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Biologia de los microorganismos (1533)

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E P I D E M I O L O G Í A 909
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biliar infectada y secretaba continuamente el patógeno al intes-
tino. Se negó a que le extirparan la vesícula biliar y la encarce-
laron. Liberada con la condición de que no volviera a cocinar ni 
manipular alimentos para otros, María desapareció, cambió de 
nombre y continuó cocinando en restaurantes e instituciones 
públicas, dejando tras de sí brotes epidémicos de fiebre tifoidea. 
Al cabo de unos años, fue arrestada y encarcelada de nuevo y 
permaneció bajo custodia hasta su muerte en 1938.
MINIRREVISIÓN
 ¿Qué es una enfermedad zoonótica? ¿Y un reservorio de una 
enfermedad?
 Distinga entre portadores agudos y crónicos. Aporte un 
ejemplo de cada uno.
propagación de infecciones incluyen la hepatitis, la fiebre tifoi-
dea y el SIDA. Los estudios mediante cultivos o inmunoensayos 
de los manipuladores de alimentos y de los profesionales de la 
salud se usan a veces para identificar individuos portadores que 
suponen un riesgo como fuentes de infección. 
Un conocido ejemplo de portador crónico era la mujer cono-
cida como María la Tifoidea, una cocinera de la ciudad de 
Nueva York de principios del siglo xx. María la Tifoidea (cuyo 
nombre real era Mary Mallon) trabajó como cocinera durante 
una epidemia de fiebre tifoidea en 1906. Las investigaciones 
revelaron que Mary estaba relacionada con una serie de brotes 
tifoideos. Probablemente ella era la fuente de la infección por-
que sus heces contenían una gran cantidad de la bacteria tifoi-
dea, Salmonella enterica serovar Typhi. Siguió siendo portadora 
durante toda su vida, probablemente porque tenía la vesícula 
II Epidemiología y salud pública
Aquí identificamos algunos de los métodos utilizados paraidentificar, seguir, contener y erradicar las enfermedades 
infecciosas en las poblaciones. También identificamos algu-
nas amenazas actuales importantes y futuras potenciales de las 
enfermedades infecciosas.
28.5 Salud pública y enfermedades 
infecciosas
Salud pública hace referencia a la salud de la población general y 
a las actividades de las autoridades sanitarias para controlar las 
enfermedades. La incidencia y la prevalencia de muchas enfer-
medades infecciosas descendieron considerablemente durante el 
siglo xx, en especial en los países desarrollados, debido a las mejo-
ras universales en salud pública derivadas de los avances en las 
condiciones básicas de vida. El acceso a agua y alimentos seguros, 
el mejor tratamiento de las aguas residuales públicas, el menor 
hacinamiento y unas condiciones de trabajo mejores han contri-
buido inconmensurablemente al control de enfermedades, princi-
palmente al reducir la exposición a los agentes infecciosos. Varias 
enfermedades históricamente importantes como la viruela, la fie-
bre tifoidea, la difteria, la brucelosis y la poliomielitis, se han con-
trolado y, en algunos casos, eliminado (por ejemplo, la viruela) 
mediante medidas de salud pública activas y específicas para la 
enfermedad, como la cuarentena y la vacunación.
Controles dirigidos contra los vehículos comunes
Los vehículos comunes para la dispersión de los patógenos 
incluyen alimentos, agua y aire. La transmisión de los patógenos 
por los alimentos o el agua se puede eliminar evitando la conta-
minación (Capítulo 31). Por ejemplo, los métodos de purifica-
ción de agua han reducido considerablemente la incidencia de 
la fiebre tifoidea (Figura 28.7). Las leyes que controlan la pureza 
y la preparación de los alimentos han hecho disminuir enorme-
mente la probabilidad de que trasmitan patógenos alimentarios 
a los humanos. Tal y como mencionamos antes, la eliminación 
del ganado vacuno infectado y la pasteurización de la leche han 
eliminado casi completamente la diseminación de la tuberculo-
sis bovina a los humanos.
La transmisión de patógenos respiratorios transportados 
por el aire es dif ícil de evitar. Los intentos de desinfección quí-
mica del aire han sido infructuosos. La filtración del aire es un 
método viable, pero está restringido a áreas cerradas y peque-
ñas. En Japón, muchas personas llevan mascarillas faciales 
cuando tienen infecciones de las vías respiratorias superiores 
para no transmitírsela a los demás, pero tales métodos, aunque 
eficaces, son voluntarios y dif íciles de instaurar como medidas 
de salud pública.
Controles dirigidos contra el reservorio
Cuando los reservorios de la enfermedad son principal-
mente los animales domésticos, la infección de los humanos 
se puede impedir si se elimina la enfermedad de la población 
animal infectada. La inmunización o la eliminación de los ani-
males infectados puede eliminar la enfermedad en los anima-
les y, en consecuencia, en los humanos. Estos procedimientos 
casi han eliminado la brucelosis y la tuberculosis bovina en los 
humanos, y han controlado la encefalitis espongiforme bovina 
Figura 28.7 Fiebre tifoidea en Filadelfia. La introducción de la filtración
y la cloración eliminó la fiebre tifoidea en Filadelfia y otras ciudades con 
suministros de agua bien controlados.
1885 1895 1905 1915 1925 1935 1945
100
1.000
10.000 Filtración, 1906
Cloración, 1913
Año
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