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Este libro fue financiado por el Programa Humedales para el Futuro (Convención Ramsar – US Department of State - US Fish & Wildlife Service); el Gobierno y Universidad de las Islas Baleares, España y la Subsecretaría de Turismo y Áreas Protegidas de la Provincia del Chubut. Este libro es de distribución gratuita Bala, L. O. (Ed.). 2008. Humedales costeros y aves playeras migratorias. CENPAT. Puerto Madryn, 120 pp. Autores: Luis Oscar Bala (Capítulos Humedales, Playeros e Invertebrados; Ecología Trófica). María de los Ángeles Hernández (Capítulo Estudiando las Aves) Luciana Raquel Musmeci (Capítulo De la Ciencia a la Donservación) Diseño Gráfico: Trazos - Dis. Jimena M. Esteves I. Ilustraciones y fotografías: Las fotografías y gráficos fueron realizados por Luis Bala, excepto las siguientes: María de los Ángeles Hernández: zona nidificación (Pág. 36, fig. 5); pesado en balanza (Pág. 63); apostando al futuro (Pág. 103). Franco Pertini: olivela (Pág. 43); ostrácodo (Pág. 46); Glycera (Pág. 47); trampa jaula (Pág. 57); red de niebla (Pág. 58); playeros alimentándose (Pág. 77); análisis de fecas (Pág. 82-83); tasa de defecación (Pág. 85); playeros (Pág. 86, 88 y 93); pasantes y tesistas (Pág. 106) Luciana Musmeci: disparo (Pág. 59, fig. 5); recogiendo red (Pág. 101, abajo derecha). Luján Villabriga: toma de medidas morfométricas (Pág. 64 y 65). Marcelo Bettinelli es autor de las ilustraciones de aves playeras (Pág. 22 a 29). ISBN 978-987-05-5598-8 5 Los autores. De izquierda a derecha: Lic. Luciana Raquel Musmeci, Dr. Luis Oscar Bala, Dra. María de los Ángeles Hernández. El Laboratorio “Humedales Utilizados Por Aves Playeras Migratorias”, con sede de trabajo en el Centro Nacional Patagónico (CENPAT-CONICET) bajo la dirección del Dr. Luis Oscar Bala, desarrolla tres programas: Investigación, Educación y Conserva- ción, cuyos objetivos generales son: • Generar conocimientos, mediante la investigación científica. • Capacitar a alumnos universitarios para evaluar y monitorear humedales median- te metodología científica. • Generar espacios de formación profesional y capacitación para diferentes grupos vinculados con la toma de decisiones y control de áreas naturales protegidas. • Concientizar respecto del valor de los humedales, generando espacios que per- mitan la discusión y análisis sobre el rol que cumplen los mismos en grupos no espe- cializados en el tema (alumnos secundarios, clubes de ciencias, público en general). • Transferir conocimientos técnicos a instituciones conservacionistas. • Difundir y transferir la información pertinente mediante el desarrollo de materia- les y recursos didácticos que favorezcan la divulgación de la problemática que rela- ciona los humedales y la supervivencia de aves playeras. Centro Nacional Patagónico(CENPAT-CONICET) Unidad de Investigación Biología y Manejo de Recursos Acuáticos Laboratorio Humedales Utilizados por Aves Playeras Migratorias Boulevard Brown 2915 - U9120ACD - Puerto Madryn, Chubut Teléfono: 02965 451375/451024/451301/450401 - Fax: 02965 451543 Website: www.humedalesdelsur.com.ar Consultas: info@humedalesdelsur.com.ar 7 Prólogo de la presente edición En 2006, en el seno del Laboratorio Humedales Utilizados por Aves Playe- ras Migratorias del Centro Nacional Patagónico (CENPAT-CONICET) elaboramos el manual titulado “Humedales de la Península Valdés y Aves Playeras Migratorias: una síntesis de procesos biológicos y ecológicos con fines conservacionistas”. Depositamos muchas ilusiones en dicha obra. Y la devolución que nos pro- porcionó la realidad fue más que gratificante: nuestros ejemplares se agotaron y la constante descarga de su versión electrónica a través de nuestro sitio en internet, nos alentaron a producir una nueva versión del mismo. Este nuevo trabajo toma como base la obra anterior, pero se amplía en cuanto a sus contenidos: básicamente pasamos de un escenario restringido, la Península Valdés, a uno generalizado, la costa patagónica. Como consecuencia de lo anterior, incrementamos el número de especies de aves descriptas como, asimismo, hemos considerado oportuno incorporar la descripción de un importante número de especies de invertebrados que podemos encontrar en los intermareales de toda la costa. De este modo, podemos presumir que los lectores de este libro tendrán herra- mientas básicas para reconocer las especies más conspicuas, sean playeros o inver- tebrados, de cualquier sitio de la costa argentina. 9 Introducción En 1992 se inician en el Centro Nacional Patagónico (CONICET, Puerto Madryn) estudios sobre aves playeras que hacen su parada en la Península Valdés. Por aquel entonces, la pregunta que nos planteábamos era tan simple como ele- mental: “¿pararán los playeros rojizos en alguna playa de la península?”. Encontra- mos una respuesta afirmativa al interrogante…. Transcurridos los años muchas nuevas preguntas se fueron sucediendo, paralelamente con el crecimiento del grupo de trabajo. Inicialmente, toda la problemática de los playeros fue abordada desde el punto de vista científico. Prácticamente había un vacío total de conocimientos sobre las especies de playeros que utilizan las playas de esta región y principalmente sobre aquellos aspectos cualitativos que definen que ciertas playas sean aptas para ser uti- lizadas por los playeros como parada habitual. para ser utilizadas por los playeros como parada habitual. El estudio de la dinámica de las poblaciones que sirven de sustento trófico a los playeros (invertebrados) y de las interacciones entre los predadores y sus pre- sas (aves e invertebrados) fue el segundo paso a resolver. Tras más de una década de investigaciones, hoy sabemos cuán vulnerables son las poblaciones de ciertas especies de playeros y comprendemos cuán estricta es su dependencia de los ambientes que los sustentan. El vínculo unidireccional cali- dad de ambiente estado poblacional de playeros resume categóricamente al conjunto de procesos que pueden determinar la supervivencia de estas especies amenazadas. Lo antedicho tiene, lamentablemente, un ejemplo emblemático: el playe- ro rojizo (Calidris canutus rufa) ha sufrido en los últimos años una alarmante dis- minución de su población, siendo hoy una especie que presenta un estatus de con- servación crítico. Esta disminución poblacional fue consecuencia de cambios signi- ficativos en uno de sus sitios de parada donde, por acción humana, se redujo la oferta de alimento que requieren las aves. Basta que falle un solo eslabón para que la cadena se corte…. La conservación de especies de playeros que realizan migraciones continenta- les requiere de iniciativas y acciones coordinadas internacionalmente. La conservación de las aves playeras y de los ambientes que utilizan como parada es una responsabilidad que involucra a toda la sociedad en su conjunto. Por ello, los objetivos iniciales del Laboratorio Humedales Utilizados por Aves Playeras Migratorias han sido redefinidos: sumamos, a los objetivos científicos y académicos, otros que incluyen la transferencia del conocimiento hacia ámbitos no científicos: entidades gubernamentales con poder de decisión y control de áreas protegidas, ONGs ambientalistas, escuelas de todos los niveles y público en general. El presente manual es una de las herramientas que elaboramos para favo- recer la difusión de los conocimientos logrados. Esta guía no es una recopilación de trabajos científicos, sino una obra que pretende brindar al lector no especializa- do, una breve descripción de los principales temas que entrelazan playeros, inverte- brados y ambientes. El fin último perseguido, es poner en relevancia tanto la com- plejidad como así también la fragilidad de los sistemas naturales y ponderar la nece- sidad de respetar los mismos. A fin de facilitar su lectura, preferimos ordenar las unidades temáticas en cuatro apartados. 11Humedales costeros y aves playeras migratorias El primer apartado se titula “Humedales, Playeros e Invertebrados”. Aquí se definen losactores principales de nuestra historia: ambientes, predadores y pre- sas. Se describen las principales especies de playeros que visitan la costa patagónica y se aborda la problemática de la migración. Por otra parte, se describen diferentes grupos de invertebrados que habitan los intermareales de la costa patagónica, y se define el concepto de humedal, haciendo hincapié en la relevancia que revisten cier- tos sitios para la supervivencia de las aves y que actúan como cuello de botella, en función de sus ofertas de alimento y de sitios adecuados para sus actividades. “Estudiando las aves playeras” es el tema que se desarrolla en el segun- do apartado. Aquí se describen diferentes metodologías de estudios de aves tanto cuando éstas son capturadas, como cuando se las observa en la naturaleza. Respec- to de lo primero, se detallan distintos métodos de captura y algunas actividades que se realizan con los especímenes obtenidos: mediciones, anillado, toma de muestras. El tercer apartado, “Ecología trófica””, describe los modos de alimenta- ción de los playeros, algunas metodologías para estudiar su dieta y cómo se inte- gran diferentes estudios para interpretar la ecología trófica de los playeros, brin- dándose ejemplos sobre qué, cuánto y por qué comen diferentes especies en ambientes locales. “De la ciencia a la conservación” es el título del último apartado. Este capí- tulo tiene tres enfoques: primeramente, se resume la importancia de las acciones a desarrollar para lograr la conservación de los playeros en función de una visión eco- sistémica y de la biología de las especies. En segundo lugar, se brinda información de organizaciones comprometidas con la conservación de las aves y de los ambientes que las sustentan. Finalmente, resumimos las acciones de transferencia y educación que realiza nuestro Laboratorio, a fin de contribuir con la conservación de los playe- ros y sus hábitats. En el desarrollo de este manual siempre se trató de priorizar la información basada en experiencias y ejemplos locales. Por ello, la gran mayoría de los contenidos incluidos han sido generados por el Laboratorio “Humedales Utilizados por Aves Pla- yeras Migratorias” del Centro Nacional Patagónico. Finalmente, para aquellos lectores que pretendan una mayor profundización de los contenidos de esta obra, podrán descargar de nuestro sitio en Internet (www.humedalesdelsur.com.ar) todos los trabajos publicados por los integrantes de nuestro laboratorio. Agradecimientos Este manual sólo ha sido posible de concretar merced al aporte financiero de un conjunto de Instituciones que creyeron en nuestro propósito. Dichas Instituciones permiten, así, que esta obra se entregue de modo gratuito. Son ellas: • Programa “Humedales Para el Futuro” (Convención Ramsar - US Department of State - US Fish and Wildlife Service), mediante la aprobación del Proyecto WFF/07/AR/4. • Universidad y Gobierno de las Islas Baleares, España. Mediante la aprobación del Proyecto en la “IV Convocatoria de Proyectos de Cooperación para el Desarrollo”. • Subsecretaría de Turismo y Áreas Protegidas de la Provincia del Chubut. En primer lugar, agradecemos al Dr. Alejandro Scolaro por su apoyo incondicio- nal a nuestro grupo de trabajo. Sin dicho apoyo esta obra no hubiese tenido posibi- lidad alguna de desarrollarse. Asimismo nuestra mayor gratitud al Dr. Juan Rita Larrucea por sus consejos, paciencia y capacidad de gestión para resolver problemas... Muchas gracias, amigo. Los autores desean dejar expreso agradecimiento a la MSc. Adriana Cafferata, el Dr. Mariano Coscarella, la Prof. Yudith Murugarren y la Lic. Sara Sverlij quienes, más allá de actuar como correctores del trabajo original, generosamente se involucraron aportando sugerencias e ideas. Muchas sugerencias fueron también aportadas por un sinnúmero de lectores del primer libro; algunos anónimos, otros no tanto… A todos ellos, muchas gracias… Agradecemos a la Fundación Vida Silvestre Argentina, que nos cedió las ilustra- ciones de chorlos y playeros que jerarquizan el apartado donde se describen las especies. Dichas imágenes son obra de Marcelo Bettinelli y llegaron a nuestras manos gracias a la gestión del Sr. Coordinador de Especies del Programa Marino de la FVSA, MSc. Alejandro “Manolo” Arias. La Lic. Sandra Rivera, el Dr. Charles Duncan y el Lic. Daniel Blanco brindaron la información referida a las organizaciones que representan: Dirección de Conserva- ción de Áreas Protegidas del Chubut, Red Hemisférica de Reservas de Aves Playeras y Wetlands Internacional respectivamente. Al Dr. Rodolfo Elías reconocemos su invalorable colaboración y sugerencias en temas de su especialidad. Finalmente, como homenaje, este libro está dedicado a Jorge “Galenso” Upton, responsable de mucha de la información que se entrega, y quien migró sin darnos la oportunidad de pedirle que se quede con nosotros. Humedales costeros y aves playeras migratorias 13 1Humedales, playeros e invertebrados c o n t e n i d o Estudiando las aves playeras Ecología trófica De la ciencia a la conservación 2 3 4 Humedales costeros y aves playeras migratorias Humedales, playeros e invertebrados 15 1 Por Luis Oscar Bala H um ed al es ,p la ye ro s e in ve rt eb ra do s Humedales costeros y aves playeras migratorias 17 En este apartado definiremos los tres actores que se hilvanan en nuestra historia: los humedales, que representan los sitios donde paran los playeros durante sus despla- zamientos migratorios, principalmente atraídos por la alta oferta de comida que en los mismos obtienen… y que tiene forma de invertebrados. Dos humedales de la costa patagónica. Playa Colombo en la Península Valdés (superior) y costa de la Bahía San Julián (inferior). ¿Qué son los Humedales? El término humedales se refiere a una amplia variedad de hábitats interio- res, costeros y marinos que comparten una propiedad primordial: presencia de agua. Este elemento juega un rol fundamental en el ecosistema, determinando su estruc- tura y funciones ecológicas. Existen muchas definiciones del término humedales, algunas basadas en criterios principalmente ecológicos y otras más orientadas a cuestiones vinculadas a su manejo. La Convención de Ramsar sobre los Humedales los define en forma amplia como: “las extensiones de marismas, pantanos y turberas, o superfi- cies cubiertas de agua, sean éstas de régimen natural o artificial, permanen- tes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas, inclui- das las extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja no exce- da de seis metros”. Los humedales son sumamente ricos y productivos, y brindan numerosos servicios a la sociedad a través de sus recursos (agua, madera, peces, crustáceos), funciones (provisión de agua, regulación de inundaciones y sequías, prevención de intrusión de agua salada, protección contra fenómenos naturales, retención de sedi- mentos y nutrientes, remoción de tóxicos, estabilización de microclimas, retención de carbono, transporte, turismo) y atributos (banco genético por su gran diversidad biológica, importancia sociocultural y paisajística). Los Humedales de la Zona Costera Patagónica La Argentina incluye diferentes regiones de humedales, que se definen como consecuencia de las formas topográficas que dividen las áreas de captación de agua de las principales cuencas. Los humedales dentro de cada región generalmen- te comparten características hidrológicas y climáticas similares. Esto es particular- mente válido para los humedales continentales, a los que se suman las costas mari- nas. (Canevari et al., 1999) Dentro de los humedales que nos incumben, nos restringiremos a la zona costera patagónica. La costa argentina, desde Bahía Blanca hasta el Canal de Beagle, es uno de los segmentos costeros más largos y relativamente bien conservados del mundo. Se extiende por más de 3.500 km, mostrando una alta diversidad biológica, geológica y climática. Existen una gran variedad de ambientes, incluyendo costasare- nosas, de canto rodado, acantilados, estuarios, zonas pantanosas y deltas. En ellas hay grandes concentraciones de aves y mamíferos coloniales y varios sitios de relevan- cia internacional para el descanso y alimentación de aves migratorias (Yorio, 1999). H um ed al es ,p la ye ro s e in ve rt eb ra do s Humedales costeros y aves playeras migratorias 19 ¿Qué son los chorlos y playeros? Las expresiones “chorlos” y “playeros” no son términos estrictamente téc- nicos. Se aplican a especies pertenecientes a varias familias del orden Charadriifor- mes. Para los alcances del presente manual, nos remitiremos sólo a dos de ellas, familias Charadriidae y Scolopacidae, las cuales representan a las especies que comúnmente denominamos “chorlos” y “playeros” respectivamente. Este tipo de aves son también conocidas como limícolas, por su característica de estar ligadas al medio acuático, donde consiguen el alimento necesario para sobrevivir picoteando constantemente el suelo fangoso. Este grupo de aves presenta problemas de identificación para quien se ini- cia en su observación. Muchas son de colores pardos y similares en su aspecto general, y además pasan por dos plumajes, uno reproductivo (en general más lla- mativo) y otro no reproductivo, en el que dominan los tonos grises y pardos. Las especies provenientes de América del Norte suelen poseer este plumaje cuando pasan por el Neotrópico. Por ello, para identificar con certeza a algunas especies las características físicas no son suficientes y hay que recurrir a aspectos de su bio- logía tales como voces, conducta o hábitat. (Canevari et al, 2001). Familia Charadriidae Gran familia de distribución cosmopolita con 67 especies en el mundo, 16 de las cuales se encuentran en América Latina. Son especies que habitan en luga- res abiertos como humedales, pastizales, tundras y playas. En general, los charádri- dos son muy similares en su fisonomía; tienen la cabeza redondeada con ojos com- parativamente grandes, cuello corto, pico mediano (no más largo que la distancia entre su base y la parte posterior del ojo) y patas medianas a largas. Las especies que son migratorias de larga distancia (por ejemplo el chorlo pampa) tienen las alas estrechas y terminadas en puntas, lo que les permite vuelos sostenidos y rápidos. En el otro extremo, por ejemplo el tero, tiene alas redondeadas lo que le permite mayor maniobrabilidad pero no una capacidad de vuelo de gran distancia. Algunas especies son de costumbres solitarias y se presentan en parejas o pequeños grupos familiares, pero la mayoría son altamente sociales y se encuentran en grandes ban- dadas fuera del período reproductivo. Son territoriales durante la reproducción y muchos también lo son durante el período no reproductivo, cuando defienden territorios de alimentación. En la mayoría de los casos el nido que construyen es una mera depresión en el suelo, ligeramente acondicionado con algunos vegetales o piedritas o trozos de conchillas en las playas. La puesta varía entre dos y cuatro huevos que son de colo- ración camuflada (Canevari et al, 2001). Chorlo doble collar defendiendo territorio. H um ed al es ,p la ye ro s e in ve rt eb ra do s Humedales costeros y aves playeras migratorias 21 Familia Scolopacidae Este diverso grupo tiene 82-88 especies vivientes, dependiendo entre otras cosas, de la inclusión o exclusión de los falaropos1 dentro de él. En la taxonomía con- vencional, estas aves se consideran como una o dos familias separadas de las demás aves playeras (Scolopacidae y Phalaropodidae). No es diagnosticable morfológica- mente de manera inequívoca. Dentro del Orden, se separan de otras familias simila- res en aspecto, porque todas las especies tienen cuatro dedos y escamas tarsales de forma aproximadamente rectangular o romboidal. Variables en tamaño, miden entre 15 y 75 cm de largo total (longitud desde el extremo del pico hasta la punta de la cola), tienen el cuello de longitud normalmente mediana, las patas medianas o largas, y el plumaje mayormente en tonos de pardo, blanco y gris, con abundan- cia de manchas de diferentes diseños. Para su caracterización morfológica, resulta más conveniente separar los grupos naturales que corresponden, casi todos, a las denominaciones genéricas. Por ejemplo, las especies del género Limosa se distinguen del resto en la familia por su pico largo, comprimido y recurvado; mientras que los playeros del género Calidris son inconfundibles por su cuerpo redondeado, la corta longitud del cue- llo y sus picos casi rectos, tubulares y de longitud similar a la de la cabeza (Cane- vari et al, 2001). Nido y pichón de doble collar recién salido del huevo. Obsérvese la simpleza del nido. topografía de un ave playera. 1- Los falaropos (Familia Phalaropodidae) incluye a un conjunto de especies que nidifican en el Hemis- ferio Norte y de las cuales tres especies migran hasta Argentina. Son aves nadadoras, con patas pal- madas, que se caracterizan por girar sobre si mismos mientras nadan. H um ed al es ,p la ye ro s e in ve rt eb ra do s 23 Las especies que visitan la costa patagónica Especies de la familia Charadriidae Chorlo de doble collar, Charadrius falklandicus • Identificación: Tamaño peque- ño (17-19 cm). Pico negro corto, patas negras. Cara y frente blancas con banda frontal negra que se extiende por detrás de los ojos. Resto de la cabeza y dorso del cue- llo canela rojizo. Demás partes dor- sales de color pardo. Partes inferiores blan- cas con dos evidentes bandas pectorales negras, si bien la parte superior puede ser incompleta, en particular en las poblaciones de las Islas Malvinas. En invierno, el canela rojizo es reemplazado por gris y el negro de las fajas pectorales se torna también grisáceo. Los juveniles similares a los adultos en plumaje invernal pero con fajas pectorales pardas. En vuelo emite un característico “pit-pit-pit”. • Distribución: se distribuye, por el Pacífico, desde el centro de Chile hasta las islas australes; y por el Atlántico hasta la provincia de Buenos Aires. • Sitio de reproducción: costa argentina, pero también en pastizales húmedos y costas de lagunas, ríos y arroyos. Chorlo de pecho canela, Charadrius modestus • Identificación: Tamaño pequeño a mediano (19-22 cm). Pico corto y negro, patas grises oscuras. Corona, dorso y rabadilla pardos. Cara y garganta gris, con notable vincha blanca. Pecho rojizo (canela) que termina en banda pectoral negra. Resto del vientre blanco. En plumaje no reproductivo presenta pecho gris oscuro y la banda negra es menos notable. • Distribución: restringido al extremo sur de América del Sur. Es un migrador de mediano alcance con poblaciones resi- dentes. En invierno llega hasta Buenos Aires, Uruguay y sur de Brasil. También en Chile y Perú por la costa del Pacífico. • Sitio de reproducción: pastizales interiores de Tierra del Fuego, sur de Santa Cruz e Islas Malvinas. Chorlito palmado, Charadrius semipalmatus • Identificación: Tamaño pequeño (17-19 cm). Su nombre hace referencia a que tiene los dedos de las patas conec- tados por pequeñas membranas. Pico corto, anaranjado en la base y negro en el extremo, excepto en el juvenil en el que es gris negro. Patas anaranjadas o rojizas. Rechoncho; dorso gris ceni- ciento. Partes inferiores blanco, con banda pectoral negra. Esta única banda (“collar”) en el pecho lo diferencia de Cha- radrius falklandicus. • Distribución: en la época no repro- ductiva visita las costas de Argentina (desde Buenos Aires a Tierra del Fuego) y Uruguay, aunque es poco abundante probable- mente debido a que la mayoría de la población pasa esta etapa en el norte de América del Sur. • Sitio de reproducción: tundra ártica de Canadá y Alaska. Chorlo Pampa o Dorado, Pluvialis dominica • Identificación: Tamaño mediano (24-28 cm), robusto. Pico negro, recto y mediano. Patas largas, gris verdoso. En la época no reproductiva con dorso y raba- dilla pardo salpicado de ocre. Vientre blanquecino. En plumaje reproductivocolora- ción ventral negra con notable ceja, lados del cuello y pecho blancos. Es posible confundirlo con el chorlito ártico, que es más cabezón, y rechoncho y posee pico más robusto y tiene además la rabadilla blanca y mancha axilar negra visibles en vuelo. • Distribución: En el verano se encuentra en el centro y norte de la Argentina, y ocasionalmen- te llega hasta Patagonia y Tierra del Fuego. • Sitio de reproducción: tundra ártica. Humedales costeros y aves playeras migratorias Humedales costeros y aves playeras migratorias H um ed al es ,p la ye ro s e in ve rt eb ra do s 25 Playero Blanco, Calidris alba • Identificación: Tamaño pequeño (20-21 cm). Pico corto y recto de color negro. Patas de color negro con sólo tres dedos. En plumaje no reproductivo su dorso es gri- sáceo con pequeñas rayas pardas; lados de la cabeza y partes inferiores del pecho y vientre blancas. Los juveniles pre- sentan un parche negro en los hombros. En plumaje repro- ductivo se torna rojizo dorsalmente. De costumbres grega- rias, en general habita las costas marinas. Una conducta típica de esta especie es la de correr asociados a los movi- mientos de las olas, en búsqueda del alimento que queda expues- to cuando se retira el agua. Vuela en bandadas muy compactas rotando el cuerpo, mos- trando el color gris y blanco. Llama la atención la banda alar blanca durante el vuelo. • Distribución: playas marinas de toda la Argentina. Es más abundante en la costa pacífica del continente. • Sitio de reproducción: tundra ártica. Playero de rabadilla blanca, Calidris fuscicollis • Identificación: Tamaño pequeño (15-18 cm). Pico y patas negras. Coronilla, auri- culares, nuca y partes superiores gris parduzco opaco, con los cálamos3 de las plumas más claros dándole una apariencia estriada. Franja superciliar blanquecina, proyectán- dose detrás del ojo. Por debajo blancuzco, ligeramente grisáceo en el pecho y los flan- cos que además están salpicados de marrón grisáceo. En plumaje reproductivo son más oscuros por encima, manchados de canela y negruzco. Coberteras4 supracaudales y rabadilla blancas, contrastando fuertemente con las alas y la cola, ambas negruzcas. Alas muy largas, proyectándose más allá de la cola cuando están en reposo. Es posible confundirlo con el playero unicolor, del cual se distingue por su inconfundible rabadilla blanca. • Distribución: en verano desde Uruguay hasta Tierra del Fuego. Se lo encuentra en una gran variedad de hábi- tats, incluyendo playas marinas, pastizales inundados charcas y lagunas. • Sitio de reproducción: tundra ártica. Chorlo Ártico, Pluvialis squatarola • Identificación: Tamaño mediano (27-30 cm). Pico corto, grueso y negro. Patas largas, gri- ses u oscuras. Rechoncho, cabezón y con ojos grandes. En plumaje no repro- ductivo es grisáceo con la parte inferior blanca. Ceja, banda alar y rabadilla blanca. Cola blanca con barras oscuras. • Distribución: en la época no reproductiva se lo encuentra en la costa argenti- na, hasta Tierra del Fuego. • Sitio de reproducción: tundra ártica. Especies de la familia Scolopacidae Becasa de mar, Limosa haemastica • Identificación: Tamaño grande (37-42 cm). Pico largo y delgado, levemente curvado hacia arriba, de base rojiza y punta negra. Patas lar- gas, grises o azul grisáceo, que les permiten forraje- ar en aguas someras. En vuelo son visibles rabadilla y banda alar2 blancas. Parte interior del ala oscura. En plumaje no reproductivo, el más común en América del Sur, de coloración pardo grisácea, más clara por debajo. • Distribución: en verano en costas marinas y también en humedales interiores. Se destaca sus grandes concentraciones en el norte de Tierra del Fuego (Bahías Lomas y San Sebastián) y la isla de Chiloé (Chile). • Sitio de reproducción: tundra ártica. 2- Banda alar es una zona coloreada del ala, sólo visible mientras el ave vuela. 3- El cálamo o cañón es la parte hueca traslúcida de la parte inferior de la pluma, que se inserta en la piel y sujeta por tejidos musculares. El raquis es la nervadura central de la pluma de la que nacen sus otros elementos que la componen, las barbas. Las barbas son los elementos que forman los planos de las plumas. De ellas parten unos elementos menores, las bárbulas que se entrelazan con otras bárbulas por medio de unos ganchos. 4- Las plumas se clasifican de acuerdo a su función. Las protectoras o de abrigo son las tectrices. Las de función motora son las rémiges o remeras de las alas y las rectrices o timoneras de la cola. Acom- pañando o cubriendo a las motoras, las coberteras, que son plumas acompañantes que participan en dar al ala una superficie aerodinámica y soporte; estas plumas se nombran como mayores y menores de acuerdo con su tamaño y localización. Playero unicolor, Calidris bairdii • Identificación: Tamaño pequeño (14-17 cm). Pico y patas negros. Coloración dorsal marrón anteada, con las plumas de la nuca, espalda, rabadilla y escapulares con puntas blancas y anteadas (negras en plumaje reproducti- vo). Rabadilla, coberteras supra- caudales y centro de la cola negros, contrastando con los lados blanco sucio, especialmente en vuelo. Garganta, pecho bajo y abdo- men inmaculadamente blancos. Alas oscuras y muy largas, proyectándose más allá de la cola cuando el ave está en reposo. • Distribución: durante la época no reproducti- va es de amplia distribución, desde Centroamérica hasta Argentina. Se lo observa en una gran variedad de ambientes acuáticos, desde playas de arena y planos lodosos costeros hasta pastizales anegables, pantanos y orillas de lagunas en el interior del continente. • Sitio de reproducción: tundra ártica. Playero rojizo, Calidris canutus rufa • Identificación: Tamaño mediano (23-25 cm). Pico mediano, recto y negro. Patas medianas a relativamente cortas para un playero, de color oliváceo. Cuerpo redondeado y pesado. En la época no reproductiva de color general grisáceo con estrías rojizas en la parte superior. Las partes inferiores blanquecinas moteadas de un color rojizo canela. Inconfundible, es un playero muy robusto, de lomo y cola grisáceos y barras blancas en las alas. En plumaje reproductivo, las partes superiores con manchas negras, blan- cas y ocres; pecho pardo rojizo y abdomen blanco. A fines de verano-prin- cipios de otoño, cuando estas aves realizan sus desplazamientos migratorios hacia el norte, en la costa patagónica pueden verse ejemplares con plumajes intermedios entre no reproductivo y reproductivo. • Distribución: la mayor concentración duran- te la época no reproductiva se ubica en el norte de Tierra del Fuego (bahías Lomas y San Sebas- tián). Durante sus desplazamientos migratorios puede ser observado en diferentes sitios de la costa argentina: estuario del río Gallegos, Bahía Bustamante, Península Valdés, San Antonio Oeste y Bahía Samborombón. • Sitio de reproducción: tundra ártica. 27 Vuelvepiedras, Arenaria interpres • Identificación: Tamaño mediano (21-25 cm). Pico cónico, recto, corto y puntiagudo, de color negro. Patas cortas anaranjadas, muy llamativas. Cuerpo rechoncho, robus- to, de coloración general café roji- zo, con mancha negra en el pecho; garganta y vientre blancos. Durante su permanencia en el Neotró- pico el plumaje varía mucho de un indi- viduo a otro, principalmente por el patrón irregular de manchas oscuras sobre el fondo canela del dorso. Carac- terístico por las manchas negras de la cara y pecho y por el anaranjado de sus patas. Tiene un vuelo fuerte y directo presentando un inconfundible diseño dorsal pardo y negro y una banda alar en forma de “W”. Debe su nombre a que utiliza su fuer- te cuello para dar vuelta piedras, algas o valvas de moluscos y conseguir así los invertebrados que les sirven de alimento. • Distribución: es particularmente abundante en Centroamérica, Antillas, el norte de Sudamérica, Perú y norte y centro de Chile. En Argentina es poco abundan- te, distribuyéndose en zonas costeras desde Buenos Aires hasta Tierra del Fuego. • Sitio de reproducción:se reproduce en el Ártico. Playerito manchado, Actitis macularia • Identificación: Tamaño pequeño (18-20 cm). Pico recto, de mediano tamaño, negro con la base amarillenta. Patas medianamente lar- gas amarillo-verdosas. Cuerpo rechoncho color pardo grisáceo en la parte superior y blanco en la inferior. Notable ceja blanca. Camina moviendo la cola hacia arriba y abajo. Posado, realiza constantes movimien- tos de balanceo del cuerpo; este movimien- to es distintivo. Vuela a baja altura con las alas combadas, que no sobrepasan el plano horizontal del cuerpo. • Distribución: es común hasta el sur de Bolivia y Brasil; ocasionalmente llega hasta Uruguay y costa norte de Chile y Argentina. • Sitio de reproducción: zona templada de América del Norte. Humedales costeros y aves playeras migratorias H um ed al es ,p la ye ro s e in ve rt eb ra do s Humedales costeros y aves playeras migratorias Pitotoi solitario, Tringa solitaria • Identificación: Tamaño pequeño (18-20 cm). Pico recto, puntiagudo, gris claro. Patas amarillas o grises, relativamente largas. Cuerpo fino, dorso café oscu- ro y pecho blanquecino con estrías oscuras. Rabadilla partida y cola barrada. Anillo blanco alrede- dor del ojo muy evidente. • Distribución: llega a la Argentina hasta la costa de Río Negro. Aunque se lo encuen- tre en zonas costeras, es más común en aguas interiores • Sitio de reproducción: bosques boreales de Canadá y Alaska. Pitotoi grande, Tringa melanoleuca • Identificación: Tamaño grande (29-33 cm). Pico negro, muy fuerte y ligeramente recur- vado, aproximadamente 1,5 veces el largo de la cabeza. Patas muy largas y amarillas. Dorso pardo estriado y vientre blanco. Puede presentar man- chas negras en los flancos y pecho. Garganta, ceja y rabadilla blancas. • Distribución: en toda Amé- rica Latina hasta el estrecho de Magallanes, en zonas costeras e interiores. • Sitio de reproducción: zona central de Canadá y sur de Alaska. H um ed al es ,p la ye ro s e in ve rt eb ra do s 29 Pitotoi chico, Tringa flavipes • Identificación: Tamaño mediano (23-25 cm). Pico negro, delgado, puntiagu- do y recto, casi del mismo tamaño que la cabeza. Patas muy largas y amarillas. El dorso y la cabeza café oscuro con pequeñas barras blancas. Raba- dilla y cola blancas muy eviden- tes en vuelo. Parte inferior blan- ca con estrías en cuello y pecho. Difícil de diferenciar del pitotoi grande, salvo por el menor tamaño relativo del pico y las vocalizaciones. Camina a zancadas. Balancea la cabeza y cuello como si estuviera saludando. • Distribución: en toda América Latina hasta el estrecho de Magallanes, tanto en zonas interiores como en la costa, pero prefiere agua dulce. • Sitio de reproducción: norte de Canadá y Alaska. Chorlo trinador, Numenius phaeopus • Identificación: Tamaño muy grande (40-46 cm). Pico largo y grueso (9 cm), negro, fuertemente curvado hacia abajo. Aspecto del cuerpo moteado, con la región dorsal color café y ocre. La cabeza pre- senta franjas color café oscuro y blancas bien notorias. La gar- ganta y el abdomen son blanquecinos y el pecho es estriado. Patas largas de color gris azuladas. • Distribución: desde el norte de Sudamérica por ambas costas hasta Chile y Tierra del Fuego. Es más abundante por el Pacífico. Frecuenta estuarios y playas de arena. • Sitio de reproduc- ción: tundra ártica de Cana- dá y Alaska. Humedales costeros y aves playeras migratorias H um ed al es ,p la ye ro s e in ve rt eb ra do s 31 Aves neárticas y neotropicales La distribución actual de las aves en la superficie de la Tierra es, esencial- mente, función de la importancia y de la extensión de las barreras geográficas y cli- máticas que, en todas las edades de la Tierra, se han opuesto a una dispersión uni- forme de estas especies, sobre todo en lo que respecta a los buenos y malos volado- res. Estas barreras están constituidas por los océanos, las altas cadenas de monta- ñas y los desiertos. Pero es muy evidente que, aún sin remontarse a las épocas ante- riores al Terciario (más allá de 65 millones de años), estas barreras no han tenido siempre la misma distribución topográfica que presentan en la actualidad. Es por esto que hoy en día la distribución de los diferentes tipos de aves, influida por estas fluctuaciones geológicas, no está directamente relacionada a la topografía actual de los continentes, difiriendo a veces notablemente de lo que podría esperarse a prio- ri. (Berlioz, 1966). En conjunto, los zoogeógrafos, es decir los profesionales que se ocupan de la adaptación de los animales a las diferentes regiones del globo, distinguen gran- des áreas de repartición de la fauna, válidas en particular para las poblaciones de aves. Las regiones son: Neártica, Paleártica (que juntas son conocidas como Holárti- ca), Neotropical, Etiópica, Oriental y Australiana. Dentro de los grupos de aves que nos competen, debemos hacer hincapié en aquellas especies del Hemisferio Occidental: neárticas y neotropicales. Las especies Neárticas Nidifican en el Ártico durante el verano boreal y migran luego hacia el sur, deteniéndose para alimentarse y recuperar energías en humedales costeros e inte- riores. Durante el período no reproductivo se concentran en América Central y Amé- rica del Sur y a fines del verano-principios del otoño austral, emprenden el regreso a las áreas de cría en el Hemisferio Norte (Blanco y Canevari, 1995). Las especies de los géneros Pluvialis y Calidris mencionadas precedentemente se incluyen en este grupo de aves. Las especies Neotropicales Son exclusivas de América del Sur. Dentro de este grupo podemos diferen- ciar a las especies Patagónicas. Estas nidifican principalmente en la Patagonia durante el verano austral y luego migran total o parcialmente hacia el norte duran- te el período no reproductivo (Blanco y Canevari, 1995). Ejemplo de este grupo de aves es el chorlo de doble collar. Migración y rutas migratorias Una de las características de las aves es su aptitud para realizar desplaza- mientos migratorios; fenómeno que se facilita por su capacidad de vuelo y proba- blemente originado como una respuesta a condiciones ambientales adversas, como climas extremos y/o la disminución de alimento. Si bien esta condición podría apli- carse a casi todas las aves, las distancias de desplazamiento varían grandemente entre las especies. Como regla general, las migraciones más notables, caracterizadas por sus desplazamientos interhemisféricos, se observan en especies que se reprodu- cen en el Hemisferio Norte (holárticas). Uno de los motivos que pueden explicar el por qué las especies holárticas han desarrollado desplazamientos migratorios latitudinales, debe buscarse en el pasado geológico. Durante el período glaciar que tuvo lugar durante el Pleistoceno en los últimos dos millones de años, el Hemisferio Norte quedó sucesivamente cubierto de glaciares. Esta condición climática extrema, fue un factor condicionante para que muchas especies desarrollaran una respuesta de supervivencia (migración) ante la alternativa de extinguirse. Por ello, los playeros neárticos que visitan nuestras costas, son aves que llegan a realizar vuelos de entre 25.000 y 30.000 km anualmente al unir, en viaje de ida y vuelta, sus sitios de cría (tundra ártica) con los sitios de descanso (costa patagónica). Distribución mundial de los grupos de aves. Humedales costeros y aves playeras migratorias Adaptaciones para los vuelos Para efectuar los extraordinarios vuelos ininterrumpidos que realizan entre escalas, las aves han desarrollado complejos mecanismos a fin de ajustar sus cuer- pos a las exigencias del vuelo. Por ejemplo, se ha demostrado que previo a cada ini- cio de un vuelo prolongado pueden aumentar sustancialmente su masa de múscu- los pectorales (los que utilizan para mover las alas). Asimismo, esto va acompaña- do de una reducción de aquellos órganos que no utilizan en vuelo, lo que les per- mite tener mayor volumen corporal para el desarrollo tanto de sus músculos,como para acumular las sustancias de reservas que les servirán como “combustible” en sus travesías. Ruta migratoria del playero rojizo La ruta migratoria del playero rojizo es una de las más conocidas a la fecha. Esta especie se reproduce en la tundra ártica canadiense, durante los meses de junio- julio (verano boreal). Su ruta migratoria hacia el sur, desde su sitio de cría, presenta una primera parada en la costa este de Canadá y EEUU; la siguiente detención se ubica en Surinam y desde allí, finalmente, se desplazan hasta Tierra del Fuego adon- de arriban a fines de septiembre-principios de octubre. En esta migración, ciertas bandadas paran en San Antonio Oeste. En Tierra del Fuego pasan el verano austral (“invernada”, según la lite- ratura anglosajona) en donde permanecen hasta fines de febrero, concentrán- dose básicamente en Bahía San Sebastián y Río Grande (Argentina) y Bahía Loma (Chile). En sus desplazamientos hacia el norte, las primeras paradas significativas se registran en los golfos norpatagónicos (Península Valdés y San Antonio Oeste); con- tinúa en ciertas áreas del sur de Brasil (Río Grande do Sul), para luego proseguir su vuelo hasta Bahía Delaware (EEUU). Esta es su última parada previa a su llegada a los sitios de cría, en el Ártico. Hacemos notar que el trayecto entre Brasil y Bahía Delaware (8.000 Km) constituye, a la fecha, el vuelo ininterrumpido más extenso conocido para un ave por la ciencia. La ruta descrita cita los puntos de mayor concentración de individuos, pero no invalida que grupos menores puedan ser observados en otros sitios de la costa. De hecho, Bahía Bustamante, Puerto Madryn y Punta Rasa, por ejemplo, son locali- dades donde se cita la presencia de playeros. H um ed al es ,p la ye ro s e in ve rt eb ra do s 33 Los humedales costeros y las aves playeras. El concepto de “cuello de botella” Los humedales costeros son ambientes esenciales para sustentar poblacio- nes de aves playeras. Tal como se indicara precedentemente, dada la particular bio- logía de estas especies, un reducido número de sitios ubicados a lo largo del conti- nente americano son utilizados por las aves playeras como parada. Las especies neárticas, recorren anualmente entre 25.000 y 30.000 km uniendo la tundra Ártica y la costa patagónica sur. Sin embargo, quizás lo más des- tacado de estas migraciones, reside en los pocos sitios donde hacen parada duran- te sus desplazamientos. Por ejemplo, para el playero rojizo, se reconocen alrededor Ruta migratoria del playero rojizo Humedales costeros y aves playeras migratorias de sólo una decena de humedales a lo largo de las Américas donde hace parada, considerando tanto su migración hacia el norte como hacia el sur. Como una consecuencia de lo descrito, y teniendo en cuenta que la crono- logía de la migración es muy estricta para todas las especies (deben llegar al Ártico para reproducirse), se presentan altísimas concentraciones de aves que concurren simultáneamente en cada parador. Estos humedales se caracterizan por su altísima productividad, que proporciona una oferta de alimento óptimo en calidad y canti- dad en el momento en que las aves hacen su parada. Dentro de lo planteado, citaremos ciertos hechos que permiten compren- der el valor de estos sitios. • Las poblaciones de playeros neárticos son notablemente reducidas. El caso más crítico se presenta para el playero rojizo, especie que presentaba, hacia la déca- da del 80, una población total estimada en 100.000-150.000 individuos. Actualmen- te, la población se ha reducido alarmantemente, a valores que no superarían las 35.000-40.000 aves. • Dependencia de los humedales y de su oferta trófica. Cada especie de playero es particularmente fiel al hábitat que frecuenta y al alimento que del mismo obtie- ne. Son especies oligotróficas, es decir que se alimentan de un abanico muy restrin- gido de presas en cada sitio donde paran. • Fidelidad por los sitios de reproducción. Dentro de las especies que nidifican en la costa patagónica, se ha comprobado que el chorlo de doble collar regresa anual- mente a la misma playa para reproducirse. • Vulnerabilidad de las especies de aves. Teniendo en cuenta que lo reducido de las poblaciones implica poca variabilidad genética, esto se traduce en una disminu- ción potencial de respuestas para superar situaciones de estrés ambiental, tanto de origen natural como antrópico, que pudiesen ocurrir en los sitios donde paran. Aunando los criterios mencionados, se concluye que aquellos humedales utilizados como puntos de parada por aves playeras migratorias, representan verdaderos cuellos de botella, de los cuales depende la supervivencia de dichas especies. H um ed al es ,p la ye ro s e in ve rt eb ra do s 35 ¿Qué características debe reunir un sitio para servir de parada a las aves playeras? Estos cuellos de botella deben reunir una serie de condiciones particulares. En un esquema general, se destacan por sus ofertas de ambientes y de alimento ade- cuados para las necesidades de las aves. AMBIENTES Alimentación Descanso Nidificación ALIMENTO Cantidad altas densidades Calidad alto valor energético tamaño apropiado Accesibilidad disponible el mayor tiempo posible accesible al largo del pico Los ambientes Tal como se señaló precedentemente, los ambientes que sustentan aves pla- yeras deben adecuarse a sus necesidades vitales más importantes: alimentación, des- canso y reproducción. Los sitios de alimentación están restringidos a aquellos en los cuales la oferta trófica es óptima en calidad, cantidad y accesibilidad. Los sitios de descanso, como regla general, deben reunir condiciones de seguridad a las bandadas. Ello está relacionado con una buena visión general por parte de las aves para detectar potenciales predadores. No puede hablarse de un sitio específico que sirva de descanso para los playeros, dado que frecuentemente una misma bandada puede cambiar de sitio entre días o bajo diferentes condicio- nes. Por ejemplo, un mismo grupo de playeros, cuando las pleamares son de poca altura, puede descansar en la playa en áreas inmediatas a la línea de marea. Sin Humedales costeros y aves playeras migratorias embargo, cuando la altura de pleamar es alta, deben buscar refugio en una zona adyacente a la playa, o aún en otra localidad. Respecto de los ambientes para reproducción, nos restringimos a las especies neotropicales, tales como el chorlo de doble collar. Esta especie general- mente utiliza zonas continentales adyacentes a ciertas playas, cuyas calidades de tipo de piso y cobertura vegetal sean adecuadas para la nidificación. 1- playeros rojizos en actividades de alimentación 2- Playa Fracasso. Sitio de descanso continental utilizado por playeros. 3- playeros rojizos descansando en playa, durante pleamares de poca altura 4- playeros de rabadilla blanca y chorlos doble collar descansando en zonas supralitorales, durante pleamares de gran amplitud. 5- zona de nidificación de chorlos doble collar en Playa Paraná, Puerto Madryn Diferentes ambientes necesarios para las actividades de los playeros. H um ed al es ,p la ye ro s e in ve rt eb ra do s 37 El alimento: los invertebrados Los chorlos y playeros se alimentan básicamente de invertebrados que viven en los intermareales. Entendemos por intermareal a la playa que queda al descubier- to en bajamares y que técnicamente se define como el espacio delimitado entre la pleamar y la bajamar. Los intermareales son ambientes sumamente complejos, dado que a lo largo del gradiente pleamar-bajamar, los factores físicos (temperatura, desecación y humec- tación, entre otros) tienen diferente expresión en cada nivel de la playa. Por lo tanto, la zona del intermareal que se encuentra cerca de la línea de bajamar, tiene muchas más horas diarias de cobertura de agua que una zona cercana a la línea de pleamar. Conse- cuentemente, existe una gradación del impacto de los factores físicos, que presenta su mayor incidencia en los niveles altos. Comoconsecuencia del accionar de los factores mencionados, los organismos se distribuyen diferencialmente en estos ambientes, según las adaptaciones propias que desarrolló evolutivamente cada especie. Los organismos que viven asociados al sustrato se denominan bentónicos y su modo de vida está condicionado de acuerdo con las características del sustrato. Si éste es rocoso, los organismos se desarrollan (salvo raras excepciones) adheridos a la superfi- cie mientras que, si el sustrato es arenoso, los organismos generalmente viven enterra- dos en el mismo y se los denominan infaunales. En virtud de estas dos clases de inter- mareales, rocosos y arenosos, las metodologías de estudio de las comunidades bentóni- cas, esencialmente similares, se diferencian en el modo de obtención de muestras. Las regiones de nuestro mar Las aguas que bañan la costa argentina no son homogéneas. Si contempla- mos las imágenes satelitales extraídas del sitio en internet del Servicio Meteorológico Nacional (http://www.smn.gov.ar) podemos ver qué diferentes pueden ser los valores de temperatura del agua del mar en diferentes momentos; en este caso, en marzo y septiembre de 2006. Dichas imágenes representan dos momentos puntuales de un proceso continuo: podemos asumir que son dos fotos de una película. Sirvan las imá- genes como soporte para explicar que el mar argentino está condicionado por dos corrientes marinas: una de ellas con aguas cálidas (corriente del Brasil) y la otra con aguas frías (corriente de Malvinas). A lo largo del período anual, el frente de encuen- tro entre ambas corrientes no es fijo, pero puede generalizarse que dicha línea de encuentro se ubica, en promedio, frente a la Península Valdés. De este modo, quedan definidas en nuestro mar dos regiones, asociadas con las corrientes mencionadas. Así como previamente hacíamos referencia a la distribución mundial de los grupos de aves, los zoogeógrafos (o biogeógrafos, en sentido más amplio) definen dos Provin- cias Biogeográficas en el Mar Argentino: la Provincia Argentina, que se extiende entre la Península Valdés y el sur de Brasil y la Provincia Magallánica, que se desarrolla desde la península hasta el sur argentino-chileno. Cada provincia tiene especies exclu- sivas, asociadas a las condiciones del agua. Por otra parte, también existen especies que son comunes a ambas, caracterizadas porque sus umbrales fisiológicos de tole- rancia a las condiciones fisicoquímicas son menos estrictos. 1 2 3 4 5 Humedales costeros y aves playeras migratorias H um ed al es ,p la ye ro s e in ve rt eb ra do s 39 Los invertebrados que viven en nuestras costas En este apartado conoceremos algunas de las especies de invertebrados que podemos encontrar en nuestras costas. Por supuesto que la lista es parcial y se ha ela- borado teniendo en cuenta a algunas que son presas de los playeros u otras aves. Temperatura del agua en el Mar Argentino en marzo y septiembre de 2006 (arriba) y delimitación de las dos provincias biogeográficas (abajo). Topografía de un bivalvo y un caracol. Humedales costeros y aves playeras migratorias Mejillón, Mytilus edulis • Identificación: bivalvo que puede alcanzar tallas de hasta 11 cm. Si bien su morfología puede ser muy variable, su forma puede asimilarse a la de un trape- zoide. El borde inferior es generalmente recto, aunque puede mostrarse cóncavo o convexo. Borde superior convexo. Umbo5 en el extremo anterior aguzado. Superficie de las valvas lisas, con presen- cia de sutiles líneas de crecimiento con- céntricas. Coloración que varía del pardo al azul violáceo. • Distribución: especie cosmopolita, con amplia distribución en todos los mares del mundo. Es una especie muy plástica, que puede vivir desde el nivel inter- mareal hasta aguas profundas que superan los 100 metros. Cholga, Aulacomya atra atra • Identificación: bivalvo con forma de cuña. Puede llegar a los 15 cm. Sus valvas son gruesas y presentan escultura radial bien marcada (costillas), además de las líne- as de crecimiento. Su umbo es puntiagudo, borde superior convexo e inferior recto o cóncavo. Charnela6 con un solo diente. Coloración parda amarillenta en individuos jóvenes y azul violáceo en adultos. • Distribución: en el Atlántico, desde el sur de Brasil hasta Tierra del Fuego e Islas Malvinas; por el Pacífico hasta Perú. Habita los niveles más inferiores del intermareal, hasta aguas profundas. Mejillín, Brachidontes rodriguezi • Identificación: Valvas con umbos subterminales y redondeados. Borde dor- sal redondeado o arqueado mostrando un ángulo en la mitad del largo total. Borde ventral cóncavo. Posee estrías radiales delicadas, interrumpidas por líne- as de crecimiento; la región anterior suele ser lisa. Las tallas máximas no superan los 4 cm. Periostraco7 color castaño claro a castaño oscuro. Coloración violácea. H um ed al es ,p la ye ro s e in ve rt eb ra do s 41 • Distribución: Desde el sur de Brasil hasta el Golfo Nuevo. Habita exclusivamente en los intermareales rocosos, adherido mediante filamentos bisales en muy altas densidades. Mejillín, Perumytilus purpuratus • Identificación: Valvas con umbos redondeados. Borde ventral ligeramente cóncavo; borde dorsal con un ángulo anterior a la mitad del largo total de dicho borde aunque, a veces, apenas se insinúa. La superficie presenta estrías bifurcadas y gruesas. También presenta estrías de crecimiento. El periostraco de color negruzco o castaño oscuro. La zona anteroventral muestra generalmente coloración rojiza. Esta especie en su talla máxima no supera los 4 cm. • Distribución: Desde el sur del Golfo San Matías hacia el estrecho de Magalla- nes. Por el Pacífico llega hasta la costa ecuatoriana. Como el otro mejillín, habita exclusivamente en los intermareales rocosos, en muy altas densidades. Almeja, Darina solenoides • Identificación: bivalvo de morfolo- gía oval, muy comprimido y de valvas muy delgadas. Las valvas articulan mediante una estructura particular, relativamente fuerte, que se ubica debajo del umbo y con forma de cuchara llamada condróforo y sobre el que se asienta una estructura elástica que naturalmente hace separar las valvas. Presenta coloración blanquecina. Sus sifones son cortos y anchos. • Distribución: Desde el sur de la costa bonaerense hasta Estrecho de Magalla- nes. Vive enterrada en intermareales con sedimentos arenosos. 5- Umbo es el “ápice” de la valva en los bivalvos. Es el área desde la cual parte el crecimiento de la concha siendo, por lo tanto la parte más antigua de la misma. Generalmente es la parte sobresalien- te de la valva. De modo concéntrico a los umbos, pueden verse las líneas de crecimiento, que se pro- ducen cuando se suspende o retrasa temporalmente el crecimiento de las valvas. 6- La charnela es una estructura de la valva que sirve para articular con su correspondiente de la valva opues- ta. Presenta diferentes grados de complejidad según cada especie y se destaca por la presencia de dientes, que encajan en cavidades de la valva opuesta. Las charnelas se sitúan en la parte interna de los umbos. 7- Las conchillas de los moluscos constan de tres capas paralelas. La más interna es la capa nacarada (de aquí el nácar que se destaca en muchas especies), seguida de la capa prismática. Estas dos capas son de carbona- to de calcio. La tercera capa, la más externa, es el periostraco. Esta es orgánica, semitransparente y se mani- fiesta como una pequeña película de barniz. Por ser muy lábil, puede presentar distintos grados de desgaste. Almeja, Tellina petitiana • Identificación: bivalvo oval, alar- gado, muy comprimido, de valvas delga- das y frágiles. Su borde anterior es redon- deado y el posterior agudo y sinuoso. Posee en surco que corre desde el umbo hasta el extremo posterior. El periostraco es color gris amarillento pero la colora- ción general de las valvas es blanquecina. Posee dos sifones muy largos. Tegula, Tegula patagonica • Identificación: caracol de valva cóni- ca, redondeada y con cuatro anfractos (vuel-tas) convexos y totalmente esculturados con anchas estrías. La base es algo plana e igual- mente esculturada. Asimismo son notables las estrías de crecimiento, que dan aspecto nudoso al cruzarse con los cordones espira- les. Color de la conchilla pardo claro a oscu- ro, a veces pardo violáceo. La base mide unos 20 mm y su altura unos 16 mm. • Distribución: Desde el sur de Brasil hasta Tierra del Fuego. Habita en los inter- mareales y submareales rocosos. Trofon, Trophon geversianus, T. plicatus, T. varians • Identificación: el género Tro- phon incluye un conjunto de especies muy abundantes en la costa argentina. Estas especies muestran gran variabili- dad en cuanto a la escultura de la con- chilla que pueden referirse a tres tipos básicos: cancelado, que presenta fuer- tes cordones espirales y pliegues longi- tudinales que dan un aspecto reticula- do. El máximo desarrollo de esta escul- tura se alcanza cuando los cordones axiales se transforman en verdaderas lamini- llas algo más separadas e inclinadas hacia la abertura, terminando en punta en la parte superior del anfracto. En el segundo tipo, varians, la escultura está pobre- mente representada siendo a veces tan débil, que la conchilla tiene aspecto liso. Finalmente, en el tipo acordonado, se manifiestan cordones fuertes, numerosos Humedales costeros y aves playeras migratorias H um ed al es ,p la ye ro s e in ve rt eb ra do s 43 y muy apretados, estando la escultura axial poco desarrollada o ausente. • Distribución: Con pequeñas variantes, estas especies se distribuyen desde el sur de Brasil hasta Tierra del Fuego. Habita en los intermareales y submareales rocosos, siempre asociados a bancos de mejillones o mejillines, de los que se ali- mentan. Estas especies son carniceras y han desarrollado mecanismos muy espe- cíficos para atacar sus presas: les producen un agujero cónico en las valvas para después introducir en ellos una probóscide (trompa) con la cual succionan los tejidos blandos. Buccino, Buccinanops globulosum • Identificación: Caracol de conchi- lla fuerte y lisa. Aspecto globoso debido a presentar una espira corta de vueltas convexas y un último anfracto muy dila- tado (unas cuatro veces mayor que la espira). Abertura amplia y canal sifonal8 muy marcado y profundo. Color pardo claro a pardo violáceo. • Distribución: Desde el la costa uruguaya hasta Santa Cruz. Habita en intermareales y aguas poco profundas con sustrato arenoso, donde vive enterrado. Es carroñero, detecta las partículas odoríferas de presas moribundas o en descom- posición mediante su sifón, marcadamente negro, que proyecta como periscopio aún estando enterrado. Olivela, Olivella platae • Identificación: Estos caracolitos presentan una forma delgada y muy grá- cil. Son muy pequeños (no alcanzan los 20 mm). La espira es alta y presenta una última vuelta muy desarrollada, con una sutura ancha y acanalada. La abertura es muy grande, equivalente a la mitad del largo. El exterior es brillante y color blan- quecino. • Distribución: Desde el sur de Bra- sil hasta Golfo Nuevo. Habita enterrada en los intermareales y submareales arenosos y fangosos. Es una especie carnívora y carroñera. 8- El canal sifonal es una extensión de la abertura, por donde se proyecta el sifón. 9- Pateliforme deriva de pateniforme, que significa con forma de patena. Se denomina patena al pla- tillo en el que se pone la hostia durante la celebración eucarística. En nuestros casos tomemos como pateliforme a aquellos morfos similares a un cono. Humedales costeros y aves playeras migratorias Lapa, Siphonaria lessoni • Identificación: conchilla pateli- forme9, de altura variable y contorno oval con una muesca en un costado y de diámetro no constante. Ápice pun- tiagudo curvado hacia atrás (parece un gorro frigio). Escultura de costillas suti- les radiales muy próximas que se pro- yectan a partir del ápice, a veces dobles, con los surcos intercostales de color castaño oscuro que contrastan contra el resto de la conchilla que es gris amarillenta. • Distribución: Desde Brasil hasta Tierra del Fuego y por la costa pacífica hasta Perú. Habita en la parte superior de los intermareales rocosos, en sitios son muchas horas de exposición al aire. Esto es consecuencia de que ha evolu- cionado desarrollando un “pulmón” que le permite respirar oxígeno atmosféri- co. Es una especie que se alimenta ramoneando la pátina de microalgas que cubre las rocas. Lapa, Patinigera magellanica • Identificación: Conchilla patelifor- me grande, sólida, alta o medianamente alta, fuerte, costillada, de contorno oval o subcircular, ligeramente angostada hacia adelante, más ancha hacia atrás. Ápice cen- tral o subcentral frecuentemente desgasta- do en adultos. El patrón de coloración es ancho, predominando el gris parduzco y pardo claro; el ápice suele ser pardo rojizo. Las costillas radiales principales, más anchas, suman alrededor de veinte y existen otras tantas secundarias entre las primeras. El mar- gen es fuertemente crenulado. • Distribución: muy amplia, por toda la costa patagónica desde Tierra del Fuego, llega hasta las aguas bonaerenses a cierta profundidad (50 metros o más). Por Chile llega hasta Valdivia. Es típica de intermareales rocosos. H um ed al es ,p la ye ro s e in ve rt eb ra do s 45 Cangrejos, Cyrtograpsus spp. • Identificación: los cangrejos son crustáceos decápodos ampliamente conocidos y distribuidos en los mares del mundo. Sólo haremos mención en este apartado a las especies del género Cyrtograpsus: C. angulatus; C. affinis y C. altimanus. Todas ellas se encuentran presentes en la costa argentina y resul- tan muy difíciles de identificar para el ojo inexperto. • Distribución: C. altimanus y C. affinis se distribuyen desde Brasil hasta Penín- sula Valdés. La distribución de C. angulatus es mucho más amplia, abarcando desde Brasil hasta Perú, por ambas costas atlántica y pacífica. Como término gene- ral, todas las especies habitan intermareales tano rocosos como arenosos y aguas poco profundas. Isópodos. (diferentes especies) • Identificación: Los isópodos representan uno de los grupos más numerosos de los crustáceos. La mayor parte de los varios miles de especies conocidas son marinas pero también las hay de agua dulce y unos pocos terres- tres. La característica de los isópodos es el aplanamiento dorsoventral del cuerpo, la cabeza en forma de escudo, ojos sési- les, la ausencia de caparazón y los tergos (patas) de los segmentos torácicos y abdominales tienden a proyectarse del cuerpo; estos apéndices son muy parecidos entre sí, de donde el nombre de isópodos. En la costa argentina este grupo de organismos está representado por numerosas espe- cies, son muchas las especies que podemos encontrar tanto en intermareales como en aguas de profundidad. Humedales costeros y aves playeras migratorias Anfípodos. (diferentes especies) • Identificación: la estructura de los anfípodos exhibe cierta convergen- cia con la de los isópodos; no presen- tan caparazón y tienen ojos sésiles. Sin embargo, en oposición a estos últimos, es muy clara la tendencia de los anfípo- dos a la compresión lateral, lo que presta a estos animales el aspecto de camarones. Los apéndices de estos organismos presentan diferentes mor- fología y función. Los apéndices toráci- cos suelen estar dirigidos hacia la cabeza (los primeros) y hacia detrás (los últi- mos). Los primeros, prensiles, suelen ser mucho mayores en el macho. Existen muchos miles de especies de anfípodos ampliamente distribuidos y habitan en intermareales y aguas profundas. La mayoría de ellos se alimenta de materia orgánica o detritos. Ostrácodo, Cycloleberis poulseni • Identificación: son crustáceos de pequeño tamaño (entre 0,5 a 2,5 mm). Pueden poseer ojos o carecer de ellos. El cuerpo, no segmentado y comprimi- do, está contenido lo mismo que los apéndices, en un caparazón bivalvo cuyas valvas están unidas dorsalmente por un ligamento elástico. Si bien no tienen nada en común, recuerdan a pequeños moluscos bivalvos.Estos crustáceos han evolucionado modifi- cando la función de sus apéndices: su principal órgano de locomoción, nadado- ra o reptante se realiza mediante sus antenas o apéndices torácicos respectiva- mente; estos apéndices muchas veces la utilizan también para la alimentación y aunque muchas de las especies sean filtradoras, otras especies remueven con sus antenas el sedimento y capturan pequeñas presas. Pueden vivir enterrados, sobre la superficie o asidos a vegetación. H um ed al es ,p la ye ro s e in ve rt eb ra do s 47 Lombriz, Laeonereis culveri • Identificación: Organismos largos y delgados, llegando a medir 3-4 cm. Habitan dentro del sedimento donde excavan galerías en forma de U de entre 10-20 cm de profundidad, alimentándo- se de la materia orgánica del sedimento. Viven en la franja entre mareas en ambientes arenosos o fangosos, prefe- rentemente de ambientes salobres (marismas y planicies de marea no vege- tadas). Son la base de la cadena alimen- taria de estos ambientes desde EEUU hasta la Patagonia. Lombriz, Travisia amadoi y Travisia olens • Identificación: Organismos fusifor- mes de hasta 5 cm de longitud y 0,5 mm de ancho. Habitan los sedimentos areno- sos entre mareas o de poca profundidad. Excavan galerías poco profundas (en pocos cm) y se alimentan de la materia orgánica del sedimento. Son característi- cos por el intenso olor que producen pro- bablemente al sentirse alterados. Quizás esto sea un mecanismo de defensa, al resultar repugnantes para sus predadores. Lombriz, Glycera americana • Identificación: Organismos lagos y finos, de hasta 10 cm de largo. Habitan galerías en el sedimento arenoso. Son depredadores de otros organismos que viven dentro del sedimento. Para captu- rar sus presas se valen de una probóscide larga y gruesa que se evagina rápidamen- te y que cuenta con cuatro mandíbulas. Humedales costeros y aves playeras migratorias Evaluando la oferta trófica Existen diferentes alternativas para realizar muestreos para caracterizar y estudiar la comunidad de invertebrados de una playa. De hecho, sobrepasan los objetivos de este manual. Sin embargo, se describirán a continuación los pasos generales que se utilizan para dichos estudios. Determinación de los sitios de muestreo En primer lugar, un estudio sistematizado de las comunidades debe consi- derar el gradiente de nivel. Por ello, el intermareal debe zonificarse siguiendo una transecta (línea imaginaria perpendicular a la línea de agua) que se extienda desde la línea de bajamares hasta la de pleamares. A lo largo de esta transecta, se deben determinar los diferentes niveles donde se realizarán los muestreos bentónicos. Muestreo Para el caso de intermareales con sustrato arenoso, el elemento que se utiliza como muestreador es un cilindro (“corer”) que se entierra en la arena y que, con ayuda de una pala permite extraer panes de sustrato que contiene los organismos infaunales. Cada muestra es lavada in situ sobre un tamiz, hecho que permite la extracción de gran parte de los sedimentos y retiene a los organismos bajo estudio. Estos luego se embol- san y trasladan al laboratorio para su estudio. Si el sustrato es rocoso, el muestreador es un marco metálico que delimita la superficie a muestrear, y que permite remover los organismos incluidos en el mismo mediante una espátula. En este caso todo lo extraí- do se embolsa para su traslado y posterior procesado en laboratorio. H um ed al es ,p la ye ro s e in ve rt eb ra do s 49 Pasos de muestreo en un intermareal de piso arenoso Esquema de zonificación de playa Fracasso. A-D: transectas; 1-6: niveles. H um ed al es ,p la ye ro s e in ve rt eb ra do s Humedales costeros y aves playeras migratorias 51 Procesamiento de las muestras En el laboratorio son diversas las actividades que pueden realizarse con los organismos recolectados, en función de las diferentes preguntas que pretenden ser respondidas. El protocolo de base, consiste en la identificación de cada especie, el conteo y medición de cada individuo y la estimación de biomasa (contenido en carne). Con lo anterior, entonces, es posible establecer qué especies de encuentran en la playa, como asimismo, ponderar para cada una de ellas y para cada nivel del intermareal, los siguientes parámetros: • Distribución espacial. • Densidad. • Biomasa. • Estructura de tallas. Combinando esta información ya tendremos en nuestras manos las herra- mientas básicas para ponderar la oferta trófica en cada sector de la playa. Por ejemplo: sabremos qué parche de la playa tiene mayor densidad de almejas, como así también si las tallas de las mismas corresponden a tallas ingeribles (tengamos presente que los playeros tragan sus presas enteras, por lo que cada especie de ave sólo puede ingerir individuos de una cierta talla máxima) y cuánto es su aporte potencial “en carne” (el indicativo más importante para estudios tróficos, dado que las valvas no son alimento). De este modo, tendremos a nuestra disposición un mapa de oferta trófica del intermareal; el que nos ayudará a entender porqué cada especie de ave hace uso diferencial de ciertos sectores de la playa para sus actividades de alimentación. Pasos de muestreo en un intermareal rocoso distribución espacial de algunas especies en el intermareal de una playa arenosa. Nótese cómo las dos especies de almejas no solapan sus distribuciones y cómo el caracol y el poli- queto presentan distribuciones restringidas en niveles puntuales. H um ed al es ,p la ye ro s e in ve rt eb ra do s Humedales costeros y aves playeras migratorias 53 Parámetros demográficos de Darina solenoides De acuerdo con las figuras que se acompañan, podemos ver que esta almeja se dis- tribuye ampliamente en el intermareal. Sin embargo, esta distribución no es homo- génea. Por una parte, mientras que en los niveles superiores (5-6) presenta densidades de alrededor de 2.000 individuos por metro cuadrado, en los niveles inferiores de la playa (nivel 2) presenta densidades menores a los 400 almejas por la misma unidad de área. Por otra parte, la distribución de tallas también es desigual en los diferentes niveles: las tallas pequeñas se encuentran en la parte superior de la playa siendo cada vez más grandes a medida que nos remitamos a niveles cada vez más bajos. Densidad de la almeja Darina solenoides a lo largo del intermareal (arriba) y estructuración por tallas de esta especie en cada nivel. Estudiando las aves playeras Humedales costeros y aves playeras migratorias 55 2 Por María de los Ángeles Hernández Humedales costeros y aves playeras migratorias Es tu di an do la s av es p la ye ra s 57 Los métodos de estudio de aves son tantos, como variada la información que puede obtenerse de ellos. Esencialmente, podemos considerar dos grupos de métodos: aque- llos que se basan en la manipulación de aves para su anillado o toma de muestras, para lo cual es necesario previamente capturarlas y, en segundo término, aquellas actividades que se realizan mediante la observación de los individuos, sin necesidad de su captura. Captura de aves Existen numerosas técnicas de captura de playeros. En este apartado nos concentraremos solamente en tres artes: trampas jaulas, redes de niebla y redes cañón recordando que existen muchas otras técnicas como, así también, variantes de las que aquí se describen. Trampas jaula Estas trampas son muy simples y se utilizan para capturar aves cuando se encuentran nidificando. Uno de los modelos más simples, es el de aquellas con forma de caja de base rectangular, que se confeccionan con una estructura de alam- bre o de varillas de hierro de diámetro pequeño, la cual sostiene una red en su techo y paredes laterales. La trampa se coloca sobre el nido, sostenida por una estaca que se acciona a distancia mediante un hilo. La jaula debe ser colocada de modo tal que el nido quede cerca de la zona donde se apoya la misma (extremo opuesto al que se sostie- ne por el soporte), a fin de evitarpotenciales roturas de los huevos tras el disparo. Desde este mismo lado es por donde el operador debe acercarse tras la captura, ya que el ave tratará de escapar hacia el extremo opuesto. Otro tipo de trampa jaula es la trampa en forma de corazón. Este artefacto se construye con un armazón metálico y paredes y techo revestidos con alambre teji- do galvanizado o inoxidable fino, o redes plásticas. Vista en planta, presenta básica- mente una forma circular, con una abertura que se proyecta hacia el interior como un túnel que se estrecha. La ubicación de la trampa, que carece de piso, se realiza sobre un nido y funciona cuando el ave ingresa al interior para posarse en el nido. Una vez dentro, el ave no consigue salir por el diseño del túnel. Nunca hay que dejar las trampas sin vigilancia. Con las trampas corazón las aves quedan atrapadas por sí mismas, mientras que en las trampas sostenidas por estacas, el ave puede quedar atrapada por accidente al accionarse la misma (por movimiento del ave, viento). Bajo estas condiciones, los chorlos quedan expuestos a potenciales predadores o a condiciones de estrés cuando hay temperaturas extremas. Trampas jaula. Humedales costeros y aves playeras migratorias Redes de niebla Son efectivas para capturar aves en horarios nocturnos, relativamente bara- tas y fáciles de operar. Las redes normalmente son de hilo de nylon o poliéster, de diferentes largos (en el mercado varían entre 3 y 30 metros), diferentes alturas y variadas opciones de abertura de malla. Como consecuencia de lo anterior, el núme- ro de varillas que sostienen la red deben adecuarse al tipo elegido. El número de redes a utilizar (o el tamaño de la misma) depende de la cantidad de operadores dis- ponibles, debiéndose buscar un balance entre maximizar las posibilidades de captu- ra y el tiempo dedicado a manipular a las aves. Para utilizar este arte de captura es muy importante, antes de colocar la red, la determinación del sitio dónde ubicarla, situación que depende del comportamien- to de cada bandada, es decir, qué sitios son los que habitualmente utilizan las aves para congregarse o cuáles son sus desplazamientos durante la noche. La situación óptima de captura, en sitios regidos por mareas, es la coloca- ción de las redes en la parte superior de la playa, con lo cual se acotan los sitios por donde pasarían las aves cuando alternan actividades de alimentación y descanso. Finalmente, es aconsejable trabajar en noches sin luna, ya que las aves pueden visua- lizar y evitar la red. Es tu di an do la s av es p la ye ra s 59 Redes cañón Son altamente efectivas. El funcionamiento se basa en proyectiles (piezas de metal) que al ser despedidos mediante cañones, despliegan la red. El tamaño de la red puede ser muy variable y, consecuentemente con ello, el número de cañones necesarios para desplegarla. Para decidir el sitio donde ubicar la red, es esencial saber donde se congregan las aves, particularmente para descansar, para lo cual es imprescindible estudiar previamente el comportamiento de las bandadas a fin de poder predecir sus movimientos. Como norma prioritaria de seguridad para prevenir lesiones o muertes de aves mediante este tipo de captura, nunca se debe disparar si hay aves en la zona de peligro: cercanías del área desde donde se despliega la red y en el extremo opues- to, donde caerá la misma. Red de niebla. Red cañon 1) Red desplegada 2) Red plegada. Nótense los tiros donde se unirán los proyectiles. 3) Cañón con el proyectil en su interior. 4) Red previa al disparo. Nótense las cuatro marcas que delimitan la zona donde deben estar posadas las aves para no sufrir lesiones al desplegarse la red. 5) Disparo. 1 2 3 5 4 Humedales costeros y aves playeras migratorias Una vez extraídas las aves por cualquier método de captura, deberán ser colocadas en cajas bien ventiladas evitando someterlas a estrés hasta el momento de procesarlas. Si la captura se realizó durante el día, es conveniente cubrir las cajas con tejido media sombra. Procesamiento y toma de muestras de las aves Anillado El anillado es una técnica que permite marcar las aves, a fin de facilitar su posterior identificación. Al hablar de anillos, debemos considerar dos tipos diferen- tes, metálicos y plásticos, y una variante de estos últimos, las banderillas. Los anillos de metal, generalmente de aluminio o de acero inoxidable, poseen impreso un número identificatorio del espécimen (algunos de ellos también indican la dirección del anillador) e información necesaria para que quien encuentre el ave muer- ta o la recapture, pueda contactarse e informar los datos pertinentes al anillador. Los anillos de plástico son de diversos colores y se utilizan para identificar individuos o cohortes en un determinado período y/o lugar. Una variante de estos anillos son las banderillas: son anillos con una prolongación en forma de aleta. La función de las banderillas es permitir la rápida identificación del país en el cual el ave fue capturada y anillada. Existe un código establecido, que asigna los siguientes colores de banderilla para cada país americano: Argentina: Naranja Brasil: Azul Canadá: Blanco Chile: Rojo USA: Verde Cuando se anilla un playero, siempre se coloca el anillo metálico y la ban- derilla. A éstos, se les suman los anillos de colores, los que pueden variar en núme- ro y disposición de acuerdo con los objetivos perseguidos para un estudio. Esta variación permite clasificar en dos patrones de anillado: grupales e individuales. En los patrones grupales, se asigna a un gran número de aves capturadas un mismo patrón de anillado. Por ejemplo, durante el paso migratorio 2005, todos los playeros capturados en la Península Valdés fueron anillados del mismo modo: en la pata izquierda, un anillo metálico en la tibia1 y un anillo verde en el tarso1 y en la pata derecha, una bandera naranja en la tibia y un anillo blanco en el tarso. Esto nos permitirá verificar, a través de los años, la recurrencia de las mismas al sitio. Es tu di an do la s av es p la ye ra s 61 Existe un nomenclador internacional para escribir los patrones de anillados, cuyas siglas corresponden a aquellas de palabras de lengua inglesa. La combinación del ejemplo se escribe del siguiente modo: m,G:Fo,W donde: m: anillo de metal G, W: anillos de colores, de acuerdo al idioma inglés y en mayúscula: G de “green” (verde) y W de “white” (blanco) Fo: bandera (F de “flag” [bandera] y su color, en minúscula (o de “orange” [naranja]) El sentido de lectura, de izquierda a derecha indica lo siguiente: • patas izquierda y derecha, separadas por “dos puntos”. • considerando cada pata, tibia y tarso, separados por “coma” En cambio si nuestro objetivo, por ejemplo, está referido a estimar cuánto vive un individuo; cuál es su tiempo de estadía en un determinado sitio o verificar si realiza desplazamientos entre localidades vecinas, se utilizan combinaciones indivi- duales, lo cual nos permite identificar exclusivamente a un único individuo. Los anillados individuales pueden presentarse de dos modos diferentes. Una de las metodologías se basa en colocar en el ave combinaciones complejas de anillos con un patrón único que obviamente, sólo se establece para ese individuo. En la figura vemos al individuo XA 18153 de doble collar anillado en Playa Fracasso en 2000 para estudios reproductivos, con el objeto de verificar fidelidad de parejas. La nomenclatura correspondiente es: Fo,RR:m,GR. Una segunda metodología, que se ha incorporado en los últimos años, se basa en la colocación de un código alfanumérico (con dos o tres caracteres) exclusivo para cada individuo impreso en la bandera, y que puede llegar a identificarse median- te observación con telescopio. En la figura podemos ver al playero rojizo identificado con el código “CCM”. Esta nueva técnica surge como más efectiva, dado que no se sobrecargan con anillos las patas de las aves. Asimismo, tengamos en cuenta que cuando se colocan muchos anillos (técnica
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