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530 Endocrinología de la reproducción, esterilidad y menopausia SECCIÓ N 2 fertilidad, pero el consumo abundante reduce la fecundidad. No obstante, en un estudio prospectivo de parejas danesas que inten- taban embarazarse, se encontró una fecundidad reducida incluso en mujeres que consumen cinco bebidas alcohólicas o menos a la semana (Jensen, 1998). Este dato debe ser corroborado, pero es recomendable que la mujer evite el alcohol si intenta embarazarse. ■ Cafeína La cafeína es una de las sustancias con actividad farmacológica más utilizadas en el mundo. Los estudios más recientes indican que existe una relación directamente proporcional de dosis-respuesta entre la cafeína y la fertilidad. Hassan y Killick (2004) establecie- ron que las mujeres que consumen siete o más tazas de café o té al día tienen 1.5 más posibilidades de tener problemas de fecundidad. También es recomendable que la mujer que intenta embarazarse modere su consumo de cafeína. ■ Peso Mujeres obesas La función ovárica depende del peso. El menor contenido de grasa corporal se vincula con hipogonadismo hipotalámico. Por el con- trario, el incremento en la grasa central se acompaña de resistencia a la insulina y contribuye a la disfunción ovárica en muchas muje- res con síndrome de ovarios poliquísticos (PCOS, polycystic ovarian syndrome). Los cambios en el estilo de vida de las mujeres infértiles y obesas con PCOS reducen la grasa central y mejoran la sensibi- lidad a la insulina, disminuyen la hiperandrogenemia, así como la concentración de hormona luteinizante (LH, luteinizing hormone) y restablecen la fecundidad en muchos casos (Hoeger, 2001; Kiddy, 1992). Se ha demostrado que incluso una pérdida de 5 a 10% del peso corporal es favorable en estas mujeres (cuadro 20-2) (Kiddy, 1992; Pasquali, 1989). Además de la alimentación, el ejercicio tam- bién mejora la sensibilidad a la insulina. En las mujeres obesas con PCOS, la pérdida de peso y el ejercicio constituyen métodos baratos que se deben recomendar como tratamiento de primera elección. Cuando la mujer no puede bajar de peso es posible echar mano de diversas opciones farmacológicas para corregir la anovulación, el aparato reproductor (Hauser, 2008; Mendola, 2008). Aunque no se ha logrado demostrar una relación directa con la infecundi- dad en el ser humano, los médicos deben aconsejar a sus pacientes que eviten el contacto con ciertas sustancias tóxicas ambientales siempre que sea posible. Hoy día, estos temas se deben tratar con cuidado para no provocar alarma. ■ Tabaquismo Por lo menos 20% de los varones y las mujeres en edad fértil en Estados Unidos fuma cigarrillos (Centers for Disease Control and Prevention, 2011). En algunas revisiones completas, se han resu- mido los datos acumulados sobre el tabaquismo y la fecundidad femenina y todos ellos apoyan la conclusión de que el tabaquismo tiene efectos adversos (American Society of Reproductive Medicine, 2008d). Además, los efectos negativos que tiene tal hábito sobre la fecundidad femenina no se contrarrestan con las técnicas de reproducción asistida (ART, assisted reproductive technologies). En un estudio prospectivo a cinco años de 221 parejas, se encontró que el riesgo de una concepción fallida con ART es de más del doble entre las fumadoras. Cada año que la mujer fuma, el riesgo de un ciclo fallido con ART aumenta 9% (Klonoff -Cohen, 2001). El efecto del tabaquismo sobre la fertilidad masculina es más difícil de distinguir. Los fumadores tienen con frecuencia concen- traciones y motilidad espermáticas comparativamente disminui- das, pero por lo general se encuentran en límtes normales. El tabaquismo se acompaña de una mayor tasa de abortos en los ciclos tanto naturales como asistidos. Todavía no se conoce el mecanismo, pero se cree que las acciones vasoconstrictoras y antimetabólicas de algunos componentes del humo del cigarrillo, como nicotina, dióxido de carbono y cianuro, provocan insufi cien- cia placentaria. De manera específi ca, el tabaquismo se ha vinculado con tasas elevadas de desprendimiento prematuro de membranas, restricción en el crecimiento fetal y parto prematuro (Cunningham, 2010). Además, el tabaquismo en embarazadas aumenta el riesgo de tri- somía 21 por falta de disyunción meiótica materna (Yang, 1999). Por estas razones, se debe desalentar el tabaquismo tanto en varo- nes como en mujeres que planean un embarazo. Muchas mujeres no tienen conciencia de los efectos del taba- quismo sobre la fecundidad y la educación es el primer paso impor- tante para dejar de fumar (cuadro 20-1). Si fallan las estrategias conductuales, el uso de fármacos adyuvantes, como el tratamiento sustitutivo con nicotina, el bupropión o la vareniclina, puede demostrar su efi ciacia (cuadro 1-23, pág. 28). Las preparaciones de nicotina son designadas como categoría D. El bupropión y la vareniclina son fármacos no nicotínicos aprobados por la Food and Drug Administration (FDA) y poseen una categoría C de designa- ción (Fiore, 2008). Aunque son escasos los estudios realizados con estos fármacos en embarazadas, lo ideal es utilizar dichos fármacos antes de la concepción. ■ Alcohol El consumo de alcohol es muy común y está aumentando en varios países. Se sabe que el alcoholismo crónico durante el embarazo pro- voca síndrome de alcoholismo fetal, pero sus consecuencias sobre la fecundidad no están tan bien estudiadas. En general, las inves- tigaciones retrospectivas han encontrado que el consumo mode- rado de alcohol en la mujer carece de efectos importantes sobre la CUADRO 20-1. Concientización de las mujeres sobre los riesgos de salud vinculados con el tabaquismo Riesgo de tabaquismo Conciencia del riesgo de la mujer Enfermedad respiratoria 99% Cardiopatía 96% Complicaciones del embarazo 91% Aborto espontáneo 39% Embarazo ectópico 27% Infecundidad 22% Menopausia temprana 18% Abreviado con autorización de Roth, 2001. 20_Chapter_20_Hoffman_4R.indd 53020_Chapter_20_Hoffman_4R.indd 530 06/09/13 21:1906/09/13 21:19
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