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GUÍAS CLÍNICAS Primera Edición Enfermedades Respiratorias Pediátricas Editores: S. Abara, L. Vega-Briceño GUÍAS CLÍNICAS Primera Edición Enfermedades Respiratorias Pediátricas Editores: S. Abara, L. Vega-Briceño Gentileza de GSK* *GlaxoSmithKline no ha participado en el contenido de estas guías 1 INTRODUCCIÓN La enfermedad respiratoria es la causa más frecuente de consulta pediátrica; representa la primera causa de muerte en menores de 5 años y durante los meses fríos es la responsable de la saturación y el colapso de muchos sistemas públicos y privados de salud. La aplicación de diversos protocolos, algunos universalmente validados, ha permitido simpli!car y estandarizar su diagnóstico y cuidado. Luego de muchos meses de trabajo, logramos presentar las “Guías clínicas para el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades respiratorias infantiles HPH-CAS”, como respuesta a la necesidad de aplicar nomenclaturas homogéneas y estandarizadas; diagnósticos oportunos, optimización de recursos (siempre escasos en el sistema público) y tratamientos óptimos frente a nueve condiciones pediátricas respiratorias frecuentes: ALTE, laringitis aguda, bronquiolitis aguda, neumonía, empiema, sibilancias recurrentes, estridor congénito, asma bronquial e insu!ciencia respiratoria. Este documento reúne el trabajo y el esfuerzo de un grupo de sub-especialistas respiratorios e intensivistas provenientes de dos prestigiosas instituciones médicas: La Clínica Alemana de Santiago y el Hospital Padre Hurtado; ambos campos clínicos de la Facultad de Medicina Clínica Alemana - Universidad del Desarrollo. El propósito de estas guías clínicas fue consensuar una terminología clara en torno al diagnóstico y tratamiento de las condiciones respiratorias antes mencionadas, aplicando medicina basada en la evidencia y explicitando niveles y grados de recomendación. Tanto a nivel local como internacional, existen variadas guías y consensos publicados donde se advierten diferencias notables en la nomenclatura y en el manejo de las patologías respiratorias del niño; por ello, con!amos en que este documento facilitará el proceso de aprendizaje de nuestros alumnos, otorgará a los docentes una herramienta útil que colabore con su cometido y hará más consistente la labor de muchos clínicos en estas dos instituciones involucradas. Si esto ocurre nuestro trabajo habrá sido exitoso. Dr. Selim Abara Elías Dr. Luis E. Vega-Briceño Editores Responsables PARTICIPANTES Agradecimientos: A los Drs. Ricardo Ronco y Felipe Cavagnaro y por la revisión y sugerencias al presente documento. Correspondencia: Dr. Luis Enrique Vega-Briceño. Pediatra Broncopulmonar. Hospital Padre Hurtado. Profesor de Pediatría, Facultad de Medicina Clínica Alemana - Universidad del Desarrollo. Email: levega@udd.cl Dr. Selim Abara Elías Pediatra Broncopulmonar Clínica Alemana de Santiago Profesor de Pediatría, Facultad de Medicina Clínica Alemana - Universidad del Desarrollo Dra. Cecilia Alvarez Garrido Pediatra Broncopulmonar Clínica Alemana de Santiago Docente de Pediatría, Facultad de Medicina Clínica Alemana - Universidad del Desarrollo Dr. Héctor Aranibar Munita Pediatra Broncopulmonar Jefe Unidad Capacitación RCP Clínica Alemana de Santiago Dra. Daniela Arriagada Santis Pediatra Becada del Programa de Medicina Intensiva Hospital Padre Hurtado Dra. Ilse Contreras Estay Pediatra Broncopulmonar Hospital Padre Hurtado Docente de Pediatría, Facultad de Medicina Clínica Alemana - Universidad del Desarrollo Dr. Raúl Corrales Viersbach Pediatra Broncopulmonar Clínica Alemana de Santiago Profesor de Farmacología, Facultad de Medicina Clínica Alemana - Universidad del Desarrollo Dr. Alejandro Donoso Fuentes Pediatra Intensivista Hospital Padre Hurtado Profesor de Pediatría, Facultad de Medicina Clinica Alemana - Universidad del Desarrollo Dra. Cristina Pierry Vargas Pediatra Broncopulmonar Clínica Alemana de Santiago Docente de Pediatría, Facultad de Medicina Clínica Alemana - Universidad del Desarrollo Dr. Luis Enrique Vega-Briceño Pediatra Broncopulmonar Hospital Padre Hurtado Profesor de Pediatría, Facultad de Medicina Clínica Alemana - Universidad del Desarrollo Dra. Bárbara Walker Cartes Pediatra Broncopulmonar Hospital Padre Hurtado Clínica Alemana de Santiago 2 3 INDICE TEMA Pág. ALTE 5 Laringitis aguda 13 Bronquiolitis aguda 22 Neumonía 28 Empiema 37 Sibilancias recurrentes 45 Estridor congénito 55 Asma bronquial 63 Insu!ciencia respiratoria 73 NIVELES DE EVIDENCIA Y GRADOS DE RECOMENDACIÓN Nivel de evidencia Ia Ib IIa IIb III IV Grado de Recomendación A B C D GRADOS DE RECOMENDACIÓN EMPLEADOS Nota: Aquellas recomendaciones que no están explícitas en el texto con algún grado específico corresponden a la opinión del grupo que confeccionó este documento. Estas guías clínicas serán actualizadas en un plazo de 3 años. Signi!cado y niveles de evidencia Extremadamente recomendable. Basada en una categoría de evidencia I (buena evidencia que demuestra que la medida o intervención es e!caz y que los bene!cios superan ampliamente los perjuicios). Recomendable. Basada en una categoría de evidencia II (al menos existe moderada evidencia que demuestra que la medida o intervención es e!caz y los bene!cios superan los perjuicios). Ni recomendable ni desaconsejable. Basada en una categoría de eviden- cia III (al menos existe moderada evidencia que demuestra que la medida o intervención es e!caz, pero los bene!cios son muy similares a los perjuicios y por ello no puede justi!carse una recomendación general). Consenso de expertos. Basada en una categoría de evidencia IV. Tipo de estudio La evidencia proviene de metaanálisis, de ensayos clínicos controlados, aleatorizados, bien diseñados con homogeneidad. La evidencia proviene de al menos un ensayo clínico controlado aleatorizado con homogeneidad. La evidencia proviene de al menos un estudio controlado bien diseñado sin aleatorizar. La evidencia proviene de al menos un estudio no completamente experimental, bien diseñado, como los estudios de cohortes. Se re!ere a la situación en la que la aplicación de una intervención está fuera del control de los investigadores, pero cuyo efecto puede evaluarse. La evidencia proviene de estudios descriptivos no experimentales bien diseñados, como los estudios comparativos, estudios de correlación o estudios de casos y controles. La evidencia proviene de documentos u opiniones de comités de expertos o experiencias clínicas de autoridades de prestigio o los estudios de series de casos. 4 PUNTOS IMPORTANTES ALTE no es un diagnóstico clínico, es un concepto de trabajo. No existe asociación entre ALTE y SMS. Es importante la búsqueda de una condición médica especí!ca. La historia clínica y el examen físico son fundamentales para determinar el tipo de estudio. En casi el 50% de las veces no se descubre la etiología. El ALTE menor no requiere ser hospitalizado. El riesgo de muerte por un ALTE mayor recurrente es 10-30%. El uso de monitores no previene eventos de SMS. I Introducción II Definición III Epidemiología IV Etiología V Diagnóstico VI Tratamiento VII Pronóstico VIII Lecturas recomendadas ALTE ALTE 5 ALTE mayor: Episodio de ALTE que requiere una estimulación vigorosa o una reanimación cardiopulmonar (RCP). ALTE menor: Episodio de ALTE que revierte espontáneamente o después de una estimulación leve. 1. Apnea central u ocasionalmente obstructiva. 2. Cambio de color (cianosis, palidez o rubicundez). 3. Marcado cambio en el tono muscular, más frecuentemente hipotonía. 4. Ahogo o atoro. Clasificación: I INTRODUCCIÓN ALTE (apparent life-threatening event) describe un síndrome clínico.Habían transcurrido casi 30 años cuando el Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos convocó a expertos a una revisión y discusión de los términos apnea, ALTE y síndrome de muerte súbita (SMS). El panel de expertos rechazó la asociación entre ALTE y SMS. El presente capítulo desarrolla un tema que ha generado mucha controversia y confusión. II DEFINICIÓN El término ALTE no es un diagnóstico especí!co. Corresponde a la descripción de un episodio agudo, brusco e inesperado que alarma a un observador al producir una percepción –subjetiva- de muerte inminente en un lactante. Se caracteriza por la combinación de: 1. 2. 6 III EPIDEMIOLOGÍA La prevalencia en estudios poblacionales es 0,05-1%. Se estima una incidencia de 6:1000 lactantes nacidos a término, lo que se incrementa hasta 86:1000 en pretérmino. Representa 0,6-0,8% de todas las visitas al servicio de urgencia (SU) en niños menores de 1 año y el 2,3% de los niños hospitalizados. La edad promedio de presentación es de 8-10 semanas sin diferencias por sexo. El tabaquismo materno es un factor de riesgo; sin embargo, no lo es la prematurez, la posición prona para dormir ni el antecedente de algún familiar con SMS. IV ETIOLOGÍA Después de un estudio de laboratorio acucioso, sólo se puede establecer una causa de ALTE en cerca del 50% de las veces. De ellas, las más frecuentes son: Re"ujo gastroesofágico (RGE), síndrome convulsivo y las causas infecciosas (VRS, B. pertussis, infección urinaria, sepsis, miocarditis viral). Otras causas menos frecuentes son: Arritmias, enfermedades metabólicas, sofocación accidental, intoxicaciones, abuso, etc. A. ALTE y RGE La presencia de RGE en lactantes es un hecho frecuente; sin embargo, la relación entre RGE y apnea es aún incierta. Aunque un episodio de RGE puede preceder a un episodio de ALTE, la causa más probable del evento respiratorio es el laringoespasmo re"ejo, aún en ausencia de RGE patológico. Los casos de abuso infantil más frecuentes son: La sofocación intencional y la administración de fármacos depresores del sistema nervioso central, generalmente bajo la forma del síndrome de Munchausen by proxy, y el síndrome del niño sacudido. Debe ser sospechado frente a la presencia de una o más de las siguientes situaciones: C. ALTE y la relación con SMS No existe relación entre ALTE y SMS ya que sólo el 5% de las víctimas de SMS tuvo un episodio previo de ALTE; más aun, la gran mayoría de víctimas de SMS no presentó apneas previo al deceso. Ya que la de!nición de ALTE es subjetiva (depende del observador) no siempre es con!able. Más del 80% de los casos de SMS fallecen entre la medianoche y las 06:00 AM; en cambio más del 80% de los casos de ALTE ocurren de día. Las intervenciones como back to sleep no han logrado reducir la incidencia de ALTE aunque sí la de SMS. Los factores de riesgo de ALTE no son los mismos de SMS. ALTE severo recurrente que ha requerido RCP. ALTE recurrente que ocurre sólo en presencia de la misma persona. Presencia de sangre en boca o nariz. Evaluación diagnóstica acuciosa sin evidencia de etiología. El agresor (frecuentemente la madre) se presenta como muy dedicado al cuidado de su hijo. Consultas en diferentes SU. Madre trabajadora de la salud o cercana al equipo de salud. Historia personal de enfermedades inusuales. Enfermedades extraordinarias o SMS en hermanos menores. Problemas sociales familiares graves (pareja inestable, consumo de drogas). B. ALTE y abuso infantil a. b. c. d. e. f. g. h. i. j 7 V DIAGNÓSTICO Es fundamental una historia y un examen físico completo para determinar si se trata de un ALTE “real” o de un episodio que produjo un susto injusti!cado. A.Clínico A.1. Anamnesis Debe obtenerse una descripción detallada del evento y de la intervención realizada por el cuidador/observador (Tabla 1). Indagar por: a) Estado de conciencia post evento. b) Elementos sugerentes de infección (!ebre, tos, rechazo alimentario, etc.). c) Inmunizaciones recientes. d) Medicamentos recibidos. e) Antecedente del embarazo y eventos perinatales. f) Hábitos de sueño y alimentación. g) Historia alimentaria, antecedente de atoros, estridor, pobre incremento de peso. h) Episodios previos de ALTE. i) Cirugías previas. j) Sospecha de trauma accidental o no accidental. k) Historia de hermanos con ALTE, muertes tempranas, problemas genéticos, metabólicos, cardíacos y neurológicos. l) Exposición a drogas, alcohol o humo de cigarrillo. Listado de medicamentos existentes en el hogar y la posibilidad de administración accidental o intencional. Tabla 1.- Características del evento y del tipo de intervención practicada Características del evento Tipo de intervención 8 D. Otros test diagnósticos Deben estar guiados por una sospecha clínica e incluyen estudios de eventuales infecciones, saturometría nocturna y polisomnografía cuando se sospecha una alteración del patrón respiratorio en el sueño (Tabla 2). A.2. Examen físico Debe ser completo incluyendo: Signos vitales, relación peso/talla, circunferencia craneana, estado de conciencia, estigmas de enfermedades genéticas, desarrollo psicomotor, evaluación neurológica, respiratoria y cardíaca. Buscar signos de obstrucción de vía aérea alta o baja, signos de infección respiratoria, dismor!as faciales, signos de trauma (equimosis, marcas cutáneas, hemotímpano, dolor al movilizar extremidades, abdomen agudo) y fondo de ojo con dilatación pupilar si existe sospecha de abuso o maltrato. B. Exámenes de laboratorio Si el evento fue un ALTE verdadero y no se encuentra una explicación después de la anamnesis y del examen físico, la evaluación inicial contempla (Recomendación C): a) Hemograma b) Examen de orina/urocultivo c) Glicemia, electrolitos, BUN, lactato, calcio, magnesio d) Radiografía (Rx) de tórax e) ECG Si existe compromiso de conciencia debe realizarse un screening toxicológico para fármacos y tóxicos (monóxido de carbono, benzodiazepínicos y otros). C. Imágenes La Rx de tórax forma parte de la evaluación básica cuando la anamnesis y examen físico no proporcionan una explicación. Cuando se quiere estudiar un re"ujo gastroesofágico la Rx de esófago estómago y duodeno con Bario puede apoyar el diagnóstico y adicionalmente mostrar indemnidad anatómica. Frente a sospecha de anillos vasculares, el esófagograma con bario permite visualizar una compresión esofágica extrínseca. Las neuroimágenes como TAC cerebral y Resonancia Nuclear Magnética de cerebro deben indicarse frente a la sospecha de trauma accidental o no accidental, convulsiones o sospecha de procesos expansivos intracraneanos o hemorragias intracraneanas. E) Diagnóstico diferencial El espectro de diagnósticos diferenciales es muy amplio y se presentan en la Tabla 3. VI TRATAMIENTO A. En el Servicio de Urgencia (SU) A.1. Evaluación rápida y manejo ABC: incluye asegurar vía aérea permeable, administrar O2 con mascarilla de alto "ujo con bolsa de recirculación o aplicar ventilación con bolsa de reanimación, cuando el caso lo requiera, vía venosa y asegurar perfusión adecuada en los casos graves. Si el paciente no se recupera, intubación endo-traqueal. 9 Se recomienda no hospitalizar un paciente con ALTE menor; primer episodio; sin una historia médica signi!cativa y un examen físico normal; si existe una causa probable no progresiva como congestión nasal, laringoespasmo secundario a RGE, etc (Recomendación C). Rx EED: Radiografía de esófago-estómago-duodeno; EEG: Electroencefalograma; ELP: Electrolitos plasmáticos; LCR: Líquido cefaloraquídeo; TAC: Tomografía axial computada; RNM: Resonacia nuclear magnética . Tabla 2.- Exámenes complementarios según la orientación diagnóstica Diagnóstico Re"ujo gastroesofágico Infección respiratoria aguda baja Síndrome convulsivo Episodio de atoro/as!xia Infección o sepsis Anemia Arritmia (síndrome de QT prolongado) Trauma no accidental Apnea Tests/Evaluaciones Rx EED con bario, pHmetría esofágica,cintigrama para estudio de re"ujo. Rx de tórax, oximetría de pulso, estudio para B. pertussis, hemograma, panel viral respiratorio. Ecografía /TAC /RNM cerebral, según el caso, hemograma, EEG, estudio metabólico (en sangre u orina), ELP, glicemia, calcemia; video-vigilancia. Rx EED con bario o pHmetría esofágica. Si se sospecha aspiración, estudio de videodeglución. Gases en sangre, lactato o nivel de bicarbonato, Rx de tórax, recuento de blancos, estudio de LCR, ELP, examen de orina/urocultivo. Hemograma Electrocardiograma Fondo de ojo con dilatación pupilar, TAC cerebral sin contraste, estudio óseo completo, examen toxicológico en orina, video- vigilancia. Oximetría de pulso continua, polisomnografía en casos seleccionados. A.2. Indicaciones de hospitalización En sólo el 14% de los hospitalizados por ALTE se justi!ca la admisión. Deber ser considerado frente a: a) Todo ALTE mayor (Recomendación A). b) ALTE recurrente.. c) Edad < 1 mes (Recomendación B). d) Edad gestacional < 37 semanas. 10 * Frecuencia relativa de diagnósticos:modi!cado de: De Wolfe CC: Apparent life-threatening event: A review. Pediatr Clin N Am 2005; 52:1127-46 Causas gastroenterológicas (33%) Causas Neurológicas (15%) Apnea indiopática de la infancia (23%) Causas respiratorias (15%) Cardiovasculares (1%) Causas infecciosas CausasMetabólicas /Endocrinológicas Otros diagnósticos Re"ujo gastroesofágico, disfunción de esófago, abdomen agudo quirúrgico, disfunción de la deglución. Convulsiones, tumores cerebrales, hidrocefalia, meningitis, encefalitis, apneas del prematuro, enfermedades neuromusculares, síncope vasovagal. Malformación de Arnold Chiari ---------- Infección respiratoria aguda viral (VRS y otros), Coqueluche, síndromes aspirativos, cuerpo extraño en VA, apneas obstructivas del sueño, laringomalacia, estenosis subglótica. Cardiopatías congénitas, miocardiopatías, arritmia cardíaca/síndrome de QT- prolongado, miocarditis. Septicemia, infección urinaria, meningitis, encefalitis. Errores congénitos del metabolismo, otras alteraciones metabólicas, alteraciones hidro-electrolíticas. Maltrato infantil (Trauma no accidental, síndrome del niño sacudido, sofocación no accidental, síndrome de Münchausen by proxy), as!xia, respiración periódica, reacción a drogas o tóxicos, anemia. Tabla 3.- Diagnóstico diferencial de ALTE B. En la sala de hospitalización Todo paciente admitido a un centro asistencial deberá estar al menos 24-48 horas en una unidad de cuidado intermedio-intensivo para su monitorización y registro de eventos clínicos. La necesidad de oxígeno suplementario estará dada por los niveles de SpO2 a su ingreso en el SU. Los padres deben estar correctamente informados de la razón de su ingreso y que el término ALTE es de trabajo. Debe existir un sólo interlocutor frente a la familia, idealmente durante toda la hospitalización. No se debe hablar de pronóstico mientras no se determine la causa especí!ca. En la mayoría de escenarios de ALTE existe una connotación médico-legal. B.1. Evaluación complementaria Los estudios de laboratorio para establecer el diagnóstico deben estar guiados por la sospecha clínica luego de una anamnesis y examen físico completo (Tabla 2). La monitorización en un centro hospitalario debe ser con un monitor cardiorespiratorio, cuyo registro con memoria dará importante información clínica respecto a: Episodios adicionales, patrón inmaduro de respiración, hipoventilación o hipoxemia, presencia de apneas o bradicardias asociados a esfuerzo respiratorio inadecuado, cambio de color o pérdida del tono (Recomendación C). Un elevado porcentaje de los pacientes con ALTE quedan sin diagnóstico. 11 B.2. Factores de riesgo de recurrencia de ALTE El riesgo de re-hospitalización en los próximos 30 días del alta por ALTE es 2,5% (Evidencia lla). Se debe capacitar a los padres o cuidadores del lactante mediante el entrenamiento en RCP y se debe evitar los factores de riesgo de SMS (posición prona al dormir, exposición al humo del cigarrillo, exceso de abrigo, temperaturas extremas en la pieza). Los factores de riesgo aceptados son: a) Inmadurez. b) Historia de múltiples ALTE previo al ingreso. c) Infección viral del tracto respiratorio. B.3. Monitores cardiorespiratorios No existe evidencia que demuestre que el uso de monitores prevenga el SMS, por ello la decisión del uso de monitor debe ser caso a caso. Un estudio colaborativo (CHIME, 1079 lactantes) demostró que la presencia de apnea (pausas mayores de 20 segundos y/o bradicardia) era igual de frecuente en lactantes sanos como en aquellos con ALTE mayor idiopático y que el número de eventos mayores a 30 segundos fue similar en ambos grupos (2%). A pesar de estos hechos y que la mayoría de alarmas son falsas muchas veces los padres exigen un monitor (informar que no previene SMS). Finalmente, el costo emocional y económico alto y su poca disponibilidad en nuestro medio limitan su prescripción. Indicaciones de uso (Recomendación C): Recién nacidos pretérmino con alto riesgo de episodios recurrentes de apneas, bradicardia y/o hipoxemia post alta (hasta las 43 semanas post FUR). Lactantes dependientes de tecnología (vía aérea inestable, alteración en el control de la respiración). Enfermedad pulmonar crónica sintomática. ALTE grave o ALTE recurrente que requirió RCP. ALTE con elevado riesgo de recurrencia (polisomnografía muy alterada). a. b. c. d. e. VII PRONÓSTICO El riesgo de muerte por ALTE es menor al 1%, pero en el caso de ALTE mayor recurrente existe un alto riesgo de SMS (10-30%). En pacientes con ALTE no complicado el pronóstico es excelente (sin anormalidades neurológicas a 10 años) (Evidencia lla). Finalmente en el caso de prematuros con ALTE, la maduración hace desaparecer los episodios de ALTE. VIII LECTURAS RECOMENDADAS 1. Wennergren G, Milerad J, Lagercrantz H et al.The epidemiology of sudden infant death syndrome and attachs of lifelessness in Sweden. Acta Paediatr Scand 1987; 76: 898-906. 2. Kiechl-Kohlendorfer U, Hof D, Peglow UP et al. Epidemiology of apparent life threatening events. Arch Dis Child 2005; 90: 297-300. 3. Al-Kindy HA, Gélinas JF, Hatzakis G, Côté A. Risk factors for extreme events in infants hospitalized for apparent life-threatening events. J Pediatr 2009; 154: 332-7. 4. Kahn A, Groswasser J, Rebu#at E et al. Sleep and cardiorespiratory characteristic of infant victims of sudden death: A prospective case-control study. Sleep 1992: 15: 287-92. 5. McGovern MC, Smith MB. Causes of apparent life threatening events in infants: a systematic review. Arch Dis Child 2004; 89: 1043-8. 12 6. Abara S, Síndrome de muerte súbita del lactante. En: Fielbaum O, Herrera O, ed. Enfermedades Respiratorias Infantiles, 2°Ed, Santiago: Editorial Mediterráneo, 2002; 262-6. 7. Dewolfe C. Apparent life-Threatening event: a Review. Pediatr Clin N Am 2005, 52: 1127-46. 8. Esani N, Hodgman JE, Ehsani N, et al. Apparent life-threatening event and sudden infant death syndrome: comparison of risk factors. J Pediatric 2008; 152: 365-70. 9. Hoppenbrouwers T, Hodgman JE, Ramanathan A, Dorey F. Extreme and conventional cardiorespiratory events and epidemiologic risk factors for SIDS. J Pediatr 2008; 152: 636-41. 10. Hunt CE, Corwin MJ, Lister G, et al. Collaborative Home Infant Monitoring Evaluation (CHIME) Study Group. Precursors of cardiorespiratory events detected by home memory monitor. Pediatr Pulmonol 2008; 43: 87-98. 11. Altman RL, Brand DA, Forman S et al. Abusive head injury as a cause of Apparent life-Threatening events in infancy. Arch Pediatr Adolesc Med 2003; 157: 1011-5. 12. Pitetti RD, Whitman E, Zaylor A. Accidental and nonaccidental poisonings as a cause of apparent life-threatening events in infants. Pediatrics 2008; 122: e359-62. 13. Guenther E, Powers A, Srivastava R, Bonkowsky JL. Abusive head trauma in children presenting with an apparent life-threatening event. J Pediatr 2010; 157: 821-5. 14. Brand DA, Altman RL, Purtill K et al.Yield of diagnostic testing in infants who have had an apparent life-threatening event. Pediatrics 2005; 115: 885-93. 15. Kahn A. Recommended clinical evaluation in infants with an apparent life-threatening event. Consensus document of the European Society for the Study and Prevention of Infant Death, 2003. Eur J Pediatr 2004; 163: 108-15. 16. Claudius I, Keens T. Do all infants with apparent life-threatening event need to be admitted? Pediatrics 2007; 119: 679-83. 17. Côté A. Home and hospital monitoring for ALTE. Paediatr Resp Rev 2006; 7Suppl 1: S199-201. 18. Ramanathan R, Corwin MJ, Hunt CE et al. Cardiorespiratory events recorded on home monitors: Comparison of healthy in infants with those at increased risk for SIDS. JAMA 2001; 285: 2199-207. 19. Farrell PA, Weiner GM, Lemons JA. SIDS, ALTE, apnea, and the use of home monitors. Pediatr Rev 2002; 23: 3-9. 20. Fu LY, Moon RY. Apparent life-threatening events (ALTEs) and the role of home monitors. Pediat Rev 2007, 28: 203-8. 21. Oren J, Kelly D, Shannon D. Identi!cation of a high-risk group for sudden infant death syndrome among infants who were resuscitated for sleep apnea. Pediatrics 1986; 77: 495-9. 22. Arad-Cohen N, Cohen A, Tirosh E. The relationship between gastroesophageal re"ux and apnea in infants. J Pediatr 2000; 137: 321-6. PUNTOS IMPORTANTES Es la causa mas frecuente de obstrucción adquirida de la VA alta. Su etiología es principalmente viral. El diagnóstico es clínico pudiendo tener un espectro de gravedad amplio. El uso de laboratorio e imágenes no se recomienda de rutina. El uso de esteroides sistémicos están indicados para todos los pacientes. La evaluación endoscópica de la VA se reserva para el grupo de pacientes con cuadro clínico atípico. Su pronóstico es bueno aunque su recurrencia plantea la necesidad de profundizar en su etiología. I Introducción II Definición III Etiología IV Fisiopatología V Diagnóstico VI Tratamiento VII Pronóstico VIII Lecturas recomendadas LARINGITIS AGUDA (CROUP) LARINGITIS AGUDA (CROUP) 13 I INTRODUCCIÓN La laringitis aguda o croup (como se denomina en la literatura internacional) es la causa más frecuente de obstrucción adquirida de vía aérea (VA) alta afectando anualmente al 3-5% de los niños menores de 6 años asociado a una tasa de hospitalización del 1-5%. En Chile se puede presentar a lo largo de todo el año, aunque se observa mayor incidencia entre los meses de abril y junio, precediendo a los casos de bronquiolitis. II DEFINICIÓN Infección respiratoria aguda que produce in"amación de la VA alta y obstrucción subglótica (CID10:J04). III ETIOLOGÍA Puede ser causado por una variedad de virus, principalmente los virus parain"uenza tipo 1 y 3, pero también puede deberse a infección por virus in"uenza, VRS, metapneumovirus y bacterias como Mycoplasma pneumoniae. IV FISIOPATOLOGÍA La infección produce in"amación de la zona subglótica que es la porción más estrecha de la VA alta en niños menores de 8 años. Esta disminución del diámetro de la VA genera un "ujo turbulento que se mani!esta como estridor durante la inspiración, cuando la presión negativa que genera "ujo al interior del tórax tiende a colapsar las paredes de la VA extratorácica. La magnitud de los síntomas dependen del grado obstrucción pero también de la presión negativa intratorácica que genera el "ujo de aire. A mayor obstrucción existe más resistencia, mayor "ujo de aire y turbulencia. 14 V DIAGNÓSTICO A. Clínico Se presenta más frecuentemente entre los 6 meses y 5 años (principalmente entre 18 y 24 meses); sin embargo, puede verse en cualquier grupo etario incluyendo adultos. El cuadro clínico depende de la magnitud de la obstrucción. Se caracteriza por el comienzo brusco de síntomas y signos de obstrucción de la VA alta (extratorácica): Estridor inspiratorio variable, tos perruna, disfonía, habitualmente precedidos por un pródromo viral los 2-4 días previos. Estos síntomas usualmente empeoran durante la noche. Generalmente el paciente está afebril o con poca temperatura, sin aspecto tóxico. Puede existir di!cultad respiratoria (retracción supraclavicular, intercostal) y/o falla respiratoria (hipoxiay cianosis). Los siguientes son signos de falla respiratoria: B. Exámenes de laboratorio Se recomienda solicitar el panel respiratorio viral sólo si: Se requiere aislar en cohorte, existen familiares con condiciones crónicas de base (prematurez, displasia broncopulmonar, menores de 3 meses, inmunosuprimidos, etc.), solicitud de la madre o sospecha de algún diagnóstico alternativo importante. Considerar el hemograma y PCR sólo frente a la sospecha de sobreinfección bacteriana. C. Imágenes No están indicadas como rutina. La radiografía (Rx) de cuello será útil si se sospecha un efecto de masa (quiste, tumor, etc.) sobre la VA; la videodeglución en un paciente con sospecha de aspiración pulmonar recurrente y re"ujo gastroesofágico asociado, una tomografía axial computada (TAC) de cuello con contraste frente a lesiones con efecto de masa (quistes laríngeos, hemangiomas). La Rx de tórax debe ser solicitada ante la sospecha de neumonía (crépitos localizados, disminución de ruidos pulmonares, !ebre elevada o persistente, etc.). D. Diagnóstico diferencial Debe sospecharse otras etiologías de obstrucción de VA alta si el cuadro clínico no es el descrito previamente (“clásico”), cuando su presentación ocurra fuera de la temporada o no exista una respuesta rápida al tratamiento convencional. En los menores de 3 meses debe considerarse siempre causas congénitas o anatómicas (ejemplo: Estenosis congénita, parálisis de cuerdas vocales, laringomalacia, etc.). Traqueitis bacteriana: Tos intensa, !ebre alta, compromiso general, pudiendo haber o no disfonía. Epiglotitis: Poca tos, !ebre alta, aspecto tóxico, agitación, voz apagada, sialorrea, preferencia a permanecer inclinado hacía delante. Aspiración de cuerpo extraño: Tos intensa, signos de as!xia o aspiración, habitualmemte diurno, sin !ebre, no responde a tratamiento. 15 VI TRATAMIENTO A. En el Servicio de Urgencia (SU) Evaluación cardiopulmonar rápida (ABC): Evaluar-categorizar-decidir-actuar (inicie tratamiento especí!co). Evaluación de gravedad: Utilice la escala de evaluación de gravedad (Tabla1) y siga el algoritmo sugerido (Figura 1). Si el paciente no necesita inmediata intervención intentar continuar en una posición cómoda, acompañado por sus padres y no solicitar exámenes en este momento. El tratamiento está orientado a disminuir la in"amación y aumentar el "ujo de aire inspirado. El tratamiento depende de la gravedad del cuadro, su evaluación clínica toma en cuenta la tos, estridor y signos de di!cultad respiratoria. Corticoesteroides: Son la terapia estándar en el tratamiento de todos los pacientes (Evidencia Ia). Disminuyen el número y duración de intubaciones traqueales, necesidad de reintubación, incidencia de hospitalización y reconsultas en SU (Recomendación A). Adrenalina: Es efectiva para disminuir el estridor y di!cultad respiratoria (Evidencia Ia). Tiene una acción rápida disminuyendo el edema e in"amación subglótica, con lo que aumenta el diámetro de sección de la VA disminuyendo la resistencia al "ujo. Su efecto farmacológico dura alrededor de 2 horas. La adrenalina (Levoadrenalina) ha demostrado ser tan efectiva como la forma racémica si se ocupan dosis equimolares (Evidencia Ib) sin aumentar los efectos adversos. No se recomienda su empleo por horario sino que según respuesta clínica (Recomendación C). Monitorizar sus posibles efectos adversos: Taquicardia, arritmias, hipertensión. Dosis: Adrenalina racémica 0,5 ml + 3,5ml SF; o epinefrina 5 ml (5 ampollas) sin SF. Nebulizar por 10 minutos con 8-10 Lt/minuto de O2. En el paciente grave (grado IV) que no genera su!ciente "ujo de aire administrar adrenalina 0,15-0,30 mg en forma inmediata IM (Recomendación D). Oxígeno (O2): Sólo para aquellos pacientes con hipoxemia (SpO2<94%) o di!cultad respiratoria marcada (gradoIII o IV). En paciente con falla respiratoria inminente utilice O2 100% con mascarilla de recirculación sin reinhalación a 15 l/min (Recomendación D). En caso de hipoventilación administre O2 con bolsa y mascarilla con reservorio ("ujo: 10-15 Dexametasona: Es el corticoesteroide más estudiado (Evidencia Ia). Se emplea en dosis única (0.6 mg/Kg), aunque existe experiencia con dosis más bajas (0.15-0.3 mg/kg) (Evidencia Ia). Se pre!ere su administración oral (Recomendación B). En casos de mayor gravedad considerar IM o IV. Betametasona: Presenta un per!l farmacodinámico y farmacoquinético prácticamente igual a la dexametasona y en nuestro medio está disponible en solución de gotas orales (Cidoten® o Coritex® 0.5 mg/ml). Actúa en forma rápida por un efecto “de blanqueo” inicial por vasoconstricción, clínicamente similar a la adrenalina y luego de 3 horas de su administración inician su acción anti-in"amatoria que persiste por 72 horas. Dosis: 0,5 ml/kg = 0,25mg/kg (dosis única) (Recomendación B). Prednisona: Si no se dispone de dexametasona o betametasona se puede utilizar prednisona (1mg/kg/día) x 3 días (Evidencia Ib). Absceso retrofaringeo o periamigdalino: Tos escasa, !ebre alta, aspecto tóxico, voz apagada, sin disfonía, preferencia a permanecer inclinado hacía atrás. Angioedema: Tos, estridor, edema de cara y labios, rash urticarial, sin !ebre, antecedentes personales, antecedente de exposición a alergeno. 16 Leve (I) Tos seca ocasional, disfonia Sin estridor o estridor sólo al llanto/agitarse. Sin estridor en reposo Sin retracción o retracción supraclavicular sólo al llanto/agitarse. Sin retracción en reposo Sin signos de di!cultad respiratoria Moderado (II) Tos seca frecuente Estridor inspiratorio en reposo Retracción supraclavicular/intercostal en reposo Sin disnea ni agitación psicomotora Grave (III) Tos seca frecuente e intensa Estridor inspiratorio o bifásico en reposo Retracción supraclavicular/intercostal marcadas en reposo Signos de di!cultad respiratoria, disnea y agitación psicomotora Grado (IV) Falla respiratoria: Signos de fatiga, hipoventilación y/o hipoxia Tos débil o ausente Estridor inspiratorio débil o ausente Retracción intercostal/supraesternal Letargia o compromiso del nivel de alerta, palidez terrosa, cianosis Tabla 1.- Evaluación de la gravedad (Croup working committee) Lt/min), la ventilación a presión positiva también logra mayor "ujo a través de la obstrucción de la VA superior (Evidencia IIa). Otras terapias: Si bien no existe evidencia que apoye la recomendación de respirar aire frío; la experiencia local sugiere su utilidad en el domicilio (Recomendación D). El aire frío tiene un efecto “de blanqueo” transitorio. No hay estudios clínicos que avalen la e!cacia y utilidad de los anti-in"amatorios no esteroidales, antitusivos y descongestionantes. Los pacientes en los cuales no exista mejoría de los síntomas a las 24-48 horas de iniciada la terapia o presenten deterioro clínico, a pesar de esta, deben ser sometidos a evaluación endoscópica de la VA, para descartar lesiones concomitantes (traqueítis bacteriana, cuerpo extraño, hemangioma, etc.). El aire humidi!cado no in"uye en la evolución del cuadro (Evidencia IIa). La kinesioterapia respiratoria esta contraindicada. - Considerar siempre la admisión a UCI o intermedio. - Criterios absolutos: Persistencia o recurrencia de síntomas respiratorios en grado II o superior (estridor y retracción en reposo) en las dos horas después de la terapia (adrenalina y corticoesteroide). Presentación grave (grado III-IV) al ingreso al SU. A.1) Criterios de hospitalización 17 - Si es posible y no requiere tratamiento inmediato deje al niño en posición cómoda y tranquilo con sus padres - No tomar muestras de sangre inicialmente - No tomar radiografía de tórax inicialmente Laringitis aguda Edad: 6 meses-5 años Meses: Abril-Junio Presentación nocturna Tos seca Estridor agudo, disfonía Signos de infección viral previa Leve (I) - Tos seca ocasional, disfonía - Sin estridor en reposo - Sin retracción en reposo - Sin signos de di!cultad respiratoria en reposo - SpO2 > 92% Dexametasona o Betametasona oral 0.15-0.3 mg/kg (dosis máx. 12 mg) 0,5 ml/kg solución gotas orales dosis única o Prednisona 1-2 mg/kg/d c/8h x 3días Adrenalina 5 ml (5 ampollas) o Adrenalina Racémica 0,5 ml + 3,5 ml SF nebulizar x 10 min con O2 a 10 l/min por una vez + Dexametasona o Betametasona oral 0.3 mg/kg dosis única o Prednisona 1-2 mg/kg c/8h x 3 días CONTROLAR Y REEVALUAR O2 100% mascarilla de recirculación no reinhalación 15 l/min - Si paciente ventila adecuadamente: Nebulizar con Adrenalina común 5 ml o racémica 0,5 ml + 3,5 ml SF; - Si la ventilación no es adecuada: Adrenalina 0,15- 0,3 mg IM + ventilación con bolsa mascarilla; o Heliox 80/20; eventual intubación traqueal (TET 0,5mm más pequeño al indicado por edad); Dexametasona 0,6-1 mg/kg IV o IO Siempre hospitalizar en UCI - Signos de alarma - Enviar a domicilio con indicaciones claras - Control urgencia SOS - Control pediatra 48h No mejora Mantiene estridor / retracción en reposo Mejora Sin estridor en reposo Modi!cado de: Bjornson, PEC. 2005; 21: 863-73. Moderado (II) - Tos seca intensa - Estridor inspiratorio en reposo - Retracción en reposo - Sin disnea ni agitación - SpO2 > 92% Grave (III-IV) - Estridor bifásico o ausente - Retracción marcada o ausente - Signos de fatiga, hipoventilación o hipoxia - Compromiso de conciencia - SpO2 <93% Evaluar gravedad del cuadro respiratorio: ABC Otras causas: Traqueitis bacteriana Epiglotitis Cuerpo extraño Absceso retrofaríngeo Angioedema Figura 1.- Algoritmo de tratamiento de una laringitis aguda Laringitis aguda (Croup) 18 B) En la sala de hospitalización A.3) Indicaciones al alta Dar indicaciones claras de control en SU en caso de estridor/retracción en reposo. Medidas generales de manejo en domicilio. Instruir sobre el uso de aire frío, antipiréticos según necesidad (entregar instructivo). Explicar la posible evolución a una traqueitis y/o bronquitis o desarrollar complicaciones como otitis o neumonía. Control con su pediatra en 48 horas. Derivación al especialista de enfermedades respiratorias ante la sospecha de condición de base (malformación congénita, etc.) o recurrencia. A.2) Criterios de alta del SU Ausencia de estridor/retracción en reposo. Observación mínima de 2 horas luego de nebulización con adrenalina (criterio relativo). La posibilidad de recurrencia al terminar el efecto de la adrenalina es muy baja luego de usar corticoides. No se ha demostrado que la recurrencia sea más grave que la presentación inicial. Falta de acceso a centro asistencial (por lejanía o por falta de medio de transporte). Sin posibilidad de control clínico. Ansiedad de sus cuidadores. Visitas repetidas al SU en últimas 24 horas. Presentación clínica atípica o por sospecha de diagnóstico alternativo. - Criterios relativos: Evaluación cardiopulmonar rápida (ABC): Evaluación de la severidad en forma frecuente (signos vitales cada 4 horas o según necesidad). Considere el diagnóstico diferencial ante toda presentación clínica atípica o inhabitual. Hidratación: Favorecer la alimentación e hidratación oral junto a su madre o cuidador. El uso de "uidos intravenosos sólo está recomendado en pacientes con di!cultad respiratoria severa o mala tolerancia oral a líquidos (Recomendación D). O2: Se reserva para aquellos pacientes con hipoxemia (SpO2<93%) o di!cultad respiratoria (Evidencia Ia). Debe considerarse la monitorización en una UCI y descartar otras posibilidades de hipoxemia. Adrenalina: La adrenalina común es similar a la forma racémica si se ocupan dosis equimolares (Evidencia Ia). No debe ser utilizada en forma de horario sino según la necesidad y respuesta clínica (Recomendación A), monitorizando los efectos adversos.Corticoesteroides: Administrar sólo si el paciente no ha recibido la dosis adecuada en el SU. Se puede considerar repetir las dosis según la persistencia de síntomas (Recomenda ción C). Mezcla Helio-O2: La mezcla He/O2 (80/20 o 70/30) puede disminuir el "ujo turbulento a nivel de la obstrucción de VA disminuyendo el trabajo respiratorio (Evidencia IIb). Se indica sólo para dar tiempo a la acción de los corticoesteroides y evitar la intubación de pacientes graves. Su uso está restringido en pacientes con hipoxia (necesidad de FiO2>30%). La mezcla He/O2no ha demostrado ser superior a la adrenalina y esteroides sistémicos (Evidencia IIb). Se debe utilizar sólo en unidades con experiencia en el tratamiento de una VA crítica (Recomendación D). B.1 Fibrobroncoscopía (FBC) Medidas generales de manejo en domicilio. Instruir sobre el uso de aire frío, antipiréticos según necesidad y evitar sobre abrigo (Entregar instructivo). Reforzar signos importantes a vigilar en domicilio: Di!cultad para respirar, estridor persistente, rechazo alimentario, mal control de la !ebre. Derivación al especialista de enfermedades respiratorias según los criterios de la sección B.5. B.3 Criterios de alta B.4 Indicaciones de alta Ausencia de síntomas importantes (estridor o retracción). Período de 12 horas sin necesidad de nebulización con adrenalina. Padres en condiciones de volver a control en caso de deterioro clínico. B.2 Complicaciones Traqueítis bacteriana (puede complicar y agravar un cuadro inicial). Paro cardiorrespiratorio (puede ocurrir en pacientes no adecuadamente monitorizados). Neumonía (complicación poco frecuente). Sospecha de cuerpo extraño (estridor de inicio brusco o síndrome de penetración). Estridor persistente en reposo más de 48-72 horas posterior al ingreso al hospital. Estridor de más de 12 horas post extubación (en aquellos que fueron intubados). Dismor!a craneofacial evidente al examen físico. Edad de presentación inhabitual (< 6 meses o > 6 años). Falta de respuesta al tratamiento médico. 19 B.5 Controles posteriores No es perentorio el control o seguimiento en cuadros leves-moderados que han tenido una evolución rápida. Sí requieren un control en los próximos 7 dias, aquellos con estridor de evolución prolongada mayor a una semana. Deben ser controlados con un especialista en enfermedades respiratorias aquellos con: Sospecha de alguna condición de base (malformación vascular, quistes, tumores, enfermedad neuromuscular, etc.). Episodios recurrentes. Antecedente de episodio grave, atípico. Si requirió FBC durante la hospitalización. VII PRONÓSTICO En la mayoría de pacientes, los síntomas se resuelven en 3-4 días, pero en algunos casos se pueden prolongar hasta una semana. El riesgo de requerir intubación en el grupo de pacientes hospitalizados es menor al 1%. La letalidad es rara, ocurriendo en menos del 0,5% de aquellos que requieren intubación. Si bien esta enfermedad puede ser recurrente, ello plantea la necesidad de un mayor estudio para descartar la presencia de malformaciones de la VA, alergia o re"ujo gastroesofágico. Otras terapias: Humidi!cación del ambiente o enfriar la sala con aire frío no está recomendada (Recomendación D). Exámenes: Se recomienda solicitar el panel respiratorio si se requiere aislar en cohorte (panel respiratorio viral) o cuando la sospecha de diagnóstico alternativo sea importante: Quistes, hemangiomas, etc. 20 VIII LECTURAS RECOMENDADAS 1. Bjornson C, Johnson D. Croup-Treatment Update. Pediatr Emerg Care 2005; 21: 863-73. 2. Cherry JD. Croup. N Engl J Med 2008; 358: 384-91. 3. Candice L, Klassen TP, et al. Randomized Trial of a Single Dose of Oral Dexamethasone for Mild Croup. N Engl J Med 2004; 351: 1306-13. 4. Johnson DW, KlassenTP, Kellner JD, et al. “Croup” Working Committee. Guidelines for the Diagnosis and Management of Croup. Alberta Med Association Clinical Practice Guidelines 2003. 5. Hammer J. Acquired upper airway obstruction. Paediatr Respir Rev 2004; 5: 25-33. 6. Nicolai T. Therapeutic concepts in upper airway obstruction. Paediatr Respir Rev 2004; 5: 34-9. 7. Fitzgerald D. The assessment and management of croup. Paediatr Respir Rev 2006; 7: 73-81. 8. Rotta AT, Wiryawan B. Respiratory Emergencies in Children. Respir Care 2003; 48: 248-60. 9. Vorwerk C, Coats T. Helioxforcroup in children. Cochrane Database Syst Rev 2010;2:CD006822. 10. Syed I, Tassone P, Sebire P, Bleach N. Acute management of croup in children. Br J Hosp Med (Lond) 2009; 70:4-6. 11. Rihkanen H, Rönkkö E, Nieminen T, Komsi KL, Räty R, Saxen H, Ziegler T, Roivainen M, Söderlund-Venermo M, Beng AL, Hovi T, Pitkäranta A. Respiratory viruses in laryngeal croup of young children. J Pediatr 2008; 152: 661-5. 12. Wyer PC. Delivery of 100%, 40%, and blow-by humidity did not di#er for change in croup scores in children with moderate croup. Evid Based Med 2006;11: 142-6. 13. Chin R, Browne GJ, Lam LT, Mc Caskill ME, Fasher B, Hort J. E#ectiveness of a croup clinical pathway in the management of children with croup presenting to an emergency department. 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Parain"uenza virus infection of young children: estimates of the population-based burden of hospitalization. J Pediatr 2009; 154: 694-9. 26. Malhotra A, Krilov L. Viral Croup. Pediatr Rev 2001; 22: 5-12. 27. Peltola V, Heikkinen T, Ruuskanen O: Clinical courses of croup caused by in"uenza and parain"uenza viruses. Pediatr Infect Dis J 2002; 21: 76-8. 28. Bjornson C, Klassen T, Williamson J, et al. A randomized trial of a single dose of oral dexamethasone for mild croup. N Engl J Med 2004; 351: 1306-13. 29. Geelhoed G, Macdonald W: Oral dexamethasone in the treatment of croup: 0,15 mg/k versus 0,3 mg/kg versus 0,6 mg/kg. Pediatr Pulmonol 1995; 20: 362-8. 30. Donaldson D, Poleski D, Knipple E, et al: Intramuscular versus oral dexamethasone for the treatment of moderate-to-severe croup: a randomized, double-blind trial. Acad Emerg Med 2003; 10: 16-21. 31. Sofer S, Dagan R, Tal A. The need for intubation in serious upper respiratory tract infection in pediatric patients (a retrospective study).Infection 1991; 19: 131-4. 21 22 PUNTOS IMPORTANTES No existe consenso en la de!nición empleada. El diagnóstico es clínico. Su recurrencia debe alertar la sospecha de asma infantil. El uso de exámenes de laboratorio permite determinar la etiología y evaluar complicaciones. El tratamiento es de soporte. Ningún tratamiento previene la progresión del cuadro clínico ni disminuye el período de estado I Introducción II Definición III Epidemiología IV Etiología V Fisiopatología VI Diagnóstico VII Tratamiento VIII Prevención IX Pronóstico X Lecturas recomendadas “…tanto su de!nición como tratamiento son objeto de constante debate y cambios…” Pediatrics 2010; 125: 342-9. BRONQUIOLITIS AGUDA BRONQUIOLITIS AGUDA I INTRODUCCIÓN La bronquiolitis aguda es la in"amación de la vía aérea distal (bronquiolo) secundaria a una infección viral. Representa una de las causas más frecuentes de consulta y hospitalización de lactantes durante los meses de invierno. II DEFINICIÓN En la mayoría de los artículos originales publicados es el primer episodio de obstrucción bronquial secundario a una infección viral en el menor de un año y la evidencia para recomendaciones de tratamiento corresponde a esta de!nición. Sin embargo, la de!nición clínica es más amplia: “Constelación de signos y síntomas de infección viral seguidos de tos, sibilancias y/o crépitos y di!cultad respiratoria variable en el menor de 2 años. Algunos autores aceptan bajo el término de bronquiolitis un segundo y hasta un tercer episodio; sin embargo, su recurrencia plantea la necesidad de considerar otras causas, tal como se tratará en el capítulo de sibilancias recurrentes. III EPIDEMIOLOGÍA En nuestro medio su incidencia se relaciona con la circulación estacional del virus Respiratorio Sincicial (VRS) que oscila entre !nes de mayo hasta comienzos de septiembre, con variaciones de un año a otro y entre diferentes regiones. Afecta principalmente al niño menor de dos años siendo la primo-infección la más severa. La mortalidad ha disminuido en la última década, aunque aumenta en pacientes con factores de riesgo: Prematuros y pacientes con enfermedad pulmonar crónica, cardiopatía congénita, inmunode!ciencias, enfermedades neuromusculares, contaminación intradomiciliaria y bajo nivel socioeconómico (Evidencia IIa). 23 Aproximadamente el 10% de los niños que se infectan con VRS desarrolla bronquiolitis y sólo el 1-2% se hospitaliza, siendo más frecuente en varones. En el Reino Unido se reportan tasas de 8,4 muertes/100.000 niños (de 1-12m) al año y en Estados Unidos de 5.3 muertes/100.000 niños al año. A los dos años casi el 100% de los niños poseen anticuerpos especí!cos. IV ETIOLOGÍA Predomina la infección por VRS (hasta 80%), seguido por rinovirus, adenovirus, metapneumovirus humano, bocavirus, parain"uenza 1-4, coronavirus, in"uenza y enterovirus. V FISIOPATOLOGÍA La transmisión del virus se da por vía aérea y conjuntivas, por partículas de saliva contaminada y por autoinoculación de material infectado proveniente de super!cies. Sobrevive 45 minutos en ropa o juguetes y hasta 6 horas en manos y estetoscopios. Inicialmente se presenta una infección viral de tracto respiratorio superior (TRS), replicándose de forma rápida hasta los bronquiolos con una elevada carga viral en pocas horas. Ocurre un reclutamiento de neutró!los (mediado por IL-4 y 8), in"amación del epitelio bronquiolar, edema, daño epitelial, acúmulo de mucus y detritos celulares, con obstrucción bronquiolar a la que se puede sumar algún grado de broncoespasmo. Esta obstrucción determina atrapamiento aéreo que se asocia con alteración del intercambio gaseoso e hipoxemia. Existe una mala ventilación colateral por lo que el desarrollo de atelectasias es frecuente. También ocurre un daño ciliar que puede persistir por semanas o meses. La excreción viral es variable y depende del agente involucrado. En el caso del VRS oscila entre 5-7 días, pudiendo ser hasta 45 días en sujetos inmunosuprimidos; in"uenza 7 días, adenovirus hasta 21 días. Variadas teorías intentan explicar el desarrollo del cuadro: rol de la respuesta inmune innata que tiende a limitar la propagación de la infección viral; bajos niveles de INF % (gamma) y sustancia P, asociados con enfermedad severa, polimor!smo en genes asociados a inmunidad innata y alteraciones en el gen del receptor de Vitamina D. VI DIAGNÓSTICO A. Clínico El diagnóstico de bronquiolitis aguda es clínico. Inicialmente existen signos de una IRA alta con coriza y a veces !ebre (2 a 3 días), luego se agrega tos, sibilancias y di!cultad respiratoria. Generalmente el cuadro es autolimitado, pero puede progresar a insu!ciencia respiratoria aguda. La gravedad suele ser mayor en niños pequeños y con factores de riesgo. Al examen físico destaca: Obstrucción nasal, !ebre, signos de obstrucción bronquial (sibilancias, hiperinsu"ación pulmonar, murmullo pulmonar disminuído con espiración prolongada), signos de di!cultad respiratoria (polipnea, retracción subcostal, retracción de partes blandas) y crepitaciones !nas difusas bilaterales. La presencia de !ebre alta y/o aspecto tóxico sugiere una sobreinfección bacteriana, la que debe ser descartada. En los menores de 2 meses pueden existir apneas o pausas respiratorias como primera o única manifestación respiratoria (6-20%). No hay forma de identi!car a estos pacientes y no se asocia a la gravedad del cuadro respiratorio. B. Exámenes de laboratorio Los exámenes complementarios como hemograma, PCR y cultivos se justi!can para aclarar diagnósticos diferenciales o buscar complicaciones y no para con!rmar una bronquiolitis (Recomendación D). El estudio etiológico viral puede ser de utilidad en el lactante hospitalizado, o si el paciente asiste a sala cuna, para tomar las medidas de aislamiento pertinentes y reducir el uso de antibióticos (Evidencia IIa). También es útil solicitarlo en pacientes ambulatorios con factores de riesgo y pacientes con hermanos menores de 2 meses. El hisopado/aspirado nasofaríngeo (inmuno"uorescencia directa) es el método de elección (sensibilidad 80-90%), aunque también se usa el test pack (inmunocromatográ!co), que es más rápido pero menos sensible (60-70%). Los gases en sangre se justi!can ante una enfermedad grave. C. Imágenes: Radiografía de tórax No es un examen de rutina (Recomendación C). Se recomienda su uso frente a deterioro clínico brusco, signología pulmonar localizada, sospecha de neumonía, atelectasia o pneumotórax y en todo paciente hospitalizado. Generalmente existen signos sugerentes de hiperinsu"ación e imágenes intersticiales. Hasta 20% de pacientes no complicados pueden presentar imágenes de condensación en la radiografía. D. Diagnóstico diferencial Asma bronquial, neumonia, laringotraqueomalacia, cuerpo extraño en vía aérea o esófago, lesiones de vía aérea, enfermedad pulmonar congénita, hernia diafragmática, cardiopatía congénita, sepsis o acidosis metabólica. Evaluación cardiopulmonar rápida (ABC) Oxígeno (O2): Administrar por naricera, máscara tipo Venturi o máscarilla con reservorio según necesidad para mantener una Sat O2 & 94% (Recomendación A). Manejo de secreciones/hidratación: Considere la aspiración nasal y/o orofaringea frecuente (Recomendación B). Asegure una buena hidratación mediante vía oral o "eboclisis (Recomendación A). Monitorización: En forma proporcional a la gravedad y edad del paciente. Registrar al ingreso y previo al alta: FC, FR, SpO2 y temperatura en todos. Si existe historia de apneas o cianosis instalar un monitor continuo mientras ingresa a la UCI. Broncodilatadores: Pueden reducir el puntaje clínico en forma leve y/o transitoria (Recomendación B). Se debe evaluar siempre su uso y eventual respuesta clínica. Está orientado a controlar o aliviar síntomas, mantener una adecuada ventilación, oxigenación e hidratación y controlar la !ebre. Ningún tratamiento previene la progresión del cuadro clínico ni disminuye el período de estado. VII TRATAMIENTOA. Servicio de Urgencia (SU) 24 Salbutamol: Tiene una discreta utilidad. Se puede administrar mediante nebulización o inhalador (MDI). El uso de MDI con espaciador valvulado es más rápido e igual de efectivo que la nebulización. La dosis recomendada es 2-8 pu#/vez según la severidad de cada paciente. En aquellos pacientes que requieran O2 se recomienda la nebulización (0,5ml + 3,5ml SF). Adrenalina: Presenta mayor evidencia de reducción del puntaje clínico, especialmente en el niño <3 meses. La e!cacia de epinefrina y adrenalina racémica a dosis equimolares es similar (Evidencia Ib). Dosis: Epinefrina 2-5 ml diluida en SF; adrenalina racémica Corticoides: No se recomienda su uso rutinario. No han demostrado utilidad en cuadros moderados a severos (Recomendación A). Se recomienda probar en pacientes con historia personal o familiar de asma o atopía evidente (Recomendación D). Antibióticos: Indicados sólo frente a sospecha de sobreinfección bacteriana (Recomendación D). Kinesioterapia respiratoria (KTR): No existe evidencia que muestre bene!cio (Recomendación A). Puede ser considerada en pacientes muy hipersecretores, con tos inefectiva o presencia de atelectasias segmentarias, lobares o mayores (Recomendación D). Teofilinas, antitusivos y descongestionantes: No están recomendados. B.1 Indicaciones de traslado a Unidad de Cuidados Especiales Insu!ciencia respiratoria con requerimientos de O2 altos (FiO2 >50%). Persistencia de un puntaje de Tal > 8. Riesgo de agotamiento. Paciente con factores de riesgo. Antecedente de apneas o riesgo de apneas. Compromiso de conciencia. B.3 Indicaciones de alta Régimen habitual a tolerancia, fraccionado, aumentar aporte de líquidos. B. Tratamiento en paciente hospitalizado Está orientado a monitorizar la evolución, controlar o aliviar síntomas, mantener una adecuada ventilación, oxigenación e hidratación y controlar la !ebre. Ningún tratamiento ha demostrado acortar la hospitalización. El manejo descrito para los pacientes en el servicio de Urgencia es el mismo que se aplica para los pacientes hospitalizados (ver tratamiento, sección A). Cuando los broncodilatadores demuestran utilidad en un paciente en particular se puede repetir su administración según sean necesarios, habitualmente cada 3–6 horas. Su uso más frecuente requiere monitorización y determinación de electrolitos para pesquisar eventual hipokalemia. A.1 Criterios de hospitalización Rechazo alimentario. Apnea o cianosis. Lactante menor 6 semanas VRS+. Hipoxemia (SpO2< 94%). Di!cultad respiratoria, aumento del trabajo respiratorio en <3 meses. Puntaje de Tal & 9 (crisis grave). No respuesta al tratamiento luego de 1-2 horas. Inapropiada vigilancia de los padres. Pacientes con CC, ENM, DBP, etc. Mal acceso a un centro asistencial. Visitas repetidas al SU en últimas 24 horas. A.2 Medidas preventivas Lavado de manos, jabón, guantes, uso de batas, aseo de instrumental médico. 25 0,25-0,5ml diluida en SF (< 6kg: 0,25 ml; 6-20 kg: 0,5 ml). Un estudio demostró que la asociación epinefrina y dexametasona podría ser bene!ciosa en algunos pacientes. Bromuro de Ipratropio: No existe evidencia que demuestre bene!cio (Evidencia Ib). B. Anticuerpo monoclonal anti virus VRS: Palivizumab 15 mg/Kg IM, una vez al mes, durante la duración del período de circulación del VRS (3 a 5 dosis). Debe ser considerada en prematuros extremos y lactantes con factores de riesgo, según las indicaciones publicadas. Debe iniciarse antes del inicio de la temporada del VRS ya que previene hospitalizaciones asociadas a VSR. IX PRONÓSTICO La mayoría de los pacientes se recupera sin secuelas. La estadía hospitalaria promedio no supera los 4-5 días. La presencia de factores de riesgo se asocia a complicaciones y mortalidad. El 18% de los niños persisten con síntomas a los 21 días y menos del 10% a los 28 días. Hasta el 40% de los pacientes siguen presentando episodios sibilantes frecuentes hasta los 5 años, gatillados especialmente por infecciones virales, cifra que se reduce al 10% en mayores de 5 años. Aunque la relación entre bronquiolitis y asma no está del todo clara, se incrementa el riesgo de recurrencia, si existen factores familiares de alergia o asma. Antipiréticos en caso necesario. Aseo nasal con solución salina isotónica. Inhaladores (Salbutamol con/sin bromuro de ipratropio, con aerocámara (instructivo) si existió efecto clínico favorable durante su hospitalización. Dosis 2-4 pu#/vez cada 4-6 horas por al menos 7 días. KTR respiratoria, sólo en el caso de pacientes con hipersecreción bronquial, tos inefectiva o alguna atelectasia segmentaria o lobar en remisión. B.3.1. Control en SU Signos de di!cultad respiratoria (aleteo nasal, polipnea, retracción costal e intercostal, quejido, sibilancias audibles). Apneas o crisis de cianosis. Compromiso o deterioro del estado general (rechazo alimentario, decaimiento importante, etc.). Aparición de nueva sintomatología: Fiebre, mayor tos, vómitos. B.3.2. Control ambulatorio Con su pediatra habitual en 48-72 horas. Con sub-especialista en enfermedades respiratorias si es portador de algún factor de riesgo o frente a episodios recurrentes. VIII PREVENCIÓN A. Medidas para prevenir la propagación de los virus: Lavado de manos y cambio de guantes con cada paciente. Utilización de batas. Aislamiento respiratorio de pacientes con infección por VRS. Aseo del instrumental médico. Fomentar la lactancia materna. Evitar la exposición al humo del tabaco. Vacunación contra In"uenza. Prevención de contagio con hermanos o con otros niños que asisten a sala cuna. 26 IX LECTURAS RECOMENDADAS 1. Abara S, Fielbaum O, Sánchez I. Consenso Nacional para el manejo del Síndrome Bronquial Obstructivo del lactante. Pediatría al Día 1998; 14: 107-16. 2. Barbeu JU, Robertson CF, Robinson PJ. Implementation of evidence-based management of acute bronchiolitis. J Pediatr Child Health 2000; 36: 491-7. 3. Bertrand P, Aranibar H, Castro E, Sánchez I. E$cacy of nebulized epinephrine versus salbutamol in hospitalized infants with bronchiolitis. Pediatr Pulmonol 2001; 31: 284-8. 4. Black CP Systematic review of the biology and medical management of respiratory syncytial virus infection. Respir Care 2003; 48: 209-31. 5. Bush A, Thomson A. Acute bronchiolitis. BMJ 2007; 335: 1037-41. 6. Calvo C, Pozo F, et al. Detection of new respiratory viruses in hospitalizad infants with bronchiolitis: a three-year prostective study. Acta Paediatr 2010; 99: 883-887. 7. Cornelli HM, Zorc JJ et al. A multicentre randomized controlled trial of dexamethasone for bronchiolitis. N Engl J Med 2007; 357: 331-9. 8. Gadomski AM, Brower M. Bronchodilators for bronchiolitis. Cochrane Database Syst Rev 2006; 3: CD001266. 9. Hall C. Dexamethasone of no bene!t in moderate to severe bronchiolitis. J Pediatrics 2008; 52: 143-4. 10. Menon K, Sutcli#e T, Klassen TP. A randomized trial comparing the e$cacy of epinephrine with salbutamol in the treatment of acute bronchiolitis. J Pediatr 1995; 126: 1004-7. 11. Panitch HB. Bronchiolitis in infants. Curr Opin Pediatr 2001; 13: 256-60. 12. Petruzella F, Gorelick M. Current therapies in Bronchiolitis. Pediatr Emer Care 2010; 26: 302-311. 13. Plint A, et al. Epinephrine and Dexamethasone in Children with Bronchiolitis. N Engl J Med 2009; 360: 2079-89. 14. Roosvelt G, Sheehan K, Grupp-Phelan J, Tanz RR, Listernick R. Dexamethasone in bronchiolitis: a randomized controlled trial. Lancet 1996; 348: 292-5. 15. Sánchez I, De Koster J, Powell RE, Wolstein R, Chernick V. E#ect of racemic epinephrine and salbutamol on clinical score and pulmonary mechanics in infants with bronchiolitis. J Pediatr 1993; 122:145-51. 16. Sigurs N, Gustafsson PM, Bjarnason R, Lundberg F, Schmidt S, Sigurbergsson F, Kjellman B. Severe Respiratory Syncytial Virus Bronchiolitis in Infancy and Asthma and Allergy at Age 13. Am J Respir Crit Care Med 2005; 171: 137–41. 17. Schuh, S. et al E$cacy of oral dexamethasone in outpatients with acute bronchiolitis. J Pediatrics2002; 140: 27-32. 18. Stein RT; Sherril D, Morgan WJ, Holberg CJ, Halonen M, Taussig LM, Wright AL, Martinez FD. Respiratory syncytial virus in early life and risk of wheeze and allergy by age 13 years. Lancet 1999; 354: 541-5. 19. Wennergren G, Kristjansson S. Relationship between respiratory syncytial virus bronchiolitis and future obstructive airway diseases. Eur Respir J 2001; 18: 1044-58. 20. Willson DF, Landrigan CP, Horn SD, Scout RJ. Complications in infants hospitalized for bronchiolitis or respiratory syncytial pneumonia. J Pediatr 2003; 143: S142-9. 21. Wyer, P. Oral dexamethasone improved respiratory distress in children<2 years of age with acute bronchilolitis. Evid Based Med 2002; 7: 183-7. 22. Zorc JJ, Hall CB. Bronchiolitis: Recent Evidence on Diagnosis and Management. Pediatrics 2010; 125: 342-9. 27 PUNTOS IMPORTANTES NAC es la principal causa de muerte en niños en el mundo. Existen factores de riesgo identi!cados para el desarrollo de NAC. Las manifestaciones clínicas de NAC viral son inespecí!cas. Su tratamiento es de soporte. El uso de corticoides no está indicado. El agente etiológico más frecuentemente asociado a NAC bacteriana es Streptococcus pneumoniae, seguido por Mycoplasma pneumoniae y Chlamydia pneumoniae. La NAC bacteriana se mani!esta por tos, !ebre, di!cultad respiratoria y ausencia de sibilancias. El diagnóstico es clínico y se con!rma con la Rx de tórax. El tratamiento antibiótico se inicia de manera empírica. I Introducción II Definición III Etiología IV Fisiopatología V Factores de riesgo VI Diagnóstico VII Tratamiento VIII Pronóstico IX Lecturas recomendadas NEUMONIA ADQUIRIDA EN LA COMUNIDAD NEUMONIA ADQUIRIDA EN LA COMUNIDAD I INTRODUCCIÓN La neumonía adquirida en la comunidad (NAC) representa la principal causa de muerte en niños menores de 5 años en el mundo. A pesar de la mejoría en los distintos indicadores de salud, ésta condición continúa siendo en Chile la principal causa de mortalidad infantil tardía; siendo además causa importante de consulta en el nivel primario de atención y en los servicios de urgencia; requiriendo hospitalización hasta el 10% de los casos con NAC. II DEFINICIÓN La NAC es una infección respiratoria aguda (IRA) baja causada por un agente infeccioso de la comunidad. Para efectos de esta guía clínica no se emplearán términos como: a) neumonitis (reacción química por aspiración y/o inhalación), b) bronconeumonia (neumonía multifocal), c) IRA baja (término impreciso vago y no aceptado por el CIE-10). Desde el punto de vista patológico, la NAC corresponde al compromiso in"amatorio infeccioso del parénquima pulmonar con extensión hasta el nivel alveolar y compromiso variable de la vía aérea distal. En esta guía no se incluye: Neumonía neonatal, neumonía aspirativa, neumonía intrahospitalaria o neumonía del niño inmunocomprometido. III ETIOLOGÍA Los agentes involucrados en la NAC son múltiples y difíciles de aislar (Tabla 1). La edad es el parámetro que mejor predice la etiología, aunque existen otros factores que también deben ser considerados: Estacionalidad/momento epidémico, vacunas previas, radiología, severidad del cuadro clínico, etc. 28 VIRUS VRS ADV Metaneumovirus In"uenza A, B ParaIn"uenza 1,2,3 BACTERIAS S. pneumoniae M. pneumoniae H. in"uenzae S. aureus Streptococcus grupo A Streptococcus grupo B, C, D Gram (-) C. trachomatis C. pneumoniae L. monocytogenes M. tuberculoso RN + - - - - + - - ++ - +++ +++ + - + - > 4a - - - + - ++++ ++++ - + + - - - + - + 2-4 a + + + ++ + + ++++ ++++ - + + - - - - - + 4-24 m ++++ ++ +++ + + ++ ++ - + + - - - - - + 1-3 m +++ + + - - + + - + - + + ++ - - - Tabla 1.- Distribución de la etiología según edad del niño 29 IV FISIOPATOLOGÍA La NAC ocurre cuando falla alguno de los mecanismos defensivos del huésped (mecánico, inmunológico o ambos) frente a una carga infecciosa elevada. Para los virus existe gran contagiosidad por contacto y transmisión aérea, lo que también ocurre para los agentes atípicos como Mycoplasma pneumoniae. La NAC bacteriana ocurre por microaspiración desde la vía aérea superior, de modo que su contagio depende más de factores del huésped que de la cuantía del inóculo. La diseminación hematógena o por contigüidad es infrecuente en sujetos inmunocompetentes. En la NAC lobar el pulmón presenta inicialmente congestión vascular, edema alveolar, bacterias y escasos neutró!los segmentados. En los próximos 2-3 días (etapa de hepatización roja), se reconoce un exudado intraalveolar con abundantes neutró!los segmentados, hematíes, células epiteliales descamadas y !brina. El proceso continúa con la presencia de exudado !brinopurulento, desintegración de hematíes y presencia de hemosiderina (etapa de hepatización gris). Finalmente, una etapa de resolución, con reabsorción y regeneración de la arquitectura pulmonar. En la NAC de predominio intersticial (sugerente de etiología viral), se observa una in"amación más difusa o en parches, que compromete el intersticio, con in!ltrados de linfocitos y macrófagos, sin compromiso intraalveolar signi!cativo, salvo cuando ocurre una sobreinfección bacteriana. También se pueden encontrar membranas hialinas ricas en proteínas, que marcan los espacios alveolares. 30 V FACTORES DE RIESGO VI DIAGNÓSTICO A. Clínico El diagnóstico de la NAC es principalmente clínico; aunque su con!rmación requiere siempre de una radiografía (Rx) de tórax (Recomendación A). La presencia de polipnea, retracciones y un examen pulmonar con matidez, disminución del murmullo pulmonar, respiración soplante y crepitaciones orienta al diagnóstico de NAC. Los lactantes presentan mayor tendencia a la polipnea y compromiso del estado general (irritabilidad, somnolencia, vómitos o diarrea). La !ebre de instalación brusca, sin foco evidente, asociada a dolor abdominal también puede ser una forma de presentación. El dolor costal se presenta en niños mayores y adolescentes. Son signos clínicos de gravedad: Signos de insu!ciencia respiratoria, compromiso sensorial o hemodinámico. Algunos elementos clínicos pueden ayudar a discernir si se está frente a una NAC bacteriana, viral o un microorganismo atípico. Los exámenes de laboratorio y el aspecto radiológico complementan esa apreciación. A.1 Etiología bacteriana: De inicio súbito, !ebre alta, tos productiva, calofríos, dolor abdominal, dolor costal, auscultación de condensación focal. A.2 Etiología viral: Fiebre moderada/alta, síntomas catarrales de la vía aérea superior, tos inicialmente seca y después productiva, sibilancias frecuentes y crepitaciones que tienden a ser más difusas. A.3 Etiología atípica: Principalmente en escolares o adolescentes, aunque también ocurre en lactantes y preescolares; de inicio gradual, larvado, asociado a !ebre ausente o moderada, tos inicialmente seca, con frecuencia de tipo paroxística, nocturna, persistente, con poco o nulo compromiso del estado general, cefalea, mialgias, artralgias. En la auscultación es común encontrar crepitaciones (muy frecuente) y sibilancias (poco frecuente) y signos de condensación focal. La presencia de sibilancias hace muy poco probable la presencia de neumococo como etiología (Evidencia III). Es importante el antecedente epidemiológico de contactos en el hogar o en el colegio con síntomas similares. B. Laboratorio En la mayoría de los pacientes (ambulatorios) no se requieren exámenes complementarios (Recomendación B). Sin embargo, en todo paciente a ser hospitalizado y en el paciente 31 Hemograma: Un recuento de leucocitos >15.000/mm3 orienta a NAC bacteriana o por adenovirus; especialmente si se asocia a !ebre > 39º C. PCR: Es menos especí!ca; sin embargo, valores superiores a 6 mg/dl orientan a una etiología bacteriana. Los reactantes de fase aguda ofrecen sólo una orientación, ya que su sensibilidad y especi!cidad para distinguir una NAC bacterianade una viral son limitadas. Hemocultivos: Considérese frente a la sospecha de NAC bacteriana, en pacientes de manejo hospitalizado, menores de 1 año, inmunosuprimidos y en todo paciente grave, aunque su rendimiento sea bajo (inferior a 13%). Detección de antígenos séricos para neumococo en sangre, orina o líquido pleural: P o s e e una baja especi!cidad y no distinguen la colonización nasofaríngea o la inmunización reciente de la enfermedad. Inmuno"uorescencia viral: Especialmente en menores de 2 años, con elementos clínicos o epidemiológicos de sospecha de etiología viral. También son útiles los test de ELISA. RT-PCR para metapneumovirus, mycoplasma, etc. IgM para Mycoplasma pneumoniae: Cuando existen elementos clínicos sugerentes. Idealmente solicitar después de 1 semana de evolución de los síntomas. IgM para Chlamydia pneumoniae por técnica de microinmuno"uorescencia (MIF), cuando existe cuadro compatible con neumonía atípica con IgM para M. pneumoniae negativo, especialmente en paciente hospitalizado. IFD para Bordetella pertussis: En el paciente con clínica sugerente. PCR especí!ca: Posee una mayor sensibilidad para Mycoplasma pneumoniae o Chlamydia pneumoniae, en casos especiales, hospitalizados, con sospecha no con!rmada de neumonía atípica y también frente a sospecha no con!rmada de Bordetella pertussis. C. Imágenes: Rx de tórax Es el elemento de mayor valor para con!rmar el diagnóstico de NAC, siendo esencial para evaluar la extensión del proceso y revelar la presencia de complicaciones (atelectasias, derrame pleural o absceso). Siempre deben ser dos proyecciones (Recomendación A). Para el manejo clínico es útil clasi!car el tipo de patrón radiológico en: D. Diagnóstico Diferencial NAC bacteriana: Neumonía lobar, neumonía redonda, derrame pleural o cavitación. NAC viral: Presencia de in!ltrados intersticiales, sin tendencia a ser con"uyentes, asociado a diferentes grados de hiperinsu"ación. Es raro el derrame (Evidencia III). NAC por M. pneumoniae: Patrón intersticio-alveolar, asociado a focos de condensación pequeños. Pueden ocurrir derrames laminares hasta en 20% (Evidencia III). Si bien no es posible asegurar la etiología de la NAC solamente por el aspecto radiológico, determinados patrones sugieren una etiología bacteriana o viral: Compromiso alveolar: Uni o multifocal, afectación parcial o total de uno o más lóbulos. Compromiso intersticial-alveolar: Imágenes intersticiales bilaterales de predominio central asociadas a un foco de condensación uni o multilobar, con afectación parcial de uno o más lóbulos. Compromiso intersticial: Imágenes intersticiales uni o bilaterales, de predominio central, sin foco de condensación. ambulatorio cuando existe duda acerca del posible agente etiológico se recomienda: Crisis asmática. Bronquiolitis aguda (especialmente en menores de 1 año). 32 Atelectasias. Otros: Malformaciones pulmonares, cuerpo extraño, tuberculosis pulmonar, hemorragia alveolar difusa, neumonía eosinofílica, tromboembolismo pulmonar, hidatidosis pulmonar, neoplasias, tumores, etc. VII TRATAMIENTO A. EN El SERVICIO DE URGENCIA (SU) A.2 Criterios de hospitalización Todo lactante < 6 semanas con NAC de cualquier tipo. Lactante < 3 meses con NAC de probable etiología pneumocócica. Lactante < 3 meses con di!cultad respiratoria. Rechazo alimentario. Deshidratación. Hipoxemia (SpO2 ' 92%). Di!cultad respiratoria o aumento del trabajo respiratorio moderado-severo. Falta de respuesta al tratamiento luego de 48 horas, fundamentada en persistencia de la !ebre, deterioro clínico, progresión radiológica o sospecha de complicaciones. Pacientes con EPC o CC. Di!cultad en el acceso al centro asistencial. Visitas repetidas al SU en últimas 24h. A.1 Indicaciones al alta Medidas generales de manejo (régimen, hidratación) en el domicilio. Instruir sobre el uso de antipiréticos. Reforzar signos importantes a vigilar en el domicilio. Prescripción de antibióticos según corresponda (ver tratamiento, sección C). No se recomienda el uso de antitusivos, mucolíticos ni expectorantes (Recomendación D). Control con su pediatra habitual/consultorio antes de 48 horas o en el SU si existe deterioro clínico. Derivación al especialista de enfermedades respiratorias ante la sospecha de inmunode!ciencia, sindromes aspirativos, condición de base: malformación congénita, displasia broncopulmonar, miopatía, etc (Recomendación D). Evaluación cardiopulmonar rápida (ABC). Oxígeno (O2): Administrar por naricera, máscara tipo Venturi o máscara de no-recirculación. Mantener una SpO2& 93% (Recomendación A). Monitorización: Monitorizar en forma proporcional a la gravedad y edad del paciente. En todos se realiza al momento de ingreso y previo al alta. Monitorizar FC, FR, temperatura, SpO2. Broncodilatadores: Salbutamol puede tener utilidad para el tratamiento de la obstrucción bronquial asociada a NAC viral o atípica. Su uso es similar al de otros cuadros que cursan con obstrucción bronquial. Esteroides: No están indicados en ningún escenario de NAC (Recomendación A). Antipiréticos: Se puede usar paracetamol (10-15 mg/Kg/dosis máximo cada 6h), ibuprofeno (5-10 mg/Kg/dosis, máximo cada 6h). Kinesioterapia: No existe evidencia para recomendar su práctica universal (Recomendación A). Puede ser útil en casos especiales como pacientes hipotónicos, enfermedades neuromusculares, tos inefectiva o presencia de atelectasia. 33 NAC con presencia de complicaciones (derrame pleural, empiema, absceso, etc.) o por compromiso en extensión. NAC grave (apnea, insu!ciencia respiratoria, sepsis, inestabilidad hemodinámica). B TRATAMIENTO EN LA SALA DE HOSPITALIZADOS Reanimación cardiopulmonar (ABC) Monitorización: Evaluación de la severidad en forma frecuente (signos vitales cada 4h o según necesidad). Lactantes menores de 3 meses y prematuros están en riesgo mayor de desarrollar sepsis, apneas y debieran ser monitorizados cercanamente. Ante sospecha de sepsis o apneas el paciente debe hospitalizarse en unidad de intermedio-UTI (Recomendación A). Hidratación: Favorecer alimentación e hidratación oral. El uso de fluidos intravenosos sólo está recomendado en pacientes con dificultad respiratoria severa o mala tolerancia oral a líquidos (Recomendación B). O2: Administración de O2 para aquellos pacientes con hipoxemia (SpO2 '92%) o dificultad respiratoria (Recomendación A). Administrar por naricera, máscara tipo Venturi o máscara sin recirculación. Mantener una SpO2>92%. La administración de O2 disminuye la mortalidad de neumonía (Recomendación A). Antibióticos: En caso de mala respuesta al tratamiento inicial (luego de 48-72h), considerar la presencia de un agente resistente o etiología viral, antibióticos inadecuados, presencia de complicaciones. En este momento se debe aumentar cobertura antibiótica (si persiste sospecha de etiología bacteriana) a Cefotaxima sóla o combinada con Cloxacilina ante la sospecha de esta!lococo. Si se desconoce etiología asociar algún macrólido desde el inicio (Recomendación B). Ante una NAC severa desde el ingreso considerar: Lactante y pre-escolar: Cloxacilina + Cefotaxima por 10-14 días; Escolar: Cloxacilina + Cefotaxima + Macrólido por 10-21 días. Antivirales: Considerar el uso de Oseltamivir ante neumonía por in"uenza que cursa las primeras 48-72 hrs. de enfermedad. La indicación es absoluta para pro!laxis en contactos de riesgo (mayores de 65 años, enfermo crónico, etc). Edad menor de 6 semanas: Ampicilina más Cefotaxima EV: Completar 10-14 días de tratamiento con Amoxicilina o Cefuroximo oral. Durante la primera semana de vida se recomienda Ampicilina + Amikacina EV 10 días. Si sospecha esta!lococo reemplazar Ampicilina por Cloxacilina. Si se sospecha o demuestra C. trachomatis: Eritromicina por 10-14 días. Edad mayor de 6 semanas y preescolar: Ampicilina EV en menores de 2 años. Ampicilina EV o Penicilina sódica EV en mayores de 2 años. Completar 7 días de tratamiento con Amoxicilina (recomendación B). En caso de alergia
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