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Autor: Luis Fernando Vargas-Alzate1
Introducción
Las relaciones entre Colombia y Corea del Sur, han estado proverbialmente movidas 
por una reciprocidad de afecto y profundo respeto, originada una vez se puso fin a la Guerra 
de Corea, luego de la firma del Armisticio de Panmunjom en 1953. Sin embargo, el dinamismo 
en el diálogo bilateral ha sido notablemente estático, por lo menos hasta la primera década del 
siglo XXI, cuando la administración Uribe Vélez retomó la necesidad de acercarse al Pacífico y 
sus múltiples actores. No queriendo anotar que a finales del XX se olvidó el tema, pero sí 
apuntando a unas relaciones poco fluidas.
La Corea del pasado se remite al año 108 A.C con la primera invasión por parte de 
China y la creación de un país que resulta geográficamente estratégico para las tradicionales 
potencias de Japón, China y Rusia. Luego del periodo de Koryo, aparece la Dinastía Li que no 
sólo fue la de más duración, sino que fue el escenario de la constante pelea e influencia de las 
dos potencias orientales: China y Japón que dan paso a la apertura económica de Corea hacia 
Occidente.
Episodios como las guerras Sino-Japonesa y Ruso-Japonesa dejaron a una Corea 
perteneciendo directamente a Japón, y que luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial 
terminó dividida en dos facciones ideológicas. Fue precisamente esa parte meridional la que 
defendió valientemente su existencia, liberándose del influjo socialista con ayuda de varios 
países, entre los que se incluye Colombia.
La Colombia del pasado es una nación que desarrolló su estructura ligada a los 
resultados que las guerras civiles y la tradicionalidad que sus dos grandes partidos políticos 
impusieron. Sólo hasta finales del siglo XX y comienzos del XXI se presentaron cambios lo 
suficientemente profundos en todas sus áreas. La nueva constitución, escrita en 1991, fue 
 
1 El presente trabajo se ha desarrollado con la colaboración de los estudiantes de Negocios Internacionales 
Sebastián Posada y Maria Esther Castelli, quienes han fortalecido la búsqueda de información y las discusiones 
sobre los avances alcanzados hasta el momento. Se trata de una primera exploración, sin profundo rigor 
conceptual, que debe leerse como el paso inicial a una investigación más elaborada en el futuro cercano.
quizá el instrumento más importante para que la estructura del Estado y la mentalidad 
colectiva de la nación dieran un giro importante en su relación y diálogo con el exterior.
A partir de las más recientes estrategias de internacionalización de la economía 
colombiana, surgió la posibilidad de replantear los vínculos que con los actores del Pacífico se 
han tenido. De tal manera que se involucró directamente a Seúl en los planes de acercarse a la 
región más promisoria desde la óptica económica, para el siglo XXI.
Así, se ha llegado a acuerdos en diversas áreas, pero se ha dado un especial interés a la 
negociación de un tratado comercial que facilite el intercambio entre las dos naciones en esa 
materia. Dicho acuerdo será uno de los temas centrales del presente trabajo, dado que la 
administración Santos continúa apostándole a la estrategia de mantener el comercio como 
una importante fuente para la formulación y ejecución de la política exterior nacional2.
La construcción de una relación bilateral
Aunque resulte insistente e incisivo el desafortunado tema de lo tardío que se 
comprendió la importancia de los actores del este y sudeste asiático por la política exterior 
colombiana (PEC), es preciso dar inicio al presente trabajo académico aludiendo a dicho 
fenómeno y a la secuencia de cambios presentada durante la última década de relaciones 
internacionales del país. Ya Pio García (1997) lo había dejado bien presentado en su 
reconocida Dimensión Transpacífica de la Política Exterior Colombiana, cuando enfatizó en la 
necesidad de girar hacia el Pacífico (la Cuenca Asiática del mismo) en busca de mayores y 
mejores vínculos con la región. Y el mismo autor lo venía reclamando desde 1995 también, 
cuando en su obra “Mirar al Asia” presentó un atractivo panorama de lo que Asia, el Pacífico y 
puntualmente APEC representaba para la PEC, pero que no estaba siendo tenido en cuenta 
aún como punto focal de la dinámica global en la que Colombia debía insertarse.
Las obras escritas de Pío García se convirtieron en un llamado de atención profundo a 
la gestión pública nacional, pero que por más insistencia en ello, fue muy poco lo que se 
modificó en la tradición nacional de acción y construcción de política exterior. El mismo autor 
colombiano había desarrollado un texto en 1994, titulado Asia en la Mira, en el que destacaba 
lo urgente de mirar hacia esa región por parte de los dirigentes nacionales. Un párrafo de esa 
reflexión expresó lo siguiente:
Aun sin tener plena conciencia de "la vía este asiática de desarrollo", Colombia se va 
involucrando en ella, a través de las tres opciones a la mano: el cubrimiento diplomático, la 
participación en los entes de cooperación y las actividades de los agentes particulares (García, 
1994; 2)
Sin embargo, eso que se expresaba en su momento no fue realmente lo que se tomó 
como directriz fundamental del gobierno nacional. Al contrario, Asia y el Pacífico en general 
siguieron rezagados como puntos focales del ejercicio diplomático, político y comercial. Así lo 
atestigua la obra compilada por la profesora Roldán (2009), en su inventario de acciones y 
avances puntuales de la relación bilateral entre los dos actores del sistema internacional.
El comienzo de una relación de amistad
Aunque en relaciones internacionales no es común ni debe hacerse uso de la palabra 
amistad para referirse a los vínculos entre Estados, lo real es que en el origen del diálogo 
 
2 Un reciente estudio adelantado por el autor de la presente ponencia, entrega como resultado final la confirmación 
de la tesis expuesta. El comercio gradualmente se ha entendido como una plataforma esencial en los procesos útiles 
a la formulación y ejecución de la política exterior en Colombia. La obra en mención está en proceso de revisión 
para su publicación en la revista Colombia Internacional de la Universidad de los Andes en Bogotá, Colombia.
bilateral entre Colombia y Corea, éste ha sido visto, comprendido y analizado desde una acción
de compromiso fraterno. Así lo han percibido autores como Cepeda y Pardo (1989), García 
(1997) y Roldán (2009), cuando señalaron el principio de un diálogo entre Seúl y Bogotá, como 
consecuencia de la Guerra de Corea. Incluso, textos críticos como son los de Bárbara 
Skladowska (2007), Álvaro Valencia y Jairo Sandoval (2001), también permiten una conclusión
de este tipo.
El acuerdo fundamental entre el presidente Laureano Gómez de Colombia, 
Washington y Seúl se hace rígido, y el Batallón Colombia es enviado en 1951 a defender los 
intereses de las democracias adscritas a la economía de libre mercado. Quizá una muy buena 
muestra de la fraternidad que movió el compromiso citado se deja entrever en los términos 
señalados por Skladowska (2007; 83) en su trabajo académico cuando indica que “también 
aquí se universalizan y aglutinan ciertos contenidos y, entonces, el conflicto, la patria, la 
Guerra de Corea quedan equiparadas con lo que nos es querido”.
Muy particularmente también la Iglesia Católica tomaba partido en esta clase de 
compromiso. Se denotó una responsabilidad muy alta de la institucionalidad cristiana cuando 
se ponía la defensa de la religión casi al mismo nivel del amparo de la patria. La misma 
investigadora lo deja reseñado así cuando expone una destacada equivalencia entre el sentir 
patriótico y los sentimientos del creyente al interior del país. En sus palabras, “la unidad en la 
fe hizo las veces deun poderoso soporte del mito de unidad nacional” (Skladowska, 2007; 84).
En 1951 la Guerra de Corea se desató. Era el tiempo de la Guerra Fría, y la lucha entre 
Washington y Moscú se perfilaba extendida por regiones periféricas dentro de las que terminó 
inmersa toda la península coreana. Ante dichas circunstancias, el gobierno de Colombia envió 
sus hombres y una fragata3. Luego de la condena dada por el Consejo de Seguridad de 
Naciones Unidas a Corea del Norte, Colombia participó en la fuerza multilateral que viajó a la 
región con objeto de repeler su ataque. El discurso del diplomático conservador Roberto 
Urdaneta Arbeláez –el 05 de noviembre de 1951-, citado por Cepeda y Pardo (1989), quedó 
expresado en los siguientes términos:
(…) La fragata Almirante Padilla y el Batallón Colombia luchan con coraje en los frentes de 
Corea, por una noción cristiana de la vida. El gobierno resolvió ofrecer por vuestro conducto 
excelente su contingente para la cruzada anticomunista. Por todo ello, vuestro ascenso en nada 
menos que al solio del Libertador es garantía de la continuidad de la política internacional que 
alinea a Colombia al lado de las potencias occidentales y sostiene la solidaridad del hemisferio.
Ante la participación de los militares colombianos en esa fuerza de paz que Naciones 
Unidas4 determinó enviar para resolver la situación de la península, empezó a darse un diálogo 
que catapultó la imagen del soldado y ciudadano colombiano en general, como personas de 
 
3 Puede ser difícil determinar el número de efectivos militares colombianos que viajaron a defender los intereses de 
Occidente en la guerra. Cepeda y Pardo (1989) se refieren a 1000 hombres, mientras la embajada de Corea en 
Colombia, publica en su página oficial que fueron 4.300 efectivos. No obstante, el Decreto 3230 del 23 de octubre 
de 1950, que autoriza la participación colombiana en el conflicto, dio pie a la formación de un batallón menor de 
1.080 hombres, tal como está referido en la obra de Tirado y Holguín (1995), por tanto podría señalarse que la cifra 
más cercana a lo real es la que Cepeda y Pardo (1989) han determinado en su investigación.
De acuerdo con un reciente trabajo del profesor Adolfo León Atehortúa (2008), los Estados Unidos de América 
terminaron aceptando la participación de contingentes latinoamericanos con una cantidad mínima de mil hombres, 
cuando sus pretensiones iniciales pretendió tener a su disposición divisiones latinoamericanas superiores a los diez 
mil efectivos militares por cada país que decidiera apoyar la causa intervencionista.
4 La Organización de las Naciones Unidas estuvo dedicada cuidadosamente al problema de la península. Sin 
embargo la obtención del consenso frente a dicha situación se hizo supremamente compleja, dado que al interior 
del Consejo de Seguridad se encontraban dos Estados contradictores de las tendencias occidentales que habían 
dado vida a la organización luego de la Segunda Guerra Mundial: China y la Unión Soviética. Esta fue la primera 
ocasión en que la Organización conformó una fuerza multilateral para enviar a un lugar determinado en la defensa 
de intereses puntuales de las democracias occidentales. La información puede ampliarse en el texto de Vargas-
Alzate (2010), sobre el rol diplomático de la ONU durante la Guerra Fría.
altísima aceptación para la sociedad coreana. Luego del Armisticio de Panmunjom5, un 
sentimiento de agradecimiento frente a la sociedad colombiana quedó anclado en los 
dirigentes de la República de Corea. Fue así, entonces, como se dio inicio al diálogo bilateral 
entre ambas naciones.
A pesar de ese punto inicial de contacto entre ambas sociedades, sólo fue hasta 1962 
que los lazos políticos y diplomáticos se reconocieron por parte de ambas repúblicas (Roldán, 
2009). Aunque eso no indica necesariamente la apertura de embajadas u oficinas consulares o 
misiones diplomáticas, pues pasaría casi una década para que esto se presentara.6
La embajada de Seúl en Bogotá sólo se abrió hacia 1971, cuando por iniciativa del 
gobierno coreano se construyeron lazos más formales con Colombia. Esto, ciertamente como 
consecuencia del proceso que se cito en el párrafo anterior. A su vez, hay una coincidencia del 
fortalecimiento del diálogo con Corea y la ampliación de las relaciones con muchos de los 
países asiáticos y oceánicos que tenían directamente sus costas sobre el océano Pacífico. Tal 
como resulta expresado en el trabajo del profesor García (1997), la fase de ampliación de las 
relaciones involucró a Australia (1975), Nueva Zelanda (1978), Tailandia (1979), Indonesia y 
China (1980), Malasia (1987) y Corea del Norte (1988). Este pudo ser el momento inicial del 
auge asiático para los nacionales de Colombia. A pesar de ello, la dinámica misma del diálogo 
político no prosperó lo suficiente.
Para 1978 se presentó la apertura de la embajada colombiana en Seúl (Roldán, 2009), 
coincidiendo con un aislamiento pasmoso frente a China, obligado por las relaciones 
bilaterales con Washington y todo lo que el esquema de la Guerra Fría representaba en su 
momento. Un par de años más tarde, hacia 1981, se presentó la firma de uno de los 
documentos más importantes en la construcción plena del bilateralismo entre Colombia y 
Corea. Se trata del Convenio de Cooperación Técnica y Científica, el cual se puso en vigencia en 
febrero de 1982 y facilitó a ambos actores aprovechar los avances que en dicha materia se 
pudiesen presentar (Roldán, 2009).
Posterior a la firma el acuerdo que recién se cita, el Centro de Comercio Internacional
(1983), surgido dentro del diálogo UNCTAD/GATT7, empezó un análisis concienzudo de lo que 
la economía surcoreana podía estar representando a los intereses del mercado global. Como 
resultado de ello, surgió un estudio económico y de mercado en el que se puso especial 
referencia a las perspectivas de las importaciones procedentes de países en desarrollo. El 
análisis de las tendencias y la estructura de las importaciones, la posición ocupada al interior 
de la economía coreana, los reglamentos, trámites de importación, redes de distribución, 
publicidad transporte y comercialización; además de mucha información sobre empresarios y 
comerciantes del país, motivó a que muchas economías en desarrollo desearan estrechar lazos 
económicos con Seúl. Colombia no fue la excepción.
Durante la administración de Virgilio Barco Vargas (1986-1990) se dio la primera 
iniciativa para que un mandatario colombiano de primera línea visitara Seúl en viaje oficial.
Con tan mala fortuna para el jefe de Estado colombiano que tuvo que pasar muchos días 
hospitalizado en territorio coreano a causa de una delicada enfermedad (Barbosa, et.al., 2011), 
 
5 El Armisticio de Panmunjom, firmado el 27 de julio de 1953, puso fin al conflicto en la península coreana, dejando 
todo como se hallaba al inicio del conflicto. El paralelo 38ºN continuaría siendo la línea divisoria entre las dos 
unidades políticas involucradas.
6 Según la investigación de Barbosa, Posada y Serrano (2011), para que se llegara a esta línea diplomática entre 
ambos Estados, tuvo mucho que ver la participación de Washington en el proceso de acercamiento. Las 
negociaciones, sin tener completa claridad sobre la iniciativa, se presupone que fue más el deseo coreano que el 
colombiano el que primó en la concreción 
7 La UNCTAD es la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo y el GATT es el Acuerdo 
General sobre Aranceles y Comercio. Ambos se convierten en importante antecedente de la configuración final de 
la Organización Mundial del Comercio, nacida a partir de la culminación de la Ronda Uruguay en 1994.
lo que impidió alcanzar mejores acuerdos a los obtenidos quizá. No obstante, el deseo de 
formalizar vínculos económicos prosperó y se convirtió de manera gradual en el eje transversal 
de las relaciones bilaterales entreCorea y Colombia. Actualmente, por ejemplo, todo análisis 
que se hace de las mismas, tiene un punto del cual se desprenden: las negociaciones del 
tratado de libre comercio entre ambas economías.
Curiosamente aunque el presidente colombiano Ernesto Samper visitó Seúl en 19968
los años 90 no fueron los más dinámicos en el diálogo que estos dos actores habían alcanzado 
hasta entonces. Si bien Colombia ganaba terreno en el espacio geográfico multilateral del 
Océano Pacífico, en términos bilaterales empezaba a evidenciar estancamiento. El trabajo del 
profesor García (1997) hace énfasis particular en los avances alcanzados en esa línea durante 
esta década. Para el año 94, por ejemplo, Colombia era aceptada en el PBEC (Pacific Basin 
Economic Council) y en el PECC (Pacific Economic Cooperation Council). Sin embargo, tampoco 
fue una gestión completa para la multilateralidad, dado que el ingreso al más importante de 
los Foros quedó en stand by, puesto que APEC (Asian Pacific Economic Cooperation) cerró su 
membresía en el segundo lustro de la década y Colombia se quedó por fuera. En esencia, lo 
que se permite entrever en el estudio de la región asiática con costas en el Océano Pacífico 
para la década de los años 90, es que Colombia hizo un intento por volcarse a la región, pero 
éste se vio contrastado por el bajo interés asiático y oceánico por entablar y fortalecer 
relaciones con el país (García, 1997).
Para el siglo XXI la situación se va a tornar un tanto diferente. Con un alto componente 
económico, el diálogo entre Colombia y las economías con litoral sobre el Pacífico ha 
evolucionado radicalmente. Puntualmente con Corea del Sur el acercamiento ha sido más que 
evidente. En moneda contante y sonante, se habla de una cooperación desde Corea hacia 
Colombia del orden de U$D156.000 para 2005, U$D97.000 en 2006 y U$D3’000.000 para el 
año 2007 (Barbosa, et.al., 2011). A ello se suma que en 2008 y para los años posteriores, la 
cifra de cooperación internacional desde Corea recibida por el país continuó su ritmo 
ascendente, tal como lo enseña la Evaluación Conjunta de la Declaración de Paris, hecha por el 
Centro de Pensamiento Estratégico Internacional (CEPEI, 2010).
En 2009 además, se estableció la oficina en Colombia de la KOICA (Agencia de 
Cooperación Internacional de Corea), para fortalecer las relaciones entre Seúl y Bogotá y para 
lograr que los avances dados durante toda la primera década del siglo XXI no quedaran 
rezagados. La creación de la citada oficina mantuvo la tendencia de atracción de cooperantes 
por parte del gobierno nacional que, como está presentado por la Presidencia de la República, 
durante los ocho años de la administración Uribe Vélez (2002-2010) avanzó de 120 millones de 
dólares en promedio por año, a unos 350.
El siglo XXI abrió con la visita de Ban Ki Moon a Colombia, actuando como viceministro 
de Relaciones Exteriores de Corea y fue presagio de múltiples visitas de funcionarios da ambas 
naciones en las dos direcciones. No obstante, se hizo mucho más evidente el deseo 
colombiano de fortalecer los vínculos que el coreano mismo. Fueron a Seúl durante los 
primeros diez años del siglo, la Presidenta del Congreso de la República, el Vicepresidente, el 
Ministro de Minas y Energía, el director de la Agencia Nacional de Hidrocarburos, la Ministra 
de Comunicaciones, y el ministro de exteriores, Fernando Araujo Perdomo, en busca de 
aceptación y réditos para el país. A su vez, se recibió en Colombia a los presidentes de KOICA, 
Jang-bum Shin (2008) y Daewon Park (2009), al ministro de asuntos patriotas y veteranos de 
 
8 La visita oficial del presidente Ernesto Samper a Seúl se dio el día viernes 24 de octubre de 1996, tal como lo 
reseñó el periódico el Tiempo en su edición del mismo día. En ella se lograron algunos acuerdos bilaterales y se tuvo 
la oportunidad de participar, junto con empresarios nacionales, en algunas ruedas de negocios en las que se 
apreciaran las oportunidades para la producción colombiana en tierras coreanas. A su vez, se trató el tema de la 
atracción de inversión hacia el país.
Corea, Yang Kim, al viceministro de conocimiento y economía, Young-Hak Kim, y al 
Viceministro de Asuntos Multilaterales de la Cancillería coreana (Barbosa, et. al., 2011).
El último ministro de exteriores de la administración Uribe Vélez, Jaime Bermudez 
Merizalde, tuvo un buen desempeño frente al tema. Estuvo de visita en Seúl, reuniéndose con 
su homólogo y con el presidente de la República, el señor Lee Myung-bak, dando origen y 
posterior impulso a la negociación de un tratado de libre comercio entre las dos economías 
(Roldán, 2009). Su papel, junto con el de Luis Guillermo Plata, fue importante en la 
consolidación del Acuerdo de Promoción y Protección de Inversiones y el negociado para evitar 
la doble tributación entre los dos países. Dichos acuerdos, pero sobre todo el segundo, 
involucraron también los intereses de Chile, en algo que pudiese empezar a notarse más 
multilateral hacia la región pacífica.
Dentro de los avances más recientes en la relación mutua, están los acuerdos de 
diverso tipo alcanzados en septiembre de 2011, en la visita que hiciera el jefe de Estado y 
gobierno colombiano a Seúl. Los presidentes Juan Manuel Santos y Lee Myung-bak 
estamparon su firma en cinco acuerdos de cooperación energética, minera y de 
infraestructura. Quizá lo más notable del encuentro bilateral es el hecho determinado por 
ambos gobiernos para subirle el nivel a la relación entre ellos. A partir de ese último dialogo se 
expresó que “ambos países han acordado elevar sus relaciones al nivel de asociación 
estratégica”, lo que dejó en muy buena posición a la diplomacia colombiana y política exterior 
del país en general (EFE, 2011).
Una mirada no tan política
La realidad en torno a la construcción de la bilateralidad entre Corea del Sur y 
Colombia es que no se tejió un vínculo tan político como sí simbólico y económico. La 
participación del Batallón Colombia en el conflicto en la península particularmente hizo que lo 
que en Colombia es poco común, sucediera. Hubo efectos de largo plazo en la relación entre 
los dos países.
La política exterior colombiana, que no está ni ha estado planificada para obtener 
resultados de largo plazo9, obtuvo beneficios directos desprendidos da la participación en uno 
de los más sonados conflictos periféricos de la Guerra Fría. Involucrarse en la Guerra de Corea 
otorgó beneficios a largo plazo para la nación cafetera, que no estuvieron contemplados en un 
principio como contraprestación por la ayuda a la nación asiática en su lucha intestina contra 
la intervención directa del socialismo chino-soviético. La decisión de ingresar al conflicto, como 
se ha visto, no fue una decisión autónoma. Se trató antes que eso, de una presión ejercida por 
parte del gobierno estadounidense sobre toda la región latinoamericana (Urán, 1986), ante lo
cual solo respondió la nación Colombiana, situándola hoy con importantes beneficios anclados 
a la tradicional “amistad”.
Reforzando este punto está el hecho ya citado sobre el nivel político alcanzado entre 
los dos actores globales recientemente. La República de Corea ha elevado la relación con 
Colombia a categoría de Relación Estratégica tal como lo expresa, el embajador de Corea en 
Colombia, Choo Jong-Youn, en su saludo virtual en la web de la embajada:
Ahora bien, Corea estableció relaciones diplomáticas con Colombia hasta 1962, después de 
haber sido el único país latinoamericano que envió un batallón de soldados (…) a luchar en la 
Guerra, sin tener en cuenta que para el momento las relaciones diplomáticas no estaban
formalizadas. Es por esto que los lazos entre Colombia y Corea se basan sobre una relación de 
 
9 Al respecto son muchos los trabajos e investigaciones que se han adelantado hasta llegar a esa conclusión.
Autores, analistas e investigadoresen general coinciden en ello. Dos obras importantes sobre las que el lector bien 
puede profundizar al respecto son la de Borda y Tickner (2011) y la de Ardila at. el., (2008).
lucha, sacrifico y amistad histórica, que ha ido fortaleciendo e incrementando la relación 
bilateral a través de los años.
Pero lo simbólico también empieza a ceder ante las coyunturas. De ahí que los lazos 
políticos se tornen cada vez más necesarios. Ya son varias las generaciones que han quedado 
atrás y no es fácil mantener el espíritu de agradecimiento si éste no va acompañado de 
acuerdos, cooperación estratégica y credibilidad entre las dos naciones. En su texto, Fernando 
Barbosa (2011) deja entrever la necesidad de lazos políticos más fuertes y duraderos:
Desde otra perspectiva, la participación de Colombia en la Guerra de Corea, que ha sido el pilar 
más significativo desde el punto de vista simbólico en las construcción de las relaciones no sólo 
gubernamentales sino comerciales, cada día es menos conocida por los jóvenes coreanos. Y la 
generación de personas que participaron en la contienda y que se encargaron de la 
reconstrucción del país, los mismos que reconocían el aporte militar colombiano, cada vez 
están más lejos de las actividades en todos los campos (Barbosa, et. al., 2011).
Tal como puede ser perceptible con relativa facilidad, el bilateralismo gestado desde 
Washington para estas dos naciones, no tuvo un origen identificado en la política doméstica de 
las mismas sino más bien en las circunstancias impuestas desde afuera. Una simbología 
heroica los mantuvo unidos durante un par de décadas y las razones económicas los 
conservaron hablando el lenguaje común de los negocios internacionales. La política y sus 
regímenes no fue lo que mantuvo la estabilidad de la que se ha gozado hasta ahora. Más 
puede atribuírsele a los intereses económicos que a otra cosa. Esto, aunque desde la 
Cancillería se tenga un listado de aspectos básicos para la relación, tales como salud, 
educación, medio ambiente y energía.
En la relación bilateral objeto de estudio de la presente investigación, lo político y lo 
económico terminan siempre difuminados de tal manera que se hace incomprensible su 
separación. En el más reciente de los encuentros de alto nivel, cada palabra pronunciada por el 
presidente Juan Manuel Santos destacaba la importancia de las relaciones económicas con 
Corea (extracto de la página web de la Cancillería colombiana)10:
El Presidente Santos recordó que hace 18 años visitó a Corea con la intención “fortalecer las relaciones 
comerciales, de buscar acuerdos comerciales y mejorar la relación comercial de los dos países”. Sin 
embargo, sólo hasta esta semana se concretó esta relación comercial con ese país asiático.
“Todo esto lo que genera es empleo, producción, actividad económica, inversión. Eso ayuda a las 
condiciones que hemos considerado necesarias para lograr las metas. Mayor crecimiento económico, 
mayor inversión, que se traduce en más empleo y en más prosperidad”, recalcó el Jefe de Estado sobre los 
beneficios de los acuerdos firmados con Corea.
El Presidente Santos consideró que las economías de Colombia y Corea son complementarias, por lo cual 
su potencial es inmenso.
“El potencial de Colombia y Corea es inmenso. Son dos economías que se complementan. Y la experiencia 
coreana para nosotros los colombianos ha sido una experiencia que hemos querido vincularla. 
Necesitamos su tecnología, necesitamos su capacidad de producción. Por eso personalmente como 
Presidente me congratulo tanto de ese paso que hemos dado el día de hoy”, concluyó el Jefe de Estado.
Quizá una de las más importantes razones políticas que unen a Colombia y Corea tenga 
que ver con lo requerido para el ingreso próximo de Colombia al APEC. En ello, ambos 
gobiernos han encontrado puntos convergentes y se ha notado que Seúl tiene un compromiso 
fiel para apoyar la causa nacional. No obstante, esta gestión puede tornarse también 
profundamente económica, pues lo que se persigue es el ingreso a un foro de economías 
promisorias del Pacífico que han trazado como reto fundamental, sacar adelante procesos de 
competitividad y crecimiento, útiles al desarrollo pleno de sus sociedades.
 
10 La información se encuentra en el siguiente link: http://www.cancilleria.gov.co/news/news/node/813
Información recuperada el 05 de mayo de 2012.
El tema del ingreso de Colombia al foro APEC ha sido abordado ya por muchos 
investigadores que analizan cómo el país se esfuerza por alcanzarlo, aunque sin resultados 
positivos a causa de la suspensión de la membresía desde 199811 hasta la fecha. Las últimas 
economías en ingresar fueron Perú, Rusia y Vietnam. Sin embargo, el asocio con Corea del Sur 
es uno más de los eslabones de la cadena que puede llevar a Colombia a formar parte del 
citado club económico. Seúl ya se ha manifestado apoyando en todos los niveles políticos el 
ingreso colombiano (Roldán, 2009).
El respaldo se renovó recientemente en un encuentro bilateral menos formal, 
desarrollado en Brasilia mientras se daba la posesión de la actual presidenta Dilma Rousseff en 
enero de 2011. Así quedó reseñado por la oficina de comunicaciones de la presidencia de la 
República12:
El Gobierno de Corea del Sur le expresó este sábado su apoyo a Colombia para ingresar al Foro de 
Cooperación Económica Asia-Pacífico (Apec).
El respaldo fue expresado al Presidente Juan Manuel Santos por el Primer Ministro de la nación asiática, 
Kim Hwang-sik, durante una reunión bilateral celebrada en Brasilia en el marco de la toma de posesión de 
la Mandataria de Brasil, Dilma Rousseff.
Durante la reunión, que duró media hora, el Primer Ministro coreano también invitó a Santos a visitar a 
Seúl este año.
Añadió que Corea espera finiquitar lo más pronto posible las negociaciones del TLC con Colombia. Así 
mismo, Kim Hwang-sik destacó que muchas empresas surcoreanas están interesadas en participar en 
proyectos de infraestructura en Colombia.
Le expresó también que los ciudadanos de su país quieren a los colombianos como hermanos de sangre y 
que esperan fortalecer sus lazos de amistad.
Pero también se ha reafirmado en varias conversaciones que analistas, periodistas y 
académicos han tenido con altos diplomáticos coreanos. Es el caso, por ejemplo, de la 
entrevista que realizó a principios del año el internacionalista Gerney Ríos González (2012) al 
embajador coreano en Bogotá. El diplomático señaló que en efecto existe un compromiso 
directo para apoyar a Colombia en sus pretensiones de ingresar al foro, dadas las ventajas 
otorgadas por el Área de Integración Profunda. Sin embargo, también fue muy enfático en que 
Colombia debe demostrarle a los miembros del foro (APEC) que la economía nacional está lista 
para ajustarse a los lineamientos del mismo, en toda materia. Eso facilitará el consenso al 
interior del club económico que cumple ya dos décadas de existencia.
La economía y la manera de entender el diálogo entre Colombia y Corea del Sur
Puede señalarse sin temor a cometer errores, que es la economía de libre mercado y 
todo lo que ésta conlleva, lo que en mayor medida ha sostenido, procurado y fortalecido el 
bilateralismo entre las dos unidades políticas involucradas en el presente estudio. A diferencia 
de la relación política entre ellas, los inicios de la relación económica y comercial se sitúan 
fundamentalmente en las dos últimas décadas del siglo XX, incrementándose en mayor 
proporción el flujo comercial de Corea hacia Colombia, que el previsto en sentido contrario.
Posterior al estudio desarrollado por el Centro de Comercio Internacional (1983) sobre 
el significado y las oportunidades de la economía coreana para otras economías en desarrollo, 
pudo definirse una serie de productos en los cuales había que orientar el esfuerzo de las 
 
11 La membresía se suspendió coincidiendo con la crisis asiáticade finales de los 90. Entre el 14 y 15 de noviembre 
de 1998 se determinó el ingreso de los últimos miembros (Perú, Rusia y Vietnam) y desde entonces no se ha 
admitido a nuevos miembros. Sitio Web APEC: http://www.apec.org/About-Us/About-APEC/Member-
Economies.aspx Fecha de consulta: mayo 08 de 2012.
12 http://wsp.presidencia.gov.co/Prensa/2011/Enero/Paginas/20110101_01.aspx Fecha de consulta: mayo 08 de 
2012.
exportaciones hacia ese potencial mercado. Productos alimenticios, materias primas agrícolas, 
semillas, nueces oleaginosas, aceites, grasas, pieles, cueros, madera, textiles, productos de 
metal y mineral de hierro, maquinaria y utensilios eléctricos, barcos y botes, entre otros, 
estuvieron dentro de la consideración realizada. La economía colombiana, y su sector 
productivo en general, empezó a analizar las opciones existentes. No obstante, el avance 
comercial o de flujos entre exportaciones e importaciones de las dos economías en estudio 
permaneció por niveles muy bajos.
Para 1971, Colombia estaba exportando a Corea alrededor de doscientos mil dólares. 
Cinco años después la cifra se había ampliado a U$D1’400.000, y en 1981 se determinó un 
valor total de U$D2’800.000 (Centro de Comercio Internacional, 1983). Se trató hasta la 
década de los 80 de un flujo muy bajo de exportaciones nacionales hacia ese mercado, lo que 
puede explicarse fácilmente dadas las condiciones y circunstancias que el modelo económico 
colombiano poseía. Luego de los 90 se dio el proceso aperturista que tiene al país exportando 
cifras mucho más decorosas frente a las exigencias del mercado mundial y específicamente 
coreano. Según Mincomercio, para 1991 por ejemplo, las exportaciones desde Colombia hacia 
Corea del Sur estuvieron situadas enU$D17’244.104 y la evolución se fue dando de manera 
gradual hasta llegar a una cifra de U$D372’660.520 para 2010.
Sin embargo, el mismo Centro de Comercio Internacional informó, a través de Trade 
Map, que las exportaciones de Colombia hacia Corea del Sur habían decaído en casi 98 
millones de dólares, pues la cifra reportada fue de U$D275.416.000, hecho que genera muchas 
inquietudes sobre lo que pueda representar o no la negociación del tratado de libre comercio 
con los coreanos.
Ahora desde la perspectiva de las importaciones, y según datos del estudio adelantado 
por el Centro de Estudios Asia Pacífico (Roldán et. al., 2011), entre 2006 y 2010 las 
importaciones de Corea del Sur a Colombia se incrementaron en un 23.6%. Recíprocamente las 
exportaciones de Colombia hacia Corea del Sur crecieron en un 85,3% en el mismo periodo. Es 
importante tomar nota del cambio drástico entre la relación comercial de los dos países a 
partir de los inicios del siglo XXI, momento en el cual se hace evidente el incremento 
exponencial en el intercambio de bienes entre ambas naciones, con una evidente etapa de 
receso entre los años 2008 y 2009.
Y aunque realmente el flujo de intercambio entre las dos naciones ha presentado el 
citado incremento, cabe resaltar que las exportaciones colombianas a Corea del Sur para el 
año 2010 tuvieron una equivalencia de sólo el 0,94% de todas las exportaciones del país, 
igualmente las importaciones del país desde Corea del Sur para el mismo periodo tuvieron una 
participación del 2,31% del total de las importaciones (Roldán, et. al., 2011). Resulta 
impactante está cifra si se mira que del año 2001 al 2011 las exportaciones Colombianas a 
Corea del Sur han crecido en un 803%, inclusive antes de que se tenga en ejecución EL TLC con 
la misma.
Históricamente el comercio entre las dos naciones ha tenido las variaciones que 
pueden percibirse en las gráficas expuestas a continuación. En primera instancia se presenta 
una gráfica en la que puede percibirse el avance de los flujos de exportaciones a partir de la
Apertura Económica en Colombia. Tal como se ha descrito en líneas anteriores, la movilidad o 
el volumen de exportaciones fue realmente muy bajo, sólo hasta el siglo XXI se presentará el 
quiebre positivo para Colombia en sus ventas hacia el país asiático.
Gráfica 1. Fuente: Elaboración propia con información de trademap.org http://www.trademap.org/Bilateral_TS.aspx
En un período más corto, que sólo incluya la primera década del siglo XXI, la gráfica 
deja de ser tan plana en sus primeros segmentos y se orienta directamente al ascenso 
exportable de productos nacionales que empezaron a ser demandados por los coreanos. Esto 
es consecuente con las explicaciones iniciales en las cuales se demostró el acercamiento de la
administración Uribe Vélez con algunos actores relevantes del Pacífico.
Gráfica 2. Fuente: elaboración propia con información de trademap.org http://www.trademap.org/Bilateral_TS.aspx
La gráfica de las importaciones o compras que Colombia hace desde la economía 
coreana, para la primera década del siglo XXI, se resume en el siguiente ejercicio:
$0
$50,000,000
$100,000,000
$150,000,000
$200,000,000
$250,000,000
$300,000,000
$350,000,000
$400,000,000
19
91
19
92
19
93
19
94
19
95
19
96
19
97
19
98
19
99
20
00
20
01
20
02
20
03
20
04
20
05
20
06
20
07
20
08
20
09
20
10
20
11
D
O
LA
RE
S
EXPORTACIONES COLOMBIANAS A COREA DEL SUR
0
50000
100000
150000
200000
250000
300000
350000
400000
450000
500000
2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011
M
ile
s d
e 
D
ol
ar
es
EXPORTACIONES DE COLOMBIA A COREA DEL SUR
Gráfica 3. Fuente: elaboración propia con información de trademap.org http://www.trademap.org/Bilateral_TS.aspx
Luego de hacer seguimiento al detalle de la relación comercial, Se evidencia con 
relativa facilidad que el incremento de la actividad con Corea no se reduce netamente al tema 
comercial; podemos ver según datos obtenidos por el Centro de Estudios Asia Pacifico a través 
del Korea Exports-Imports Bank, que la inversión Coreana en Colombia a principios de la 
década, es decir años 2000, 2001 y 2002 resultó prácticamente nula; para el año 2007 esta 
inversión rondaba los 22 millones de dólares, llegando en el 2010 a los 26 millones, después de 
superar un bache en los años 2008 y 2009 como consecuencia a la crisis global.
Cabe anotar que de las importaciones realizadas por Colombia desde Corea del Sur en 
el periodo 2006-2010 el 27,1% fueron automóviles, es decir productos con alto valor agregado
que no se producen en Colombia, mientras que las exportaciones realizadas por Colombia en 
el mismo periodo tuvieron un alto componente de commodities o producción manufacturera 
de relativo bajo valor agregado. Se totalizó, entre otros productos, un 30,3% fue ferroníquel y 
un 20,3% de café sin tostar, sin descafeinar. A partir de ello, es perceptible que la vocación de 
las ventas colombianas hacia el exterior se mantienen en una línea del comercio internacional
adscrita al a exportación de materia prima, por lo que se requiere incentivar el desarrollo de 
productos de alto valor agregado, en procura de altos niveles de competitividad.
La evolución que se percibe en las gráficas sobre los flujos de comercio entre las dos 
naciones13, gradualmente se fue convirtiendo en un llamado de atención para sus gobiernos en 
procura de acuerdos que faciliten el diálogo comercial. Un tratado de libre comercio (TLC) no 
estaría necesariamente en las conversaciones iniciales. Sin embargo, a eso se llegó luego de 
estudios previos que posibilitaron su negociación. Informaciones actualizadas a 2011 ponen de 
manifiesto el flujo comercial entre las dos economías en un estimado de dos mil millones de 
dólares. No obstante, por alguna razón, el nivel de ventas a ese destino decayó para el último 
 
13 Es importante diferenciar este flujo de exportaciones e importaciones entre los dos mercados de lo que pueda 
representar el de inversiones. Al respecto, la presente investigación tendrá una sección especial, con objeto de 
medir las variaciones de las mismas al finalizar la negociación del tratado de libre comercioentre ellos.
0
200000
400000
600000
800000
1000000
1200000
1400000
1600000
1800000
2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011
M
IL
ES
 D
E 
D
O
LA
RE
S
IMPORTACIONES DESDE COREA DEL SUR
año, pues tal como se deja ver en la gráfica 2, hubo caída en las exportaciones. Mientras que 
las compras mantuvieron la tendencia.
Un tratado de libre comercio
Ante ese panorama analizado hasta el momento, surgió, entonces, la idea de vincular a 
ambas economías en la dirección del libre comercio. Superados los acuerdos preferenciales o 
de alcance parcial entre Colombia y Corea del Sur, se decidió por parte de ambas 
administraciones dar marcha a la negociación directa de un tratado que redujera al mínimo 
posible las cargas impositivas al comercio, facilitara el ambiente de negocios y diera atractivos 
beneficios a la inversión. Así se dio marcha a las conversaciones, a partir del 18 de noviembre 
de 2009, cuando en el desarrollo del encuentro de Inversión Colombia 2009 se avaló el 
resultado del estudio de pre factibilidad elaborado por Fedesarrollo y se trazó la fecha del 07 
de diciembre para dar comienzo a las negociaciones del acuerdo.
Efectivamente, tal como se pactó en el primer acercamiento en Bogotá, la primera 
ronda de negociaciones del TLC se desarrolló en Seúl, entre los días 07 y 09 de diciembre del 
año 2009. En su momento, de acuerdo con el ministerio de comercio, industria y turismo 
colombiano, las exportaciones nacionales hacia Corea se situaron (entre enero y septiembre) 
en 74 millones de dólares; mientras la cifra de importaciones estuvo instalada en 482 millones 
para el mismo período. En esencia se trataba, en su momento, de una balanza comercial 
ampliamente desfavorable para el país. Dicho desbalance sigue vigente hasta el presente, 
cuando se habla de un desequilibrio superior a los mil millones dólares, como se dejó 
evidenciado en las gráficas anteriores.
Las rondas de negociación han venido dejando un camino de avances en el diálogo 
bilateral comercial que ha puesto a muchos sectores económicos del país a analizar las 
posibilidades que se abren ante la puesta en marcha del acuerdo que se negocia. A 
continuación se deja una reseña del proceso y de los logros más relevantes que se han 
alcanzado hasta la culminación del sexto encuentro, recientemente realizado en la ciudad de 
Cartagena de indias, en Colombia.
Rondas de negociación del Tratado de Libre Comercio y evolución temática14
Primera ronda, negociada en Seúl, Corea
Se da inicio al proceso de negociación
Fecha: 07 al 09 de diciembre de 2009.
Creación de la estructura, objetivos y principios del tratado, se recordó la importancia del sector servicios para ambos países el cual representa 
un crecimiento del PIB coreano y una posibilidad atractiva de inversión para Colombia
Segunda Ronda, negociada en Bogotá, Colombia
Lugar y fecha Agricultura Reglas de Origen Política de Competencia Entrada temporal de 
personas de negocios
Inversión Asuntos 
Institucionales
Bogotá, 1 al 5 
marzo, 2010.
-Corea indicó no ver 
la necesidad de 
contar con una 
sección de 
agricultura y solo 
propone un artículo 
relacionado con 
salvaguardia 
agrícola.
- No es de interés 
coreano la inclusión 
de disciplinas como 
subsidios a la 
exportación, 
-Se pactaron total o 
parcialmente los 
siguientes artículos: 
certificado de 
origen, solicitud de 
trato arancelario 
preferencial, 
solicitudes 
posteriores al trato 
arancelario 
preferencial, 
exención al 
certificado de 
origen, obligaciones 
-La definición de prácticas 
anticompetitivas. Sobre 
este punto las partes 
manifestaron su 
entendimiento común 
sobre la capacidad de 
cada legislación de 
determinar el contenido 
de las prácticas 
consideradas restrictivas.
-Dentro de los temas ya 
acordados se encuentra la 
obligación general de 
otorgar las visas y 
documentos confirmatorios 
a las personas de negocios; 
la limitación al costo de las 
visas en relación al costo del 
análisis de los documentos 
presentados; eliminación de 
las evaluaciones de 
necesidad económica para 
casi todas las categorías de 
personas de negocios.
-Avances 
importantes en lo 
relacionado con el 
mecanismo de 
solución de 
controversias 
inversionista. 
(Agotamiento de 
la vía gubernativa 
o negociaciones 
como condiciones 
previas al arbitraje 
internacional).
Se acordaron principios 
rectores del Tratado, 
tales como:
• La importancia de 
reconocer reglas claras 
para el intercambio 
comercial de bienes y 
servicios
• El reconocimiento de 
la importancia de 
eliminar las barreras 
que impiden el 
comercio y la inversión 
en el territorio de las 
 
14 La información contenida en los cuadros que reflejarán el avance de las negociaciones y sus resultados ha sido 
extraída del sitio web oficial del Ministerio de Comercio Industria y Turismo de Colombia. La dirección consultada 
es: http://www.tlc.gov.co/publicaciones.php?id=738 Fecha de consulta 12 de mayo de 2012.
administración de 
contingentes y 
cualquier subcomité 
especializado.
respecto a las 
exportaciones, 
requisitos para 
mantener registros, 
discrepancias y 
errores de forma.
Partes.
• El compromiso de 
desarrollar el comercio 
y la inversión 
protegiendo el medio 
ambiente.
• El deseo de 
incrementar los 
estándares en los 
niveles de vida, 
promover el 
crecimiento y la 
estabilidad económica, 
creación de nuevas 
oportunidades de 
empleo al liberar y 
expandir el comercio y 
la inversión en sus 
territorios.
• El fortalecimiento de 
los lazos de amistad y 
cooperación entre las 
partes.
-Se acordó la creación 
de la Comisión de Libre 
Comercio conformada 
por los Ministros de 
Comercio de las dos 
Partes.
Tercera ronda, negociada en Seúl, Corea
Lugar y 
fecha
Agricultura Reglas y procedimientos de 
origen
Administración aduanera 
y facilitación al comercio
Medidas sanitarias y 
fitosanitarias
Servicios de 
telecomunicaciones
Entrada temporal de 
personas de 
negocios
Seúl, 14 al 
18 de junio 
de 2010.
-Solo una 
pequeña parte de 
las exportaciones 
coreanas se 
benefician de los 
subsidios y para 
ellos están 
permitidos en el 
marco de la OMC.
-Corea propone 
no establecer un 
comité específico 
para agricultura, 
sino uno general 
para todo acceso 
en bienes.
-Se ha pactado alrededor de un 
40% de los REOs en los siguientes 
capítulos: productos minerales, 
sector químico, plásticos, caucho 
y sus manufacturas, pieles y 
peletería, madera, corcho, pulpa 
de papel, productos editoriales, 
sombreros, paraguas, plumas, 
cerámica, vidrio, joyería, 
manufacturas de piedra, 
herramientas y manufactura de 
metal, instrumentos musicales, 
manufacturas diversas, obras de 
arte.
-REOS: productos agrícolas 
básicos y procesados, papel y sus 
manufacturas, sector textil 
confección, calzado, 
electrodomésticos, sector 
automotor.
-Se acordó una cláusula 
mediante la cual se 
desarrollará 
conjuntamente un 
acuerdo de asistencia 
mutua en cooperación 
entre aduanas con el fin 
de evitar las infracciones 
a la legislación aduanera.
-Se acordó los derechos 
de revisión y apelación 
para los importadores y 
exportadores.
-Uso del lenguaje español 
y coreano como 
alternativo.
-Corea tiene gran 
sensibilidad en contar 
con disciplinas 
detalladas, nunca las 
han pactado en un 
TLC.
-Garantiza que las 
empresas de la otra 
Parte tengan acceso y 
puedan hacer uso de 
cualquier red y 
servicio público de 
transporte de 
telecomunicaciones, 
incluido circuitos 
arrendados, ofrecidos 
en su territorio o de 
manera 
transfronteriza, en 
términos y 
condiciones 
razonables y no 
discriminatorios.
Duración de la 
estadía:
– Visitantes de 
negocios: hasta 90 
días.
– Comerciantes e 
inversionistas: hasta 
2 años.
– Transferencias 
intra-corp: hasta 2 
años.
– Prestadores de 
servicios bajo 
contrato: hasta 1 
año o periodo del 
contrato (lo que sea 
menos)
-Están evaluandola 
posibilidad de 
ampliar los periodos.
Cuarta ronda, negociada en Santiago de Cali, Colombia
Lugar y fecha Defensa comercial Propiedad intelectual Reglas de origen
Cali, 4 al 8 de octubre de 2010. -En materia de dumping y medidas compensatorias, 
se revisaron las propuestas de ambas partes en el 
sentido de si se debe o no incorporar normativa que 
vaya más allá de la OMC.
-Se discutieron los temas 
pendientes cubriendo los temas 
objetivos, protección más extensa 
de los derechos, trato de nación 
más favorecida, disposiciones 
generales sobre salud pública, 
biodiversidad, marcas, derechos 
de autor y derechos conexos, 
transferencia de tecnología y 
cooperación.
-Se acordó la regla específica para los productos 
que se listan a continuación: biodiesel, 
colofonias, ácidos resínicos, llantas usada y 
otras manufacturas, laminados de acero 
inoxidable, alambres, tiras y accesorios de 
tuberías de cobre, juguetes, juegos, artículos 
para recreo o deporte.
Quinta ronda, negociada en Seúl, Corea
Lugar y fecha Agricultura Reglas de origen Defensa comercial Propiedad 
intelectual
Cooperación
Seúl, 10 al 14 de octubre de 
2011.
-Corea manifestó 
que en ningún otro 
-Se acordó la redacción para:
Artículo 3.1: Originating Goods, 
-En materia de salvaguardia 
global está acordado que cada 
-Se acordaron los 
artículos de 
-Se acordó 
desarrollar 
acuerdo han tenido 
la sección agrícola y 
que por visibilidad 
política sería difícil 
mantenerla, 
reiterando que el 
único artículo que 
acostumbran tener
es el de salvaguardia 
y que solamente 
existe sección 
agrícola en el 
acuerdo que se 
pactó con Estados 
Unidos.
relacionado con los criterios 
generales para la obtención de 
carácter originario de las 
mercancías.
Artículo 3.11: Packaging Materials 
and Containers for Retail Sale, en 
donde se establecen las 
condiciones de empaque para las 
mercancías totalmente obtenidas 
acondicionadas para la venta al por 
menor.
-En cuanto a los Requisitos 
Específicos de Origen del sector 
agrícola, se logró acuerdos en las 
reglas para:
Las Preparaciones alimenticias 
diversas, en donde se incluyen las 
preparaciones de café, té y yerba 
mate, helados, sopas, salsas, 
levaduras y preparaciones 
homogenizadas.
Parte conserva sus derechos y 
obligaciones en virtud del 
artículo XIX del GATT de 1994 y el 
Acuerdo sobre Salvaguardias.
-En materia de dumping y 
medidas compensatorias, se 
logró consenso en la totalidad 
del texto sobre la aplicación de 
derechos antidumping y 
compensatorios. Lo anterior, 
teniendo en cuenta que Corea 
retiró sus aspiraciones de 
obtener reglas OMC plus con 
carácter obligatorio. Se llegó a un 
consenso en incorporar 
solamente algunas reglas de 
carácter potestativo que no 
están en contradicción con la 
legislación colombiana, 
relacionadas con la prohibición 
de la práctica del zeroing, menor 
derecho, y notificación y 
consultas a fin de garantizar la 
plena transparencia en la 
aplicación del Acuerdo 
Antidumping de la OMC.
objetivos, protección 
más extensa de 
derechos, marcas, 
derecho de autor y 
derechos conexos. 
Siguen en discusión 
los temas de Trato 
de Nación más 
favorecida, 
disposiciones 
generales, salud 
pública, 
biodiversidad y 
transferencia de 
tecnología y 
cooperación.
cooperación en 
temas como 
ciencia y 
tecnología y 
pymes.
Sexta ronda, negociada en Cartagena de Indias, Colombia
Lugar y fecha Cooperación Industria Compras públicas Reglas de origen Medidas sanitarias y fitosanitarias
Cartagena, 23 al 27 de abril de 
2012.
-El capítulo de 
Cooperación concluyó 
satisfactoriamente, 
generando 
oportunidades para el 
fortalecimiento 
comercial y 
aprovechamiento del 
tratado, lo que 
beneficiará a varios 
sectores de la economía 
nacional, como 
agricultura, pesca y 
acuacultura, silvicultura, 
transporte marítimo, 
tecnologías de la 
información y las 
comunicaciones, energía 
y recursos minerales, 
PYMES, comercio e 
industria, ciencia y 
tecnología, turismo y 
cultura.
-Las partes acordaron 
fortalecer y desarrollar 
la cooperación en 
materia comercial, de 
inversiones y 
tecnología, de lo cual 
podrán sacar provecho 
las industrias de 
autopartes y 
automóviles, 
cosméticos y cuidado 
personal, textiles y 
diseño de modas, 
electricidad y bienes 
conexos, software y 
tecnologías de la 
información, turismo de 
salud y 
electrodomésticos.
-Se concluyó el 
anexo de sectores y 
empresas incluidas, 
para lo cual se 
definió la cobertura 
y el modo de 
aplicación del anexo 
de servicios que 
define las 
condiciones de 
participación de 
potenciales 
licitantes 
colombianos en las 
compras oficiales de 
Corea y viceversa.
-Acuerdos en 
requisitos 
específicos de 
algunos 
productos 
agrícolas como 
las harinas e 
industrias como 
los pigmentos y 
los vehículos. 
También se logró 
concluir la lista 
de productos 
cubiertos por las 
disposiciones 
relacionadas con 
el complejo 
industrial de 
Gaesong.
-Se acordaron las provisiones 
relacionadas con objetivos, ámbito de 
aplicación, derechos y obligaciones, así 
como los temas de evaluación de riesgo 
y la estructura y funciones del comité 
que operará como un canal privilegiado 
para solucionar los aspectos 
relacionados con las medidas sanitarias 
y fitosanitarias de los países.
La Coalición Proindustria
Una vez puesta en marcha la negociación del tratado de libre comercio entre Colombia 
y Corea del Sur, se empezaron a escuchar las voces de protesta frente a la misma. Entre ellas, 
se gestó una coalición particularmente activa. Se trata de la coalición Proindustria, una 
asociación de industriales, empresarios, congresistas, académicos, ONG y comerciantes que 
están en contra de la negociación del tratado y que respaldan sus acciones o posiciones bajo 
las mismas condiciones que han expuesto los detractores del libre comercio con los Estados 
Unidos.
Han sentado posición en relación con la posible destrucción de múltiples empleos en 
los sectores a los cuales pertenecen. Sin embargo, un seguimiento detallado en las áreas 
críticas, podría demostrar que no en todos los sectores están acertando en los argumentos 
expuestos. En lo que el trabajo desarrollará en su segunda etapa, se profundizará en el rol de 
la coalición y en los resultados del seguimiento a sus demandas o peticiones.
Referencias
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Colombia entre la inserción y el aislamiento.La política exterior colombiana en los años 
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Sur: la importancia de los tratados de libre comercio. Medellin, Colombia: Centro de 
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 Skladowska, B. (2007). Los nombres de la patria en la Guerra de Corea, 1951-1953. El 
Ocaso de un Mito. Uniandes, Bogotá.
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