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James 17 de octubre doc

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Daniel James - 17 y 18 de octubre…
Este texto guarda una estrecha relación con la tesis de Murmis y Portantiero (MYP) ya que retoma
algunas ideas del mismo. Se discute básicamente la legitimidad del apoyo a Perón por parte de la
clase obrera, ya sea la de los nuevos trabajadores como la de los viejos. Se cuestiona si la Protesta
del 17/18 en apoyo a Perón que había sido encarcelado fue un movimiento espontáneo, si el apoyo
fue un apoyo racional, a largo plazo o si fue un apoyo irracional, manipulado por el carisma de
Perón.
Puntos centrales del texto:
- Interpretaciones intelectuales vigentes sobre este apoyo
- Protesta de masas
- Interpretación de estos hechos: iconoclasia laica – cuestión cultural
Durante las décadas del 50 y del 60 hubo una interpretación del apoyo a Perón muy prevaleciente
que fue la formulada por GINO GERMANI y otros. Según esta consideración, el apoyo a Perón fue
un reflejo de la heteronomía de la clase obrera. En particular, los nuevos trabajadores provenientes
de las provincias más tradicionales del interior habrían constituido el núcleo de dicho apoyo. Estos
autores sostienen que dichos trabajadores, atraídos por la figura de caudillo (sentimiento más
nacionalista del que hablaba el profesor, sentido estricto de la patria, no tenían un partido o
ideología definido) fueron manipulados gracias a las cualidades personales de Perón y a los
beneficios que les otorgó un E PATERNALISTA.
Los nuevos trabajadores predominaron sobre los sectores tradicionales de la clase obrera, en su gran
mayoría descendientes de la masa de inmigrantes que arribó al país antes de 1930 y que
permanecieron fieles a sus instituciones e ideologías de clase. Estas instituciones no fueron capaces
de incorporar a los nuevos migrantes, que por ello buscaron en Peron y en el Estado la satisfacción
de sus necesidades. Este es el momento de ruptura definitiva entre la vieja y la nueva clase
obrera.
Como respuesta a esta primera interpretación surgió una ORTODOXIA REVISIONISTA. Este
revisionismo ha sustentado la idea de que en los años de gestación del movimiento peronista había
una clara dicotomía (idea de preexistencia) en la clase obrera. Afirman que el movimiento sindical
tradicional desempeñó en 1944 y 1945 un papel decisivo en la movilización del apoyo a Peron.
MYPortantiero situaron los orígenes del Peronismo en el contexto de la evolución del movimiento
obrero de la década del treinta y principio de los cuarenta. La represión de los gobiernos
conservadores, así como la ineficacia de la organización sindical, hicieron que los trabajadores
argentinos y sus dirigentes vieran en Peron un aliado potencial aunque ambiguo.
Juan Carlos Torres sostuvo que la movilización del 17 y 18 de octubre, lejos de ser una
manifestación espontánea y elemental de “nuevos” trabajadores que hicieron a un lado a un
sindicalismo apático y hostil, esos sucesos debieron en gran medida su éxito y sus alcances a la
movilización y la estructura del sindicalismo organizado. De esta manera, la idea de que en los años
de formación del peronismo la clase obrera había sido una masa pasiva y manipulada le dio lugar a
la imagen de la clase obrera como actores políticos con conciencia de clase que procuraba encontrar
un camino realista para la satisfacción de sus necesidades materiales.
Este autor proponía una visión homogénea de la clase obrera (CO), pero algunos autores se resistían
a pensarlo de esta forma.
Gino Germani, luego, brinda un aporte final al debate sobre los orígenes del Peronismo ofreciendo
una variante de su postura primaria. El autor pone énfasis en la experiencia de los nuevos
trabajadores. En lugar de hacer hincapié en la relación de éstos con el caudillo (paternalista), como
lo había hecho en su primer trabajo, Germani dirige su atención a la singularidad de la cultura
política “criolla” asociada con los nuevos migrantes. Según él esta cultura se caracterizaba por una
espontaneidad que se expresaba en una especie de “DEMOCRACIA INORGÁNICA” fundada en la
participación política directa, con independencia en la mediación de las instituciones e ideologías
formales. LA MANIFESTACIÓN DE ESTA CULTURA FUE LA MOVILIZACIÓN DEL 17 DE
OCTUBRE. Sin embargo, esta formulación no convenció a los estudiosos.
Movilización 17 – 18 de octubre
Se da en el contexto de la destitución política de Perón. Antes de esta destitución, y posteriormente,
va a haber un clima de descontento social en los trabajadores y un rumor de una huelga nacional en
apoyo a Perón. En ese momento, la CGT estaba dividida entre los que apoyaban la huelga y los que
no, lo mismo con los sindicatos. Perón tenía muchos antipartidarios que lo habían llevado a la
obligada renuncia y a su posterior encarcelación.
Básicamente, esta movilización tiene dos actores fundamentales: Trabajadores de La Plata y
Berisso. Los frigoríficos de estas zonas concentraban la mayor cantidad de obreros industriales.
Perón mantuvo muy buenas relaciones con este sector y su sindicato.
Los frigoríficos, a falta de decisión de la CGT y demás, deciden llevar adelante la huelga. Las
primeras movilizaciones tuvieron lugar el día 15, la multitud fue dispersada por la policía. El día 17,
tanto en Berisso como en La plata, los manifestantes avanzaron. El objetivo de a movilización era
pedir por la excarcelación de Perón. Una vez reunidos en la casa de Gobierno con Saénz y luego de
manifestarle su preocupación por el encierro del general, para algunos la huelga había finalizado
con éxito, pero para otro grupo no.
Estos otros grupos arremetieron con los edificios más emblemáticos de la clase alta: algunos medios
como La prensa, el jockey club y confiterías prestigiosas. Apedrearon y destruyeron estos edificios.
El punto más llamativo es que LA POLICIA mantenía una postura contemplativa de los hechos por
lo que la violencia cada vez fue aumentando. También se atacó las universidades y se saqueó la casa
del rector. Quilombo, qui lom bo.
Para el 18 de octubre, sin embargo, las cosas no parecían haber terminado. La CGT proclama que
para ese día se realizaría una huelga nacional, respaldando, de esta manera, el paro del día anterior.
Durante esa jornada se atacaron casas particulares, la cervercería Quilmes, se atacaron los mismos
blancos que el día anterior: el diario El Dia, bares y confiterías céntricos, todo esto con ausencia
total de la policia.
Una cosa importante es que los miembros del comité intersindical, los allegados de Perón,
ordenaron a los trabajadores dejar de hacer quilombo para dejar expuestos a quienes realmente eran
simplemente agitadores y no verdaderos obreros. Sin embargo, esto no puso fin a la manifestación.
Solo a la noche de esa jornada se hizo presente la policia y los manifestantes desaparecieron.
Ahora, ¿cómo se interpretan estos hechos? según los dirigentes sindicales como Cipriano Reyes,
el 17 de octubre fue una revolución popular y PACIFICA de Latinoamérica y del mundo que
levantó las banderas de la emancipación de los trabajadores y la liberación de la república.
Hay un aspecto muy importante de esta cuestión y es que existía una suerte de “versión oficial” de
lo sucedido. El autor realizó una investigación a partir de entrevistas a los protagonistas de estos
sucesos y lo que destaca es el lenguaje “obrero” que utilizaban todos. Cualquier intento de avanzar
más allá de esta versión oficial, provocaba el enmudecimiento de los entrevistados.
Desde esta perspectiva, James explica que la renuencia de los obreros de Berisso a recordar muchos
de los sucesos de octubre debe entenderse en función de la historia posterior y del carácter
simbólico que más tarde adquirieron los días de octubre. EL 17 DE OCTUBRE SE CONVIRTIÓ
EN EL EMBLEMA DEL SURGIMIENTO DE LA CLASE OBRERA COMO FUERZA
AUTÉNTICA Y LEGÍTIMA DENTRO DE LA SOCIEDAD Y LA POLITICA ARGENTINAS. A
esta significación se le añadió el hecho de que el Estado peronista adoptó este día como fecha
decisiva del RITUAL público y de las conmemoraciones nacionales. El Peronismo atribuyó a esos
sucesos su legitimidad ysus orígenes.
¿Orígenes de qué? el nacimiento de Peron como figura nacional estaba ligado a la intervención de
los trabajadores y, en cierto sentido, él carecía de historia antes de esa fecha. Admitir algunos de los
hechos violentos sucedidos en la jornada habría empañado la legitimidad y la autenticidad del
significado simbólico que llegaron a tener. La realidad es que fue un movimiento de dudosa
legitimidad incluso para quienes participaron de él.
Un elemento determinante de la movilización fue la liberación de la disciplina de la fábrica, el goce
de carecer de una rutina rigurosa. El 17 de octubre fue un verdadero hecho de cultura popular según
el E peronista.
Idea de la iconoclasia laica� Los diarios más elitistas le habían atribuido un carácter ridículo a la
movilización, muy nazi, usando expresiones como “los manifestantes estaban vestidos de forma
exótica” y demás. Para el autor, esta atmósfera carnavalesca, en la que se detienen elitistamente los
medios y anecdóticamente los protagonistas de la movilizacion, hace reparar en la novedad que esta
movilización tuvo como forma de expresión de la clase obrera. ESTA FORMA SE ALEJABA DE
LOS CÁNONES DE LA EPOCA SOBRE EL COMPORTAMIENTO PUBLICO ACEPTABLE DE
LOS OBREROS. Estos obreros cantaban canciones populares, bailaban, en fin, no protestaban
como solían hacerlo normalmente los obreros. Tal era la novedad que incluso los socialistas
descreían de que esos manifestantes fueran verdaderos obreros.
La pregunta resonante era: ¿qué obrero argentino actúa en una manifestación de demanda de
derechos como lo haría en un carnaval? La respuesta de las organizaciones obreras tradicionales
(keyword, tradicionales) es que no se trataba de trabajadores sino de lúmpenes, elementos
marginales.
Acá viene la posta: gran parte de ese comportamiento puede encerrarse dentro de lo que James
denomina ICONOCLASIA LAICA, que significa LA DESTRUCCION PUBLICA Y
DELIBERADA DE LOS SÍMBOLOS SAGRADOS CON EL PROPOSITO IMPLICITO DE
SUPRIMIR TODA LEALTAD A LA INSTITUCION, DE ANULAR TODO RESPETO QUE
SE GUARDABA HACIA LA IDEOLOGÍA DIFUNDIDA POR DICHA INSTITUCIÓN.
Si se observan las formas que asumió la movilizacion de octubre, se pueden apreciar frecuentes
violaciones de instituciones, símbolos y normas que cumplen la función de transmitir y legitimar la
riqueza y el prestigio social. LAS MULTITUDES ESTABAN PONIENDO EN EVIDENCIA LA
IMPOTENCIA DE DICHAS INSTITUCIONES Y NEGANDOLES AUTORIDAD Y PODER
SIMBOLICO (Bourdieu). Por eso los ataques a los lugares de diversión de las clases altas: jockey
club, confiterías, etc..
La violencia, dice JAMES, tuvo un fuerte carácter ritualista: EN LUGAR DE INFRINGIR SOBRE
LAS PERSONAS, SU OBJETIVO ERA LA DESTRUCCION PÚBLICA DEL PRESTIGIO Y LA
INVIOLABILIDAD. LA ICONOCLASIA TAMBIEN ESTUVO LIGADA A LA BURLA Y EL
RIDICULO a los símbolos de autoridad.
Esta iconoclasia encuentra sus blancos de manera NO azarosa: no hubo ningún atentado contra las
fábricas, ni contra los edificios de gobierno o la policía. Los edificios públicos (en especial los
pertenecientes a la secretaría de trabajo) fueron considerados los más adecuados para realizar la
concentración final.
Los blancos fundamentales fueron las universidades, la prensa y los estudiantes. En Berisso hubo
quema de diarios, casi ceremonialmente en rechazo al status y a su poder.
Lo que dice James es que si la multitud pro-peronista dirigía su ira contra la prensa y la universidad
era porque reconocía su importancia como enemigos políticos. Durante los días de octubre, la
contienda por la dominación simbólica y el poder cultural dentro de la sociedad se manifestó muy
claramente. LA CLASE OBRERA, EXCLUIDA POR MUCHO TIEMPO DE LA ESFERA
PUBLICA EN LA QUE SE GENERAN ESTAS FORMAS DE PODER (DOMINACION
SIMBOLICA Y PODER CULTURAL) DIRIGIO SUS ATAQUES CONTRA DOS DE LAS
ENTIDADES QUE DETERMINABAN LAS IDEAS HEGEMONICAS SOBRE
LEGITIMIDAD (LO QUE BOURDIEU LLAMA CAPITAL CULTURAL Y SIMBOLICO).
Lo que la CO quería hacer, era reafirmar SU propio poder simbólico y la legitimidad de sus
reclamos de representatividad, es decir, querían que se respetara a la CO y sus derechos dentro de la
espera pública que los excluye históricamente. Y esto tiene que ver con la educación: siempre hubo
una distribución desigual del poder cultural, por eso querían que se valorase su experiencia y sus
valores como elementos que no explica la escuela tradicional.
Ahora bien, ¿Quiénes eran estos obreros? Dicotomía nuevos-viejos�James advierte que estos
acontecimientos no pueden encuadrarse en una división simplista entre una nueva CO migrante y
una CO europeísta tradicional.
Si alguna diferenciación puede hacerse, ésta está ligada a las diversas experiencias de vida de la
clase obrera, más que a sus distintos orígenes étnicos y culturales. LA DISTINCIÓN ES
GENERACIONAL. Lo que se destaca en general es que los más jóvenes fueron los que tomaron la
iniciativa.
Metáfora de la ciudad y la periferia� había una contienda implícita en torno a la jerarquía
espacial y propiedades territoriales. La ciudad era definida como el conjunto de antiguos centros
residenciales y administrativos donde residía el poder político, era el territorio respetado. Más allá
se extendía la periferia, los suburbios, la no ciudad, lo desconocido. Los reporteros hacían hincapié
en que los manifestantes provenían de estas zonas. La diferencia no era meramente geográfica: los
habitantes de Berisso y La Plata vivían en universos sociales distintos. La ciudad era el territorio de
quienes contaban con algún status social, político o cultural. LOS ACONTECIMIENTOS DE
OCTUBRE VIOLARON LAS CONVENCIONES VIGENTES: LOS SUBURBIOS INVADIERON
LA CIUDAD.
Conclusión� el 17 y 18 reflejaron la capacidad de los trabajadores para movilizarse en defensa de
sus intereses de clase tal como lo percibían. El autor dice que el apoyo obrero a Perón fue la
participación de los trabajadores en un proyecto reformista conducido por el estado que les prometía
beneficios materiales concretos. Esta adhesión, según el autor, demostraba un racionalismo social y
económico básico.
En cuanto al Perón, el autor dice que se trata de una figura ambigua porque si bien octubre fue un
levantamiento contra los símbolos tradicionales, ese levantamiento fue en defensa de una figura
militar autoritaria. Esta ambivalencia es propia del peronismo.

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