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Biologia de los microorganismos (1609)

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E N F E R M E D A D E S B A C T E R I A N A S Y V Í R I C A S T R A N S M I T I D A S D E P E R S O N A A P E R S O N A 947
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de persona a persona. Ocasionalmente, las infecciones por H. 
pylori también se dan en grupos, lo que sugiere que también es 
posible que se transmita a través de fuentes comunes como los 
alimentos o el agua.
Helicobacter pylori es solo ligeramente invasivo y coloniza la 
superficie de la mucosa gástrica, donde la capa mucosa lo protege 
de los efectos de los ácidos estomacales. Después de la coloniza-
ción, una combinación de factores de virulencia y de respuesta 
del hospedador origina inflamación, destrucción tisular y ulcera-
ción. Productos del patógeno como la citotoxina VacA (una exo-
toxina), la ureasa y una respuesta autoinmune desencadenada 
por lipopolisacárido de H. pylori, contribuyen conjuntamente en 
la destrucción tisular localizada y la ulceración. Los individuos 
que contraen H. pylori tienden a desarrollar infecciones cróni-
cas a menos que sean tratados con antibióticos. El tratamiento 
es tan sencillo como importante, ya que la inflamación gastro-
duodenal crónica (gastritis) debida a una infección por H. pylori 
no tratada, pueden provocar el desarrollo de cánceres gástricos.
Los síntomas clínicos de la infección por H. pylori incluyen 
eructos y dolor estomacal (epigástrico). El diagnóstico defini-
tivo requiere el aislamiento o la observación de H. pylori en la 
biopsia de una úlcera gástrica. Una sencilla prueba diagnóstica 
para la enzima ureasa de H. pylori se emplea para la diagno-
sis no invasiva. Para la prueba, el paciente ingiere una pequeña 
cantidad de urea (H
2
N-CO-NH
2
) marcada con 13C- o 14C-; si 
H. pylori está presente, la bacteria hidrolizará la urea, formando 
CO
2
 marcado y amoniaco. Por este motivo, la presencia de CO
2 
marcado en el aliento del paciente sugiere una elevada probabi-
lidad de infección por H. pylori. 
La mejor evidencia de una relación causal entre H. pylori y 
las úlceras gástricas procede del tratamiento de la enferme-
dad con antibióticos. El tratamiento continuado a base de anti-
ácidos ayuda a aliviar temporalmente los síntomas de la úlcera 
gástrica, pero la mayoría de los pacientes recaen al cabo de un 
año. Sin embargo, al tratar la causa de la enfermedad en vez 
del efecto, se puede conseguir la cura real. La infección por H. 
pylori se trata normalmente con una combinación de fármacos, 
que incluye el compuesto antibacteriano metronidazol, un anti-
biótico como la tetraciclina o la amoxicilina, y un compuesto 
antiácido con bismuto. La administración del tratamiento com-
binado durante 14 días elimina la infección por H. pylori, y pro-
porciona una cura duradera.
Por sus contribuciones a desvelar las conexiones entre H. 
pylori y las úlceras pépticas y duodenales, los científicos aus-
tralianos Robin Warren y Barry Marshall recibieron el premio 
Nobel de Fisiología o Medicina en 2005.
MINIRREVISIÓN
 Describa la infección por Helicobacter pylori y el subsiguiente 
desarrollo de una úlcera.
 ¿Cómo se pueden diagnosticar las úlceras gástricas? ¿Y cómo 
se pueden curar?
29.11 Virus de la hepatitis
La hepatitis es una inflamación del hígado causada normal-
mente por un agente infeccioso. A veces, la hepatitis evoluciona 
a una enfermedad aguda denominada cirrosis, que consiste en 
el tratamiento a emplear, o por el uso de un antibiótico ineficaz, 
puede causar daño tisular generalizado (Figura 29.30b).
La prevención de las infecciones estafilocócicas es virtual-
mente imposible, ya que muchos individuos son portadores 
asintomáticos de S. aureus tanto en la piel como en el tracto 
respiratorio superior (Figura 29.31b). No obstante, la identi-
ficación y el tratamiento o el aislamiento de personal sanita-
rio portador de MRSA que trabaja en unidades de cirugía o de 
neonatología, han ayudado a limitar la transmisión de estas 
cepas tan agresivas. Al igual que sucede con numerosas enfer-
medades transmitidas por contacto directo, la transmisión de 
MRSA puede disminuir significativamente mediante unas bue-
nas prácticas de higiene básica, evitando el contacto con objetos 
personales de otras personas (incluyendo la ropa y las toallas) y 
manteniendo las heridas cubiertas.
MINIRREVISIÓN
 ¿Cuál es el hábitat normal de Staphylococcus aureus? ¿Cómo 
se transmite de persona a persona?
 ¿Qué es el MRSA y por qué es un problema sanitario?
29.10 Helicobacter pylori y las úlceras 
gástricas 
Helicobacter pylori es una bacteria gramnegativa muy móvil y 
con morfología espiral (Figura 29.32) que está asociada a gastritis, 
úlceras y cánceres gástricos. Esta bacteria coloniza la mucosa 
estomacal no secretora de ácido y el tramo superior del intes-
tino. Hasta el 80 % de los pacientes con úlcera gástrica tiene 
infecciones concomitantes por H. pylori, y hasta el 50 % de los 
adultos asintomáticos en países desarrollados están infecta-
dos de forma crónica. Aunque no se conocen reservorios no 
humanos de H. pylori, las infecciones tienen una elevada inci-
dencia dentro de las familias, lo cual sugiere que se transmite 
Figura 29.32 Helicobacter pylori. Micrografía de microscopio
electrónico de barrido coloreada de las células adheridas a la mucosa 
estomacal. Las células miden entre 3 y 5 μm de largo y aproximadamente 
0,5 μm de diámetro. Nótese la presencia de flagelos. 
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