
tante, porque la leche era el principal vehículo transmisor de la 
tuberculosis bovina a los humanos (  Sección 29.4).
Algunas enfermedades infecciosas están provocadas por 
organismos como los protistas que tienen ciclos de vida más 
complejos, que incluyen la transferencia obligada desde un hos-
pedador no humano a un hospedador humano, seguida de una 
transferencia inversa obligatoria al hospedador no humano (por 
ejemplo, la malaria,  Sección 32.5). En estos casos, la enfer-
medad es potencialmente controlable tanto en el hospedador 
humano como en el no humano.
Portadores
Un portador vivo es un individuo infectado por un patógeno 
que presenta una infección subclínica sin síntomas o solo con 
síntomas leves de enfermedad clínica. Los portadores son fuen-
tes potenciales de infección para los demás. Estos individuos 
pueden estar en el período de incubación de la enfermedad, en 
cuyo caso el estado de portador precede al desarrollo de sín-
tomas reales. Infecciones respiratorias como los resfriados y 
la gripe, por ejemplo, son a menudo propagadas por portado-
res que no son conscientes de su infección y que, por tanto, 
no toman ninguna precaución para no infectar a los demás. 
El estado de portador dura poco tiempo para los que sufren 
la enfermedad aguda. Sin embargo, los portadores crónicos 
pueden diseminar la enfermedad durante mucho tiempo por-
que suelen parecer sanos. Se pueden haber recuperado de una 
enfermedad clínica pero albergar todavía patógenos viables, o 
su infección puede no ser aparente.
Los portadores se pueden identificar con técnicas diagnósti-
cas; estudios de cultivos o inmunoensayos que se llevan a cabo 
en las poblaciones para identificar a los portadores. Un ejemplo 
es la prueba cutánea con antígenos de Mycobacterium tubercu-
losis para la hipersensibilidad retardada. Esta prueba revela una 
infección anterior o actual y se utiliza ampliamente para iden-
tificar a los portadores de M. tuberculosis (  Sección 24.3). 
Otras enfermedades en las que los portadores contribuyen a la 
MINIRREVISIÓN
 Diferencie entre transmisión directa e indirecta de una 
enfermedad. Cite, al menos, un ejemplo de cada una.
 Defina el número básico de reproducción para un patógeno.
28.4 Reservorios de enfermedades 
y epidemias
Los reservorios son sitios en los que los agentes infecciosos per-
manecen viables y desde los cuales se pueden infectar los indi-
viduos. Pueden ser tanto animados como inanimados. Algunos 
patógenos cuyos reservorios no se encuentran en los animales 
solo infectan y ocasionan enfermedades a los humanos acciden-
talmente. Por ejemplo, los organismos en el género Clostridium, 
unas bacterias corrientes en el suelo, de vez en cuando infec-
tan a los humanos y les provocan enfermedades potencialmente 
mortales, como el tétanos, el botulismo, la gangrena y algunos 
trastornos digestivos. Los daños al hospedador, e incluso su 
muerte, no afectan a las poblaciones de estos patógenos porque 
son habitantes normales del suelo; el patógeno no depende del 
hospedador para sobrevivir, de manera que el equilibrio entre el 
hospedador y el patógeno no es necesario para la supervivencia 
de este último. Patógenos de este tipo pueden ocasionar enfer-
medades agudas devastadoras sin consecuencias para ellos.
Para muchos patógenos, sin embargo, los únicos reservo-
rios son organismos vivos. En estos casos, el hospedador-reser-
vorio es esencial para el ciclo de vida del agente infeccioso; el 
mantenimiento de patógenos humanos de esta clase requiere 
la transmisión de persona a persona. Muchos patógenos res-
piratorios víricos y bacterianos, y patógenos de transmisión 
sexual, requieren hospedadores humanos; algunos estafiloco-
cos y estreptococos son ejemplos de patógenos restringidos a 
los humanos, como los agentes causantes de la difteria, la gono-
rrea y las paperas. Como veremos más adelante, muchos pató-
genos cuyo ciclo de vida depende completamente de una única 
especie hospedadora, especialmente si es la especie humana, 
pueden ser erradicados o, al menos, controlados. La Tabla 28.2 
recoge algunas enfermedades infecciosas humanas con poten-
cial epidémico y sus reservorios.
Zoonosis
Algunas enfermedades infecciosas están causadas por pató-
genos que se reproducen tanto en humanos como en anima-
les. Una enfermedad que infecta principalmente a los animales, 
pero que se transmite ocasionalmente a los humanos, se deno-
mina zoonosis. La transmisión de enfermedades veterina-
rias entre animales puede ser alta porque las medidas de salud 
pública están menos desarrolladas, sobre todo para las pobla-
ciones de animales silvestres. De vez en cuando la transmi-
sión de una enfermedad zoonótica se da entre un animal y un 
humano; la transferencia de estos patógenos entre personas es 
rara pero sucede. Los factores que conducen a la aparición de 
una enfermedad zoonótica incluyen la existencia y la propaga-
ción del agente infeccioso en un hospedador animal, el entorno 
adecuado para la propagación y la transferencia del agente, y la 
presencia de la nueva especie hospedadora vulnerable. Cuando 
hay una transmisión de animal a humano, puede aparecer de 
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