Logo Studenta

Humedales_costeros_y_aves_playeras_migra

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

Este libro fue financiado por el Programa Humedales para el Futuro 
(Convención Ramsar – US Department of State - US Fish & Wildlife Service); 
el Gobierno y Universidad de las Islas Baleares, España 
y la Subsecretaría de Turismo y Áreas Protegidas de la Provincia del Chubut.
Este libro es de distribución gratuita
Bala, L. O. (Ed.). 2008. Humedales costeros y aves playeras migratorias. CENPAT. Puerto
Madryn, 120 pp.
Autores:
Luis Oscar Bala (Capítulos Humedales, Playeros e Invertebrados; Ecología Trófica).
María de los Ángeles Hernández (Capítulo Estudiando las Aves)
Luciana Raquel Musmeci (Capítulo De la Ciencia a la Donservación)
Diseño Gráfico:
Trazos - Dis. Jimena M. Esteves I.
Ilustraciones y fotografías:
Las fotografías y gráficos fueron realizados por Luis Bala, excepto las siguientes:
María de los Ángeles Hernández: zona nidificación (Pág. 36, fig. 5); pesado en balanza
(Pág. 63); apostando al futuro (Pág. 103).
Franco Pertini: olivela (Pág. 43); ostrácodo (Pág. 46); Glycera (Pág. 47); trampa jaula (Pág. 57);
red de niebla (Pág. 58); playeros alimentándose (Pág. 77); análisis de fecas (Pág. 82-83); tasa
de defecación (Pág. 85); playeros (Pág. 86, 88 y 93); pasantes y tesistas (Pág. 106)
Luciana Musmeci: disparo (Pág. 59, fig. 5); recogiendo red (Pág. 101, abajo derecha).
Luján Villabriga: toma de medidas morfométricas (Pág. 64 y 65).
Marcelo Bettinelli es autor de las ilustraciones de aves playeras (Pág. 22 a 29).
ISBN 978-987-05-5598-8
5
Los autores. De izquierda a derecha: Lic. Luciana Raquel Musmeci, Dr. Luis Oscar
Bala, Dra. María de los Ángeles Hernández.
El Laboratorio “Humedales Utilizados Por Aves Playeras Migratorias”, con sede
de trabajo en el Centro Nacional Patagónico (CENPAT-CONICET) bajo la dirección del
Dr. Luis Oscar Bala, desarrolla tres programas: Investigación, Educación y Conserva-
ción, cuyos objetivos generales son:
• Generar conocimientos, mediante la investigación científica.
• Capacitar a alumnos universitarios para evaluar y monitorear humedales median-
te metodología científica.
• Generar espacios de formación profesional y capacitación para diferentes grupos
vinculados con la toma de decisiones y control de áreas naturales protegidas.
• Concientizar respecto del valor de los humedales, generando espacios que per-
mitan la discusión y análisis sobre el rol que cumplen los mismos en grupos no espe-
cializados en el tema (alumnos secundarios, clubes de ciencias, público en general).
• Transferir conocimientos técnicos a instituciones conservacionistas. 
• Difundir y transferir la información pertinente mediante el desarrollo de materia-
les y recursos didácticos que favorezcan la divulgación de la problemática que rela-
ciona los humedales y la supervivencia de aves playeras.
Centro Nacional Patagónico(CENPAT-CONICET)
Unidad de Investigación Biología y Manejo de Recursos Acuáticos
Laboratorio Humedales Utilizados por Aves Playeras Migratorias
Boulevard Brown 2915 - U9120ACD - Puerto Madryn, Chubut
Teléfono: 02965 451375/451024/451301/450401 - Fax: 02965 451543
Website: www.humedalesdelsur.com.ar
Consultas: info@humedalesdelsur.com.ar
7
Prólogo de la presente edición
En 2006, en el seno del Laboratorio Humedales Utilizados por Aves Playe-
ras Migratorias del Centro Nacional Patagónico (CENPAT-CONICET) elaboramos el
manual titulado “Humedales de la Península Valdés y Aves Playeras Migratorias: una
síntesis de procesos biológicos y ecológicos con fines conservacionistas”. 
Depositamos muchas ilusiones en dicha obra. Y la devolución que nos pro-
porcionó la realidad fue más que gratificante: nuestros ejemplares se agotaron y la
constante descarga de su versión electrónica a través de nuestro sitio en internet,
nos alentaron a producir una nueva versión del mismo. 
Este nuevo trabajo toma como base la obra anterior, pero se amplía en
cuanto a sus contenidos: básicamente pasamos de un escenario restringido, la
Península Valdés, a uno generalizado, la costa patagónica. Como consecuencia de lo
anterior, incrementamos el número de especies de aves descriptas como, asimismo,
hemos considerado oportuno incorporar la descripción de un importante número de
especies de invertebrados que podemos encontrar en los intermareales de toda la
costa. De este modo, podemos presumir que los lectores de este libro tendrán herra-
mientas básicas para reconocer las especies más conspicuas, sean playeros o inver-
tebrados, de cualquier sitio de la costa argentina.
9
Introducción
En 1992 se inician en el Centro Nacional Patagónico (CONICET, Puerto
Madryn) estudios sobre aves playeras que hacen su parada en la Península Valdés.
Por aquel entonces, la pregunta que nos planteábamos era tan simple como ele-
mental: “¿pararán los playeros rojizos en alguna playa de la península?”. Encontra-
mos una respuesta afirmativa al interrogante…. Transcurridos los años muchas
nuevas preguntas se fueron sucediendo, paralelamente con el crecimiento del
grupo de trabajo. 
Inicialmente, toda la problemática de los playeros fue abordada desde el
punto de vista científico. Prácticamente había un vacío total de conocimientos sobre
las especies de playeros que utilizan las playas de esta región y principalmente sobre
aquellos aspectos cualitativos que definen que ciertas playas sean aptas para ser uti-
lizadas por los playeros como parada habitual. 
para ser utilizadas por los playeros como parada habitual. 
El estudio de la dinámica de las poblaciones que sirven de sustento trófico
a los playeros (invertebrados) y de las interacciones entre los predadores y sus pre-
sas (aves e invertebrados) fue el segundo paso a resolver.
Tras más de una década de investigaciones, hoy sabemos cuán vulnerables
son las poblaciones de ciertas especies de playeros y comprendemos cuán estricta es
su dependencia de los ambientes que los sustentan. El vínculo unidireccional cali-
dad de ambiente estado poblacional de playeros resume categóricamente al
conjunto de procesos que pueden determinar la supervivencia de estas especies
amenazadas. 
Lo antedicho tiene, lamentablemente, un ejemplo emblemático: el playe-
ro rojizo (Calidris canutus rufa) ha sufrido en los últimos años una alarmante dis-
minución de su población, siendo hoy una especie que presenta un estatus de con-
servación crítico. Esta disminución poblacional fue consecuencia de cambios signi-
ficativos en uno de sus sitios de parada donde, por acción humana, se redujo la
oferta de alimento que requieren las aves. Basta que falle un solo eslabón para que
la cadena se corte….
La conservación de especies de playeros que realizan migraciones continenta-
les requiere de iniciativas y acciones coordinadas internacionalmente. 
La conservación de las aves playeras y de los ambientes que utilizan como
parada es una responsabilidad que involucra a toda la sociedad en su conjunto. Por
ello, los objetivos iniciales del Laboratorio Humedales Utilizados por Aves Playeras
Migratorias han sido redefinidos: sumamos, a los objetivos científicos y académicos,
otros que incluyen la transferencia del conocimiento hacia ámbitos no científicos:
entidades gubernamentales con poder de decisión y control de áreas protegidas,
ONGs ambientalistas, escuelas de todos los niveles y público en general. 
El presente manual es una de las herramientas que elaboramos para favo-
recer la difusión de los conocimientos logrados. Esta guía no es una recopilación
de trabajos científicos, sino una obra que pretende brindar al lector no especializa-
do, una breve descripción de los principales temas que entrelazan playeros, inverte-
brados y ambientes. El fin último perseguido, es poner en relevancia tanto la com-
plejidad como así también la fragilidad de los sistemas naturales y ponderar la nece-
sidad de respetar los mismos. 
A fin de facilitar su lectura, preferimos ordenar las unidades temáticas en
cuatro apartados.
11Humedales costeros y aves playeras migratorias 
El primer apartado se titula “Humedales, Playeros e Invertebrados”. Aquí
se definen losactores principales de nuestra historia: ambientes, predadores y pre-
sas. Se describen las principales especies de playeros que visitan la costa patagónica
y se aborda la problemática de la migración. Por otra parte, se describen diferentes
grupos de invertebrados que habitan los intermareales de la costa patagónica, y se
define el concepto de humedal, haciendo hincapié en la relevancia que revisten cier-
tos sitios para la supervivencia de las aves y que actúan como cuello de botella, en
función de sus ofertas de alimento y de sitios adecuados para sus actividades. 
“Estudiando las aves playeras” es el tema que se desarrolla en el segun-
do apartado. Aquí se describen diferentes metodologías de estudios de aves tanto
cuando éstas son capturadas, como cuando se las observa en la naturaleza. Respec-
to de lo primero, se detallan distintos métodos de captura y algunas actividades que
se realizan con los especímenes obtenidos: mediciones, anillado, toma de muestras.
El tercer apartado, “Ecología trófica””, describe los modos de alimenta-
ción de los playeros, algunas metodologías para estudiar su dieta y cómo se inte-
gran diferentes estudios para interpretar la ecología trófica de los playeros, brin-
dándose ejemplos sobre qué, cuánto y por qué comen diferentes especies en
ambientes locales. 
“De la ciencia a la conservación” es el título del último apartado. Este capí-
tulo tiene tres enfoques: primeramente, se resume la importancia de las acciones a
desarrollar para lograr la conservación de los playeros en función de una visión eco-
sistémica y de la biología de las especies. En segundo lugar, se brinda información de
organizaciones comprometidas con la conservación de las aves y de los ambientes
que las sustentan. Finalmente, resumimos las acciones de transferencia y educación
que realiza nuestro Laboratorio, a fin de contribuir con la conservación de los playe-
ros y sus hábitats.
En el desarrollo de este manual siempre se trató de priorizar la información
basada en experiencias y ejemplos locales. Por ello, la gran mayoría de los contenidos
incluidos han sido generados por el Laboratorio “Humedales Utilizados por Aves Pla-
yeras Migratorias” del Centro Nacional Patagónico. 
Finalmente, para aquellos lectores que pretendan una mayor profundización
de los contenidos de esta obra, podrán descargar de nuestro sitio en Internet
(www.humedalesdelsur.com.ar) todos los trabajos publicados por los integrantes
de nuestro laboratorio. 
Agradecimientos
Este manual sólo ha sido posible de concretar merced al aporte financiero de un
conjunto de Instituciones que creyeron en nuestro propósito. Dichas Instituciones
permiten, así, que esta obra se entregue de modo gratuito. Son ellas:
• Programa “Humedales Para el Futuro” (Convención Ramsar - US Department
of State - US Fish and Wildlife Service), mediante la aprobación del Proyecto
WFF/07/AR/4.
• Universidad y Gobierno de las Islas Baleares, España. Mediante la aprobación
del Proyecto en la “IV Convocatoria de Proyectos de Cooperación para el Desarrollo”. 
• Subsecretaría de Turismo y Áreas Protegidas de la Provincia del Chubut.
En primer lugar, agradecemos al Dr. Alejandro Scolaro por su apoyo incondicio-
nal a nuestro grupo de trabajo. Sin dicho apoyo esta obra no hubiese tenido posibi-
lidad alguna de desarrollarse. 
Asimismo nuestra mayor gratitud al Dr. Juan Rita Larrucea por sus consejos,
paciencia y capacidad de gestión para resolver problemas... Muchas gracias, amigo.
Los autores desean dejar expreso agradecimiento a la MSc. Adriana Cafferata, el
Dr. Mariano Coscarella, la Prof. Yudith Murugarren y la Lic. Sara Sverlij quienes, más
allá de actuar como correctores del trabajo original, generosamente se involucraron
aportando sugerencias e ideas. Muchas sugerencias fueron también aportadas por un
sinnúmero de lectores del primer libro; algunos anónimos, otros no tanto… A todos
ellos, muchas gracias… 
Agradecemos a la Fundación Vida Silvestre Argentina, que nos cedió las ilustra-
ciones de chorlos y playeros que jerarquizan el apartado donde se describen las
especies. Dichas imágenes son obra de Marcelo Bettinelli y llegaron a nuestras
manos gracias a la gestión del Sr. Coordinador de Especies del Programa Marino de
la FVSA, MSc. Alejandro “Manolo” Arias. 
La Lic. Sandra Rivera, el Dr. Charles Duncan y el Lic. Daniel Blanco brindaron la
información referida a las organizaciones que representan: Dirección de Conserva-
ción de Áreas Protegidas del Chubut, Red Hemisférica de Reservas de Aves Playeras
y Wetlands Internacional respectivamente. 
Al Dr. Rodolfo Elías reconocemos su invalorable colaboración y sugerencias en
temas de su especialidad.
Finalmente, como homenaje, este libro está dedicado a Jorge “Galenso” Upton,
responsable de mucha de la información que se entrega, y quien migró sin darnos
la oportunidad de pedirle que se quede con nosotros. 
Humedales costeros y aves playeras migratorias 13
1Humedales, playeros e invertebrados
c o n t e n i d o
Estudiando las aves playeras
Ecología trófica
De la ciencia a la conservación
2
3
4
Humedales costeros y aves playeras migratorias 
Humedales, playeros 
e invertebrados
15
1
Por Luis Oscar Bala 
H
um
ed
al
es
,p
la
ye
ro
s 
e 
in
ve
rt
eb
ra
do
s
Humedales costeros y aves playeras migratorias 17
En este apartado definiremos los tres actores que se hilvanan en nuestra historia: los
humedales, que representan los sitios donde paran los playeros durante sus despla-
zamientos migratorios, principalmente atraídos por la alta oferta de comida que en
los mismos obtienen… y que tiene forma de invertebrados. 
Dos humedales de la costa patagónica. Playa Colombo en la Península Valdés (superior) y
costa de la Bahía San Julián (inferior). 
¿Qué son los Humedales? 
El término humedales se refiere a una amplia variedad de hábitats interio-
res, costeros y marinos que comparten una propiedad primordial: presencia de agua.
Este elemento juega un rol fundamental en el ecosistema, determinando su estruc-
tura y funciones ecológicas.
Existen muchas definiciones del término humedales, algunas basadas en
criterios principalmente ecológicos y otras más orientadas a cuestiones vinculadas
a su manejo. La Convención de Ramsar sobre los Humedales los define en forma
amplia como: “las extensiones de marismas, pantanos y turberas, o superfi-
cies cubiertas de agua, sean éstas de régimen natural o artificial, permanen-
tes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas, inclui-
das las extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja no exce-
da de seis metros”.
Los humedales son sumamente ricos y productivos, y brindan numerosos
servicios a la sociedad a través de sus recursos (agua, madera, peces, crustáceos),
funciones (provisión de agua, regulación de inundaciones y sequías, prevención de
intrusión de agua salada, protección contra fenómenos naturales, retención de sedi-
mentos y nutrientes, remoción de tóxicos, estabilización de microclimas, retención
de carbono, transporte, turismo) y atributos (banco genético por su gran diversidad
biológica, importancia sociocultural y paisajística). 
Los Humedales de la Zona Costera Patagónica
La Argentina incluye diferentes regiones de humedales, que se definen
como consecuencia de las formas topográficas que dividen las áreas de captación de
agua de las principales cuencas. Los humedales dentro de cada región generalmen-
te comparten características hidrológicas y climáticas similares. Esto es particular-
mente válido para los humedales continentales, a los que se suman las costas mari-
nas. (Canevari et al., 1999)
Dentro de los humedales que nos incumben, nos restringiremos a la zona
costera patagónica. La costa argentina, desde Bahía Blanca hasta el Canal de Beagle,
es uno de los segmentos costeros más largos y relativamente bien conservados del
mundo. Se extiende por más de 3.500 km, mostrando una alta diversidad biológica,
geológica y climática. Existen una gran variedad de ambientes, incluyendo costasare-
nosas, de canto rodado, acantilados, estuarios, zonas pantanosas y deltas. En ellas
hay grandes concentraciones de aves y mamíferos coloniales y varios sitios de relevan-
cia internacional para el descanso y alimentación de aves migratorias (Yorio, 1999).
H
um
ed
al
es
,p
la
ye
ro
s 
e 
in
ve
rt
eb
ra
do
s
Humedales costeros y aves playeras migratorias 19
¿Qué son los chorlos y playeros? 
Las expresiones “chorlos” y “playeros” no son términos estrictamente téc-
nicos. Se aplican a especies pertenecientes a varias familias del orden Charadriifor-
mes. Para los alcances del presente manual, nos remitiremos sólo a dos de ellas,
familias Charadriidae y Scolopacidae, las cuales representan a las especies que
comúnmente denominamos “chorlos” y “playeros” respectivamente. Este tipo de
aves son también conocidas como limícolas, por su característica de estar ligadas al
medio acuático, donde consiguen el alimento necesario para sobrevivir picoteando
constantemente el suelo fangoso.
Este grupo de aves presenta problemas de identificación para quien se ini-
cia en su observación. Muchas son de colores pardos y similares en su aspecto
general, y además pasan por dos plumajes, uno reproductivo (en general más lla-
mativo) y otro no reproductivo, en el que dominan los tonos grises y pardos. Las
especies provenientes de América del Norte suelen poseer este plumaje cuando
pasan por el Neotrópico. Por ello, para identificar con certeza a algunas especies
las características físicas no son suficientes y hay que recurrir a aspectos de su bio-
logía tales como voces, conducta o hábitat. (Canevari et al, 2001).
Familia Charadriidae 
Gran familia de distribución cosmopolita con 67 especies en el mundo, 16
de las cuales se encuentran en América Latina. Son especies que habitan en luga-
res abiertos como humedales, pastizales, tundras y playas. En general, los charádri-
dos son muy similares en su fisonomía; tienen la cabeza redondeada con ojos com-
parativamente grandes, cuello corto, pico mediano (no más largo que la distancia
entre su base y la parte posterior del ojo) y patas medianas a largas. Las especies
que son migratorias de larga distancia (por ejemplo el chorlo pampa) tienen las alas
estrechas y terminadas en puntas, lo que les permite vuelos sostenidos y rápidos.
En el otro extremo, por ejemplo el tero, tiene alas redondeadas lo que le permite
mayor maniobrabilidad pero no una capacidad de vuelo de gran distancia. Algunas
especies son de costumbres solitarias y se presentan en parejas o pequeños grupos
familiares, pero la mayoría son altamente sociales y se encuentran en grandes ban-
dadas fuera del período reproductivo. Son territoriales durante la reproducción y
muchos también lo son durante el período no reproductivo, cuando defienden
territorios de alimentación. 
En la mayoría de los casos el nido que construyen es una mera depresión en
el suelo, ligeramente acondicionado con algunos vegetales o piedritas o trozos de
conchillas en las playas. La puesta varía entre dos y cuatro huevos que son de colo-
ración camuflada (Canevari et al, 2001).
Chorlo doble collar defendiendo territorio.
H
um
ed
al
es
,p
la
ye
ro
s 
e 
in
ve
rt
eb
ra
do
s
Humedales costeros y aves playeras migratorias 21
Familia Scolopacidae
Este diverso grupo tiene 82-88 especies vivientes, dependiendo entre otras
cosas, de la inclusión o exclusión de los falaropos1 dentro de él. En la taxonomía con-
vencional, estas aves se consideran como una o dos familias separadas de las demás
aves playeras (Scolopacidae y Phalaropodidae). No es diagnosticable morfológica-
mente de manera inequívoca. Dentro del Orden, se separan de otras familias simila-
res en aspecto, porque todas las especies tienen cuatro dedos y escamas tarsales de
forma aproximadamente rectangular o romboidal. Variables en tamaño, miden
entre 15 y 75 cm de largo total (longitud desde el extremo del pico hasta la punta
de la cola), tienen el cuello de longitud normalmente mediana, las patas medianas
o largas, y el plumaje mayormente en tonos de pardo, blanco y gris, con abundan-
cia de manchas de diferentes diseños.
Para su caracterización morfológica, resulta más conveniente separar los
grupos naturales que corresponden, casi todos, a las denominaciones genéricas.
Por ejemplo, las especies del género Limosa se distinguen del resto en la familia
por su pico largo, comprimido y recurvado; mientras que los playeros del género
Calidris son inconfundibles por su cuerpo redondeado, la corta longitud del cue-
llo y sus picos casi rectos, tubulares y de longitud similar a la de la cabeza (Cane-
vari et al, 2001).
Nido y pichón de doble collar recién salido del huevo. 
Obsérvese la simpleza del nido. 
topografía de un ave playera.
1- Los falaropos (Familia Phalaropodidae) incluye a un conjunto de especies que nidifican en el Hemis-
ferio Norte y de las cuales tres especies migran hasta Argentina. Son aves nadadoras, con patas pal-
madas, que se caracterizan por girar sobre si mismos mientras nadan.
H
um
ed
al
es
,p
la
ye
ro
s 
e 
in
ve
rt
eb
ra
do
s
23
Las especies que visitan la costa patagónica 
Especies de la familia Charadriidae
Chorlo de doble collar, Charadrius falklandicus
• Identificación: Tamaño peque-
ño (17-19 cm). Pico negro corto,
patas negras. Cara y frente blancas
con banda frontal negra que se
extiende por detrás de los ojos.
Resto de la cabeza y dorso del cue-
llo canela rojizo. Demás partes dor-
sales de color pardo. Partes inferiores blan-
cas con dos evidentes bandas pectorales negras,
si bien la parte superior puede ser incompleta, en
particular en las poblaciones de las Islas Malvinas. En
invierno, el canela rojizo es reemplazado por gris y el
negro de las fajas pectorales se torna también grisáceo.
Los juveniles similares a los adultos en plumaje invernal pero
con fajas pectorales pardas. En vuelo emite un característico “pit-pit-pit”. 
• Distribución: se distribuye, por el Pacífico, desde el centro de Chile hasta las
islas australes; y por el Atlántico hasta la provincia de Buenos Aires. 
• Sitio de reproducción: costa argentina, pero también en pastizales húmedos
y costas de lagunas, ríos y arroyos. 
Chorlo de pecho canela, Charadrius modestus
• Identificación: Tamaño pequeño a mediano (19-22 cm). Pico corto y negro,
patas grises oscuras. Corona, dorso y rabadilla pardos. Cara y garganta gris, con
notable vincha blanca. Pecho rojizo (canela) que termina en banda pectoral negra.
Resto del vientre blanco. En plumaje no reproductivo presenta pecho
gris oscuro y la banda negra es menos notable. 
• Distribución: restringido al
extremo sur de América del Sur.
Es un migrador de mediano
alcance con poblaciones resi-
dentes. En invierno llega hasta
Buenos Aires, Uruguay y sur de
Brasil. También en Chile y Perú por
la costa del Pacífico.
• Sitio de reproducción:
pastizales interiores de Tierra
del Fuego, sur de Santa Cruz e
Islas Malvinas.
Chorlito palmado, Charadrius semipalmatus
• Identificación: Tamaño pequeño
(17-19 cm). Su nombre hace referencia a
que tiene los dedos de las patas conec-
tados por pequeñas membranas. Pico
corto, anaranjado en la base y negro
en el extremo, excepto en el juvenil en
el que es gris negro. Patas anaranjadas
o rojizas. Rechoncho; dorso gris ceni-
ciento. Partes inferiores blanco, con
banda pectoral negra. Esta única banda
(“collar”) en el pecho lo diferencia de Cha-
radrius falklandicus. 
• Distribución: en la época no repro-
ductiva visita las costas de Argentina
(desde Buenos Aires a Tierra del Fuego) y
Uruguay, aunque es poco abundante probable-
mente debido a que la mayoría de la población pasa
esta etapa en el norte de América del Sur.
• Sitio de reproducción: tundra ártica de Canadá y Alaska.
Chorlo Pampa o Dorado, Pluvialis dominica
• Identificación: Tamaño mediano (24-28 cm), robusto. Pico negro, recto y
mediano. Patas largas, gris verdoso. En la época no reproductiva con dorso y raba-
dilla pardo salpicado de ocre. Vientre blanquecino. En plumaje reproductivocolora-
ción ventral negra con notable ceja, lados del cuello y pecho blancos. 
Es posible confundirlo con el chorlito ártico, que
es más cabezón, y rechoncho y
posee pico más robusto y tiene
además la rabadilla blanca y
mancha axilar negra visibles
en vuelo. 
• Distribución: En el verano
se encuentra en el centro y norte
de la Argentina, y ocasionalmen-
te llega hasta Patagonia y Tierra
del Fuego.
• Sitio de reproducción:
tundra ártica.
Humedales costeros y aves playeras migratorias 
Humedales costeros y aves playeras migratorias 
H
um
ed
al
es
,p
la
ye
ro
s 
e 
in
ve
rt
eb
ra
do
s
25
Playero Blanco, Calidris alba
• Identificación: Tamaño pequeño (20-21 cm). Pico
corto y recto de color negro. Patas de color negro con sólo
tres dedos. En plumaje no reproductivo su dorso es gri-
sáceo con pequeñas rayas pardas; lados de la cabeza y
partes inferiores del pecho y vientre blancas. Los juveniles pre-
sentan un parche negro en los hombros. En plumaje repro-
ductivo se torna rojizo dorsalmente. De costumbres grega-
rias, en general habita las costas marinas. Una conducta
típica de esta especie es la de correr asociados a los movi-
mientos de las olas, en búsqueda del alimento que queda expues-
to cuando se retira el agua. Vuela en bandadas muy compactas rotando el cuerpo, mos-
trando el color gris y blanco. Llama la atención la banda alar blanca durante el vuelo.
• Distribución: playas marinas de toda la Argentina. Es más abundante en la
costa pacífica del continente.
• Sitio de reproducción: tundra ártica.
Playero de rabadilla blanca, Calidris fuscicollis
• Identificación: Tamaño pequeño (15-18 cm). Pico y patas negras. Coronilla, auri-
culares, nuca y partes superiores gris parduzco opaco, con los cálamos3 de las plumas
más claros dándole una apariencia estriada. Franja superciliar blanquecina, proyectán-
dose detrás del ojo. Por debajo blancuzco, ligeramente grisáceo en el pecho y los flan-
cos que además están salpicados de marrón grisáceo. En plumaje reproductivo son más
oscuros por encima, manchados de canela y negruzco. Coberteras4 supracaudales y
rabadilla blancas, contrastando fuertemente con las alas y la cola,
ambas negruzcas. Alas muy largas, proyectándose más allá de
la cola cuando están en reposo. Es posible confundirlo con el
playero unicolor, del cual se distingue por su inconfundible
rabadilla blanca.
• Distribución: en verano desde Uruguay hasta Tierra
del Fuego. Se lo encuentra en una gran variedad de hábi-
tats, incluyendo playas marinas, pastizales inundados
charcas y lagunas.
• Sitio de reproducción: tundra ártica.
Chorlo Ártico, Pluvialis squatarola
• Identificación: Tamaño
mediano (27-30 cm). Pico corto,
grueso y negro. Patas largas, gri-
ses u oscuras. Rechoncho, cabezón y
con ojos grandes. En plumaje no repro-
ductivo es grisáceo con la parte inferior
blanca. Ceja, banda alar y rabadilla
blanca. Cola blanca con barras
oscuras. 
• Distribución: en la
época no reproductiva se lo
encuentra en la costa argenti-
na, hasta Tierra del Fuego.
• Sitio de reproducción:
tundra ártica.
Especies de la familia Scolopacidae
Becasa de mar, Limosa haemastica
• Identificación: Tamaño grande (37-42 cm). Pico largo y delgado,
levemente curvado hacia arriba, de base rojiza y punta negra. Patas lar-
gas, grises o azul grisáceo, que les permiten forraje-
ar en aguas someras. En vuelo son visibles
rabadilla y banda alar2 blancas. Parte
interior del ala oscura. En plumaje
no reproductivo, el más común en
América del Sur, de coloración
pardo grisácea, más clara
por debajo. 
• Distribución: en
verano en costas marinas
y también en humedales
interiores. Se destaca sus grandes
concentraciones en el norte de Tierra
del Fuego (Bahías Lomas y San Sebastián) y
la isla de Chiloé (Chile).
• Sitio de reproducción: tundra ártica.
2- Banda alar es una zona coloreada del ala, sólo visible mientras el ave vuela.
3- El cálamo o cañón es la parte hueca traslúcida de la parte inferior de la pluma, que se inserta en
la piel y sujeta por tejidos musculares.
El raquis es la nervadura central de la pluma de la que nacen sus otros elementos que la componen,
las barbas.
Las barbas son los elementos que forman los planos de las plumas. De ellas parten unos elementos
menores, las bárbulas que se entrelazan con otras bárbulas por medio de unos ganchos.
4- Las plumas se clasifican de acuerdo a su función. Las protectoras o de abrigo son las tectrices. Las
de función motora son las rémiges o remeras de las alas y las rectrices o timoneras de la cola. Acom-
pañando o cubriendo a las motoras, las coberteras, que son plumas acompañantes que participan en
dar al ala una superficie aerodinámica y soporte; estas plumas se nombran como mayores y menores
de acuerdo con su tamaño y localización.
Playero unicolor, Calidris bairdii
• Identificación: Tamaño pequeño (14-17 cm). Pico y
patas negros. Coloración dorsal marrón
anteada, con las plumas de la nuca,
espalda, rabadilla y escapulares
con puntas blancas y anteadas
(negras en plumaje reproducti-
vo). Rabadilla, coberteras supra-
caudales y centro de la cola
negros, contrastando con los lados
blanco sucio, especialmente en
vuelo. Garganta, pecho bajo y abdo-
men inmaculadamente blancos. Alas oscuras y
muy largas, proyectándose más allá de la cola
cuando el ave está en reposo. 
• Distribución: durante la época no reproducti-
va es de amplia distribución, desde Centroamérica hasta Argentina. Se lo observa en una
gran variedad de ambientes acuáticos, desde playas de arena y planos lodosos costeros
hasta pastizales anegables, pantanos y orillas de lagunas en el interior del continente.
• Sitio de reproducción: tundra ártica.
Playero rojizo, Calidris canutus rufa
• Identificación: Tamaño mediano (23-25 cm). Pico mediano, recto y negro. Patas
medianas a relativamente cortas para un playero, de color oliváceo. Cuerpo redondeado
y pesado. En la época no reproductiva de color general grisáceo con estrías rojizas en la
parte superior. Las partes inferiores blanquecinas moteadas de un color rojizo canela.
Inconfundible, es un playero muy robusto, de lomo y cola grisáceos y barras blancas en
las alas. En plumaje reproductivo, las partes superiores con manchas negras, blan-
cas y ocres; pecho pardo rojizo y abdomen blanco. A fines de verano-prin-
cipios de otoño, cuando estas aves realizan sus desplazamientos
migratorios hacia el norte, en la costa patagónica pueden verse
ejemplares con plumajes intermedios entre no reproductivo
y reproductivo. 
• Distribución: la mayor concentración duran-
te la época no reproductiva se ubica en el norte
de Tierra del Fuego (bahías Lomas y San Sebas-
tián). Durante sus desplazamientos migratorios
puede ser observado en diferentes sitios de la
costa argentina: estuario del río Gallegos,
Bahía Bustamante, Península Valdés, San
Antonio Oeste y Bahía Samborombón.
• Sitio de reproducción: tundra ártica.
27
Vuelvepiedras, Arenaria interpres
• Identificación: Tamaño
mediano (21-25 cm). Pico cónico,
recto, corto y puntiagudo, de color
negro. Patas cortas anaranjadas, muy
llamativas. Cuerpo rechoncho, robus-
to, de coloración general café roji-
zo, con mancha negra en el
pecho; garganta y vientre blancos.
Durante su permanencia en el Neotró-
pico el plumaje varía mucho de un indi-
viduo a otro, principalmente por el
patrón irregular de manchas oscuras
sobre el fondo canela del dorso. Carac-
terístico por las manchas negras de la
cara y pecho y por el anaranjado de sus patas.
Tiene un vuelo fuerte y directo presentando un inconfundible diseño dorsal pardo
y negro y una banda alar en forma de “W”. Debe su nombre a que utiliza su fuer-
te cuello para dar vuelta piedras, algas o valvas de moluscos y conseguir así los
invertebrados que les sirven de alimento.
• Distribución: es particularmente abundante en Centroamérica, Antillas, el
norte de Sudamérica, Perú y norte y centro de Chile. En Argentina es poco abundan-
te, distribuyéndose en zonas costeras desde Buenos Aires hasta Tierra del Fuego.
• Sitio de reproducción:se reproduce en el Ártico.
Playerito manchado, Actitis macularia
• Identificación: Tamaño pequeño (18-20
cm). Pico recto, de mediano tamaño, negro con
la base amarillenta. Patas medianamente lar-
gas amarillo-verdosas. Cuerpo rechoncho
color pardo grisáceo en la parte superior y
blanco en la inferior. Notable ceja blanca.
Camina moviendo la cola hacia arriba y
abajo. Posado, realiza constantes movimien-
tos de balanceo del cuerpo; este movimien-
to es distintivo. Vuela a baja altura con las
alas combadas, que no sobrepasan el plano
horizontal del cuerpo.
• Distribución: es común hasta el sur de Bolivia y Brasil; ocasionalmente llega hasta
Uruguay y costa norte de Chile y Argentina.
• Sitio de reproducción: zona templada de América del Norte.
Humedales costeros y aves playeras migratorias 
H
um
ed
al
es
,p
la
ye
ro
s 
e 
in
ve
rt
eb
ra
do
s
Humedales costeros y aves playeras migratorias 
Pitotoi solitario, Tringa solitaria
• Identificación: Tamaño pequeño (18-20
cm). Pico recto, puntiagudo, gris claro.
Patas amarillas o grises, relativamente
largas. Cuerpo fino, dorso café oscu-
ro y pecho blanquecino con estrías
oscuras. Rabadilla partida y cola
barrada. Anillo blanco alrede-
dor del ojo muy evidente.
• Distribución: llega a la
Argentina hasta la costa de Río
Negro. Aunque se lo encuen-
tre en zonas costeras, es más
común en aguas interiores
• Sitio de reproducción:
bosques boreales de Canadá y
Alaska.
Pitotoi grande, Tringa melanoleuca
• Identificación: Tamaño grande (29-33 cm).
Pico negro, muy fuerte y ligeramente recur-
vado, aproximadamente 1,5 veces el
largo de la cabeza. Patas muy largas
y amarillas. Dorso pardo estriado y
vientre blanco. Puede presentar man-
chas negras en los flancos y pecho.
Garganta, ceja y rabadilla blancas.
• Distribución: en toda Amé-
rica Latina hasta el estrecho de
Magallanes, en zonas costeras e
interiores.
• Sitio de reproducción: zona
central de Canadá y sur de Alaska.
H
um
ed
al
es
,p
la
ye
ro
s 
e 
in
ve
rt
eb
ra
do
s
29
Pitotoi chico, Tringa flavipes
• Identificación: Tamaño
mediano (23-25 cm). Pico
negro, delgado, puntiagu-
do y recto, casi del mismo
tamaño que la cabeza. Patas
muy largas y amarillas. El dorso
y la cabeza café oscuro con
pequeñas barras blancas. Raba-
dilla y cola blancas muy eviden-
tes en vuelo. Parte inferior blan-
ca con estrías en cuello y pecho.
Difícil de diferenciar del pitotoi
grande, salvo por el menor tamaño
relativo del pico y las vocalizaciones.
Camina a zancadas. Balancea la cabeza y cuello
como si estuviera saludando.
• Distribución: en toda América Latina hasta el estrecho de
Magallanes, tanto en zonas interiores como en la costa, pero prefiere agua dulce.
• Sitio de reproducción: norte de Canadá y Alaska.
Chorlo trinador, Numenius phaeopus 
• Identificación: Tamaño muy grande (40-46 cm). Pico largo y grueso (9 cm),
negro, fuertemente curvado hacia abajo. Aspecto del cuerpo moteado, con la región
dorsal color café y ocre. La cabeza pre-
senta franjas color café oscuro y
blancas bien notorias. La gar-
ganta y el abdomen son
blanquecinos y el pecho es
estriado. Patas largas de
color gris azuladas.
• Distribución: desde el norte
de Sudamérica por ambas costas
hasta Chile y Tierra del Fuego. Es
más abundante por el Pacífico.
Frecuenta estuarios y playas
de arena.
• Sitio de reproduc-
ción: tundra ártica de Cana-
dá y Alaska.
Humedales costeros y aves playeras migratorias 
H
um
ed
al
es
,p
la
ye
ro
s 
e 
in
ve
rt
eb
ra
do
s
31
Aves neárticas y neotropicales
La distribución actual de las aves en la superficie de la Tierra es, esencial-
mente, función de la importancia y de la extensión de las barreras geográficas y cli-
máticas que, en todas las edades de la Tierra, se han opuesto a una dispersión uni-
forme de estas especies, sobre todo en lo que respecta a los buenos y malos volado-
res. Estas barreras están constituidas por los océanos, las altas cadenas de monta-
ñas y los desiertos. Pero es muy evidente que, aún sin remontarse a las épocas ante-
riores al Terciario (más allá de 65 millones de años), estas barreras no han tenido
siempre la misma distribución topográfica que presentan en la actualidad. Es por
esto que hoy en día la distribución de los diferentes tipos de aves, influida por estas
fluctuaciones geológicas, no está directamente relacionada a la topografía actual de
los continentes, difiriendo a veces notablemente de lo que podría esperarse a prio-
ri. (Berlioz, 1966).
En conjunto, los zoogeógrafos, es decir los profesionales que se ocupan de
la adaptación de los animales a las diferentes regiones del globo, distinguen gran-
des áreas de repartición de la fauna, válidas en particular para las poblaciones de
aves. Las regiones son: Neártica, Paleártica (que juntas son conocidas como Holárti-
ca), Neotropical, Etiópica, Oriental y Australiana.
Dentro de los grupos de aves que nos competen, debemos hacer hincapié
en aquellas especies del Hemisferio Occidental: neárticas y neotropicales. 
Las especies Neárticas
Nidifican en el Ártico durante el verano boreal y migran luego hacia el sur,
deteniéndose para alimentarse y recuperar energías en humedales costeros e inte-
riores. Durante el período no reproductivo se concentran en América Central y Amé-
rica del Sur y a fines del verano-principios del otoño austral, emprenden el regreso
a las áreas de cría en el Hemisferio Norte (Blanco y Canevari, 1995). Las especies de
los géneros Pluvialis y Calidris mencionadas precedentemente se incluyen en este
grupo de aves.
Las especies Neotropicales
Son exclusivas de América del Sur. Dentro de este grupo podemos diferen-
ciar a las especies Patagónicas. Estas nidifican principalmente en la Patagonia
durante el verano austral y luego migran total o parcialmente hacia el norte duran-
te el período no reproductivo (Blanco y Canevari, 1995). Ejemplo de este grupo de
aves es el chorlo de doble collar.
Migración y rutas migratorias
Una de las características de las aves es su aptitud para realizar desplaza-
mientos migratorios; fenómeno que se facilita por su capacidad de vuelo y proba-
blemente originado como una respuesta a condiciones ambientales adversas, como
climas extremos y/o la disminución de alimento. Si bien esta condición podría apli-
carse a casi todas las aves, las distancias de desplazamiento varían grandemente
entre las especies. Como regla general, las migraciones más notables, caracterizadas
por sus desplazamientos interhemisféricos, se observan en especies que se reprodu-
cen en el Hemisferio Norte (holárticas).
Uno de los motivos que pueden explicar el por qué las especies holárticas
han desarrollado desplazamientos migratorios latitudinales, debe buscarse en el
pasado geológico. Durante el período glaciar que tuvo lugar durante el Pleistoceno
en los últimos dos millones de años, el Hemisferio Norte quedó sucesivamente
cubierto de glaciares. Esta condición climática extrema, fue un factor condicionante
para que muchas especies desarrollaran una respuesta de supervivencia (migración)
ante la alternativa de extinguirse. 
Por ello, los playeros neárticos que visitan nuestras costas, son aves que
llegan a realizar vuelos de entre 25.000 y 30.000 km anualmente al unir, en viaje
de ida y vuelta, sus sitios de cría (tundra ártica) con los sitios de descanso (costa
patagónica). 
Distribución mundial de los grupos de aves. 
Humedales costeros y aves playeras migratorias 
Adaptaciones para los vuelos
Para efectuar los extraordinarios vuelos ininterrumpidos que realizan entre
escalas, las aves han desarrollado complejos mecanismos a fin de ajustar sus cuer-
pos a las exigencias del vuelo. Por ejemplo, se ha demostrado que previo a cada ini-
cio de un vuelo prolongado pueden aumentar sustancialmente su masa de múscu-
los pectorales (los que utilizan para mover las alas). Asimismo, esto va acompaña-
do de una reducción de aquellos órganos que no utilizan en vuelo, lo que les per-
mite tener mayor volumen corporal para el desarrollo tanto de sus músculos,como
para acumular las sustancias de reservas que les servirán como “combustible” en
sus travesías. 
Ruta migratoria del playero rojizo
La ruta migratoria del playero rojizo es una de las más conocidas a la fecha.
Esta especie se reproduce en la tundra ártica canadiense, durante los meses de junio-
julio (verano boreal). Su ruta migratoria hacia el sur, desde su sitio de cría, presenta
una primera parada en la costa este de Canadá y EEUU; la siguiente detención se
ubica en Surinam y desde allí, finalmente, se desplazan hasta Tierra del Fuego adon-
de arriban a fines de septiembre-principios de octubre. En esta migración, ciertas
bandadas paran en San Antonio Oeste.
En Tierra del Fuego pasan el verano austral (“invernada”, según la lite-
ratura anglosajona) en donde permanecen hasta fines de febrero, concentrán-
dose básicamente en Bahía San Sebastián y Río Grande (Argentina) y Bahía
Loma (Chile).
En sus desplazamientos hacia el norte, las primeras paradas significativas se
registran en los golfos norpatagónicos (Península Valdés y San Antonio Oeste); con-
tinúa en ciertas áreas del sur de Brasil (Río Grande do Sul), para luego proseguir su
vuelo hasta Bahía Delaware (EEUU). Esta es su última parada previa a su llegada a
los sitios de cría, en el Ártico. Hacemos notar que el trayecto entre Brasil y Bahía
Delaware (8.000 Km) constituye, a la fecha, el vuelo ininterrumpido más extenso
conocido para un ave por la ciencia.
La ruta descrita cita los puntos de mayor concentración de individuos, pero
no invalida que grupos menores puedan ser observados en otros sitios de la costa.
De hecho, Bahía Bustamante, Puerto Madryn y Punta Rasa, por ejemplo, son locali-
dades donde se cita la presencia de playeros.
H
um
ed
al
es
,p
la
ye
ro
s 
e 
in
ve
rt
eb
ra
do
s
33
Los humedales costeros y las aves playeras. El concepto
de “cuello de botella”
Los humedales costeros son ambientes esenciales para sustentar poblacio-
nes de aves playeras. Tal como se indicara precedentemente, dada la particular bio-
logía de estas especies, un reducido número de sitios ubicados a lo largo del conti-
nente americano son utilizados por las aves playeras como parada. 
Las especies neárticas, recorren anualmente entre 25.000 y 30.000 km
uniendo la tundra Ártica y la costa patagónica sur. Sin embargo, quizás lo más des-
tacado de estas migraciones, reside en los pocos sitios donde hacen parada duran-
te sus desplazamientos. Por ejemplo, para el playero rojizo, se reconocen alrededor
Ruta migratoria del playero rojizo
Humedales costeros y aves playeras migratorias 
de sólo una decena de humedales a lo largo de las Américas donde hace parada,
considerando tanto su migración hacia el norte como hacia el sur. 
Como una consecuencia de lo descrito, y teniendo en cuenta que la crono-
logía de la migración es muy estricta para todas las especies (deben llegar al Ártico
para reproducirse), se presentan altísimas concentraciones de aves que concurren
simultáneamente en cada parador. Estos humedales se caracterizan por su altísima
productividad, que proporciona una oferta de alimento óptimo en calidad y canti-
dad en el momento en que las aves hacen su parada.
Dentro de lo planteado, citaremos ciertos hechos que permiten compren-
der el valor de estos sitios.
• Las poblaciones de playeros neárticos son notablemente reducidas. El caso
más crítico se presenta para el playero rojizo, especie que presentaba, hacia la déca-
da del 80, una población total estimada en 100.000-150.000 individuos. Actualmen-
te, la población se ha reducido alarmantemente, a valores que no superarían las
35.000-40.000 aves. 
• Dependencia de los humedales y de su oferta trófica. Cada especie de playero
es particularmente fiel al hábitat que frecuenta y al alimento que del mismo obtie-
ne. Son especies oligotróficas, es decir que se alimentan de un abanico muy restrin-
gido de presas en cada sitio donde paran. 
• Fidelidad por los sitios de reproducción. Dentro de las especies que nidifican en
la costa patagónica, se ha comprobado que el chorlo de doble collar regresa anual-
mente a la misma playa para reproducirse.
• Vulnerabilidad de las especies de aves. Teniendo en cuenta que lo reducido de
las poblaciones implica poca variabilidad genética, esto se traduce en una disminu-
ción potencial de respuestas para superar situaciones de estrés ambiental, tanto de
origen natural como antrópico, que pudiesen ocurrir en los sitios donde paran.
Aunando los criterios mencionados, 
se concluye que aquellos humedales utilizados como 
puntos de parada por aves playeras migratorias, 
representan verdaderos cuellos de botella, 
de los cuales depende la supervivencia de dichas especies. 
H
um
ed
al
es
,p
la
ye
ro
s 
e 
in
ve
rt
eb
ra
do
s
35
¿Qué características debe reunir un sitio para servir de
parada a las aves playeras?
Estos cuellos de botella deben reunir una serie de condiciones particulares.
En un esquema general, se destacan por sus ofertas de ambientes y de alimento ade-
cuados para las necesidades de las aves.
AMBIENTES
Alimentación
Descanso
Nidificación
ALIMENTO
Cantidad
altas densidades
Calidad
alto valor energético
tamaño apropiado
Accesibilidad
disponible el mayor tiempo posible
accesible al largo del pico
Los ambientes
Tal como se señaló precedentemente, los ambientes que sustentan aves pla-
yeras deben adecuarse a sus necesidades vitales más importantes: alimentación, des-
canso y reproducción. 
Los sitios de alimentación están restringidos a aquellos en los cuales la
oferta trófica es óptima en calidad, cantidad y accesibilidad. 
Los sitios de descanso, como regla general, deben reunir condiciones de
seguridad a las bandadas. Ello está relacionado con una buena visión general por
parte de las aves para detectar potenciales predadores. No puede hablarse de un
sitio específico que sirva de descanso para los playeros, dado que frecuentemente
una misma bandada puede cambiar de sitio entre días o bajo diferentes condicio-
nes. Por ejemplo, un mismo grupo de playeros, cuando las pleamares son de poca
altura, puede descansar en la playa en áreas inmediatas a la línea de marea. Sin
Humedales costeros y aves playeras migratorias 
embargo, cuando la altura de pleamar es alta, deben buscar refugio en una zona
adyacente a la playa, o aún en otra localidad.
Respecto de los ambientes para reproducción, nos restringimos a las
especies neotropicales, tales como el chorlo de doble collar. Esta especie general-
mente utiliza zonas continentales adyacentes a ciertas playas, cuyas calidades de
tipo de piso y cobertura vegetal sean adecuadas para la nidificación.
1- playeros rojizos en actividades de 
alimentación
2- Playa Fracasso. Sitio de descanso 
continental utilizado por playeros.
3- playeros rojizos descansando en playa,
durante pleamares de poca altura
4- playeros de rabadilla blanca y chorlos doble
collar descansando en zonas supralitorales,
durante pleamares de gran amplitud.
5- zona de nidificación de chorlos doble
collar en Playa Paraná, Puerto Madryn
Diferentes ambientes necesarios para las actividades de los playeros.
H
um
ed
al
es
,p
la
ye
ro
s 
e 
in
ve
rt
eb
ra
do
s
37
El alimento: los invertebrados
Los chorlos y playeros se alimentan básicamente de invertebrados que viven
en los intermareales. Entendemos por intermareal a la playa que queda al descubier-
to en bajamares y que técnicamente se define como el espacio delimitado entre la
pleamar y la bajamar. 
Los intermareales son ambientes sumamente complejos, dado que a lo largo
del gradiente pleamar-bajamar, los factores físicos (temperatura, desecación y humec-
tación, entre otros) tienen diferente expresión en cada nivel de la playa. Por lo tanto, la
zona del intermareal que se encuentra cerca de la línea de bajamar, tiene muchas más
horas diarias de cobertura de agua que una zona cercana a la línea de pleamar. Conse-
cuentemente, existe una gradación del impacto de los factores físicos, que presenta su
mayor incidencia en los niveles altos. Comoconsecuencia del accionar de los factores
mencionados, los organismos se distribuyen diferencialmente en estos ambientes,
según las adaptaciones propias que desarrolló evolutivamente cada especie. 
Los organismos que viven asociados al sustrato se denominan bentónicos y su
modo de vida está condicionado de acuerdo con las características del sustrato. Si éste
es rocoso, los organismos se desarrollan (salvo raras excepciones) adheridos a la superfi-
cie mientras que, si el sustrato es arenoso, los organismos generalmente viven enterra-
dos en el mismo y se los denominan infaunales. En virtud de estas dos clases de inter-
mareales, rocosos y arenosos, las metodologías de estudio de las comunidades bentóni-
cas, esencialmente similares, se diferencian en el modo de obtención de muestras.
Las regiones de nuestro mar
Las aguas que bañan la costa argentina no son homogéneas. Si contempla-
mos las imágenes satelitales extraídas del sitio en internet del Servicio Meteorológico
Nacional (http://www.smn.gov.ar) podemos ver qué diferentes pueden ser los valores
de temperatura del agua del mar en diferentes momentos; en este caso, en marzo y
septiembre de 2006. Dichas imágenes representan dos momentos puntuales de un
proceso continuo: podemos asumir que son dos fotos de una película. Sirvan las imá-
genes como soporte para explicar que el mar argentino está condicionado por dos
corrientes marinas: una de ellas con aguas cálidas (corriente del Brasil) y la otra con
aguas frías (corriente de Malvinas). A lo largo del período anual, el frente de encuen-
tro entre ambas corrientes no es fijo, pero puede generalizarse que dicha línea de
encuentro se ubica, en promedio, frente a la Península Valdés. De este modo, quedan
definidas en nuestro mar dos regiones, asociadas con las corrientes mencionadas. Así
como previamente hacíamos referencia a la distribución mundial de los grupos de
aves, los zoogeógrafos (o biogeógrafos, en sentido más amplio) definen dos Provin-
cias Biogeográficas en el Mar Argentino: la Provincia Argentina, que se extiende entre
la Península Valdés y el sur de Brasil y la Provincia Magallánica, que se desarrolla
desde la península hasta el sur argentino-chileno. Cada provincia tiene especies exclu-
sivas, asociadas a las condiciones del agua. Por otra parte, también existen especies
que son comunes a ambas, caracterizadas porque sus umbrales fisiológicos de tole-
rancia a las condiciones fisicoquímicas son menos estrictos.
1 2
3 4
5
Humedales costeros y aves playeras migratorias 
H
um
ed
al
es
,p
la
ye
ro
s 
e 
in
ve
rt
eb
ra
do
s
39
Los invertebrados que viven en nuestras costas
En este apartado conoceremos algunas de las especies de invertebrados que
podemos encontrar en nuestras costas. Por supuesto que la lista es parcial y se ha ela-
borado teniendo en cuenta a algunas que son presas de los playeros u otras aves. 
Temperatura del agua en el Mar Argentino en marzo y septiembre de 2006 (arriba) 
y delimitación de las dos provincias biogeográficas (abajo).
Topografía de un bivalvo y un caracol.
Humedales costeros y aves playeras migratorias 
Mejillón, Mytilus edulis
• Identificación: bivalvo que puede
alcanzar tallas de hasta 11 cm. Si bien su
morfología puede ser muy variable, su
forma puede asimilarse a la de un trape-
zoide. El borde inferior es generalmente
recto, aunque puede mostrarse cóncavo
o convexo. Borde superior convexo.
Umbo5 en el extremo anterior aguzado.
Superficie de las valvas lisas, con presen-
cia de sutiles líneas de crecimiento con-
céntricas. Coloración que varía del pardo al azul violáceo.
• Distribución: especie cosmopolita, con amplia distribución en todos los
mares del mundo. Es una especie muy plástica, que puede vivir desde el nivel inter-
mareal hasta aguas profundas que superan los 100 metros.
Cholga, Aulacomya atra atra
• Identificación: bivalvo con forma de
cuña. Puede llegar a los 15 cm. Sus valvas
son gruesas y presentan escultura radial
bien marcada (costillas), además de las líne-
as de crecimiento. Su umbo es puntiagudo,
borde superior convexo e inferior recto o
cóncavo. Charnela6 con un solo diente.
Coloración parda amarillenta en individuos
jóvenes y azul violáceo en adultos.
• Distribución: en el Atlántico,
desde el sur de Brasil hasta Tierra del Fuego e Islas Malvinas; por el Pacífico hasta
Perú. Habita los niveles más inferiores del intermareal, hasta aguas profundas.
Mejillín, Brachidontes rodriguezi
• Identificación: Valvas con umbos
subterminales y redondeados. Borde dor-
sal redondeado o arqueado mostrando
un ángulo en la mitad del largo total.
Borde ventral cóncavo. Posee estrías
radiales delicadas, interrumpidas por líne-
as de crecimiento; la región anterior suele
ser lisa. Las tallas máximas no superan los
4 cm. Periostraco7 color castaño claro a
castaño oscuro. Coloración violácea.
H
um
ed
al
es
,p
la
ye
ro
s 
e 
in
ve
rt
eb
ra
do
s
41
• Distribución: Desde el sur de Brasil hasta el Golfo Nuevo. Habita exclusivamente en
los intermareales rocosos, adherido mediante filamentos bisales en muy altas densidades.
Mejillín, Perumytilus purpuratus
• Identificación: Valvas con umbos
redondeados. Borde ventral ligeramente
cóncavo; borde dorsal con un ángulo
anterior a la mitad del largo total de
dicho borde aunque, a veces, apenas se
insinúa. La superficie presenta estrías
bifurcadas y gruesas. También presenta
estrías de crecimiento. El periostraco de
color negruzco o castaño oscuro. La zona
anteroventral muestra generalmente
coloración rojiza. Esta especie en su talla máxima no supera los 4 cm. 
• Distribución: Desde el sur del Golfo San Matías hacia el estrecho de Magalla-
nes. Por el Pacífico llega hasta la costa ecuatoriana. Como el otro mejillín, habita
exclusivamente en los intermareales rocosos, en muy altas densidades.
Almeja, Darina solenoides
• Identificación: bivalvo de morfolo-
gía oval, muy comprimido y de valvas muy
delgadas. Las valvas articulan mediante
una estructura particular, relativamente
fuerte, que se ubica debajo del umbo y
con forma de cuchara llamada condróforo
y sobre el que se asienta una estructura
elástica que naturalmente hace separar las
valvas. Presenta coloración blanquecina.
Sus sifones son cortos y anchos.
• Distribución: Desde el sur de la costa bonaerense hasta Estrecho de Magalla-
nes. Vive enterrada en intermareales con sedimentos arenosos.
5- Umbo es el “ápice” de la valva en los bivalvos. Es el área desde la cual parte el crecimiento de la
concha siendo, por lo tanto la parte más antigua de la misma. Generalmente es la parte sobresalien-
te de la valva. De modo concéntrico a los umbos, pueden verse las líneas de crecimiento, que se pro-
ducen cuando se suspende o retrasa temporalmente el crecimiento de las valvas.
6- La charnela es una estructura de la valva que sirve para articular con su correspondiente de la valva opues-
ta. Presenta diferentes grados de complejidad según cada especie y se destaca por la presencia de dientes,
que encajan en cavidades de la valva opuesta. Las charnelas se sitúan en la parte interna de los umbos.
7- Las conchillas de los moluscos constan de tres capas paralelas. La más interna es la capa nacarada (de aquí
el nácar que se destaca en muchas especies), seguida de la capa prismática. Estas dos capas son de carbona-
to de calcio. La tercera capa, la más externa, es el periostraco. Esta es orgánica, semitransparente y se mani-
fiesta como una pequeña película de barniz. Por ser muy lábil, puede presentar distintos grados de desgaste.
Almeja, Tellina petitiana
• Identificación: bivalvo oval, alar-
gado, muy comprimido, de valvas delga-
das y frágiles. Su borde anterior es redon-
deado y el posterior agudo y sinuoso.
Posee en surco que corre desde el umbo
hasta el extremo posterior. El periostraco
es color gris amarillento pero la colora-
ción general de las valvas es blanquecina.
Posee dos sifones muy largos. 
Tegula, Tegula patagonica
• Identificación: caracol de valva cóni-
ca, redondeada y con cuatro anfractos (vuel-tas) convexos y totalmente esculturados con
anchas estrías. La base es algo plana e igual-
mente esculturada. Asimismo son notables
las estrías de crecimiento, que dan aspecto
nudoso al cruzarse con los cordones espira-
les. Color de la conchilla pardo claro a oscu-
ro, a veces pardo violáceo. La base mide
unos 20 mm y su altura unos 16 mm.
• Distribución: Desde el sur de Brasil hasta Tierra del Fuego. Habita en los inter-
mareales y submareales rocosos.
Trofon, Trophon geversianus, T. plicatus, T. varians
• Identificación: el género Tro-
phon incluye un conjunto de especies
muy abundantes en la costa argentina.
Estas especies muestran gran variabili-
dad en cuanto a la escultura de la con-
chilla que pueden referirse a tres tipos
básicos: cancelado, que presenta fuer-
tes cordones espirales y pliegues longi-
tudinales que dan un aspecto reticula-
do. El máximo desarrollo de esta escul-
tura se alcanza cuando los cordones axiales se transforman en verdaderas lamini-
llas algo más separadas e inclinadas hacia la abertura, terminando en punta en la
parte superior del anfracto. En el segundo tipo, varians, la escultura está pobre-
mente representada siendo a veces tan débil, que la conchilla tiene aspecto liso.
Finalmente, en el tipo acordonado, se manifiestan cordones fuertes, numerosos
Humedales costeros y aves playeras migratorias 
H
um
ed
al
es
,p
la
ye
ro
s 
e 
in
ve
rt
eb
ra
do
s
43
y muy apretados, estando la escultura axial poco desarrollada o ausente. 
• Distribución: Con pequeñas variantes, estas especies se distribuyen desde
el sur de Brasil hasta Tierra del Fuego. Habita en los intermareales y submareales
rocosos, siempre asociados a bancos de mejillones o mejillines, de los que se ali-
mentan. Estas especies son carniceras y han desarrollado mecanismos muy espe-
cíficos para atacar sus presas: les producen un agujero cónico en las valvas para
después introducir en ellos una probóscide (trompa) con la cual succionan los
tejidos blandos.
Buccino, Buccinanops globulosum
• Identificación: Caracol de conchi-
lla fuerte y lisa. Aspecto globoso debido
a presentar una espira corta de vueltas
convexas y un último anfracto muy dila-
tado (unas cuatro veces mayor que la
espira). Abertura amplia y canal sifonal8
muy marcado y profundo. Color pardo
claro a pardo violáceo.
• Distribución: Desde el la costa
uruguaya hasta Santa Cruz. Habita en
intermareales y aguas poco profundas con sustrato arenoso, donde vive enterrado.
Es carroñero, detecta las partículas odoríferas de presas moribundas o en descom-
posición mediante su sifón, marcadamente negro, que proyecta como periscopio
aún estando enterrado.
Olivela, Olivella platae
• Identificación: Estos caracolitos
presentan una forma delgada y muy grá-
cil. Son muy pequeños (no alcanzan los
20 mm). La espira es alta y presenta una
última vuelta muy desarrollada, con una
sutura ancha y acanalada. La abertura es
muy grande, equivalente a la mitad del
largo. El exterior es brillante y color blan-
quecino.
• Distribución: Desde el sur de Bra-
sil hasta Golfo Nuevo. Habita enterrada en los intermareales y submareales arenosos
y fangosos. Es una especie carnívora y carroñera.
8- El canal sifonal es una extensión de la abertura, por donde se proyecta el sifón. 
9- Pateliforme deriva de pateniforme, que significa con forma de patena. Se denomina patena al pla-
tillo en el que se pone la hostia durante la celebración eucarística. En nuestros casos tomemos como
pateliforme a aquellos morfos similares a un cono.
Humedales costeros y aves playeras migratorias 
Lapa, Siphonaria lessoni
• Identificación: conchilla pateli-
forme9, de altura variable y contorno
oval con una muesca en un costado y
de diámetro no constante. Ápice pun-
tiagudo curvado hacia atrás (parece un
gorro frigio). Escultura de costillas suti-
les radiales muy próximas que se pro-
yectan a partir del ápice, a veces
dobles, con los surcos intercostales de
color castaño oscuro que contrastan
contra el resto de la conchilla que es gris amarillenta. 
• Distribución: Desde Brasil hasta Tierra del Fuego y por la costa pacífica
hasta Perú. Habita en la parte superior de los intermareales rocosos, en sitios
son muchas horas de exposición al aire. Esto es consecuencia de que ha evolu-
cionado desarrollando un “pulmón” que le permite respirar oxígeno atmosféri-
co. Es una especie que se alimenta ramoneando la pátina de microalgas que
cubre las rocas.
Lapa, Patinigera magellanica
• Identificación: Conchilla patelifor-
me grande, sólida, alta o medianamente
alta, fuerte, costillada, de contorno oval o
subcircular, ligeramente angostada hacia
adelante, más ancha hacia atrás. Ápice cen-
tral o subcentral frecuentemente desgasta-
do en adultos. El patrón de coloración es
ancho, predominando el gris parduzco y
pardo claro; el ápice suele ser pardo rojizo. Las costillas radiales principales, más anchas,
suman alrededor de veinte y existen otras tantas secundarias entre las primeras. El mar-
gen es fuertemente crenulado.
• Distribución: muy amplia, por toda la costa patagónica desde Tierra del
Fuego, llega hasta las aguas bonaerenses a cierta profundidad (50 metros o más).
Por Chile llega hasta Valdivia. Es típica de intermareales rocosos.
H
um
ed
al
es
,p
la
ye
ro
s 
e 
in
ve
rt
eb
ra
do
s
45
Cangrejos, Cyrtograpsus spp.
• Identificación: los cangrejos son
crustáceos decápodos ampliamente
conocidos y distribuidos en los mares
del mundo. Sólo haremos mención en
este apartado a las especies del género
Cyrtograpsus: C. angulatus; C. affinis y
C. altimanus. Todas ellas se encuentran
presentes en la costa argentina y resul-
tan muy difíciles de identificar para el
ojo inexperto.
• Distribución: C. altimanus y C. affinis se distribuyen desde Brasil hasta Penín-
sula Valdés. La distribución de C. angulatus es mucho más amplia, abarcando
desde Brasil hasta Perú, por ambas costas atlántica y pacífica. Como término gene-
ral, todas las especies habitan intermareales tano rocosos como arenosos y aguas
poco profundas.
Isópodos. (diferentes especies)
• Identificación: Los isópodos
representan uno de los grupos más
numerosos de los crustáceos. La mayor
parte de los varios miles de especies
conocidas son marinas pero también las
hay de agua dulce y unos pocos terres-
tres. La característica de los isópodos es
el aplanamiento dorsoventral del cuerpo,
la cabeza en forma de escudo, ojos sési-
les, la ausencia de caparazón y los tergos
(patas) de los segmentos torácicos y abdominales tienden a proyectarse del cuerpo;
estos apéndices son muy parecidos entre sí, de donde el nombre de isópodos. En la
costa argentina este grupo de organismos está representado por numerosas espe-
cies, son muchas las especies que podemos encontrar tanto en intermareales como
en aguas de profundidad.
Humedales costeros y aves playeras migratorias 
Anfípodos. (diferentes especies)
• Identificación: la estructura de
los anfípodos exhibe cierta convergen-
cia con la de los isópodos; no presen-
tan caparazón y tienen ojos sésiles. Sin
embargo, en oposición a estos últimos,
es muy clara la tendencia de los anfípo-
dos a la compresión lateral, lo que
presta a estos animales el aspecto de
camarones. Los apéndices de estos
organismos presentan diferentes mor-
fología y función. Los apéndices toráci-
cos suelen estar dirigidos hacia la cabeza (los primeros) y hacia detrás (los últi-
mos). Los primeros, prensiles, suelen ser mucho mayores en el macho. Existen
muchos miles de especies de anfípodos ampliamente distribuidos y habitan en
intermareales y aguas profundas. La mayoría de ellos se alimenta de materia
orgánica o detritos.
Ostrácodo, Cycloleberis poulseni
• Identificación: son crustáceos de
pequeño tamaño (entre 0,5 a 2,5 mm).
Pueden poseer ojos o carecer de ellos.
El cuerpo, no segmentado y comprimi-
do, está contenido lo mismo que los
apéndices, en un caparazón bivalvo
cuyas valvas están unidas dorsalmente
por un ligamento elástico. Si bien no
tienen nada en común, recuerdan a
pequeños moluscos bivalvos.Estos
crustáceos han evolucionado modifi-
cando la función de sus apéndices: su principal órgano de locomoción, nadado-
ra o reptante se realiza mediante sus antenas o apéndices torácicos respectiva-
mente; estos apéndices muchas veces la utilizan también para la alimentación y
aunque muchas de las especies sean filtradoras, otras especies remueven con sus
antenas el sedimento y capturan pequeñas presas. Pueden vivir enterrados, sobre
la superficie o asidos a vegetación.
H
um
ed
al
es
,p
la
ye
ro
s 
e 
in
ve
rt
eb
ra
do
s
47
Lombriz, Laeonereis culveri
• Identificación: Organismos largos
y delgados, llegando a medir 3-4 cm.
Habitan dentro del sedimento donde
excavan galerías en forma de U de entre
10-20 cm de profundidad, alimentándo-
se de la materia orgánica del sedimento.
Viven en la franja entre mareas en
ambientes arenosos o fangosos, prefe-
rentemente de ambientes salobres
(marismas y planicies de marea no vege-
tadas). Son la base de la cadena alimen-
taria de estos ambientes desde EEUU hasta la Patagonia.
Lombriz, Travisia amadoi y Travisia olens
• Identificación: Organismos fusifor-
mes de hasta 5 cm de longitud y 0,5 mm
de ancho. Habitan los sedimentos areno-
sos entre mareas o de poca profundidad.
Excavan galerías poco profundas (en
pocos cm) y se alimentan de la materia
orgánica del sedimento. Son característi-
cos por el intenso olor que producen pro-
bablemente al sentirse alterados. Quizás
esto sea un mecanismo de defensa, al
resultar repugnantes para sus predadores.
Lombriz, Glycera americana
• Identificación: Organismos lagos
y finos, de hasta 10 cm de largo. Habitan
galerías en el sedimento arenoso. Son
depredadores de otros organismos que
viven dentro del sedimento. Para captu-
rar sus presas se valen de una probóscide
larga y gruesa que se evagina rápidamen-
te y que cuenta con cuatro mandíbulas.
Humedales costeros y aves playeras migratorias 
Evaluando la oferta trófica
Existen diferentes alternativas para realizar muestreos para caracterizar y
estudiar la comunidad de invertebrados de una playa. De hecho, sobrepasan los
objetivos de este manual. Sin embargo, se describirán a continuación los pasos
generales que se utilizan para dichos estudios. 
Determinación de los sitios de muestreo
En primer lugar, un estudio sistematizado de las comunidades debe consi-
derar el gradiente de nivel. Por ello, el intermareal debe zonificarse siguiendo una
transecta (línea imaginaria perpendicular a la línea de agua) que se extienda desde
la línea de bajamares hasta la de pleamares. A lo largo de esta transecta, se deben
determinar los diferentes niveles donde se realizarán los muestreos bentónicos. 
Muestreo
Para el caso de intermareales con sustrato arenoso, el elemento que se utiliza
como muestreador es un cilindro (“corer”) que se entierra en la arena y que, con ayuda
de una pala permite extraer panes de sustrato que contiene los organismos infaunales.
Cada muestra es lavada in situ sobre un tamiz, hecho que permite la extracción de gran
parte de los sedimentos y retiene a los organismos bajo estudio. Estos luego se embol-
san y trasladan al laboratorio para su estudio. Si el sustrato es rocoso, el muestreador
es un marco metálico que delimita la superficie a muestrear, y que permite remover los
organismos incluidos en el mismo mediante una espátula. En este caso todo lo extraí-
do se embolsa para su traslado y posterior procesado en laboratorio. 
H
um
ed
al
es
,p
la
ye
ro
s 
e 
in
ve
rt
eb
ra
do
s
49
Pasos de muestreo en un intermareal de
piso arenoso 
Esquema de zonificación de playa Fracasso. A-D: transectas; 1-6: niveles.
H
um
ed
al
es
,p
la
ye
ro
s 
e 
in
ve
rt
eb
ra
do
s
Humedales costeros y aves playeras migratorias 51
Procesamiento de las muestras
En el laboratorio son diversas las actividades que pueden realizarse con los
organismos recolectados, en función de las diferentes preguntas que pretenden ser
respondidas. El protocolo de base, consiste en la identificación de cada especie, el
conteo y medición de cada individuo y la estimación de biomasa (contenido en
carne). Con lo anterior, entonces, es posible establecer qué especies de encuentran
en la playa, como asimismo, ponderar para cada una de ellas y para cada nivel del
intermareal, los siguientes parámetros:
• Distribución espacial.
• Densidad.
• Biomasa.
• Estructura de tallas.
Combinando esta información ya tendremos en nuestras manos las herra-
mientas básicas para ponderar la oferta trófica en cada sector de la playa. Por ejemplo:
sabremos qué parche de la playa tiene mayor densidad de almejas, como así también
si las tallas de las mismas corresponden a tallas ingeribles (tengamos presente que los
playeros tragan sus presas enteras, por lo que cada especie de ave sólo puede ingerir
individuos de una cierta talla máxima) y cuánto es su aporte potencial “en carne” (el
indicativo más importante para estudios tróficos, dado que las valvas no son alimento).
De este modo, tendremos a nuestra disposición un mapa de oferta trófica
del intermareal; el que nos ayudará a entender porqué cada especie de ave hace uso
diferencial de ciertos sectores de la playa para sus actividades de alimentación.
Pasos de muestreo en un 
intermareal rocoso 
distribución espacial de algunas especies en el intermareal de una playa arenosa. Nótese
cómo las dos especies de almejas no solapan sus distribuciones y cómo el caracol y el poli-
queto presentan distribuciones restringidas en niveles puntuales.
H
um
ed
al
es
,p
la
ye
ro
s 
e 
in
ve
rt
eb
ra
do
s
Humedales costeros y aves playeras migratorias 53
Parámetros demográficos de Darina solenoides
De acuerdo con las figuras que se acompañan, podemos ver que esta almeja se dis-
tribuye ampliamente en el intermareal. Sin embargo, esta distribución no es homo-
génea. 
Por una parte, mientras que en los niveles superiores (5-6) presenta densidades de
alrededor de 2.000 individuos por metro cuadrado, en los niveles inferiores de la
playa (nivel 2) presenta densidades menores a los 400 almejas por la misma unidad
de área. 
Por otra parte, la distribución de tallas también es desigual en los diferentes niveles:
las tallas pequeñas se encuentran en la parte superior de la playa siendo cada vez
más grandes a medida que nos remitamos a niveles cada vez más bajos.
Densidad de la almeja Darina solenoides a lo largo del intermareal (arriba) 
y estructuración por tallas de esta especie en cada nivel. 
Estudiando las 
aves playeras
Humedales costeros y aves playeras migratorias 55
2
Por María de los Ángeles Hernández 
Humedales costeros y aves playeras migratorias 
Es
tu
di
an
do
 la
s 
av
es
 p
la
ye
ra
s
57
Los métodos de estudio de aves son tantos, como variada la información que puede
obtenerse de ellos. Esencialmente, podemos considerar dos grupos de métodos: aque-
llos que se basan en la manipulación de aves para su anillado o toma de muestras, para
lo cual es necesario previamente capturarlas y, en segundo término, aquellas actividades
que se realizan mediante la observación de los individuos, sin necesidad de su captura.
Captura de aves
Existen numerosas técnicas de captura de playeros. En este apartado nos
concentraremos solamente en tres artes: trampas jaulas, redes de niebla y redes
cañón recordando que existen muchas otras técnicas como, así también, variantes
de las que aquí se describen. 
Trampas jaula
Estas trampas son muy simples y se utilizan para capturar aves cuando se
encuentran nidificando. Uno de los modelos más simples, es el de aquellas con
forma de caja de base rectangular, que se confeccionan con una estructura de alam-
bre o de varillas de hierro de diámetro pequeño, la cual sostiene una red en su techo
y paredes laterales. 
La trampa se coloca sobre el nido, sostenida por una estaca que se acciona
a distancia mediante un hilo. La jaula debe ser colocada de modo tal que el nido
quede cerca de la zona donde se apoya la misma (extremo opuesto al que se sostie-
ne por el soporte), a fin de evitarpotenciales roturas de los huevos tras el disparo.
Desde este mismo lado es por donde el operador debe acercarse tras la captura, ya
que el ave tratará de escapar hacia el extremo opuesto. 
Otro tipo de trampa jaula es la trampa en forma de corazón. Este artefacto
se construye con un armazón metálico y paredes y techo revestidos con alambre teji-
do galvanizado o inoxidable fino, o redes plásticas. Vista en planta, presenta básica-
mente una forma circular, con una abertura que se proyecta hacia el interior como
un túnel que se estrecha. La ubicación de la trampa, que carece de piso, se realiza
sobre un nido y funciona cuando el ave ingresa al interior para posarse en el nido.
Una vez dentro, el ave no consigue salir por el diseño del túnel. 
Nunca hay que dejar las trampas sin vigilancia. Con las trampas corazón las aves
quedan atrapadas por sí mismas, mientras que en las trampas sostenidas por estacas,
el ave puede quedar atrapada por accidente al accionarse la misma (por movimiento
del ave, viento). Bajo estas condiciones, los chorlos quedan expuestos a potenciales
predadores o a condiciones de estrés cuando hay temperaturas extremas.
Trampas jaula.
Humedales costeros y aves playeras migratorias 
Redes de niebla
Son efectivas para capturar aves en horarios nocturnos, relativamente bara-
tas y fáciles de operar. Las redes normalmente son de hilo de nylon o poliéster, de
diferentes largos (en el mercado varían entre 3 y 30 metros), diferentes alturas y
variadas opciones de abertura de malla. Como consecuencia de lo anterior, el núme-
ro de varillas que sostienen la red deben adecuarse al tipo elegido. El número de
redes a utilizar (o el tamaño de la misma) depende de la cantidad de operadores dis-
ponibles, debiéndose buscar un balance entre maximizar las posibilidades de captu-
ra y el tiempo dedicado a manipular a las aves. 
Para utilizar este arte de captura es muy importante, antes de colocar la red,
la determinación del sitio dónde ubicarla, situación que depende del comportamien-
to de cada bandada, es decir, qué sitios son los que habitualmente utilizan las aves
para congregarse o cuáles son sus desplazamientos durante la noche. 
La situación óptima de captura, en sitios regidos por mareas, es la coloca-
ción de las redes en la parte superior de la playa, con lo cual se acotan los sitios por
donde pasarían las aves cuando alternan actividades de alimentación y descanso.
Finalmente, es aconsejable trabajar en noches sin luna, ya que las aves pueden visua-
lizar y evitar la red.
Es
tu
di
an
do
 la
s 
av
es
 p
la
ye
ra
s
59
Redes cañón
Son altamente efectivas. El funcionamiento se basa en proyectiles (piezas
de metal) que al ser despedidos mediante cañones, despliegan la red. El tamaño de
la red puede ser muy variable y, consecuentemente con ello, el número de cañones
necesarios para desplegarla. Para decidir el sitio donde ubicar la red, es esencial
saber donde se congregan las aves, particularmente para descansar, para lo cual es
imprescindible estudiar previamente el comportamiento de las bandadas a fin de
poder predecir sus movimientos. 
Como norma prioritaria de seguridad para prevenir lesiones o muertes de
aves mediante este tipo de captura, nunca se debe disparar si hay aves en la zona
de peligro: cercanías del área desde donde se despliega la red y en el extremo opues-
to, donde caerá la misma. 
Red de niebla.
Red cañon
1) Red desplegada
2) Red plegada. Nótense los tiros 
donde se unirán los proyectiles.
3) Cañón con el proyectil en su interior.
4) Red previa al disparo. Nótense las cuatro
marcas que delimitan la zona donde deben
estar posadas las aves para 
no sufrir lesiones al desplegarse la red.
5) Disparo.
1 2
3
5
4
Humedales costeros y aves playeras migratorias 
Una vez extraídas las aves por cualquier método de captura, 
deberán ser colocadas en cajas bien ventiladas
evitando someterlas a estrés hasta el momento de procesarlas. 
Si la captura se realizó durante el día, 
es conveniente cubrir las cajas con tejido media sombra.
Procesamiento y toma de muestras de las aves
Anillado
El anillado es una técnica que permite marcar las aves, a fin de facilitar su
posterior identificación. Al hablar de anillos, debemos considerar dos tipos diferen-
tes, metálicos y plásticos, y una variante de estos últimos, las banderillas.
Los anillos de metal, generalmente de aluminio o de acero inoxidable, poseen
impreso un número identificatorio del espécimen (algunos de ellos también indican la
dirección del anillador) e información necesaria para que quien encuentre el ave muer-
ta o la recapture, pueda contactarse e informar los datos pertinentes al anillador. 
Los anillos de plástico son de diversos colores y se utilizan para identificar
individuos o cohortes en un determinado período y/o lugar. Una variante de estos
anillos son las banderillas: son anillos con una prolongación en forma de aleta. La
función de las banderillas es permitir la rápida identificación del país en el cual el ave
fue capturada y anillada. Existe un código establecido, que asigna los siguientes
colores de banderilla para cada país americano: 
Argentina: Naranja
Brasil: Azul
Canadá: Blanco
Chile: Rojo
USA: Verde
Cuando se anilla un playero, siempre se coloca el anillo metálico y la ban-
derilla. A éstos, se les suman los anillos de colores, los que pueden variar en núme-
ro y disposición de acuerdo con los objetivos perseguidos para un estudio. Esta
variación permite clasificar en dos patrones de anillado: grupales e individuales. 
En los patrones grupales, se asigna a un gran número de aves capturadas
un mismo patrón de anillado. Por ejemplo, durante el paso migratorio 2005, todos
los playeros capturados en la Península Valdés fueron anillados del mismo modo: en
la pata izquierda, un anillo metálico en la tibia1 y un anillo verde en el tarso1 y en la
pata derecha, una bandera naranja en la tibia y un anillo blanco en el tarso. Esto nos
permitirá verificar, a través de los años, la recurrencia de las mismas al sitio. 
Es
tu
di
an
do
 la
s 
av
es
 p
la
ye
ra
s
61
Existe un nomenclador internacional para escribir los patrones de anillados,
cuyas siglas corresponden a aquellas de palabras de lengua inglesa. La combinación
del ejemplo se escribe del siguiente modo:
m,G:Fo,W
donde:
m: anillo de metal
G, W: anillos de colores, de acuerdo al idioma inglés y en mayúscula: G de
“green” (verde) y W de “white” (blanco)
Fo: bandera (F de “flag” [bandera] y su color, en minúscula (o de “orange”
[naranja])
El sentido de lectura, de izquierda a derecha indica lo siguiente: 
• patas izquierda y derecha, separadas por “dos puntos”.
• considerando cada pata, tibia y tarso, separados por “coma”
En cambio si nuestro objetivo, por ejemplo, está referido a estimar cuánto
vive un individuo; cuál es su tiempo de estadía en un determinado sitio o verificar si
realiza desplazamientos entre localidades vecinas, se utilizan combinaciones indivi-
duales, lo cual nos permite identificar exclusivamente a un único individuo. 
Los anillados individuales pueden presentarse de dos modos diferentes.
Una de las metodologías se basa en colocar en el ave combinaciones complejas de
anillos con un patrón único que obviamente, sólo se establece para ese individuo.
En la figura vemos al individuo XA 18153 de doble collar anillado en Playa Fracasso
en 2000 para estudios reproductivos, con el objeto de verificar fidelidad de parejas.
La nomenclatura correspondiente es: Fo,RR:m,GR.
Una segunda metodología, que se ha incorporado en los últimos años, se
basa en la colocación de un código alfanumérico (con dos o tres caracteres) exclusivo
para cada individuo impreso en la bandera, y que puede llegar a identificarse median-
te observación con telescopio. En la figura podemos ver al playero rojizo identificado
con el código “CCM”. Esta nueva técnica surge como más efectiva, dado que no se
sobrecargan con anillos las patas de las aves. Asimismo, tengamos en cuenta que
cuando se colocan muchos anillos (técnica

Continuar navegando