Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
Guillermo O’Donnell – Las tensiones en el E burocrático autoritario (EBA) Las instituciones del EBA suelen aparecer como una fuerza monolítica e impositiva, como la única forma de “salvar” a la nación. Pero detrás de esa fachada, el EBA está sometido a tensiones, contradicciones, que son el reflejo de la dificultad de consolidar un sistema de dominación que no puede ocultar el hecho de que se basa en la coerción para lograrlo y que quienes lo apoyan representan un sector estrecho de la sociedad. Su dominación es severa, por la naturaleza misma de su fundación, y entraña, para su propia legitimación, un rechazo anticipado de la base. Surge de una derrota política del sector popular y sus aliados impuesta al precio extremo de imposibilitar que el EBA se legitime. El Estado� El E es una relación social de dominación que debe ser entendido por encima de la sociedad. El E al que nos estamos refiriendo es un E capitalista y como tal mantiene una estructura de dominación de clase que está montada sobre una estructura de clase que tiene su fundamento en la reproducción de las relaciones capitalistas de producción. Desde esta perspectiva el E es ante todo una relación de dominación que articula de modo desigual los componentes de la sociedad civil, apoyando y organizando el sistema existente de dominación social. El E es también el foco organizativo del consenso dentro de la sociedad, del que extrae la base para su propia legitimación. Para lograr el consenso las instituciones del E deben aparecer como el E, como agentes de un interés general de una comunidad. El E está basado en la coerción, como todos sabemos, pero suele estar basado también en el consenso que al mismo tiempo cerca y oculta la coerción. El autor explica que existen tres mediaciones políticas por las que el E logra la legitimación: LA NACION: entidades colectivas que definen un “nosotros” que se compone de una red de solidaridades sobreimpuestas a la diversidad y antagonismo de la sociedad civil y que permite diferenciarse de una colectividad distinta que sería el “ellos” o las otras naciones. Se sustenta en simbolismos como el himno o la bandera. CIUDADANIA: Tiene un doble sentido 1) igualdad abstracta constituida por el sufragio universal que es el fundamento del poder ejercido por los representantes 2) la protección jurídicamente regulada frente a los actos arbitrarios por parte de las instituciones del E. POPULAR: implica un “nosotros” que es portador de las demandas de justicia que son la base de las obligaciones del E hacia los segmentos menos favorecidos de la población. En un E capitalista, el sujeto del E es el ciudadano quien tiene el derecho a presentar reivindicaciones de justicia. Este derecho se halla limitado por las desigualdades de la estructura de clases de la sociedad. Sin embargo LA CREENCIA en su existencia es un elemento importante del consenso y no implica un desafío ni a la dominación ejercida ni a la función del E como representante del interés general de la nación. La eficacia de esta idea de la nación, junto con la de ciudadanía y lo popular, permite aparecer a las instituciones estatales como agentes que logran y protegen un interés general, es decir, el interés general de un nosotros. El efectivo funcionamiento de las ideas de ciudadanía y lo popular suele proporcionar una base de consenso para el ejercicio del poder y, en última instancia, de la coerción. EL ESTADO SOLO PUEDE SER LEGITIMADO SI RESIDE EN REFERENES EXTERNOS COMO LA NACION, EL PUEBLO Y LA CIUDADANIA. Características de EBA� 1. Es garante y organizador de la dominación ejercida a través de una estructura de clase subordinada a las fracciones superiores de una Burguesia muy oligopolizada y transnacionalizada. 2. Institucionalmente se compone de organizaciones en las que tienen un peso decisivo la coerción así como la “normalización económica”. El EBA se propone a dos cosas: reconstruir el orden mediante la desactivación política del Sector Popular y la normalización de la economía. 3. Excluye políticamente al Sector Popular con el objetivo de eliminar su función activa en la política nacional. Esta exclusión viene guiada por la determinación a imponer un tipo particular de “orden” en la sociedad y de garantizar su viabilidad en el futuro. La normalización de la economía se buscaba en vías de poder iniciar un proyecto transnacionalizador. 4. Esta exclusión implica la supresión de la ciudadanía que incluye la liquidación de las instituciones de democracia política. Implica una negación de lo popular: prohíbe cualquier apelación a la población como pueblo y como clase. La supresión de los papeles institucionales y canales de acceso al gobierno se orienta a la eliminación de los papeles y organizaciones, entre ellos los partidos politicos, que han servido como canal para las peticiones de la justicia incompatibles con la restauración del orden y con la normalización de la economia. Además el EBA aparece como colocado a una nación enferma que necesita curar. 5. Este tipo de E es también un sistema de exclusión económica del sector popular en tanto que promueve un modelo de acumulación de capital muy desviado hacia el beneficio de las grandes unidades oligopólicas del capital privado y algunas instituciones estatales. 6. Promueve un crecimiento de la transnacionalización de la estructura productiva. 7. Por medio de sus instituciones se esfuerza por “despolitizar” las cuestiones sociales enfrentándose a ellas en los términos de criterios de racionalidad técnica supuestamente neutrales y objetivos. 8. El EBA significa el cierre de los canales democráticos de acceso al gobierno, es decir, de acceso a la representación popular y los intereses de clase. Este acceso queda limitado a los que se encuentran en la cúspide de las grandes organizaciones: FFAA y empresas oligopólicas. ● Ambigüedades en el sistema de dominación�el EBA estuvo sometido a muchas tensiones propias de su funcionamiento. El EBA es un tipo de E que encierra tendencias muy contradictorias. Por una parte significa una nueva desnacionalización de la sociedad como consecuencia de la urgente búsqueda de capital trasnacional, requisito para la normalización de la economía y que luego se debió a la necesidad de mantener un “clima favorable de inversión”, con el fin de sostener la entrada de capital. Por otro lado el EBA implica una contracción drástica de la nación, la supresión de la ciudadanía y la prohibición de las apelaciones al pueblo. También la exclusión política y económica del sector popular que aparece como una condición necesaria del cuerpo de la nación. Esta exclusión implica una redefinición del alcance de la nación, a la que no pueden pertenecer los agentes de esta enfermedad. La nueva nación ha de ser constituida por las instituciones propias del EBA. Esta redefinición de la nación: Como todos los E, el EBA afirma ser un E Nacional, es decir, representativo de una comunidad. Pero como dice anteriormente, este E no representa los intereses de todos, sino de una minoría oligopólica y además no quiere representar también a estos “agentes” enfermos. Por eso plantea la necesidad de constituir el E a partir de las instituciones propias del EBA. Cuando las instituciones el E intentan redefinir la nación en términos de exclusión y de enfermedad nacional, el poder que ejercen no tiene ya una base externa de legitimación y tiene que aparecer como fundamento de sí mismo. En otras palabras, la dominación queda al desnudo y diluye las mediaciones consensuales, se manifiesta en la forma de coerción física y economía abierta. Además, la supresión de la ciudadanía, junto con la prohibición de invocar lo popular, no solo diluye sino que elimina las otras mediaciones legitimadoras entre el E y la sociedad. EL EBA NO TIENE OTRA ALTERNATIVA QUE ABANDONAR LOS REFERENTES USUALES DE LEGITIMACION Y PRESENTARSE EN SU LUGAR COMO BASE DE SU PODER. Las instituciones del E intentan llenar así el vacío creado mediante el uso intensivo de símbolos de la nación. Los dirigentes intentan“recrear” estas mediaciones destituidas invitando a la participación de los ciudadanos, pero como el E reniega de su papel de representante de la N y se eliminan las ideas de pueblo y ciudadano, esa participación solo puede implicar una observación aprobadora y pasiva de las tareas que llevan a cabo las instituciones de este E �CONSENSO TÁCITO� despolitización, apatía y la retirada a una existencia privatizada. Y MIEDO, lo que resulta en su efectiva capacidad de coerción. Diseño de la política – apoyos/alianzas� Este Consento Tacito es un fundamento demasiado débil para sostener al E. El miedo junto con la alta Burguesia y los sectores modernos de la clase media, más unidos a ella, son los apoyos sociales más importantes que tiene este EBA. El sector popular, en cambio, estaban separados de la participación económica y política. Por otra parte, los intentos de normalizar la economía mediante una estrecha alianza entre Burguesia (alta y más débil) resultan de gran dureza para buena parte de los sectores medios y para las fracciones más débiles, más nacionales, de la Burguesia lo que va a retirar su apoyo y posicionarlas del lado del Consenso Tacito. Dependiendo, estas fracciones más débiles de la B van a entablar alianzas con los sectores más excluidos. La base principal de apoyo social del EBA es la alta Burguesia, es decir, las altas fracciones de la Burguesia local y de capital transnacional. Ella es la principal beneficiaria económica de la nueva situación y el componente más transnacionalizado, menos nacional, de la sociedad. Esta fracción estaba, obvio, acompañada por las FFAA y los tecnócratas que intentan la normalización de la economia. Estas fracciones de la Burguesia que quedan relegadas al Consenso Tacito no pueden ocupar su función de clase dominante con intereses que el E pueda adoptar como los intereses de la nación. Esto significa que el E no puede sostenerse mediante el potencial hegemónico de una clase dominante incuestionablemente nacional�consecuencia: queda al descubierto la coerción QUE ES LA BASE DE SU LEGITIMIDAD. Odonnell explica que no puede haber consenso si no se oculta la conexión entre coerción y la dominación económica. En el EBA sucede lo opuesto: la proximidad de la coerción y la dominación económica entrelaza a dos actores sociales, las FFAA y la alta Burguesia. Pero dentro de este E hay una cosa fundamental: es un problema que las FFAA tiendan a ser más nacionalistas y menos capitalistas que todas las otras instituciones del E. Ahora: cómo dos sectores tan distintos pueden unirse� al haber sido suprimidas las mediaciones legitimadoras, la dominación económica y la coerción tienden a volverse cercanas y a apoyarse mutuamente, sobre todo luego de que muchos de los partidarios del EBA se hayan retirado inevitablemente al Consenso Tacito. LA ALTA Burguesia NECESITA DE LA COERCIÓN COMO GARANTÍA DEL ORDEN SOCIAL PRESENTE Y FUTURO SIN EL CUAL NO PUEDE REINICIAR LA ACUMULACIÓN EN SU PROPIO BENEFICIO. Son mutuamente indispensables. ● Tensiones en la alianza� entre FFAA y Alta B hay tensiones y acá se explica mejor el tema de la contradicción propia del E. El objetivo de construir una nación más homogénea es incoherente con la desnacionalización de la sociedad civil promovida por los actores más transnacionalizados de esta sociedad. Dentro de las FFAA, muchos de sus miembros expresan su disgusto por el énfasis en esta transnacionalziación que entraña la alianza con la alta Burguesia. Para miembros que tienen altos puestos en el gobierno, es evidente que por el momento la viabilidad del EBA y la esperanza de restauración de la economía y la cohesión nacional dependen de la economía ortodoxa y de una estrecha alianza con la Burguesia. Ortodoxia económica� se refiere a la prohibición del intervencionismo estatal especialmente en actividades productivas y comerciales. Se eliminan los subsidios. En el período de 1967 a 1970 la Argentina es un ejemplo de política de normalización con un EBA en el que estas tensiones se manifestaron con más fuerza. A finales de 1967 como una alternativa a las medidas que se estaban llevando a cabo, se consideraron otras según las cuales el E adoptaría un papel más activo, estimularía el desarrollo de determinadas fracciones de la Burguesia local, impondría restricciones a capital transnacional y reincorporaría a la arena política a unos sindicatos desperonizados. Esta alternativa encontró el apoyo en las FFAA, pero generó preocupación en la Burguesia. Ante las consecuencias que finalmente trajo (chau idea de recuperar la normalidad eco) surgen dos caminos: 1. Relacionado con los diferentes niveles de amenza que precedieron al EBA 2. En referencia a la cuestión del éxito conseguido por las medidas del EBA en sus inicios. En Argentina, el nivel de amenaza y crisis económica era inferior al de otros casos de BA y el programa de estabilización que se inició en marzo de 1967 logró algunos éxitos en el 68-69. Por ello sintieron tentación de abandonar las medidas ortodoxas y volver a unas medidas anteriores que significaba el apoyo estatal de algunas fracciones nacionales. Esto hizo que se perdiera la confianza de la alta Burguesia. Cuanto menor era el nivel de crisis y amenaza previas a la instauración de EBA, mayor era la posibilidad de conseguir rápidamente la normalización y restaurar el crecimiento económico. Pero por otra parte el éxito en la recuperación del crecimiento aumentará, dentro de las FFAA incluso, la tentación de abandonar las medidas ortodoxas. La perpetuación de la crisis económica es la garantía de que los vínculos con la alta Burguesia se mantendrán a pesar de las tensiones. Esta crisis significa: - Altas tasas de inflación - Ausencia del crecimiento económico - Reducción del consumo prescrita por la ortodoxia económica - Desusada capacidad instalada para la producción (por falta de consumo) - La alta Burguesia, en consecuencia, acumula más capital por medio de la especulación financiera - Esta especulación acentúa la crisis Nostalgia de las mediaciones/cuestión de la democracia�Es lo que el autor denomina “la piedra filosofal” (alto faso). Algo así como la solución ideal que contemplara la idea de la restauración de esas mediaciones perdidas pero sin dejar de ser una franja dominante y autoritaria. La idea de la democracia no gustaba mucho. La piedra filosofal sería una forma de democracia limitada, en el sentido que estuvieran prohibidas las invocaciones de pueblo o clase, pero que al mismo tiempo no fuera una fase incapaz de proporcionar las mediaciones y en ultima instancia, una legitimación que pudiera transformarse en hegemonía. 1966: en este caso, el nivel de amenaza era bajo y por eso la cuestión de la democracia fue planteada como un objetivo al que debía arribar el EBA como una alternativa a las inclinaciones corporativistas del grupo militar gobernante. 1976: como consecuencia de la experiencia anterior y de las tensiones subyacentes, el objetivo de restauración de la democracia se basaba en la normalización económica y la desarticulación del poder pol del Sector Popular y el orden de la sociedad. Son ideas muy distintas. El gran miedo de este sistema de dominación tan inseguro, es el miedo de que los opositores destruyan este EBA y el sistema de dominación que este E ha impuesto. El CORDOBAZO y los acontecimientos que le siguieron, fueron el símbolo de esta posibilidad. Los fracasados intentos de establecer una nación cohesionada, el amenazador silencio de la sociedad civil y la notoriedad de la dominación que apoya al EBA, son las bases de su inseguridad, que tiene a hacerlo no solo más peligroso, sino también más coercitivo. Nunca logra la legitimidad. Sin embargo, la democracia siempre es mencionada en este tipo de estado. Esta democracia es mencionada con ambivalencia� tanto desde las cumbres del EBA como por sus principales aliados. Odonnell explica que lo que sucede en este período es una lucha por la apropiación y redefinición del significado de democracia con el fin de impregnarsede los significados que le dan los que están excluidos del EBA y para constituir, junto con ellos, la base de un sistema alternativo de dominación� HAY CIRCUNSTANCIAS EN LA QUE DISCUTIR ALGUNOS TEMAS PUEDE PARECER UNA NOSTALGIA INUTIL. La evidente contradicción entre la mera mención de la democracia y la realidad de la vida diaria es mucho más que eso. Esta contradicción es clave para el entendimiento de la debilidad y las profundas tensiones del EBA.
Compartir