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LA INICIATIVA
ESTADOUNIDENSE PARA LA
REGULACIÓN DE LA
INTELIGENCIA ARTIFICIAL
Noviembre 2023
POLICY
BRIEF
LA INICIATIVA ESTADOUNIDENSE PARA LA REGULACIÓN DE LA
INTELIGENCIA ARTIFICIAL
Cuando ya habíamos asumido como verdad universal que la regulación del mundo
digital era un European affaire a lomos de la vocación europea de rule setter y
pensábamos que iba a ser el Reglamento de IA en trámite en el Parlamento Europa la
primera norma en sentar las bases regulatorias de la IA recibimos el día 30 de octubre,
vía comunicado de prensa de La Casa Blanca, la noticia de que el Presidente de los
EEUU, Joe Biden, ha decidido aprobar una Executive Order en materia de Inteligencia
Artificial.
Antes de entrar en el análisis del contenido de la norma es necesario tener en cuenta
el contexto legislativo de esta disposición:
En primer término, la Executive Order es ‘mutatis mutandis’, simplificando y llevando
la comparación al extremo, el Decreto Ley del que disponen los presidentes de EEUU.
Necesita una norma habilitante y produce efectos inmediatos sin necesidad de la
aprobación del Congreso de los Estados Unidos.
Este hecho mueve a una primera reflexión, la Administración Biden considera que este
es un tema tan urgente que no puede esperar por un proceso legislativo ordinario (y
eso sin tener en cuenta la compleja estabilidad parlamentaria de los EEUU en este
momento, factor que sin duda también ha tenido su importancia).
Un segundo comentario es necesario, ya que pese a ser una norma que no necesita
tránsito parlamentario, lo que hace la Executive Order es, en buena medida, impartir
instrucciones a parte de los Departamentos/Ministerios de la Administración para que
un plazo fijado por la Executive Order, dependiendo de los casos, de un mínimo de 90
días y un máximo de 365 aprueben las disposiciones, planes y acciones establecidos
en la propia Orden y que afecta a los Departamentos más importantes del Gobierno
Americano: Defensa, Sanidad, Energía, Seguridad Nacional, Comercio y Justicia.
En cuanto a su contenido, la Orden Ejecutiva “establece nuevas normas para la
seguridad de la Inteligencia Artificial, protege la privacidad de los estadounidenses,
promueve la equidad y los derechos civiles, defiende a los consumidores y los
trabajadores, promueve la innovación y la competencia, e impulsa el liderazgo
estadounidense en todo el mundo”.
Esta Orden forma parte de la estrategia global de la Administración para la innovación,
y se basa en medidas anteriores de naturaleza bien distinta de manera muy destacada
la labor que condujo a compromisos voluntarios de quince empresas digitales líderes
para impulsar el desarrollo seguro y fiable de la Inteligencia Artificial.
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Los desarrolladores de los sistemas de IA más potentes compartirán los resultados
de sus pruebas de seguridad y otra información crítica con el gobierno federal
estadounidense especialmente cuando supongan un riesgo grave para la seguridad
nacional, la seguridad económica nacional o la salud colectiva. 
Desde este punto de vista supone un giro en la tradicional aproximación light touch de
la regulación americana hacia terrenos de mayor intervención pública sin llegar a
replicar la regulación europea, mucho más intervencionista.
Primera reflexión, urgencia en la regulación de la Inteligencia Artificial un cierto giro en
la filosofía regulatoria, fundada hasta el momento en los códigos de conducta y los
compromisos voluntarios del sector empresarial y recelosa del modelo europeo de
regulación de la Inteligencia Artificial.
Lo primero que llama la atención, frente a la regulación europea, mucho más enfocada
en los riesgos de la Inteligencia Artificial y la necesidad de regular la fenomenológica
de los servicios, es que la Orden tiene una visión más global y holística de los desafíos
de la inteligencia artificial, sus riesgos, pero también sus extraordinarias
oportunidades.
Ocho son los ámbitos en que se desarrolla esta norma:
1.- Nuevas normas para la seguridad de la IA.
2.-Proteger la intimidad de los estadounidenses: sin salvaguardias, la Inteligencia
Artificial puede poner aún más en peligro la privacidad.
3.- Fomento de la equidad y los derechos civiles.
4.-Defendera consumidores, pacientes y estudiantes.
5.- Apoyo a los trabajadores.
6.- Fomento dela innovación y la competencia.
7.- Fomento del liderazgo estadounidense en el extranjero.
8.- Garantizar el uso responsable de la IA por parte de los gobiernos.
En resumen, una visión global y un ambicioso programa que trata de abordar todas las
necesidades regulatorias conjurando los riesgos mayores que recaen sobre los
ciudadanos como pacientes, educandos o consumidores preservando la seguridad, la
innovación y la competencia.
No nos permite la extensión de esta nota entrar en detalle en todos estos aspectos,
pero si mencionar alguna de las iniciativas más relevantes que serán llevadas a la
practica en los próximos meses:
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INTELIGENCIA ARTIFICIAL
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El Departamento de Seguridad Nacional aprobará normas que garanticen la
seguridad y fiabilidad a los sectores de infraestructuras críticas y creará el Consejo
de Seguridad de la Inteligencia Artificial. Los Departamentos de Energía y
Seguridad Interior también abordarán las amenazas de los sistemas de Inteligencia
Artificial para las infraestructuras críticas, así como los riesgos químicos,
biológicos, radiológicos, nucleares y de ciberseguridad. 
Se protegerá a los estadounidenses del fraude y el engaño posibilitados por la
Inteligencia Artificial estableciendo normas y mejores prácticas para detectar
contenidos generados por IA y la autenticación de contenidos oficiales. El
Departamento de Comercio elaborará directrices sobre autenticación de
contenidos y marcas de agua para etiquetar claramente los contenidos generados
por Inteligencia Artificial. 
Se establecerá un programa avanzado de ciberseguridad para desarrollar
herramientas de Inteligencia Artificial que permitan detectar y corregir
vulnerabilidades en sistemas críticos. Aprobar un Memorándum de Seguridad
Nacional que dirija las acciones futuras sobre Inteligencia Artificial y Seguridad.
Para proteger mejor la privacidad de los estadounidenses, incluso de los riesgos
que plantea la Inteligencia Artificial, el Presidente pide al Congreso que apruebe
una legislación bipartidista sobre privacidad de datos para proteger a todos los
estadounidenses, especialmente a los niños, y dirige las siguientes acciones:
Reforzar la investigación y las tecnologías que preservan la privacidad, así como las
herramientas criptográficas que preservan la privacidad de las personas y evaluar
la forma en que los organismos recopilan y utilizan la información disponible
comercialmente -incluida la que obtienen de los intermediarios de datos- y reforzar
las directrices sobre privacidad para que los organismos federales tengan en
cuenta los riesgos de la Inteligencia Artificial. Esto supone una excepción al
principio general de la Executive Order de establecer un programa sin incidencia
legislativa concreta, excepción claramente justificada por la naturaleza
constitucional del derecho a la protección de la intimidad.
Para garantizar que la IA fomente la equidad y los derechos civiles, se deberán
proporcionar orientaciones claras a los suministradores, a los diseñadores de
programas federales de software y a los contratistas federales para evitar que los
algoritmos se utilicen para exacerbar la discriminación.
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Abordar la discriminación algorítmica y perseguir las violaciones de los derechos
civiles relacionadas con la IA. Garantizar la equidad en todo el sistema de justicia
penal mediante el desarrollo de mejores prácticas sobre el uso de la Inteligencia
Artificial en la imposición de penas, la libertad condicional y la libertad vigilada, la
libertad provisional y la detención, laevaluación de riesgos, la vigilancia, la
previsión de delitos, la actuación policial predictiva, y el análisis forense. 
La inteligencia artificial puede aportar ventajas reales a los consumidores, por
ejemplo, mejorando los productos, abaratándolos y haciéndolos más accesibles. 
También se debe fomentar el uso responsable de la IA en la atención sanitaria y el
desarrollo de medicamentos asequibles que salven vidas. 
Dar forma al potencial de la IA para transformar la educación mediante la creación
de recursos que ayuden a los educadores a implantar las herramientas educativas,
como la tutoría personalizada en las escuelas.
Desarrollar principios y mejores prácticas para mitigar los daños y maximizar los
beneficios de la Inteligencia Artificial para los trabajadores, abordando el
desplazamiento a puestos de trabajo, las normas laborales, la equidad, la salud y la
seguridad en el lugar de trabajo, y la recopilación de datos.
Catalizar la investigación sobre IA en todo Estados Unidos a través de un piloto del
Recurso Nacional de Investigación sobre Inteligencia Artificial y ampliación de las
ayudas a la investigación sobre Inteligencia Artificial en ámbitos vitales como la
sanidad y el cambio climático.
Promover un ecosistema de IA justo, abierto y competitivo proporcionando a los
pequeños desarrolladores y empresarios acceso a asistencia técnica y recursos y
promover la aportación de los inmigrantes altamente cualificados con experiencia
en áreas críticas para estudiar, permanecer y trabajar en Estados Unidos mediante
la modernización y racionalización de los criterios de visado, entrevistas y
revisiones.
En el ámbito internacional, ampliar los compromisos bilaterales y multilaterales
para colaborar en la Inteligencia Artificial. El Departamento de Estado, en
colaboración con el Departamento de Comercio, liderará un esfuerzo para
establecer marcos internacionales sólidos para aprovechar los beneficios de la IA y
gestionar sus riesgos y garantizar la seguridad. 
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Promover el desarrollo y despliegue seguros, responsables y respetuosos con los
derechos de la inteligencia artificial en el extranjero para resolver los retos
mundiales, como el avance del desarrollo sostenible y la mitigación de los peligros
para las infraestructuras críticas.
Publicar directrices para el uso de la Inteligencia Artificial por parte del Sector
Publico, incluyendo normas claras para proteger los derechos de las personas y su
seguridad, mejorar la contratación de IA y reforzar su despliegue.
Ayudar a las agencias a adquirir productos y servicios específicos de IA de forma
más rápida, barata y eficaz mediante una contratación más rápida y eficiente.
Acelerar la rápida contratación de profesionales de la IA como parte de un
aumento del talento en IA en todo el gobierno dirigido por la Oficina de Gestión de
Personal, el Servicio Digital de Estados Unidos. Los organismos públicos ofrecerán
formación en Inteligencia Artificial a empleados de todos los niveles en los campos
adecuados.
Los EEUU han decidido acelerar en la regulación de la Inteligencia Artificial,
haciendo frente a una demanda de la Opinión Pública y algunos sectores
empresariales, incluyendo las empresas tecnológicas, que venían reclamando la
necesidad de que por parte de la Administración se establecieran reglas que
permitieran el desarrollo de la Inteligencia Artificial, pero a la vez hicieran frente a
sus riesgos.
Frente a la regulación europea que se plasmara en el Reglamento de Inteligencia
Artificial, que se basa en la pirámide de los servicios (prohibidos, regulados,
notificados y permitidos), EEUU opta por un modelo que abraza todas las facetas
de la Inteligencia Artificial, sus riesgos, pero también sus oportunidades.
Esta normativa no puede desligarse del carácter estratégico que tiene la
Inteligencia Artificial y la pugna con China por su dominio. EEUU ha llegado a la
conclusión, por una parte, de que una nueva regulación es urgente y por la otra que
era necesario un giro en la política regulatoria digital en coherencia con los cambios
que ha experimentado el tratamiento de la economía digital en América, tanto
desde el punto de vista regulatorio como muy especialmente desde la política
competencia tanto en el Departamento de Justicia como en la FCC.
Para tener un conocimiento cabal del proceso antes que la Executive Order de
comienzo es necesario esperar un tiempo a su ejecución, pero ya podemos decir varias
cosas:
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Un último efecto de esta norma es que, una vez que esté aprobado el reglamento de
Inteligencia Artificial en Europa facilitará una tarea ineludible y necesaria
geopolíticamente: la determinación de unas reglas comunes de Europa y Estados
Unidos en la regulación y desarrollo de la Inteligencia Artificial que mantenga el
siempre difícil equilibrio entre la innovación y la necesidad de afrontar los riesgos que
la Inteligencia Artificial entraña para las sociedades y sobre todo para los individuos.
En este sentido la reciente cumbre sobre Seguridad de la Inteligencia Artificial en el
Reino Unido, así como las actividades de las Naciones Unidas tienen un papel
fundamental, pero no debemos olvidar los límites de la cooperación internacional que
exigen una colaboración estrecha entre EEUU y Europa en la promoción de un régimen
regulatorio de la Inteligencia Artificial que responda a los valores de las Sociedades
Democráticas y el respeto a los derechos de los ciudadanos.
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