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Resumen Final Problemas Sociales Latinoamericanos 2021

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Resumen de Nico Maggi
Resumen Final Problemas sociales Latinoamericanos
UNIDAD 1 Contexto Mundial y Génesis de la Estructura Social Argentina
Contenidos: 1.1. Contexto Internacional: De la hegemonía inglesa al surgimiento de EE.UU. como potencia mundial. La edad de oro del capitalismo. Neo-liberalismo y nuevo paradigma tecnoeconómico, sus efectos en las relaciones sociales. Las crisis del capitalismo en el siglo XXI, las disputas de la hegemonía mundial, nuevas configuraciones regionales-estatales, y disputas en la región. Nuevos bloques en el espacio multipolar, las alternativas en Latinoamérica: entre proyectos neo-desarrollistas y socialismos del siglo XXI, y la restauración neoliberal. La inserción como mercado emergente subordinado o la conformación de un bloque de poder regional, regionalismos.
1.2. La realidad Argentina: Las etapas de acumulación en Argentina en el siglo XX y XXI, estrategias de acumulación; Estado, poder, clases dominantes y fracciones de capital; estructura social. Modelo agro-exportador y división internacional del trabajo, las migraciones internacionales, sus efectos económicos y políticos. Modelo de industrialización sustitutiva de importaciones en el marco de la postguerra, el justicialismo: rol del Estado, desarrollo industrial, alianza de clases, y mercado-internismo. La fase desarrollista, nuevas alianzas y desarrollo industrial. Modelo aperturista-neoliberal: dictadura y reformas económicas, represión y disciplinamiento social. La etapa neoliberal, reformas en el nivel estructural, institucional e ideológico en las políticas de los ’90, sus efectos sociales, en la relación Estado-sociedad, en la configuración cultural y las subjetividades. (4) Crisis del ciclo neoliberal y disputas por un cambio de modelo, debates: entre un desarrollismo reindustrializador y un extractivismo reprimarizador, mercado internismo y dinámica exportadora; reestatización, empleo y protección social. Las experiencias post-neoliberales y de restauración neoliberal.
Ficha 2018 – Cambios recientes en la estratificación social en Argentina. Inflexiones y dinámicas emergentes de movilidad social – Pablo Dalle 
Introducción: En la primera década del siglo XXI, la cuestión del desarrollo económico “hacia adentro” volvió a plantearse como primordial para los países de la región, desde la necesidad “renovada” de aprovechar un ciclo de crecimiento económico para profundizar procesos de industrialización que contemplen la integración entre actividades económicas, la difusión del desarrollo a todo el territorio y la distribución más equitativa de los procesos de acumulación económica. Desde distintas perspectivas teóricas que conforman el campo de debate sociológico se plantea que estamos inmersos en un “cambio de época”. Con diferentes ritmos e intensidades según los países, las políticas de Estado pusieron en cuestión la hegemonía económica neoliberal, ampliando el horizonte de democratización hacia distintas esferas. El análisis de la evolución del perfil de la estratificación social, la formación de clases sociales y las tendencias de movilidad social en el tiempo constituyen dimensiones centrales para evaluar la dirección y los significados del proceso de cambio social en curso. Varios estudios constataron una disminución en el peso relativo de la clase obrera y el aumento de la precarización laboral en los países que siguieron en mayor profundidad políticas de apertura y desregulación económica (Chile, Argentina y México). Asimismo, los sistemas de estratificación social se habrían vuelto más cerrados en relación a las posibilidades de movilidad social ascendente desde las clases populares y medias. En la última década, el retorno a políticas económicas y de empleo que favorecen la expansión del mercado interno -aun sin llegar a adquirir los contenidos altamente proteccionistas de la industrialización por sustitución de importaciones- marcaron un punto de inflexión con aquellas desplegadas en la década de 1990. 
Decadencia y derrumbe: Desde la segunda mitad de la década de 1970, la reestructuración capitalista neoliberal de la economía a través de la desarticulación de la estructura productiva industrial y el deterioro de las instituciones del Estado de Bienestar, erosionaron las bases que estructuran el sistema de estratificación abierto e integrado de la segunda posguerra. Este proceso no fue lineal, durante el gobierno de la Junta Militar (1976-1983) se aplicaron medidas de apertura comercial y liberalización de la economía, no obstante, el Estado mantuvo el control de las empresas estatales. Durante el primer gobierno democrático, hubo esfuerzos por volver a recrear el modelo de la industrialización sustitutiva sostenida en el mercado interno, pero sus esfuerzos fracasaron en un contexto signado por las urgencias financieras que imponía la crisis de la deuda a los países latinoamericanos y por ende un mayor condicionamiento de los organismos internacionales de crédito. La crisis de la hiperinflación y la nueva hegemonía neoliberal difundida por el Consenso de Washington abrieron, a principios de la década de 1990, las vías para las reformas de mercado las cuales desmantelaron el tejido productivo de la industrialización sustitutiva de importaciones. Una mirada de mediano plazo, permite observar las transformaciones regresivas de la estructura social que acompañaron esta súbita y profunda transición. Entre los efectos regresivos sobre la estructura social se destacan el aumento de la desigualdad de ingresos, el crecimiento de la pobreza, la instalación de la desocupación como problema estructural del funcionamiento de la economía y el incremento sostenido de la precariedad laboral. El proceso de desindustrialización y reducción del Estado generó la expansión de un estrato marginal-precario. Desvinculado del trabajo formal fabril, se fue configurando un universo heterogéneo de marginalidad socioeconómica compuesto por trabajadores que realizaban actividades de subsistencia. La crisis de 1998-2002 no se trató de un fenómeno coyuntural sino de la fase final de una progresiva “decadencia social” de un país que desarticuló su estructura productiva y su entramado social. El período 1998-2001 en el que se produce la crisis final del modelo de apertura y liberalización de la economía, se profundizaron tendencias que venían desarrollándose en el mediano plazo. La estratificación social de la Argentina durante la crisis de 1998-2002, condensó el mayor nivel de desigualdad de al menos todo el siglo XX. Los efectos de la globalización neoliberal fueron la polarización de sectores tradicionalmente ligados a las clases medias y la desestructuración de la clase trabajadora organizada apoyada en el trabajo formal y el acceso a cobertura social. En 2002, luego de la devaluación, la desocupación superó el 21% (en mayo) y más de la mitad de la población quedó bajo la línea de pobreza (54,3% en octubre). En ese contexto, la distribución del ingreso evidenció los niveles de mayor inequidad entre el vértice de los sectores de mayor poder económico y una base amplia conformada por un conjunto heterogéneo de obreros no calificados precarizados y trabajadores cuenta propia con débiles o nulos lazos con la economía formal. 
Indicios de recomposición social: En el período 2003-2011, la economía creció a un ritmo acelerado impulsada por la expansión del mercado interno y las exportaciones del agro. La hoja de ruta de este proceso fue proyectada desde el Estado a través de la reedición de políticas de estímulos a la demanda tales como el aumento de salarios, subsidios a los servicios básicos y el sostenimiento de un tipo de cambio competitivo. Complementariamente, esta política fue favorecida por un contexto internacional favorable para las exportaciones de commodities y productos agropecuarios (en los cuales el país cuenta con ventajas comparativas y es altamente productivo) demandados en forma creciente por la incorporación al mercado mundial de los países del sudeste asiático, en espacial China. Ambos procesosconfluyeron favoreciendo una década de casi ininterrumpido crecimiento económico. Una de las consecuencias del impacto de la expansión económica fue el aumento significativo de la población asalariada de 72,5% del total de ocupados en 1998, a 76,3% en 2011. El crecimiento de casi 4 puntos porcentuales de la tasa de asalarización, junto al incremento de la Población Económica Activa (PEA) y el descenso de la tasa de desocupación, representó en términos absolutos la incorporación de alrededor de 3.800.000 nuevos trabajadores asalariados a la población ocupada urbana. La novedad del modelo de desarrollo económico-social en curso reside en que mientras en la década de 1990 aún en los ciclos de crecimiento económico se incrementaban el desempleo y la precariedad laboral, la tendencia actual ha mostrado hasta el momento un rasgo incorporador de fuerza de trabajo. 
En paralelo al proceso de asalarización se fue consolidando otra tendencia de signo más positivo para la integración social: el incremento sostenido del empleo registrado (con cobertura social) y desde fines de 2004 el estancamiento del empleo no registrado, trayendo aparejado como corolario un paulatino cambio de composición de los trabajadores asalariados. Los “empleadores”, que refieren a los propietarios de capital, aumentaron su número con un ritmo lento pero constante luego de la crisis de 2001-2002 e incrementaron su participación más de un punto porcentual entre los ocupados. Se trata de dueños de medianas y pequeñas fábricas, comercios y empresas de servicios que florecieron al abrigo de la protección cambiaria y los estímulos de la creciente demanda interna de bienes de consumo. Por su parte, las ramas que más absorben empleo estatal como los servicios sociales y de salud, administración-defensa y educación se expandieron entre un tercio y un cuarto respectivamente respecto de su volumen inicial. En todas las ramas se produjo un mayor crecimiento relativo del empleo registrado sobre el no registrado. Estas tendencias se frenaron en 2009 por el impacto de la crisis internacional, pero continuaron su expansión con el retorno del crecimiento económico hacia fines de 2009. Sin embargo, en 2010 y 2011 el incremento del empleo fue más lento de lo que había sido los años previos, a pesar de lo cual se mantuvo la tendencia de mayor dinamismo del empleo registrado. Si bien el crecimiento de la mano de obra asalariada en la industria manufacturera en el período 2003-2011 fue importante, aún no alcanza en cifras absolutas el nivel que registraba en 1998. 
Dinámicas emergentes: Uno de los rasgos distintivos de este breve pero intenso período fue una recomposición de la clase trabajadora consolidada conformada por un sector de la clase obrera calificada inserta en grandes y medianas empresas de los sectores más dinámicos de la economía (automotrices, petroquímica, siderurgia, minería, agroindustriales, entre las principales) y la recuperación del sector asalariado de las clases medias bajas. Unos y otros apoyados en el fortalecimiento de los sindicatos tanto en su densidad como en su capacidad para negociar los salarios, fueron mejorando su posición relativa en la estructura social al tiempo en que se profundizó una tendencia precedente: la frontera entre los trabajadores asalariados no manuales y manuales se volvió más difusa por una participación económica creciente de los obreros. En este marco, el movimiento sindical, dejó atrás la política defensiva de la década de 1990 contra los despidos, el desempleo y la flexibilización laboral, y desarrolló una política ofensiva orientada hacia el aumento de salarios, la disminución de las condiciones de explotación y la ampliación de la cobertura laboral junto a la sindicalización de los trabajadores. Estas problemáticas difieren del incremento de la exclusión, la marginalidad y los nuevos pobres que caracterizaron a la década de 1990. El progresivo incremento de los salarios a través de la negociación colectiva, acompañado por un proceso de disminución de las desigualdades salariales tendió a mejorar la posición relativa de los obreros calificados en la estructura social, obteniendo en ocasiones mejoras salariales más altas que sectores asalariados de las clases medias “fuera de convenio” y otros cuenta propia o pequeños propietarios de capital. Esta dinámica impulsa la regeneración de dos tipos de problemáticas en la estructura social: i.) Por un lado, se observa un retorno de los conflictos de clase por la apropiación del ingreso típicos del modelo de acumulación capitalista basado en la Industrialización por Sustitución de Importaciones en el que la relación salarial se extendía en el mundo del trabajo. Palomino y Trajtemberg trazan un recorrido de la negociación colectiva desde la década de 1990 hasta la actualidad, mostrando que la misma experimentó desde 2005 un crecimiento exponencial: mientras en la década pasada los convenios colectivos de trabajo rondaban en promedio los 200, en 2011, alcanzaron los 1600, una cifra ocho veces mayor. También se incrementaron los conflictos laborales con paro y la cantidad de huelguistas, en particular en el ámbito público. El impulso de la economía y de la inflación, le otorgan un carácter conflictivo al período en la carrera por la distribución del ingreso. En un trámite acelerado, los obreros y parte de los trabajadores de cuello blanco fueron experimentando mejoras, obteniendo incrementos salariales por encima del aumento de precios, al tiempo que mejoró el perfil distributivo. ii.) Por otro lado, se manifiesta en la estructura social una aceleración de procesos de “inconsistencia de estatus”, en la medida en que el estrato formal y calificado de la clase obrera ha adquirido mejoras económicas periódicas en un contexto inflacionario que les permitió sobrepasar en la carrera por apropiación del ingreso a un sector significativo de las clases medias. Estas últimas apoyadas sobre una pretensión de mayor prestigio social desarrollan actitudes y comportamientos reactivos al avance de los obreros al tiempo que buscan imitar sus prácticas de afiliación sindical. Los estratos de clase media conformados por profesionales, docentes, empleados públicos, empleados de oficina de grandes y medianas empresas, ampliaron sus fronteras y mejoraron su posición económica en relación al período de crisis e incluso la década de 1990, contribuyendo a abrir canales de ascenso desde las clases populares, sobre todo para los hijos/as del sector más calificado e integrado. Si bien la tendencia dominante de los años recientes ha sido la de un proceso de recomposición social, un segmento importante de las clases populares aún no ha podido salir de una situación de pobreza y precariedad laboral. Algunos indicadores basados en la distribución personal del ingreso muestran que el nivel de desigualdad, tanto en los ingresos de los ocupados como los ingresos familiares, disminuyó en el período 2003-2011. Sin embargo, dicha disminución no fue suficiente para revertir el largo deterioro distributivo que tuvo lugar en el país desde mediados de la década de 1970, presentando en la actualidad un nivel alto similar al de mediados de la década de 1990. Para los asalariados no registrados y trabajadores por cuenta propia de baja calificación, la salida de la crisis de 2001-2002 implicó una cierta mejora de sus ingresos. La recuperación del trabajo, aunque sea precario, implicó efectos favorables en la organización y reproducción de la vida cotidiana. En esta línea, la asignación universal por hijo aplicada recientemente ha mejorado sus ingresos, no obstante, para un segmento importante de las clases populares todavía no se han abierto canales efectivos de movilidad ascendente. En el contexto actual, entre las principales privaciones de este estrato se encuentran la carencia de una vivienda digna, el hábitat deficitario, la sobreexplotación económica y la falta de protección laboral. 
Reflexiones finales: Visto en perspectiva, el perfil de la estratificación social en Argentina en la actualidadcondensa las huellas de dos procesos sucesivos de distinta direccionalidad. Por un lado, aún persiste un alto nivel de desigualdad y un sector importante de las clases populares conservan marcas de la exclusión social que implicó la etapa de hegemonía neoliberal. Por otro lado, desde 2003 es posible constatar un proceso de recomposición social aún en ciernes que ha implicado una expansión de sectores importantes de la clase obrera y las clases medias. Si la desindustrialización y el declive del mundo obrero significaron una doble pérdida: de la estabilidad laboral y la acción sindical como fuentes de acceso a mejores condiciones de vida, los cambios en los años recientes en el marco de una nueva etapa de desarrollo económico-social, han marcado algunas inflexiones tanto en el tamaño relativo de las clases como en algunas dinámicas propias del sistema de estratificación social. En las clases medias, se constató el aumento relativo de los grupos ocupacionales asalariados, en especial del estrato medio bajo, compuesto por docentes, trabajadores calificados de la salud y empleados de rutina de la administración pública y privada. En las clases populares, se expandieron los grupos ocupacionales calificados y disminuyeron su peso relativo los trabajadores cuenta propia no calificados y los obreros no calificados en la industria y los servicios, en donde los niveles de precariedad laboral son mayores. Apoyados en el fortalecimiento de los sindicatos la clase obrera calificada y parte de las clases medias asalariadas fueron mejorando su posición relativa en la estructura social. A diferencia de la década de 1990 en la que se popularizó el concepto de “nuevos pobres” para conceptualizar la caída de estos grupos, en los comienzos del siglo XXI, se ha observado un proceso de sentido inverso: la ampliación de las clases medias en términos de ingresos por la recuperación de fracciones de esta clase anteriormente empobrecidas y la incorporación de algunos grupos de las clases populares que en el ciclo reciente de crecimiento económico lograron mejorar sus ingresos. 
EJE 2: La nueva cuestión social: La nueva configuración social luego de los ’90, características de los grupos dominantes, fragmentación de las clases medias y sectores populares. Pobreza y exclusión social. Indicadores LP, NBI, vulnerabilidad social, desintegración y nuevos pobres. Los efectos de la nueva configuración posconvertibilidad: Problemática alimentaria y desnutrición, el quiebre de las instituciones de integración social: familia, escuela. La nueva sociabilidad juvenil, jóvenes, educación y trabajo. 
FICHA 7180. Lado – La metamorfosis del capitalismo. Ficha de cátedra. 
La cátedra toma posicionamiento en torno a las interpretaciones teóricas de la CEPAL y su posterior derivación, la teoría de la dependencia que sostienen que el desarrollo de los países centrales ha sido posible por la relación de apropiación, expoliación y explotación de recursos de las sociedades colonizadas, y como contracara, el subdesarrollo de estos países. Desarrollo y subdesarrollo serían dos caras de la misma moneda, donde los condicionamientos económicos y políticos impuestos por las potencias hegemónicas posibilitaron el desarrollo de los países centrales y la dependencia de los países periféricos. 
España, colonización y acumulación originaria: La conquista española implica situarla como una empresa que implicó no sólo la conquista, la imposición sobre parte del territorio americano, sino también un proceso de colonialismo interno y la conformación al mismo tiempo de España como estado nación, que implicó la expulsión de los judíos y los musulmanes de toda la península Ibérica. Dicha empresa de carácter “mercantil salvacionista” combina la doctrina mercantilista, que rige en Europa desde el siglo XV al XVIII y que fundamenta la riqueza de los países en la posesión de metales preciosos, con una profunda intención evangelizadora sobre la población de los territorios conquistados. 
A partir de la conquista y colonización, la vida colectiva de la población americana, ya no se orienta hacia la satisfacción de sus propias necesidades exclusivamente, sino en función de los intereses de las Metrópolis. La fuerte reglamentación comercial y el establecimiento del monopolio sumado a la inexistencia de una flota española que garantizara los suministros necesarios para la vida en las colonias favoreció el desarrollo de la producción industrial local en zonas relativamente cercanas a los espacios extractivos privilegiados. Parte de la América colonial quedó al margen de esta necesidad de desarrollo de industrias propias por el desarrollo de actividades del contrabando en áreas menos interesantes para el objetivo extractivo. Hasta mediados del S.XVIII los productores americanos podían competir el precio y calidad con los productos europeos mediante un capitalismo de tipo colonial que utilizaba gran cantidad de fuerza de trabajo.
En 1776 España reorganiza el territorio con la creación del Virreinato del Río de la Plata. A partir de ese momento, se irán configurando otros espacios que van a ir adquiriendo cada vez más importancia en el intercambio comercial y va a ir sentando las bases y condiciones de la posterior centralidad del puerto de Buenos Aires. La expulsión de la clase comercial (judíos y musulmanes), sumada a que la unidad política no le correspondió una unidad administrativa y tributaria dificultó el desarrollo manufacturero de España, que presentaba un desarrollo muy pobre respecto a de otros países europeos como Inglaterra y Francia. Como su producción manufacturera era escasa, España importaba productos de países extranjeros que estaban interesados en recibir parte de la renta de la explotación extractiva. De la acumulación originaria que le generaba la extracción de metales y la explotación de las áreas colonizadas financiaba las industrias manufactureras francesas e inglesas y cumplió un rol central en la consolidación de la estructura industrial inglesa. La complementación de procesos económicos como el acercamiento de los campos, la revolución agrícola, y la consecuente revolución industrial, fueron las condiciones que permitieron la consolidación de Inglaterra como potencia hegemónica. La riqueza acumulada por el intercambio comercial se utilizó para establecer una nueva división del trabajo internacional, convirtiendo a las tierras colonizadas en una fuente de recursos para un posterior capitalismo industrial dinámico y en expansión”. 
A finales del S.XVIII, grandes avances científico-tecnológicos aplicados al desarrollo industrial permiten que Inglaterra produzca gran cantidad de mercaderías en menor tiempo y costo. La Revolución Industrial inglesa afectará al mundo entero y pondrá a Inglaterra por encima de otras potencias. La saturación del mercado interno inglés lleva a que Inglaterra necesite nuevos mercados donde colocar el excedente de su producción. Este hecho impulsa la búsqueda de nuevos territorios comerciales y el despliegue de diferentes estrategias para conseguirlos: la invasión directa, la diplomacia y la intervención indirecta (económica). El desplazamiento de España por parte de Inglaterra redefine la problemática económica latinoamericana: el neocolonialismo inglés consolida y refuerza todas aquellas estructuras que posibilitan el cumplimiento de la relación subdesarrollante, pero provocará una redefinición del peso de los distintos sectores económicos de América Latina. 
Inglaterra, hegemonía y neocolonialismo: en 1806 y 1807 se produjeron en el Río de la Plata “las invasiones inglesas”. Luego de la invasión Napoleónica a España en 1808, España firmó con Inglaterra en 1809 el tratado de Apodaca-Canning en el que acordaron luchar contra el enemigo común, la apertura de las colonias al comercio con Inglaterra y la apertura del puerto de Buenos Aires. Este hito marca el inicio de la dominación económica inglesa en el Río de la Plata, el paso de la hegemonía española a la inglesa y el paso del colonialismo al neocolonialismo inglésque pone a América Latina bajo su área de influencia. 
En Argentina, luego de la revolución de mayo, es la Junta Grande la que limita la introducción de artículos ingleses al interior del país. Esta situación dura poco tiempo, se va a lograr el ingreso de productos que terminan compitiendo con los productos locales. “El proceso de penetración inglesa abrirá en América Latina la etapa Neocolonial, cuya función principal será asegurar un mínimo orden interno para que se posibilite la entrada de manufacturas. El comercio británico jugará en esta etapa un rol fundamental, operando en base a la producción y a la experiencia de los británicos en el campo mercantil. Los comercios británicos instalados en el Río de la Plata desplazan de las actividades comerciales a criollos y españoles residentes, que comienzan a dedicarse casi exclusivamente a las actividades ganaderas del cual se extrae el cuero, sebo y tasajo. Ese es el comienzo de lo que se conocerá como la Oligarquía Terrateniente Argentina. La consolidación de los procesos independentistas, la unidad hispanoamericana propulsada por Simón Bolívar y José de San Martín y los movimientos nacionalistas de las montoneras del Río de la Plata se transforman en un potencial peligro para los intereses británicos, por lo que impulsa una política de empréstitos a los países aun sabiendo que eran insolventes, empréstitos a altos intereses y por lo que los estados hipotecaron su producción y Buenos Aires sus tierras provinciales. El período que va de 1829 a 1851, durante los gobiernos de Rosas como gobernador de la Provincia de Buenos Aires, se implementaron políticas proteccionistas de la industria nacional. La consolidación del período neocolonial se produce entre los años 1850 y 1870, período en que los países americanos organizan sus estados-nación y tienen independencia política pero las políticas económicas y su papel en la economía mundial son dirigidos por Inglaterra. 
Imperialismo y catástrofes : Alrededor de 1873 se presenta la primera gran crisis del capitalismo, un desequilibrio profundo de la relación capital/trabajo. La fusión de capitales para el desarrollo de la revolución de los transportes fue gestando el capital de tipo monopólico, que sale fortalecido de la crisis y que logra imponer nuevas reglas de juego en la división internacional del trabajo cuyo lógico perdedor fue la clase obrera. A partir de 1914 los nuevos enfrentamientos entre países serán por un reparto diferente del mundo, cuestión que se dirime en la Primera Guerra Mundial que pone sobre el tapete la posibilidad de la dominación a escala planetaria, la creación de un único mercado mundial y la consolidación de EEUU como potencia mundial y acreedor de los países europeos. El final de la guerra, la derrota de Alemania y la imposición de condiciones de rendición imposibles llevaron al capitalismo a sufrir su Segunda Gran Crisis, la crisis de 1930. Fue un período de gran crecimiento de la pobreza, y fue también el período donde se comienza a descreer de los mecanismos democráticos. La crisis del ´30 fue una crisis de endeudamiento de los países europeos por un lado y sobreproducción capitalista por el otro: el capitalismo empezó a producir a gran escala con una clase obrera muy mal paga y por lo tanto una flaca demanda para ubicar sus propios productos. La crisis tuvo como efecto inmediato el crecimiento de la pobreza en general y una profunda crisis de las relaciones comerciales internacionales. La salida de la crisis se dio de la mano de la de Keynes, de desarrollo y expansión del mercado interno, de expansión de la demanda y por consecuencia la producción, y la generación del llamado “círculo virtuoso del capitalismo” que llevó a lo que se conoce como Edad de Oro del Capitalismo. En julio de 1944 se realiza la conferencia de Breton Woods en la que se establecen nuevas reglas para las relaciones comerciales-financieras internacionales, reglas que son promovidas por los países industrializados para poner fin al proteccionismo comercial. Allí se estableció la creación del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial y se estableció el dólar como moneda de referencia internacional, aunque se sostenía el patrón oro de respaldo. Se presentaron dos propuestas, la británica elaborada por Keynes, que promovía un ordenamiento más democrático y sin jerarquía entre países, y la propuesta norteamericana que, dado su papel fortalecido como potencia, logra imponer un orden jerárquico de países de acuerdo con cuotas de participación económica. El acuerdo fue firmado en principio por 44 países entre los que se encontraban las potencias de Europa Occidental, la URSS y China. El 24 de octubre de 1945, finalizada la Segunda Guerra Mundial, se funda la Organización de las Naciones Unidas, como organización global dedicada a la cooperación internacional en asuntos de paz, derechos, desarrollo económico y social, asuntos humanitarios y DDHH. 
Lozano y Rameri. Una aproximación a la estructura social de la Argentina actual después de Macri. Ficha 2010
Lo que aquí buscamos es la realización de un simple ejercicio estadístico pero de enorme relevancia para dimensionar los efectos de la política económica en los procesos de empobrecimiento y movilidad social de los últimos cuatro años del período 2015-2019.
Cabe señalar que la estratificación realizada, al igual que en el método de pobreza por ingresos, considera la condición socioeconómica individual según la condición del hogar de pertenencia. De esta manera, quedaron definidos los seis estratos sociales al primer trimestre 2019, que para enumerarlos a continuación utilizamos los valores para el GBA (aunque cada región dispone de un umbral adaptado a sus patrones de consumo y precios):
1) Estrato Indigente: constituido por los hogares cuyo ingreso total mensual no alcanza para cubrir una Canasta Básica de Alimentos (CBA) de $11.111,4 para una familia tipo.
2) Estrato Pobre no Indigente: constituido por los hogares cuyo ingreso total mensual, si bien alcanza para cubrir una CBA, no logra cubrir el valor de una Canasta Básica Total (CBT) de $27.588,1 para una familia tipo. 
3) Estrato No Pobre Vulnerable: constituido por los hogares cuyo ingreso total mensual, si bien alcanza para cubrir una CBT, no logra cubrir el valor de una Canasta Total (CT) socialmente aceptable de $32.425,96 para una familia tipo propietaria y de $43.676,84 para una inquilina. 
4) Estrato Medio Frágil: constituido por los hogares cuyo ingreso total mensual, si bien alcanza para cubrir una CT, sólo la supera en un 25%. Es decir, sus ingresos familiares se encuentran por debajo de los $40.532,5 para una familia tipo propietaria y de $54.596,1 para una inquilina. 
5) Estrato Medio: constituido por los hogares cuyo ingreso total mensual, si bien alcanza para cubrir una canasta equivalente a 1,25 veces la CT, se encuentran por debajo de los $129.703,8 para una familia tipo propietaria y de $174.707,4 para una inquilina, es decir, no logra cuadriplicar el valor de la CT. 
6) Estrato Acomodado: constituido por los hogares cuyo ingreso total mensual es igual o superior a cuatro veces la CT. 
Cuadro Nº1. Estratificación social de la población, en tasas y cantidad de personas. 1er Trimestre 2019 - Total Nacional.
	
	Tasa
	Población
	Estrato indigente
	7.1%
	3.190.532
	Estrato Pobre No indigente
	27.0%
	12.091.960
	Estrato Vulnerable No Pobre
	11.9%
	5.349.132
	Estrato Medio Frágil
	11.4%
	5.090.330
	Estrato Medio
	37.4%
	16.752.945
	Estrato Acomodado
	5.2%
	2.352.760
	Total
	100%
	44.827.660
Lo primero que puede advertirse de la estratificación social, de esta manera planteada, es que actualmente “la Argentina de la amplia clase media” que persiste en el imaginario social forma parte del pasado, un pasado muy remoto. La misma representa hoy menos del 38% de la población. Si bien queda expresado claramente en los cálculos de la estadística del 2019, la erosión de este segmento social acumula el efecto de una secuencia histórica de coyunturas críticas desfavorables para lascondiciones de vida de la población que originalmente lo conformaba. Los sectores medios, ícono de una fase de nuestro país que daba cuenta de aceitados canales de movilidad social ascendente y progreso económico propios de un proceso de industrialización y ampliación de las funciones públicas del Estado, comienza a tener relevancia desde mediados del SXX y reconoce un punto de quiebre en su expansión a partir los años ´80. Conformada especialmente por trabajadores que se insertaban en las ocupaciones no manuales (determinante que suele utilizarse para la delimitación de clase) suele estar compuesta por profesionales, técnicos, comerciantes, dueños de pequeños emprendimientos, funcionarios públicos, que comparten una concepción de progreso de carácter individual.
Al año 2019, entonces casi el 60% (el 57,4% más específicamente) de la población mantiene una situación socioeconómica vulnerable que va desde la fragilidad social a la indigencia. Ello implica que nada menos que 25,7 millones de personas viven en hogares con consumos por debajo de lo socialmente aceptable, de los cuales el 60% es directamente pobre (15,3 millones) y el 40% restante transita entre la vulnerabilidad y la fragilidad social.
Como ya fue señalado en documentos anteriores, el hambre como expresión más acuciante de la pobreza afecta al 7,1% de la población (poca más de tres millones de personas) y la pobreza que abraca al 34,1%, incorpora a otro contingente aún más numeroso de 12 millones, que representan el 27% de la población que a pesar de poder costear una canasta de alimentos muy básica tienen una capacidad de consumo por debajo de la subsistencia.
Se observa también una significativa presencia de un sector que, para nombrarlo fácilmente, se puede identificar como “la clase media baja”. Son casi 10,5 millones de personas que se distribuyen en parte iguales en estratos signados por la fragilidad social y una condición de vulnerabilidad lindera a la pobreza. En este último segmento se encuentra exactamente al 11,9% lo que implica que el margen de definición de la línea de pobreza es una medida -si bien, estadísticamente necesaria- arbitraria para identificar un universo de la población cuyas condiciones de vida se presentan siempre en el límite de la reproducción de su existencia y, como tal, no considera otros grupos poblacionales que tienen más similitudes que diferencia con el modo de vida al que los somete la economía vigente
Es decir, con una medida un poco más flexible de la pobreza, como una posible conceptualización más general y abarcadora, que incorpore otro conjunto más amplio de necesidades, tan importantes para la vida como el alquiler y distintos servicios necesarios para el hogar y sus miembros, las condiciones de pobreza y vulnerabilidad de la sociedad serían aún más graves que las que actualmente se publican y, en lugar de una tasa del 34,1% estaríamos hablando de una incidencia del 46% (sumando los tres estratos de menores recursos).
Cuadro Nº2. Comparación de la estratificación social, en tasas y cantidad de personas. 1ºTrim. 2015 vs 1ºTrim. 2019 - Total Nacional.
	1º Trimestre 2015 
	1º Trimestre 2019 
	Comparación 2015 vs. 2019 
	Tasa 
	Población (*) 
	Tasa 
	Población (*) 
	% Tasa 
	Diferencia 
	Estrato Indigente 
	6,0% 
	2.588.989 
	7,1% 
	3.190.532 
	18,3% 
	601.543 
	Estrato Pobre No Indigente 
	22,6% 
	9.710.532 
	27,0% 
	12.091.960 
	19,5% 
	2.381.428 
	Estrato Vulnerable No Pobre 
	11,7% 
	5.049.690 
	11,9% 
	5.349.132 
	1,6% 
	299.441 
	Estrato Medio Frágil 
	11,3% 
	4.879.181 
	11,4% 
	5.090.330 
	0,1% 
	211.149 
	Estrato Medio 
	43,5% 
	18.725.646 
	37,4% 
	16.752.945 
	-14,1% 
	-1.972.701 
	Estrato Acomodado 
	4,8% 
	2.062.311 
	5,2% 
	2.352.760 
	9,5% 
	290.450 
	Población Total 
	100,00% 
	43.016.350 
	100,0% 
	44.827.660 
	- 
	1.811.310 
Se observa entonces en el siguiente cuadro y gráfico la drástica caída que sufrió la clase media que pasó de representar el 43,5% al 37,4%, reducción que no obstante el aumento demográfico de los cuatro años transcurridos (1,8 millones acumulados) implicó una expulsión de 1.972.901 personas. De manera simultánea, se verifica un radical engrosamiento del estrato pobre (no indigente) que se amplía en 2.381.428 personas generando una mayor representación del mismo en el total, al pasar del 22% al 27%, del 2015 al 2019. Otro sector que refleja un movimiento importante es el estrato indigente: el mismo cuenta con 600 mil personas más en relación con el verificado en el 2015 conforme a un aumento de la tasa del 6% al 7,1%. Los estratos que experimentan aumentos, pero de menor magnitud en términos poblacionales, son “la clase media baja” y la “clase alta o acomodada” 5.
En términos relativos surge entonces que: mientras los sectores medios cayeron, los dos segmentos de pobreza (incluyendo la extrema) se expandió entre 4,5 y 4,8 veces más que el crecimiento demográfico normal del sector (dando cuenta no sólo de una reproducción intergeneracional sino de la incorporación de personas provenientes de segmentos sociales más altos) mientras el sector acomodado duplicó el crecimiento poblacional “natural”. La clase media baja, vulnerable y frágil, tuvo una expansión similar a la demográfica para conservar la incidencia del 2015.
Lo anterior indica que, si 1,9 millones de personas fueron eyectadas de la clase media cuando el ritmo de aumento poblacional para conservar la representación requería ser de 788,5 mil, la intensidad de expulsión del segmento fue aún mayor, ascendió a 2.761.191 personas.
Considerando lo anterior entonces, al analizar los movimientos netos de la población entre los segmentos sociales surge que el 71,4% de quienes dejaron de formar parte del denominado estrato medio pasaron a engrosar el estrato de pobres no indigentes, el 17,8% pasó directamente a la indigencia, un 7,4% en cambio experimentó un proceso de movilidad social ascendente para alcanzar una posición de mayor privilegio y el 3,1% vio deteriorar sus condiciones de vida hasta hundirse en un situación de vulnerabilidad social. 
En definitiva, volvemos a estar en presencia de un nuevo proceso de empobrecimiento de la clase media, como sucedió durante los aciagos decenios de los `80 y los ´90. Se relanza así otro ciclo de generación de “nuevo pobres” no sólo por efecto de una reproducción intergeneracional como fenómeno estructural, sino también como resultado de la implementación de regímenes económicos que promueven el empobrecimiento general y la polarización social.
En concreto, luego de la recuperación que este segmento experimentó durante el período de recuperación económica desde el 2003 (aunque signado por un fuerte proceso de fragmentación del mismo y con posteriores limitaciones para la movilidad social), un nuevo modelo económico de agudización de las condiciones de apertura comercial y financiera, desregulación y desindustrialización irrumpe para achatar otra vez la pirámide de estratificación social.
Ficha 2056: Tensiones mundiales, multipolaridad relativa y bloques de poder en una nueva fase de la crisis del orden mundial. Perspectivas para América Latina, Gabriel Merino.
A nivel regional también el comienzo del nuevo siglo trae en la región una nueva etapa política con indudables consecuencias geopolíticas. Emir Sader (2009) la denomina como una etapa post-neoliberal, de ruptura con el Consenso de Washington y con el programa de ajuste del Estado, privatizaciones, flexibilización laboral y apertura externa. Se da una convergencia entre proyectos desarrollistas o desarrollistas, nacionalistas populares y “anticapitalistas” o de los denominados “socialismo del siglo XXI”, que tienen en común su oposición al proyecto neoliberal y la necesidad de plantear otras formas de integración regional para avanzar en grados de soberanía relativa. En términos de integración, distintos autores han identificado esta etapa como “regionalismo post-liberal”, en el sentido de que el acento ya no está puesto en el libre comercio y las políticas para atraer capitales, sino en las estrategiaspara la acumulación de poder regional, la integración política y social, la complementación productiva. 
Por su parte, Briceño Ruiz (2013) lo caracteriza como un período que se destaca por el fin de la hegemonía de la “integración abierta” y Alves Teixeira y Desiderá Netto (2012) definen el período como el del resurgimiento del regionalismo desarrollista opuesto al regionalismo liberal. Desde esta perspectiva, podemos observar un enfrentamiento entre un creciente regionalismo autónomo —que cuestiona el papel de periferia en el orden mundial e intenta establecer estrategias de desarrollo endógeno y construir un bloque de poder regional— y el regionalismo dependiente —que no cuestiona el lugar de periferia y el papel en la división internacional del trabajo, privilegia la alianza con “Occidente” (en particular con EEUU) y busca estrategias de adaptación al capitalismo mundial—, generalmente denominado como un regionalismo abierto al mundo, centrado en el libre mercado. El avance del regionalismo autónomo llega a una de sus máximas expresiones de avance en febrero de 2010 con la constitución de la Comunidad de Estados Latinoamericana y Caribeña (CELAC), acuerdos estratégicos con China y Rusia por parte de los países del eje ALBA-MERCOSUR en 2014 y 2015, que se profundizan a partir del conflicto en Ucrania y la agudización de las tensiones entre las fuerzas unipolares y las fuerzas que pretenden avanzar en el multipolarismo. 
Los acuerdos de los BRICS en la cumbre de Fortaleza (Brasil) en julio de 2014 para crear una nueva arquitectura financiera mundial son parte de este avance. A su vez, debemos sumar la profundización de los acuerdos de inversión, swaps con los Bancos Centrales, acuerdos en los foros internacionales y los acuerdos en materia político-estratégica de Rusia y China en la región con los países del ALBA-MERCOSUR. Aunque todo ello tiene el riesgo de establecer acuerdos sin conformar un bloque de poder propio, con negociaciones individuales por país, manteniendo el carácter de países abastecedores de materias primas a un nuevo centro industrial mundial y, por lo tanto, manteniendo relaciones asimétricas de dependencia. 
Sin embargo, en contraposición a la tendencia mencionada, a partir de junio de 2012 se pone en funcionamiento la Alianza Pacífico (AP) conformada por Perú, Colombia, México y Chile, en estrecha relación con el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, bajo los pilares del llamado “regionalismo abierto”. Este está centrado en la libertad de comercio, la atracción de las inversiones extranjeras, los acuerdos de libre comercio con distintos países y bloques regionales a nivel mundial, la explotación de las ventajas comparativas estáticas, la hiperespecialización productiva y el desarrollo puesto en relación con la integración en el capitalismo global y las cadenas globales de valor dominadas por las empresas transnacionales. 
La Alianza Pacífico, junto con el Acuerdo Trans-Pacífico están en línea con la visión del polo de poder angloamericano de avanzar en el terreno económico-financiero, desplazar a otras potencias y debilitar la construcción de un bloque regional de mayor autonomía geopolítica que amenace sus posiciones dominantes En respuesta a la Alianza Pacífico y al freno relativo de la UNASUR, se intentó producir una integración cruzada entre los países del ALBA y del MERCOSUR para fortalecer un bloque regional. Ello se observa a partir de la dilatada incorporación de Venezuela al MERCOSUR, la firma de un protocolo en ese mismo año para la incorporación de Bolivia y los acuerdos para la incorporación de Ecuador. Con estas incorporaciones, el MERCOSUR controlaría las mayores reservas energéticas, minerales, naturales y de recursos hídricos del planeta y pasó a constituirse como el bloque con mayores reservas mundiales de petróleo. 
Por otro lado, entre Argentina y Brasil se produce el 25% de la proteína vegetal del mundo. Además, la región posee el 55% de las reservas mundiales de litio, elemento central para el almacenamiento de energía cuya demanda se ampliará enormemente con el desarrollo de la industria automotriz con motorización eléctrica. Sin embargo, durante estos años no pudieron resolverse los problemas de complementación productiva, la debilidad de las cadenas de valor regionales y la falencia en el desarrollo de núcleos productivos-tecnológicos estratégicos para el desarrollo endógeno de las fuerzas productivas. Estas debilidades se hicieron más visibles con la caída del precio de los commodities, tras el conflicto en Ucrania, que achicó enormemente los ingresos de la región. Es decir, se vuelven evidentes los problemas de primarización de estas economías, su grado de concentración y de extranjerización, y su falta de integración.
La debilidad en el plano económico para realizar los objetivos que se propone, intentó compensarse en el espacio MERCOSUR-ALBA a través de la conformación de una identidad latinoamericana y el fortalecimiento de los vínculos a partir de las coincidencias políticas, pero que no superaron en general los acuerdos entre gobiernos. La demora en la construcción de un “Estado Continental” es un gran problema que impide tener a la región la estatura política suficiente que le permita ser un actor mundial con proyecto propio. La mirada integradora del regionalismo autónomo siguió gobernada por la concepción de articulación de “Estados nacionales”, lo cual constituyó una traba fundamental para el desarrollo regional. Este nuevo escenario, con las presiones sobre la región que se multiplicaron por la agudización de las contradicciones y tensiones mundiales, las propias debilidades señaladas y el estancamiento del proceso de integración generaron una situación de reflujo, pero no necesariamente de fin de ciclo del regionalismo autónomo. El avance a nivel gubernamental en el núcleo del MERCOSUR (Argentina y Brasil) de fuerzas que se declaran a favor de la integración en la Alianza Pacífico, propician el retorno a las políticas de libre comercio y de re-alineamiento con “Occidente” y en particular con EE.UU, modifica profundamente el escenario regional. Si bien todavía no hubo más que declaraciones de los nuevos gobiernos y no se han tomado decisiones estructurales, la posibilidad de anular la normativa del MERCOSUR que impide realizar tratados de libre comercio bilaterales desestructurar completamente el bloque regional, como pasó con la Comunidad Andina. A esto se suma la profunda crisis que atraviesa Venezuela, el tercer país en magnitud del MERCOSUR, donde existe un empate de fuerzas que se expresa como crisis orgánica del Estado. Con ello se hizo evidente que, del conjunto de los bloques de poder emergentes, el bloque regional de América Latina era uno de los eslabones más débiles. 
Conclusiones: A partir del estallido de la crisis en Ucrania nos encontramos en la sexta fase de la crisis global. Esta fase anuda una crisis económica de cada vez mayor profundidad, propia de la transición capitalista que vivimos —donde se pone de manifiesto los problemas de sobreacumulación del capital, problemas de realización y límites de la financiarización—, con una agudización de los enfrentamientos entre bloques de poder. Son las dos caras de la moneda en la transición histórica. La línea de enfrentamientos entre bloques de poder entre bloques centrales y bloques emergentes, aunque existan matices y tensiones. Dichos enfrentamientos, en este nuevo momento, han pasado a ser directos y en escenarios principales, como por ejemplo en Ucrania o el mar de China meridional. También se hacen más evidentes e intensos en escenarios secundarios como en Siria. Por otro lado, estos enfrentamientos y avances de poderes emergentes se expresan en la aparición de una nueva institucionalidad internacional y en un conjunto de acuerdos económicos, políticos y estratégicos. Estos cambios en las relaciones de poder a nivel mundial, abonan una creciente situación de multipolaridad relativa. 
Las pujas estratégicas globales surcan la región de América Latina profundizandoel enfrentamiento entre una forma de regionalismo que prioriza el alineamiento con “Occidente”, y el regionalismo autónomo, que prioriza la construcción de un bloque regional y las alianzas con los bloques emergentes en el marco de los BRICS. Hoy hay un claro avance del regionalismo abierto o dependiente desde la perspectiva de autores desarrollistas, haciendo visible las debilidades del regionalismo autónomo, la distancia entre los objetivos planteados con lo realizado en estos años y el retroceso en los intentos de conformar un Bloque de poder regional. Sin embargo, ello no implica necesariamente un fin de ciclo del regionalismo autónomo, no sólo porque se mantienen gobiernos de países y numerosas fuerzas políticas bajo este paradigma, a pesar de las grandes diferencias existentes aun dentro de él, sino porque en el mundo existe una situación de transición histórica y agudización de las tensiones entre bloques de poder que vuelve inestable cualquier situación particular. 
Este debate pone en discusión la relación de la región con los distintos bloques de poder, los modelos de desarrollo social y los modelos de integración, en un escenario multipolar de crecientes tensiones. Un escenario donde los bloques centrales se enfrentan, en un mundo en transición y crisis capitalista, a los desafíos de poderes emergentes que cuestionan el viejo orden mundial en crisis y el nuevo orden de gobernanza global pensado por los actores dominantes del viejo orden. 
Ficha 2062 - Más de un siglo de condicionamientos internacionales - Pacenza 
Los vínculos internacionales con América Latina desde la colonización europea hasta la actualidad pueden ser estudiados por las ciencias sociales desde dos puntos de vista: 
· Teoría desarrollista: interpretan la relación internacional como un vínculo necesario para la salida de la etapa de subdesarrollo y el logro del crecimiento económico, tiene una visión positivista y considera al subdesarrollo como una etapa previa al desarrollo, lo que le permitiría llegar a esta etapa sería la inversión de capitales. 
· Teoría de la dependencia: plantea que el desarrollo de los países centrales está financiado por la explotación y apropiación del excedente de producción de los países periféricos. Desarrollo y subdesarrollo son dos caras de la misma moneda. El subdesarrollo hace posible el desarrollo de los países centrales. El condicionamiento económico y político de las potencias hegemónicas hacia nuestros países posibilitó el desproporcionado crecimiento de los países centrales y la pobreza y dependencia de los países periféricos. 
Características fundamentales del capitalismo como sistema: 
· Es un sistema mundial polarizado en centros hegemónicos, metrópolis y áreas dependientes, ligados entre sí con relaciones de explotación. El sistema colonial es un factor para el surgimiento del capitalismo que opera sobre nuevas bases. El pasaje a formas superiores de organización social es imposible sin la explotación subdesarrollante de las otras áreas. 
· La característica esencial (explotación subdesarrollante) permanece inmutable pero las formas que asume van cambiando en función de los cambios operados en los países centrales. En los 50 se produce la integración económica mundial con el objetivo de captar los mercados de nuestros países asociándose con los industriales nacionales. En los 60 explotación de manufacturas, exportación de capitales, acoplamiento de las industrias nativas) 
España y la relación colonial: España coloniza a América en una etapa de pre-capitalismo comercial y crea estados coloniales dependientes del rey. Buscaban materias primas o metales preciosos, reclamados por el mercado mundial y mano de obra indígena fácilmente explotable. Estos descubrimientos abrieron un periodo de expansión en la vida económica europea: nuevos lugares para el comercio, nuevos mercados para los productos del país, nuevos artículos. Esto dio inicio al subdesarrollo en nuestro continente y una intensa actividad comercial para Europa. Las desigualdades entre el desarrollo del Sur y del Norte son explicadas por las ventajas de cada terreno y las condiciones materiales que la nueva situación les impone, y no como se creía, por la cultura de cada país colonizador. En el sur se creó la encomienda porque se encontró con cultivos de exportación y mano de obra explotable, no porque eran fieles a su proyecto feudal. En el norte los ingleses se encontraron con un territorio de tierra virgen. Se organizan a partir del trabajo familiar en pequeñas granjas acompañado de la industria artesanal. Grandes bosques y la cercanía del mar lleva a la construcción de barcos siendo la base de producción industrial. Este periodo se caracterizó por el monopolio comercial (Buenos Aires es puerto cerrado hasta 1776, el comercio está reglamentado entre la metrópoli y las colonias), la promoción de monocultivos agropecuarios sobre la base de trabajo esclavo de indios y negros y el predominio del sector exportador. No estaba interesado en el desarrollo manufacturero lo que permitió el desarrollo manufacturero de la industria. 
Proyecto hegemónico inglés: A fines del siglo XVIII se produce la disgregación del imperio español. España no logra superar su etapa mercantil y se hace cada vez más dependiente de los centros industriales. Para esta época las industrias textiles ocupaban un lugar indiscutible y los artículos manufacturados provenientes de lana, seda y lino representaban los mayores volúmenes de intercambio comercial. Francia e Inglaterra eran los grandes competidores en este comercio mundial. Francia llevaba cierta ventaja hasta el advenimiento del maquinismo que se pondrá en manifiesto en la Revolución Industrial. Estos inventos aplicados al campo de la industria por parte de Inglaterra fueron una respuesta a las oportunidades comerciales que eran cada vez mayor, pero en un principio la economía inglesa depende de la expansión de los comercios extranjeros, lo que le daba la oportunidad de colocar productos en zonas marginales de otras potencias (como América Latina). 
Dos revoluciones se dan en Inglaterra: agrícola e industrial. En tal siglo se desarrolló al máximo el capitalismo mercantil beneficiando al país que estaba en mejores condiciones para explotar un mercado mundial en creciente expansión, y este era Inglaterra. La revolución industrial transforma a este país en el taller del mundo produciendo un crecimiento de la producción que necesita de nuevos mercados de colocación y buscará en el espacio socio económico mundial la solución que su propio desarrollo ha generado. La incorporación de América Latina bajo su área de influencia se da previo a la emancipación. La independencia de las colonias norteamericanas que eran sus mercados más fuertes genera mayor interés por el sur. En un primer momento intenta la conquista directa (invasiones inglesas en 1808) y luego apoyará las guerras de la independencia contra España (mientras ésta es invadida por Napoleón). Comienza acá la Etapa Neocolonial con la penetración de Inglaterra en el continente. La función: asegurar orden interno para que posibilite la entrada de manufacturas. El comercio británico operará en base a la producción y la experiencia en el campo mercantil. Se ve migración en busca de fortuna con el objetivo de actuar como condicionantes de la política local mediante la creación de cámaras comerciales y otras organizaciones de tipo mercantil. Los acontecimientos que marcan la diferencia de Europa en esta época son: 
· Uso extendido en Inglaterra de la energía mecánica, 
· Rápido progreso de ultramar y crecimiento de EEUU como mercado y fuente de abastecimiento de Europa, 
· Derrota de Francia ante Inglaterra en ámbito comercial, industrial y naval, 
· Apertura de América Latina a Londres y la total destrucción en Europa de los resabios feudales. 
En 1873 aparece la formación de monopolios produciendo la concentración de capitales, la libre empresa y libre comercio que fomentaban las empresas individuales y mantenían equilibrio entre ellas sintener una más poder que la otra, comienza a decaer por la acumulación de capital dada en la revolución técnica, creando la necesidad de contar con más capital para iniciar el proceso productivo, imposible de ser aportado por solo un empresario, dando como resultado la unión de capitales y la corporación moderna, comienza la fase competitiva del capitalismo. Dentro del capital monopólico cobra gran importancia el Ferrocarril, siendo Inglaterra pionera en esta industria: Refuerza el proceso de concentración y exportación de capitales, produce desarrollo de industrias conexas (carbón, hierro) y una nueva tecnología basada en la ciencia (química, ingeniería), amplía hasta el límite máximo el mercado interno, acelera el proceso integracionista mundial, se complementa con el comercio ultramar, acelera en las zonas periféricas el traslado de capitales dando lugar a inversión de capitales en gran escala. 
1873 en adelante: En 1873 como vimos anteriormente se produjo la concentración de la producción y del capital que crea el monopolio, se fusionan el capital bancario con el industrial y forman las compañías de acciones. Los países coloniales buscan extender sus espacios coloniales con el objeto de obtener nuevos mercados, asegurarse fuentes de abastecimiento de materias primas y alimentos y para evitar que países rivales ocupen los territorios. Hay una terminación del reparto territorial del mundo entre las potencias más importantes, por lo que luego habrá disputas por un reordenamiento de tal. Las luchas por el derecho a explotar regiones menos desarrolladas se expresarán en 1914 con la Primera Guerra Mundial. Surge la URSS (Unión Soviética) redefiniendo la problemática, combinándose en el mundo disputas entre un estado socialista y países hegemónicos capitalistas con desarrollo y crecimiento de los movimientos de liberación tercermundistas. 
Estados Unidos: Hacia mitad del siglo XVII el norte y el sur eran exportadores de materias primas, pero en el norte existía manufactura de autoconsumo desarrollado por artesanos. En el sur no se manufacturaba nada, tenían cultivo de plantaciones para la exportación. Las características del norte hicieron posible comerciar con el sur y con países tropicales, dándose el desarrollo industrial sobre la base de un colonialismo interno que los sectores manufactureros del norte sobre el sector agrícola en su conjunto. Este territorio poseía la ventaja de que el 40% del abastecimiento mundial de hierro provenía de allí y además poseían la mitad de los yacimientos de carbón en un mundo donde la base de las industrias está dada por el uso de estos dos materiales. Se le suma a su vez sus riquezas naturales (dos océanos, entorno geográfico excepcional) y el constante crecimiento del mercado interno debido a las corrientes migratorias. Luego de la guerra civil ingresa, en la era del ferrocarril, hay una transformación de la agricultura. Esta fue una gran característica de la nación que lo convirtió en el granero del mundo, teniendo un crecimiento económico cada vez mayor. Comienza a explotar las debilidades de Inglaterra y en 1850 se inicia la expansión continental y más tarde la extracontinental, en búsqueda de materias primas para el desarrollo de la manufactura, las que no tenían en cantidad suficiente (caucho, seda) En 1880 se termina en EE.UU la época del libre campismo, más tarde se produce la fusión de la industria y de los bancos que tendrá efectos en la construcción de una nueva hegemonía. 
Hegemonía inglesa a EEUU: El ascenso de EEUU al lugar de primera potencia se da por la Primera Guerra Mundial la cual permite consolidar su hegemonía. Las naciones europeas dedicaban su producción manufacturera a la producción de alimentos, EE.UU. se convierte en abastecedor de alimentos y mercadería a las naciones en guerra. En principio lo pagan con oro, luego dinero recibido por la venta de sus títulos e intereses norteamericanos, con lo que se produce la nacionalización de la economía de los estados unidos para pasar a solicitar créditos de los banqueros estadounidenses, se convierte así en nación acreedora mundial. En 1917 los países aliados empiezan a sentir la bancarrota financiera, dada la imposibilidad de seguir endeudándose. EE.UU le declara la guerra a Alemania, dejando como saldo el debilitamiento de las naciones europeas y la fortaleza absoluta de EE.UU. Así se convierte en la potencia manufacturera y financiera más grande del mundo capitalista. El rasgo más importante del periodo de desarrollo hacia afuera (desde fines del siglo XIX hasta 1930) es la estrecha vinculación económica comercial y financiera internacional que se traducía en el predominio de la libra esterlina.
Mundo Postguerra- Guerra Fría: En la Segunda Guerra confluyen varios procesos: Guerra imperialista producto de la pugna de diferentes potencias con el objetivo de encontrar nuevos mercados y materias primas que se ve en enfrentamientos como Alemania contra Inglaterra en Europa, EE.UU contra Japón en el pacífico y contra Alemania en Europa, el enfrentamiento capitalista y socialista y una guerra de liberación en Asia integrándose China en el bloque soviético, mientras en América Latina se desarrollan movimientos tercermundistas que cuestionan la dominación de ambas potencias. Esta guerra conlleva a cambios grandes en las condiciones geopolíticas del momento conformado por grandes ejes de confrontación alrededor de centros imperiales, esto se ve en el surgimiento de la URSS como centro dominante de un bloque de poder mundial, se produce la estructuración de un sistema bipolar, en el que los nacientes bloques de poder se conforman a través de una potencia central y naciones periféricas más débiles y además abarcan países con un considerable grado de desarrollo. Inglaterra fue primera potencia colonial y Alemania entra en la guerra con el fin de recuperar su atraso en la expansión. Las explosiones de Hiroshima y Nagasaki otorgan al país del norte el monopolio del arma decisiva elemento que le sirve de presión hacia Europa. Los países imperiales en la preguerra son desplazados por el liderazgo indiscutido de EEUU como potencia dominante del sector occidental. Se trata de frenar el avance soviético tras los pasos del Plan Marshall, que al otorgarle dinero a los países europeos de su bloque comienza un proceso de internalización de capitales y expansión de las grandes corporaciones estadounidenses, con finalidad no solo económica sino también política, tratando de frenar el avance de la URSS, supone una ayuda importante para los países europeos por su crítica situación que impide el control sobre las áreas colonizadas. 
La Segunda Guerra Mundial consiste en una guerra inter imperialista, producto de la pugna de las diferentes potencias, por encontrar nuevos mercados y nuevas fuentes de materias primas, que se traduce en un enfrentamiento social entre dos sistemas: capitalista y socialista. En América Latina se desarrollan los movimientos tercermundistas que cuestionan la dominación de ambas potencias. Luego de la finalización de la Segunda Guerra Mundial el surgimiento de la URSS como centro dominante de un bloque de poder mundial produce la estructuración de un sistema bipolar en los que los nacientes bloques de poder se conforman no sólo a través de una potencia central y naciones periféricas más débiles, sino que además abarcan países con un considerable grado de desarrollo. La URSS (oriente) como potencia militar a nivel internacional cuestiona las bases mismas del sistema capitalista y determina un reordenamiento global del conjunto. Paralelamente EE.UU se presenta como potencia dominante del sector occidental. En este marco se estructura el Plan Marshall y comienza un proceso de internalización de capitales con la correspondiente expansión de las grandes corporaciones estadounidenses cuya finalidad no es meramente económica, sino también política: se trata de frenar el avance soviético. 
En la posguerra EE.UU busca reanimar la economía en condiciones de paz. Por lo tanto nace el Fondo Monetario Internacional.Las profundas contradicciones entre estos bloques dan lugar a la guerra fría.Se forma el movimiento del tercer mundo que da lugar a los “no alineados”, que será permanentemente socavado por la potencia hegemónica a través de diferentes mecanismos, el más importante políticamente son los golpes de estado y la interrupción de los gobiernos democráticos (peronismo en Argentina, acción democrática en Venezuela). Se hace la comparación de EEUU con un jugador de póker que no puede dejar de jugar y ha ganado todo su dinero pero sus competidores ya no tienen más para apostar por lo tanto él deberá prestarles para continuar el juego. Para reanimar el ciclo económico fue necesario impulsar el comercio mundial en condiciones de paz. El New Deal con su intervención del mercado interno se pensaba extender al nivel mundial, el dólar pasa a ser la divisa a nivel mundial y nace el FMI. 
· 1949 marca un fortalecimiento del bloque socialista en la región con la Revolución China y el estallido de la primera bomba (la primera bomba nuclear soviética), EE.UU pierde el monopolio del arma estratégica. 
· 1950 proceso de independencia acelerado en África negra y hacia fines del 50 se recuperan los principales países europeos. 
· 1956 EE.UU y la URSS frenan el avance anglo francés en Egipto.
· 1959 creación del Mercado Común Europeo que brindó importantes posibilidades de inversión a las empresas norteamericanas. Hay una nueva lógica, dado el costo de la materia prima o laboral, algunos países periféricos producen y exportan artículos de la industria del consumo. 
El mundo global y el fin del mundo bipolar: La desintegración de la URSS, y la caída del muro de Berlín ponen fin a la guerra fría, a desaparecer uno de los bloques del mundo bipolar y la potencia que lo encabezaba. La caída del mundo comunista arrastró también la caída del tercer mundo (se produce en ellos un agotamiento de los movimientos de liberación nacional). A finales de la década del 70 hay una crisis del modelo keynesiano y el Estado Bienestar es seriamente cuestionado, mientras que en los países centrales (Gran Bretaña y EEUU) comienzan a instalarse discursos neoliberales. 
Con esto en Argentina cae el modelo sustitutivo de importaciones y se empieza a inclinar a políticas aperturistas, de ajuste fiscal, liberación económica y el creciente financiamiento externo, que conducirá a la crisis de la deuda de los 80. 
Los cambios ocurridos son consecuencia de procesos de transformación profundos que inciden sobre la organización social: 
1) La revolución científico-técnica y sus derivaciones al mundo de la producción y al plano de la organización-gestión (desarrollo de la cibernética, tecno electrónica, que son una llave importante para acceder al desarrollo futuro) 
2) La transformación del mundo del trabajo y sus efectos sociales 
3) La globalización económica. Una tendencia al descenso del nivel del empleo a diferencia del periodo de industrialización. El reemplazo de hombre por tecnología genera disminución en la demanda de los trabajadores y una baja en el nivel de salarios. 
Desde el punto de vista económico la globalización puede ser entendida como una nueva fase de expansión del sistema capitalista: hay una tendencia a la apertura de los sistemas económicos nacionales, un incremento del comercio internacional, expansión y crecimiento de mercados financieros, innovación tecnológica, disminución de políticas estatales reguladoras y/o proteccionistas. Lo que genera un aumento de la interdependencia entre países o economías diferentes, ensanchamiento de campo geográfico y una polarización social, pobreza global. 
Globalización es un proceso complejo que abarca fenómenos políticos, económicos, culturales y la construcción de nuevas identidades, tiene rasgos nuevos como la percepción de transnacionalidad en el turismo, consumo, medios de comunicación y estilos de vida, conciencia de peligro ecológico global, percepción de otros transculturales en nuestras propias vidas, circulación de las industrias culturales globales, desaparición del trabajo como integrador social, crecientes niveles de exclusión y precarización laboral. El advenimiento de los procesos de globalización económica y política implicaron crisis y ruptura del modelo sustitutivo y la implantación del modelo aperturista. El trabajo está dejando de ser uno de los ejes fundamentales sobre los que se estructura la vida en sociedad. La globalización económica es entendida como una nueva fase de expansión del sistema capitalista, caracterizada por: 
· Tendencia a la apertura de los sistemas económicos nacionales y disminución de políticas estatales reguladoras y/o proteccionistas. 
· Incremento del comercio internacional. 
· Expansión de los mercados financieros. 
· Reorganización espacial de la producción. 
· Incremento de la movilidad de los factores de la producción.
· Búsqueda permanente de la competitividad. 
· Prioridad de la innovación tecnológica. 
· Descenso de los niveles históricos de la remuneración de la fuerza de trabajo. 
Ficha 2054 – Capítulos 1 y 2. Sistema socioeconómico y estructura regional de la Argentina. Rofman Alejandro y Romero Luis. 
Primera etapa: La Argentina criolla 
La primera etapa corresponde a la situación de Argentina sobre 1852. Si bien el objetivo es la caracterización de etapas dentro del proceso histórico argentino, la elección de un límite temporal es arbitraria. Sin embargo, este año sirve para caracterizar un periodo cuya finalización corresponde al momento en que se produce la apertura de la Argentina al mercado mundial. 
Sistema internacional: Hacia 1852 el sistema internacional correspondiente al capitalismo industrial ya está estructurado y son evidentes las jerarquías que funcionarán en el siglo XIX y parte del XX. Las relaciones de dependencia a escala internacional se organizaron según las formas económicas del capitalismo comercial, que obtenía beneficios en el área de la circulación, aprovechando las diferencias de precios entre las regiones productoras y consumidoras. En 1770 comenzó a predominar en Inglaterra un nuevo tipo de relaciones de producción (capitalistas) que se caracterizaban por la apropiación del excedente bajo la forma de plusvalía y que coincide históricamente con el proceso de la Revolución Industrial. Este proceso fue desarrollado en Inglaterra en 1852 y comenzaba a afirmarse en el resto de Europa occidental. Estos cambios influyeron en el sistema internacional total. La Revolución Industrial implicó en Inglaterra una aceleración en la división interna del trabajo. Esto exige una expansión del mercado que, de no producirse, origina un estrangulamiento en el desarrollo. Los mercados coloniales adquirieron así una importancia decisiva, y la formación de un área mercantil colonial estuvo relacionada con este desarrollo industrial. La expansión colonial fue acelerada por la Revolución Industrial. El sistema internacional se caracteriza por el papel de mercados que tienen las áreas coloniales. Al mismo tiempo, comienzan a esbozar las características de la etapa siguiente, e Inglaterra empieza a organizar la producción a escala mundial, determinando la formación de las áreas de monocultivo que se ajusten a las necesidades de ese mercado. Esta jerarquización económica se traduce en formas de dominación política más variadas y flexibles. 
Sistema nacional: Dentro de ese sistema internacional jerarquizado, la función del sistema nacional argentino se relacionó directamente con el grado de su integración al mismo. En 1852 la integración de Argentina al sistema internacional es bastante limitada en relación a la etapa siguiente. Sin embargo, esta integración se fue acentuando desde finales del siglo XVIII. Esta misma provocó cambios internos que prefiguraban los contactos posteriores con el sistema internacional. La integración de Argentina al sistema internacional, ya en este momento, representa una primera e importante forma de relación. 
Papel económico del sistema nacional: El sistema internacional asigna al sistema nacionaluna cierta función económica. Argentina se integró al área mercantil inglesa para absorber su producción, industrializada, permitiendo además que siguieran funcionando los mecanismos del capitalismo comercial que posibilitan la concentración de los beneficios en la metrópolis. A su vez, en la llanura pampeana se dio un desarrollo ganadero que se ajustaba tanto a la necesidad de abrir el área a la oferta como a la de formar un área de monocultivo según las necesidades de la demanda. Esta estructuración se dio sobre una organización regional ya existente, que hizo que la adaptación de las distintas regiones fuera diferente (el Litoral realizó este cambio más rápida y profundamente que en el Interior). La apertura de Argentina a los requerimientos del mercado mundial se produjo en el siglo XVII. Buenos Aires se convirtió en el punto de conexión con el exterior y se estructuró una red de intercambios organizada para que los beneficios que se originaron quedaran en el puesto. La región litoral tuvo un desarrollo de la producción ganadera, cuyos productos eran exportados por Buenos Aires hacia los compradores europeos. El Interior ocupó un papel secundario en la red de intercambio, que desapareció en 1810, cuando se perdió el contacto con el Alto Perú. Predominó en el país la producción pecuaria, de características simples y rudimentarias, mientras que el comercio exterior proveyó de la mayoría de los restantes artículos. 
Estructura social y política :
A. Las estructuras locales de dominación: La estructura de la sociedad criolla es simple y su configuración es casi dual. La ganadería es la actividad principal, la tierra está distribuida en pocas manos, y hay en esa sociedad pastoril terratenientes y trabajadores rurales. Los sectores urbanos se encuentran en retracción. Las relaciones capitalistas de producción se encuentran escasamente desarrolladas. Dentro del sistema capitalista que se estructura a escala internacional se incluyen en las áreas periféricas subsistemas productivos de tipo precapitalista, que permiten la existencia de objetivos entre los grupos dominantes del sistema internacional y de los subdominantes locales. 
La estructura social es simple y el dominio del sector terrateniente le permite asegurarse la concentración de los beneficios que se originan en la actividad ganadera. La forma en que los ganaderos estructuran su dominación política varía según las regiones. En Buenos Aires, la sociedad está más diversificada, quizás el rasgo más característico sea la debilidad de la burguesía porteña, en contraste con la importancia comercial de la ciudad. La actividad mercantil está en manos de comerciantes ingleses. Otro rasgo de Buenas Aires es la existencia de una importante plebe subocupada, cuya existencia se hace posible debido a la variedad de oportunidades de subsistencia que ofrecía la capital virreinal. 
La terminación de las guerras europeas, con la afirmación del dominio comercial inglés, provocó el desplazamiento de la burguesía mercantil hacia las actividades pecuarias, surgiendo la oligarquía terrateniente porteña. Sus miembros más ilustres provienen de las viejas familias comerciales del fin de la Colonia, que encontraron en la tierra una alternativa para conservar su posición. 
En el periodo de 1820/27 (época rivadaviana) el Partido del Orden representó la alianza de los ganaderos con los políticos urbanos, para realizar un programa de orden, progreso económico y apoyo en la expansión ganadera. Este equilibrio precario desaparece con la crisis de 1820/27, que se prolonga hasta la llegada de Rosas al poder. De la crisis surge un sector nuevo: la plebe campesina. Esta masa de peones y capataces se movilizó políticamente por primera vez como reacción a la guerra, la penuria económica y las levas forzosas. Estos factores crearon una movilización que era vista como irreversible y que incorporaba a la vida política un nuevo sector. Esta situación era peligrosa tanto para el orden rural como para las bases de la sociedad pastoril; de ahí que el rosismo encontró una fórmula política que incluyó y canalizó el movimiento popular, rural y urbano, bajo la hegemonía del sector terrateniente. Esta estructuración del poder se muestra más sólida y eficaz que la anterior, y dura hasta 1852. En las otras provincias litorales la situación es más sencilla, no solo por la homogeneidad económica sino por la inexistencia de un sector urbano.
 La forma que asume la dominación de los ganaderos es el caudillismo. Este puede ser el representante de los terratenientes y de masas rurales cuyo grado de movilización política es muy alto, presentaba los intereses de la provincia en bloque. En el Interior se vive una situación de cambio. Tradicionalmente los grupos dominantes eran “gente decente”, comerciantes, doctores, etc. La declinación económica de esa clase se enlaza con la crisis del sistema mercantil del Interior, y con la simplificación de la vida política y la desaparición de las funciones administrativas y eclesiásticas que sustentaban la posición social de la “gente decente” (pérdida del poder político de estos sectores). Muchos de estos terminaron al servicio de los nuevos caudillos que surgieron. El agotamiento económico es causa de que ninguno de los sistemas de poder local logre afirmarse realmente. 
B. Las estructuras nacionales de dominación: Hacia 1852 no se había constituido en Argentina un Estado nacional asentado sobre un sistema jurídico institucional; este lugar era ocupado por la estructura laxa de la Confederación, en la que las provincias permanecen unidas, manteniendo la autonomía y delegando en el gobierno de Buenos Aires solo el manejo de asuntos externos. Las relaciones entre los estados provinciales fueron conflictivas. En 1830, cuando las provincias litorales firman el Pacto Federal, para oponerse a la Liga del Interior, propicia la ocasión para plantear a Buenos Aires algunas exigencias que implican modificar la política económica porteña. Litoral e Interior discrepaban en aspectos básicos de dicha política. Mientras el Interior, con una economía más diversificada, debía defender su industria de la competencia de productos importados, el Litoral ganadero era partidario del libre cambio. Los grupos dominantes de Buenos Aires pudieron imponer siempre su hegemonía a las provincias a causa de su mayor solidez económica. Esta provenía no sólo de las rentas aduaneras, sino también de la expansión ganadera. Esta hegemonía adoptó diversas formas según la peculiar coyuntura y los apoyos que utilizó. 
Durante el periodo Virreinal, Buenos Aires pudo reunir su hinterland económico dentro de un marco político. Durante la primera década de la independencia (1810-1820) Buenos Aires pretendió mantener ese predominio y consolidarlo con un sistema institucional unitario. La declinación de su protagonista, la burguesía comercial porteña, significó el fracaso del intento y la ruptura de la unidad nacional, con la siguiente anarquía y surgimiento de las provincias. El federalismo artiguista, que movilizó el Litoral, fue el intento más firme de quebrar la hegemonía porteña. La crisis final de los gobiernos nacionales de Buenos Aires (1820) coincide con el comienzo de la expansión interior porteña, basada en la ganadería, lo que le dio gran solidez económica. Y el hecho de que el sector ganadero este enraizado en la antigua clase gobernante aumentó la cohesión de su poder. De ahí que Buenos Aires puede articular un dominio de hecho, sin armazón institucional que lo sustentara. En esta tarea la clase ganadera porteña tuvo aliados. En primer lugar, los terratenientes santafesinos proporcionaron a Bs As ayuda militar a cambio de apoyo económico. Sin embargo, durante los períodos en que la crisis y la división interior debilitaron a Buenos Aires, Santa Fe intentó arrebatarle ese predominio. Por otro lado, todo el Litoral se unió a Buenos Aires en función de intereses comunes básicos, para mantener dominado y fraccionado al interior. 
C.La inserción en el sistema internacional de dominación:

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