Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
Copyright: © 2022 CSIC. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia de uso y distribución “Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional” (CC BY 4.0) RESUMEN Las excavaciones realizadas en los santuarios de taula por Manuel Fernández-Miranda y William Waldren en To- rralba d’en Salort, por el Museu de Menorca en Torre den Gaumés, So na Caçana y Binissafullet y las investigaciones en Cornia Nou y Sa Cudia Cremada han aportado un gran volumen de información sobre estos monumentos origina- les y únicos de Menorca. Las investigaciones arqueológicas llevadas a cabo en los últimos 30 años la han incrementado aún más. Sin embargo, son muchas las lagunas todavía en el campo de la arquitectura religiosa. En este artículo pretendo ofrecer un recorrido sobre su evolución durante el I milenio a. n. e., analizando y reinterpretando algunos de los contextos arqueológicos, y exponiendo las derivadas culturales expre- sadas en la arquitectura monumental de la cultura talayótica. ABSTRACT The archaeological research carried out in the last 30 years on the taula sanctuaries of Menorca has provided a large volume of information on these original and unique monuments. From the excavations of Manuel Fernández- Miranda and William Waldren in Torralba d’en Salort, through the excavations of the Museu de Menorca in Torre den Gaumés, So na Caçana and Binissafullet, and ending in the investigations on Cornia Nou and Sa Cudia Cremada, the information generated has been abundant. However, there are still many gaps in the field of religious architecture. In this paper, I intend to explain the evolution of religious ar- chitecture in Menorca during the first millennium before our era, analyzing and reinterpreting some of the archaeological contexts, and setting forth the cultural derivatives expressed in the monumental architecture of the Talayotic Culture. Palabras clave: Cultura Talayótica; Menorca; primer mile- nio; arquitectura religiosa; santuarios. Key words: Talayotic Culture; Menorca; first millennium; religious architecture; sanctuaries. 1. INTRODUCCIÓN En la isla de Menorca, la Prehistoria del I mile- nio a. n. e. puede dividirse en tres grandes períodos. Entre el 1100/1000 y el 850 cal ANE, denominado Prototalayótico, entre el 800 y el 550 cal ANE, deno- minado Talayótico, y entre el 550/500 cal ANE hasta el 123 a. n. e., o Postalayótico, momento cuando los romanos conquistan las islas Baleares (Lull et al. 1999; Micó 2005a). El milenio coincide, básicamente, con la Primera y Segunda Edad del Hierro, según Guerrero et al. (2006). Durante el I milenio a. n. e. se producen impor- tantes novedades en el registro arqueológico como la irrupción de los primeros objetos de hierro, introduci- dos probablemente por el circuito que establecen los fenicios. En la transición entre el II y el I milenio fina- liza el uso de los naviformes, las casas alargadas típicas del Bronce Final, y se empiezan a apreciar cambios en los rituales funerarios, donde el tratamiento del cráneo y de los cabellos merece especial consideración (Lull TRABAJOS DE PREHISTORIA 79, N.º 1, enero-junio 2022, pp. 99-114, ISSN: 0082-5638 https://doi.org/10.3989/tp.2022.12289 Talayots y taulas. La evolución de la arquitectura simbólica en la Prehistoria de Menorca entre los siglos XI al II cal ANE* Talayots and taulas. The evolution of symbolic architecture in the Prehistory of Menorca between the XI and II centuries cal BP José Simón Gornés Hacheroa * Este trabajo de investigación se enmarca dentro del proyecto I+D+I, “Movilidad y conectividad de las comunidades prehistóricas en el Mediterráneo occidental durante la Prehistoria reciente: el caso de las Islas Baleares” (PID2019-108692GB-I00, Ministerio de Economía y Competitividad, Gobierno de España)”, y en el proyecto “La construcció dels paisatges culturals a l’edat del bronze a les Illes Balears” (PRD2018-19), desarrollados por el grupo de investigación del Departamento de Historia i Teoria de les Arts, ARQUEOUIB, de la Universitat de les Illes Balears cuyo investigador principal es el Dr. Manuel Calvo Trias. a Servei de Patrimoni Històric, Departament de Cultura. Consell Insular de Menorca. Plaza Biosfera n.º 9. Correo e.: simon.gornes@cime.es - simongornes25@gmail.com https://orcid.org/0000-0001-5634-5508 Recibido 23-IV-2021; aceptado 17-IX-2021. 100 José Simón Gornés Hachero Trab. Prehist., 79, N.º 1, enero-junio 2022, pp. 99-114, ISSN: 0082-5638 https://doi.org/10.3989/tp.2022.12289 et al. 1999; Guerrero et al. 2007a). Es el momento de esplendor de contenedores funerarios como las nave- tas y de aparición de los hipogeos del Tipo I o Grupo I de Calascoves (Gornés 2017). Son pequeños de cá- maras generalmente rectangulares irregulares, donde aparecen importantes ajuares de cerámicas y objetos de bronce. Paralelamente, hacia el 1000/900 a. n. e. empezamos a advertir los primeros talayots, grandes turriformes construidos con una compleja estructura interna a base de anillos concéntricos y técnica cicló- pea. Como veremos sería entonces cuando se registran las primeras evidencias de arquitectura religiosa. Hacia el 850 a. n. e. es la fase de apogeo constructivo de estos edificios, que van progresivamente abandonándose a partir del 800 a. n. e., junto con las antiguas navetas fu- nerarias. En el 800 y el 600 a. n. e., se produce práctica- mente un vacío en el registro arqueológico. Se excavan nuevas formas de cámaras funerarias, como el hipogeo XXI de Calascoves (Gornés y Gual 2018), aparejadas a nuevas prácticas, como el uso de ataúdes y de ajua- res con una presencia masiva de brazaletes y torques, junto a herramientas y armas de hierro, y otros objetos de importación. En cambio, disponemos de poca in- formación sobre las tipologías de los hábitats fechados entre el 800 y el 600 a. n. e. En el último momento de esta fase, los talayots se abandonan, sufren algún tipo de destrucción (Guerrero et al. 2007b) o directamente se les dan usos secundarios, totalmente diferentes a su función original. A partir del siglo VI a. n. e., Menorca entra en la esfera de la influencia púnica (Prados et al. 2015; Prados et al. 2017; Pons 2020). Desde el siglo IV a. n. e. parecen construirse los primeros santuarios de taula (Gual y Plantalamor 1995; Fernández Miranda 2009), edificios con una monumental T bilítica que se ha tornado en imagen icónica de la isla, al ser monu- mentos únicos y originales de la Prehistoria menorqui- na. A partir de este brevísimo recorrido por el último milenio a. n. e., plantearemos una interpretación sobre la evolución de los edificios destinados a prácticas re- ligiosas (Fig. 1). Exponíamos en un trabajo anterior que se consta- tan evidencias arqueológicas e iconográficas indicati- vas de la incorporación del toro a la cosmogonía de las comunidades talayóticas, al menos a partir del inicio del I milenio a. n. e., como sucede en otras culturas mediterráneas desde tiempos remotos. Desde entonces astas de bronce, pectorales corniformes, contenedores de cabellos, colas de bóvidos, estatuillas, vasos cerá- micos y grabados en cuevas e hipogeos conforman un conjunto de expresiones materiales y simbólicas que abrazan ámbitos del mundo doméstico, cultual y fune- rario de las comunidades talayóticas. Todas comparten la “presencia” o representación de una parte del bóvi- do que, finalmente, en el Postalayótico se encarna en estatuillas de cuerpo completo (Fig. 2.1). Varios auto- res recogen el origen pre-indoeuropeo del culto al toro (Blanco 1962; Blázquez 1983; Delgado 1996), como encarnación de la divinidad protectora de la fecunda- ción, y como deidad muy ligada al ámbito funerario y a los cultos astrales de carácter mágico. Ese mismo ori- gen se plantea a raíz del estudio de las representaciones de guerreros localizadas en Mallorca y Menorca (Gual 1993: 22 y 23). Las comunidades talayóticas manten- drían esa cosmogonía hasta la llegada de los cartagine-ses a las islas hasta unos años después de la conquista romana de Menorca en el 123 a. n. e. (Figs. 2.2 y 2.3). 2. TEMPLOS, TUMBAS Y DIOSES Las primeras evidencias de cultos y prácticas ri- tuales, relacionadas al parecer con tumbas y difuntos, las registramos en la Cova des Càrritx, primero, y en la Cova des Mussol un poco más tarde, investigadas Fig. 1. Emplazamiento de los principales yacimientos arqueológicos comentados en el artículo: 1. Trepucó-Hort den Bou; 2. Torelló; 3. Cornía Nou; 4. Biniparratx Petit; 5. Alcaidús den Carreres; 6. To- rralba d’en Salort; 7. Torre d’en Galmés/Comerma de Sa Garita; 8. Biniguarda; 9. Algendar; 10. Cala Morell. Talayots y taulas. La evolución de la arquitectura simbólica en la Prehistoria de Menorca entre los siglos... 101 Trab. Prehist., 79, N.º 1, enero-junio 2022, pp. 99-114, ISSN: 0082-5638 https://doi.org/10.3989/tp.2022.12289 por el mismo equipo. En la Cova des Càrritx (Lull et al. 1999: 169), esas prácticas estaban relacionadas con algún culto de tipo ctónico, repartido entre las salas 2, 4, 6 y 7. Los investigadores las vincularon con la idea de fertilidad y el sexo femenino. Los restos materiales sitúan este contexto arqueológico hacia el 1500 a. n. e. La Cova des Mussol tiene un acceso muy difícil desde un acantilado marino. Allí se localizaron objetos que constataron su uso entre el 1200 y el 1000 a. n. e. aproximadamente y también se vinculan con algún tipo de culto ctónico, pero esta vez relacionado con el sexo masculino. En una sala interior, de nuevo de acceso muy difícil, se localizaron cuatro tallas de madera. Una representaba una cabeza humana, y otra una cabeza zooantropomorfa. Una tercera parece un ser astado. La cuarta, en muy mal estado de conservación, podría ser otro busto humano. Según la datación radiocarbónica efectuada sobre los elementos de madera1 se usó entre el 1200 y el 1000 cal ANE (Lull et al. 1995: 89) pero, por el efecto de madera vieja, debemos situarla hacia el cambio de milenio. Casi de manera contemporánea al uso de las tallas, se documenta el de las salas 2, 4 y 5 para depositar objetos metálicos, como ofrendas, en lugares recónditos y escondidos a lo largo de la gruta (Lull et al. 1999: 128). En ambas cuevas las evidencias arqueológicas apuntan a rituales practicados en espacios pequeños y de difícil acceso por pocas personas y durante breves espacios de tiempo, como bien señala Micó (2005b: 295). Entre el 1500 y el 1000 cal ANE no se han do- cumentado en Menorca edificios destinados a prácti- cas religiosas. Sin embargo, este panorama cambiará a partir de entonces al construirse los primeros edificios con un claro propósito social y en relación directa con prácticas religiosas. Las evidencias disponibles durante la transición en- tre el Bronce Final y la Edad del Hierro (Lull et al. 1999; Guerrero et al. 2006) multiplican los elementos tauro- morfos en los contextos funerarios y, en menor medida, en contextos de hábitat, como Cornia Nou (Figs. 3.1 y 3.2), más relacionados con prácticas de tipo social como veremos. Las investigaciones a cargo de un equipo del entorno del Museo de Menorca han descubierto un com- plejo arquitectónico de gran relevancia para la investi- gación prehistórica de la isla (Anglada et al. 2011). Sin duda las actividades hechas en el interior del recinto ab- sidal anexo a la fachada sur del gran talayot, el denomi- nado edificio sur, corresponden a un ambiente concreto de prácticas sociales colectivas, ajenas al uso que podría tener el interior de una casa o de Es Carritx o Es Mus- sol. Estamos ante un edificio especial, cuyo uso difiere del de una vivienda. Cabe pensar que estamos ante el precedente de lo que conoceremos como los santuarios de taula, construidos a partir de los siglos V-IV a. n. e., como apuntan ya los investigadores de Cornia (Anglada et al. 2011: 43; Ferrer et al. 2012: 29). Reseñamos los elementos que nos llevan hacia esa idea para que sea entendible la hipótesis que se plan- teará más adelante. El conjunto oeste de Cornia Nou fue edificado hacia el siglo X a. n. e. Se articula en torno a un gran turriforme de perfil troncocónico de unos 27 m de diámetro basal y una altura conservada de unos 10 m al que se adosaron tres edificios por el sur, el oeste y el este. Este último fue casi totalmente demolido tras la guerra civil. La propia fisonomía ge- neral de los edificios es indicativa de su planteamiento arquitectónico como conjunto edilicio. La construc- 1 VM-14ª/15ª talla zooantropomorfa. Cod. Lab. n.º Beta-110138. Datación 1110 ± 50. Dat. cal ANE (1384) 1310 (1236). VM-10a talla antropomorfa. Cod. Lab. N,º Beta 110137. Datación 980 ± 50. Datacion cal ANE (1192) 1110 (1028), según Lull et al. (1999: 89). Fig. 2. Estatuillas de bronce del período Postalayótico de Menorca. Torito de bronce de Torralba d’en Salort. La estatuilla mide 13 cm desde la testuz, y una longitud máxima desde el hocico hasta el rabo de 16,7 cm (fotografía del autor). Museo de Menorca. 2. Guerrero de Torelló, Colección particular familia De Olives, en Mahón (fotogra- fía Margarita Orfila adaptada por Carlos de Salort). 3. Guerrero de Son Gall, Museo de Menorca (fotografía Bartomeu Llull). En color en la versión electrónica. 102 José Simón Gornés Hachero Trab. Prehist., 79, N.º 1, enero-junio 2022, pp. 99-114, ISSN: 0082-5638 https://doi.org/10.3989/tp.2022.12289 ción del primer y último edificio no debió distanciarse mucho. Todo el complejo fue diseñado como un con- junto unitario. Es decir, los tres edificios adosados que han llegado a nosotros no se entienden sin el talayot y viceversa. El edificio sur tiene una planta absidal y fachada cóncava (Fig. 3.2). Su espacio interior está dividido en dos ámbitos. El posterior conservaba una cubierta de losas planas y piedras medianas que conec- taba la planta baja del edificio y la terraza intermedia entre el edificio sur y los primeros peldaños de la es- calera que da acceso a la parte superior del talayot. En cambio, en origen, el ámbito anterior tenía una cubierta probablemente sostenida por vigas de madera y otros elementos vegetales, apoyadas sobre columnas polilí- ticas formadas por piedras irregulares (Anglada et al. 2011). Este ámbito tiene dos espacios o habitaciones a ambos lados, separados por un corredor que conducía a un ámbito posterior. En el centro de este corredor se localizó un hogar formado por piedra de pizarra, in- terpretado como brasero donde, al parecer, se tostaron cereales (Figs. 3.1. y 3.2). Sin el edificio sur no tiene sentido la escalera de piedra del talayot. Lo mismo ocurre con el edificio adosado al talayot por el oeste, puesto que permite el acceso al corredor que une la planta baja del mismo con la cima del turriforme. Es muy probable que suce- diera otro tanto con el corredor casi vertical emplazado dentro del paramento del lado este del turriforme, aun- que la destrucción del edificio allí existente nos impide asegurarlo. Las dos habitaciones localizadas en el ámbito 1 fue- ron compartimentadas en una fase posterior mediante muretes que conformaron las denominadas habitación Oeste y habitación Este (Anglada et al. 2013). Su inte- rior estaba a su vez dividido por muretes construidos en una segunda fase. En el interior de la habitación Oeste se recuperaron numerosos utensilios e instrumentos, unos relacionados con el procesado de alimentos como los molinos de mano, percutores y morteros y otros con el trabajo y curtido de pieles como los punzones óseos (Ferrer et al. 2014: 16). Se sitúan entre c. 900-800 cal y 800-600 cal (Anglada et al. 2011: 36). La función real Fig. 3. Talayots del Bronce Final y Hierro I de Menorca: 1. talayot y edificio sur de Cornia (Mahón). Fotografia del autor; 2. planta basal del edificio sur de Cornía (según Anglada et al. 2011); 3. planta basal y superior del talayot de Trepucó (según Plantalamor 1991, fig. V, anexo sin paginar); 4. planta basal y superior del talayot deTorelló (según Plantalamor 1991, lam. IX, anexo sin paginar); 5. planta superior del talayot de Biniparratx Petit (según Guerrero et al. 2007: 44, fig. 5a). En color en la versión electrónica. Talayots y taulas. La evolución de la arquitectura simbólica en la Prehistoria de Menorca entre los siglos... 103 Trab. Prehist., 79, N.º 1, enero-junio 2022, pp. 99-114, ISSN: 0082-5638 https://doi.org/10.3989/tp.2022.12289 del edificio sur de Cornia plantea dos alternativas: ¿se elaboraban alimentos y manufacturaban productos en su interior? ¿era un almacén centralizado de utensilios y herramientas? A tenor de los datos proporcionados por la excavación de este edificio, parece que la segun- da variante cobra más fuerza. Como se indicó, los investigadores de Cornia Nou ya plantean la semejanza del edificio sur adosado al talayot oeste (Anglada et al. 2013: 291) con lo que después conoceremos como los santuarios de taula. También encontraremos en estos santuarios elementos como edificio absidal, fachada cóncava, paramentos ci- clópeos semejantes y hoguera central. Compartimos el planteamiento del equipo de Cor- nia. Sin embargo, recordemos que el edificio sur de Cornia está en relación directa con los otros dos y so- bre todo con el talayot al que se adosa. El talayot es uno de los mejor conservados de la isla. Gran parte de su estructura arquitectónica original se conserva razo- nablemente bien, salvo su coronamiento, arrasado a principios del siglo XX. La excavación en este último determinó que el monumento se construyó mediante sucesivos anillos murarios adosados unos a otros, pero no deparó resultado alguno sobre su posible uso. Sin embargo, las investigaciones llevadas a cabo en otros talayots permiten inferir en la cima de algunos de ellos la realización de prácticas rituales que les da- rían los atributos de templos o santuarios (Figs. 3.3 a 3.5). Gracias a las investigaciones de Biniparratx Petit (Guerrero et al. 2007a) sabemos que la cima del ta- layot presentaba una construcción de planta absidal, con una posible cubierta vegetal sustentada al menos por cuatro postes de acebuche. Desgraciadamente de nuevo la cima fue arrasada ahora por las obras de ade- cuación de la pista del aeropuerto de Menorca, pero pudo determinarse un nivel donde se recuperaron nu- merosos restos de fauna doméstica, entre los que des- tacaban los ovicápridos. También en Trepucó, cuya cima fue excavada en parte por el equipo del Museu de Menorca (Plantalamor 1991), se localizó un número desconocido de huesos de fauna doméstica, ya que los contextos de esta excavación están todavía por estu- diar y publicar. Finalmente, en Torelló, se excavó lo que fue la cámara superior del talayot, que hasta no hace mucho conservaba todavía las lajas de piedra de su cubierta, desgraciadamente destruida de nuevo por habérsele instalado una baliza de seguridad del aero- puerto. Desconocemos en detalle los contextos de este yacimiento, pero sí sabemos que la cámara superior era de tendencia globular alargada, y que la cubierta estaba sustentada por grandes columnas polilíticas de piedra, de sección circular. En su interior diversas lucernas y algunos vasos de paredes finas de época romana do- cumentaron el final del recinto, interpretado como una reutilización del espacio como santuario, en esa época (Plantalamor 1991: 293). Las pobres evidencias con las que contamos por el momento nos bastan para plantear que, en concreto, en las cámaras que ocupaban la cima de los talayots que cuentan con puerta elevada, se llevaban a cabo prácti- cas rituales cuyos detalles están todavía por determi- nar. Evidentemente, no planteamos una función reli- giosa exclusiva y/o excluyente para estos edificios. Es muy probable que los talayots cumplieran diferentes roles sociales. Sin ser edificios defensivos a pesar de su aspecto turriforme, se les pueden atribuir otros papeles. El primero es servir como una clara referencia visual sobre el territorio, puesto que desde su cima pueden divisarse otros talayots, además de ejercer el control visual sobre su entorno inmediato e incluso, a larga dis- tancia, controlando amplios sectores de la costa. Gal- més (2015) en su análisis de zonas de Mallorca lo ha dejado bastante claro y por lo que vamos sabiendo de sus investigaciones también en Menorca2. Su presencia en el paisaje los conforma como verdaderos hitos, de- marcadores de territorios y espacios. En estos edificios con múltiples funciones (sociales, económicas, religio- sas, territoriales) la comunidad se agregaría y llevaría a cabo prácticas en común relacionadas con todas esas funcionalidades. La distinta morfología de los talayots menorquines complica aún más la interpretación de sus usos. Sin embargo, los que conservan todavía la esca- lera monumental y/o la puerta superior de acceso a la cámara superior (Trepucó, Torelló, Cornia, Binicalaf, Biniparratx Petit, Binicodrell, Montefí absidal, etc.), se extienden por toda la isla y forman una tipología con- creta que los convierte en referencia de las prácticas sociales durante este momento de la Prehistoria insular. La escalera que lleva a la parte superior del talayot oeste de Cornia tiene una clara vocación de lugar de re- presentación o contemplación. El acceso podía hacerse desde el corredor que une el edificio sur con la terraza, y desde ahí por la escalera, cruzando la puerta adintela- da o bien a través de los corredores laterales. El prime- ro queda a la vista del público, al menos hasta que se accede a la cima y se cruza el umbral, mientras que los otros dos están evidentemente ocultos. El personaje o personajes que accedieran hasta la cima del edificio sur por la escalera monumental sería o serían observables por cualquier persona situada ante la fachada. Puede decirse que hay una intención de escenificación en esta 2 Alejandra Galmés Alba, Visibilidad y conexiones visuales en la isla de Menorca. Análisis de los yacimientos de época talayótica. Infor- me per a la candidatura de Menorca Talaiótica a Patrimoni Mundial UNESCO. Informe técnico inédito, Servei de Patrimoni Historic del Con- sell Insular de Menorca, 2019; Alejandra Galmés Alba, Piedras que enla- zan comunidades y paisajes. Un estudio sobre arquitectura y visibilidad en la isla de Mallorca durante la Edad del Hierro (c. 850-123 AC). Tesis doctoral inédita. Universitat de les Illes Balears, 2021. 104 José Simón Gornés Hachero Trab. Prehist., 79, N.º 1, enero-junio 2022, pp. 99-114, ISSN: 0082-5638 https://doi.org/10.3989/tp.2022.12289 parte del edificio. Quienes se situaran delante o en los costados del talayot podían contemplar lo que aconte- ciera en ese tramo. De hecho, la escalera de acceso a la cima se convierte en un lugar de tránsito al descubierto entre dos espacios cubiertos. El concepto arquitectónico que se observa en los siglos V-IV a. n. e. en los denominados santuarios de taula es totalmente distinto, no así una parte de las prácticas rituales que se documentan en su interior. Los santuarios o recintos de taula, como también se les conoce, son edificios formados por un muro cons- truido con técnica ciclópea de doble paramento y de planta absidal, con fachada recta o ligeramente cónca- va. En su interior, en el espacio central del edificio, se sitúa la taula, una gran T monumental (Fig. 4), formada por dos grandes lajas de piedra arenisca. La piedra so- porte es generalmente rectangular, y a veces tiene un resalte en la cara posterior, o bien una pilastra adosada. El capitel tiene forma troncopiramidal invertida, y sue- le fabricarse sobre una roca de marés más blanda que la piedra soporte. Está trabajado por sus seis costados. En Trepucó y Talatí de Dalt el situado al sur es ligeramente cóncavo. El interior está compartimentado por pilas- tras adosadas al paramento interior del muro. A la de- recha de la entrada, y antes de la taula, se localizan uno o dos hogares delimitados por piedras. A ambos lados de la entrada,en la parte inmediata a ella, se clavan lo que algunos arqueólogos han denominado betilos (Rita 1997; Gornés 1997), unas piedras de arenisca roja o de calcárea gris, procedentes del norte de la isla (Figs. 5.1 y 5.2). Hay que recordar que con las piedras areniscas y conglomerados del Terciario se elaboran instrumen- tos multifuncionales como los molinos, las manos y los percutores. Hay claras evidencias de que los betilos se tocaron repetidamente en el santuario n.º 2 de So Na Caçana y en el betilo localizado en la entrada de la casa del aeropuerto de Biniparratx Petit. Estas piedras podrían interpretarse como betilos o piedras sagradas, que sustituyen a la efigie o estatua que representa la divinidad (Wagner 2011: 127; De Nicolás 2015: 271). Fig. 4. Taula de Trepucó (Mahón). Mide 4,20 m de altura desde el capitel hasta la roca madre, y la piedra soporte tiene 2,75 de ancho por 0,40 cm de grosor. La piedra capitel mide 3,65 m de largo por 1,60 cm de ancho y tiene un grosor de 0’60 cm. La piedra soporte tiene un volumen aproximado de 5.300 m3, lo que representa un peso de 13.000 kg (según Fernandez-Miranda 2008: 20). Fotografía del autor. En color en la versión electrónica. Fig. 5. Betilos localizados en el interior de dos recintos de taula. Betilo del monumento n.º 2 de So Na Caçana. Betilo en piedra del monumento 5 de So na Caçana. Fotografías del autor. En color en la versión electrónica. Talayots y taulas. La evolución de la arquitectura simbólica en la Prehistoria de Menorca entre los siglos... 105 Trab. Prehist., 79, N.º 1, enero-junio 2022, pp. 99-114, ISSN: 0082-5638 https://doi.org/10.3989/tp.2022.12289 A la derecha de la taula suele erigirse un pilar co- ronado por un capitel. A la izquierda, aprovechando una pilastra adosada al muro o disponiendo una laja de mayor tamaño que las pilastras, se dispone una zona de cierta relevancia donde se han localizado estatuillas de bronce, como la que representa al semidiós Imho- tep, en Torre d’en Gaumés, o la del torito de Torralba (Fernández-Miranda 2009). En el interior de los santuarios de taula se ofrenda- ban ciertas partes de cabritos, ovejas y cerdos, y en me- nor medida, de bóvidos, rituales que se han relacionado con la fertilidad de animales, campos y personas. La gran cantidad de recipientes anfóricos localizados en la parte posterior de estos santuarios sugiere que también se ofertaban libaciones de vino (Gual y Plantalamor 1995). Recordemos los elementos que se repiten en estos santuarios: planta absidal, fachada cóncava y fuego central. Además, aparecen otros totalmente nuevos, como la T monumental central, los betilos de la entra- da, el altar o zona donde se emplazan las figuritas de bronce. El cambio en las prácticas rituales es especial- mente notorio. El registro arqueológico es totalmente distinto al documentado en el edificio sur de Cornia Nou. Se pasa de un edificio donde se almacena un gran número de molinos y herramientas ‒probablemente también de víveres contenidos en grandes vasos cerá- micos (Anglada et al. 2011)‒, a otro donde se ofrendan partes cárnicas y vino, donde hay betilos y altares en los que se sitúan estatuillas de bronce. Ahora la taula, un nuevo elemento iconográfico de gran entidad y de fuerte carga simbólica, ocupa el centro del espacio del santuario. Reformulamos anteriormente la antigua hi- pótesis de Mascaró Pasarius (1969), según la cual las taulas simbolizarían la cabeza de un toro. Su pareci- do formal con otras representaciones localizadas en diferentes ámbitos domésticos y funerarios nos lleva a plantear la analogía entre todos ellos (Fig. 6). Sin embargo, siguiendo a Marco Simón (2019), nos pre- guntamos si la taula representaría a la divinidad o, por el contrario, la propia deidad se manifestaría a través de un significante material. Es revelador que en el in- terior del santuario de taula encontremos figuraciones realistas, como la estatuilla de toro de Torralba, junto con elementos naturales como los betilos de piedra del norte, y todo ello presidido por la monumental taula. Según García-Gelabert entre los pueblos iberos de la península ibérica el toro no fue divinizado, aunque sí se asoció a una deidad preindoeuropea de pueblos pasto- res, más en su valor apotropaico y de símbolo (García- Gelabert y Blázquez 1997: 422). Pensamos que, en el caso menorquín, es probable que estemos ante una di- vinización del toro, al que puede sumarse un valor apo- tropaico en los ambientes funerarios. La taula, como representación de la deidad, ocuparía el espacio central de los santuarios erigiéndose en la imagen dominante de todo lo que aconteciera en el interior del edificio. Los grabados localizados en algunos hipogeos, en especial en los de Sant Agustí Vell, Hort den Bou y Al- caidús, y la representación de cuernos de bóvido en el pilar del hipogeo n.º 2 de Cala Morell refuerzan la idea de que la taula representa, de forma esquemática, la Fig. 6. 1. Arquitectura tauliforme del Postalayótico de Menorca. Taula de Torralba d’en Salort (Alaior). La piedra soporte mide 5 m de alto por 2,50 m de anchura superior y 44 cm de grosor. La piedra capitel mide 70 cm de alto por 3,74 m de ancho máximo. 2. Pilar central de la casa Cartailhac, en Torre den Gaumés (Alaior). 3. Pilar tauliforme del hipogeo n.º 3 de la necrópolis de Es Tudons (Ciutadella). Mide 2’10 m de alto. Fotografias del autor. En color en la versión electrónica. 106 José Simón Gornés Hachero Trab. Prehist., 79, N.º 1, enero-junio 2022, pp. 99-114, ISSN: 0082-5638 https://doi.org/10.3989/tp.2022.12289 cabeza de un bóvido. La hipótesis planteada en su día por Murray (1932) y después concretada por Mascaró Pasarius (1969) cobra fuerza, por tanto, a raíz de los últimos hallazgos (De Nicolás et al. 2015; Carbonell et al. 2020) (Figs. 7.1 a 7.3). La monumentalización de la representación del dios toro que supone la localización de la taula en el centro del recinto tampoco sería casual. Las taulas pueden lle- gar a sobrepasar los 5 m de altura, y el capitel los 3 m de ancho. Erigir en el centro del santuario semejante mole de piedra pretende que se concentre en ella toda la atención del interior del recinto. Es una forma, por tanto, de monumentalizar la representación del dios toro. A ello hay que añadir el planificado diseño y cons- trucción que implica levantar la taula y el recinto que la envuelve. El interesante análisis efectuado por Albero (2010) muestra el detallado cálculo hecho para situar la taula como elemento central del templo, creando zonas concretas en el interior del recinto e individualizando el complejo sagrado del espacio exterior. La termina- ción de los muros de algunos santuarios de taula, como el n.º 5 de So na Caçana, o el de Torre d’en Gaumés, muestra como el capitel de la taula sobresaldría visual- mente por encima del muro y de los capiteles de las pi- lastras que se le adosan. Aparentemente no se observan indicios de que este santuario de taula tuviera cubierta de losas ni de elementos vegetales por lo que el capitel sería visible desde el exterior por encima del muro de cierre. Recientemente se han planteado nuevas hipótesis de trabajo en cuanto al simbolismo y significado de la taula. Torres y otros (2017) actualizan y reinterpretan algunas informaciones sobre los santuarios de taula, y ofrecen nuevas lecturas en cuanto a la influencia que los púnicos ejercieron sobre las comunidades talayóti- cas del momento. En pocas palabras, plantean la dedi- cación de los santuarios menorquines del Postalayótico a las principales divinidades prerromanas de Cartago, e incluso que la propia taula representara a Baal-Ham- mon y a Tinnit. Esta última hipótesis supondría que la influencia púnica sobre las comunidades talayóticas fue lo suficientemente intensa como para transformar aspectos tan arraigados como las creencias religiosas. Según la propuesta de Ferrer y otros (2020: 155) las casas y los recintos de taula encarnaríanuna misma concepción ideológica del espacio, simbolizada en la arquitectura, donde la taula sería la representación sim- bólica de una puerta, a modo de las falsas puertas fune- rarias documentadas en varias culturas mediterráneas. Las taulas serían, así, representaciones simbólicas mo- numentales del acceso a un ámbito sagrado. Coincido con parte de lo expuesto por estos autores, pero no con Fig. 7. Grabados y elementos escultóricos tauliformes localizados en diversos yacimientos de Menorca: 1. grabados tauliformes de la Cova dels Bous (SAG-1, Es Migjorn Gran); 2. grabado tauriforme de Alcaidús; 3. grabado de Alcaidús (Alaior) (según Carbonell et al. 2020: 98, fig. 8); 4 y 5. pilar tauromorfo del hipogeo n.º 2 de Cala Morell (Ciutadella), mide 2’10 m de alto y el capitel mide 1’40 cm de grosor por 1’10 cm de ancho; 6. pilastra tauliforme del hipogeo n.º 2 de Es Tudons (Ciutadella), mide 2’20 m de alto. Fotografias del autor. En color en la versión electrónica. Talayots y taulas. La evolución de la arquitectura simbólica en la Prehistoria de Menorca entre los siglos... 107 Trab. Prehist., 79, N.º 1, enero-junio 2022, pp. 99-114, ISSN: 0082-5638 https://doi.org/10.3989/tp.2022.12289 la idea de que la taula fuera la representación simbólica de una puerta hacia un ámbito sagrado, no sabemos si divino o funerario. Implicaría que los recintos de tau- la tuvieran un componente de culto funerario, práctica que no debe descartarse a priori, pero sin ninguna evi- dencia científica por ahora. Las ofrendas documenta- das en los santuarios apuntan a ritos relacionados con la fecundidad de campos, animales y personas, pero no funerarios. Es más, todo apunta a que esos ritos se rea- lizaban en el interior de los hipogeos, que funcionarían como verdaderos santuarios funerarios, como es evi- dente al observar la estructura y organización interna de muchos de ellos. El hipogeo n.º 4 de Cala Morell incluso tiene un altar o mesa de ofrendas delante del pilar central (Figs. 8.1 y 8.2). El ajustado patrón cons- tructivo de los resultados estadísticos a partir de un muestreo de nueve casos sobre las dimensiones de las puertas norte de las casas contemporáneas a las taulas y de las dimensiones de las T no demuestra que la taula fuera considerada una puerta simbólica de acceso a un espacio sagrado. Sí deja constancia de que hay un pa- trón métrico con el que se construyen ciertos edificios o monumentos, ya conocido en otras fases de la Pre- historia menorquina (Gornés 2016: 105) y que, en con- creto sobre las taulas, ya expuso Ibáñez (2000) junto a una interpretación histórica que no comparto, y que no expondremos aquí por motivos de espacio. Abundando en la hipótesis de Ferrer y otros (2020), las casas del talayótico final tienen la misma estructura organizativa y siguen un patrón funcional y estructu- ral previamente establecido. Las diferentes estancias se organizan entorno a un patio central, donde está el hogar o cocina. Entrando a la izquierda, siempre hay dos estancias separadas por un murete interior y por un gran pilar de sección rectangular, coronado por un capitel tauliforme, en la fachada de la habitación que da al patio. El muro de la fachada suele tener grandes lajas verticales muy bien escuadradas y un rebaje en el umbral para colocar una puerta o un cierre que supo- nemos de madera (Figs. 9.1 y 9.2). En general, estas estancias muestran una dedicación constructiva, un uso y significado especial. En su interior se han localizado conjuntos de vasos y contenedores cerámicos, y hay una coincidencia mayoritaria en su uso como dormi- torios y como almacenes, claramente documentado en Biniparratx Petit y Trepucó. La única puerta de acceso al interior de la casa, la que separa el exterior del inte- rior, ya de por sí tendría su importancia simbólica. Si hubiera alguna puerta especial en el interior de la casa sería la que da acceso a las habitaciones situadas al oes- te de su patio interior que, además, viene señalada por un pilar que representa a una taula. Las puertas que realmente pueden considerarse accesos al más allá son las que documentamos en los hipogeos del Postalayótico excavados en las paredes de barrancos y acantilados costeros, en especial las decoradas con bandas escalonadas. Formalmente son muy similares, precisamente, a las falsas puertas y estelas documentadas en los tophets cartagineses del norte de África y Cerdeña, en la cultura etrusca y en la egipcia (Fig. 10), y están vinculadas, directamente, con el mundo funerario. Según Cappanera en su tesis3 3 C. Cappanera. Las puertas de Ditis: estudio comparativo sobre las posibilidades de interacción entre vivos y muertos en el Mediterráneo antiguo. Tesis doctoral inédita. Universidad Complutense de Madrid, 2020, véase p. 155. Fig. 8. Hipogeo n.º 4 de la necrópolis de Cala Morell (Ciutadella). 1. Planta del hipogeo n.º 4 de Cala Morell (según Plantalamor et al. 1991: 522, fig. 318). 2. Pilar y ara excavada en la roca del mismo hipogeo. Fotografía del autor. En color en la versión electrónica. 108 José Simón Gornés Hachero Trab. Prehist., 79, N.º 1, enero-junio 2022, pp. 99-114, ISSN: 0082-5638 https://doi.org/10.3989/tp.2022.12289 sobre las falsas puertas etruscas, cuando la puerta falsa se muestra en el exterior, en general en una posición vi- sible, se estaría indicando un cambio de ámbito, puesto que, una vez superada la puerta, se entra en el mundo de los difuntos. La puerta señalaría llamativamente, esta separación entre vivos y muertos. Esa dinámica simbólica se ha establecido no solo para el ámbito etrusco, sino también para el fenicio y el egipcio (Re- dford 2001: 500; Vivas 2019). Esa es, precisamente, la situación de muchas de las puertas de los hipogeos me- norquines, tengan o no bandas escalonadas en su um- bral. Muchos de los hipogeos con bandas escalonadas se sitúan en puntos geográficos dominantes, visibles en su entorno inmediato, haciendo todavía más notoria la entrada al otro mundo. No podemos en este punto exponer en detalle el simbolismo que las puertas de ciertos edificios han te- nido en la antigüedad, ni sobre las supersticiones que surgían, ni los ritos que se practicaban en torno a ellas. Es un ámbito extenso y complejo. El brillante estudio de Marcos Casquero (2005), centrado especialmente en la Roma arcaica, da cuenta de lo complejo y pro- lijo de este mundo. En su análisis recoge documenta- damente ejemplos de muchas otras civilizaciones me- diterráneas, orientales y africanas. Las derivadas que se conjugan, las supersticiones que se generan, y los significados que se crean en torno a las puertas son in- numerables. 3. LA MONUMENTALIZACIÓN DE LA IMAGEN SAGRADA ¿Cómo y por qué surge esta monumentalización y por qué adquiere esta preeminencia la taula? Recorde- mos al lector que no solo se erigen taulas en el inte- rior de los santuarios. Ya hacia el siglo VIII tenemos constancia de la presencia de columnas y pilares en es- pacios funerarios (Gornés 2008: 505), pero es a partir del siglo IV a. n. e., con la construcción de los deno- minados círculos, o casas del Postalayótico, se erigen también pilares y pilastras con una clara forma de tau- la. Sus ejemplos más emblemáticos están en el círculo Cartailhac y otras casas de Torre den Gaumés. En pa- ralelo, se excavan numerosos hipogeos en acantilados y afloramientos rocosos. En su interior se reproducen algunas características morfológicas muy similares a la compartimentación interna de los santuarios y las casas mediante pilastras y pilares de sección rectangular, que a menudo reproducen la forma de las taulas con sus capiteles troncocónicos invertidos. Es como si todos los espacios, los domésticos, los funerarios, y por su- puesto, los templos, se sacralizaran con la presencia de la taula, lo que equivaldría a decir con la presencia del dios toro (Figs. 7.4, 7.5 y 11). No creemos casual que la planta de los santuarios de taula reproduzca la planta absidal oen forma de he- rradura, como ya apuntamos (Gornés 2016: 346), por cuanto parece haber una larga tradición que perpetua la estructura o forma de la casa de los ancestros a lo largo del tiempo. Planteábamos el paralelo entre las nave- tas funerarias y los naviformes, así como entre algu- nos talayots de planta absidal y los santuarios de taula. Esa primigenia casa ancestral se convierte en un tem- plo cuya deidad principal ocupa el espacio central del santuario. Esta idea no excluye la propuesta de otros investigadores sobre la relación entre la intensifica- ción de los contactos con los comerciantes púnicos y la ubicación de capillas o espacios dedicados a dioses de origen púnico en el interior de algunos santuarios. Re- cordemos la hipótesis planteada por De Nicolás (2015: 265) en cuanto al altar dedicado a Astarté-Tanit ubica- do en Torralba d’en Salort, o más aún, la de Torres y Fig. 9. Elementos tauliformes en casas del Postalayótico de Menor- ca. 1. Puertas y pilar tauliforme de las habitaciones situadas al oeste de la casa Cartailhac, en el poblado de Torre d’en Gaumés (Alaior). 2. Puerta de acceso a la habitación situada al norte de la misma casa, y vista del pilar tauliforme. Fotografías del autor. En color en la ver- sión electrónica. Talayots y taulas. La evolución de la arquitectura simbólica en la Prehistoria de Menorca entre los siglos... 109 Trab. Prehist., 79, N.º 1, enero-junio 2022, pp. 99-114, ISSN: 0082-5638 https://doi.org/10.3989/tp.2022.12289 otros (2017: 266) para quienes los propios santuarios de taula estarían dedicados a las principales deidades cartaginesas, como Baal, Tinnit o Hammon, represen- tadas por la taula. La monumentalización de la taula tiene, como re- presentación de la deidad, un correlato a nivel social. Hemos visto como desde el siglo X a. n. e. son recurren- tes los elementos tauromorfos en ambientes funerarios y también cultuales, y cómo la presencia tauromorfa te- nía antiguas raíces entre las comunidades prehistóricas de Menorca (Torres et al. 2017: 273), formando parte de la cosmogonía de las comunidades talayóticas desde el siglo X a. n. e. Entre el siglo X y el VIII a. n. e., Me- norca experimenta cambios de importancia, aparecien- do nuevos tipos de tumbas, las denominadas tumbas de Tipo I (Veny 1982), o Grupo I (Gornés 1996, 2017). Se emplazan en los cortados de los acantilados costeros, o en las paredes verticales de los barrancos, a una cierta altura del suelo. Tienen el techo bajo, en forma de lige- ra bóveda o aplanado. A veces disponen de un pequeño banco corrido en el fondo del testero, tallado sobre la misma roca. La principal novedad es su agrupamiento como en Calascoves, Biniparratx, Forma o Son Xori- guer. Solo en la necrópolis de Calascoves se conocen más de 50 hipogeos correspondientes a esta tipología, lo que podría señalar un sustancial aumento de pobla- ción. La otra novedad es la gran riqueza en objetos de bronce de sus ajuares. Predominan los decorativos (colgantes, placas circulares o corniformes, brazaletes y torques), pero también hay armas, en especial lanzas y puntas de jabalina. Todo apunta a la existencia de unas élites que amortizan grandes cantidades de obje- tos de bronce, depositándolos en las tumbas, y que son poseedores de armas, la única diferenciación que se ha podido documentar con respecto al resto de individuos con los que se inhuman en el interior de los hipogeos. Por primera vez detectamos brazaletes de hierro, como elementos exóticos formando parte del ajuar funerario. Son grupos de fuerte identidad grupal, sometidos a una fuerte normativización arquitectónica y ritual (Gornés 2017). Al mismo tiempo, otros grupos siguen enterrán- dose en cuevas naturales cerradas por muros ciclópeos, y las navetas funerarias viven sus últimos momentos de uso. No se aprecian diferencias significativas en los ajuares entre ambos tipos de tumbas. En algunas cuevas y abrigos naturales se han registrado también Fig. 10. Puertas decoradas con bandas escalonadas de diferentes hipogeos menorquines: 1 y 2. Calascoves (Alaior); 3. Son Bou (Alaior); 4. Biniguarda (Alaior); 5. Algendar (Ferreries). Fotografías del autor. En color en la versión electrónica. 110 José Simón Gornés Hachero Trab. Prehist., 79, N.º 1, enero-junio 2022, pp. 99-114, ISSN: 0082-5638 https://doi.org/10.3989/tp.2022.12289 grandes cantidades de objetos de bronce, como en Bi- nigurdó, Es Càrritx o algunas cuevas de La Vall4. Los ritos funerarios documentados en las cuevas y los hipo- geos son idénticos. La diferencia está, por lo tanto, en el contenedor, en la distinta tipología de la tumba que se construye o excava para enterrar a los difuntos. Estas nuevas élites (Kristiansen 2001: 115) desta- carían su linaje de jefatura a través de los objetos amor- tizados en las tumbas, de rituales funerarios específi- cos de algunos de ellos –véase la tonsura y tintado del cabello‒, y muy probablemente también de la gestión de los espacios de culto, como se observa en Cornia. Este proceso social se consolidaría a partir de los si- glos IX-VIII a. n. e. ya con tumbas de planta compleja, como la del hipogeo XXI de Calascoves, en cuyo in- terior la propia arquitectura funeraria y sus elementos de alto contenido simbólico, como pilares y pilastras, junto con los ajuares y los ritos funerarios practicados en ellos, continúan reafirmando el papel de estas élites. La colonización de Ibiza por los fenicios conllevó la llegada a las costas menorquinas de nuevos objetos de lujo, como se deduce de hallazgos como el timia- terion de Rafal del Toro, los primeros objetos de hie- rro y piezas de adorno personal en plata y oro, como el pendiente localizado en el hipogeo XXI de Calascoves (Gornés y Gual 2018) o la cinta áurea de Rafal dels Fra- res (De Nicolás 2015). La progresiva introducción del vino, como nuevo producto de lujo reforzó el poder de 4 L. Plantalamor, M. Anglada y A. Ferrer. Informe de la campanya d’excavació de 2009 al jaciment de Curnia Nou (Maó). Memoria inédita. Archivo del Consell Insular de Menorca, 2009. esas élites. Vemos como en los siglos IV y III a. n. e. se ofrendan ánforas vinarias rotas en el ábside de al- gunos santuarios de taula (Gual y Plantalamor 1995). Menorca entra así, en el nuevo circuito del intercambio y comercio de prestigio que introducen los cartagine- ses (Ramon 2017: 76; Pons 2020). Hacia el siglo IV a. n. e., hay grandes concentraciones de hipogeos en barrancos y acantilados costeros, y en zonas de inte- rior. Ahora son grandes tumbas a menudo de más de 100 m² e incluso de más de 200 m2 (Gornés 1996: 94). Suelen presentar pilastras en el testero, pilares centra- les y muchos tienen forma de taula (Figs. 12.1 y 12.2). Desafortunadamente muy pocas se han excavado cien- tíficamente. Los ajuares contienen algunas importacio- nes, como algún vaso griego del siglo IV a. n. e., pero sobre todo abundan los boles y cuencos púnicos, y los adornos. Hay un gran surtido de cuentas de vidrio púnicas, brazaletes de varias vueltas de hierro, cuchi- llos de dorso recto y de perfil semilunar, collares de cadenita ‒alguno con claros paralelos en necrópolis paleoibéricas peninsulares (Maluquer 1987: 147) del siglo VI a. n. e.‒, torques, brazaletes y campanillas de bronce. Las élites siguen reforzando su papel, esta vez utilizando los bienes de prestigio proporcionados por el circuito comercial púnico. Pero los principales bienes materiales que encontramos son otros. En este momento numerosas vértebras caudales de bóvidos se depositan como ofrenda junto con los ajuares fune- rarios. Las dataciones de algunas de las procedentes del hipogeo XXI de Calascoves (Gornés et al. 2001) sitúan su uso entre el siglo VIII y finales del V a. n. e. Ya hemos destacado como la cabaña ganadera que re- Fig. 11. Pilar tauromorfo del hipogeo n.º 2 de Cala Morell (Ciutadella). mide 2,10 m de alto y el capitel mide 1,40 cm de grosor por 1,10 cm de ancho Fotografía del autor. Encolor en la versión electrónica. Talayots y taulas. La evolución de la arquitectura simbólica en la Prehistoria de Menorca entre los siglos... 111 Trab. Prehist., 79, N.º 1, enero-junio 2022, pp. 99-114, ISSN: 0082-5638 https://doi.org/10.3989/tp.2022.12289 presentan las vértebras caudales cobra una importancia económica estratégica entre las comunidades menor- quinas del momento (Hernández 1998). El sacrificio y ofrenda de cabras, ovejas y cerdos de corta edad en el interior de los santuarios de taula es una práctica ritual muy diferente a la documentada en el edificio sur de Cornia. El componente religioso tiene un peso más claro y específico. En vez de las herra- mientas y utensilios que allí había se ofertan alimentos dentro del recinto sagrado. Se pasa de almacenar y/o distribuir herramientas, a ofrecer regalos a los dioses y/o a consumirlos como parte del festejo ritual. Esta es una de las razones por las que pensamos que la con- centración de poder en las élites dio un paso adelante. Se pasa de la esfera económica a una potenciación de la religiosa, ofreciendo regalos en el interior del san- tuario, donde se llevan a cabo rituales relacionados con la fertilidad de las personas, animales y campos. Las estatuillas de guerrero (Orfila 1983; Gual 1993; An- glada et al. 2019) localizadas en algunos yacimientos representarían a estas nuevas élites y a sus ancestros, asociadas con la concentración del poder en unas po- cas personas o grupos. La ideología de las élites do- minantes se refuerza así mediante el mundo sagrado. La nueva representación simbólica encarnada en la taula, como símbolo del dios toro, ¿podría vincularse a una mayor concentración de poder en determinadas personas? ¿Estamos en el momento embrionario del siguiente paso hacia un reforzamiento ideológico de las élites? Las antiguas élites que vimos prosperar du- rante el Bronce Final expresan ahora su ideología en los ámbitos religioso, doméstico y funerario de la vida. Otro hecho de gran interés son los famosos honderos baleáricos, grupos de guerreros altamente entrenados y especializados, de los que las fuentes clásicas dejan constancia a partir de los siglos V-IV a. n. e. (Blanes et al. 1990). Todas destacan su carácter mercenario como fuerza de choque, destreza en el uso de la honda, y su entrenamiento militar desde muy jóvenes. En este momento podríamos encuadrar la aparición de gran- des “casas”, edificios vinculados a prácticas políticas, como podría ser Sa Comerma de Sa Garita (Sintes 2006: 46; Sintes et al. 2015: 223), o el edificio sur del poblado de La Beltrana (Ferreries). Se emplazan fue- ra de los poblados y reproducen en parte la estructura de las casas circulares del Postalayótico, añadiéndoles elementos de fuerte componente simbólico como las taulas o grandes fachadas monumentales (Fig. 13). Otro caso distinto, pero en la línea de la diferenciación social, sería el círculo Cartailhac (Sintes e Isbert 2009), construido con grandes piedras perfectamente trabaja- das y ensambladas, y donde se erigen taulas en el patio a semejanza de las instaladas en los santuarios. Estos procesos han sido bien analizados, recientemente, en un proyecto de investigación que plantea la proyección social y las claras ostentaciones de poder de un grupo Fig. 12. Diferentes pilares y pilastras tauliformes del Postalayótico de Menorca. 1. Pilastra tauliforme de la necrópolis de Sa Sarola, en Torre Ve- lla (Alaior), mide 2,15 m de altura. Fotografía del autor. 2. Pilares y pilastras tauliformes de la Cova dels Cinc Portals, en Torralba Vell (Alaior). El techo del hipogeo mide 2,20 m de altura de media. Fotografia Josep Luis Florit Gomila. En color en la versión electrónica. 112 José Simón Gornés Hachero Trab. Prehist., 79, N.º 1, enero-junio 2022, pp. 99-114, ISSN: 0082-5638 https://doi.org/10.3989/tp.2022.12289 frente al resto mediante la arquitectura (Torres y De Nicolás 2020: 15). En su día Guerrero (Guerrero et al. 2006: 246) planteó un análisis en esta línea al referir- se a una presencia de legados en representación de las Baleares (entendiéndose estrictamente como Mallorca y Menorca) que implicaría una organización política a nivel insular. Tenemos así muchos elementos que apuntan a que hacia el final del Postalayótico, entre el siglo IV y el II a. n. e., se estaban produciendo cambios en la cosmo- gonía y la religiosidad de las comunidades de Menorca mediante la representación del toro en forma de taula en todas las facetas de su vida social. Desconocemos en gran medida que ocurrió con los antiguos talayots. Apenas disponemos de información sobre lo acontecido en ellos a partir del siglo VI a. n. e., pero quizá no sea casualidad que su abandono coincida con la construcción de los primeros muros defensivos en algunos poblados postalayóticos (Hernández y Arambu- ru 2005; Guerrero et al. 2006: 33; Anglada et al. 2017). Sabemos que, antes de la introducción de cerámicas a torno en la isla, el de Biniparratx sufrió un gran incendio que destruyó el habitáculo que ocupaba la cima. A partir de esta fecha sabemos que fue utilizado en los siglos XVII-XVIII como posible atalaya, primero, y como punto de contemplación panorámica, después. Tan solo aportan algún dato las excavaciones en Biniparra- tx Petit (Guerrero et al. 2007), en el talayot de Torelló (Plantalamor 1991) y quizá en el de Toràixer (Gornés et al. 1995). A los pies de este último se localizó un paquete sedimentario conformado por un gran número de ánforas ibéricas y púnicas datables entre mediados del siglo IV y el II a. n. e., que, por su disposición, parecía provenir de la parte alta del monumento. En el corredor de acceso a la cima del talayot de Biniparra- tx se identificó una unidad estratigráfica que contenía algunas cerámicas púnicas y romanas de paredes finas, sigillatas y ánforas, cuyo arco cronológico iba del siglo I a. n. e. al II d. C. En la cámara superior del talayot de Torelló solo se dio a conocer el hallazgo de lucernas romanas imperiales junto con cerámicas de paredes fi- nas tardías. En general, es un tipo de ajuar cerámico muy similar al que encontramos entre los siglos I y II d. C. en el interior de los santuarios de taula (Fernán- dez-Miranda 2009). ¿Es posible que en la plataforma superior de algunos talayots continuaran practicándose rituales religiosos hasta bien entrada la romanización? Sabemos que muchos de los santuarios de taula perdu- raron hasta dos siglos después de la romanización de Menorca (Orfila et al. 2017) con algunos cambios en los rituales practicados en el interior de los santuarios de taula, como la introducción de nueva vajilla, como vasos de paredes finas, lucernas, y ánforas. Pero eso es algo que futuras investigaciones deberán dilucidar. 4. CONCLUSIONES Durante el I milenio a. n. e., las comunidades pre- históricas de Menorca experimentan cambios en dife- rentes ámbitos, expresadas en la materialidad de tum- bas, templos y casas. En la primera mitad del milenio, y hasta el 600 a. n. e., parece que los talayots y sus edi- ficios absidales adosados son el centro de las prácticas sociales de culto. Entre el siglo VI y el IV esos espacios son abandonados, y las evidencias arqueológicas nos indican que los primeros santuarios de taula se cons- truyen a inicios del siglo IV a. n. e. A partir de este mo- mento, en espacios domésticos, funerarios y de culto, es frecuente documentar representaciones de taulas en un contexto social en el que parecen sacralizarse todos los espacios comunitarios. La monumentalizacion de la taula que, a nuestro entender, representa la imagen esquematizada del dios toro, con la monumental T eri- gida en el centro de estos santuarios, indicaría cambios en la esfera ideológica y en especial en la religiosa. Estos podrían venir de la mano de la creciente influen- cia económica y cultural de los púnicos sobre la isla de Menorca. Fig. 13. Sa Comerma de Sa Garita (Alaior). 1 y 2. Planta y vista axo-nométrica, según Victor Tolós. ©Ministerio de Cultura y Deportes. Subdirección General de Gestión y Coordinación de Bienes Cultu- rales. 3 y 4. Dos vistas del yacimiento de Sa Comerma de Sa Garita (fotografía del autor). En color en la versión electrónica. Talayots y taulas. La evolución de la arquitectura simbólica en la Prehistoria de Menorca entre los siglos... 113 Trab. Prehist., 79, N.º 1, enero-junio 2022, pp. 99-114, ISSN: 0082-5638 https://doi.org/10.3989/tp.2022.12289 AGRADECIMIENTOS Joana Gual Cerdó, Jefa del Servei de Patrimoni Històric del Consell Insular de Menorca (CIM), la Dra. Amalia Pérez-Juez Gil, profesora de la Universidad de Boston, y el Dr. Manuel Calvo, catedrático de la Universitat de les Illes Balears, hicieron comentarios y aportaciones al artículo. María Calderón, técnica de patrimonio del Ayuntamiento de Calviá, también ma- quetó las figuras. Las omisiones y errores que pueda contener solo son atribuibles al autor. BIBLIOGRAFÍA Albero Santacreu, D. 2010: “Análisis arquitectónico de los recintos de taula de la isla de Menorca: significación técnica y simbólica de los parámetros constructivos”. Mayurka 33: 77-94. Anglada, M.; Bravo, C.; Desel, C.; Mederos, A.; De Nicolás, J.; Obrador, B. y Riudavets, I. 2019: Joan Flaquer i l’enigma dels 400 vasos. 50 anys d’arqueologia menorquina (1910-1960). Catálogo de la exposi- ción de la Col·lecció Flaquer. Museu de Menorca. Mahón. Anglada, M.; Escanilla, N.; Palomar, B. y Ramis, D. 2017: “Les talaies de Can Jordi: resultats preliminars de les excavacions de 2015-2016”. En II Jornades d’estudis locals de Santanyí (Santanyí 2016): 59-76. Santanyí. Anglada, M.; Ferrer, A. y Plantalamor, Ll. 2013: Objectes per a l’altra vida. La col·lecció Humbert Ferrer. Catàleg, Museu de Menorca. Maó. Anglada, M.; Ferrer, A.; Plantalamor, Ll.; Ramis, D. y Van Strydonck, M. 2011: “Les comunitats humanes a Menorca durant la Edat del Bronze: el jaciment de Cornia Nou”. Quadernos de Arqueologia Castellonen- se 29: 27-46. Anglada, M.; Ferrer, A.; Plantalamor, L.; Ramis. D.; Van Strydonck, M. y De Mulder, G. 2014: “Chronological framework for the early talay- otic period in Menorca: The settlement of Cornia Nou”. Radiocarbon 54 (2): 411-424. https://doi.org/10.2458/56.16962 Blanco, A. 1962: “El toro ibérico”. En: Homenaje al profesor Cayetano de Mergelina (Murcia, 1961-1962). Universidad de Murcia. Murcia: 163-195. Blanes, C.; Bonet, J.; Font, A. y Rosselló, A. M. 1990: Les illes a les fonts clàssiques. Miquel Font, Editor. Palma. Blázquez, J. M. 1983: Primitivas religiones ibéricas II. Religiones pre- rromanas. Ed. Cristiandad. Madrid. Carbonell Pastor, S.; De Nicolás Mascaró, J. y Prados Martínez, F. 2020. “La iconografía púnica en hipogeos de Menorca (Islas Baleares). Nuevos datos para la construcción de una realidad histórica”. Folia Phoenicia 4: 85-104. De Nicolás Mascaró, J. 2015: “Aproximación a los cultos púnicos en las taulas menorquinas”. En C. Andreu, C. Ferrando y O. Pons (eds.): L’entreteixit del temps. Miscellània d’estudis en homenatge a Lluís Plantalamor Massanet. Govern de les Illes Balears. Palma: 265-283. De Nicolás Mascaró, J.; Ibánez Horts, V.; Arnau Fernández, P. y Zubilla- ga, M. 2015: “Reivindicación de los antiguos grabados de los hipo- geos prehistóricos de Menorca (I). Diodorus, Bonitas, Honorius y la cueva de las Cabezas de Toro”. En A. Martinez y G. Graziani (eds.): VI Jornades d’Arqueologia de les Illes Balears (Formentera 2014): 249-260. Formentera. Delgado Linacero, C. 1996: El Toro en el Mediterráneo. Análisis de su presencia y significado en las grandes culturas del mundo antiguo. Laboratorio de Arqueozoologia, Facultad de Ciencias, Universidad Autónoma de Madrid. Madrid. Fernández-Miranda, M. 2009: El poblado de Torralba den Salort (Alaior- Menorca). Consell Insular de Menorca, Fundació Illes Balears, Ayun- tamiento de Gijón. Mahón. Ferrer, A.; Anglada, M.; Plantalamor-Massanet, Ll. y Van Strydonck, M. 2012: “Resultats preliminars de la investigació arqueológica al Sec- tor Oest del jaciment de Cornia Nou (Maó, Menorca)”. IV Jornades d’Arqueologia de les Illes Balears (Eivissa 2010): 27-34. Eivissa. Ferrer Rotger, A.: Riudavets González. I.; Remolins Zamora, G. y Bra- vo Asensio, C. 2020. “Puertas hacia el mundo simbólico: una nueva propuesta interpretativa acerca de los recintos de taula de Menorca”. Complutum 31 (1): 139-158. https://doi.org/10.5209/cmpl.71653 Galmés Alba, A. 2015: “Visibilidad y percepción en la construcción de un paisaje prehistórico. El caso de Calviá (Mallorca, Islas Balea- res)”. Complutum 26 (1): 173-188. https://doi.org/10.5209/rev_CMPL.2015.v26.n1.49346 García Gelabert, M. P. y Blazquez Martínez, J. M. 1997: “Carácter sacro y funerario del toro en el mundo ibérico”. Quaderns de Prehistoria i Arqueologia Castellonense 18: 417-442. Gornés Hachero, J. S. 1996: “Arqueologia de la muerte y cambio social: análisis e interpretación de la necrópolis de Calascoves, Menorca”. Complutum 7: 91-103. Gornés Hachero, J. S. 1997. “Reflexiones en torno al simbolismo tauromorfo en la Prehistoria de Menorca”. En Tercera Trobada d’Historiadors i Arqueòlegs de Menorca (Mahón 1992)”. Meloussa 4: 57-64. Gornés Hachero, J. S. 2008: “Nuevas aportaciones a los contextos ar- queológicos y a la cronología de los santuarios de taula de Menorca”. En Congreso Internacional Saturnia Tellus (Roma 2004): 489-506. Roma. Gornés Hachero, J. S. 2016: Sociedad y cambio en Menorca: sistemati- zación de los contextos arqueológicos de las navetas funerarias entre el 1400 y el 850 cal ANE. Tesis doctoral. Universitat Autònoma de Barcelona y Universidad de Cantabria. http://hdl.handle.net/10803/396184 Gornés Hachero, J. S. 2017: “Continuidad y cambio en las prácticas fune- rarias del bronce final y primera edad del hierro en Menorca”. Revista e-Spania. Revue interdisciplinaire d’etudes hispaniques medievales et modernes 28. https://doi.org/10.4000/e-spania.27157 Gornes Hachero, J. S. y Gual Cerdó, J. M. 2018: L’hipogeu XXI de la necròpolis de Calascoves. Series monogràficas materialidades: pers- pectivas actuales en cultura material, Universitat de les Illes Balears. Palma. Gornés Hachero, J. S.; Gual Cerdó, J. M. y Plantalamor Massanet, L. 1995: “Ceràmiques d’importació a l’abocador de Toraixa (Es Castell, Menorca)”. Saguntum 28 (Homenatge al profesor Tarradell): 167- 171. Gornés Hachero, J. S.; Guerrero Ayuso, V; Hernández Gasch, J.; De Ni- colás Mascaró, J. y Van Strydonck, M. 2001: “La campaña de excava- ción de 2001 en Biniparratx Petit (Menorca): avance de los primeros análisis radiocarbónicos”. Mayurka 27: 227-235. Gual Cerdó, J. 1993: Figures de bronze a la Protohistoria de Mallorca. Conselleria de Cultura, Educació i Esports. Govern Balear. Palma de Mallorca. Gual Cerdó, J. M. y Plantalamor Massanet, Ll. 1995: “La Taula de Bi- nissafullet”. En IIIrd. Deya International Conference of Prehistory. Ritual, Rites and Religion in Prehistory. British Archaeological Re- ports International Series 611, Tempus Reparatum. Oxford: 200-207. Guerrero, V. M.; Calvo, M. y Gornés, S. 2006: Mallorca y Menorca en la Edad del Hierro. Historia de las Baleares 2, Ed. Rey Sol S.A. Palma. Guerrero, V. M.; Calvo, M.; Gornés S. y Salvà, B. 2007a: Registro ar- queológico y evolución social de la Prehistoria balear (desde la pri- mera colonización humana hasta el Bronce Final). British Archaeo- logical Reports, Internacional Series 1690, Oxford. Guerrero. V.; Gornés, S.; Hernández, J.; Nicolás. Joan de; Morales, J.; Morales, A; Pino, B. 2007b: “Avanç de les investigacions arqueolò- giques realitzades a l’assentament de Biniparratx Petit (Sant Lluís)”. En L’Arqueologia a Menorca: eina per al coneixement del passat. Coleccio Llibres del Patrimoni Històric i Cultural 3, Ed. Consell In- sular de Menorca. Maó: 9-51. Hernández Gasch, J. 1998: Son Real. Necrópolis talayótica de la edad del Hierro. Estudio arqueológico y anàlisi social. ArqueoMediterrània 3, Universitat de Barcelona. Barcelona. Hernández Gasch, J. y Aramburu Zabala, J. 2005: “Murallas de la Edad del Hierro en la Cultura Talayótica. El recinto fortificado del poblado 114 José Simón Gornés Hachero Trab. Prehist., 79, N.º 1, enero-junio 2022, pp. 99-114, ISSN: 0082-5638 https://doi.org/10.3989/tp.2022.12289 de Ses Païsses (Artá, Mallorca)”. Trabajos de Prehistoria 62 (2): 125- 149. https://doi.org/10.3989/tp.2005.v62.i2.72 Ibáñez Orts, V. 2000: “Reflexiones sobre el diseño de las ‘taulas’ de Me- norca y su relación con el mundo pitagórico”. Suma 35: 75-86. Kristiansen, K. 2001: Europa antes de la Historia. Ed. Península. Bar- celona. Lull, V.; Micó, R.; Rihuete, C. y Risch, R. 1999: La Cova des Càrritx y la Cova des Mussol. Ideología y sociedad, en la Prehistoria de Menor- ca. Consell Insular de Menorca. Barcelona. Maluquer de Motes i Nicolau, J. 1987: “La necrópolis paleoibérica de Mianes en Santa Bárbara (Tarragona)”. En J. Maluquer de Motes (ed.): Catalunya: Baix Ebre. Programa de investigaciones protohistó- ricas 9, Universitat de Barcelona. Barcelona: 115-185. Marco Simón, F. 2019: “¿Deus effigies hominis et imago? Problemas en la interpretación de las imágenes divinas”. En Th. G. Schattner y A. Guerra (eds.): Das Antlitz der Götter - El Rostro de las Divinidades. Iberia Archaeologica 20, Deutsches Archäologisches Institut. Ma- drid: 267-276. Marcos Casquero, M. A. 2005: “Ritos y creencias en la antigua Roma re- lacionados con las puertas”. Revista de Estudios Latinos 5: 147-174. Mascaró Pasarius, J. 1969: “La taula como símbolo taurolátrico”. En X Congreso Nacional de Arqueología (Mahón 1967): 117-126. Zara- goza. Micó Pérez, R. 2005a: Cronología absoluta y periodización de la Prehis- toria de las Islas Baleares. British Archaeological Reports Interna- tional Series 1373, BAR Publishing. Oxford. Micó Pérez, R. 2005b: “Towards a definition of politico-ideological prac- tices in the Prehistory of Minorca (the Balearic Islands). The wooden carvings from Mussol Cave”. Journal of Social Archaeology 5, 2: 276-299. https://doi.org/10.1177/1469605305053370 Murray, M. A. 1932: Cambridge excavations in Menorca: Trapucó. B. Quaritch. London. Orfila Pons, M. 1983. “Estatuillas de bronce antiguas”. En J. Mascaró Pasarius (coord..): Geografía e Historia de Menorca. Ciutadella: 85- 147. Orfila Pons, M.; Sánchez, E.; Gutiérrez, M. y Marín, P. 2017: “Religio Ba- leárica: la continuidad cultual de los santuarios talayóticos en época romana”. En T. Tortosa y S. F. Ramallo (eds.): El tiempo final de los santuarios ibéricos en los procesos de impacto y consolidación del mundo romano. Anejos del Archivo Español de Arqueología LXXIX. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Mérida: 213-230. Plantalamor Massanet, Ll. 1991: L’arquitectura prehistòrica y proto- històrica de Menorca y el seu marc cultural. Treballs del Museu de Menorca 12. Maó. Pons Machado, O. 2020: “La presencia punico-ebusitana a Menorca. Es- tat de la qüestió”. En M. Calvo Trias y B. Costa Ribas (eds.): La pre- sencia púnico ebusitana en las Baleares revisada. Nuevos enfoques, nuevos hallazgos, nuevas perspectivas. Treballs del Museu Arqueo- lògic d’Eivissa i Formentera 77. Eivissa: 89-132. Prados, F. y Jiménez, H. 2017. “Menorca entre fenicios y púnicos: una aproximación arqueológica desde la arquitectura defensiva”. En F. Prados, H. Jiménez, J. J. Martínez (eds.): Menorca entre fenicis i pú- nics/ Menorca entre fenicios y púnicos. Monografías del Centro de Estudios del Próximo Oriente y la Antigüedad Tardía - Universidad de Murcia 2. Murcia: 105-136. Prados, F.; Jiménez, H. y Martínez, J. J. (eds.) 2017: Menorca entre feni- cis i púnics. Menorca entre fenicios y púnicos. Monografías del Cen- tro de Estudios del Próximo Oriente y la Antigüedad Tardía - Univer- sidad de Murcia 2. Murcia. Prados, F.; De Nicolás, J.; Jiménez, J.; Martínez, J. y Torres, O. 2015. “Culturas arquitectónicas púnicas. Menorca como laboratorio de aná- lisis”. En A. Martínez y G. Graziani (eds.): VI Jornades d’Arqueología de les Illes Balears (Formentera 2014): 185-193. Formentera. Ramon Torres, J. 2017: “Pecios y ¿colonias? Materiales púnicos en las Islas Baleares”. En F. Prados, H. Jiménez y J. J. Martínez (eds.): Me- norca entre fenicis i púnics/ Menorca entre fenicios y púnicos. Mono- grafías del Centro de Estudios del Próximo Oriente y la Antigüedad Tardía – Universidad de Murcia 2. Murcia: 41-84. Redford, D. (ed.) 2001: The Oxford Encyclopedia of Ancient Egypt. Oxford University Press. Oxford. Rita Larrucea, C. 1997: “Simbologia de la deessa mare a les taules me- norquines”. Meloussa 4: 57-64. Sintes Olives, E. 2006: “Sa Comerma de Sa Garita”. En Historia de las Baleares 16, Editorial Rey Sol S.A. Palma de Mallorca. Sintes Olives, E.; Álvarez Marsal, A. y Pla Boada, R. (eds.) 2015: Guía de la Menorca Talayótica. La Prehistoria de la isla. Triangle Postals, S.L. Sant Lluís. Sintes Olives, E. e Isbert Vaquer, F. 2009: “Investigación arqueológica y puesta en valor del Recinto Cartailhac. Una unidad doméstica del siglo II ANE en el poblado talayótico de Torre d’en Galmés”. Patri- monio Cultural de España 1: 251-260. Torres Bagur, A.; Obrador, B. y De Nicolás, J. 2017: “Baal-Hammon, Caelestis y el dios del plenilunio en el santuario de taula de Son Cat- lar (Ciutadella)”. En F. Prados Martínez, H. Jiménez y J. J. Martínez (eds.): Menorca entre fenicis i púnics/ Menorca entre fenicios y pú- nicos. Monografías del Centro de Estudios del Próximo Oriente y la Antigüedad Tardía - Universidad de Murcia 2. Murcia: 245-276. Torres Gomáriz, O. y De Nicolás Mascaró, J. 2020: “La casa de l’Aeroport: una vivienda paradigmática de la Menorca protohistórica y romana (ss. IV A.N.E. – II N.E.)”. Cuadernos de Prehistoria y Ar- queología de la Universidad de Granada 30: 459-478. https://doi.org/10.30827/cpag.v30i0.15388 Veny Meliá, C. 1982: La necrópolis protohistórica de Cales Coves, Me- norca. Bibliotheca Praehistorica Hispana XX, Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Madrid. Vivas, T. 2019: La entrada al inframundo. Estelas de falsa puerta en el Antiguo Egipto. Dilema, Historia mayor. Madrid. Wagner, C. 2011: “Triadas divinas en ámbito fenicio-púnico”. En S. Montero (ed.): Los rostros de dios. Las tríadas divinas. Ediciones Khaf. Madrid: 125-156.
Compartir