Biologia de los microorganismos (1543)

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914 L A S E N F E R M E D A D E S I N F E C C I O S A S Y S U T R A N S M I S I Ó N
Factores de emergencia: demografía, uso del suelo 
y transporte
La Tabla 28.6 recoge algunos de los factores responsables de la 
emergencia de nuevos patógenos, algunos ejemplos actuales, y 
algunas epidemias atribuibles, al menos en parte, a estos facto-
res de emergencia. La demograf ía y el comportamiento humano 
pueden afectar a la propagación de una enfermedad. En 1800, 
menos del 2 % de la población mundial vivía en áreas urbanas. 
Hoy, esa cifra se eleva casi al 50 %. La elevada densidad de hos-
pedadores humanos en las ciudades facilita la transmisión de 
enfermedades. Por ejemplo, el dengue (Tabla 28.4) es una enfer-
medad grave que está ahora concentrada en las áreas urbanas 
tropicales y subtropicales, con hasta 100 millones de personas 
infectadas debido a la propagación del virus del dengue por 
parte del mosquito Aedes aegypti (Figura 28.11). Antes de 1981 
no había dengue en América, ya que el mosquito vector, Aedes 
aegypti, no estaba presente (  Sección 30.5). Sin embargo, en 
2003 tanto el mosquito como el virus del dengue estaban pre-
sentes en América Central y en los países tropicales de América 
del Sur, posiblemente llegados a los núcleos urbanos tropicales 
desde África en cargueros que transportaban mosquitos infec-
tados junto con las mercancías. El comportamiento humano, 
en especial en los grandes centros de población, también con-
tribuye a propagar las enfermedades. Por ejemplo, la promiscui-
dad sexual en los núcleos poblacionales contribuye a propagar 
la hepatitis y el VIH/SIDA.
Los avances tecnológicos y el desarrollo industrial tienen, por 
lo general, un impacto positivo sobre el nivel de vida en todo el 
mundo, pero en algunos casos estos avances han contribuido a 
la propagación de enfermedades. Por ejemplo, en los últimos 
años se ha incrementado enormemente el número y la clase 
incrementarse en un futuro cercano. Las enfermedades emer-
gentes no son solo enfermedades «nuevas»; también inclu-
yen a las enfermedades reemergentes, enfermedades que ya 
estaban controladas pero que, de repente, aparecen como una 
nueva epidemia.
En la Figura  28.1 se muestran ejemplos de enfermedades 
emergentes y reemergentes a nivel global, y en la Figura 28.10 se 
muestran ejemplos recientes. En la Tabla 28.5 se describen deter-
minadas enfermedades con un elevado potencial de emergen-
cia o reemergencia. Las enfermedades epidémicas recogidas en 
la Tabla 28.2 también tienen potencial para emerger o reemer-
ger en forma de epidemias o pandemias.
Las enfermedades epidémicas emergentes no son un nuevo 
fenómeno. Entre las enfermedades que emergieron rápida y, a 
veces, incluso catastróficamente, en el pasado se encuentran la 
sífilis (causada por Treponema pallidum) y la peste (causada 
por Yersinia pestis). En la Edad Media, hasta un tercio de la 
población mundial murió como consecuencia de las epidemias 
de peste que asolaron Europa, Asia y África (  Capítulo 1, 
Explore el mundo microbiano, «La muerte negra descodifi-
cada» y Sección 30.7). La gripe provocó una pandemia devas-
tadora a escala mundial entre 1918 y 1919, cobrándose más de 
100 millones de vidas. En la década de 1980, el SIDA y la enfer-
medad de Lyme emergieron como nuevas enfermedades. Entre 
los patógenos emergentes importantes en la última década 
figura el virus del Nilo Occidental (  Sección 30.6) y la gripe 
pandémica de 2009 (H1N1), la cepa que emergió en la prima-
vera de 2009 en México y que se propagó con rapidez por todo 
el mundo (Sección 28.11). Las autoridades sanitarias en todo el 
mundo están particularmente preocupadas por la posibilidad 
de una emergencia rápida de la gripe pandémica desarrollada a 
partir de la gripe aviar H5N1 (  Sección 29.8).
Figura 28.10 Brotes recientes de enfermedades infecciosas emergentes y reemergentes. Las enfermedades mostradas son brotes locales capaces de
producir epidemias y pandemias generalizadas. No se muestran las enfermedades pandémicas establecidas, como el VIH/SIDA y el cólera, ni las enfermedades 
epidémicas anuales predecibles, como la gripe humana epidémica estacional.
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