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Gramma, Año XXIX, 60 (2018)
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Estrella de la mañana de Jacobo Fijman... (126-140)
EstrElla dE la mañaNa DE jACOBO fIjMAN
ENTRE LA VANgUARDIA y LA ESCRITURA1
Tomás Vera Barros*
Resumen: El texto de Jacobo Fijman Estrella de la mañana (1931) suele ser caracteri-
zado, por su estilo retórico y por su composición morfológica, sintáctica, fonológica 
y semántica, como un texto obsesivo, maníaco, o bien como el discurso atormentado 
de un místico.
Sin embargo, los procedimientos de Estrella… también pueden vincularse a los de 
las vanguardias históricas, la multiplicación y automatismo, por ejemplo, y a la poética 
hebrea antigua (paralelismos, repeticiones y reduplicaciones). ¿Son claves de lectura 
válidas y excluyentes? ¿Fijman está utilizando procedimientos de las vanguardias en un 
medio agresivamente católico o está reelaborando la poética hebrea oral antigua? La 
cualidad experimental de la poética fijmaniana reside, proponemos en este texto, en la 
encrucijada de estos registros, lenguajes, géneros y tradiciones.
Estrella de la mañana es una fuga hacia las fuentes (hebreas antiguas y místicas 
cristianas) que Jacobo Fijman emprende no para refugiarse en ellas, sino para rein-
ventarlas. Fijman estaba escribiendo con procedimientos del Antiguo Testamento en 
pleno auge de las vanguardias tensionando la tradición más remota y la “novedad” más 
reciente en un contexto histórico de conservadurismo político, social y religioso. 
Palabras Clave: Poesía Argentina; Jacobo Fijman; Vanguardia; Experimentación; Poe-
sía Hebrea.
Abstract: Jacobo Fijman’s Estrella de la mañana (1931) is usually characterized (due to its 
* Doctor en Letras por la Universidad Nacional de Córdoba. Docente de literatura argentina contemporánea 
en la Universidad Nacional de La Rioja, Argentina. Correo electrónico: tomasverabarros@gmail.com.
Fecha de recepción: 26-09-17. Fecha de aceptación: 28-04-18.
Gramma, XXIX, 60 (2018), pp. 126-140.
© Universidad del Salvador. Facultad de Filosofía, Letras y Estudios Orientales. Área de Letras del Instituto 
de Investigación de Filosofía, Letras y Estudios Orientales. ISSN 1850-0161. 
1. El presente trabajo es una síntesis del capítulo “Estrella de la mañana, de Jacobo Fijman” de la tesis 
de doctorado del autor, publicada bajo el título de La constelación experimental. Estéticas y poéticas en la 
poesía argentina del siglo XX: Jacobo Fijman, Oliverio Girondo, Alejandra Pizarnik, Leónidas Lamborghini 
(Universidad Nacional de Córdoba, 2015).
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rhetorics and morphological, syntactic, phonological and semantic composition) as an obsessive, manic 
text, or as the tormented discourse of a mystic.
However, Estrella’s procedures can also be linked to those of the historical avant-
garde movements, such as multiplication and automatism, and to ancient Hebrew poetics 
(parallelisms, repetitions and reduplications). Are any of these valid and exclusive ways of 
reading it? Is Fijman using avant-garde procedures in an aggressively Catholic medium or 
is he rewriting ancient oral Hebrew poetry? The experimental quality of Fijmanian poetics 
resides, we propose in this text, at the crossroads of these registers, languages, genres, and 
traditions.
Estrella de la mañana is a journey to the sources (ancient Hebrews and Christian 
mystics) that Jacobo Fijman undertakes not to take refuge in, but to reinvent them. Fijman 
was writing with procedures of the Old Testament in full swing of the avant-garde, stressing 
the most remote tradition and the most recent “novelty” in a historical context of political, 
social and religious conservadurism.
Key words: Argentine Poetry; Jacobo Fijman; Avant-Garde; Experimentation; Hebrew 
Poetry.
COMENTARIOS PRELIMINARES
El texto de Jacobo Fijman (JF) Estrella de la mañana (EMÑ) (Buenos Aires, Editorial 
Número, 1931) bien puede ser caracterizado, por su estilo retórico y por su composi-
ción morfológica, sintáctica, fonológica y semántica, como un texto obsesivo, maníaco:
XXII
Llantos de los corderos en la mañana,
llantos de los corderos,
rocío para los dedos de mi mano, mano de mi oración;
llantos en las palabras en mi boca, boca de mi oración.
Llantos de los corderos en la mañana;
mañana sobre todo mi cuerpo, sobre toda mi alma,
sobre los ojos en el ojo de mi oración.
Mañana de los corderos y los llantos en la mañana (2005, p. 161).
Sus poemas pueden ser entendidos también como obras polifónicas: cantos2 en 
canon, en coro. Y el yo lírico de EMÑ se escucha como un yo duplicado; una primera 
2. En EMÑ se ha notado la presencia del canto coral, pero configurando el fondo más que la forma: EMÑ 
“está cerca del canto, en él se aúnan el júbilo, el espanto y un sentimiento de revelaciones” (Arancet Ruda, 
2001, p. 13). 
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persona que dice dos veces lo mismo, a veces como reduplicación, otras como correc-
ción o ampliación. ¿Una voz habitada? 
No hemos buscado un diagnóstico del sujeto (enunciador e histórico) desde el psi-
coanálisis o la psiquiatría (habitual en la crítica sobre Fijman); más bien, estas analogías 
crítico-clínicas las entendemos sugeridas por sus estrategias poéticas sobresalientes. 
Estas estrategias —debidamente controladas en lo epistemológico— contribuirán 
a centrar el análisis sobre la obra de JF y, por ende, a rescatarla de los diagnósticos 
pseudo-literarios centrados en el sujeto enfermo, cuya esquizofrenia ha despertado una 
curiosidad condescendiente y ha permitido el desarrollo de juicios sin fundamentación 
en lo estético. 
Por ello, corresponde deslindar los procedimientos y recursos poéticos que distin-
guen a EMÑ: principalmente, el procedimiento de la duplicación en los planos semán-
tico, sintáctico y fónico; a saber, el bucle3 y los paralelismos (isocolon), los comentarios 
y ampliaciones, la reiteración de sustantivos-símbolos (reduplicación, geminación, 
epífora, epímone), los estribillos y aliteraciones (eufonía, parómeon y tautograma), y, 
finalmente, la variación, repetición y saturación semántica. Hemos sistematizado esta 
serie de recursos en “metafiguras de experimentación” (cfr. Vera Barros, 2015): particu-
larmente, “de repetición” (cacofonía/eufonía, parómeon, tautograma).
BREVÍSIMA BIOgRAfÍA
La romántica biografía de Jacobo Fijman (un poeta maldito ejemplar) ha condicionado 
y perjudicado la interpretación de su obra sobre la base de dos ejes fundamentalmente: 
la locura y la mística religiosa (Bajarlía, 1992; Zito Lema, 1986; y Fernández, 1986; 
entre otros). Evitando su determinación temática, estas dos líneas proporcionan, sin 
embargo, instrucciones de lectura que seguiremos para la reconstrucción de su matriz 
compositiva (es decir, lo clínico y lo religioso como factores vinculados a procedimien-
tos estéticos). 
Jacobo Fijman fue un marginal por distintas circunstancias: su familia, de origen 
judío, emigró de Besarabia a la Argentina a principios del siglo XX, probablemente 
huyendo de los pogromos. Cuando se convirtió al catolicismo en 1930, además de 
dejar de pertenecer a la colectividad y a la fe judía, no fue del todo aceptado entre los 
cristianos: se trataba de un converso. Socialmente también debe de haber sufrido de 
estigmas: el grupo Martín Fierro fundaba su legitimidad en las añejas raíces nacionales. 
Además, fue autodidacta, ejerció oficios sin suerte, fue músico ambulante (errancia di-
3. En programación, un bucle o loop es la repetición de una sentencia en un segmento del código. Esta 
metáfora nos sirve para representar intensas repeticiones, paralelismos, isocolona en tiradas de más de 3 o 4 
versos, con una fuerte sobrecarga semántica hacia la anulación por saturación, con una búsqueda de armonía 
por suma de eufonías.
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ferente del cosmopolitismo juvenil de los martinfierristas). Pero también fue marcado 
por el desequilibrio mental, cuyo primer episodio data de 1920-1921, seisaños antes 
de la publicación de su primer libro, Molino Rojo (1926). Fue diagnosticado, recién 
en 1942, con “síndrome confusional o psicosis distímica confusional” (Arancet Ruda, 
2001, p. 9). 
CONTExTOS DE PRODUCCIóN: SOCIEDAD, POLÍTICA y RELIgIóN
El poemario EMÑ fue publicado en un momento crucial de la historia argentina del 
siglo XX: el inicio de la década del 30, o la Década Infame. Si restamos su condición 
heteronómica, podemos considerar cómo esta obra pone en discurso los síntomas 
de la época, lo que intervino de algún modo en la conversión de JF al catolicismo y 
en la tematización religiosa de su poesía. Los indicios más destacados de ese enclave 
histórico son: a) la restauración católica4, b) el mesianismo político alentado por y 
encarnado en el personalismo de Yrigoyen, c) la refundación de la identidad nacio-
nal5 argentina como católica y conservadora (antes laica y liberal), y d) la fuerte y 
pronunciada crisis iniciada en el año 29, que afectó a todos los ámbitos de la activi-
dad social y se expandió hacia todos los países atados económicamente a los centros 
globales del capitalismo (Estados Unidos e Inglaterra), y que en la Argentina se hizo 
patente con la debacle institucional iniciada con el golpe de José Félix Uriburu (8 de 
setiembre de 1930) y continuada con las prácticas autoritarias (filofascista, clerical, 
sometida en lo económico y autoritaria en lo político6) del gobierno de Justo-Roca 
(h) (1932-1938).
Sumariamente, este renacimiento católico de los años 30, condición social y cultural 
de producción de los poemas de EMÑ, obedece a una serie de factores y genera una 
serie condiciones que desagregaremos a continuación7: 
4. La restauración del poder de la Iglesia en la Argentina —agostado por las batallas perdidas de Sarmiento 
en adelante— se exhibió en el 32.º Congreso Eucarístico Internacional (1934), demostración de fuerza 
convocante que selló la alianza con el Ejército y el nacionalismo. Las turbulencias generadas por la Iglesia 
en las décadas del 20 y 30 debido a sus rivalidades internas y a los conflictos de esta —del nivel papal 
hacia abajo— con el poder político argentino repercutieron variada y ampliamente en la sociedad de la 
época. Otro factor determinante fue la creación de la Acción Católica, acompañada por un brote antisemita, 
testificado en la edición de Los protocolos de los sabios de Sión, en 1923, y en la masividad y penetración en 
las instituciones escolares de la obra de Hugo Wast (Gustavo Adolfo Martínez Subiría), prolífico novelista 
conservador (con algunas obras de contenidos antisemitas), vinculado a la Acción Católica.
5. Cfr. Mudrovcic, 2007, p. 221.
6. Cfr. Mudrovcic: De la Torre “había denunciado fraude electoral, había atacado la inmoralidad económica 
de una élite pronta a sellar la dependencia colonial del país, había impugnado las prácticas represivas de 
un estado policíaco que aspiraba a ejercer el monopolio del terror y de la opinión pública” (2007, p. 213).
7. La restauración del poder la Iglesia se logró tras un conflictivo e inestable panorama. De acuerdo con 
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• La primera edición argentina de Los Protocolos de los sabios de Sion (1923), 
respaldada por el Episcopado (cfr. Verbitsky, 2007).
• La expansión o resurgimiento político del Vaticano (alianza con Musolini y 
Hitler), acercamiento al Ejército en Argentina: a fines de la década del 20, la 
Iglesia recupera poder de la mano de los fascismos europeos, y emprende una 
nueva forma de construir poder por fuera de los partidos políticos.
• Un fuerte conservadurismo católico en escritores de gran popularidad: Ma-
nuel Gálvez y Hugo Wast. Los militantes laicos también irían acomodándose 
en la escena política: “La Acción Católica y el clero castrense serán las bases del 
renacimiento eclesiástico en la Argentina” (Verbitsky, 2007, p. 109), a lo que 
hay que agregar la influencia de los Cursos de Cultura Católica (iniciados en 
1922) y la fundación en el año 28 de la revista Criterio. 
• La Iglesia y la inmigración: en el año 31, se fustigó a la inmigración “por haber 
permitido el arribo de ideologías extrañas a la nacionalidad católica” (Verbitsky, 
2007, p. 121). Esto respondía al contexto de antisemitismo internacional.
• El segundo gobierno de Yrigoyen (1928-1930) fue duramente criticado por 
la Iglesia, que fogoneó a oficiales descontentos que terminarían derrocando al 
caudillo radical8.
Este reacomodamiento de la Iglesia condicionó y traumatizó a EMÑ (“Cada 
cristiano debía ser un soldado”, [Verbitsky, 2007, p. 110]), y de ello surgen 
innegables resonancias y preguntas respecto de la conversión de Fijman y del 
supuesto mesianismo que lo alentaba. En este sentido, proponemos que su si-
tuación psíquica, junto con el misticismo, encontró en los síntomas de la época 
un punto de identificación con el ser católico.
las investigaciones de Horacio Verbitsky (2007, pp. 81 y ss.), en la década del 20 hubo una fuerte tensión 
entre el Vaticano y el poder político argentino respecto de la potestad para la designación de las autoridades 
eclesiásticas. Marcelo T. de Alvear quiso nombrar a Miguel de Andrea como arzobispo de Buenos Aires, 
pero el Vaticano se resistió y, después de una puja muy fuerte, terminó venciendo el Vaticano. La resistencia 
se debía al trasfondo de trabajo social de De Andrea, un actor clave cuyo trabajo consistía en definitiva, y 
esto no fue entendido por las jerarquías, en desactivar la influencia del anarquismo, socialismo, sobre las 
franjas populares proletarias, acercando a los obreros a la Iglesia a través de su obra social. En el año 27 
M. T. de Alvear pidió infructuosamente al Vaticano la realización del Congreso Eucarístico del año 30 
en Buenos Aires (buscaba restablecer las relaciones con la iglesia e instalar a la Argentina como un Estado 
contrarrevolucionario latinoamericano —mientras que en México, por ejemplo, se estaba prácticamente 
expulsando a la Iglesia—). Una semana antes de entregar el poder a Justo, Uriburu le dio más poder aún a la 
iglesia previendo en la ley de presupuesto la creación de arzobispados, obispados y vicariatos.
8. “Bautizado en 1930, el Partido Militar contó con la bendición episcopal para derrocar a Yrigoyen. El 
primer golpe del siglo XX se produjo el 6 de setiembre, el 8 Pío XI lo celebró […] declarando a la Virgen de 
Luján patrona celestial de la Argentina ante Dios” (Verbitsky, 2007, p. 107).
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REVELACIONES
La estética paralelística, repetitiva, duplicativa de EMÑ tiene sus orígenes tanto en el 
nonsense vanguardista que le era contemporáneo como en una zona poética lejana: la 
poesía hebrea antigua. 
Pero son las valoraciones místicas y metafísicas las que han teñido los juicios sobre 
la obra de JF, leída dominantemente desde la dimensión temática de la religión o de 
la indagación ontológica. De hecho, gran parte del trabajo de Arancet Ruda (2001) 
(el más extenso antecedente monográfico conocido) se ocupa de la religión (y de la 
precitada locura) en la obra de JF9. 
Pero también hay un aspecto desatendido por la crítica, que es la vinculación de lo 
escatológico con lo político: el título “Estrella de la mañana” es una alusión a la Virgen 
María (la stella matutina y stella maris) y al apocalipsis de San Juan, especialmente por 
su epígrafe: et dabo illi stella matutinam, versículo de Ap 2, 28 (desarrollaremos este 
aspecto paratextual más abajo). Tomamos una declaración de Fijman que, a nuestro 
juicio, abre una línea de lectura inédita: “El libro (EMÑ) corresponde a la época más 
oscura que he conocido en este país. La gente era perseguida de la manera prevista 
por el Apocalipsis” (citado por Iglesias, 2010, p. 15). Lo dicho impulsa a restaurar la 
dimensión heteronómica de la obra, restringida por las lecturas referidas, y a tomar 
la dimensión religiosa como un aspecto de la coyuntura histórica en el universo de 
la obra. Con ello,se la libera del delirio místico, del que la crítica ha echado mano 
innumerables veces, y que recluyó a su autor —desde la patología— en una autono-
mía idealizante, romántica, que niega al texto como obra de arte su valor e incidencia 
referencial.
También se ha considerado a Fijman un iluminado, un ser trascendente que supo 
prescindir de su contexto artístico y cultural, y esa valoración, ya estereotipada, ignora 
que el poeta no puede prescindir de su lengua, y del trabajo con esa lengua. Miembro 
de la generación de 1922, Fijman inició su recorrido artístico alrededor de la vanguar-
dia martinfierrista, fue apoyado por Oliverio Girondo (este le costeó al menos un viaje 
a Europa) y estuvo estrechamente relacionado con Leopoldo Marechal. A la vuelta 
de su viaje al Viejo Continente, desencantado de las personalidades10 (con las que se 
codeó) y la estética surrealistas (al influjo de la que escribió Molino rojo), se acercó al 
grupo nucleado alrededor de la revista cristiana Número, en la que publicaban escrito-
res como Marechal, Gálvez y Bernárdez, entre otros (deslumbrado “ante el esplendor 
9. En Fijman se encuentran tres temas: “soledad, locura y religiosidad. Después de haber observado la obra 
con detenimiento, decidimos abordarla desde el último de ellos […] [por las] relaciones intertextuales con 
la obra de los grandes poetas místicos” (Arancet Ruda, 2001, p. 68). 
10. Los surrealistas franceses “son auténticos poetas, pero blasfemos y satánicos”. Se distancia luego del 
grupo Martín Fierro porque los considera “vanidosos” (cit. por Fernández, 1986, p. 16).
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de la fe cristiana ansiaba traducirse en objetos artísticos”, [Bernárdez, 1971, p. 79]). 
Más que prescindir de sus contextos, supo cambiar de estética de referencia —de la 
vanguardia a la poesía mística11— y desplazarse en el campo literario, del centro (mar-
tinfierrismo) a la periferia (con los escritores católicos de Número, luego de Criterio). 
“Su visión, un canto de profecía”, “la revelación, la angelical tesitura…” (Fernán-
dez, 1986, p. 10): valoraciones como estas han dominado la lectura de su obra poética 
y han descentrado o demorado el análisis de la materia verbal. JF es leído casi como 
un revelador. Ruth Fernández reconoce herencias y trazos ultraístas y surrealistas en la 
poética fijmaniana general, pero se concentra especialmente en la genealogía mística, 
bíblica, en la patología psíquica, en las afiliaciones escolásticas y aristotélicas, en los 
gestos modernos de desprecio por el presente y el mundo. 
En EMÑ el poeta se encontraría con la gracia: “el poeta de EMÑ es la serenidad; ese 
período de total entrega y misticismo sin velos, donde las complejidades se suprimen 
porque se ha llegado al ayuno espiritual. Su leitmotiv es Dios, principio y fin de la 
jornada” (Fernández, 1986, p. 37). Esta lectura netamente temática, aparentemente se 
interesa por “el lenguaje [que] se cristaliza, se doblega ante una eternidad y una infini-
tud que lo puebla y lo trasplanta” (Fernández, 1986, p. 39, énfasis agregados). 
Proponemos que el aspecto religioso presenta dos lecturas: por un lado, el tra-
dicional, como fondo temático dominante; y por otro, como poética, siguiendo el 
modelo del Antiguo Testamento. Para la crítica, el lenguaje de EMÑ en su dimen-
sión semántica está cargado de simbolismos cristianos y judíos, pero se ha ignorado 
sistemáticamente el análisis de la obra de JF a partir de las matrices poetológicas de 
la poesía hebrea antigua, originalmente recitada y posteriormente transcripta, de allí 
sus repeticiones, paralelismos y enumeraciones. Por ejemplo, Fernández propone la 
siguiente genealogía: los paralelismos y enumeraciones, a la manera de Ben Gabirol 
o del himno de Argirio, estarían vinculados con Paul Claudel, quien introdujo “esta 
innovación revolucionaria” en la poesía moderna al usar versículos rítmicos, rimados o 
no, a semejanza de la Biblia; utiliza el “recitativo tradicional de los hebreos, tan común 
en el AT, luego tomado por los discípulos cristianos. Son el calco de los traductores 
griegos sobre el arameo primigenio. De allí provienen los esquemas rítmicos de las 
traducciones bíblicas” (1986, p. 42). Si bien es indiscutible la vinculación de EMÑ 
con las Escrituras y con la tradición de místicos cristianos, señalamos que Fernández 
no exhibe análisis ni pruebas textuales o bibliográficas que justifiquen sus hipótesis y 
conclusiones, tales como: EMÑ es un poemario “litúrgico, musical y matemático”: “la 
armonía asciende en actitud gótica”; la medición de EMÑ sigue la del latín eclesiásti-
11. JF se desplaza y se encaja en la tradición literaria de los místicos españoles: San Juan y Santa Teresa 
(Arancet Ruda, 2001, pp. 193 y ss.) o más ampliamente en la mística occidental desde Dionisio Areopagita 
en adelante (Bajarlía, 1992).
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co; “lo armónico de las repeticiones, las largas lamentaciones le otorgan la calidad de 
himnos”; “hay reminiscencias del Cantar de los cantares” (Fernández, 1986, p. 43). Una 
afirmación como la siguiente: “Fijman, pese a expresarse sin artificios […] busca en la 
reiteración su único leitmotiv: la muerte del hombre en Cristo y por Cristo” significa 
la claudicación del análisis literario. 
Señalamos que hay al menos dos hitos biográficos que podemos desprender de la 
vida de Fijman que permiten esclarecer algunas opciones estratégicas del poeta. Para 
ello, las notas de Arias (2005) nos aportan datos importantes. Por un lado, el hecho 
de que al regreso de su primer viaje a Europa del año 27 comienza a vincularse con 
escritores católicos y a desvincularse de la estética de su obra anterior. Viraje que pode-
mos atribuir a su desencanto del surrealismo12. Por otra parte, el bautismo de Fijman 
explica el sentido y el fervor cristiano de Estrella de mañana: Fijman se convirtió al 
catolicismo el 7 de abril de 1930; en noviembre del mismo año se publican algunos 
poemas en la revista Número y en noviembre de 1931 el libro completo en la editorial 
del mismo nombre. Estas dos instancias, el desencanto de la vanguardia y la estrategia 
de alianza con los escritores cristianos, pueden entenderse como factores contextuales 
relevantes para su poética, que desactivan la revelación y/o el brote esquizofrénico 
como fundamentos.
EL MODELO BÍBLICO
Por su origen y destino de recitación oral, en la poesía bíblica13 domina el plano fónico, 
que combina y distribuye los elementos del plano del significado. Los procedimientos 
más utilizados en ellos son la aliteración, la rima (asonante y consonante) y el sonido 
dominante (o motivo sonoro); y sus figuras y recursos son la onomatopeya, la metáfora 
sonora, la paronomasia y la eufonía, que, a su vez, están subordinadas al plano del 
ritmo (cfr. Schökel, 1987). Uno de los procedimientos fundamentales de la repetición 
sonora (recurso prominente en EMÑ) es la expresión binaria, binomio verbal o gemi-
nación, en la que se repiten elementos fónicos de manera duplicada. Es un recurso de 
la familia de la reduplicación que funde dos unidades en un solo sonido sin anular su 
independencia e identidad semántica. Puede darse como un binomio de palabras o 
frases paralelas, dando lugar, a su vez, a correspondencias y sugerencias sonoras. 
Las formas de la repetición sonora son la aliteración, la rima, el quiasmo (inversión 
de sonidos), la asonancia y el sonido dominante. Los recursos fónicos pueden tener 
12. Es legendario el relato de su (des)encuentro con André Breton (Bajarlía, 1992, p. 28).
13. Para incorporar las fuentes hebreas (como poética y no como fuente de tópicos) a la reconstrucción de 
la poética de EMÑ, cfr. Schökel, 1987; Trenchard, 1972. 
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una función descriptiva, como la onomatopeya y la metáfora sonora14, pero también 
apuntan a juegos de palabras y a la paronomasia.Respecto del ritmo, el verso de tres 
acentos /cesura / tres acentos (3+3) es el más común en la poesía hebrea, aunque también 
se puede encontrar con frecuencia el de 3+2. Son de uso ordinario los tipos yambo 
(oó) y anapesto (oóo). Respecto de la estrofa, no es común en la poesía hebrea, aunque 
algunas tiradas se pueden considerar estrofas por el uso de estribillos (salmos 42, 43, 
46, entre tantos otros). Respecto de los paralelismos, Trenchard (1972) detalla distin-
tos tipos: 
• el paralelismo análogo o sinónimo, cuando un segundo verso repite concep-
tos del primero;
• el paralelismo contrastado o antitético;
• el paralelismo sintético o acumulativo, cuando cada verso añade algo al pre-
cedente.
A partir de este modelo general y con el objetivo de trazar una comparación poeto-
lógica entre EMÑ y las Escrituras, en La constelación experimental (Vera Barros, 2015) 
analizamos los procedimientos verbales de los libros llamados Poéticos y Sapienciales 
del Antiguo Testamento para identificar, mediante analogías procedimentales, para-
lelismos, reduplicaciones —fónicas, léxicas, conceptuales—, estribillos, aliteraciones, 
símbolos, alegorías y metáforas de EMÑ. Citamos un caso y remitimos a Vera Barros 
(2015) para un mayor desarrollo15. El Cantar de los cantares presenta un coro que bien 
puede asociarse a un coro no marcado gráficamente en EMÑ (lo que sostiene el sentido 
de la dominante de la repetición como una suma de voces). Las reduplicaciones y rei-
teraciones, entonces, son enunciados por diferentes voces en un contrapunto o canon 
—hipótesis que se sustenta también en las relaciones que el mismo Fijman establece 
en sus declaraciones entre su escritura poética y la música laica y sagrada16—. Hay en 
este texto bíblico una serie de figuras e imágenes —el correr de la gacela o del cervati-
llo, la suavidad del vino, entre otras—, y numerosas duplicaciones y paralelismos, de 
distintos órdenes. También hay recurrencia a elementos y símbolos, como la paloma, 
la manzana, el lirio, las cabras… Son notables la austeridad semántica —por redu-
plicaciones y reiteraciones— y el ritmo logrado por los paralelismos. Juegan un papel 
14. Imitación de sensaciones de otros sentidos con medios sonoros.
15. Sumariamente, recorriendo el AT, se pueden encontrar numerosos ecos recogidos por EMÑ, en Crónicas 
1: 382, Crónicas 2: 410, oración de Salomón; Esdras: 444, Nehemías: 455, Isaías: 17, 12: paralelismo 
análogo o sinónimo; 24, 18-20: reduplicación (la tierra) y paralelismo sintético, entre otros.
16. Vicente Zito Lema le pregunta cómo se relaciona la música con su poesía: “Especialmente en la medida. 
Mi poesía está totalmente medida, y de una manera que la acerca a lo musical” (1986, s/n.).
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importante, a su vez, las duplicaciones como cuasi-estribillos. Un inventario somero 
nos da en el haber la presencia de paralelismos sintácticos y conceptuales; duplicación 
léxica, sintagmática, estrófica; simetrías; estribillos (3, 2-3); también hay presencia de 
numerosas metáforas y símbolos, como: el vino y las viñas, palomas y cabras, rosa y 
lirio, manzanas y granadas, ciervos y gacelas, zorras y viñas, el panal y la miel, la leche.
También podemos señalar relaciones estilísticas y temáticas de EMÑ con el “Cánti-
co espiritual” de San Juan de la Cruz: paralelismos, reiteraciones (de notable similitud 
con EMÑ: vv. 166-170)17 y motivos (paloma, ciervo, oro, leones, vino, zorra, flores, 
granada), entre otros.
No especificado en Schökel (1987) como componente de la poética hebrea antigua, 
tal vez por estar asociado tradicionalmente a las construcciones paralelísticas, la redupli-
cación tiene importancia en la poética fijmaniana. La reduplicación (o geminación, o 
epixeuze) es una figura de construcción del discurso que consiste en la repetición de una 
expresión en el interior de un mismo verso o sintagma. Se trata de un procedimiento de 
proximidad o de contacto. Como afecta al plano morfosintáctico, es una metataxa18 por 
adición repetitiva, que puede darse en distintas posiciones del verso/sintagma, y pueden 
ser tanto la reiteración de una misma palabra como una fórmula rimada. 
Cabe asimismo la siguiente consideración: los poemas de Fijman pueden ser también 
himnos. El himno religioso es un tipo de canto que expresa alabanza, exaltación o ado-
ración a Dios, que se homologa o es coincidente con la temática de EMÑ. En principio, 
el himno fue una forma cantada por coros —lo que refuerza nuestra hipótesis de un yo 
lírico coral—: en los himnos una voz cantaba y otra voz repetía en algunos intervalos 
un dístico o refrán19; un canto de creyentes en Dios que expresaba alegría y celebración. 
En consecuencia, si convenimos que el modelo de EMÑ es una serie de libros del 
Antiguo Testamento y obras de la mística cristiana española, luego sus procedimientos 
son más propios de la tradición religiosa judeocristiana que patrimonio de la vanguar-
dia. Una hipótesis que podemos anticipar es que su poesía se desplaza cronológicamen-
te hacia una neovanguardia, pero reinstalándose en una poética bíblica (un poco como 
el Angelus Novus benjaminiano); desencantado del surrealismo, escribe alojado en la 
poesía hebrea antigua desde el siglo XX.
PARATExTOS
17. “En soledad vivía, / y en soledad ha puesto ya su nido, / y en soledad la guía / a solas su querido, / también 
en soledad de amor herido” (San Juan de la Cruz, 1997, p. 15).
18. Figura de construcción que afecta a la forma de la frase.
19. Como puede verse en Seperthellium de Estras (Libros de las alabanzas) y en los himnos de San Ambrosio 
(cfr. Martínez Gázquez, 2006; Bergier, 1846).
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Estrella de la mañana de Jacobo Fijman... (126-140)
Un área de vacancia en la crítica de JF es la dimensión paratextual de Estrella de la 
mañana. La paratextualidad atestigua una clave de lectura pertinente para la recons-
trucción de su poética, como es la vinculación con el Nuevo Testamento a través de la 
figura de la Virgen y de las cartas de San Juan. 
La contextualización del título y del epígrafe que acompañan al poema nos lleva a 
establecer nuevas relaciones con las fuentes religiosas que sortean el sesgo mi(s)tificante.
El título “estrella de la mañana” (stellam matutinam) es una de las denominaciones 
metafóricas de la Virgen María, también llamada Stella Maris (estrella del mar). Es de 
la mañana porque es la última luz que se ve en el firmamento antes de la aparición del 
sol/Cristo. Es también el lucero, guía de los caminantes hacia Cristo.
A la Virgen se la nombra como estrella por ser escogida por Dios para ser su madre, 
la llena de gracia. Las estrellas fueron siempre puntos de referencia y guías para llegar a 
destino seguro. María, entonces, es la guía para llegar a buen puerto.
Los carmelitas y muchos escritores antiguos la llamaron Stella Maris: “María es la es-
trella del mar a la que debemos seguir con nuestra fe y comportamiento mientras damos 
tumbos en el mar proceloso de la vida. Ella nos iluminará para creer en Cristo nacido de 
ella para la salvación del mundo” (Pascasio Radberto, siglo IX [citado en Martí Ballestar]).
La estrella de la mañana es la estrella más brillante que permanece en el alba. Es 
la que anuncia el nuevo día. María anuncia la llegada del sol/Señor. En las letanías 
laurentanas (alabanzas a María), abundan los paralelismos sintácticos, la anáfora y la 
enumeración, como en EMÑ y en el AT.
Francisco Luis Bernárdez, cercano a Fijman en el contexto de los años 30, dice que 
EMÑ es “uno de los más limpios requiebros mariológicos” (1971, p. 79). El requiebro 
es una expresión de admiración hacia la mujer, y la devoción cristiana está llena de estas 
alabanzas o letanías. Pero también “requiebro” significa “advocación a la Virgen”. Esto 
sugiere que el texto EMÑ sería, para los escritores cristianos, ni más ni menos que una 
advocación: hasta allí llegaría su función estética, vale decir, en EMÑ predominaría su 
condiciónde texto religioso o votivo.
Por otra parte, el epígrafe “Et dabo illi stellam matutinam” proviene del Apocalipsis 
de San Juan (AP, 2: 28 [Reyna-Valera]), y se traduce como “y daré a aquél la estrella 
matutina” o “y le daré la estrella de la mañana”. En el AP, la estrella es el ángel. 
En una de las “Cartas a las siete iglesias”, se puede reconstruir el contexto de la 
cita20. En “El mensaje a Tiatira” (la iglesia del Dominio o el triunfo), versículo 28 de 
AP, 2, Juan dice la palabra de Dios: “Y le daré la estrella de la mañana”. Este versículo 
aislado evidencia una elipsis que necesita ser aclarada. A partir de pasaje del que JF 
20. Las siete cartas o mensajes también es modelo de EMÑ: ver a Dios es el don al Vencedor, expresado 
de 7 formas diferentes en 7 mensajes o cartas. Como esa contemplación es inefable, se repite de 7 formas 
diferentes en distintos vocablos, metáforas y símbolos. Los poemas de EMÑ reiteran de muchas maneras 
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tomó el texto para el epígrafe puede reconstruirse la referencia alusiva: 
Al vencedor que guarde mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las 
naciones; las regirá con vara de hierro y serán quebradas como vaso de alfarero; 
como yo también la he recibido de mi padre. Y le daré la estrella de la mañana 
(AP, 2: 26-28). 
“Al vencedor le daré/concederé/lo haré…” es una fórmula común a los siete men-
sajes a las siete iglesias (Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia, Laodicea). 
El don específico de Tiatira es la autoridad y la estrella de la mañana. El primero puede 
acompañar una cuestión política contextual: el estado policial de Uriburu como un 
apocalipsis, el Estado de facto como un estado escatológico. En AP, 2: 16, se aclara cuál 
es el referente de la estrella de la mañana: “Yo, Jesús, he enviado mi ángel para daros 
testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella 
resplandeciente de la mañana”. Es decir, más que un texto mariológico tenemos que 
pensar en un texto mesiánico: el título se actualiza en el cotexto del epígrafe, que a su 
vez se completa con el capítulo final (22) del libro final (AP) del AT. Cristo/El Mesías 
es el apóstrofe del poema (“Tu alma canta, mi alma reza/salta tu canto…” [“IV”, 2005, 
p. 144], etc.), como también es una figura dominante en numerosos cantos (“III”, 
“VII”, “IX”, etc.).
CONVERSIóN y PERfORMANCE
Naomi Lindstrom y Eloy Merino proponen perspectivas interesantes acerca de JF. 
Lindstrom, en “El discurso profético, apocalíptico y mesiánico de Jacobo Fijman” 
(2009), analiza cómo se relaciona la obra fijmaniana con textos clave de las tradicio-
nes judía y cristiana y cómo se apropia de convenciones de la literatura profética y 
apocalíptica. Eloy Merino, en “La conversión religiosa y su performance en verso: los 
ejemplos de los poetas argentinos Jacobo Fijman y María Raquel Adler”, sostiene que 
la poesía es “el vehículo idóneo para enunciar, testimoniar y reiterar esa recristalización 
del ser que se significa en la conversión religiosa” (2010). Fijman, dice Merino, celebra 
su conversión “en su lenguaje vanguardista de ‘delirio poético’, que es un ‘salirse del 
surco. Como si un arado se saliese del surco’, según le confiesa a Zito Lema” (1986, 
s/n). “Actualizar y subvertir”, dice, el lenguaje canónico (de la religión) desde la van-
guardia. Aunque Merino, al proponer su hipótesis para confirmar el cruce vanguardia 
y canon religioso, omite justificar por qué los recursos que ha utilizado Fijman serían 
vanguardistas, y qué tradición poética acusarían esos recursos (el eje retórico, la repeti-
un mensaje (metafigura de repetición), del mismo modo que Juan repite la palabra de Dios de diferentes 
maneras análogas.
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Estrella de la mañana de Jacobo Fijman... (126-140)
ción, debe ser considerado a la luz de la poesía religiosa hebrea antes de atribuirlo a un 
recurso meramente vanguardista); sin embargo, es valioso su aporte sobre el carácter 
performático de los poemas en términos de socialización de la conversión: 
Cuando Fijman, en este libro, se representa (performs), certifica el valor trascen-
dental, para él y para el lector, de su conversión, y al certificarla, no puede me-
nos que ‘escenificarla’, mediante la reiteración de las ideas; la combinación de 
imágenes vanguardistas con otras más accesibles; el empeño de originalidad al 
tratar temas tradicionales; el uso efectista del lenguaje figurado, y otros aspectos. 
[…]. Fijman también, como artista vanguardista, querrá aspirar a la originali-
dad en su tratamiento de temas religiosos tradicionales (2010).
Es decir que Merino descentra a EMÑ de la tradición eminentemente mística para 
acercar el tratamiento estético del lenguaje como una premisa de vanguardia: encontrar 
una forma novedosa de tratar temas tradicionales. Distingue la repetición y la acerca al 
estilo de los salmos hebreos, al “tono sentencioso de la literatura medieval” española y al 
“carácter hipnótico del susurro reiterativo”. Nos parece de especial interés su propuesta 
de prestar atención al carácter performativo, al poemario como acto de fe: “Fijman esta-
ría actuando su nueva pasión religiosa para el lector y para sí mismo, dándole y dándose 
evidencia de su carácter genuino, testimonio de su alcance, una muestra de su certidum-
bre religiosa…” (2010). Esta certificación obedecería seguramente a las condiciones de 
su tiempo (antisemitismo, resurgimiento de la Iglesia, vinculación con los intelectuales 
católicos): “un comunicado de asunción religiosa, el anuncio y la prueba de un cambio 
de fe”. Estos serán los propios del celo del converso (al cristianismo y a la nacionalidad 
argentina21), especialmente en la época de alianza de Iglesia, Ejército y poder político 
cristalizada y demostrada en el furor confesional del Congreso Eucarístico22. Además, “al 
converso le hace falta la sanción colectiva para su nuevo estado religioso” (2010). 
Pero el acto performativo y arrebato místico constituyen una contradicción, “en-
tre la afirmación del poeta diciéndonos que sus sentimientos y emociones son tan 
intensos que no puede expresarlos, y entre el poema mismo, que es la refutación de lo 
que nos acaba de afirmar”. Merino está en lo cierto: el control formal de los poemas, 
el tratamiento experimental de cada canto, dominado por procedimientos retóricos 
complejos, evidencian no solo la remisión a fuentes arcaicas, sino también la búsqueda 
de una estética propia, deslumbrante en su diferencia con las poéticas contemporáneas.
Suspendemos nuestra hipótesis por un momento y consideramos que se trata es-
21. Recordemos que Fijman había nacido en la Besarabia rusa (actual Rumania).
22. En el que comulgó un tercio de la población de Buenos Aires y tomaron la comunión 107.000 niños 
(cfr. Mudrovcic, 2007, y Verbitsky, 2007).
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Tomás Vera Barros
trictamente de procedimientos de las vanguardias históricas, la multiplicación y el fun-
cionamiento automático23, como por ejemplo, la estrofa III de “VII”: 
En los brazos de Cristo he visto tierra y cielo,
agua y luz, agua y luz, agua de paz y luz de paz,
agua y luz, palomas olorosas, agua y luz, corderos olorosos,
agua de paz y luz de paz, palomas y corderos (2005, p. 147).
Nos preguntamos: ¿la vanguardia es una clave de lectura válida pero excluyente? 
¿Fijman está utilizando solamente procedimientos de las vanguardias o está generando 
recursos propios —prestados de otros ámbitos, como la música, el canto…—, y reela-
borando a la vez la poética hebrea oral antigua? La cualidad experimental de la poética 
fijmaniana reside justamente en la encrucijada de estos registros, lenguajes, géneros y 
tradiciones: vanguardia, música, oralidad, poética bíblica.
En definitiva, EMÑ es una fuga hacia las fuentes (hebreas antiguas y místicas cris-
tianas), que Fijman emprende no para refugiarse en ellas, sino para reinventarlas. JF 
estaba escribiendo con procedimientosdel Antiguo Testamento en pleno auge de las 
vanguardias. Es por eso una poética de fuerte tensión entre la tradición más remota y la 
“novedad” más exaltada. El fondo semántico es religioso (no hay imágenes ni símbolos 
que no lo sean; adecuado además como performance del converso) y temáticamente, 
está escribiendo como sus compañeros de la revista Número24 y en sintonía con el rena-
cimiento católico de la década del 30. 
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