Logo Studenta

GINECOLOGIA (520)

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

499Anomalías anatómicas
CA
P
ÍTU
LO
 1
8
El ginecólogo debe sospechar la presencia de útero didelfo si 
identifi ca un tabique vaginal longitudinal o dos cuellos uterinos 
separados. Se recomienda la práctica de HSG para confi rmar el 
diagnóstico y descartar la comunicación entre los hemiúteros.
El embarazo asienta en uno de los dos cuernos y de las gran-
des malformaciones uterinas el útero didelfo tiene el mejor pro-
nóstico en cuanto a reproducción. En comparación con el útero 
unicorne, a pesar de que son similares las posibilidades de cre-
cimiento y capacidad uterinas, es probable que el útero didelfo 
tenga una mejor circulación sanguínea por vasos colaterales entre 
los dos cuernos. Como otra posibilidad, la mejoría de la supervi-
vencia fetal puede ser consecuencia del diagnóstico más temprano, 
que permite la atención prenatal más oportuna e intensiva (Patton, 
1994). Heinonen (2000) vigiló por largo tiempo a 36 mujeres con 
útero didelfo y advirtió que 34 de 36 de ellas (94%) que desea-
ban concebir, procrearon cuando menos un producto y que en 
total generaron 71 embarazos. De estas gestaciones, hubo aborto 
espontáneo en 21% y 2% fueron embarazos ectópicos. El índice 
de supervivencia fetal fue de 75%; de premadurez, 24%; de res-
tricción del crecimiento fetal, 11%; de mortalidad perinatal, 5% 
y de cesárea 84%. En la serie mencionada el embarazo se localizó 
más a menudo (76%) en el cuerno derecho, que en el izquierdo. El 
índice de aborto espontáneo refl eja el de mujeres con cavidad ute-
rina normal, razón por la cual los métodos operatorios en reacción 
a la pérdida de la gestación rara vez están indicados. Por tal causa, 
habrá que reservar la cirugía para mujeres altamente seleccionadas 
en quienes se han producido pérdidas del último trimestre o parto 
prematuro sin otro origen manifi esto.
 ■ Útero bicorne
La anomalía en cuestión es causada por la fusión incompleta de los 
conductos de Müller. Se caracteriza por dos cavidades endometria-
les separadas pero comunicantes y un solo cuello uterino. La falta 
de fusión puede abarcar el cuello uterino y así resultar un útero 
bicorne completo, o ser parcial y originar una anomalía menos 
grave (fig. 18-18). En mujeres con útero bicorne cabe esperar la 
culminación razonable de embarazos (en promedio, 60%) y la pro-
creación de un producto vivo. Como ocurre con otras anormalida-
des uterinas, el parto prematuro es un peligro obstétrico notable. 
Heinonen et al. (1982) señalaron un índice de aborto de 28% y 
una incidencia de 20% de parto prematuro en mujeres con útero 
bicorne parcial. Aquellas con útero bicorne completo tuvieron una 
incidencia de 66% de parto prematuro y una menor cifra de super-
vivencia fetal.
La histerosalpingografía es la técnica diagnóstica inicial. 
Clásicamente en ella los cuernos uterinos presentan una notable 
divergencia, pero es posible advertir diversos signos morfológicos. 
Por medio de HSG no se puede diferenciar con precisión entre 
un útero bicorne y otro tabicado, razón por la cual se necesitan 
más estudios al respecto. La ecografía se ha utilizado con buenos 
resultados para diferenciar las dos entidades y la diferenciación 
se describió en el capítulo 2 (pág. 56). Malini (1984) revisó 50 
casos de anomalías uterinas y comparó los hallazgos ecográfi cos 
con los obtenidos con HSG y laparoscopia. La ecografía permitió 
confi rmar o identifi car una anomalía sospechada en muchos casos 
(88%). Aún más, la precisión diagnóstica de la ecografía puede 
mejorar si además de ella se hace HSG “acoplada”. Reuter et al. 
(1989) señalaron una precisión diagnóstica de 90% cuando se usa-
ron las dos técnicas juntas. Un método que puede ser más preciso 
No se cuenta con técnicas quirúrgicas para agrandar la cavidad 
del útero unicorne. Algunos obstetras recomiendan el cerclaje cer-
vicouterino como medida profi láctica, pero no se han publicado 
estudios adecuados que valoren sus resultados. La selección de una 
“madre de alquiler” para la gestación puede ahorrar los problemas 
y limitaciones anatómicas. Sin embargo, otras mujeres al parecer 
llevan sus embarazos a un punto cada vez más adelante con cada 
gestación ulterior y al fi nal pueden alcanzar la viabilidad fetal antes 
del parto.
Un cuerno rudimentario puede albergar el embarazo. En el caso 
de cuerno sin comunicación, tal situación, según expertos, es con-
secuencia del tránsito intraabdominal de espermatozoides desde 
la trompa contralateral de Falopio. El embarazo se acompaña de 
una cifra grande de rotura uterina, en forma típica antes de las 20 
semanas (Rolen, 1966). Ante la elevada morbilidad de la madre 
como consecuencia de hemorragia intraperitoneal, está indicada 
la extirpación del cuerno rudimentario y su cavidad, siempre que 
se le identifi que (Heinonen, 1997; Nahum, 2002). Dicker (1998) 
en ese sentido ha señalado la extirpación de un embarazo en un 
cuerno rudimentario por medio de laparoscopia.
Si está obliterado el cuerno rudimentario no se recomienda 
sistemáticamente su extirpación. Sin embargo, se ha sugerido la 
salpingectomía o la salpingoovariectomía en el lado del cuerno 
rudimentario, para evitar un embarazo ectópico en mujeres con 
útero unicorne, aunque es pequeño el riesgo de embarazo ectópico.
 ■ Útero didelfo
El útero didelfo es resultado de la falta de fusión del par de con-
ductos de Müller; la anomalía se caracteriza por dos cuernos uteri-
nos separados cada uno con una cavidad endometrial y un cuello 
uterino propios (fig. 18-17). Entre los dos cuellos en casi todos 
los casos hay un tabique vaginal longitudinal. Heinonen (1984) 
señaló que las 26 mujeres con útero didelfo en su serie tuvieron 
un tabique vaginal longitudinal. En ocasiones una hemivagina es 
obstruida por un tabique vaginal oblicuo o transverso (fi g. 18-14) 
Hinckley, 2003).
FIGURA 18-17. La anomalía de clase III de Müller es el útero didelfo. 
Se identifican dos cavidades uterinas separadas y dos cuellos uterinos. 
En este esquema no se muestra, pero muchos casos también tienen 
un tabique vaginal longitudinal en la mitad superior de la vagina. (Con 
autorización de Cunningham, 2010.)
18_Chapter_18_Hoffman_4R.indd 49918_Chapter_18_Hoffman_4R.indd 499 06/09/13 21:1406/09/13 21:14

Continuar navegando