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Arte y memoriA indígenA de méxicoii iii Carrusel, Alfonso Martínez Estanislao, 2005. Cultura Nahua. Temalacatzingo, Olinalá, Guerrero. Madera tallada y laqueada. 54 x 34 cm. Colección ĈĉĎ: Núm. inv. 17502. Foto: Jorge Moreno Cárdenas. A R T E M E M O R I A I N D Í G E N A D E M É X I C O Arte y memoriA indígenA de méxicoiv v Primera edición, 2014 D.R. © 2014 Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas Av. México Coyoacán 343, Colonia Xoco, Delegación Benito Juárez, C.P. 03330, México, D.F. www.cdi.gob.mx ISBN: 978-607-718-035-7 Arte y memoria indígena de México: El Acervo de Arte Indígena de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. Fotografías: Fototeca “Nacho López” Diseño editorial: Pragmática Estudio Dirección de arte: Clay Gibson | Cheryl Santos Impreso y hecho en México Queda prohibida la reproducción parcial o total del contenido de la presente obra, sin contar previamente con la autorización de los titulares, en términos de la Ley Federal del Derecho de Autor y, en su caso, de los tratados internacionales aplicables. La persona que infrinja esta disposición se hará acreedora a las sanciones legales correspondientes. CDI 745.5 C65a México. Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas Arte y memoria indígena de México: El Acervo de Arte Indígena de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. / Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas ; textos de Sol Rubín de la Borbolla, Alejandro de Ávila Blomberg y Octavio Murillo Alvarez de la Cadena. -- México : CDI, 2014. 253 p. : Fotografías Incluye bibliografía ISBN: 978-607-718-035-7 1. ARTE INDÍGENA – MÉXICO - FOTOGRAFÍAS 2. MUSEO NACIONAL DE ARTES E INDUSTRIAS POPULARES – CREACIÓN, ESTRUCTURA, FUNCIONES 3. ARTE INDÍGENA 4. ARTE POPULAR 5. ACERVO DE ARTE INDÍGENA - CREACIÓN, ESTRUCTURA, FUNCIONES 6. TEXTILES COMO FUENTES DE INFORMACIÓN I. Rubín de la Borbolla, Sol, texto I. Ávila Blomberg, Alejandro de, texto II. Murillo Alvarez de la Cadena, Octavio, texto III. t. A R T E M EM O R I A I N D Í G E N A D E M É X I C O El Acervo de Arte Indígena de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas Arte y memoriA indígenA de méxicovi vii Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas Nuvia Mayorga Delgado Directora General Pablo Uribe Fuentes Coordinador de Asesores Víctor Manuel Rojo Leyva Director Ejecutivo de Investigación Octavio Murillo Alvarez de la Cadena Subdirector de Conservación y Resguardo Coatí, hacia 1970. Cultura Huasteca. Tanute, Aquismón, San Luis Potosí. Barro modelado y engobado con óxido de hierro. 12 x 23 x 10 cm. Colección ĈĉĎ: Núm. inv. 5050. Foto: Michel Zabé. INTRODUCCIÓN PRESENTACIÓN 10 20 30 70 Nuvia Mayorga Delgado EL MUSEO NACIONAL DE ARTES E INDUSTRIAS POPULARES LA FAJA DE JOSEFA BANDALA Y EL RETRATO DEL “TURCO”: TESTIMONIOS DEL AAI PARA REPENSAR LA HISTORIA CULTURAL DE MÉXICO UNA HISTORIA EN CONSTRUCCIÓN: EL ACERVO DE ARTE DE LA CDI A MANERA DE CONCLUSIÓN Alejandro de Ávila Blomberg Sol Rubín de la Borbolla Í N D I C E Octavio Murillo Alvarez de la Cadena 196 248 BIBLIOGRAFÍA 252 Arte y memoriA indígenA de méxico8 9 Plato, hacia 1950. Coroneo, Guanajuato, o Esteban Valdez (Atr.), Cultura Otomí, Rancho Las Flores, Presa Allende, Allende, Guanajuato. Barro moldeado, decorado con óxido de hierro y vidriado. 6 x 27 cm. Colección CDI: Núm. inv. 15801. Foto: Michel Zabé. Arte y memoriA indígenA de méxico10 11 Por Nuvia Mayorga Delgado* PRESENTACIÓN PREsENtACIóN * Directora General de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. Bastón de mando, 2006. Cultura Huichol. san Andrés Cohamiata, Mezquitic, Jalisco. Madera tallada y listones. 49 x 2 cm. Colección CDI: Núm. inv. 17945. Foto: Jorge Moreno Cárdenas. Los Pueblos Indígenas de México son excepcionalmente diversos y heterogéneos, sus culturas son dinámicas y representan una invaluable riqueza nacional, sólo comparable con la multiplicidad de entornos naturales en que habitan. En nuestro país coexisten más de 60 Pueblos Indígenas, cada uno con diferentes identidades, maneras de ver el mundo, de pensar, de comunicarse y de expresarse; hoy en día, representan más del once por ciento de la población mexicana, se adaptan a los cambios globales y entablan un nuevo diálogo con todos los sectores de la sociedad actual. México es un país pluricultural sustentado originalmente en sus Pueblos Indígenas: Así define a nuestra nación la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, es por ello que una de las metas primordiales del Gobierno de la República es promover la construcción de un México Incluyente, para ello pone en marcha el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, cuyo objetivo en palabras del Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, consiste en “hacer realidad un país donde se garantice el ejercicio efectivo de los derechos sociales y donde el ciudadano sea un agente de cambio, protagonista de su propia superación a través de su organización y participación activa”. En México, sea en las ciudades o en el campo, la diversidad se manifiesta siempre y en todo: Se hablan 68 lenguas indígenas con 364 variantes; cada cultura posee un complejo sistema de conocimientos y tradiciones, y existe una enorme variedad de expresiones artísticas que, a lo largo del tiempo, han sido objeto de distintas valoraciones. Las manifestaciones tangibles de las culturas no han escapado al afán de coleccionarlas y conservarlas como parte de la memoria de la humanidad. El Instituto Nacional Indigenista (INI), creado en 1948, y posteriormente la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) creada en 2003, han sido los responsables de documentar a los Pueblos Indígenas mediante la conformación de una de las colecciones etnográficas más importantes a nivel mundial: El Acervo de Arte Indígena (AAI). Este Acervo, conformado en el desaparecido Museo Nacional de Artes e Industrias Populares (MNAIP), es en la actualidad un extraordinario testimonio de la historia, las concepciones estéticas, las tecnologías, la vida cotidiana y ritual de los Pueblos Indígenas de México, así como de las políticas públicas ejercidas alrededor de ellos. Pese a que la colección tuvo, en las postrimerías del siglo XX, un destino que la apartó del imaginario colectivo, recientemente se ha ido posicionando como una herramienta importante para la difusión de los Pueblos Indígenas en exposiciones de museos de varias entidades públicas y en el reciente Museo Indígena. Arte y memoriA indígenA de méxico12 13tR ADICIONEs y COLECCIONEs DE ARtEsANíAs EN MéxICO Calavera Rey, Wenceslao Rivas, hacia 1980. toluca de Lerdo, Estado de México. Pasta de azúcar coloreada, con aplicaciones de papel metálico y lentejuelas. 30 x 31 cm. Colección CDI: Núm. inv. 10718. Foto: Michel Zabé. No obstante, es prioritario para el Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto difundir la riqueza nacional hacia grupos más extensos de la población, fomentar la valoración de los Pueblos Indígenas por parte de la sociedad en su conjunto y promover el respeto por las manifestaciones de las culturas originarias de nuestro territorio. Por ello el presente libro, además de constituir un reconocimiento al quehacer artístico de los Pueblos Indígenas de México, tiene como objetivos hacer más visible su patrimonio cultural, compartir el Acervo de Arte Indígena con públicos diversos a través de un atractivo discurso visual, analizar las posturas institucionales históricas y contemporáneas ante las expresiones culturales indígenas, recuperar parte de la historia del Acervo y difundir la función social del mismo. Los textos, enriqueciendo el discurso de más de un centenar de espléndidas imágenes, contribuyen a describir la importanciade la colección, en su calidad de testimonio histórico, etnográfico, artístico e iconográfico, con el propósito de revalorarlo para su mejor aprovechamiento en el futuro. El Plan Nacional de Desarrollo 2013- 2018 pone un acento especial en la atención a las problemáticas y necesidades de los Pueblos Indígenas de México, así como al fortalecimiento de sus potencialidades y características particulares con el propósito de que estos pueblos se desarrollen acorde a las realidades actuales de la nación y el mundo, y sin perder sus distintivos culturales alcancen los niveles de bienestar, crecimiento socioeconómico y ejercicio de sus derechos plenos que les permitan transitar a una mejor calidad de vida. Como parte de las líneas de acción encaminadas a ampliar el acceso a la cultura como medio para la formación de los ciudadanos y a proteger y preservar el patrimonio cultural nacional, propone : “Reconocer, valorar, promover y difundir las culturas indígenas vivas en todas sus expresiones y como parte esencial de la identidad y la cultura nacionales”. Arte y memoriA indígenA de méxico14 15PREsENtACIóN Consciente de la realidad que enfrentan actualmente los indígenas, quienes permanecen mayoritariamente excluidos de las oportunidades de desarrollo (Las cifras son contundentes al respecto, ocho de cada diez indígenas mexicanos son pobres y la mitad de ellos se encuentran en situación de pobreza extrema), y con el propósito de revertir esta situación de injusticia, el Presidente Enrique Peña Nieto, en el mensaje inicial del Programa Especial de los Pueblos Indígenas 2014- 2018 manifiesta: Bule, Cayetano Martínez de Jesús, 2004. Cultura Nahua. temalacatzingo, Olinalá, Guerrero. Calabazo laqueado. 35 x 24 cm. Colección CDI: Núm. inv. 17069. Foto: Jaime Hernández Gaspar. “Existe el firme compromiso de la Presidencia de la República de apoyar a las comunidades indígenas de todo el país, para que participen del desarrollo y contribuyan vitalmente al progreso de México. En este sentido, el Ejecutivo Federal impulsa políticas públicas que respetan los derechos y la identidad cultural de los Pueblos Indígenas. El Gobierno de la República no desistirá de su empeño de llevar servicios y garantizar los derechos de las comunidades indígenas. El reto es trabajar conjuntamente en la superación de las dificultades y lograr mejorar las condiciones en que viven los indígenas mexicanos. Sabemos que sólo el trabajo conjunto y luchando codo a codo con la sociedad, con las comunidades, podremos superar este tipo de problemas y ofrecer a los pueblos y comunidades indígenas el respeto y el trato que merecen. Es un compromiso presidencial y personal lograr que los pueblos y comunidades indígenas vivan en condiciones sociales y económicas dignas, dentro de un marco de igualdad y respeto intercultural. Exigiré, en el ámbito de mi responsabilidad que todas las políticas públicas y acciones del Gobierno Federal respeten los derechos de la población indígena, su identidad, cultura y lenguas. Que se reconozca y asuma que para el Gobierno de la República es prioritario que la participación activa de la población indígena sea un principio de actuación del Estado Mexicano”. La Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), tiene la responsabilidad de orientar, coordinar, impulsar, apoyar, fomentar, dar seguimiento y evaluar eficazmente las políticas, los programas, los proyectos, las estrategias y acciones encaminados a la promoción del desarrollo integral y sustentable de los pueblos y comunidades indígenas. Así hemos trabajado, con gran voluntad y con la firme convicción de que nuestros esfuerzos y dedicación contribuirán a alcanzar las metas propuestas por el Gobierno Federal para el presente sexenio. Con esta base y como consecuencia de un ejercicio de consulta y validación de nuestro Consejo Consultivo, se definió para el periodo 2014-2018 una estrategia de trabajo que contempla los cinco ejes estratégicos de atención que aquí presento: Derechos Indígenas y acceso a la Justicia, impulsando la armonización legislativa y el apoyo legal a indígenas encarcelados; Desarrollo Social, a través del cual se dotará de más y mejor infraestructura básica a las comunidades y hogares indígenas, además de atender las necesidades de salud y educación; Desarrollo Económico, el cual considera la promoción de fuentes de ingreso monetario y no monetario para las comunidades y familias indígenas; Participación de la sociedad indígena y coordinación intergubernamental, para la planeación y gestión del desarrollo de los Pueblos Indígenas. En relación directa con los temas concernientes al patrimonio cultural y a la publicación y contenido de la presente edición destaca: Un gran eje transversal de preservación y promoción de las culturas indígenas y sus formas tradicionales de organización y participación. Arte y memoriA indígenA de méxico16 17 Nasa (Trampa para pesca), hacia 1950. Cultura Otomí. Hidalgo. Carrizo tejido a mano y cuero. 71 x 11 cm. Colección CDI: Núm. inv. 4092. Foto: Michel Zabé. Considerando que es una prioridad nacional revalorar las culturas indígenas con todo su potencial, y que se precisa emprender acciones que implican redefinir las categorías de valor sobre la producción artesanal indígena, fomentar la concurrencia de los pueblos para el fortalecimiento de su propio patrimonio, contribuir a la conservación y fomento de las expresiones culturales tangibles y difundir a la sociedad en general la grandeza que representa la diversidad cultural de México; durante estos casi dos años de administración, hemos puesto especial interés en hacer accesible a grandes públicos la riqueza que representan las culturas indígenas, y a la vez hemos replanteado los alcances de las acciones museológicas institucionales. Lo anterior con la finalidad de concebir y posicionar a la cultura como un medio para la formación integral de los ciudadanos y de preservar y fortalecer la de los Pueblos Indígenas al reconocer su carácter de patrimonio nacional. En ese sentido, se ha logrado en este corto periodo una amplia difusión del patrimonio artístico y cultural que la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas tiene bajo su resguardo en el Acervo de Arte Indígena, a través de dos acciones: Los préstamos de piezas que se integran a diversas exposiciones temporales y el montaje y exhibición de museografías propias de esta Comisión, dentro de las que destaca la exposición itinerante “Norte infinito: Pueblos Indígenas en movimiento” montada en el Museo Nacional de Historia Castillo de Chapultepec en febrero de 2014. Con la perspectiva de combinar las exposiciones museográficas con la venta artesanal que beneficie directamente a las organizaciones indígenas, promovimos en 2014, en coordinación con Petróleos Mexicanos (PEMEX), un ciclo de cinco exposiciones especiales y diez expo-ventas en sus instalaciones de la Avenida Marina Nacional en el Distrito Federal. Este innovador concepto se gestó por vez primera durante la II Cumbre Continental de Comunicación Indígena celebrada en Santa María Tlahuitoltepec, Oaxaca, en octubre de 2013. Para esa ocasión se diseñó y produjo el Pabellón de la Cultura, que se instaló en un área rural de difícil acceso; el gran acierto consistió en llevar un recinto museográfico a personas que nunca antes lo habían visto. En el Museo Indígena, ubicado en la Antigua Aduana de Peralvillo en la colonia Morelos de la Ciudad de México, se presentó la exposición “México artístico: La diversidad cultural indígena”, que concluyó en julio de 2013, integrada con 160 piezas del Acervo de Arte Indígena; y se exhiben actualmente “Pueblos sin fronteras: Mayas en el sur de México”, inaugurada en mayo de 2014, conformada por 55 piezas, y “Norte infinito: Pueblos Indígenas en movimiento”,abierta al público en agosto de 2014 y constituida por 207 piezas. Las acciones citadas constituyen algunos de los mayores logros en lo que va del presente gobierno, y perfilan la proyección que tendrá el Acervo de Arte Indígena y sus productos derivados en el futuro como puente de diálogo entre las culturas indígenas y la sociedad nacional. Sea esta publicación un recurso para contrarrestar los procesos de debilitamiento de las tradiciones culturales que experimentan los Pueblos Indígenas en virtud del deterioro del tejido social, de los procesos de transculturización y de las condiciones adversas del día a día. Sirva también para que los propios pueblos conozcan el trabajo de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas para ampliar el ejercicio de sus derechos culturales, preservar y fortalecer las artes indígenas, y para que estén en condiciones de rescatar y reproducir diseños y técnicas que ya han desaparecido. Ofrezcamos, con este libro, un reconocimiento a los artesanos y las artesanas indígenas de nuestro país que día con día tejen, bordan, construyen y reconstruyen su identidad, lo que los hace únicos y diferentes, lo que los engrandece y los dignifica. Celebremos, pues, la magnificencia y la diversidad artística y artesanal de los Pueblos Indígenas de México. Estamos comprometidos en continuar apoyando e impulsando los mecanismos que permitan el acceso a la cultura para todos los mexicanos y el desarrollo integral de los Pueblos Indígenas, para así cumplir con los grandes objetivos nacionales que nos hemos propuesto. PREsENtACIóN Arte y memoriA indígenA de méxico18 19 Xicalpextle, siglo xIx. Cultura Purépecha. Uruapan, Michoacán. Calabazo maqueado. 17 x 47 cm. Colección CDI: Núm. inv. 291. Foto: Michel Zabé. Arte y memoriA indígenA de méxico20 21INtRODUCCIóN La formación del mundo, José Benítez sánchez (†), 2001. Cultura Huichol. san sebastián teponahuaxtlán, Mezquitic, Jalisco. Estambre adherido con cera de Campeche sobre tabla. 135 x 135 cm. Colección CDI: Núm. inv. 16485. Foto: Michel Zabé. INTRODUCCIÓN El arte que se ha creado en México desde la época prehispánica se caracteriza por su diversidad, riqueza y complejidad, atributos que son resultado del florecimiento de las civilizaciones del México antiguo, su confluencia con las tradiciones culturales europeas, africanas y asiáticas, y el influjo de los cambios globales contemporáneos. Las artes de los Pueblos Indígenas son la expresión más significativa de estos procesos. La pluralidad de objetos de uso cotidiano, ritual y ornamental que conforma el patrimonio artístico de los Pueblos Indígenas de México es expresión tangible de los saberes, experiencias, valores y anhelos que, históricamente, han caracterizado a sus culturas. En consecuencia, estos objetos constituyen una síntesis de los conocimientos acumulados por la sociedad en la que se producen, responden a contextos marcados por necesidades específicas y contienen, por lo tanto, información invaluable sobre las colectividades que les dieron origen. Al integrarse en una colección y redefinirse como bienes culturales, los objetos artesanales indígenas adquieren un valor adicional como obras artísticas y como documentos, es decir, como testimonios que, clasificados y puestos a disposición del público, permiten construir nuevos conocimientos y generar experiencias estéticas individuales. En este sentido, el Acervo de Arte Indígena (AAI) de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), es una de las colecciones etnográficas más representativas de México a nivel mundial, que resguarda más de 20 mil piezas que documentan el patrimonio de los Pueblos Indígenas desde el siglo XVII1 hasta la actualidad. El actual Acervo de Arte Indígena de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, se formó en el extinto Museo Nacional de Artes e Industrias Populares (MNAIP) del entonces Instituto Nacional Indigenista (INI), por medio de convenios institucionales, donaciones, adquisición de colecciones particulares, concursos de arte popular, investigaciones y proyectos de documentación. A lo largo de sus casi cincuenta años de trayectoria (1951- 1998) ocupando el Ex Templo de Corpus Christi, frente a la Alameda Central de la Ciudad de México, este Museo se consolidó como la referencia fundamental para la protección y fomento de las artes indígenas y populares. El MNAIP fue, además, un espacio que contribuyó de manera sustancial al desarrollo de la museografía mexicana, proceso encabezado por Daniel Rubín de la Borbolla y Alfonso Soto Soria. La fundación del Museo, impulsada por destacados personajes de la política y la cultura de la época, representó también una encarnación de los principios del nacionalismo posrevolucionario. 1 La pieza fechada más antigua del Acervo de Arte Indígena es un camarín de laca del siglo xVII. Posiblemente existan piezas más antiguas, aunque sin fechar. Arte y memoriA indígenA de méxico22 23 La desaparición del MNAIP provocó que su acervo perdiera la presencia social que había tenido hasta entonces y sólo permaneciera en la memoria de especialistas y de su propio personal. La ausencia del museo en el imaginario colectivo abrió camino a la construcción de nuevos discursos que, al orientarse hacia la reivindicación individual de los creadores, han opacado la concepción del arte popular como expresión colectiva de culturas dinámicas. En contraparte, la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas ha generado líneas de trabajo que consideran a la cultura como un eje estratégico en torno al cual también debe articularse el desarrollo integral de los pueblos y las comunidades indígenas. En el Plan Nacional de Desarrollo 2013- 2018 se propone un conjunto de metas nacionales para llevar a México a su máximo potencial, dos de ellas, México Incluyente y México con Educación de Calidad, contemplan objetivos, estrategias y líneas de acción que atienden directamente a los Pueblos Indígenas Mexicanos. Caballito para ofrenda de difuntos, hacia 1950. Cultura Nahua. teloloapan, Guerrero. Zacatón tejido a mano. 19 x 14 x 2 cm. Colección CDI: Núm. inv. 6800. Foto: Jaime Hernández Gaspar. En el objetivo 2.2 del Plan Nacional se propone: “Transitar hacia una sociedad equitativa e incluyente” y se formula la siguiente estrategia: “Fomentar el bienestar de los pueblos y comunidades indígenas, fortaleciendo su proceso de desarrollo social y económico, respetando las manifestaciones de su cultura y el ejercicio de sus derechos”; dicha estrategia deviene en un conjunto de líneas de acción que abordan distintos aspectos, entre las que destacan, para el tema que nos ocupa: • Desarrollar mecanismos para que la acción pública dirigida a la atención de la población indígena sea culturalmente pertinente. • Impulsar la armonización del marco jurídico nacional en materia de derechos indígenas, así como el reconocimiento y protección de su patrimonio y riqueza cultural, con el objetivo de asegurar el ejercicio de los derechos de las comunidades y Pueblos Indígenas. • Fomentar la participación de las comunidades y Pueblos Indígenas en la planeación y gestión de su propio desarrollo comunitario, asegurando el respeto a sus derechos y formas de vida. • Promover el desarrollo económico de los pueblos y comunidades indígenas, a través de la implementación de acciones orientadas a la capacitación, desarrollo de proyectos productivos y la comercialización de los productos generados que vaya en línea con su cultura y valores. El objetivo 3.3 propone: “Ampliar el acceso a la cultura como un medio para la formación integral de los ciudadanos”, y destacan como parte de sus estrategias y líneas de acción las siguientes premisas: Proteger y preservar el patrimonio cultural nacional. • Reconocer,valorar, promover y difundir las culturas indígenas vivas en todas sus expresiones y como parte esencial de la identidad y la cultura nacionales. Fomentar el desarrollo cultural del país a través del apoyo a industrias culturales y vinculando la inversión en cultura con otras actividades productivas. • Estimular la producción artesanal y favorecer su organización a través de pequeñas y medianas empresas. En el Programa Especial de los Pueblos Indígenas para el período 2014- 2018, se dan a conocer los cinco ejes estratégicos de atención enunciados en la Presentación de este libro, y se propone una estrategia clave en materia de cultura: “Promover acciones orientadas a la preservación, desarrollo y difusión de las expresiones artísticas y culturales de los pueblos y comunidades indígenas”; para ello se definen un conjunto de líneas de acción entre las que destacan: • Difundir el patrimonio cultural de los pueblos y comunidades indígenas, en especial de sus expresiones históricas, artísticas y sus conocimientos tradicionales. • Impulsar programas de trabajo conjuntos en materia de reproducción, rescate, resignificación y difusión del patrimonio cultural indígena. • Fortalecer los mecanismos de registro, protección, recuperación y preservación del patrimonio y riqueza cultural de los pueblos y comunidades indígenas. • Impulsar acciones para la resignificación de las culturas en zonas metropolitanas. En este contexto, la publicación de esta obra se ciñe a los postulados del Plan Nacional de Desarrollo 2013- 2018 y a los objetivos, estrategias y líneas de acción del Programa Especial de los Pueblos Indígenas 2014- 2018, asimismo pone en evidencia la relevancia social del Acervo de Arte Indígena como testigo del arte y la memoria de los Pueblos Indígenas. A través de sus páginas, este libro tiende un puente que puede restituir los vínculos aparentemente perdidos entre el actual acervo y el museo que le dio origen. INtRODUCCIóN Arte y memoriA indígenA de méxico24 25 Olla, Concepción García Calvillo, 2008. Cultura Nahua. Cachán de santa Cruz, Aquila, Michoacán. Barro modelado y decorado con tinte de caracol púrpura. 38 x 36 cm. Colección CDI: Núm. inv. 18027. Foto: Jaime Hernández Gaspar. El protagonista del presente documento es el Acervo de Arte Indígena, es decir, la colección de piezas que conforman este magnífico patrimonio. El discurso principal se construye a partir de una atractiva secuencia de imágenes que presenta destacados ejemplos de esta colección. Los textos enriquecen el compendio, dan información que el discurso visual no aporta, nos hablan de aspectos importantes relativos a la conformación del Acervo, sus etapas de construcción, sus impulsores, los artífices, sus piezas y una revisión de la situación actual. Se trata de un libro que presenta de manera muy sugerente un recorrido general por la colección del AAI para que los lectores la conozcan, la admiren, se interesen y sorprendan, pero también para que comprendan de dónde viene, cómo surgió, cómo se conformó. Los ensayos van a potenciar el conocimiento, a complementar el recorrido visual que ofrece el libro y a despejar dudas. Estas cualidades editoriales permiten a los lectores conocer la importancia, características, belleza, diversidad y riqueza de este Acervo a golpe de vista en un diálogo permanente con la palabra escrita. La publicación también tiene como propósitos presentar a las colecciones de arte como una herramienta clave para la revaloración de las culturas indígenas por los demás sectores de la sociedad nacional y fomentar el diálogo intercultural, la inclusión y el respeto a las diferencias. La obra contribuye a apuntalar la identidad de México como un país pluriétnico y multicultural en donde coexisten diferentes formas de ser, actuar y pensar, condición que constituye una de las principales fortalezas de la Nación. Asimismo, es un instrumento para difundir la riqueza cultural de los Pueblos Indígenas como elemento fundamental de la identidad de los mexicanos. Además, da cuenta del funcionamiento y usos del Acervo en el presente y la proyección que podría tener en el futuro para incidir en la conciencia colectiva de los mexicanos. Asimismo, esta publicación es un testimonio que conmemora el inicio de la conformación de las colecciones de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas hace poco más de 60 años. El proyecto editorial se estructuró con una visión que permite contrastar el pasado con el presente, es decir, contando la historia de la colección a partir de los conceptos que dieron origen a la misma, hasta la actualidad. Para ello, se invitó a reconocidos especialistas que pudieran introducir al lector a los temas tratados, exponer la situación actual de la artesanía indígena, relatar la importancia del Acervo, así como documentar las acciones institucionales recientes. Derivado de las visiones de los autores, cada uno aborda, desde diferentes perspectivas, aspectos generales y particulares del arte popular mexicano y del Acervo de Arte Indígena; es decir, cada texto es una totalidad en sí mismo, diferente del otro, y pueden denotar las diversas posturas sobre un mismo asunto. Arte y memoriA indígenA de méxico26 27 Colcha, hacia 1950. tonalá, Chiapas. ����������ƪ������ǡ���������������ǡ� garza y gallina sobre algodón. 160 x 140 cm. Colección CDI: Núm. inv. 14304. Foto: Martha Covarrubias Newton. La obra inicia con el artículo de Sol Rubín de la Borbolla, quien escribe sobre El Museo Nacional de Artes e Industrias Populares y estudia el proceso que condujo a la creación del recinto. Especialista en arte popular y patrimonio cultural intangible, la autora es también la principal depositaria del legado y la documentación del fundador del MNAIP, Daniel Rubín de la Borbolla. En este artículo se exponen las condiciones históricas que hicieron posible el surgimiento del INI y, años después, la fundación del MNAIP, sus primeros años de operación y su importancia en la conformación de políticas públicas sobre el patrimonio cultural de los Pueblos Indígenas. La obra continúa con La faja de Josefa Bandala y el retrato del “Turco”: Testimonios del AAI para repensar la historia cultural de México, artículo de Alejandro de Ávila Blomberg, el título hace alusión a dos piezas emblemáticas del Acervo, con este juego de palabras el autor abre y cierra la exposición de su ensayo. De Ávila revela facetas poco exploradas de la cultura mexicana a partir del estudio pormenorizado de algunas piezas excepcionales de la colección. El autor, autoridad en etnobotánica y textiles, trasciende sus especialidades y aborda con rigor y elocuencia una amplia gama de temáticas relacionadas con la producción cultural. El texto da cuenta de sugerentes hallazgos que aportan las claves para reconstruir los vínculos entre circunstancias, procesos y acontecimientos aparentemente ajenos, como los diseños y las técnicas empleados en la ornamentación de textiles, y la gestación de movimientos sociales de carácter político y religioso. El documento concluye con Una historia en construcción: El Acervo de Arte de la CDI, artículo en el que Octavio Murillo Alvarez de la Cadena recupera parte de la historia reciente del Acervo de Arte Indígena desde la desaparición del MNAIP y expone las condiciones actuales de operación del AAI. El autor, especialista en conservación, responsable del Acervo en la última década y curador de las exposiciones de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, ofrece una perspectiva generada por el trabajo directo con la colección. Estos contenidos se despliegan mediante un innovador trabajo de diseño editorial que trasciende la histórica dicotomía entre el arte y la artesanía, y que convierte al libro en un objeto artístico en símismo, sin menoscabo de las cualidades estéticas de cada una de las piezas fotografiadas en su interior. La curaduría de imágenes aproxima al lector a la riqueza del patrimonio cultural resguardado en el Acervo de Arte Indígena y evidencia valores auténticos de la producción artesanal, alejados de la espectacularidad y el folclorismo que a menudo se asocia con este tipo de expresiones. Las imágenes son producto de la sensibilidad y experiencia de fotógrafos como Michel Zabé, entre otros, y enfatizan los atributos plásticos de las obras. Como ya precisamos en líneas anteriores, este documento expone la colección del AAI a través de un atractivo discurso visual que se complementa y enriquece con los textos que lo conforman, las imágenes fluyen libremente interactuando con las palabras para darnos una visión completa de este extraordinario Acervo; sólo en el ensayo de Alejandro de Ávila Blomberg, La faja de Josefa Bandala y el retrato del “Turco”: Testimonios del AAI para repensar la historia cultural de México”, las fotografías seleccionadas se corresponden directamente con las emblemáticas piezas descritas por el autor. En resumen, la edición invita a quien hojea el libro a moverlo, sentirlo y disfrutarlo. Como la institución responsable de coordinar las políticas públicas para el desarrollo integral de los Pueblos Indígenas, la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas trae a la luz este documento dedicado a las colecciones etnográficas bajo su resguardo. En esta obra el público se encuentra con una colección de la diversidad cultural de México, el recuerdo del Museo Nacional de Artes e Industrias Populares, el trabajo desarrollado en el Acervo de Arte Indígena y el potencial del reciente Museo Indígena instalado en la Antigua Aduana de Peralvillo de la Ciudad de México —sitio en donde se pueden apreciar la mayor parte de las piezas presentadas en el libro—. Esta obra surge así como un testimonio tangible de la historia y la trascendencia del patrimonio cultural de la institución y, sobre todo, del significado que éste posee como memoria de todos los mexicanos. INtRODUCCIóN Arte y memoriA indígenA de méxico28 29 Laberinto de I'itoi, óscar Velasco, 1997. Cultura Pápago. Quitovac, General Plutarco Elías Calles, sonora. Piedra grabada y pintada con aceites. 62 x 58 x 8 cm. Colección CDI: Núm. inv. 15261. Foto: Martha Covarrubias Newton. Arte y memoriA indígenA de méxico30 31 Antecedentes La apertura del Museo Nacional de Artes e Industrias Populares el 23 de mayo de 1951, marcó un parte aguas en las políticas públicas y programas cuyos objetivos eran la valoración, el rescate y la promoción del arte popular mexicano. Cuando terminó la fase armada del movimiento social conocido como Revolución Mexicana, los artistas, los intelectuales y los maestros participaron activamente en la construcción de una Nación moderna donde tuvieran cabida los diferentes grupos de la población en las mismas condiciones de vida. Bajo esa premisa, la política indigenista buscó incorporar a los Pueblos Indígenas a los beneficios que el Estado ofrecía en educación, salud, comunicaciones, vivienda, electricidad, etc., lo cual se reflejó en la creación de instituciones y organismos públicos que ejecutaran tales políticas. La construcción de la Nación se aceleró en las primeras décadas del siglo XX mediante un rápido crecimiento económico; sin embargo, el desarrollo social no se reflejaba de la misma manera en ciertos grupos de la población, en especial en los Pueblos Indígenas, a pesar de los esfuerzos y presupuestos destinados a ese propósito durante ese periodo. Por Sol Rubín de la Borbolla* * Centro de Documentación Daniel Rubín de la Borbolla, A.C. DE ARtEs E INDUstRIAs POPULAREs EL MUSEO N A C I O N A L Como parte del discurso en esta etapa de edificación de la Nación se manejaron elementos históricos: El glorioso pasado indígena; la guerra de Independencia y sus héroes libertarios; la Reforma y la modernización que trajo consigo; la población: El mestizaje, la “raza de bronce”; la lengua: La enseñanza obligatoria del español como lengua única (A pesar de que se tenía conocimiento de la existencia de más de 100 lenguas indígenas que en aquel momento aún sobrevivían), etcétera. Entre esos elementos usados por el discurso posrevolucionario estuvieron las artes populares por ser representativas de la creatividad, el colorido y la diversidad de las diferentes regiones de México. Este discurso se tradujo en acciones como “[enviar] a un grupo de artistas a zonas de producción artesanal para que mejoraran las técnicas y los recursos estéticos” en 1919, a cargo del Departamento de Etnografía del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología (Cordero, K., 2008). Con motivo de la celebración del centenario de la consumación de la Independencia, en 1921 el Presidente de la República, General Álvaro Obregón, encargó a los artistas Roberto Montenegro y Jorge Enciso que organizaran una gran exposición a manera de “homenaje oficial del Gobierno de la República al ingenio y a la habilidad del pueblo de México” (Dr. Atl, 1922: 7) y el Ingeniero Alberto J. Pani, Secretario de Relaciones Exteriores, solicitó una monografía al pintor Dr. Atl que se publicó con el nombre de “Las artes populares en México”, en cuya introducción el pintor escribió: EL MUsEO NACIONAL DE ARtEs E INDUstRIAs POPUL AREs Costal, primera mitad del siglo xx. Cultura Cora. santa teresa, Del Nayar, Nayarit. Algodón hilado a mano y lana teñida con añil, tejidos en telar de cintura con técnica de tela doble. 18 x 17 cm. Colección CDI: Núm. inv. 7567. Foto: Michel Zabé. Arte y memoriA indígenA de méxico32 33 “En la denominación de artes populares están comprendidas todas las manifestaciones del ingenio y de la habilidad del pueblo de México —las que tienen un carácter puramente artístico y las de carácter industrial. Incluyo también en esta denominación las producciones literarias y musicales. Las artes y las industrias encerradas dentro de este título no son todas rigurosamente autóctonas, pero el sentimiento popular les ha impreso a las importadas un sello muy peculiar, específicamente mexicano.” (Dr. Atl, 1922: 11). Cesto, hacia 1960. ¿Cultura Matlatzinca? santa Ana tlapaltitlán, toluca de Lerdo, Estado de México. Palma real teñida con anilinas, tejida a mano con técnica de cosido en espiral. 41 x 24 cm. Colección CDI: Núm. inv. 4036. Foto: Michel Zabé. Arte y memoriA indígenA de méxico34 35 Entre 1920 y 1950 se abrieron varios museos de artes populares: El Museo de Arte Popular en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México, en 1934, organizado y curado por el pintor Roberto Montenegro; el Museo Regional de Artes e Industrias Populares de la Ciudad de Pátzcuaro, Michoacán, inaugurado en el año 1938; y el Museo de Arte Popular de la Ciudad de Toluca, en el Estado de México, inaugurado por el Gobernador Isidro Fabela en 1944. En todos ellos se destacaban la belleza, los materiales, la tradición y la variedad de los objetos. También se organizaron diversas exposiciones como la de 1930, exhibida primero en la Secretaría de la Economía Nacional en la Ciudad de México y después en Los Ángeles, California, promovida por Alfonso Caso con la colaboración de artistas y personalidades como Diego Rivera, Adolfo Best Maugard, Miguel Covarrubias, Xavier Guerrero, Carlos Mérida, Emilio Amero, Vicente Lombardo Toledano, Juan Samaniego (Puebla), Ixca Farías (Guadalajara), entre otros, además de Roberto Montenegro y Jorge Enciso (Caso, 1950). En 1940, en el Museo de Arte Moderno de Nueva York se exhibió la tan importante exposición “20 Siglos de Arte Mexicano”, en cuya introducción de su catálogo se leía: “Por primera vez en la historia de las exposiciones de arte se reúne en unmismo edificio una colección orgánica y representativa del arte mexicano desde las culturas arcaicas hasta las últimas escuelas de pintura. La exposición está dividida en cuatro secciones. La primera corresponde al arte prehistórico y ha sido formada por el doctor Alfonso Caso, Director del Instituto Nacional de Antropología e Historia y autoridad internacional en el campo de la arqueología mexicana. La segunda comprende el arte colonial y ha estado a cargo del profesor Manuel Toussaint, Director del Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional de México, cuyo conocimiento en la materia nadie supera. La tercera comprende las artes populares y ha sido organizada por el distinguido pintor Don Roberto Montenegro, que fue Director del primer Museo de Arte Popular fundado en México en 1934. La cuarta sección corresponde al arte moderno y ha estado a cargo de Don Miguel Covarrubias, famoso caricaturista y pintor que ha vivido sinceramente las inquietudes de nuestro tiempo” (Castro Leal, 1940). Desgranador de maíz, hacia 1960. Cultura Mazahua. Estado de México. Olotes y alambre. 14 x 51 cm. Colección CDI: Núm. inv. 3911. Foto: Michel Zabé. “Imposible sería enumerar cada una de las formas en que el artífice popular expresa su amor por la belleza y su natural instinto estético en objetos que no son sólo útiles, sino que ostentan a la vez hermosura y gracia. Hay que agregar que la pureza de estilo y autenticidad de los objetos que el indígena conserva para su particular empleo y uso cotidiano se diferencian extraordinariamente de los objetos que van al comercio, cuyo nivel decae haciendo de un arte trascendental y puro un objeto turístico sin mayor importancia. Nuestras artes populares, por sí mismas y en todas las épocas, han dado una idea exacta del poderoso instinto artístico del pueblo mexicano.” (Montenegro, 1940). En este mismo catálogo de la exposición, Roberto Montenegro señalaba: Cruz de la Pasión, posiblemente colonial, con intervenciones del siglo xx. Cultura Maya. tekit, yucatán. Madera tallada y policromada al temple sobre policromía antigua con hoja de oro. 102 x 55 x 20 cm. Colección CDI: Núm. inv. 5301. Foto: Jaime Hernández Gaspar. EL MUsEO NACIONAL DE ARtEs E INDUstRIAs POPUL AREs Arte y memoriA indígenA de méxico36 37tR ADICIONEs y COLECCIONEs DE ARtEsANíAs DE MéxICO Tinaja para agua bendita, hacia 1950. Cultura Nahua. Chililico, Huejutla de Reyes, Hidalgo. Barro modelado y decorado con pigmentos. 22 x 29 cm. Colección CDI: Núm. inv. 4696. Foto: Michel Zabé. Arte y memoriA indígenA de méxico38 39 Plato, taller de Miguel Hidalgo y Costilla, hacia 1800. san Felipe [torres Mochas], Guanajuato. Cerámica mayólica. 18 x 22 x 4 cm. Colección CDI: Núm. inv. 3247. Foto: Jaime Hernández Gaspar. Los Pueblos Indígenas fueron indudablemente una preocupación de los gobiernos federales, en especial el que encabezaba el General Lázaro Cárdenas, bajo cuyo mandato se creó el Departamento de Asuntos Indígenas. En 1940 se eligió a la Ciudad de Pátzcuaro, Michoacán, como sede del Primer Congreso Indigenista Interamericano. Como parte del comité organizador, Alfonso Caso y Daniel Rubín de la Borbolla, junto con otros participantes, trabajaron para darle presencia a la producción artesanal indígena, lo cual se expresó en las siguientes resoluciones y recomendaciones adoptadas: Resolución XIII. Protección de las artes populares indígenas por medio de organismos nacionales: Proteger las artes populares indígenas, tanto las plásticas como las auditivas, porque sus productos constituyen exponentes de valor cultural y fuente de ingresos para el productor. La protección debe tender a la conservación de la autenticidad artística y al mejoramiento de la producción y la distribución de las artes populares. Crear organismos nacionales que tengan suficiente autonomía técnica, económica y administrativa para la protección y el desarrollo de las artes populares. Que toda acción oficial que tenga por objeto influir de algún modo en la producción del arte popular se consulte previamente con el organismo nacional creado al efecto. Se recomienda que el Instituto Indigenista Interamericano recopile e intercambie entre los países que adopten esta proposición el material informativo sobre los proyectos que se formulen y las experiencias que se realicen (aprobadas abril 18). Resolución XIV. Exposición interamericana de muestras de artes populares El Primer Congreso Indigenista Interamericano, habiendo escuchado las proposiciones en materia de artes populares trasmitidas por los delegados de las tribus indígenas Cuna, de Panamá; Mapuche- Araucana, de Chile; Apache, Tewa, Hopi, Taos y de Isleta y Santa Clara, de Estados Unidos; y Tzotzil, Tarasca, Huaxteca, Otomí, Mexicana, Mixteca, Zapoteca, Mazahua, Tarahumara, Totonaca y Cora, de México, reunidos en sección especial, recomienda: En razón de ser Panamá el país por cuyo Canal se cruzan todas las rutas del mundo, que el Instituto Indigenista Interamericano promueva la instalación de una exposición interamericana de muestras que exhiba, ante los viajeros de todos los países, los artículos de la producción artística de los indígenas de América, indicando el puerto en que esa exhibición deba establecerse como permanente, o resolviendo sobre las ventajas que ofrezca dividirla entre los dos puertos extremos del Canal. Que los gobiernos de los países americanos proporcionen los contingentes de exhibición para Panamá, a la vez que procuren establecer, en el lugar más apropiado de cada uno de ellos, otra exposición interamericana que, además de contener los ejemplares nacionales, cuente con los de los países americanos de población india. Que se haga una campaña a favor de la mayor utilización de los productos indígenas, a fin de que su consumo se incorpore a los mercados americanos en proporción creciente y permita aumentar los ingresos de los productores y ampliar las oportunidades de la oferta a los distintos mercados de consumo nacional, sobrepasando la demanda actual de uso e intercambio entre los productores, de adquisición por los coleccionistas y de compra para recuerdos y regalos. Que los gobiernos de los países americanos concedan exención de derechos arancelarios a favor de los artículos producidos por los indígenas; que se intercambien o remitan con destino a las exposiciones interamericanas propuestas, a reserva de que entre los distintos países se convenga un tratamiento especial de exención a favor de la importación y la exportación de dichos productos del Continente (aprobadas, abril 20). Boletín Indigenista, 1948). EL MUsEO NACIONAL DE ARtEs E INDUstRIAs POPUL AREs Arte y memoriA indígenA de méxico40 41 Tibor, Balbino Lucano, hacia 1925. tlaquepaque, Jalisco. Barro torneado, moldeado, decorado con técnica de petatillo y vidriado. 81 x 50 cm. Colección CDI: Núm. inv. 8286. Foto: Cecilia Ibáñez Rosas. La celebración de este Congreso dio origen al surgimiento de un grupo de importantes instituciones como el Instituto Indigenista Interamericano y varios de los institutos indigenistas nacionales, entre ellos el de México, creado en 1948. En 1942, Alfonso Caso publicó un ensayo titulado “La protección de las artes populares” que seguramente sirvió años más tarde para la creación del Instituto Nacional Indigenista y del Museo Nacional de Artes e Industrias Populares. En ese ensayo, Caso, con una visión más allá de la estética, le otorgaba valor económico y social al arte popular, señalando la diferencia entre arte popular e industrias populares, aunque reconociendo que debido: “al buen gusto innato del indio o mestizo… algunas veces estos productos, puramente utilitarios, tengan un sello de originalidad y de simplicidad que los transforma en objetos de arte.” (Caso, 1958). En el mismoartículo diagnosticaba la problemática principal de la producción artesanal: Máscara de Caporal para danza de Negritos, hacia 1920. Cultura totonaca. Papantla de Olarte, Papantla, Veracruz. Madera de cedro tallada. 18 x 12 x 10 cm. Colección CDI: Núm. inv. 1241. Foto: Jaime Hernández Gaspar. EL MUsEO NACIONAL DE ARtEs E INDUstRIAs POPUL AREs Arte y memoriA indígenA de méxico42 43 “La gran corriente de turismo que se dirige actualmente hacia México, en virtud de estar prácticamente cerrados los países europeos y determinada también por la baja de nuestra moneda, señala para las artes populares de México un auge desde el punto de vista económico, pero también un grave peligro de intromisión, dentro del arte popular, de ciertos elementos ajenos a él. La demanda de los artículos de arte popular puede engendrar, y ya lo está haciendo, una producción en gran escala, que poco a poco va perdiendo sus características populares por la introducción de ideas y motivos extraños entre los productores, los vendedores y los compradores de los objetos de arte popular” (Caso, 1958). Quechquémitl, primera mitad del siglo xx. Cultura Nahua. Cuatlamayán, tancanhuitz de santos, san Luis Potosí. Algodón hilado a mano, tejido en telar de cintura con técnica de brocado y bordado con lana en punto de cruz. 86 x 92 cm. Colección CDI: Núm. inv. 14313. Foto: Mercedes Aguado. Quechquémitl, hacia 1930. Cultura Nahua. Atla, Pahuatlán, Puebla. Algodón y lana hilada a mano, tejidos en telar de cintura con técnicas de gasa y brocado. 67 x 57 cm. Colección CDI: Núm. inv. 7150. Foto: Michel Zabé. Por lo que Caso proponía crear un Consejo de Arte Popular que realizara el estudio de las condiciones en que se encontraban las artes populares, de las materias primas, de los costos, del mercado, de los intermediarios y de los “métodos para su protección, como exención de determinados impuestos, formación de cooperativas de productores y vendedores, aumento de precio por mejoras en la materia prima etc...,” así como la creación de museos regionales donde los artesanos y el público puedan comparar entre los “modelos típicos, genuinos y perfectos con los degenerados…” (Caso, 1958). Arte y memoriA indígenA de méxico44 45 Amuleto para buenas cosechas, hacia 1950. Cultura Nahua. Ahuacatlán, Olinalá, Guerrero. Madera de zompantle tallada y policromada al temple de cola. 17 x 3 cm. Colección CDI: Núm. inv. 9044. Foto: Michel Zabé. Nahual, Candelario Medrano, hacia 1950. santa Cruz de las Huertas, tonalá, Jalisco. Barro “Betus” (Modelado, decorado al pastillaje, policromado al temple de cola con anilinas y barnizado). 27 x 27 x 12 cm. Colección CDI: Núm. inv. 16317. Foto: Michel Zabé. El 10 de noviembre de 1948 apareció publicada la Ley que creaba el Instituto Nacional Indigenista. En el Reglamento de esta Ley, en su artículo 21, se propone formar el Patronato de las Artes e Industrias Populares con las siguientes funciones: I. Proteger, desarrollar y fomentar las artes e industrias populares. II. Realizar investigaciones sobre distintos aspectos de las artes e industrias populares, con el objeto de proponer las medidas necesarias para su conservación y mejoramiento. III. Crear expendios en que se venda al público una selección de las mejores muestras de las artes e industrias populares. (Caso, 1955). En este reglamento se proyectaba también la creación del Museo Nacional de Artes e Industrias Populares, dependiente de dicho Patronato y del acuerdo celebrado entre el Instituto Nacional de Antropología e Historia y el Instituto Nacional Indigenista, mediante el cual el primero facilitaba, entre otras cosas, el Ex Templo de Corpus Christi ubicado en la Avenida Juárez de la Ciudad de México, y el segundo, las colecciones que se fueran formando a lo largo del tiempo. EL MUsEO NACIONAL DE ARtEs E INDUstRIAs POPUL AREs Arte y memoriA indígenA de méxico46 47 El Museo, sus primeros años Con todos esos antecedentes, el Museo abrió sus puertas con salas para exposiciones temporales, un gran espacio para la tienda y áreas de servicios administrativos, bodega para colecciones y taller museográfico. Además de los arreglos necesarios para el acondicionamiento del edificio, se pidió al pintor Miguel Covarrubias realizar un mural en el que se plasmara la geografía artesanal de México, lo cual Covarrubias llevó a cabo con extraordinaria maestría y conocimiento del tema. Se nombró como Vocal Ejecutivo del Patronato y primer Director del Museo al Doctor Daniel F. Rubín de la Borbolla, quien había sido Director del Museo Nacional de Antropología y primer Director de la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Como Director de dicha escuela, había promovido la creación de la carrera de museografía junto con el pintor Miguel Covarrubias y el artista Fernando Gamboa, por lo que no fue extraño que en el proyecto de este nuevo museo se incorporaran conceptos innovadores que beneficiaron tanto al visitante de las salas de exposición —todas ellas temporales— como a los compradores de la tienda, quienes contaban con la seguridad de llevarse una pieza de la más alta calidad técnica y artística, ya que detrás de cada una de ellas había habido un programa de búsqueda de las mejores manos artesanas, de recuperación de técnicas en peligro de extinguirse, de manejo de las materias primas de mejor calidad; programa en que no se trataba de competir con los comerciantes de artesanías ya establecidos, sino de llevar a cabo un proyecto a mediano y largo plazos de rescate, conservación y promoción del arte popular, en el cual el Estado apoyaba a los artesanos con acciones de investigación, capacitación, financiamiento, comercialización y difusión. Museo Nacional de Artes e Industrias Populares, autor desconocido, Ciudad de México, Distrito Federal, hacia 1970. Plata sobre gelatina. 5 x 7 pulgadas. Fototeca Nacho López de la CDI. EL MUsEO NACIONAL DE ARtEs E INDUstRIAs POPUL AREs Arte y memoriA indígenA de méxico48 49 Los siguientes testimonios dan cuenta de los primeros años de consolidación del proyecto: “No fue crear sólo el Museo, sino todo un movimiento de rescate del arte popular mexicano, que para mí constituyó un renacimiento. Fue una fortuna haber participado en ese equipo de pioneros y recorrer todo el complejo indígena y mestizo que se dedicaba a hacer objetos artesanales. Una forma de darle impulso, consistió en hacer un estudio y un análisis de lo que existía, de lo que se había hecho y de lo que se tenía que hacer. Comenzaron las incursiones a todos los centros artesanales, y el inicio de su despertar, a través de una estrategia económica, para que los artesanos hicieran de nuevo los objetos que estaban en desuso. Fue un movimiento que englobaba todo el complejo mundo artesanal de nuestro país. Rodolfo Rivera González, museógrafo.” (Rivera González, R. 1991: 81). “[…] En esa época, el museo a cargo del Doctor de la Borbolla concedió una Serie de créditos para los artesanos, independientemente de que tuvieran o no una garantía real; y tuvieron mucho éxito, porque casi no hubo cartera vencida, sino que el préstamo lo recuperó el patronato. Eso fue muy importante, porque era la primera vez que se otorgaba crédito sin garantías reales; era un primer ensayo, un primer esfuerzo por combatir uno de los grandes problemas del artesano de aquel entonces y de ahora, que es el económico. Porfirio Martínez Peñaloza, quien colaboraba en el Banco de México en ese tiempo, convirtiéndose después en especialista del arte popular.” (Martínez Peñaloza, P., 1991: 77). a. Máscara de Perro para danza de Paixtles, 1922. Cultura Nahua. tuxpan, Jalisco. Madera de colorín tallada y pintada al óleo, y pergamino. 23 x 18 x 11 cm. Colección CDI: Núm. inv. 1456. Foto: Michel Zabé. b. Máscara de Zorra para danza de Los Cazadores, hacia 1960. Culturatlapaneca. Iliatenco, Guerrero. Madera de colorín tallada y pintada con aceites. 27 x 10 x 7 cm. Colección CDI: Núm. inv. 1342. Foto: Jaime Hernández Gaspar. c. Máscara de Isaac para danza de Las Alabanzas, 1981. Cultura Maya. Dzidnup, Valladolid, yucatán. Madera de cedro tallada. 37 x 17 x 9 cm. Colección CDI: Núm. inv. 1225. Foto: Michel Zabé. d. Máscara de Chinelo, 1907. Cultura Nahua. tepoztlán, Morelos. Cera moldeada sobre tela, y pelo humano. 34 x 18 x 13 cm. Colección CDI: Núm. inv. 1289. Foto: Michel Zabé. a. b. c. d. “Cuando se hizo la exposición de los huicholes mandaron a Alfonso Soto para que se entrevistara con sus principales jefes, y trajera lo mejor que ellos producían. Se hizo un adoratorio con adobe, una copia fiel de los originales. El Doctor era también una parte muy importante al momento de escoger la mercancía para la venta, así como para las exposiciones. Otra cosa importante que él hizo fue la organización de los concursos los cuales se iniciaron en 1951[...]" Dolores Castro, Secretaria del Director del Museo. (Castro, D., 1991: 65). “En la década de los cincuentas no podía haberse encontrado guía más agradable y dedicado que el Doctor Daniel Fernando Rubín de la Borbolla, quien acudió en mi auxilio para la ejecución de la obra de mi taller de platería, que ya daba cabida a más de setenta plateros maestros. Posteriormente le llevé dos iniciativas, una, solicitar al señor presidente de la República una premiación: El “Galardón Nacional” y premiar al mejor platero de México en el concurso Nacional de la Platería, evento anual con sede en Taxco. Gracias a las gestiones del Doctor de la Borbolla y del Doctor Alfonso Caso, el Presidente Ruiz Cortines aprobó con un decreto esas iniciativas. Antonio Pineda, platero de Taxco, Guerrero.” (Pineda, A., 1991:73). EL MUsEO NACIONAL DE ARtEs E INDUstRIAs POPUL AREs Arte y memoriA indígenA de méxico50 51 "Una de las cosas más importantes que se lograron en el Museo y que se deben al Doctor fue el rescate de la grana cochinilla, que desde la Colonia fue una producción muy apreciada hasta que aparecieron las anilinas alemanas y bajó la producción. Francisco "Chico" Ortega, promotor y personaje clave en Oaxaca para el rescate del tinte." (Ortega, F., 1991: 68). “Este mejoramiento de las artesanías, de toda esta concepción nueva de alta calidad y de muy buen negocio —tanto para los artesanos como para los comercializadores— se debe a que el Doctor de la Borbolla tenía una visión muy clara de lo que se debería hacer; este ejemplo ha sido aprendido por toda América. La misma estrategia que ha manejado aquí, se aplica ahorita en Ecuador, en el norte de Argentina, en Colombia, y en todos lados. En cierta forma es una influencia de la actividad que el Doctor de la Borbolla echó a andar en el Museo de Artes Populares, que después reafirmó y reafianzó con sus relaciones en el CIDAP, —Centro Interamericano de Artesanías y Artes Populares- en Ecuador, a través de los programas de la OEA. Alfonso Soto Soria, Antropólogo y Museógrafo.” (Soto Soria, A., 1991: 65). Por acuerdo del Patronato, en los primeros años del Museo se formaron equipos de investigadores que viajaron a las principales ciudades del norte del país para estudiar la posibilidad de abrir museos-expendios en esos lugares, y al resto del país para conocer el estado de la producción y la comercialización del arte popular. (Rubín de la Borbolla, 1959). Estos recorridos, que se generalizaron a todo el país, fueron hechos por antropólogos y personal del Museo levantando una amplia información sistematizada que hoy constituye un valioso acervo de datos acerca de la producción artesanal: Condiciones en las que ésta se realizaba, especialidades y objetos; el mercado: Ubicación de expendios, número, tipo, monto de ventas etc., y en muchos casos el potencial turístico de los lugares. A la fecha no se ha vuelto a hacer un diagnóstico semejante acerca de la producción artesanal. (Rubín de la Borbolla, s/f). Otro logro que contribuyó en su momento al rescate de técnicas y objetos recién desaparecidos, al mejoramiento de técnicas de producción y manejo de materias primas, y al estímulo a la creatividad de los artesanos fueron los concursos que se instituyeron a lo largo de todo el país, muchos de los cuales continúan celebrándose ininterrumpidamente, como los concursos del Domingo de Ramos en Uruapan, Michoacán y el de la Laca en Chiapa de Corzo, Chiapas. Jarra patriótica, hacia 1900. Metepec, Estado de México. Barro modelado, decorado al pastillaje, vidriado y policromado en frío. 40 x 30 cm. Colección CDI: Núm. inv. 17212. Foto: Jaime Hernández Gaspar. EL MUsEO NACIONAL DE ARtEs E INDUstRIAs POPUL AREs Arte y memoriA indígenA de méxico52 53 En el informe presentado en 1960 a diez años de haberse creado el Museo, su Director Daniel Rubín de la Borbolla escribía en el preámbulo: “[…] el Gobierno y las instituciones interesadas decidieron cambiar radicalmente su política y acercarse a la realidad artesanal para ensayar medidas prácticas tendientes a conservar, defender, proteger y fomentar el arte popular. Esto suponía conocerlo, estudiarlo, trabajar directamente con el artesano, darle ayuda técnica y económica y asegurarle la venta de sus productos en condiciones que le garantizaran un precio más equitativo, de acuerdo con la calidad y la destreza manual del artesano […] este Museo como se verá ha venido a revolucionar accidentalmente [sic] la organización y el funcionamiento de otros museos dentro y fuera del país.” (Patronato de las Artes e Industrias Populares, 1960). Como puede apreciarse, desde sus inicios las diversas acciones de investigación, rescate, conservación, fomento económico y promoción de las artes populares estuvieron incluidas en las actividades del museo, por lo que tomando otra vez el informe antes referido se hace un recuento de ellas: Zood’ (Collar de cuentas antiguas). Cultura Zapoteca. san Pedro Quiatoni, Oaxaca. Cuentas de vidrio veneciano y coral. 30 cm. Colección CDI: Núm. inv. 17230. Foto: Michel Zabé. “El Museo está alojado en un edificio del siglo XVII, el ex templo de Corpus Christi, en el número 44 de la avenida Juárez. Actualmente dispone de dos salones de exhibición, un expendio para la venta de arte popular, locales para oficina y bodegas para colecciones, un departamento técnico y de museografía. Cuenta con colecciones de arte popular antiguo y moderno, archivo científico y fotográfico y muestrarios de arte popular para usos comerciales. Su programa de actividades se puede resumir de la manera siguiente: Conservación: Formación de colecciones de arte popular para conocer todos los aspectos del arte popular antiguo y moderno. Estas colecciones, además de la finalidad de formar las colecciones básicas de arte popular nacional que son tan necesarias y deseables, tienen propósitos científicos de estudio, educativos tanto para el uso de los artesanos como para el público en general mediante las exposiciones de ellas. Máscara de Fariseo para Semana Santa, hacia 1970. Cultura Pima. tónichi, soyopa, sonora. Cartón aglutinado, modelado, policromado con aceites y decorado con diamantina. 42 x 49 x 15 cm. Colección CDI: Núm. inv. 1182. Foto: Jorge Moreno Cárdenas. Arte y memoriA indígenA de méxico54 55 Jarra, siglo xIx. Aguascalientes. Cerámica mayólica. 34 x 18 cm. Colección CDI: Núm. inv. 8366. Foto: Cecilia Ibáñez Rosas. Máscara de Cojó para danza de El Pochó, 1991. tenosique, tabasco. Madera de cedro tallada y pintada con laca automotiva. 20 x 16 x 12 cm. Colección CDI: Núm. inv. 1219. Foto: Michel Zabé. La conservación comprende también la enseñanza práctica de las artesanías, especialmente de aquellas que amenazan su desaparición por falta de buenos artesanos. El Museo maneja los siguientes establecimientosde enseñanza o práctica artesanal: En estos establecimientos imparten enseñanza práctica maestros artesanos competentes; se da ayuda técnica a los artesanos de la región; se les proporcionan materias primas de la más alta calidad; se les proporciona ayuda económica abriéndoles crédito a los más capaces y experimentados; se les atiende en otros servicios sociales y se les abre mercado a la mejor producción. La conservación comprende también un programa general educativo tanto para el artesano como para el público en general. El Museo ofrece exposiciones temporales de arte popular en el país y en el exterior, en colaboración con diversos organismos oficiales o extranjeros, como la Secretaría de Industria y Comercio, la Secretaría de Relaciones Exteriores, el Departamento de Turismo, la Universidad Nacional Autónoma de México y museos e instituciones extranjeras como !e University of Michigan, !e Boston Art Festival, la Casa TakashiMaya en Tokio, etc. (Patronato de las Artes e Industrias Populares, 1960).” Para cumplir con los objetivos mencionados, se establecieron museos en varios estados de la República: El Museo Regional de la Cerámica en Tlaquepaque, Jalisco; el Museo Regional de Arte Popular en Uruapan, Michoacán; el Museo de Arte Popular en Álamos, Sonora, y el Museo de la Laca en Chiapa de Corzo, Chiapas. “Los museos, además de sus funciones propias, tienen a su cargo el estudio de las artesanías regionales; el programa de asistencia técnica y económica, el programa de conservación, adquisición de colecciones y el fomento del arte popular [...] el trabajo [con] los artesanos abriéndoles mercado por medio de los expendios de venta locales o enviando parte de la mejor producción al Museo de México […]. La mejor manera de fomentar el arte popular genuino es abriéndole mercado a los productos de la más alta calidad artesanal y artística… La tarea comercial del Museo tiene como fin principal elevar la calidad de la producción artesanal, elevar a niveles justos y equitativos la remuneración económica al artesano y abrir mercado nacional y extranjero al verdadero y tradicional arte popular mexicano […]. La política de fomento artesanal tiene un principio básico fundamental en todos sus actos de relaciones con los artesanos del país: el Museo es absolutamente respetuoso de la expresión artística del artesano, por considerarla como el resultado de la sensibilidad individual y de la expresión artística tradicional del artesano que no debe ser dirigida ni manejada por nadie [...].” EL MUsEO NACIONAL DE ARtEs E INDUstRIAs POPUL AREs Arte y memoriA indígenA de méxico56 57 Peribana, hacia 1970. Cultura Purépecha. Uruapan, Michoacán. Madera tallada y maqueada. 9 x 100 cm. Colección CDI: Núm. inv. 16487. Foto: sergio Pérez Vázquez. Máscara de Tigre para danza de Tejorones, hacia 1950. Cultura Mixteca. santa María Huazolotitlán, Oaxaca. Madera de parota tallada y pintada al temple, decorada con borlas. 19 x 18 x 20 cm. Colección CDI: Núm. inv. 1536. Foto: Michel Zabé. Y en los resultados y comentarios finales, dice: La obra más sobresaliente del Museo hasta ahora es la de haber salvado y revivido artes populares genuinamente mexicanas como el arte del maque (laca) de Uruapan, Pátzcuaro, Olinalá, México [sic] y Chiapa de Corzo; la hechura del buen rebozo tradicional de Santa María del Río, especialmente del rebozo de seda natural; el haber fomentado la producción y mejorado la calidad artesanal de muchas cerámicas como “la talavera” poblana, otras que se hacen en el Valle de Atemajac en Jalisco, en Metepec, en varias partes de Oaxaca, en Michoacán, en Chiapas y en otros lugares del país. Ha mejorado el teñido de muchos tejidos y se ha revivido la cestería, la hojalatería, el tallado de madera, hueso, cuerno y de otros materiales. En general el panorama de las artes populares hoy día ha cambiado considerablemente después de diez años de trabajo. No han desaparecido las baratijas de mala calidad, pero [en cambio] existen permanentemente en el mercado nacional objetos de arte popular genuino de alta calidad y de gran valor artístico […] (Patronato de las Artes e Industrias Populares, informe del vocal ejecutivo, 1960). EL MUsEO NACIONAL DE ARtEs E INDUstRIAs POPUL AREs Arte y memoriA indígenA de méxico58 59 La primera publicación del Museo era un recorrido por el arte popular mexicano escrito por Daniel Rubín de la Borbolla; en él daba cuenta de las diferentes ramas artesanales, y explicaba en qué consistía cada una de ellas, las técnicas de elaboración y de acabado, las formas y la procedencia de los objetos. Con la intención de enseñar a los visitantes a valorar estas manifestaciones de la cultura, en dicha publicación se incluyó un fragmento del mapa de Miguel Covarrubias (Historia artesanal, 1951). 1951. Exposición y catálogo “La indumentaria indígena en la Sierra de Puebla” La exposición tenía entre sus objetivos dar a conocer el arte popular de la región de la Sierra de Puebla y, por razones étnicas, incluía también objetos de algunas áreas de los estados de Hidalgo y Veracruz. “[…] abundan otras razones para presentar esta exposición. Las artes e industrias de la Sierra apenas si son conocidas por un reducido número de especialistas. Para el mexicano de la ciudad será una grata revelación descubrir nuevos valores estéticos en el arte popular y poder contemplar, aunque muy panorámicamente, la belleza de este paisaje natural, humano y cultural.” (Rubín de la Borbolla, 1951). La región que mostraba la exposición incluía grupos indígenas Nahuas, Tepehuas, Otomíes y Totonacas que tenían en común algunas expresiones culturales como una industria textil muy desarrollada; el uso del quechquémitl; la producción de papel amate y ciertas danzas, elementos todos que sirvieron como referencias para esta exposición. Los objetos provenían de las colecciones de Bodil Christensen, del Museo Nacional de Antropología y de las adquisiciones recientes del MNAIP. La exposición la planearon y montaron Miguel Covarrubias, Bodil Christensen, Isabel Marín, Eduardo Pareyón, Ricardo Pozas, Arturo Romano, Luis Covarrubias y técnicos del Museo, con la valiosa colaboración de Irmgard W. Johnson; el catálogo lo escribió Daniel Rubín de la Borbolla apoyándose en las notas de Bodil Christensen. Los mapas los hizo Héctor García Manzanedo, y las fotografías, Bodil Christensen y Arturo Romano. Primeras exposiciones y publicaciones Arpa, Valente Hurtado, 1997. Cultura Guarijío. san Bernardo, Álamos, sonora. Maderas de cedro y pino, y cuerdas de nailon. 130 x 61 x 32 cm. Colección CDI: Núm. inv. 15889. Foto: Martha Covarrubias Newton. EL MUsEO NACIONAL DE ARtEs E INDUstRIAs POPUL AREs Arte y memoriA indígenA de méxico60 61 Arracadas, 1999. Cultura Mazahua. Zitácuaro, Michoacán. Filigrana de plata y cuentas de vidrio. 7 x 7 cm c/u. Colección CDI: Núm. inv. 17215. Foto: Michel Zabé. 1952. Exposición y catálogo “Platería popular mexicana” Esta exposición tenía por objetivo: “[…] analizar y estudiar las piezas expuestas y que sirvan de estímulo y ejemplo a los orfebres mexicanos contemporáneos. Esto no quiere decir que se pretenda imponer el estilo artístico de las piezas que se exhiben, sino que por este medio objetivo, sus formas, su técnica, y su gran sentido estético, hagan que se conserve y se acreciente este impulso vigoroso de la platería de otras épocas, con el objeto de alcanzar una mayor superación en este aspecto […] se muestran y analizan sus principales centros mineros, así como las notables técnicas aplicadas en su explotación y beneficio […]” (Hernández Serrano, F., 1952). La organización y el plan general de la exposición estuvo a cargo de Daniel Rubín de la Borbolla; la coordinación y redacción de textos, de Federico Hernández Serrano; la carátula del catálogo, de Zita Canessi; las fotografías,de Juan Guzmán y las fotografías artísticas para la colección del Museo, de Manuel Álvarez Bravo. Como asesores figuraron Jorge Enciso y Frederick Davis; los museógrafos fueron Isabel Marín y Eduardo Pareyón auxiliados por los técnicos del Museo. En los agradecimientos se mencionan el apoyo y las colecciones de los Museos Nacional de Historia, Nacional de Antropología, de Arte Religioso, Regional de Oaxaca, Tecnológico Industrial; la Escuela de Artes Plásticas; el Instituto de Geología de la UNAM; la Casa de Moneda y el Banco de México; la Platería Ortega; la Casa Sanborns; Frederick Davis, Antonio Pineda; “Los Castillo” de Taxco; Piedra y Plata Martínez; Pedro Aspe; María Lombardo de Caso; Artemio del Valle Arizpe; Víctor Fosado; Rafaela García Pimentel de Bernal; María Josefa Martínez del Río; Pablo Martínez del Río; Franz Mayer; Carlos Novoa; Gonzalo Obregón; María M. de Orozco; María Josefa de Redo; Frida Kahlo de Rivera; Sol Arguedas de Rubín de la Borbolla; María Luisa Toscano; Felipe Teixidor; José Suinaga Luján y Galerías Montecristo. Nacimiento, León solís, 2009. La Cantera, Fresnillo, Zacatecas. Basalto tallado. Dimensiones variables. Colección CDI: Núm. inv. 18066. Foto: Jaime Hernández Gaspar. 1952. Exposición y catálogo “Posadas, Navidad y Reyes” La exposición tenía el fin de: “[…] presentar un tema en el que existía un gran acervo de expresiones del arte popular como la juguetería tradicional, las piñatas, los festones de agujas de pino y el papel picado, los puestos de colación, los juguetes de porcelana de Francia y Alemania, las figuras de madera estofada del siglo XVIII, los marfiles para nacimientos traídos de Filipinas, selectas pinturas de la época colonial con el tema de la “Adoración de los Reyes” y fotograbados de las popularísimas posadas.” (Enciso, J., 1952). EL MUsEO NACIONAL DE ARtEs E INDUstRIAs POPUL AREs Arte y memoriA indígenA de méxico62 63 Diligencia (Figura ritual para Fiesta de la Cosecha), hacia 1960. Cultura Pápago. Caborca, sonora. Barro modelado y policromado, con aplicaciones de cuero. 13 x 31 x 15 cm. Colección CDI: Núm. inv. 5083. Foto: Jorge Moreno Cárdenas. Dama decimonónica, hacia 1960. Barrio de la Luz, Puebla de Zaragoza, Puebla. Barro moldeado, decorado con almagre y vidriado. 31 x 13 cm. Colección CDI: Núm. inv. 17210. Foto: Jaime Hernández Gaspar. La organización y el plan general de la exposición las efectuó Daniel Rubín de la Borbolla; la redacción del catálogo, Jorge Enciso; la carátula, Adolfo Best Maugard; las fotografías, Luis Limón y Juan Guzmán. El montaje de la exposición estuvo a cargo de los museógrafos Isabel Marín y Eduardo Pareyón con la colaboración del personal del Museo y el apoyo de Lola Cueto, Rufino Tamayo, Rosa y Miguel Covarrubias, Roberto Montenegro y Ceferino Palencia. Participaron con un Nacimiento de vidrio los artesanos Francisco y Camilo Ávalos. Los agradecimientos por el préstamo de colecciones y colaboración se dirigieron a los museos Nacional de Historia, de Arte Religioso, Religioso de la Basílica de Guadalupe; a Galerías Lourdes; a José Suinaga Luján; Manuel Perusquía; Frederick Davis; Gonzalo Obregón; Elisa Baz de Armida; María Cecilia A. de Van Rhyn; Manuel Sánchez Gavito; Guadalupe Rivera de López Malo; Justina Marín; Julia Morner; Flora Fierro de Asúnsolo; Guadalupe Díaz de León; Federico Canessi; Josefina Mendoza y Margarita de Garcidueñas. Arte y memoriA indígenA de méxico64 65 1954. Exposición y catálogo “Los huicholes” La exposición tenía el objetivo de: “[…] dar a conocer la vida, la cultura y las artesanías de los grupos indígenas del país. El material y la información que presentamos son el resultado de una investigación directa en la zona huichol y de valiosas informaciones técnicas que proporcionaron Bodil Christensen e Irmgard Johnson. En la fabricación y adquisición de algunos objetos colaboraron huicholes de diversos puntos de la región como José Guadalupe de la Cruz Candelaria de Tuxpan; Pedro de Haro de San Sebastián y Pedro González de la Cruz de San Andrés Cohamiata.” (Museo Nacional de Artes e Industrias Populares, 1954). El trabajo estuvo a cargo de Alfonso Soto Soria auxiliado por Carlos Navarrete y por Mario Vázquez, así como el montaje en el que también colaboraron Isabel Marín, Eduardo Pareyón, Elvira Tovar, Susana Pérez, Abel Mendoza y personal del Museo especializado bajo la supervisión de Daniel Rubín de la Borbolla. La carátula del catálogo de Alfonso Soto Soria; las fotografías de Bodil Christensen, Donald Cordry, E. Discúa, Juan Guzmán y Alfonso Soto Soria; las ampliaciones por Hugo Brehme; los dibujos de Abel Mendoza. Se ofrece agradecimiento especial por el préstamo de colecciones y por fungir como patronos a los museos Nacional de Antropología y Nacional de Historia; a los institutos de Investigaciones Sociales de la UNAM, y de Ciencias de Zacatecas; a Donald Cordry; Frederick Davis; Alma Rosa Martínez; Dr. H. R. Merttens y al Gobernador del Estado de Zacatecas José Minero Roque. Jícara votiva con representación de lugares sagrados, hacia 1920. Cultura Huichol. san Andrés Cohamiata, Mezquitic, Jalisco. Calabazo fondeado con almagre y aplicaciones de chaquira sobre cera de Campeche. 7 x 21 cm. Colección CDI: Núm. inv. 4886. Foto: Michel Zabé. Árbol candelabro, Herón Martínez (†), hacia 1960. Cultura Mixteca. Acatlán, Puebla. Barro modelado, decorado al pastillaje, engobado con pigmentos y bruñido. 174 x 67 x 25 cm. Colección CDI: Núm. inv. 16484. Foto: Christian Fuentes Ordaz. 1953. Exposición y catálogo “Obras selectas del arte popular” El pintor Miguel Covarrubias escribió para el catálogo de esta exposición una reflexión acerca del estado en que se encontraba el arte popular en los años previos a la creación del Museo: “Gracias a esta experiencia se ha podido comprobar que el arte popular mexicano en la actualidad cuenta con muy escasas colecciones de su pasado; que el Estado y las instituciones deben hacer un esfuerzo sobrehumano para salvarlas, estudiarlas y conservarlas y fomentar la colaboración de los coleccionistas particulares, a fin de lograr un resurgimiento vigoroso de esta importante manifestación estética del pueblo mexicano […] todos los pintores mexicanos contemporáneos se han asomado y han bebido plenamente de las fuentes del arte popular […].” (Covarrubias, M., 1953). El arreglo museográfico estuvo a cargo de Isabel Marín y de Eduardo Pareyón, con la colaboración de Rosa Covarrubias, Jorge Enciso, Frederick Davis, Miguel Covarrubias y Daniel Rubín de la Borbolla; la carátula del catálogo y el texto del mismo los realizó Miguel Covarrubias, y las fotografías, Juan Guzmán. Además de los objetos de la colección del propio Museo, contó con piezas de los museos Nacional de Antropología, de la Laca en Chiapa de Corzo, Chiapas, y Regional de Pátzcuaro, Michoacán. En el texto aparece un agradecimiento especial a los amigos del Museo que colaboraron en esta exposición: Irmgard Johnson, Frida Kahlo de Rivera, Rafaela G. Pimentel de Bernal, Virginia Armella de Aspe, Carmen Cook de Leonard, Juan Soriano, Jesús Reyes Ferreira, Roberto Montenegro, José Juan Suinaga Luján, José Covarrubias, Víctor Fosado, Rufino Tamayo, Manuel Santamaría, Eduardo Pareyón, Salvador Solchaga, Francisco y Camilo Ávalos y José Servín Palencia. EL MUsEO NACIONAL DE ARtEs E INDUstRIAs POPUL AREs Arte y memoriA indígenA de méxico66 67 Máscara de Matachín, hacia 1930. Cultura tarahumara. Caborachi, Guachochi, Chihuahua. Madera de colorín tallada, con aplicaciones de pelo. 25 x 17 x 9 cm. Colección CDI: Núm. inv. 1236. Foto: Jaime Hernández Gaspar. Conclusiones La creación del Museo Nacional de Artes e Industrias Populares convocó a artistas, intelectuales, artesanos, empresarios, coleccionistas, antropólogos, investigadores e instituciones públicas y privadas que colaboraron de diversas
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