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BIBLIOTECA CLÁSICA GREDOS, 265 VI11 LEYES (LIBROS 1-VI) INTRODUCCI~N, TRADUCCI~N Y NOTAS DE FRANCISCO LIS1 EDITORIAL GREDOS BIBLIOTECA CLÁSICA GREDOS, 265 VI11 LEYES (LIBROS 1-VI) INTRODUCCI~N, TRADUCCI~N Y NOTAS DE FRANCISCO LIS1 EDITORIAL GREDOS Asesor para la sección griega: CARLOS GARC~A GUAL. Según las normas de la B. C. G., la traducción de este volumen ha sido revisada por ALFONSO SILVAN RODR~GUEZ. O EDITORIAL GREDOS, S. A. Sánchez Pacheco, 85, Madrid, 1999. Depósito Legal: M. 20688-1999. ISBN 84-249-1487-2. Obra completa. ISBN 84-249-2240-9. Tomo VIII. Impreso en España. Printed in Spain. Gráficas Cóndor, S. A. Esteban Terradas, 12. Polígono Industrial. Leganés (Madrid), 1999. Las Leyes1 son una de las obras más complejas y difici- les del Corpus Platonicum. Su extensión y la diversidad de sus temas, así como el estilo en que están tratados -con numerosas y extensas digresiones que aparentemente no conducen a ninguna parte- han hecho que algunos intér- pretes consideraran que su exposición ordenada constituía de por sí un tema digno de publicación2. En efecto, no sólo es el diálogo más extenso de Platón, ya que supera en dos ' Las principales bibliografias sobre las Leyes pueden consultarse más abajo págs. 176 s. Tal es el caso de las obras de C. R ~ ~ T E R , Platos Gesetze, 1, Leip- zig,1896 (reimpresión Aalen, 1985) y L. STRAUSS, The argument and the action of Plato 'S Laws, Chicago-Londres, 1975, que ofrecen una paráfra- sis simplificada de la totalidad de la obra. Algo similar puede observarse de la introducción de A. DIES, «Plan et intention genérale des Lois», PLA- TON, (Euvres compl&es, XI 1 : Les Lois. Texte établi et traduit par E. DES PLACES. Introduction de A. DrEs et L. GEKNET, París, 1951, págs. v-XCIII. W. JAEGER, Paideia. Die Formung des griechischen Menschen = Pai- deia: los ideales de la cultura griega. [trad. de J . XIRAU y W. ROCES], México, 1942-1 945 (reimpresión l968), pág. 101 5, señala las dificultades con las que ha tropezado la interpretación de esta obra a lo largo de la tradición desde la Antigüedad. Ya en época de Plutarco sólo existía un reducido número de conocedores del diálogo. Asesor para la sección griega: CARLOS GARC~A GUAL. Según las normas de la B. C. G., la traducción de este volumen ha sido revisada por ALFONSO SILVAN RODR~GUEZ. O EDITORIAL GREDOS, S. A. Sánchez Pacheco, 85, Madrid, 1999. Depósito Legal: M. 20688-1999. ISBN 84-249-1487-2. Obra completa. ISBN 84-249-2240-9. Tomo VIII. Impreso en España. Printed in Spain. Gráficas Cóndor, S. A. Esteban Terradas, 12. Polígono Industrial. Leganés (Madrid), 1999. Las Leyes1 son una de las obras más complejas y difici- les del Corpus Platonicum. Su extensión y la diversidad de sus temas, así como el estilo en que están tratados -con numerosas y extensas digresiones que aparentemente no conducen a ninguna parte- han hecho que algunos intér- pretes consideraran que su exposición ordenada constituía de por sí un tema digno de publicación2. En efecto, no sólo es el diálogo más extenso de Platón, ya que supera en dos ' Las principales bibliografias sobre las Leyes pueden consultarse más abajo págs. 176 s. Tal es el caso de las obras de C. R ~ ~ T E R , Platos Gesetze, 1, Leip- zig,1896 (reimpresión Aalen, 1985) y L. STRAUSS, The argument and the action of Plato 'S Laws, Chicago-Londres, 1975, que ofrecen una paráfra- sis simplificada de la totalidad de la obra. Algo similar puede observarse de la introducción de A. DIES, «Plan et intention genérale des Lois», PLA- TON, (Euvres compl&es, XI 1 : Les Lois. Texte établi et traduit par E. DES PLACES. Introduction de A. DrEs et L. GEKNET, París, 1951, págs. v-XCIII. W. JAEGER, Paideia. Die Formung des griechischen Menschen = Pai- deia: los ideales de la cultura griega. [trad. de J . XIRAU y W. ROCES], México, 1942-1 945 (reimpresión l968), pág. 101 5, señala las dificultades con las que ha tropezado la interpretación de esta obra a lo largo de la tradición desde la Antigüedad. Ya en época de Plutarco sólo existía un reducido número de conocedores del diálogo. 8 LEYES libros a su otro proyecto político, la República3, sino el que supone, además, los más exhaustivos estudios: historia, teo- ría política, educación, códigos penales, sistemas constitu- cionales, teología, física, medicina, etc. Es el intento más antiguo que ha llegado hasta nosotros de organizar el siste- ma jurídico de acuerdo con principios racionales4. En una palabra, se trata, sin lugar a dudas, de su obra más inrnedia- tamente relacionada con su época y con la realidad social en la que fue e~crita.~ No obstante, a pesar de ser quizás el es- crito más significativo del filósofo ateniense 6, la atención que ha merecido por parte de la investigación no es sino menor7. Se la considera una obra inconclusa, contradictoria, de un estilo imperfecto, algo que sostienen incluso aquellos que defienden el valor del diálogo 8. Es más, existen aún hoy quienes ponen en duda su autenticidad. ' A. DIES (((Plan.. .», pág. v) llama la atención sobre el hecho de que en la editio rninor de TAUCHNITZ, que reproduce con mucha aproxima- ción el contenido medio de los manuscritos de prosa, las Leyes superan en 2.127 líneas a la República. En la edición de C. F. HERMANN, Dialo- gi ..., ocupan 670 páginas y, tal como señala C. RITTER, Gesetze ..., 11, pág. 355, constituyen ampliamente la mitad de lo que en Platón puede considerarse investigación filosófica pura y dura. G. R. MORROW, Plato's Cretan city. A historical interpretation of the laws, págs. 565 s . , 572. S G. R. Morrow, Plato's Cretan city ..., pág. VII. Con razón indica P. SHOREY, The unity ofPIato's thought, Chicago, 1903 (reimpresión 1968), pág. 86, que «es la obra más grande de Platón en lo que hace a la riqueza de su contenido)); cf. What Plato said, Chica- go, 1933 (reimpresión Chicago-Londres, 1978), pág. 355. ' Cf. A. H. CHASE, «The influence of Athenian institutions upon the Laws of Plato», Harvard Studies in Classical Philology 144 (1 933), 13 1. Cf. C. RITTER, Gesetze.. ., 1, págs. VI1 SS.; E. BARKER, Greek politi- cal theory. Plato and his predecessors, 5.8 edición, Londres, 1960, pág. 339 («Es dificil detectar un plan según el cual se haya escrito la obra, o encontrar la conexión entre sus partes.. .»). Por el contrario, 0. VICENZI, «Stadt Gottes oder Anfang vom Ende? Betrachtungen zu Platons Nornoi)), En los últimos dos siglos, hay tres problemas que go- biernan la discusión acerca de la naturaleza de la que hoy se considera la última obra de Platón. Para diversos investiga- dores, las Leyes manifiestan un espíritu tan distinto del pla- tónico que no pueden constituir una obra genuina del pen- sador griego. Otros consideran que, aunque auténticas, Platón fue sorprendido por la muerte antes de concluirlas y que representan un último estadio de su pensamiento muy diverso del de su madurez. Por último, algunos sostienen, sobre la base de testimonios antiguos, que la obra fue edita- da de manera póstuma por un discípulo que modificó sus- tancialmente el texto. 1. Autenticidad Cuando F. Ast publica su obra sobre Platón, en la que pone en duda la autenticidad de las ~ e y e s ~ , abre un debate que, con diferente intensidad, dura hasta la actualidad lo. E. Zeller, que en un primer trabajo, siguiendo la línea de Ast, había sostenido que el diálogo no era obra de Platón", i7Aárov 52 (1990), pág. 95, considera a las Leyes «la obra más perfecta desde el punto de vista artístico y la más madura desde el filosófico». F. AST, Platons Leben und Schriften, Leipzig, 1816, págs. 379-392. 'O Para un estado de la cuestión hasta 1974, véase M. ISNARDI PA- RENTE, ((11 problema dell' autenticith delle 'Leggi'n, en E. ZELLER-R. MONDOLPO, La filosofia dei Greci nel suo sviluppo storico, Parte 11, «Da Socrate ad Aristotele~. Volume, 11112, ((Platone [Tomo secondo] e 1'Ac-cademia anticm, a cura di M. 1. P. Florencia, 1974, págs. 830-839. " E. ZELLER, Platonische Studien, Tubinga, 1839, págs. 3-1 17. 8 LEYES libros a su otro proyecto político, la República3, sino el que supone, además, los más exhaustivos estudios: historia, teo- ría política, educación, códigos penales, sistemas constitu- cionales, teología, física, medicina, etc. Es el intento más antiguo que ha llegado hasta nosotros de organizar el siste- ma jurídico de acuerdo con principios racionales4. En una palabra, se trata, sin lugar a dudas, de su obra más inrnedia- tamente relacionada con su época y con la realidad social en la que fue e~crita.~ No obstante, a pesar de ser quizás el es- crito más significativo del filósofo ateniense 6, la atención que ha merecido por parte de la investigación no es sino menor7. Se la considera una obra inconclusa, contradictoria, de un estilo imperfecto, algo que sostienen incluso aquellos que defienden el valor del diálogo 8. Es más, existen aún hoy quienes ponen en duda su autenticidad. ' A. DIES (((Plan.. .», pág. v) llama la atención sobre el hecho de que en la editio rninor de TAUCHNITZ, que reproduce con mucha aproxima- ción el contenido medio de los manuscritos de prosa, las Leyes superan en 2.127 líneas a la República. En la edición de C. F. HERMANN, Dialo- gi ..., ocupan 670 páginas y, tal como señala C. RITTER, Gesetze ..., 11, pág. 355, constituyen ampliamente la mitad de lo que en Platón puede considerarse investigación filosófica pura y dura. G. R. MORROW, Plato's Cretan city. A historical interpretation of the laws, págs. 565 s . , 572. S G. R. Morrow, Plato's Cretan city ..., pág. VII. Con razón indica P. SHOREY, The unity ofPIato's thought, Chicago, 1903 (reimpresión 1968), pág. 86, que «es la obra más grande de Platón en lo que hace a la riqueza de su contenido)); cf. What Plato said, Chica- go, 1933 (reimpresión Chicago-Londres, 1978), pág. 355. ' Cf. A. H. CHASE, «The influence of Athenian institutions upon the Laws of Plato», Harvard Studies in Classical Philology 144 (1 933), 13 1. Cf. C. RITTER, Gesetze.. ., 1, págs. VI1 SS.; E. BARKER, Greek politi- cal theory. Plato and his predecessors, 5.8 edición, Londres, 1960, pág. 339 («Es dificil detectar un plan según el cual se haya escrito la obra, o encontrar la conexión entre sus partes.. .»). Por el contrario, 0. VICENZI, «Stadt Gottes oder Anfang vom Ende? Betrachtungen zu Platons Nornoi)), En los últimos dos siglos, hay tres problemas que go- biernan la discusión acerca de la naturaleza de la que hoy se considera la última obra de Platón. Para diversos investiga- dores, las Leyes manifiestan un espíritu tan distinto del pla- tónico que no pueden constituir una obra genuina del pen- sador griego. Otros consideran que, aunque auténticas, Platón fue sorprendido por la muerte antes de concluirlas y que representan un último estadio de su pensamiento muy diverso del de su madurez. Por último, algunos sostienen, sobre la base de testimonios antiguos, que la obra fue edita- da de manera póstuma por un discípulo que modificó sus- tancialmente el texto. 1. Autenticidad Cuando F. Ast publica su obra sobre Platón, en la que pone en duda la autenticidad de las ~ e y e s ~ , abre un debate que, con diferente intensidad, dura hasta la actualidad lo. E. Zeller, que en un primer trabajo, siguiendo la línea de Ast, había sostenido que el diálogo no era obra de Platón", i7Aárov 52 (1990), pág. 95, considera a las Leyes «la obra más perfecta desde el punto de vista artístico y la más madura desde el filosófico». F. AST, Platons Leben und Schriften, Leipzig, 1816, págs. 379-392. 'O Para un estado de la cuestión hasta 1974, véase M. ISNARDI PA- RENTE, ((11 problema dell' autenticith delle 'Leggi'n, en E. ZELLER-R. MONDOLPO, La filosofia dei Greci nel suo sviluppo storico, Parte 11, «Da Socrate ad Aristotele~. Volume, 11112, ((Platone [Tomo secondo] e 1'Ac- cademia anticm, a cura di M. 1. P. Florencia, 1974, págs. 830-839. " E. ZELLER, Platonische Studien, Tubinga, 1839, págs. 3-1 17. 1 0 LEYES acepta su autenticidad en su historia de la filosofía griega 12, aunque no cambia la valoración de la obra que lo había lle- vado anteriormente a proponer su eliminación del Corpus, sólo que ahora la incorpora a una hipótesis evolutiva, según la cual Platón habría modificado de manera decisiva su filo- sofía al final de su vida 1 3 . Al igual que ese cambio de direc- ción filosófica registrado en las versiones aristotélicas de la filosofia tardía de Platón, las Leyes revelan «la edad avan- zada del filósofo, el dogmatismo, la disminución de fuerza y agilidad dialéctica, el acercamiento al pitagorismo, la pre- dilección por el simbolismo matemático)) 14. La adopción de la interpretación evolucionista llevó a que el problema se fiera centrando no en la autenticidad de la obra 15, sino en la intervención del supuesto editor, Filipo de Opunte. Al fina- lizar la segunda década del presente siglo, la interpretación evolucionista se había ya impuesto y también se rechazaba una intervención significativa de Filipo en el texto edita- l 2 E. ZELLER, Die Philosophie der Griechen in ihrer geschichtlichen Entwicklung, 4." edición, Leipzig, 1921 (reimpresión Darmstadt, 1963). I3 E. ZELLER, Philosophie der Griechen ..., 11 iii, págs. 946-951. l4 E. ZELLER, Philosophie der Griechen ..., 11 iii, pág. 951, cf. pags. 976 s. l 5 Esta interpretación que unía la evolución intelectual a los avatares biográficos de Platón acostumbraba a contraponer la República y, espe- cialmente, el Político, donde aparecía expresado el ideal del gobierno fi- losófico en su forma más drástica, a las Leyes, la cual, en tanto obra de la vejez, pondría en evidencia el desengaño del filósofo ante los fracasos de sus experimentos políticos, en particular el intento que dirigió personal- mente en Siracusa; cf. el trabajo más significativo de esta corriente, U. VON WILAMOWITZ MOELLENDORFF, Platon, 1, 3." edición (reimpresión Berlín-Francfort del Meno), especialmente pags. 517-559 para las Leyes y 566-570 para la última filosofia de Platón. do 16. De todas maneras, la polémica acerca de la autentici- dad y la posterior interpretación biográfica de los escritos platónicos tuvieron como consecuencia que se considerase que el diálogo no era representativo de la filosofía de Pla- tón17. No obstante, existían estudiosos que sostenían la uni- dad del pensamiento platónico y trataban de explicar las aparentes contradicciones con la República y el Político 18. Para estos intérpretes, las Leyes no son sino una traducción a la realidad de los principios teóricos expuestos en esos diálogos. Se trataría, simplemente, de una obra con una perspectiva diversa. De ahí surge la imagen del diálogo co- mo una obra popular, con fines parenéticos y dirigida al gran público, que ha de imponerse en un sector importante de la crítica lg. Sin embargo, a principios de la década de los l6 C. FUITER, Gesetze ..., 11, pág. 140, fue probablemente el primero en señalar que la actividad editora de Filipo de Opunte se tendría que ha- ber traducido en un mejoramiento de las imperfecciones, si realmente hu- biera decidido realizar los cambios propuestos. l7 W. JAEGER, Paideia ..., pág. 1015, nota 5, y M. ISNARDI PARENTE, ((Autenticith.. .», pág. 833, llaman con razón la atención sobre el hecho de que J. STENZEL, Platon der Erzieher, Leipzig, 1928, no considera ne- cesario incluir esta obra en su reconstrucción del pensamiento político de Platón. El ejemplo más característico de esta corriente fue el investigador estadounidense P. SHOREY, Uni ty..., págs. 86 SS.; ((Plato's Laws and the unity of Plato's thought~, Classical Philology 9 (1914), 345-369; y What Plato ..., págs. 355-407, especialmente 356, 390, 393, 395, 405, 407 y 622-648, con los pasajes paralelos en los restantes diálogos. Para Shorey el Político es un mero ejercicio lógico sin ningunaimplicación para la filosofia práctica, mientras que la República muestra claramente que Platón consideraba irrealizable el estado ideal. Por lo tanto, las pretendi- das contradicciones no son tales, sino que las Leyes proyectan en el plano concreto los mismos principios doctrinarios que la República. l9 Los representantes más significativos de esta línea son: W. Lu- TOWLASKI, The Origin and Growth of Plato's Logic, Londres, 1897, págs. 492 s.; J. BURNET, Platonism, Sather Classical Lectures, 5, Berkeley, 1 0 LEYES acepta su autenticidad en su historia de la filosofía griega 12, aunque no cambia la valoración de la obra que lo había lle- vado anteriormente a proponer su eliminación del Corpus, sólo que ahora la incorpora a una hipótesis evolutiva, según la cual Platón habría modificado de manera decisiva su filo- sofía al final de su vida 1 3 . Al igual que ese cambio de direc- ción filosófica registrado en las versiones aristotélicas de la filosofia tardía de Platón, las Leyes revelan «la edad avan- zada del filósofo, el dogmatismo, la disminución de fuerza y agilidad dialéctica, el acercamiento al pitagorismo, la pre- dilección por el simbolismo matemático)) 14. La adopción de la interpretación evolucionista llevó a que el problema se fiera centrando no en la autenticidad de la obra 15, sino en la intervención del supuesto editor, Filipo de Opunte. Al fina- lizar la segunda década del presente siglo, la interpretación evolucionista se había ya impuesto y también se rechazaba una intervención significativa de Filipo en el texto edita- l 2 E. ZELLER, Die Philosophie der Griechen in ihrer geschichtlichen Entwicklung, 4." edición, Leipzig, 1921 (reimpresión Darmstadt, 1963). I3 E. ZELLER, Philosophie der Griechen ..., 11 iii, págs. 946-951. l4 E. ZELLER, Philosophie der Griechen ..., 11 iii, pág. 951, cf. pags. 976 s. l 5 Esta interpretación que unía la evolución intelectual a los avatares biográficos de Platón acostumbraba a contraponer la República y, espe- cialmente, el Político, donde aparecía expresado el ideal del gobierno fi- losófico en su forma más drástica, a las Leyes, la cual, en tanto obra de la vejez, pondría en evidencia el desengaño del filósofo ante los fracasos de sus experimentos políticos, en particular el intento que dirigió personal- mente en Siracusa; cf. el trabajo más significativo de esta corriente, U. VON WILAMOWITZ MOELLENDORFF, Platon, 1, 3." edición (reimpresión Berlín-Francfort del Meno), especialmente pags. 517-559 para las Leyes y 566-570 para la última filosofia de Platón. do 16. De todas maneras, la polémica acerca de la autentici- dad y la posterior interpretación biográfica de los escritos platónicos tuvieron como consecuencia que se considerase que el diálogo no era representativo de la filosofía de Pla- tón17. No obstante, existían estudiosos que sostenían la uni- dad del pensamiento platónico y trataban de explicar las aparentes contradicciones con la República y el Político 18. Para estos intérpretes, las Leyes no son sino una traducción a la realidad de los principios teóricos expuestos en esos diálogos. Se trataría, simplemente, de una obra con una perspectiva diversa. De ahí surge la imagen del diálogo co- mo una obra popular, con fines parenéticos y dirigida al gran público, que ha de imponerse en un sector importante de la crítica lg. Sin embargo, a principios de la década de los l6 C. FUITER, Gesetze ..., 11, pág. 140, fue probablemente el primero en señalar que la actividad editora de Filipo de Opunte se tendría que ha- ber traducido en un mejoramiento de las imperfecciones, si realmente hu- biera decidido realizar los cambios propuestos. l7 W. JAEGER, Paideia ..., pág. 1015, nota 5, y M. ISNARDI PARENTE, ((Autenticith.. .», pág. 833, llaman con razón la atención sobre el hecho de que J. STENZEL, Platon der Erzieher, Leipzig, 1928, no considera ne- cesario incluir esta obra en su reconstrucción del pensamiento político de Platón. El ejemplo más característico de esta corriente fue el investigador estadounidense P. SHOREY, Uni ty..., págs. 86 SS.; ((Plato's Laws and the unity of Plato's thought~, Classical Philology 9 (1914), 345-369; y What Plato ..., págs. 355-407, especialmente 356, 390, 393, 395, 405, 407 y 622-648, con los pasajes paralelos en los restantes diálogos. Para Shorey el Político es un mero ejercicio lógico sin ninguna implicación para la filosofia práctica, mientras que la República muestra claramente que Platón consideraba irrealizable el estado ideal. Por lo tanto, las pretendi- das contradicciones no son tales, sino que las Leyes proyectan en el plano concreto los mismos principios doctrinarios que la República. l9 Los representantes más significativos de esta línea son: W. Lu- TOWLASKI, The Origin and Growth of Plato's Logic, Londres, 1897, págs. 492 s.; J. BURNET, Platonism, Sather Classical Lectures, 5, Berkeley, 12 LEYES cincuenta, el trabajo de G. Mül1er2' vuelve a analizar críti- carnente el texto para llegar a la conclusión de que se trata de una obra radicalmente opuesta a la República tanto desde el punto de vista ético y político como del lógico metafísico. Sólo la existencia del temprano testimonio aristotélico logra evitar que declare espuria una obra que para Müller perma- nece como un enigma, ya que el Platón anciano habría tri- vializado en ella las ideas de su época de esplendor intelec- tua12'. En los años sesenta, W. Brocker decide no incluir las Calif., 1928 (reimpresión Westport, Conn., 1983), pág 86; É. DES PLACES, ((Platon et 1' astronomie chaldéenne)), Annuaire de 1' Institut de Philolo- gie et d' Histoire Orientales de 1' Université Libre de Bruwelles 4 (1 936), (=Mélanges FRANZ CUMONT), pág. 133; A. DIES, «Plan...», págs. xc SS.; G. R. MORROW, Plato 'S Cretan city.. ., pág. 9; H. GORGEMANNS, Beitrage zur Interpretation von Platons Nomoi, Zetemata 25, Múnich, 1960. Esta interpretación ya se encuentra en germen en G. STALLBAUM, Leges.. ., X 2, págs. VI-XII. La posición contraria sostiene A. B. HENTSCHKE, Politik und Philosophie bei Platon und Aristoteles. Die Stellung der Nomoi im platonischen Gesarntwerk und die politische Theorie des Aristoteles, Francfort del Meno, 1971, para quien las Leyes son expresión de una doctrina filosófica no popularizada. 20 G. MULLER, Studien zu den Platonischen Nomoi, Zetemata 3, Mú- nich, 195 1. 21 G. MULLER, Studien ..., pág. 190. En la segunda edición (((Nach- wor t~ , pág. 210) intenta poner en duda también la autenticidad del libro 11 de la Política de Aristóteles, en el que se tratan las Leyes extensamente. La obra de Müller no tuvo una recepción favorable. Cf. É. DES PLACES, «L' authenticité des Lois de de 1' Epinomis)), L' Antiquité classique 21 (1952), 376-383 (crítica); A. MADDALENA, Reseña de G. MULLER, Stu- dien ..., Rivista di Filologia ed Istruzione Classica 80 (1952), 246-257 (muy crítica, centrada en los aspectos éticos del libro de Müller); J. Mo- REAU, Res. de G. MULLER, Studien ..., Revue des Études Anciennes 54 (1952), 143-146 (descriptiva con críticas superficiales). H. CHERNISS, Re- seña de G. MULLER, Studien ..., Gnomon 25 (1953), 367-379 (muy críti- ca); F. SOLMSEN, Reseña de G. MULLER, Studien ..., Classical Philology 49 (1954), 203-204 (crítica). Leyes entre los diálogos platónicos2'. A pesar de que últi- mamente ha aparecido otro crítico que la considera espu- ria23, hoy se acepta en general su autenticidad, aunque existe una tendencia a sostener la presencia de incongruen- cias, lagunas e imperfecciones estnictgrales que indicarían el estado inacabado en el que quedó el diálogo a la muerte de ~ l a t ó n ~ ~ . La mayoría de estos argumentos están basados 22 W. BROCKER, Platons Gesprache, Francfort del Meno, 1964, pág. 10. 23 V. TEJERA, Platos dialogues one by one. A structural interpreta- tion, Nueva York, 1983, págs. 139-1 52, considera que las Leyes son una falsificación llevada a cabo por Filipode Opunte por encargo de la Aca- demia con la finalidad de apoyar las corrientes filomacedónicas. En «On the Form and Authenticity of the Laws>), Editors & Translators (en pren- sa), también intenta poner en duda la validez del testimonio aristotélico. A. BORTOLOTTI, La religione nel pensiero di Platone dalla Repubblica agli ultimi scritti, Accademia Toscana di Scienze e Lettere «La colomba- ria)), Studi 114, Florencia, 1991, págs. 5 (nota 1), 257-291, también con- sidera que las Leyes no son una obra de Platón. 24 En general, los argumentos utilizados pueden agruparse en las si- guientes clases: l ) carencia de orden en la exposición de los temas (p. ej., XI 932e-XII 958c), 2) omisiones en los artículos de las leyes (p. ej. IX 865a-866d, asesinato involuntario: no considera el caso de un hombre li- bre que mata a un miembro de su familia, un extranjero o el esclavo de otro), 3) remisiones a pasajes que no se encuentran en el texto (p. ej. 111 683e-687: el tema de la corrupción automática de los estados es un tema muy corriente en los diálogos, pero que no se encuentra en las Leyes hasta ese momento (cf. C. R I ~ R , Gesetze ..., 11, pág. 97 SS.; parecería haber referencia a República VI11 545c-d), 4) pasajes paralelos, muchos de ellos casi repeticiones literales (p. ej., las diferentes definiciones de educación: 1 643a-d; 11 654~8-9, 656132-3, 659~9-d3); 5) contradicciones formales de los textos (p. ej., edad de casamiento de los hombres: IV 721b, entre 30 y 35 años; VI 772d, entre 25 y 35; VI1 785b, entre 30 y 35; mujeres: VI1 785b, 16-25; VI11 833d, 18-20). Cf. M. VANHOUTTE, La philosophie politique de Platon dans les ((Loim, Bibliotheque Philoso- phique de Louvain 14, Lovaina, 1954, págs. 36-56; G. R. MORROW, Plato 'S Cretan city.. . , págs. 204 SS.; KL. SCHOPSDAU, ((Einleitung zu 12 LEYES cincuenta, el trabajo de G. Mül1er2' vuelve a analizar críti- carnente el texto para llegar a la conclusión de que se trata de una obra radicalmente opuesta a la República tanto desde el punto de vista ético y político como del lógico metafísico. Sólo la existencia del temprano testimonio aristotélico logra evitar que declare espuria una obra que para Müller perma- nece como un enigma, ya que el Platón anciano habría tri- vializado en ella las ideas de su época de esplendor intelec- tua12'. En los años sesenta, W. Brocker decide no incluir las Calif., 1928 (reimpresión Westport, Conn., 1983), pág 86; É. DES PLACES, ((Platon et 1' astronomie chaldéenne)), Annuaire de 1' Institut de Philolo- gie et d' Histoire Orientales de 1' Université Libre de Bruwelles 4 (1 936), (=Mélanges FRANZ CUMONT), pág. 133; A. DIES, «Plan...», págs. xc SS.; G. R. MORROW, Plato 'S Cretan city.. ., pág. 9; H. GORGEMANNS, Beitrage zur Interpretation von Platons Nomoi, Zetemata 25, Múnich, 1960. Esta interpretación ya se encuentra en germen en G. STALLBAUM, Leges.. ., X 2, págs. VI-XII. La posición contraria sostiene A. B. HENTSCHKE, Politik und Philosophie bei Platon und Aristoteles. Die Stellung der Nomoi im platonischen Gesarntwerk und die politische Theorie des Aristoteles, Francfort del Meno, 1971, para quien las Leyes son expresión de una doctrina filosófica no popularizada. 20 G. MULLER, Studien zu den Platonischen Nomoi, Zetemata 3, Mú- nich, 195 1. 21 G. MULLER, Studien ..., pág. 190. En la segunda edición (((Nach- wor t~ , pág. 210) intenta poner en duda también la autenticidad del libro 11 de la Política de Aristóteles, en el que se tratan las Leyes extensamente. La obra de Müller no tuvo una recepción favorable. Cf. É. DES PLACES, «L' authenticité des Lois de de 1' Epinomis)), L' Antiquité classique 21 (1952), 376-383 (crítica); A. MADDALENA, Reseña de G. MULLER, Stu- dien ..., Rivista di Filologia ed Istruzione Classica 80 (1952), 246-257 (muy crítica, centrada en los aspectos éticos del libro de Müller); J. Mo- REAU, Res. de G. MULLER, Studien ..., Revue des Études Anciennes 54 (1952), 143-146 (descriptiva con críticas superficiales). H. CHERNISS, Re- seña de G. MULLER, Studien ..., Gnomon 25 (1953), 367-379 (muy críti- ca); F. SOLMSEN, Reseña de G. MULLER, Studien ..., Classical Philology 49 (1954), 203-204 (crítica). Leyes entre los diálogos platónicos2'. A pesar de que últi- mamente ha aparecido otro crítico que la considera espu- ria23, hoy se acepta en general su autenticidad, aunque existe una tendencia a sostener la presencia de incongruen- cias, lagunas e imperfecciones estnictgrales que indicarían el estado inacabado en el que quedó el diálogo a la muerte de ~ l a t ó n ~ ~ . La mayoría de estos argumentos están basados 22 W. BROCKER, Platons Gesprache, Francfort del Meno, 1964, pág. 10. 23 V. TEJERA, Platos dialogues one by one. A structural interpreta- tion, Nueva York, 1983, págs. 139-1 52, considera que las Leyes son una falsificación llevada a cabo por Filipo de Opunte por encargo de la Aca- demia con la finalidad de apoyar las corrientes filomacedónicas. En «On the Form and Authenticity of the Laws>), Editors & Translators (en pren- sa), también intenta poner en duda la validez del testimonio aristotélico. A. BORTOLOTTI, La religione nel pensiero di Platone dalla Repubblica agli ultimi scritti, Accademia Toscana di Scienze e Lettere «La colomba- ria)), Studi 114, Florencia, 1991, págs. 5 (nota 1), 257-291, también con- sidera que las Leyes no son una obra de Platón. 24 En general, los argumentos utilizados pueden agruparse en las si- guientes clases: l ) carencia de orden en la exposición de los temas (p. ej., XI 932e-XII 958c), 2) omisiones en los artículos de las leyes (p. ej. IX 865a-866d, asesinato involuntario: no considera el caso de un hombre li- bre que mata a un miembro de su familia, un extranjero o el esclavo de otro), 3) remisiones a pasajes que no se encuentran en el texto (p. ej. 111 683e-687: el tema de la corrupción automática de los estados es un tema muy corriente en los diálogos, pero que no se encuentra en las Leyes hasta ese momento (cf. C. R I ~ R , Gesetze ..., 11, pág. 97 SS.; parecería haber referencia a República VI11 545c-d), 4) pasajes paralelos, muchos de ellos casi repeticiones literales (p. ej., las diferentes definiciones de educación: 1 643a-d; 11 654~8-9, 656132-3, 659~9-d3); 5) contradicciones formales de los textos (p. ej., edad de casamiento de los hombres: IV 721b, entre 30 y 35 años; VI 772d, entre 25 y 35; VI1 785b, entre 30 y 35; mujeres: VI1 785b, 16-25; VI11 833d, 18-20). Cf. M. VANHOUTTE, La philosophie politique de Platon dans les ((Loim, Bibliotheque Philoso- phique de Louvain 14, Lovaina, 1954, págs. 36-56; G. R. MORROW, Plato 'S Cretan city.. . , págs. 204 SS.; KL. SCHOPSDAU, ((Einleitung zu 14 LEYES en una comprensión de lo que debe ser la unidad de la obra que no parte de los datos objetivos existentes y, por tanto, exige requisitos exteriores. Ya C. Ritter llamó la atención sobre el hecho de que las Leyes no difieren de los restantes diálogos en cuanto a las supuestas ((imperfecciones)) 25. 2. Fecha de composición No hay ningún testimonio decisivo del momento de com- posición. Las evidencias que se han creído encontrar para tratar de formular una hipótesis aproximada son las si- guientes: 1) Unos pocos testimonios externos mencionan aspectos relacionados con la época de composición. Una noticia de Aristóteles, según la cual las Leyes son posteriores a la Re- pública26, podría permitir una datación relativa. Otras tres referencias tardías27, de las que la de Diógenes Laercio (111 37) es la más fiable, parecerían afirmar que el diálogo se editó de manera póstuma. Los más claros en ese sentido son dos pasajes del pseudo Olimpiodoro (Prolegómenos a l a j - losofia platónica 10, 24, 10-15 y 25, 4-7 Westerink): el pri- Platons Nomoi [Gesetze]~, Buch 1-111. Übersetzung und Kommentar von Kl. Sch., Platon. Werke. Ubersetzung und Kommentar IX, 2, Gotinga, 1994, pág. 136, nota 8 1. 25 «Pero yo afirmo: ni siquiera unade las obras que Platón terminó puede servir de base para la pretensión, que es el presupuesto de toda la investigación critica de Bergk como de la de Bruns, de que Platón tiene que haber ordenado el material de una forma lo más clara y comprensi- ble; por el contrario: aquel que haya estudiado los otros escritos de Platón y se acerque a las Leyes a partir de ellos, ha de esperar de antemano que se encontrará también aquí con un entrelazamiento de razonamientos muy difícil de seguir)) (C. RITTER, Gesetze ..., 11, pág. 142). Esta observa- ción puede extenderse a todos los estudios 'críticos' de la obra. 26 Política 11 6 1264b26-27; cf. 1265a1-4, 27 Cf., infva, pags. 22 SS. mero está construido sobre una noticia de Proclo, a la que hace referencia el segundo28 y según la cual Platón no ha- bría corregido las Leyes. Sólo en el segundo testimonio (25, 4-7 Westerink) se construye una supuesta actividad editora de Filipo de Opunte que habría organizado y corregido el texto, que a la muerte de Platón se habría encontrado en es- tado caótico. Probablemente, Proclo esté o bien utilizando e interpretando directamente a Diógenes2' o a la misma fuen- te que él. Difícilmente pueda extraerse de estos testimonios algu- na conclusión que vaya más allá del hecho de que Platón no editó las Leyes. Existiendo un diálogo inacabado como el Critias, no parece ser sólida filología suponer que las Leyes estaban inconclusas en el momento de la muerte de Platón ni que fueron la última obra en ser escrita. Tampoco puede utilizarse para abonar esta tesis el pasaje frecuentemente ci- tado de Isócrates del discurso de la Antidosis (Sobre el cam- bio de las fortunas XV 79-83), ya que se refiere en primer lugar a los políticos 30 y no a los teóricos, tal como pretende L. Post3'. De todas maneras, si las Leyes se publicaron des- 28 M. VANHOUTTE, Philosophiepolitique. .., págs. 4 s. 29 L. TARÁN, Academica: Plato, Philip of Opus, and the Pseudo- Platonic Epinomis, Memoirs of the American Philosophical Society 107, Filadelfia, 1975, págs. 128 s., sostiene la dependencia del testimonio de Diógenes Laercio. 30 KL. SCH~PSDAU, ((Einleitung ... », pág. 135, nota 79. 31 L. POST, «The preludes to Plato's Laws», Transactions of the Ame- rican Philological Association 60 (1929), 10 s.; Reseña de Les Lois ..., É DES P ~ ~ c n s , American Journal of Philology 75 (1954), 202. S. DUSANIC, «Platon, la question messénienne et les guerres contre les Barbares)), P. BRULÉ-J. OULHEN (eds.), Esclavage, guerre, économie en Crece ancien- ne. Hommage a Yvon Garlan, Rennes, 1997, pags. 84 s. ve en el discurso de Isócrates diferentes alusiones a los miembros de la Academia. La refe- rencia directa a los legisladores prácticos queda claramente evidenciada en el $ 83. Las alusiones en los $ $ 258-269 son demasiado generales co- 14 LEYES en una comprensión de lo que debe ser la unidad de la obra que no parte de los datos objetivos existentes y, por tanto, exige requisitos exteriores. Ya C. Ritter llamó la atención sobre el hecho de que las Leyes no difieren de los restantes diálogos en cuanto a las supuestas ((imperfecciones)) 25. 2. Fecha de composición No hay ningún testimonio decisivo del momento de com- posición. Las evidencias que se han creído encontrar para tratar de formular una hipótesis aproximada son las si- guientes: 1) Unos pocos testimonios externos mencionan aspectos relacionados con la época de composición. Una noticia de Aristóteles, según la cual las Leyes son posteriores a la Re- pública26, podría permitir una datación relativa. Otras tres referencias tardías27, de las que la de Diógenes Laercio (111 37) es la más fiable, parecerían afirmar que el diálogo se editó de manera póstuma. Los más claros en ese sentido son dos pasajes del pseudo Olimpiodoro (Prolegómenos a l a j - losofia platónica 10, 24, 10-15 y 25, 4-7 Westerink): el pri- Platons Nomoi [Gesetze]~, Buch 1-111. Übersetzung und Kommentar von Kl. Sch., Platon. Werke. Ubersetzung und Kommentar IX, 2, Gotinga, 1994, pág. 136, nota 8 1. 25 «Pero yo afirmo: ni siquiera una de las obras que Platón terminó puede servir de base para la pretensión, que es el presupuesto de toda la investigación critica de Bergk como de la de Bruns, de que Platón tiene que haber ordenado el material de una forma lo más clara y comprensi- ble; por el contrario: aquel que haya estudiado los otros escritos de Platón y se acerque a las Leyes a partir de ellos, ha de esperar de antemano que se encontrará también aquí con un entrelazamiento de razonamientos muy difícil de seguir)) (C. RITTER, Gesetze ..., 11, pág. 142). Esta observa- ción puede extenderse a todos los estudios 'críticos' de la obra. 26 Política 11 6 1264b26-27; cf. 1265a1-4, 27 Cf., infva, pags. 22 SS. mero está construido sobre una noticia de Proclo, a la que hace referencia el segundo28 y según la cual Platón no ha- bría corregido las Leyes. Sólo en el segundo testimonio (25, 4-7 Westerink) se construye una supuesta actividad editora de Filipo de Opunte que habría organizado y corregido el texto, que a la muerte de Platón se habría encontrado en es- tado caótico. Probablemente, Proclo esté o bien utilizando e interpretando directamente a Diógenes2' o a la misma fuen- te que él. Difícilmente pueda extraerse de estos testimonios algu- na conclusión que vaya más allá del hecho de que Platón no editó las Leyes. Existiendo un diálogo inacabado como el Critias, no parece ser sólida filología suponer que las Leyes estaban inconclusas en el momento de la muerte de Platón ni que fueron la última obra en ser escrita. Tampoco puede utilizarse para abonar esta tesis el pasaje frecuentemente ci- tado de Isócrates del discurso de la Antidosis (Sobre el cam- bio de las fortunas XV 79-83), ya que se refiere en primer lugar a los políticos 30 y no a los teóricos, tal como pretende L. Post3'. De todas maneras, si las Leyes se publicaron des- 28 M. VANHOUTTE, Philosophiepolitique. .., págs. 4 s. 29 L. TARÁN, Academica: Plato, Philip of Opus, and the Pseudo- Platonic Epinomis, Memoirs of the American Philosophical Society 107, Filadelfia, 1975, págs. 128 s., sostiene la dependencia del testimonio de Diógenes Laercio. 30 KL. SCH~PSDAU, ((Einleitung ... », pág. 135, nota 79. 31 L. POST, «The preludes to Plato's Laws», Transactions of the Ame- rican Philological Association 60 (1929), 10 s.; Reseña de Les Lois ..., É DES P ~ ~ c n s , American Journal of Philology 75 (1954), 202. S. DUSANIC, «Platon, la question messénienne et les guerres contre les Barbares)), P. BRULÉ-J. OULHEN (eds.), Esclavage, guerre, économie en Crece ancien- ne. Hommage a Yvon Garlan, Rennes, 1997, pags. 84 s. ve en el discurso de Isócrates diferentes alusiones a los miembros de la Academia. La refe- rencia directa a los legisladores prácticos queda claramente evidenciada en el $ 83. Las alusiones en los $ $ 258-269 son demasiado generales co- 16 LEYES pués de la muerte de Platón, es muy improbable que Isó- crates pudiera conocer ya en el 353 la versión de una obra que se encontraba todavía en ((tablillas de cera)) ya sea in- terpretada esta expresión de Diógenes Laercio (111 37) de manera literal o metafórica 32. 2) Existen algunos pasajes del diálogo que han sido to- mados como referencias a acontecimientos contemporáneos y que podrían indicar un terminus post quem para la escritu- ra de, por lo menos, algunas partes de la obra. Dos son los de mayor fundamento textual. En el primer libro (638b) hay una referencia a la victoria de los siracusanos sobre los lo- crenses que ha sido interpretada como la toma de la ciudad por Dionisio 11 en el 352 a. C.33. En el duodécimo libro (944a8-bl) se ha visto una alusión al destino de los prisio- neros de guerra locrenses después de la batalla junto a los mo para sostener que alguna de ellas se refiera a Platón, es más en el 9 269 no se menciona su nombre. Tampoco puede interpretarse el 148como una alusión a la lección de PLATÓN, Sobre el bien. '' Algo similar puede decirse de la otra supuesta referencia de Isó- CRATES a la obra en Filipo (V), 12. Allí afirma que los discursos dirigidos al público en las fiestas son inútiles como d a s leyes (nómoi) y las repú- blicas (politeiai) escritas por los sofistas». La elección de las palabras coincide con los títulos de los tratados más importantes de Platón. L. A. POST, ((Preludes.. .», pág. 10, también niega que aquí haya una referencia a Platón. Últimamente, KL. SCHOPSDAU, ((Einleitung ... », pág. 142 s., ha puesto en duda que Isócrates haga referencia a esos diálogos. Por el con- trario, S. DUSANIC, Zstorija i politika u Platonovim «Zakonima», Belgra- do, 1990, págs. 71, 361, defiende la hipótesis de la alusión a las Leyes, para lo cual debe sostener la rápida publicación del diálogo, ya en el 347 a. C. (págs. 86, 362). '' W A. OLDFATHEK, «The date of Plato's Lawsn, American Journal of Philology 44 (1923), 275 s.; L. ROBIN, reseña de W. A. OLDFATIER, «The date.. .», Revue des Études Grecques 42 (1 929), 22 1 ; L. TARÁN, Academica ..., pág. 132, nota 554; KL. SCHOPSDAU, ((Einleitung ... », pág. 135; A. FUKS, «Plato and the social question: the problem of poverty and riches in the Laws)), Ancient Society 10 (1979), 34. peñascos Fedriadas (3541353 a. C.)34 O a1 de los cautivos focios después de la batalla en la llanura de Crocos (3531352 a. C.)35 en la, así llamada, Guerra Santa36. La in- terpretación del primer pasaje, que se remonta a principios del siglo X I X ~ ~ , choca con la dificultad de que Platón difí- cilmente atribuiría esa victoria de Dionisio 11 a los siracusa- nos y, mucho menos, al hecho de que Siracusa fuera más poderosa que Lócrida, dado que en ese momento Dionisio 11 ya había sido expulsado del poder en la ciudad siciliana y en Siracusa todavía no había fracasado definitivamente el in- tento de la Academia de instaurar un gobierno según los principios filosófico^^^. En el segundo caso, la referencia es demasiado ambigua como para ver en ella una alusión a un hecho concreto. 34 Filomelo, el jefe de los focios en la tercera guerra santa, obligó a los prisioneros locrenses a arrojarse al precipicio (DIODORO, XVI 28,3) Filipo 11 venció a los focios comandados por Onomarco en la bata- lla que se desarrolló en la llanura de Crocos junto al golfo de Págasas y arrojó al mar a los prisioneros como ladrones de templo (DIODORO, XVI 35, 5-6). Cf. S. DUSANIC, «La question messénienne.. .», pág. 82. 36 G. GROTE, Plato and the other companions of Socrates, 111, 4.a edi- ción, Londres, 1888, pág. 41 3, nota l . '' A. BOCK, Zn Platonis qui vulgo fertur 'Minoem' eiusdemque libros priores de legibus, Halen, 1806, pág. 73. Como acertadamente hace notar L. Pon , reseña de Lois.. ., pág. 202, en el 352, cuando toma la ciudadela de Lócrida, Dionisio 11 se encontraba en guerra con Siracusa. Las razones que da W. A. OLDFATI-IER, ((Lokroin, RE, XIII, col. 1334, para rechazar el testimonio de JUSTINO, XX 5, 1 de que Dionisio 1 había tomado Lócrida no son convincentes (cf. PLUTARCO, Vidas Paralelas, Timoleón 6). Sobre los ecos negativos que despertó la campaña de Dionisio 1 en la Magna Grecia, cf. C. BEARZOT, Platone e i 'moderati' ateniesi, Memorie dell'istituto Lombardo, Accademia di Scienze e Lettere. Classi di Lettere-Scienze Morali e Storiche 37, 1, Mi- ián, 1981, págs. 128 ss., 132 s. 16 LEYES pués de la muerte de Platón, es muy improbable que Isó- crates pudiera conocer ya en el 353 la versión de una obra que se encontraba todavía en ((tablillas de cera)) ya sea in- terpretada esta expresión de Diógenes Laercio (111 37) de manera literal o metafórica 32. 2) Existen algunos pasajes del diálogo que han sido to- mados como referencias a acontecimientos contemporáneos y que podrían indicar un terminus post quem para la escritu- ra de, por lo menos, algunas partes de la obra. Dos son los de mayor fundamento textual. En el primer libro (638b) hay una referencia a la victoria de los siracusanos sobre los lo- crenses que ha sido interpretada como la toma de la ciudad por Dionisio 11 en el 352 a. C.33. En el duodécimo libro (944a8-bl) se ha visto una alusión al destino de los prisio- neros de guerra locrenses después de la batalla junto a los mo para sostener que alguna de ellas se refiera a Platón, es más en el 9 269 no se menciona su nombre. Tampoco puede interpretarse el 148 como una alusión a la lección de PLATÓN, Sobre el bien. '' Algo similar puede decirse de la otra supuesta referencia de Isó- CRATES a la obra en Filipo (V), 12. Allí afirma que los discursos dirigidos al público en las fiestas son inútiles como d a s leyes (nómoi) y las repú- blicas (politeiai) escritas por los sofistas». La elección de las palabras coincide con los títulos de los tratados más importantes de Platón. L. A. POST, ((Preludes.. .», pág. 10, también niega que aquí haya una referencia a Platón. Últimamente, KL. SCHOPSDAU, ((Einleitung ... », pág. 142 s., ha puesto en duda que Isócrates haga referencia a esos diálogos. Por el con- trario, S. DUSANIC, Zstorija i politika u Platonovim «Zakonima», Belgra- do, 1990, págs. 71, 361, defiende la hipótesis de la alusión a las Leyes, para lo cual debe sostener la rápida publicación del diálogo, ya en el 347 a. C. (págs. 86, 362). '' W A. OLDFATHEK, «The date of Plato's Lawsn, American Journal of Philology 44 (1923), 275 s.; L. ROBIN, reseña de W. A. OLDFATIER, «The date.. .», Revue des Études Grecques 42 (1 929), 22 1 ; L. TARÁN, Academica ..., pág. 132, nota 554; KL. SCHOPSDAU, ((Einleitung ... », pág. 135; A. FUKS, «Plato and the social question: the problem of poverty and riches in the Laws)), Ancient Society 10 (1979), 34. peñascos Fedriadas (3541353 a. C.)34 O a1 de los cautivos focios después de la batalla en la llanura de Crocos (3531352 a. C.)35 en la, así llamada, Guerra Santa36. La in- terpretación del primer pasaje, que se remonta a principios del siglo X I X ~ ~ , choca con la dificultad de que Platón difí- cilmente atribuiría esa victoria de Dionisio 11 a los siracusa- nos y, mucho menos, al hecho de que Siracusa fuera más poderosa que Lócrida, dado que en ese momento Dionisio 11 ya había sido expulsado del poder en la ciudad siciliana y en Siracusa todavía no había fracasado definitivamente el in- tento de la Academia de instaurar un gobierno según los principios filosófico^^^. En el segundo caso, la referencia es demasiado ambigua como para ver en ella una alusión a un hecho concreto. 34 Filomelo, el jefe de los focios en la tercera guerra santa, obligó a los prisioneros locrenses a arrojarse al precipicio (DIODORO, XVI 28,3) Filipo 11 venció a los focios comandados por Onomarco en la bata- lla que se desarrolló en la llanura de Crocos junto al golfo de Págasas y arrojó al mar a los prisioneros como ladrones de templo (DIODORO, XVI 35, 5-6). Cf. S. DUSANIC, «La question messénienne.. .», pág. 82. 36 G. GROTE, Plato and the other companions of Socrates, 111, 4.a edi- ción, Londres, 1888, pág. 41 3, nota l . '' A. BOCK, Zn Platonis qui vulgo fertur 'Minoem' eiusdemque libros priores de legibus, Halen, 1806, pág. 73. Como acertadamente hace notar L. Pon , reseña de Lois.. ., pág. 202, en el 352, cuando toma la ciudadela de Lócrida, Dionisio 11 se encontraba en guerra con Siracusa. Las razones que da W. A. OLDFATI-IER, ((Lokroin, RE, XIII, col. 1334, para rechazar el testimonio de JUSTINO, XX 5, 1 de que Dionisio 1 había tomado Lócrida no son convincentes (cf. PLUTARCO, Vidas Paralelas, Timoleón 6). Sobre los ecos negativos que despertó la campaña de Dionisio 1 en la Magna Grecia, cf. C. BEARZOT, Platone e i 'moderati' ateniesi, Memorie dell'istituto Lombardo, Accademia di Scienze e Lettere. Classi di Lettere-Scienze Morali e Storiche 37, 1, Mi- ián, 1981, págs. 128 ss., 132 s. 18 LEYES 3) La estilometría no revela diferencias significativas en cuanto ala época de composición de la obra. Las Leyes se encuentran en el grupo de obras tardías y parecerían haber sido sucedidas por la Epínomis, el Timeo y el Critias con seguridad. Los datos estrictamente estilométricos apuntan a la secuencia: Leyes, Político, Epinomis, Carta VIII, Timeo y Critias 39. 4) Hay quienes quieren ver un indicio del estado inaca- bado de la obra en ciertas contradicciones e incongruencias 39 G . R. LEDGER, Re-counting Plato. A computer analysis of Plato's síyle, Oxford 1989, págs. 205-209. Otras series de diálogos han sido pro- puestas Últimamente, partiendo de lapetitio principii de que las Leyes son la Última obra de Platón. Cf. D. R. Cox-L. BRANWOOD, «On a discrimi- natory problem connected with the works of Plato)), Journal ofthe Roya1 Statistical Socieíy, Series B, X X I 1, (1959), 195-200; D. WISIIART-St. V. LEACH, «A multivariate analysis of Platonic prose Rhythm)), Computer Studies in the Humanities and Verbal Behavior 3, 2 (1970), 90-99; L. BRANWOOD, The chronology of Plato 'S dialogues, Cambridge, 1990. Véase también el panorama ofrecido por TH. ROBINSON, «Plato and the Computer)), Ancient Philosophy 12 (1992), 375-382. Independientemente de las dificultades metodológicas que implica la presuposición de que el intérprete puede determinar cuáles son los rasgos conscientes o incons- cientes del estilo de un autor que ha vivido en un momento y una socie- dad totalmente diferentes, el supuesto de que hay un desarrollo rectilíneo de los rasgos inconscientes del estilo implica también una concepción in- fantilmente simplista de la composición de los diferentes diálogos, por ejemplo que fueron escritos unos después de otros y que en ningún mo- mento el autor estaba escribiendo más de un diálogo, que estos diálogos no fueron corregidos una vez escritos, que fueron inmediatamente publi- cados, y basten estos puntos para no alargar innecesariamente una nota detallando aspectos que deberían ser sobradamente conocidos para cual- quier estudiante. H. THESLEFF, Studies in Platonic chronology, Commen- tationes Humanarum Litterarum 70, Helsinki-Helsingfors, 1982, págs. 202 s., considera cierto que las Leyes se compusieron después del Político, el TNneo y el Critias, mientras que mantiene que el Filebo se compuso en la misma época. que se creen detectar en el texto4'. Tal como ha sido señala- do más arriba, ésta es una petición de principio que no pue- de basarse en la evidencia del resto del corpus ni parece una forma de sana filología especular acerca de lo que hubiera hecho el auto; en caso de haber terminado una obra que no sabemos si ha terminado. Mucho menos aún pueden ex- traerse de estos hechos conclusiones acerca de la datación. 5) Sobre la base de la carta 111 (3 16a), L. A. Post4' avan- za la hipótesis de que los primeros libros de las Leyes se comenzaron a escribir en el 367 a. C. y que los cuatro pri- meros libros estaban ya en manos de Dionisio 11 en el 360 a. C.42. Aunque la autenticidad del testimonio de la carta ter- cera es como mínimo dudosa, muestra al menos que la cuestión de la datación de la obra no tiene una respuesta unívoca y que, por lo tanto, hay que ser muy cauto en el momento de pronunciar una hipótesis acerca de la fecha de composición del diálogo. De estas evidencias puede concluirse con cierta certeza que las Leyes adquirieron su forma definitiva durante la ú1- tima etapa de la vida de Platón, sin que se pueda determinar a ciencia cierta si son realmente su última obra o no. No obstante, dada la ingente cantidad de material elaborado, que no incluye únicamente reflexiones de tipo filosófico y educativo como pueden encontrarse en la República, sino que presupone también una acumulación de datos de la rea- lidad jurídica, histórica y cultural no sólo del mundo griego, es difícil concebir una redacción de la obra de una vez. La simple organización y formulación de los pensamientos y 40 Cf. supra, nota 24. 4 1 ((Preludes ... », págs. 7s., 13. 42 Contra esta interpretación, cf. S. DUSANIC, Zstorija ..., págs. 76 s., 362. 18 LEYES 3) La estilometría no revela diferencias significativas en cuanto a la época de composición de la obra. Las Leyes se encuentran en el grupo de obras tardías y parecerían haber sido sucedidas por la Epínomis, el Timeo y el Critias con seguridad. Los datos estrictamente estilométricos apuntan a la secuencia: Leyes, Político, Epinomis, Carta VIII, Timeo y Critias 39. 4) Hay quienes quieren ver un indicio del estado inaca- bado de la obra en ciertas contradicciones e incongruencias 39 G . R. LEDGER, Re-counting Plato. A computer analysis of Plato's síyle, Oxford 1989, págs. 205-209. Otras series de diálogos han sido pro- puestas Últimamente, partiendo de lapetitio principii de que las Leyes son la Última obra de Platón. Cf. D. R. Cox-L. BRANWOOD, «On a discrimi- natory problem connected with the works of Plato)), Journal ofthe Roya1 Statistical Socieíy, Series B, X X I 1, (1959), 195-200; D. WISIIART-St. V. LEACH, «A multivariate analysis of Platonic prose Rhythm)), Computer Studies in the Humanities and Verbal Behavior 3, 2 (1970), 90-99; L. BRANWOOD, The chronology of Plato 'S dialogues, Cambridge, 1990. Véase también el panorama ofrecido por TH. ROBINSON, «Plato and the Computer)), Ancient Philosophy 12 (1992), 375-382. Independientemente de las dificultades metodológicas que implica la presuposición de que el intérprete puede determinar cuáles son los rasgos conscientes o incons- cientes del estilo de un autor que ha vivido en un momento y una socie- dad totalmente diferentes, el supuesto de que hay un desarrollo rectilíneo de los rasgos inconscientes del estilo implica también una concepción in- fantilmente simplista de la composición de los diferentes diálogos, por ejemplo que fueron escritos unos después de otros y que en ningún mo- mento el autor estaba escribiendo más de un diálogo, que estos diálogos no fueron corregidos una vez escritos, que fueron inmediatamente publi- cados, y basten estos puntos para no alargar innecesariamente una nota detallando aspectos que deberían ser sobradamente conocidos para cual- quier estudiante. H. THESLEFF, Studies in Platonic chronology, Commen- tationes Humanarum Litterarum 70, Helsinki-Helsingfors, 1982, págs. 202 s., considera cierto que las Leyes se compusieron después del Político, el TNneo y el Critias, mientras que mantiene que el Filebo se compuso en la misma época. que se creen detectar en el texto4'. Tal como ha sido señala- do más arriba, ésta es una petición de principio que no pue- de basarse en la evidencia del resto del corpus ni parece una forma de sana filología especular acerca de lo que hubiera hecho el auto; en caso de haber terminado una obra que no sabemos si ha terminado. Mucho menos aún pueden ex- traerse de estos hechos conclusiones acerca de la datación. 5) Sobre la base de la carta 111 (3 16a), L. A. Post4' avan- za la hipótesis de que los primeros libros de las Leyes se comenzaron a escribir en el 367 a. C. y que los cuatro pri- meros libros estaban ya en manos de Dionisio 11 en el 360 a. C.42. Aunque la autenticidad del testimonio de la carta ter- cera es como mínimo dudosa, muestra al menos que la cuestión de la datación de la obra no tiene una respuesta unívoca y que, por lo tanto, hay que ser muy cauto en el momento de pronunciar una hipótesis acerca de la fecha de composición del diálogo. De estas evidencias puede concluirse con cierta certeza que las Leyes adquirieron su forma definitiva durante la ú1- tima etapa de la vida de Platón, sin que se pueda determinar a ciencia cierta si son realmente su última obra o no. No obstante, dada la ingente cantidad de material elaborado, que no incluye únicamente reflexiones de tipo filosófico y educativo como pueden encontrarse en la República, sino que presupone también una acumulación de datos de la rea- lidad jurídica, histórica y cultural no sólo del mundo griego,es difícil concebir una redacción de la obra de una vez. La simple organización y formulación de los pensamientos y 40 Cf. supra, nota 24. 4 1 ((Preludes ... », págs. 7s., 13. 42 Contra esta interpretación, cf. S. DUSANIC, Zstorija ..., págs. 76 s., 362. 20 LEYES principios filosóficos en un código legal racionalmente or- ganizado -algo de lo que la obra es el primer testimonio que poseemos- implica un esfuerzo y una reflexión que deben de haberse extendido a lo largo de los años. La forma en que surge el texto, por tanto, fue con seguridad muy dis- tinta de la de la República -la obra que más se aproxima en extensión-. En estas circunstancias, la cuestión de la redacción final adquiere un valor totalmente diferente. Pro- bablemente, Platón comenzaría con la recolección de los datos en una etapa muy temprana de su vida antes de su primer viaje a Siracusa (389 a. C.), puesto que, como expre- sa en la carta séptima (326a-c), ya en esa época llegó a la ciudad con la finalidad de aplicar sus doctrinas La acumulación de materiales y su plasmación en un diálo- go debe de haber ocupado la mayor parte de la vida inte- lectual de Platón, es decir que la composición de la obra tie- ne que haber sido simultánea a los trabajos realizados en otros ámbitos y la concepción general tiene que haber que- dado plasmada relativamente temprano. La Carta III (3 16a), si es auténtica, muestra que ya en el momento del segundo viaje a Sicilia (3661365 a. C.), Platón había concebido inno- 43 KL.. SCHOPSDAU, ((Einleitung ... », pág. 137, refiere el texto de 328b a la composición de las Leyes, dado que allí Platón afirma que el segundo viaje a Sicilia lo emprendió para poner en práctica sus pensamientos so- bre «leyes y sistemas políticos)). Aunque se trata de un giro similar al que se utiliza al comienzo de las Leyes (625b) para designar el tema del diá- logo (((sistemas políticos y leyes»), se trata de un contexto muy general. Es verdad, no obstante, que todas las experiencias sicilianas suponen la presencia ya de trabajos previos que han desembocado, sin lugar a dudas, en el diálogo que nos ocupa. C. RITTER, Gesetze ..., 11, pág. 156, formula la hipótesis de que la obra pudo haber sido escrita como proyecto político guía del gobierno de Dion. O. GIGON, «Das Einleitungsgesprach der Ge- setze Platons, Museum Helveticum 11 (1954), especialmente pág. 230, sostiene que se trata de un antiguo proyecto retomado tardíamente. vaciones revolucionarias como la de los preámbulos de las leyes. No es improbable que muchos de los preámbulos y de las leyes que haya escrito en ese momento se encuentren ahora en el texto que poseemos44. Si se tienen en cuenta las dimensiones del diálogo, podría proponerse hipotéticamente como momento en que comienza la segunda fase de la com- posición45, es decir la ordenación del material y la escritura de la versión provisional, la vuelta de Platón de su segundo viaje a Siracusa (ea. 3651364 a. C.). Por último, la redacción definitiva tiene que haberse realizado en distintas etapas y haber incluido nuevos materiales, nuevas formulaciones, etc. Sin lugar a duda, las Leyes eran consideradas por su autor su obra más importante y, por ello, su realización acompañó casi toda su vida intelectual 46. 3. Edición Tal como se ha indicado más arriba, una vez aceptada durante el siglo pasado la autenticidad de las Leyes, una parte de la crítica supuso que la muerte de Platón había de- jado el texto sin terminar y que su secretario Filipo de Opunte lo había editado introduciendo interpolaciones rela- tivamente amplias para finalizarlo o bien combinando dos " a. SCHOPSDAU, ((Einleitung ... », pág. 137 s., nota 87. 45 Para las distintas fases en la composición del libro, he seguido la interpretación ofrecida por T. DORANDI, «Den Autoren über die Schulter geschaut. Arbeitsweise und Autographie bei den antiken Schrifstellem», Zeitschriftfür Papyrologie und Epigraphik 87 (1991), 11-33. 46 Tradicionalmente, los intérpretes tienden a colocar la composición del diálogo en los últimos diez o quince años de la vida de Platón, cf. E. BARKER, Political Theo ry..., pág. 338; F. ADORNO, ((Dialettica e politica in Platone: saggio su1 'Politico' e sulle 'Leggi')), Atti e Memorie dell' Accademia Toscana di Scienze e Lettere, La «Colombaria» 20 (1955), 166, nota 1. 20 LEYES principios filosóficos en un código legal racionalmente or- ganizado -algo de lo que la obra es el primer testimonio que poseemos- implica un esfuerzo y una reflexión que deben de haberse extendido a lo largo de los años. La forma en que surge el texto, por tanto, fue con seguridad muy dis- tinta de la de la República -la obra que más se aproxima en extensión-. En estas circunstancias, la cuestión de la redacción final adquiere un valor totalmente diferente. Pro- bablemente, Platón comenzaría con la recolección de los datos en una etapa muy temprana de su vida antes de su primer viaje a Siracusa (389 a. C.), puesto que, como expre- sa en la carta séptima (326a-c), ya en esa época llegó a la ciudad con la finalidad de aplicar sus doctrinas La acumulación de materiales y su plasmación en un diálo- go debe de haber ocupado la mayor parte de la vida inte- lectual de Platón, es decir que la composición de la obra tie- ne que haber sido simultánea a los trabajos realizados en otros ámbitos y la concepción general tiene que haber que- dado plasmada relativamente temprano. La Carta III (3 16a), si es auténtica, muestra que ya en el momento del segundo viaje a Sicilia (3661365 a. C.), Platón había concebido inno- 43 KL.. SCHOPSDAU, ((Einleitung ... », pág. 137, refiere el texto de 328b a la composición de las Leyes, dado que allí Platón afirma que el segundo viaje a Sicilia lo emprendió para poner en práctica sus pensamientos so- bre «leyes y sistemas políticos)). Aunque se trata de un giro similar al que se utiliza al comienzo de las Leyes (625b) para designar el tema del diá- logo (((sistemas políticos y leyes»), se trata de un contexto muy general. Es verdad, no obstante, que todas las experiencias sicilianas suponen la presencia ya de trabajos previos que han desembocado, sin lugar a dudas, en el diálogo que nos ocupa. C. RITTER, Gesetze ..., 11, pág. 156, formula la hipótesis de que la obra pudo haber sido escrita como proyecto político guía del gobierno de Dion. O. GIGON, «Das Einleitungsgesprach der Ge- setze Platons, Museum Helveticum 11 (1954), especialmente pág. 230, sostiene que se trata de un antiguo proyecto retomado tardíamente. vaciones revolucionarias como la de los preámbulos de las leyes. No es improbable que muchos de los preámbulos y de las leyes que haya escrito en ese momento se encuentren ahora en el texto que poseemos44. Si se tienen en cuenta las dimensiones del diálogo, podría proponerse hipotéticamente como momento en que comienza la segunda fase de la com- posición45, es decir la ordenación del material y la escritura de la versión provisional, la vuelta de Platón de su segundo viaje a Siracusa (ea. 3651364 a. C.). Por último, la redacción definitiva tiene que haberse realizado en distintas etapas y haber incluido nuevos materiales, nuevas formulaciones, etc. Sin lugar a duda, las Leyes eran consideradas por su autor su obra más importante y, por ello, su realización acompañó casi toda su vida intelectual 46. 3. Edición Tal como se ha indicado más arriba, una vez aceptada durante el siglo pasado la autenticidad de las Leyes, una parte de la crítica supuso que la muerte de Platón había de- jado el texto sin terminar y que su secretario Filipo de Opunte lo había editado introduciendo interpolaciones rela- tivamente amplias para finalizarlo o bien combinando dos " a. SCHOPSDAU, ((Einleitung ... », pág. 137 s., nota 87. 45 Para las distintas fases en la composición del libro, he seguido la interpretación ofrecida por T. DORANDI, «Den Autoren über die Schulter geschaut. Arbeitsweise und Autographiebei den antiken Schrifstellem», Zeitschriftfür Papyrologie und Epigraphik 87 (1991), 11-33. 46 Tradicionalmente, los intérpretes tienden a colocar la composición del diálogo en los últimos diez o quince años de la vida de Platón, cf. E. BARKER, Political Theo ry..., pág. 338; F. ADORNO, ((Dialettica e politica in Platone: saggio su1 'Politico' e sulle 'Leggi')), Atti e Memorie dell' Accademia Toscana di Scienze e Lettere, La «Colombaria» 20 (1955), 166, nota 1. 22 LEYES escritos inacabados en una sola obra4'. La cuestión de la unidad del diálogo y de su significación para el análisis del pensamiento platónico está muy unida a la de la supuesta edición ya que esta última implica determinar si Platón ha- bía puesto o no un punto final a Su obra. Independiente- mente del grado de intervención que se asigne a Filipo de Opunte, hay un acuerdo generalizado acerca de su actividad editora y, por tanto, correctora de una obra no acabada. A los tres testimonios mencionados más arriba (cf. supra pág. 14 s.) debe añadirse la noticia de la Suda (s. v. philósophos) que sostiene que Filipo dividió la obra en doce libros y que agregó el decimotercero (la Epínomis). La noticia no hace sino interpretar en sentido literal lo que dice Diógenes Laer- cio 111 37 quien afirma: «Algunos dicen que Filipo de Opunte t r an~cr ib ió~~ sus [de Platón] Leyes que se encontra- ban en tablillas de cera. También dicen que la Epínomis es de Filipo)). Según la noticia de la Suda, la actividad de Fili- po habría consistido precisamente en pasar a rollos de papi- ros (de ahí la división en libros) el contenido de las tablillas de cera que Platón habría dejado a su muerte4'. Esa única 47 LOS representantes más importantes de esta corriente interpretativa son: 1. BRUNS, Platos Gesetze vor und nach ihrer Herausgabe durch Philippos von Opus, Weimar, 1880; TA. BERGK, «Platos 'Gesetze')), Fünf Abhandlungen zur Geschichte der griechischen Philosophie und Astro- nomie, Leipzig, 1883, págs. 41-1 16 y M. KRIEG, Die Überarbeitung der platonischen 'Gesetze' durch Philipp von Opus, Friburgo del Br., 1896. 48 ES imposible interpretar el verbo metégrapsen en el sentido de re- escribir, como algunos han interpretado (L. TARAN, Academica.. ., pág. 130, nota 543; T. DORANDI, ((Autoren.. .», 3 1). 49 Cf. H. ALLINE, Histoire du texte de Platon, París, 1915, págs. 23- 26; M. VANHOUTTE, Philosophiepolitique ..., págs. 7-14. Es probable que la división en libros se haya realizado en Alejandría, como sostiene M. WOHLRAB, «Die Platonhadnschriften und ihre gegenseitigen Beziehun- gen», Jahrbücher für classische Philologie 15, Supplementband (1887), pág. 658; H. ALLINE, Histoire ..., pág. 99. versión del escrito quedó a disposición de la Academia a la muerte del maestro y no variaba, probablemente, de las que se encontraban anteriormente en tablillas de cera, sino en aquello que solían variar todas las copias realizadas por un copista50. En ningún lugar se afirma que Filipo haya reali- zado una edición5' ni que la obra se hubiera terminado. Lo único que se afirma es que Filipo hizo una copia en otro so- porte, probablemente papiro. Es más, existen testimonios de que la publicación de los diálogos platónicos, e. d. su puesta a disposición del gran público se realizó mucho más tarde, bajo la dirección de Polemón, poco antes del 313 a. C. (Diógenes Laercio 111 66) 52. Además, Diógenes dice sólo que «algunos» sostienen esa versión, no la da en absoluto por algo cierto. En caso de aceptarla, es evidente, a partir de lo que antecede, que Filipo no editó ni corrigió la obra, ya que no se trataba sino de una copia hecha para conservar mejor el texto. Incluso tras la intervención de Filipo el escrito (s+ngramma) seguía siendo inédito (anékdotonY3, de la misma manera que lo eran aún Se ha especulado demasiado sobre el sentido de la expresión «en (tablillas de) cera)). El único hecho efectivo es que no existe ninguna uti- lización metafórica del término (cf. T. DORANDI, ((Autoren.. .», 31, nota 138). 5 1 Sobre el concepto de edición (ékdosis), cf. B. A. VAN GRONINGEN, «"E~Goaio», ~nem&ne, S. IV.6 (1963), 1-17. 52 B. A. VAN GRONINGEN, «"E~Goaic ... », págs. 8 SS. Es interesante notar que G. JACI-IMANN, «Der Platontext~, Nachrichten von der Akade- mie der Wissenschajien in Gottingen, PhiL-Hist. Klasse 11 (1941), 334, 341 s. ha sostenido, con argumentos convincentes, que la existencia de una supuesta edición académica de las obras de Platón no es sino un mi- to. Cf. E DES PLACES, «Le texte des 'Lois' de Platon)), Revue de Philolo- gie 20 (1946), 23. 53 B. A. VAN GRONINGEN, ( ( " E K ~ ~ Y ... », 10. Sobre el significado de anékdoton cf. quoque R. DEVREESSE, Introduction 2 1' étude des manus- crits grecs, París, 1954, pág. 77. 22 LEYES escritos inacabados en una sola obra4'. La cuestión de la unidad del diálogo y de su significación para el análisis del pensamiento platónico está muy unida a la de la supuesta edición ya que esta última implica determinar si Platón ha- bía puesto o no un punto final a Su obra. Independiente- mente del grado de intervención que se asigne a Filipo de Opunte, hay un acuerdo generalizado acerca de su actividad editora y, por tanto, correctora de una obra no acabada. A los tres testimonios mencionados más arriba (cf. supra pág. 14 s.) debe añadirse la noticia de la Suda (s. v. philósophos) que sostiene que Filipo dividió la obra en doce libros y que agregó el decimotercero (la Epínomis). La noticia no hace sino interpretar en sentido literal lo que dice Diógenes Laer- cio 111 37 quien afirma: «Algunos dicen que Filipo de Opunte t r an~cr ib ió~~ sus [de Platón] Leyes que se encontra- ban en tablillas de cera. También dicen que la Epínomis es de Filipo)). Según la noticia de la Suda, la actividad de Fili- po habría consistido precisamente en pasar a rollos de papi- ros (de ahí la división en libros) el contenido de las tablillas de cera que Platón habría dejado a su muerte4'. Esa única 47 LOS representantes más importantes de esta corriente interpretativa son: 1. BRUNS, Platos Gesetze vor und nach ihrer Herausgabe durch Philippos von Opus, Weimar, 1880; TA. BERGK, «Platos 'Gesetze')), Fünf Abhandlungen zur Geschichte der griechischen Philosophie und Astro- nomie, Leipzig, 1883, págs. 41-1 16 y M. KRIEG, Die Überarbeitung der platonischen 'Gesetze' durch Philipp von Opus, Friburgo del Br., 1896. 48 ES imposible interpretar el verbo metégrapsen en el sentido de re- escribir, como algunos han interpretado (L. TARAN, Academica.. ., pág. 130, nota 543; T. DORANDI, ((Autoren.. .», 3 1). 49 Cf. H. ALLINE, Histoire du texte de Platon, París, 1915, págs. 23- 26; M. VANHOUTTE, Philosophiepolitique ..., págs. 7-14. Es probable que la división en libros se haya realizado en Alejandría, como sostiene M. WOHLRAB, «Die Platonhadnschriften und ihre gegenseitigen Beziehun- gen», Jahrbücher für classische Philologie 15, Supplementband (1887), pág. 658; H. ALLINE, Histoire ..., pág. 99. versión del escrito quedó a disposición de la Academia a la muerte del maestro y no variaba, probablemente, de las que se encontraban anteriormente en tablillas de cera, sino en aquello que solían variar todas las copias realizadas por un copista50. En ningún lugar se afirma que Filipo haya reali- zado una edición5' ni que la obra se hubiera terminado. Lo único que se afirma es que Filipo hizo una copia en otro so- porte, probablemente papiro. Es más, existen testimonios de que la publicación de los diálogos platónicos, e. d. su puesta a disposición del gran público se realizó mucho más tarde, bajo la dirección de Polemón, poco antes del 313 a. C. (Diógenes Laercio 111 66) 52. Además, Diógenes dice sólo que «algunos» sostienen esa versión, no la da en absoluto por algo cierto. En caso de aceptarla, es evidente, a partir de lo que antecede, que Filipo no editó ni corrigió la obra, ya que no se trataba sino de una copia hecha paraconservar mejor el texto. Incluso tras la intervención de Filipo el escrito (s+ngramma) seguía siendo inédito (anékdotonY3, de la misma manera que lo eran aún Se ha especulado demasiado sobre el sentido de la expresión «en (tablillas de) cera)). El único hecho efectivo es que no existe ninguna uti- lización metafórica del término (cf. T. DORANDI, ((Autoren.. .», 31, nota 138). 5 1 Sobre el concepto de edición (ékdosis), cf. B. A. VAN GRONINGEN, «"E~Goaio», ~nem&ne, S. IV.6 (1963), 1-17. 52 B. A. VAN GRONINGEN, «"E~Goaic ... », págs. 8 SS. Es interesante notar que G. JACI-IMANN, «Der Platontext~, Nachrichten von der Akade- mie der Wissenschajien in Gottingen, PhiL-Hist. Klasse 11 (1941), 334, 341 s. ha sostenido, con argumentos convincentes, que la existencia de una supuesta edición académica de las obras de Platón no es sino un mi- to. Cf. E DES PLACES, «Le texte des 'Lois' de Platon)), Revue de Philolo- gie 20 (1946), 23. 53 B. A. VAN GRONINGEN, ( ( " E K ~ ~ Y ... », 10. Sobre el significado de anékdoton cf. quoque R. DEVREESSE, Introduction 2 1' étude des manus- crits grecs, París, 1954, pág. 77. 24 LEYES todos los diálogos en el momento que Zenón quiso consul- tarlos después de 3 13 a. C., según el testimonio de Diógenes antes citado, ya que lo único que podía hacer era leerlos en la Academia pagando un precio por la consultas4. Si las Le- yes se encontraban aún en tablillas de cera a la muerte de Platón, era con toda seguridad para evitar sucesos como los de Hermodoro, en los que un alumno realizaba copias que luego vendía (Cenobio V 6 = CPG 1 116). En otras pala- bras, lo único que puede deducirse de la noticia de Diógenes es que la importancia que Platón daba a su proyecto político concreto era tal que había decidido no permitir el acceso irrestricto ni siquiera a los alumnos de la Academiass. Esta interpretación echa por tierra también el supuesto carácter 'popular' de la obra que nos ocupa. 54 Aunque esta interpretación acepta sin discutir la datación de H. ALLINE, Histoire ..., pág. 40, hay que señalar que A. CAKLINI, «Linee di una storia del testo del Fedone)), Studi classici e orientali, 17 (1968), pág. 140 s., propone una fecha aún más tardía para esta edición, a media- dos del siglo 111 a. C. La existencia de resúmenes del libro hecho por alumnos, como confirma el testimonio de DIÓGENES LAERCIO, V 22 (cf. F. DELLA CORTE, «Otto papiri letterari)), Rivista di Filologia e di Zstruzione Classica 14 [1936], 405), si bien no implica que no se hubieran editado las Leyes, se compadece mejor con la hipótesis aquí propuesta. Por otra parte, estas re- flexiones pueden ayudar a comprender la carencia absoluta de solidez científica y de rigor filológico de algunas propuestas como la de A. BOR- TOLOTTI, Religione.. ., pág. 260, quien, considerando espurio el diálogo supone que el texto fue tempranamente unido al corpus Platonicum y se encontraba ya publicado antes del 336 a. C. Para A. FUKS, «Plato and the social question ... », pág. 34, está firmemente establecido que las Leyes fueron publicadas en el 347 a. C. 11. CARACTERÍSTICAS DRAMATICAS Y ESTRUCTURA " Se ha convertido en un lugar común considerar la forma dialógica de las Leyes encuadrándola dentro de un supuesto estilo platónico tardío57. NO obstante, la estructura dramáti- ca y las características del diálogo son peculiares y se dife- rencian claramente de las otras obras de esa época, no sólo por la extensión, sino también por la forma. En primer lu- gar, la relación entre el personaje principal y los restantes interlocutores, la situación dialógica, es completamente dis- tinta: no se trata de una conversación entre individuos ini- ciados en la filosofía, como sucede en cualquiera de los otros diálogos de ese período, ni son exclusivamente filosó- ficos los problemas que se consideran. Tampoco se trata de una escena que se desarrolle en un sitio específico (una pa- lestra, una casa, etc.) sino que el lugar en el que sucede es un camino que es recorrido. Los interlocutores se encuen- tran en un movimiento constante que parte de la Cnosos real y se desarrolla hasta la gruta de Zeus, donde Minos recibió las enseñanzas y las leyes de su padre y donde quedará de- finitivamente acabada la pintura normativa de la futura Magnesia. La obra mezcla, a su vez, pasajes que se aproxi- man a los escritos del primer Platón -como sucede a lo " Un análisis de los aspectos literarios del diálogo puede encontrarse en A. NIGHTINGALE, «Writing/Reading a sacred text: a literary interpre- tation of Plato's Laws», Classical Philolog~ 88 (1993), 279-300. Para KL. SCHOPSDAU, Nomoi .... pág. 94, las Leyes muestran el es- tilo de diálogo que es ((habitual desde el Teetetox 24 LEYES todos los diálogos en el momento que Zenón quiso consul- tarlos después de 3 13 a. C., según el testimonio de Diógenes antes citado, ya que lo único que podía hacer era leerlos en la Academia pagando un precio por la consultas4. Si las Le- yes se encontraban aún en tablillas de cera a la muerte de Platón, era con toda seguridad para evitar sucesos como los de Hermodoro, en los que un alumno realizaba copias que luego vendía (Cenobio V 6 = CPG 1 116). En otras pala- bras, lo único que puede deducirse de la noticia de Diógenes es que la importancia que Platón daba a su proyecto político concreto era tal que había decidido no permitir el acceso irrestricto ni siquiera a los alumnos de la Academiass. Esta interpretación echa por tierra también el supuesto carácter 'popular' de la obra que nos ocupa. 54 Aunque esta interpretación acepta sin discutir la datación de H. ALLINE, Histoire ..., pág. 40, hay que señalar que A. CAKLINI, «Linee di una storia del testo del Fedone)), Studi classici e orientali, 17 (1968), pág. 140 s., propone una fecha aún más tardía para esta edición, a media- dos del siglo 111 a. C. La existencia de resúmenes del libro hecho por alumnos, como confirma el testimonio de DIÓGENES LAERCIO, V 22 (cf. F. DELLA CORTE, «Otto papiri letterari)), Rivista di Filologia e di Zstruzione Classica 14 [1936], 405), si bien no implica que no se hubieran editado las Leyes, se compadece mejor con la hipótesis aquí propuesta. Por otra parte, estas re- flexiones pueden ayudar a comprender la carencia absoluta de solidez científica y de rigor filológico de algunas propuestas como la de A. BOR- TOLOTTI, Religione.. ., pág. 260, quien, considerando espurio el diálogo supone que el texto fue tempranamente unido al corpus Platonicum y se encontraba ya publicado antes del 336 a. C. Para A. FUKS, «Plato and the social question ... », pág. 34, está firmemente establecido que las Leyes fueron publicadas en el 347 a. C. 11. CARACTERÍSTICAS DRAMATICAS Y ESTRUCTURA " Se ha convertido en un lugar común considerar la forma dialógica de las Leyes encuadrándola dentro de un supuesto estilo platónico tardío57. NO obstante, la estructura dramáti- ca y las características del diálogo son peculiares y se dife- rencian claramente de las otras obras de esa época, no sólo por la extensión, sino también por la forma. En primer lu- gar, la relación entre el personaje principal y los restantes interlocutores, la situación dialógica, es completamente dis- tinta: no se trata de una conversación entre individuos ini- ciados en la filosofía, como sucede en cualquiera de los otros diálogos de ese período, ni son exclusivamente filosó- ficos los problemas que se consideran. Tampoco se trata de una escena que se desarrolle en un sitio específico (una pa- lestra, una casa, etc.) sino que el lugar en el que sucede es un camino que es recorrido. Los interlocutores se encuen- tran en un movimiento constante que parte de la Cnosos real y se desarrolla hasta la gruta de Zeus, donde Minos recibió las enseñanzas y las leyes de su padre y donde quedará de- finitivamente acabada la pintura normativa de la futura Magnesia. La obra mezcla, a su vez, pasajes que se aproxi- man a los
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