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Introducción El azufre es una sustancia adecuada para explicar el concepto de alotropía ya que se pueden observar con facili- dad todos los cambios que se producen cuando se calienta hasta fundirlo, y qué sucede cuando el azufre fundido se deja enfriar lenta o rápidamente. Al calentar el azufre, si se hace lenta- mente, se pueden apreciar tres fases bien diferenciadas: en primer lugar aparece un líquido de color amarillo, a continuación se va obscureciendo y se convierte en un líquido de color marrón muy viscoso, hasta el punto de que si se invierte el recipiente no se vierte, y por último se vuelve a hacer líquido aunque sigue manteniendo el color marrón oscuro (1). Se pueden explicar estos cambios teniendo en cuenta su estructura ya que está formado por moléculas octoatómicas en forma de anillo, cuando se funde a una temperatura relati- vamente baja, 120 º C se separan y adquieren movilidad los anillos dando lugar un líquido de color amarillo. Si se sigue calentando, sobre los 160º C, los anillos se rompen dando lugar a cadenas de átomos de azufre que se entrecruzan for- mando un líquido muy viscoso porque se produce una polimerización llegando a formarse cadenas según Shakashiri (2) del orden de 1500000 átomos . Si se continua calentan- do por encima de 200º C se vuelve a hacer líquido porque las cadenas se rompen. Si cuando está en la tercera fase se enfría rápidamente, vertiéndolo sobre agua fría, queda una masa que se puede estirar como si fuera chicle que se conoce como azufre plás- tico o elástico, aunque después de cierto tiempo pierde la elas- ticidad y se torna quebradizo. Precisamente en esta propiedad se funda la utilización del azufre para vulcanizar el caucho que Charles Goodyear (1800−1860) descubrió casualmente en 1838 después de un intenso trabajo de varios años. El cau- cho es una sustancia pegajosa y viscosa y Charles Goodyear había estado intentando convertirlo en una sustancia elástica que conservase esa propiedad de forma permanente para lo cual le había añadido todo tipo de sustancias: magnesia, ácido nítrico, etc. En estas investigaciones había gastado práctica- mente su fortuna lo que le había traído mucho problemas familiares, y un día, de forma completamente accidental, al entrar su mujer en la habitación, para que no descubriera que seguía trabajando, lo echó en una estu- fa mezclado con azufre y comprobó que se había hecho elástico. Su mala suerte le siguió acompañando y tuvo problemas para que le reconocieran la patente de su invento, porque un amigo suyo, al que él le había comunicado el descubrimiento, intentó patentarlo a su nombre, por fin se demostró que el ver- dadero inventor era de Goodyear y le reconocieron la patente en 1844. Al proceso de impregnar la masa de cau- cho con azufre y someterlo a temperat- uras altas se llama vulcanización en honor a Vulcano el dios del fuego. (3) Si el azufre se deja enfriar lenta- mente, en reposo, en cualquiera de las tres fases cristaliza, formándose primero unas agujas trans- parentes que pertenecen al sistema monoclínico pero con el paso del tiempo se terminan haciendo opacas porque pasan al sistema rómbico. Shakashiri (1983) opina que las agujas transparentes están formadas por cadenas de átomos de azufre que al enfriarse se van convirtiendo en anillos de 8 átomos, que es la estructura más estable. A pesar de esta opinión, está plenamente demostrado que tanto el azufre róm- bico como el monoclínico están formados por moléculas cíclicas octoatómicas. Veánse por ejemplo los textos espe- cializados de reconocido prestigio en Química Inorgánica (4). Trabajo Experimental: 1. Distintos métodos de cristalización del azufre La cristalización se puede hacer por fusión o por disolución. El azufre se puede encontrar en el mercado como azufre en polvo, llamado flor de azufre, o azufre en barras, llamado azufre cañón, si se quiere cristalizar se debe utilizar azufre cañón. Nuestra experiencia es que la flor de azufre no cristal- iza o lo hace con dificultad. 1.1 Cristalización por fusión Se comienza por pulverizar bien el azufre cañón para lo cual se deberán romper las barras en trozos más pequeños con un martillo, para que no salten los trozos se envuelve previa- mente en unos papeles o bayetas viejas, puede servir un per- iódico. Los trozos obtenidos se deben reducir a polvo en un mortero. Una vez pulverizado se calienta en una cápsula o en un crisol hasta que se funda y se deja en reposo hasta que se enfríe; es necesario observarlo atentamente y cuando se va formado una especie de nata, en la zona superior, deben de hacerse dos orificios y verter parte del azufre que aún está Mª Teresa Martín Sánchez1 Manuela Martín Sánchez2 Juan Gabriel Morcillo Ortega2 Carmen Reyero Cortiña2 Trabajos experimentales con azufre Resumen: En este trabajo se describen una serie de experimentos sobre los distintos métodos de cristalización del azufre, por fusión y por disolución, que ayudan a los alumnos a entender la necesidad de que las moléculas tengan movilidad y la pier- dan poco a poco para que las sustancias puedan cristalizar. Por otra parte, el azufre es adecuado para entender el concepto de alotropía porque se puede comprobar que inicialmente se forman unos cristales transparentes, pertenecientes al sistema mon- oclínico, y con el paso del tiempo se convierten en unos cristales opacos que pertenecen al sistema rómbico. 1 IES Fernando de Rojas, Colombia 46, 37003 Salamanca C-e: mtmartin@usuarios.retecal.es 2 Facultad de Educación, 28040 Madrid C-e: diciex@edu.ucm.es Aula y Laboratorio de Química © 2006 Real Sociedad Española de Química www.rseq.org An. Quím. 2006, 102(2), 42−4442 azufre.qxd 12/06/2006 8:59 PÆgina 42 líquido porque de lo contrario se forma una masa de cristales incrustrados unos en otros y no se puede ver nada. Pero si parte del azufre se vierte quedan todas las paredes de la cáp- sula o del crisol recubiertas de unos cristales que tienen forma de agujas transparentes y que merece la pena observarlas a través de una lupa binocular. A medida que pasa el tiempo las agujas se van haciendo opacas. Las agujas transparentes pertenecen al sistema monoclínico y las opacas al sistema rómbico. Este procedimiento tiene el inconveniente de que el crisol o la cápsula son bastante difíciles de limpiar y había que desecharlos y, por otra parte, es complicado enfocar los cristales para verlos con la lupa binocular por eso pro- ponemos un método alternativo que consideramos que es más cómodo y tiene menos inconvenientes. Para recoger el azufre una vez fundido previamente se prepara un trozo de papel corriente que se dobla como si fuera un filtro liso y se colo- ca sobre un embudo en un soporte para que esté en reposo. Se echa azufre pulverizado en un tubo de ensayo hasta llenar aproximadamente las tres cuartas partes del tubo y se calienta el tubo de ensayo que contiene el azufre con un mechero de gas o un camping gas pero con cuidado de que la llama no sea muy fuerte porque el azufre se sublima con facilidad y puede arder. Por eso el calentamiento debe hacerse lentamente, moviendo el tubo de ensayo a lo largo de la llama, de esta forma no hay ningún problema. Si se calienta despacio se puede conseguir que quede un líquido amarillo y aunque es fácil que queden zonas marrones no importa, los cristales quedarán bien. Cuando todo el azufre está fundido se vierte sobre el cono de papel (fig. 1) que previamente habíamos preparado y se deja enfriar en reposo pero observándolo atentamente y, en el momento en el que se comprueba que en la parte superior aparece una telilla que indica que se va a solidificar se coge el papel y se abre para que parte del azufre aún líquido se extienda por el papel y de esta forma se pueden observar una serie de cristales en forma de agujas transparentes (fig.2) . Por este método la observación con la lupa binocular resul- ta más fácil y en lugar de un crisol o una cápsula se utilizaun tubo de ensayo que se puede reutilizar en posteriores crista- lizaciones. Por otra parte, si cuando se utiliza un crisol o una cápsula, se deja enfriar demasiado queda un bloque de masa cristalina que, además de no verse nada, es muy difícil extraer, y, en el caso que proponemos no habría ningún pro- blema porque sería repetir la operación con un nuevo papel. 1.2. Cristalización por disolución El mejor disolvente del azufre es el sulfuro de carbono, pero sus características hacen que sea desaconsejable su uti- lización. Se puede disolver perfectamente en cualquier aceite de las que se usan para cocinar o en tolueno. El tolueno tiene el gran inconveniente de que es muy inflamable. 1.2.1. Cristalización utilizando como disolvente tolueno El tolueno es un disolvente ideal para la cristalización del azufre porque la solubilidad aumenta bruscamente desde 50 ºC hasta 180 ºC pero tiene el gran inconveniente de que es inflamable, por eso se debe calentar en baño de arena con poco fuego y hacer la disolución en un matraz de cuello alto para que no salgan los vapores al exterior. Fowles (5) da la siguiente receta: "en un matraz de 300 mL de cuello largo, sobre baño de arena se calientan 20 g de azufre cañón en 60 mL de tolueno. Una vez disueltos se vierten en un tubo de ebullición que contiene 20 mL de tolueno y se deja hervir dos o tres minutos. Se deja enfriar manteniendo el tubo vertical hasta el día siguiente ". Se pueden observar a lo largo del tubo las agujas monoclínicas con muchos cristales rómbicos pegados a ellas, un microsco- pio proyector permite observar perfectamente los dos tipos de cristales. Como ya hemos indicado es importantísimo calentar en un baño de arena y con garantía de que en esas condiciones el tolueno no se puede inflamar. además se trata de un disol- vente que, aunque es menos tóxico que el benceno, tiene un grado de toxicidad suficiente como para que se deba trabajar en una campana extractora o al menos en un lugar bien venti- lado. Por otra parte creemos que no es necesario utilizar can- tidades tan grandes como indica, con la décima parte es sufi- ciente. En nuestra opinión es más adecuado disolver del orden de 0,5 g de azufre en 20 mL de tolueno en un matraz pequeño de cuello largo, calentando en baño de arena para seguridad y una vez disuelto se vierte en una cápsula de "Petri "y se deja en reposo unas horas hasta cristalización. La cápsula es más manejable y facilita la operación de observar los cristales con una lupa binocular. Se forman agujas alargadas transparentes y sobre ellas se van colocando cristales pequeños terminan- do por hacerse opacas. También se pueden apreciar algunos cristales sueltos completamente transparentes que tienen for- mas prismáticas. 1.2.2 Cristalización utilizando como disolvente aceite de cocina La forma más fácil es echar aceite en un tubo de ensayo, hasta la mitad de su capacidad, añadir azufre cañón perfectamente pulverizado, del orden de 0,5 g, no importa que sea más Figura 1. Figura 2. Trabajos experimentales con azufre 43An. Quím. 2006, 102(2), 42−44 www.rseq.org © 2006 Real Sociedad Española de Química azufre.qxd 12/06/2006 8:59 PÆgina 43 porque al final el que no se disuelve se queda en el fondo del tubo. Se debe agitar bien incluso introduciendo una espátula para favorecer la disolución. Para que el azufre se mezcle bien con el aceite y se pueda disolver, se calienta el tubo lentamente hasta que el aceite esté próximo a hervir, y se deja en reposo hasta el día siguiente. A partir del azufre que ha quedado en el fondo sin disolver, e incluso puede que se fundiera, aparecen una serie de agujas transparentes a lo largo del tubo que a medida que pasa el tiempo tienen colgados cristales rómbicos (fig.3). Se puede hacer calentando en una cápsula de porcelana una pequeña cantidad de azufre, del orden de 0,5 g y añadi- endo aproximadamente 20 mL de aceite. Se debe agitar bas- tante con una espátula para favorecer la disolución y no importa que quede alguna gota de azufre fundido. Se vierte en una cápsula de "Petri" y se espera hasta cristalización. El resultado final es del mismo tipo que la disolución en tolueno y tiene la gran ventaja de que el procedimiento es más seguro porque el aceite no se inflama. 1.3 Cristales aislados de azufre Se pueden obtener cristales aislados de azufre que es muy curioso contemplarlos a través de una lupa binocular, aunque no son observables directamente, disolviendo azufre en tolueno a la temperatura ambiente. Como es muy poco solu- ble, al evaporase el tolueno, entre restos de azufre sin di- solver, se aprecian unos curiosos cristales de azufre. Para hacerlo experimentalmente es suficiente verter un poco de tolueno en una cápsula "Petri", como hasta la mitad de su capacidad, y con una espátula añadir una pequeña can- tidad de azufre pulverizado; se agita con la espátula para favorecer la disolución del azufre y se deja en reposo hasta que se evapore por completo el tolueno. 2. Azufre plástico En un tubo de ensayo se calienta azufre con cuidado, porque como ya hemos indicado si se utiliza llama muy fuerte puede arder, se comprueba que primero se funde originando un líquido de color amarillo canario (si se hace muy deprisa este paso no se distingue bien). Se sigue calentando y se convierte en un líquido de color marrón muy viscoso, se puede com- probar que no se vierte aunque se invierta el tubo de ensayo. Se calienta hasta que se hace líquido otra vez y se vierte lentamente en una cápsula que contiene agua fría; si se hace muy despacio, se puede conseguir que se forme una especie de hilo según va entrando en contacto con el agua. (fig.4) Después de enfriarse si se coge con las manos se puede com- probar que se estira como si fuera elástico. (fig.5). Resumen [1] a) K.R. Birdwhistell, Chme. Educ. J. 1995, 1, 56 ; b) W.L Masterton, C.N. Hurley, Química: Principios y Reaccio- nes, Edit. Thomson/Paraninfo, 2003 pp. 589−590; c) R.H. Petrucci, W.S Harwood, F.G. Herring Química General, Vol II, Edit. Prentice Hall, 2002, p.918. [2] B. Shakashiri Chemical Demonstrations, University of Wisconsin,WI, 1983 vol 1.pp.49−50. [3] a) B. Sellinger Chemistry in the Marketplace, Edit. Hart- court, 1998, p.227; b) http.//en.wikipedia.org/wiki/ Charles_Goodyear. [4] F.A. Cotton, G. Wilkinson, Avanced Inorganic Chemistry, Edit. John Wiley and Sons, 4ª Ed. 1980, p.506 ; b) N.N. Greenwood, The Chemistry of the Elements, Edit. Per- gamon Press Ltd. 1984, p.772. [5] G. Fowles Experimentos Químicos de cátedra, Edit. Marín, Barcelona, 1947, pp.192−197 Figura 3. Figura 4. Figura 5. Mª T. Martín Sánchez, M. Martín Sánchez, J. G. Morcillo Ortega, C. Reyero CortiñaAnales RSEQ © 2006 Real Sociedad Española de Química www.rseq.org An. Quím. 2006, 102(2), 42−4444 azufre.qxd 12/06/2006 8:59 PÆgina 44
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