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531Tratamiento de la pareja estéril CA P ÍTU LO 2 0 irregulares, disfunción lútea e infecundidad. La razón no siempre es la actividad física misma, sino el contenido reducido de grasa corporal o el estrés físico que genera la competencia. Hoy día no se cuenta con sufi ciente información como para apo- yar o eliminar a la actividad física como factor en las mujeres infér- tiles en ausencia de disfunción ovárica demostrada por bajo peso. ■ Nutrición En ausencia de obesidad o desnutrición considerables, la partici- pación de la alimentación en la fertilidad no es muy clara. Se han investigado las dietas con abundantes proteínas y la intolerancia al gluten (enfermedad celiaca) como causas de fondo en ciertas mujeres. Sin embargo, el tamaño de la muestra de los estudios ha sido pequeño y se han identifi cado resultados contradictorios (Collin, 1996; Jackson, 2008; Meloni, 1999). En el varón, se ha propuesto que los antioxidantes de la alimentación constituyen un método potencial para mejorar la función reproductiva masculina al reducir la lesión oxidativa en el DNA del espermatozoide (Ross, 2010). Aunque prometedores, son necesarios estudios bien dise- ñados con un tamaño de muestra mayor para orientar sobre su uso clínico (Patel, 2008). Asimismo, se dice que el complemento nutritivo, carnitina, ofrece benefi cios potenciales a la infecundidad masculina. Sin embargo, esta información no ha sido confi rmada en un estudio prospectivo y con asignación al azar (Sigman, 2006). Pese a que no se ha comprobado que los complementos nutriti- vos o las modifi caciones en la alimentación de las parejas infértiles tenga efectos favorables, es razonable recomendar multivitamínicos diarios en ambos. La mayor parte de las vitaminas contienen ácido fólico y se recomienda que las mujeres que intentan embarazarse consuman una dosis diaria de 400 μg por vía oral, para reducir la frecuencia de defectos de tubo neural en sus fetos (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2003). ■ Manejo del estrés El estrés se ha implicado en la difi cultad para embarazarse. Se sabe que el estrés intenso puede generar anovulación y lo mismo puede pero es necesario subrayar que la obesidad constituye un factor de riesgo importante para complicaciones obstétricas y perinatales. Algunos riesgos maternos incluyen mayores tasas de diabetes ges- tacional, parto por cesárea, preeclampsia, mortinatos inexplicables e infección de herida quirúrgica. La obesidad también se ha vincu- lado con un riesgo aumentado de defectos al nacimiento (American Society for Reproductive Medicine, 2008b). Por consiguiente, en las mujeres con obesidad patológica, estos tratamientos se deben retra- sar hasta que su índice de masa corporal (BMI, body mass index) se reduzca por debajo de 40. Esto tiene especial importancia si el tratamiento comprende intervención quirúrgica o existe riesgo de un embarazo múltiple. Las opciones de reducción de peso se describen en el capítu lo 1 (pág. 13). La concepción debe posponerse de 12 a 18 meses si se opta por la intervención quirúrgica bariátrica (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2005). Esto es porque la disminu- ción de peso rápida durante este tiempo plantea riesgos teóricos para la restricción del crecimiento fetal intrauterino y la privación nutricional. Mujeres con bajo peso La obesidad es más frecuente, pero en ocasiones el problema es la desnutrición. El eje reproductivo se encuentra muy ligado al estado nutricional y hay vías inhibidoras que suprimen la ovulación en las personas con disminución importante de peso (cuadro 20-3 y fi g. 16-7, pág. 499). Alrededor de 5% de las mujeres de edad fértil padece de anorexia nerviosa o bulimia, que generan amenorrea y esterilidad. En las que logran concebir, el riesgo de sufrir un aborto es mayor. Por fortuna, muchas se recuperan al aumentar un poco de peso, puesto que el equilibrio energético tiene un efecto más importante que el de la masa grasa corporal. ■ Ejercicio Se ha demostrado que la actividad física tiene diversos efectos benéfi cos sobre la salud. Sin embargo, la relación entre el ejercicio y la fecundidad no es directamente proporcional. Las deportistas de alto rendimiento a menudo experimentan amenorrea, ciclos CUADRO 20-2. Eficacia de los cambios en el estilo de vida de las mujeres infértiles con anovulación Parámetro Completados, n = 67 (media ± SD o %) Abandono, n = 20 (media ± SD o %) BMI, basal 37.4 ± 6.9 35.9 ± 4.1 Presencia de PCOS 79% 72% Anovulación basal 81% 75% Cambio en el BMI –3.7 ± 1.6 –0.4 ± 1.4a Reanudación de la ovulación espontánea 90% Ninguno Embarazos (acumulados: espontáneos o por técnicas de reproducción asistida) 77% Ninguno El grupo original comprendía a 87 mujeres obesas infértiles, la mayoría de las cuales padecía PCOS y el tratamiento consistió en un programa de cambios en el estilo de vida a largo plazo, incluida la actividad física y una alimentación hipocalórica. Las que concluyeron se compararon con las que abandonaron. a p <.05 BMI, índice de masa corporal; PCOS, síndrome de ovarios poliquísticos. Tomado con autorización de Pasquali, 2006. 20_Chapter_20_Hoffman_4R.indd 53120_Chapter_20_Hoffman_4R.indd 531 06/09/13 21:1906/09/13 21:19
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