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Biologia de los microorganismos (1539)

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912 L A S E N F E R M E D A D E S I N F E C C I O S A S Y S U T R A N S M I S I Ó N
Norte. La enfermedad se pudo erradicar mundialmente al apli-
car unos estrictos protocolos de inmunización que la han elimi-
nado casi por completo de América del Norte.
MINIRREVISIÓN
 Compare las medidas de salud públicas para controlar las 
enfermedades infecciosas ocasionadas por insectos vectores y 
portadores humanos.
 Describa los pasos seguidos para erradicar la viruela y la 
poliomielitis.
28.6 Comparaciones sobre salud 
mundial
La Organización Mundial de la Salud ha dividido el mundo en 
seis regiones geográficas con el propósito de recoger y notificar 
información sanitaria, como las causas de morbilidad y mor-
talidad. Estas regiones geográficas son África, América (Amé-
rica del Norte, el Caribe, América Central y América del Sur), 
el Mediterráneo Oriental, Europa, el Sureste de Asia y el Pací-
fico Occidental. Aquí comparamos los datos de mortalidad de 
una región relativamente desarrollada, América, con los de una 
región en vías de desarrollo, África.
Enfermedades infecciosas en América y en África: 
una comparativa
Las estadísticas de mortalidad en los países desarrollados y en 
los países en vías de desarrollo son significativamente diferen-
tes, como queda de manifiesto al comparar los datos de América 
y de África en 2008, cuando la población mundial era de casi 
6.900 millones. A escala mundial, murieron 60,8 millones de 
personas, lo que da una tasa de mortalidad de 8,8 muertes por 
cada 1.000 habitantes al año. De ellas, unos 15,8 millones (26 %) 
eran atribuibles a enfermedades infecciosas. En 2008, había 
924 millones de personas en América y se produjeron 5,6 millo-
nes de muertes, o 6,1 muertes por cada 1.000 habitantes al año. 
Ese mismo año, en África había 837 millones de personas y se 
produjeron 14,1 millones de muertes, o 16,8 muertes por cada 
1.000 habitantes al año. Estas estadísticas muestran con claridad 
las diferencias de mortalidad total entre los países desarrollados 
y los países en vías de desarrollo, pero un examen comparativo 
de las causas de mortalidad es todavía más esclarecedor.
La Figura 28.9 muestra que la mayoría de muertes en África se 
debieron a las enfermedades infecciosas, mientras que en Amé-
rica, las causas principales de mortalidad fueron enfermedades 
no infecciosas como el cáncer, las enfermedades cardiovascula-
res y la diabetes. En África murieron unas 6,6 millones de per-
sonas por enfermedades infecciosas y la esperanza de vida era 
de 54 años. En África, el número de víctimas debido a las enfer-
medades infecciosas supuso el 10 % del total de muertes en el 
mundo. En marcado contraste, solo 672.000 personas murieron 
por enfermedades infecciosas en América, donde la esperanza 
de vida era de 76 años. En los países desarrollados, el incre-
mento de la esperanza de vida es una consecuencia directa 
de la reducción en la tasa de muerte por infección durante el 
último siglo (  Figura 1.8). La mayor parte de esa reducción 
se debe a los avances en la salud pública. En cambio, la falta de 
Erradicación de patógenos
La erradicación de los casos de viruela que se producen de 
forma natural se consiguió con un programa coordinado de 
erradicación de enfermedades. La viruela era una enfermedad 
cuyo reservorio eran únicamente los individuos con infeccio-
nes agudas de viruela, y la transmisión era exclusivamente de 
una persona a otra. Los individuos infectados transmitían la 
enfermedad a través del contacto directo con individuos que 
no se habían expuesto antes. Aunque la viruela, una enferme-
dad vírica, no responde a los tratamientos una vez adquirida, las 
prácticas de inmunización fueron muy eficaces: la vacunación 
con el cercano vaccinia virus (VACV, VV o virus vacuna) confi-
rió una inmunidad completa.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) puso en marcha 
un plan de erradicación de la viruela en 1967. Debido al éxito de 
los programas de vacunación a escala mundial, la viruela endé-
mica quedó confinada a África, Oriente Medio y el subconti-
nente indio. El personal de la OMS vacunó después a toda la 
gente de las restantes áreas endémicas con el objetivo de pro-
porcionar inmunidad de grupo y directa a todos los contactos 
potenciales. Cada brote, o sospecha de brote, subsiguiente fue 
detectado por los equipos de la OMS, que se desplazaban al 
foco, ponían en cuarentena a los individuos con la enfermedad 
activa y vacunaban a todos los contactos. Para romper la cadena 
de posibles infecciones, inmunizaron a todos los que habían 
tenido trato con los contactos. Esta agresiva forma de vacu-
nación eliminó la enfermedad natural activa en menos de diez 
años y la OMS anunció la erradicación de la viruela en 1980.
La poliomielitis, otra enfermedad vírica con reservorio exclu-
sivo en humanos, también se puede prevenir con una vacuna 
eficaz y está siendo erradicada (la poliomielitis endémica ha des-
aparecido del hemisferio occidental). La OMS se enfrentó a la 
poliomielitis con una estrategia casi idéntica a la de la viruela, y 
en 1988 llevó a cabo un programa de inmunización masiva, con-
centrando los esfuerzos en las áreas endémicas que quedaban. 
En conjunto, se inmunizaron cerca de 2.000 millones de perso-
nas, principalmente niños, lo que se estima que previno unos 
5 millones de casos de poliomielitis paralizante. Hacia 2012, la 
poliomielitis endémica estaba restringida a Nigeria, Pakistán y 
Afganistán. En 2011 solo se describieron 650 casos de poliomie-
litis. Los brotes individuales se tratan mediante la inmunización 
de todas las personas vulnerables en la región del foco.
La enfermedad de Hansen (lepra), otra enfermedad exclusiva 
de los humanos, es también objeto de erradicación. Los casos 
activos de lepra se pueden tratar hoy con eficacia mediante un 
tratamiento multifarmacológico que cura al paciente y también 
impide la propagación de Mycobacterium leprae, el agente cau-
sal (  Sección 29.4).
Hay más enfermedades transmisibles que son candidatas a la 
erradicación. Entre ellas se incluyen la enfermedad de Chagas 
(mediante el tratamiento de los casos activos y la destrucción 
del insecto vector del parásito Trypanosoma cruzi en la Amé-
rica tropical) (  Sección 32.6) y la dracunculiasis (mediante el 
tratamiento del agua potable en África, Arabia Saudí, Pakistán 
y otros lugares de Asia para impedir la transmisión del parásito 
Dracunculus medinensis, el gusano de Guinea). La erradicación 
de la sífilis es factible porque la enfermedad se encuentra solo 
en los humanos y es tratable. La difteria, provocada por Cory-
nebacterium diphtheriae, ya no es endémica de América del 
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