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449© 2018. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos Pared abdominal difícil Oliver L. Gunter, Richard Miller Í N D I C E Material de sutura Técnica de cierre Dehiscencia fascial abdominal Cierre abdominal temporal Evaluación de la disposición para el cierre abdominal Programación de la reintervención Fracaso de la malla sintética Malla biológica Seroma y necrosis cutánea Preparación para la reconstrucción de la pared abdominal Reparación definitiva: creación de una pared abdominal dinámica Técnicas de Rives-Stoppa modificada y de liberación del transverso del abdomen Complementos para la reparación Resumen Por favor, visite ExpertConsult.com para ver el vídeo corres- pondiente a este capítulo. A pesar de que la incisión de la laparotomía es un factor habitual en cualquier cirugía abdominal, hay pocas evidencias para guiar a los cirujanos en el cierre óptimo de la pared abdominal. El objetivo de este capítulo es ilustrar las técnicas del cierre tanto permanente como temporal de la pared abdominal, prestando mayor atención a las situaciones que se alejan más de la normalidad. MATERIAL DE SUTURA El cierre de la pared abdominal ha cambiado a lo largo del tiempo, en gran parte debido a las mejoras de los materiales de sutura y sus características. El material de sutura ideal para cerrar la pared abdo- minal debe ser absorbible, resistente a la infección, proporcionar la resistencia a la tracción adecuada para evitar la interrupción de la pared abdominal y minimizar la lesión tisular. En la práctica actual, un alto porcentaje de las incisiones de la pared abdominal se cierran con suturas monofilamento de absorción lenta, como la polidioxanona, que suele utilizarse como una sutura doble para aumentar la resistencia a la tracción. La polidioxanona tiene una ventaja sobre la poliglactina para el cierre abdominal, con un perfil de mantenimiento de la resistencia y un tiempo de absorción más largos, además de ser un monofilamento que puede resistir la infección en mayor grado que la sutura trenzada. El uso de suturas no absorbibles para el cierre abdominal (p. ej., poli- propileno) se ha asociado a un aumento del dolor y de la formación de fístulas, y no se ha observado ninguna diferencia significativa en la incidencia de formación de hernias incisionales, la dehiscencia de las heridas o las infecciones en el sitio quirúgico.1,2 TÉCNICA DE CIERRE Los principios del cierre de las heridas que se aplican al cierre de la pared abdominal son esencialmente los mismos que en cualquier incisión quirúrgica. Es imprescindible reducir al mínimo la lesión de los tejidos, y esto puede conseguirse limitando la incorporación de la musculatura de la pared abdominal en el cierre. Se ha recomendado una proporción de 4:1 puntos de sutura frente al avance de la sutu- ra, aunque la evidencia reciente indica que los puntos fasciales más pequeños pueden reducir la incidencia de dehiscencia y hernia ven- tral, probablemente debido a la disminución de la isquemia y la lesión tisular.3,4 No se recomienda el cierre por capas de la pared abdominal, que consiste en cerrar de forma independiente el peritoneo y el tejido subcutáneo, además de la piel y la fascia, y se prefiere el cierre en masa.3 En la cirugía abdominal programada, el método recomendado para cerrar es una sutura continua con material de absorción lenta, pero hay pocas evidencias para guiar el cierre en los casos urgentes.5 Aunque las suturas de retención se han utilizado mucho, hay pocas evidencias que indiquen que su uso sea beneficioso.6 Considerando que su objetivo es impedir la evisceración, no hay consenso sobre el complemento ideal para las técnicas estándar de cierre de la pared abdominal. Las suturas de retención se han asociado a un aumento del dolor y la inflamación de la herida, complicaciones de la herida, rotura de la piel y problemas con la colocación del dispositivo de ostomía.7 Por tanto, el uso habitual de suturas de retención, aunque teóricamente tiene ventajas, no carece de complicaciones potenciales. Los pacientes con alto riesgo de dehiscencia fascial aguda pueden beneficiarse de algún método de profilaxis de la evisceración, y algunos han fomentado el uso de mallas sintéticas en el cierre de la pared abdominal de alto riesgo.8-10 La identificación del paciente con un riesgo mayor de dehiscencia de la pared abdominal puede modificar la técnica quirúrgica de cierre y debe considerarse en cualquier cirugía abdominal. DEHISCENCIA FASCIAL ABDOMINAL Se ha observado que la incidencia de dehiscencia fascial después de la cirugía abdominal mayor alcanza el 3,5%, y se asocia a morbilidad y mortalidad significativas.6 La dehiscencia fascial aguda puede advertirse por el aumento de drenaje serosanguinolento en la herida de la laparo- tomía y se puede confirmar en la exploración física. En el cuadro 17-1 se ilustran los factores de riesgo que predisponen a la dehiscencia fas- cial aguda.11 En varios estudios se ha observado que la infección de la Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad Nacional Autonoma de Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en septiembre 21, 2017. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2017. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org III Traumatismos y cuidados críticos450 herida está muy asociada a la dehiscencia fascial.12-14 Las causas técnicas principales son el fracaso del nudo (infrecuente), los daños fasciales (suelen estar relacionados con tensión, isquemia o infección del sitio quirúrgico), y los daños y los fallos del material de sutura. El tratamiento quirúrgico de la dehiscencia aguda depende de varios factores. Hay que investigar la causa de la dehiscencia, ya sea en el momento de la cirugía o con pruebas de imagen preoperatorias si está indicado. La dehiscencia fascial puede estar asociada a una infección del sitio quirúrgico o a un absceso intraabdominal, y esto varía según el tipo de cirugía índice realizada.15,16 Aunque el ries- go de dehiscencia puede persistir más de 3 semanas después de la operación, generalmente se produce en los primeros 7 días después del cierre primario.17 Dependiendo del grado del proceso inflamatorio intraperitoneal y de la formación de adherencias y esclerosis peritoneal, el abdomen puede ser inaccesible para repetir la laparotomía, y la dehiscencia fascial podría tratarse como una hernia incisional ventral planificada con reconstrucción de forma retardada. Si la laparotomía es factible, determinar la causa de la dehiscencia fascial y cerrar después la pared abdominal se considera el tratamiento estándar. Suele ser difícil cerrar la pared abdominal debido al edema tisular y la tensión excesiva, y puede ser beneficioso para los pacientes retrasar el cierre hasta que se haya normalizado el proceso fisiológico agudo. Las lesiones intes- tinales asociadas o las alteraciones de la anastomosis que crean una fístula enterocutánea aumentan sustancialmente la complejidad de la reintervención. El uso de una malla profiláctica puede ser útil para facilitar el cierre de la pared abdominal, porque la tasa de hernias incisionales ventrales aumenta después de la dehiscencia a pesar de la reparación, aunque la contaminación del campo quirúrgico puede impedir su uso. CIERRE ABDOMINAL TEMPORAL Las técnicas de control de daños se han convertido en complementos esenciales en la cirugía de traumatismos y general, así como en las intervenciones quirúrgicas de subespecialidades. Los avances en el tratamiento quirúrgico y los cuidados intensivos de los pacientes qui- rúrgicos con lesiones graves y enfermedades críticas han mejorado la supervivencia de las personas que antes habrían muerto debido a sus lesiones o sus procesos patológicos. Una de estas técnicas avanzadas es la realización de operaciones abdominales sucesivas antes del cierre fascial primario y la creación de un cierre abdominaltemporal (CAT) (cuadro 17-2). Las opciones actuales para el CAT comprenden la cober- tura visceral abdominal no traumática sin tensión y técnicas dinámicas en las que los bordes de la fascia se cierran con una plicatura seriada (tabla 17-1). Además, en varios informes de casos se describen varias modificaciones de estas técnicas de cierre dinámico y libres de tensión. En un intento de reducir el tiempo desde el CAT hasta el cierre fascial primario y para ayudar a minimizar la variabilidad del trata- miento en los pacientes con el abdomen abierto y pérdida del dominio abdominal, hemos propuesto un algoritmo de tratamiento en cinco fases para esta población de pacientes (fig. 17-1). Con las estrategias de reanimación actuales, la fascia abdominal puede cerrarse con éxito en la fase 3 de este algoritmo en la mayoría de los pacientes.18 El objetivo del cierre fascial primario diferido es que la fascia se cierre tan pronto como sea posible, idealmente en los primeros 8 días, para minimizar las posibles complicaciones relacionadas con el del abdomen abierto.19 Sin embargo, el riesgo de que se desarrolle hipertensión intraabdominal y síndrome compartimental abdominal debido al síndrome de respuesta inflamatoria en curso, edema vis- ceral, y falta de control del origen y absceso intraabdominal o fístula enterocutánea puede ser un motivo para retrasar el cierre primario. En este escenario, el cirujano puede tener que aceptar una reconstrucción de la pared abdominal diferida planificada y utilizar medios alternativos para cubrir los órganos (fases 4 y 5). CUADRO 17-2 Indicaciones de cierre abdominal temporal Control de una lesión Hemorragia grave Hipotermia, coagulopatía, acidosis Retraso de la operación definitiva debido al estado fisiológico del paciente Hipertensión intraabdominal o síndrome compartimental Viabilidad visceral cuestionable Reintervención aguda planificada Septicemia intraabdominal grave Priorización TABLA 17-1 Técnicas actuales para el cierre abdominal temporal TÉCNICA DESCRIPCIÓN EJEMPLO Dispositivo de vacío Lámina de polietileno perforado colocada bajo la fascia, recubriendo las vísceras abdominales Gasas quirúrgicas estériles y drenajes de vacío colocados en la herida, cubiertos con una lámina de plástico adhesiva; se colocan drenajes para la aspiración continua Dispositivo de vacío de Barker Tratamiento de la herida con presión negativa Sistema de espuma de polietileno encapsulada colocado debajo de la fascia con esponja de presión negativa, conectado al dispositivo de vacío Tratamiento de presión negativa del abdomen abierto KCI ABThera Velcro artificial Dos hojas de velcro opuestas con ganchos y rizos, suturadas a los bordes de la fascia Las hojas de velcro se conectan en la línea media Parche de Wittman Suturas de retención dinámica Suturas o elastómeros colocados en posición transabdominal, laterales a la fascia del recto bilateralmente Elastómero de silicona Canica ABRA Parche incrustado Prótesis impermeable suturada a los bordes de la fascia Bolsa de Bogotá Cierre solo de la piel Uso de pinzas de campo para aproximar la piel en la línea media Cierre con pinzas de campo CUADRO 17-1 Factores de riesgo de dehiscencia fascial Técnica de cierre de la herida Tipo de incisión Indicación quirúrgica Aumento de la presión abdominal Edad > 65 años Enfermedad pulmonar obstructiva crónica Inestabilidad hemodinámica Desnutrición Diabetes Obesidad Ascitis Ictericia Uso de esteroides Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad Nacional Autonoma de Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en septiembre 21, 2017. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2017. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org 17 Pared abdominal difícil 451 © E lse vi er . F ot oc op ia r s in a ut or iza ci ón e s u n de lit o. El sistema de velcro artificial, que se utiliza con frecuencia para el CAT, consiste en dos hojas de material con ganchos y rizos, simi- lares al velcro que se utiliza para la ropa, que se suturan a los bordes de la fascia después de colocar una cobertura de plástico sobre las vísceras. A continuación, los ganchos y los rizos se superponen con tensión limitada para conseguir un CAT seguro. Se utiliza una gasa para presionar el tejido subcutáneo.20 El material de tipo velcro puede separarse para reexplorar fácilmente el abdomen. Una vez terminadas las operaciones posteriores, el parche puede apretarse para mantener la tensión fascial. Apretarlo repetidamente permite una aproximación secuencial de la fascia hasta que pueda cerrarse sin tensión excesiva. Hay alguna evidencia de que el velcro artificial, junto con las suturas de retención dinámica acopladas a un dispositivo de vacío disponible comercialmente, tiene la mayor tasa de éxito en el cierre fascial.21 Un inconveniente importante de cualquier sistema similar es que es necesario suturarlo a la fascia de la pared abdominal, por lo que se dañan aún más la musculatura y la fascia, lo que puede complicar las técnicas de reconstrucción futuras. En la descripción original del sistema de vacío se representaba un CAT en tres capas.22 Se coloca una lámina de polivinilo agujereado FIGURA 17-1 Algoritmo en cinco fases propuesto para el tratamiento del abdomen abierto. CAT, cierre abdominal temporal; ICGP, injerto cutáneo de grosor parcial; THPN, tratamiento de heridas con presión negativa; UCI, unidad de cuidados intensivos. Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad Nacional Autonoma de Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en septiembre 21, 2017. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2017. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org III Traumatismos y cuidados críticos452 sobre las vísceras expuestas y se sitúa debajo de los bordes de la fascia. Se pone una gasa quirúrgica debajo de la fascia, seguida por dos drenajes de silicona, que se colocan en la parte superior de la gasa. Para sellar la herida se coloca una lámina de poliéster adhesiva impregnada de desinfectante yodado sobre la piel, lateralmente a las líneas axilares anteriores. Los drenajes quirúrgicos se conectan a un sistema de vacío de pared, creando una cobertura con presión negativa. El CAT con vacío y presión negativa ha recibido una gran aceptación, porque puede aplicarse rápidamente, es barato y no traumático, y permite controlar los líquidos abdominales. Es muy rentable, aproximadamente 50 dóla- res por aplicación.21 Generalmente, en la población con traumatismos, el cierre fascial primario diferido es posible en la segunda laparotomía. Aunque el cierre fascial primario diferido es menos frecuente en la población de cirugía de urgencias, se han observado tasas de cierre fas- cial combinado de hasta el 68%.23 Las tasas de fístulas y dehiscencias no son distintas a las de otros tipos de CAT, con valores observados del 3 al 5%.23,24 Desde hace poco está disponible una versión comercial del dis- positivo de vacío (fig. 17-2). Los resultados han sido similares a los del cierre fascial primario, y las tasas de complicaciones son comparables con las del sistema de vacío. Una modificación de la técnica, que incorpora el cierre fascial sucesivo dinámico junto con un dispositivo de vacío comercializado, ha demostrado unas tasas de cierre fascial primario diferido del 90%. Esta técnica supera el límite de los 8 días, con una tasa baja de complicaciones en algunas series.23-25 En una revisión se ha observado que el dispositivo de vacío y el velcro artificial se asocian a la tasa de cierre más elevada y a la mortalidad más reducida, aunque puede ser difícil identificar la población de pacientes que podría beneficiarse más de este método de cierre.21 EVALUACIÓN DE LA DISPOSICIÓN PARA EL CIERRE ABDOMINAL Los pacientes están preparados para la reconstrucción de las lesionesinternas una vez que han sido reanimados adecuadamente.26,27 El objetivo de la reanimación es corregir la hipotermia, la coagulopa- tía y la acidosis. En el paciente con traumatismos esto suele lograrse antes de 36 h. Los avances clínicos recientes en el tratamiento de los pacientes con enfermedades críticas y traumatismos han reducido el tiempo necesario para una reanimación apropiada. Los protocolos de transfusión masiva han minimizado el uso excesivo de soluciones de cristaloides.18,28,29 El tejido lesionado o desvitalizado se extirpa, y es posible realizar anastomosis seguras de las lesiones gastrointestinales, reduciendo al mínimo la necesidad de la enterostomía. Sin embargo, en los pacientes de algo riesgo (p. ej., los que tienen septicemia relacionada con perforación gastrointestinal, hemorragia postoperatoria grave o hipotensión intraquirúrgica), la enterostomía sigue siendo el abordaje más conservador.30 La reconstrucción abdominal en fases cumple tres funciones principales: reducción de la contaminación y control de la septi- cemia intraabdominal, desbridamiento de tejidos desvitalizados o contaminados, y reconstrucción. Se ha observado que con estas técnicas se consiguen mejores resultados en pacientes con lesiones traumáticas graves, especialmente en los pacientes in extremis.31 La laparotomía repetida con reemplazo programado habitual del CAT se ha utilizado como un medio para tratar de forma eficaz a los pacientes con septicemia intraabdominal grave. Se tolera bien y causa pocas complicaciones gastrointestinales y baja mortalidad.32,33 El uso del CAT con reintervenciones sucesivas en los casos con contaminación grave se ha asociado a la mejora de la mortalidad, aunque en los casos menos graves se han producido resultados mixtos.20,34,35 El control del origen sigue siendo la prioridad en la mayoría de los pacientes tratados con el abdomen abierto. Los parámetros clínicos, como los valores de la disfunción renal, la escala Acute Physiology and Chronic Health Evaluation II (APACHE II) y la escala de disfunción multiorgánica pueden predecir la septicemia intraabdominal activa y pueden utilizarse como indicaciones para repetir la laparotomía.26,32,36,37 En los pacientes que toleran el cierre fascial, la gravedad de la enfermedad es mucho menor que en los que tienen septicemia activa. Es importante evaluar la hipertensión intraabdominal antes de cerrar el abdomen, y puede hacerse midiendo la presión de la vejiga en los pacientes gravemente enfermos con ventilación mecánica.38 La hipertensión intraabdominal sostenida (> 20 mmHg) y un aumento de la presión inspiratoria máxima de 10 cmH2O durante los intentos de cierre fascial son signos que advierten de tensión fascial elevada, con el posible deterioro de la pared abdominal, las vísceras subyacentes, la función renal y la ventilación. En este subgrupo de pacientes críticos con el abdomen abierto puede ser prudente el cierre de la fascia en una fecha posterior o una hernia ventral planificada.39,40 PROGRAMACIÓN DE LA REINTERVENCIÓN La reintervención abdominal aguda puede estar indicada en cir- cunstancias específicas. Entre los 14 y los 21 días después de la laparotomía se produce una reacción inflamatoria importante en el peritoneo y la cavidad peritoneal, que comienza a disminuir apro- ximadamente a las 6 semanas tras la intervención. Así, al principio del período post operatorio hay un marco de tiempo limitado para la reintervención abdominal segura. El proceso de cicatrización postoperatoria crea un escenario que se asemeja a la peritonitis esclerosante temporal y hace difícil o imposible movilizar las vís- ceras y explorar el abdomen a fondo. El riesgo de lesión no es insignificante, y ante la necesidad de una intervención quirúrgica debe tenerse en cuenta este riesgo frente a su posible beneficio. Si no se puede entrar en el abdomen de forma segura, deben intentarse técnicas no quirúrgicas o percutáneas. Con respecto al momento en que debe repetirse la intervención, deben tenerse en cuenta la extensión y las circunstancias de la ope- ración índice. Las técnicas laparoscópicas producen mucha menos interrupción de la anatomía y la fisiología peritoneales normales, por lo que dan lugar a un menor número de adherencias postoperatorias. Generalmente, en los pacientes tratados con abdomen abierto y un posible injerto de piel deben pasar de 6 a 12 meses antes de considerar la reconstrucción abdominal. En el contexto de un trau- matismo, puede ser necesario más tiempo si se están tratando otras lesiones. Después de la aplicación de un injerto de piel de la pared abdominal sobre el abdomen abierto, la irrigación sanguínea deriva FIGURA 17-2 Dispositivo de presión negativa KCI ABThera para el tratamiento del abdomen abierto. Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad Nacional Autonoma de Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en septiembre 21, 2017. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2017. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org 17 Pared abdominal difícil 453 © E lse vi er . F ot oc op ia r s in a ut or iza ci ón e s u n de lit o. del intestino subyacente. El momento ideal para la reintervención en estos pacientes es cuando el injerto se libera de las vísceras sub- yacentes y puede pasar la llamada prueba del pellizco (fig. 17-3). Con respecto al momento de retirar la ostomía, se producen menos complicaciones cuando pasa más tiempo desde que se creó hasta que se elimina, y parece que las adherencias disminuyen a partir de alrededor de 15 semanas.41 Como las adherencias pueden estar asociadas a un aumento de la complejidad quirúrgica, este marco de tiempo debe tenerse en cuenta antes de la cirugía de reintervención programada. Después de una operación abierta (p. ej., técnica de Hartmann), generalmente hay que esperar 6 meses o más antes de retirar la ostomía. FRACASO DE LA MALLA SINTÉTICA El uso de mallas protésicas sintéticas está bien establecido como el tratamiento quirúrgico de elección para la reparación de las hernias incisionales ventrales, y en la mayoría de los casos se consigue una reparación de larga duración con bajas tasas de recurrencia. El desa- rrollo del material sintético de la malla fue un importante avance en la cirugía de las hernias, y sus ventajas comprenden la disminución de las tasas de recurrencia, la facilidad de uso y el coste relativamente bajo en comparación con las mallas biológicas.42 Debido a esto, la malla sintética es la prótesis que más se utiliza para el refuerzo en la reparación de las hernias incisionales iniciales y recurrentes. Aunque el uso de las mallas sintéticas ha dado lugar a una mejora significativa de las tasas de fracaso y recurrencia, el uso de estos mate- riales puede producir complicaciones específicas que van de leves a potencialmente mortales. Las mallas sintéticas pueden infectarse de forma variable, en función del grado de contaminación de la herida y de la naturaleza del material protésico utilizado. Las infecciones deben erradicarse antes de considerar cualquier reparación importante, y hay que tomar medidas para curar las heridas abiertas, ya que la colonización bacteriana puede ser signi- ficativa incluso en ausencia de una infección franca. En el escenario de una infección de la malla es necesario retirar el material de la malla infectada y las suturas de anclaje, drenar todos los abscesos y desbridar la herida. Recientemente, los estudios de las infecciones de las mallas después de la reparación de las hernias incisionales ventrales abiertas han revelado que las mallas macroporosas, más ligeras, suponen un menor riesgo de infección en comparación con las mallas microporosas, más pesadas, como las de politetra- fluoroetileno expandido.43 Cualquier malla que no está incorporada debe ser extirpada por completo desde el borde de la herida hasta el tejidosano. Si la herida está muy contaminada o requiere un gran desbridamiento, resección intestinal o retirar la fístula enterocutánea, por ejemplo, puede ser necesario un abordaje en varias fases para limpiar la herida antes de iniciar la reconstrucción definitiva de la pared abdominal. Hay muchas dificultades para reparar una hernia en un campo infectado (cuadro 17-3). Cuando no hay suficiente tejido autólogo para el cierre por capas, como suele ocurrir después de la cirugía de urgencia en el contexto de la peritonitis, el cirujano se enfrenta con varios retos que debe abordar de manera priorizada. Una vez que se ha erradicado la infección, se ha realizado la resección intestinal y se ha desbridado el tejido necrosado, debe contenerse el saco visceral. En este escenario, generalmente no es aconsejable crear colgajos grandes de piel o separar los componentes miofasciales durante la fase aguda del tratamiento. Después de con- trolar el origen y tratar las infecciones, la preparación de la herida para la reparación definitiva no debe interferir en las posibles opciones de reconstrucción en el futuro. La reparación de los tejidos durante este tiempo es un proceso anabólico, y en los pacientes desnutridos o activamente catabólicos puede producirse un deterioro significativo de la cicatrización de la herida. Además, es probable que el abdomen abierto contribuya a la respuesta inflamatoria sistémica y al estado de catabolismo. Aunque no es lo ideal, puede ser necesario confiar primero en el CAT y las técnicas de puente fascial para reducir la carga bacteriana y después desarrollar una herida limpia para la reparación posterior definitiva. Determinar la forma correcta de tratar este defecto residual sigue siendo una fuente de controversia. Se han utilizado dispositivos de presión negativa para ayudar en esta situación, primero para eliminar toda la infección y después para cubrir una reparación en puente con malla biológica. MALLA BIOLÓGICA El material de malla biológico para la reconstrucción de la pared abdominal se introdujo a finales de la década de los noventa. Estos materiales proporcionan más flexibilidad en las opciones quirúrgicas para la reparación de defectos complejos de la pared abdominal. La malla biológica se desarrolló y se promovió prin- cipalmente para su uso en campos contaminados, en los que está contraindicado el uso de mallas sintéticas. Desde la introducción de estos materiales biosintéticos ha habido un mercado cada vez mayor de nuevos materiales biológicos que se consideran superiores, aunque en pocos de estos materiales se han evaluado críticamente los resultados en los seres humanos para la reconstrucción de la pared abdominal. Cada una de estas prótesis biológicas tiene métodos únicos de procesamiento que dan lugar a diferentes características de y propie- dades fisiológicas. Las mallas biológicas tienen la supuesta ventaja de FIGURA 17-3 Prueba del pellizco después del injerto de piel de la pared abdominal que indica la liberación del injerto de las vísceras subyacentes. CUADRO 17-3 Desafíos en la reparación de la hernia ventral en un campo contaminado Múltiples intentos previos de reparación de la hernia Alteración significativa de los planos tisulares Fístulas enterocutáneas que deben ser resecadas Material protésico acompañante que debe ser retirado Gran defecto fascial La sustitución por una malla protésica permanente está relativamente con- traindicada en la fase aguda Desnutrición proteínico-calórica La reparación primaria tiene una alta tasa de fracasos Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad Nacional Autonoma de Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en septiembre 21, 2017. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2017. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org III Traumatismos y cuidados críticos454 que pueden utilizarse en un campo contaminado, y puede que no sea necesaria su explantación si se infectan. En modelos animales se ha demostrado que, en comparación con las mallas convencionales, las mallas biológicas mejoran la eliminación de bacterias y muestran recuentos bacterianos (en cuanto al número) significativamente infe- riores.44 Se ha observado que los materiales biológicos no reticulados actúan mejor en ambas categorías que los reticulados. Si existe septicemia y un gran defecto de la herida abdominal, es necesario el cuidado local de la herida hasta que se reduzca la carga bacteriana y después el cierre abdominal en el momento adecuado. Lo ideal es utilizar tejido autólogo para el cierre, pero no siempre es factible. Si la piel no puede cerrarse sobre el defecto de la pared abdominal, nuestra práctica actual implica el uso de una malla biológica no reticulada como una reparación en puente incrus- tado. Aunque esto no proporciona una reparación definitiva de la hernia, la ventaja teórica principal de utilizar la malla biológica es evitar la desecación del intestino subyacente, lo que puede impedir la formación de fístulas. Los sistemas de tratamiento de la herida que utilizan antimicrobianos tópicos y minimizan la desecación son útiles para mantener el injerto húmedo y limitar la carga bacteriana. La malla biológica puede desecarse y formar una escara, que puede requerir desbridamiento local, aunque esto normalmente no se produce durante semanas después de la colocación de la malla (fig. 17-4). Una vez que el lecho de la herida parece sano con tejido de granulación adecuado, puede dejarse que se produzca la granulación y la cicatrización por segunda intención o puede cubrirse con piel nativa o con un injerto de piel. Esta técnica de puente biológico es útil para los pacientes con comorbilidades importantes, con enfer- medad aguda y en los casos en los que la reconstrucción definitiva es un riesgo prohibitivo. Hay evidencias claras de que si la malla biológica se utiliza como una reparación en puente, el resultado es una alta tasa de recurrencias, porque la malla se estira con el tiempo y produce laxitud, abultamiento o recurrencia real en 1 año.45 Por tanto, la reparación en puente no debe considerarse una alternativa para la reconstrucción definitiva, sino una cobertura biológica de la cavidad peritoneal que impide la desecación y la posible formación de fístulas enterocutáneas. SEROMA Y NECROSIS CUTÁNEA Los seromas y la formación de necrosis cutánea son complicaciones frecuentes relacionadas con la reconstrucción importante de la pared abdominal (figs. 17-5 y 17-6). Los seromas se producen porque se crean colgajos grandes de piel y grasa subcutánea para liberar los planos fasciales o para reaproximar la piel en grandes defectos con injertos de piel anteriores. Esto crea un espacio potencial que puede llenarse con exudado de los tejidos cuando supera la capacidad de reabsorción. Para reducir la formación de seromas deben colocarse drenajes de vacío cerrados en el tejido subcutáneo hasta que se oblitera el espacio. Estos drenajes deben limpiarse regularmente al principio del período postoperatorio, y normalmente se retiran cuando se han registrado menos de 30 ml en un período de 24 h. Además, la com- presión externa con corsés abdominales puede facilitar la adherencia de la pared abdominal y el colgajo de piel, e impedir que se acumu- le líquido. Hay que tener cuidado para no dejar los drenajes mucho tiempo, porque pueden proporcionar un punto de entrada para los microorganismos de la piel y contribuir a la infección. No se recomienda el uso de antibióticos profilácticos para evitar la infección mientras los drenajes de vacío cerrados están en su lugar, porque no hay evidencias que apoyen su uso. FIGURA 17-4 Desecación de la reparación en puente con malla biológica. FIGURA 17-5 Necrosis cutánea que complica la reconstrucción de la pared abdominal. FIGURA 17-6 Seroma postoperatorio que complica la reparación de la hernia incisional ventral.Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad Nacional Autonoma de Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en septiembre 21, 2017. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2017. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org 17 Pared abdominal difícil 455 © E lse vi er . F ot oc op ia r s in a ut or iza ci ón e s u n de lit o. Otros métodos que se han descrito en la bibliografía para reducir la formación de seromas son el uso de puntos de sutura de acolchado, el pegamento de fibrina y la aplicación de talco bajo los colgajos de piel. Sin embargo, no hay grandes estudios en los que se haya demostrado definitivamente el beneficio de estos métodos, y deben considerarse en cada caso concreto. Si los drenajes de vacío cerrados fallan, puede estar indicada la reintervención, en particular si existe un seroma infectado. La irrigación sanguínea de la piel se distribuye principalmente a través de la grasa subcutánea y las perforantes procedentes de la arteria epigástrica inferior profunda. Los métodos intraoperatorios para optimizar y preservar la circulación cutánea y para prevenir la necrosis cutánea postoperatoria son esenciales. Las técnicas para preservar las perforantes están bien descritas en la bibliografía. La densidad de las perforantes es mayor alrededor de la zona periumbilical, por lo que es importante dejar una distancia circular de unos 3 cm alrededor del ombligo durante la disección. La necrosis cutánea inminente puede manifestarse como oscure- cimiento, formación de ampollas y enrojecimiento que se blanquea a la presión, que puede progresar a tejido necrosado definitivo. El tratamiento varía claramente según la profundidad y el área total de necrosis. La necrosis superficial puede tratarse localmente con geles hidratantes o sustancias de desbridamiento enzimáticas, que reducen la carga bacteriana del tejido necrosado y mantienen un entorno húmedo para la cicatrización. Las heridas de todo el espesor requieren desbridamiento profundo cutáneo y subcutáneo. Los sis- temas de tratamiento de las heridas con presión negativa pueden ayudar a evitar esta complicación en las heridas estériles. Se están realizando estudios preliminares sobre el uso de un cierre asistido por vacío que infunde antibióticos o sustancias enzimáticas de des- bridamiento cíclicamente para el tratamiento de las heridas o el material infectados. PREPARACIÓN PARA LA RECONSTRUCCIÓN DE LA PARED ABDOMINAL El objetivo de la reconstrucción definitiva es primero optimizar el estado del paciente y después restaurar la estructura y la continuidad funcional del sistema musculofascial y proporcionar una cobertura de la herida estable y duradera para minimizar las complicaciones adicionales. Una vez que se ha tomado la decisión de operar, deben evaluarse y optimizarse cuidadosamente los factores de riesgo preoperatorios antes de realizar una reconstrucción de la pared abdominal compleja programada. En la figura 17-7 se muestran los resultados de una encuesta reciente en la que se pidió a los cirujanos que enumeraran las contraindicaciones para la reparación de una hernia que consi- deraban frecuentes.46 Los factores de riesgo modificables merecen una atención especial en esta población de pacientes complejos, y las comorbilidades deben optimizarse antes de la intervención. Hay que hacer todo lo posible para controlar la diabetes y para maximizar la reposición de proteínas y calorías y el estado cardiopulmonar. Es imprescindible dejar de fumar durante al menos 4-6 semanas antes de la reparación. En los pacientes con una infección previa por Staphylo coccus aureus resistente a meticilina (SARM) debe considerarse la posibilidad de descolonizar el paciente o suprimir a los portadores de SARM antes de la operación y utilizar profilaxis con vancomicina durante el período perioperatorio. Es mejor prevenir la infección de la malla que tratarla (tabla 17-2). Es esencial conocer los factores de ries- go preoperatorios durante el proceso de selección de los pacientes y la técnica para minimizar los acontecimientos adversos postoperatorios (tabla 17-3).47 REPARACIÓN DEFINITIVA: CREACIÓN DE UNA PARED ABDOMINAL DINÁMICA Incluso con una gran planificación preoperatoria, todavía no existe un abordaje único que resuelva todas las necesidades de la reconstrucción de un defecto complejo de la pared abdominal. Es esencial que el cirujano revise todos los informes quirúrgicos anteriores y entienda cla- ramente lo que queda en la herida y en qué lugar. Es necesario realizar una tomografía computarizada preoperatoria de la pared abdominal antes de considerar una reconstrucción importante. En los casos de contaminación o infección previa, el cirujano suele tener que enfrentarse a la difícil tarea de decidir cuándo usar una malla de refuerzo, qué tipo de malla utilizar y dónde colocarla. Aunque la presencia de contaminación en el campo quirúrgico se ha considerado una contraindicación absoluta para el uso de mallas FIGURA 17-7 Datos de la encuesta que muestran las contraindicaciones frecuentes para la reparación de la hernia. ASA, American Society of Anesthesiologists; DM, diabetes mellitus; IMC, índice de masa corporal. Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad Nacional Autonoma de Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en septiembre 21, 2017. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2017. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org III Traumatismos y cuidados críticos456 protésicas, existe una creciente evidencia de lo contrario.48 Los col- gajos de rotación o avance se han utilizado con frecuencia en otros campos quirúrgicos contaminados, como la infección esternal, las infecciones del material ortopédico y las incisiones infectadas des- pués de una derivación vascular. La naturaleza antimicrobiana de la musculatura viable puede, en última instancia, ser más importante que el material seleccionado para la reparación de la hernia, aunque las prótesis macroporosas ligeras pueden acelerar el crecimiento hacia dentro del tejido local, impidiendo así la colonización bacteriana.43 Se han utilizado implantes de malla biológica en campos contami- nados desde que se adoptaron en la práctica quirúrgica, aunque su durabilidad como una reparación definitiva a largo plazo es un inconveniente. Actualmente, el cierre fascia a fascia sin tensión usando técnicas de separación de componentes combinadas con refuerzo con malla se considera el método ideal para la reconstrucción de la pared abdominal. La opinión de los expertos en la bibliografía sostiene que el factor más importante en la prevención de las complicaciones postoperatorias es la correcta colocación de la malla en el espacio de la cara posterior de los músculos rectos del abdomen utilizando una técnica de recubrimiento inferior que evite el contacto de la malla con las vísceras abdominales. En general, la reparación de la cara posterior de los músculos rectos del abdomen y la colocación subyacente de la malla producen una tasa menor de complicaciones, como menos infecciones, formación de sero- mas y recidiva de la hernia, que las técnicas de superposición o de interposición. Existen varias técnicas para la movilización de la fascia medial- mente con separación de los componentes que proporcionan una reparación sin tensión de la fascia del recto y la protección consecuen- te contra la infección de la grasa subcutánea y la piel circundantes. La técnica de Ramírez clásica descrita para la separación de compo- nentes requiere grandes colgajos subcutáneos para poder acceder a la pared abdominal lateral para liberar la fascia oblicua externa.49 Esta técnica tiene una alta morbilidad de la herida y, en general, ya no se recomienda para los pacientes de alto riesgo. Se han descrito métodos endoscópicosdesarrollados recientemente para realizar la liberación de la separación de componentes de la aponeurosis oblicua externa usando una cámara endoscópica y evitando la división de las perforantes. Sin embargo, la apreciación mejorada de la función de la pared abdominal para crear una unidad de pared abdominal dinámica ha popularizado dos técnicas de reconstrucción ideales: la reparación de Rives-Stoppa modificada y la reparación con liberación del transverso del abdomen.50,51 En ambas se utiliza la colocación infraaponeurótica retromuscular de la malla, y se han convertido en las «técnicas de referencia» para la reparación según la American Hernia Society. El espacio retromuscular tiene una rica vascularización, y estas dos técnicas conservan el haz neurovascular de la pared abdominal con resultados favorables. En las dos técnicas se usa una separación de componentes posterior y la colocación de una malla sintética macroporosa ligera en el espacio de la cara posterior de los músculos rectos del abdomen y fuera de la cavidad peritoneal. La vaina posterior del recto, el peritoneo y el epiplón protegen óptimamente el intestino de la malla. TÉCNICAS DE RIVES-STOPPA MODIFICADA Y DE LIBERACIÓN DEL TRANSVERSO DEL ABDOMEN En la técnica de Rives-Stoppa modificada se realiza una incisión en la vaina del recto posterior de aproximadamente 0,5 cm desde el borde fascial del defecto. A continuación, se expone el plano retromuscular hasta la extensión lateral de la disección: la línea semilunar. Si esta disección es insuficiente para cerrar la fascia del recto posterior, este método puede extenderse mediante la liberación del transverso del abdomen. En esta técnica se divide el músculo transverso del abdomen, lo que permite la entrada en el espacio entre la fascia transversal y el borde lateral de este músculo dividido. Así, puede crearse un plano de disección lateral amplio con gran avance fascial posterior y anterior. Ambos métodos evitan una disección subcutánea importante y preser- van el haz neurovascular (figs. 17-8 a 17-10). COMPLEMENTOS PARA LA REPARACIÓN La reconstrucción de defectos abdominales grandes puede cambiar notablemente la fisiología de la respiración y alterar la función del diafragma y otros músculos accesorios de la respiración. Muchos cirujanos han defendido el uso de la presión meseta como un método intraoperatorio para medir los efectos de la reparación de la hernia en la función pulmonar. Se ha observado que las compli- caciones respiratorias postoperatorias se incrementan significativa- mente cuando la presión meseta aumenta por encima de 6 mmHg, y los pacientes tienen una probabilidad nueve veces superior de tener complicaciones con este hallazgo.52 Además, se recomienda el seguimiento habitual intraoperatorio y postoperatorio de las presiones abdominales indirectamente utilizando los valores de la presión de la vejiga cuando el defecto de la pared abdominal es superior a 600 cm2.52 El del dolor es esencial en estos pacientes, y los catéteres epidu- rales y el bloqueo del plano del transverso del abdomen mejoran sustancialmente el alivio del dolor y reducen significativamente el consumo de narcóticos en la fase postoperatoria, y además tienen TABLA 17-2 Prevención de la infección de la malla Medidas preoperatorias Interrupción del tabaquismo Ducha antibacteriana preoperatoria Antibióticos intravenosos preoperatorios e intraoperatorios Antisépticos en el sitio quirúrgico Preparación intestinal mecánica en los defectos de la hernia con incarceración crónica Medidas intraoperatorias Películas de poliuretano impregnadas con yodo Evitación de mallas redundantes y arrugas Empapado de la malla sintética en una solución antibiótica Evitación del contacto entre la malla y la piel Uso juicioso de los drenajes TABLA 17-3 Sistema de clasificación del riesgo de hernia modificado GRADO 1 GRADO 2 GRADO 3 Bajo riesgo Comorbilidad Contaminado Bajo riesgo de complicaciones Tabaquismo Obesidad Limpio-contaminado Contaminado Sin antecedentes de infección de la herida EPOC Sucio Diabetes mellitus Antecedentes de infección de la herida OSQ = 14% OSQ = 27% OSQ = 46% EPOC, enfermedad pulmonar obstructiva crónica; OSQ, ocurrencia en el sitio quirúrgico. Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad Nacional Autonoma de Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en septiembre 21, 2017. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2017. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org 17 Pared abdominal difícil 457 © E lse vi er . F ot oc op ia r s in a ut or iza ci ón e s u n de lit o. efectos beneficiosos sobre los costes y la morbilidad postoperato- ria.53 Ambas técnicas también aumentan la movilización temprana, reduciendo así las complicaciones adicionales relacionadas con esta cirugía extensa. El anestésico local bupivacaína inyectable de acción prolongada proporciona un alivio prolongado del dolor y también reduce el consumo de narcóticos. Como se ha mencionado anteriormente, el uso de corsés abdominales también mejora signi- ficativamente la deambulación, el control del dolor y la comodidad del paciente. Como se ha mencionado anteriormente, un conocimiento amplio de los determinantes de los resultados puede ser el factor más importante para reducir las complicaciones, e incluso la muerte, en estos pacientes (fig. 17-11). Tal vez las estrategias no quirúrgicas de observación estrecha para las hernias incisionales grandes asinto- máticas pueden ser prudentes en ciertas poblaciones de pacientes. En la actualidad no existen estudios en los que se haya evaluado a pacientes con hernias incisionales confirmadas que se hayan tratado de forma conservadora. Más recientemente, la American Hernia Society ha desarrollado una Quality Collaborative para mejorar el valor de la atención prestada a los pacientes con hernia. Se formó en 2013 por cirujanos especialistas en hernias tanto de la práctica privada como de centros académicos. El objetivo de la Quality Collaborative es el uso de los conceptos de mejora continua de la calidad para mejorar los resultados y optimizar los costes. La recopilación permanente de datos, la retroalimentación FIGURA 17-8 Representación anatómica de la reparación de una hernia incisional ventral retromuscular con malla mediante la liberación del músculo transverso del abdomen, colocando la malla en un plano preperitoneal/ retromuscular con superposición amplia. FIGURA 17-9 Desarrollo del plano de la cara posterior de los músculos rectos del abdomen después de dividir la vaina del recto en la línea media. FIGURA 17-10 Liberación del transverso del abdomen en la reparación de la hernia retromuscular. Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad Nacional Autonoma de Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en septiembre 21, 2017. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2017. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org III Traumatismos y cuidados críticos458 sobre el desempeño y el aprendizaje colaborativo mejorarán, sin duda, los resultados para los pacientes, proporcionando el momento óptimo y la selección de la operación para esta población de pacientes que supone un reto. RESUMEN En la mayoría de las laparotomías de control del daño por traumatis- mos, cirugía vascular y cirugía general de urgencias puede conseguirse el cierre fascial primario en el 60-90% de los casos. Los pacientes en los que no se puede cerrar el abdomen constituyen la categoría de los de pared abdominal difícil. A su vez, esto puede dar lugar a una hernia ventral complicada. Las causas de la pared abdominal difícil comparten algunas características: pérdida de dominio abdominal, riesgo de que se desarrolle hipertensión intraabdominal o síndrome compartimental abdominal, formación de abscesos intraabdominaleso fístulas, sín- drome de respuesta inflamatoria sistémica y un riesgo de formación de hernias superior al 50%. Cuando es necesaria una cobertura temporal del abdomen, la técnica debe ser sencilla de realizar, sin tensión, no traumática y barata, y debe permitir una tasa elevada de cierre fascial primario diferido. Después de la normalización del estado fisiológico pueden realizarse la reexploración y la reparación en fases. No es aconsejable realizar el cierre fascial primario diferido si existe tensión excesiva en la fascia o la presión inspiratoria máxima aumenta más de 10 cmH2O. Sin embargo, la incapacidad para cerrar el abdomen abierto a los 8 días se asocia a un notable aumento de las complicaciones, como fístulas enteroaéreas.19 Por este motivo, algunos cirujanos crean un puente sobre el defecto de la pared abdominal con malla biológica para proteger los órganos abdominales. Sin embargo, esta reparación debe considerarse una medida temporal, porque la mayor parte de las reparaciones en puente causan protrusión o laxitud en el primer año desde el cierre. Con la reparación diferida de la hernia ventral utilizando la separación de componentes reforzada con malla biológica se han conseguido unos resultados excelentes, y se recomienda para el cierre de la pared abdominal complicada. BIBLIOGRAFÍA SELECCIONADA Barker DE, Green JM, Maxwell RA, et al: Experience with vacuum-pack temporary abdominal wound closure in 258 trau- ma and general and vascular surgical patients, J Am Coll Surg 204:784-792, 2007. Este estudio describe 717 cierres por dispositivo de vacío realizados en 258 pacientes quirúrgicos. Las complicaciones abdominales están descritas con detalle. Boele van Hensbroek P, Wind J, Dijkgraaf MG, et al: Temporary closure of the open abdomen: A systematic review on delayed primary fascial closure in patients with an open abdomen, World J Surg 33:199-207, 2009. Este estudio se diseñó para revisar sistemáticamente la biblio- grafía para valorar qué técnica de cierre abdominal temporal se asocia a la mayor tasa de cierre fascial primario diferido. Las técnicas descritas fueron el cierre asistido por vacío, los dispositivos de vacío, el velcro artificial, la malla o lámina, la cremallera, el silo, el cierre cutáneo, las suturas de retención dinámica y las esponjas hemostáticas laxas. Carbonell AM, Criss CN, Cobb WS, et al: Outcomes of synthe- tic mesh in contaminated ventral hernia repairs, J Am Coll Surg 217:991-998, 2013. Durante mucho tiempo se ha pensado que la contaminación del campo quirúrgico era una contraindicación absoluta para el uso de la malla protésica para la reparación de la hernia. Existe una creciente evidencia de que los materiales sintéticos pueden utilizarse con seguridad a pesar de la presencia de contaminación, y que pueden mejorar los resultados a largo plazo de la reparación de la hernia. Connolly PT, Teubner A, Lees NP, et al: Outcome of reconstruc- tive surgery for intestinal fistula in the open abdomen, Ann Surg 247:440-444, 2008. Es un análisis de los factores que influyen en el resultado de las técnicas quirúrgicas para cerrar fístulas enterocutáneas en el abdomen abierto. La reconstrucción simultánea del tubo intestinal y la pared abdominal sigue estando asociada a una elevada tasa de complicaciones, que justifica el tratamiento de estos pacientes en unidades especializadas. de Vries Reilingh TS, van Goor H, Rosman C, et al: Components separation technique” for the repair of large abdominal wall hernias, J Am Coll Surg 196:32-37, 2003. En este estudio se evalúa el uso de la técnica de separación de componentes como un método para la reconstrucción de la pared abdominal. Dedica especial atención a la reconstrucción de hernias grandes de la pared abdominal, especialmente en condiciones de contaminación, en las que está contraindicado el uso de material protésico. Fabian TC, Croce MA, Pritchard FE, et al: Planned ventral hernia. Staged management for acute abdominal wall defects, Ann Surg 219:643-650, 1994. FIGURA 17-11 Factores que determinan el resultado de la reconstruc ción de la pared abdominal. Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad Nacional Autonoma de Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en septiembre 21, 2017. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2017. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org 17 Pared abdominal difícil 459 © E lse vi er . F ot oc op ia r s in a ut or iza ci ón e s u n de lit o. Proporciona un análisis del esquema terapéutico en fases para el tratamiento inicial y definitivo de los defectos agudos de la pared abdominal. Se describe un esquema en cuatro fases para el tratamiento de los defectos agudos de la pared abdominal: fase I, inserción del material protésico; fase II, retirada del material protésico 2-3 semanas después de su colocación y de la granulación de la herida; fase III, hernia ven- tral planificada 2-3 días después (injerto cutáneo de espesor parcial o injerto de grasa subcutánea y piel de espesor com- pleto), y fase IV, reconstrucción definitiva 6-12 meses des- pués. Los riesgos y los beneficios de las técnicas empleadas en los casos se evaluaron retrospectivamente. Miller RS, Morris JA Jr, Diaz JJ Jr, et al: Complications after 344 damage-control open celiotomies, J Trauma 59:1365-1371, 2005. En este estudio se evaluó un gran número de abdómenes con control del daño. La morbilidad se asocia al momento y el método de cierre de las heridas y al volumen transfundido, pero es independiente de la gravedad de las lesiones. Los mejores resultados se obtuvieron con el cierre fascial primario diferido antes de 8 días. Morris JA Jr, Eddy VA, Blinman TA, et al: The staged celiotomy for trauma. Issues in unpacking and reconstruction, Ann Surg 217:576-584, 1993. Este artículo describe los acontecimientos clínicos y las deci- siones importantes respecto a la fase de reconstrucción/reti- rada de la celiotomía en fases para traumatismos. Los autores examinaron historias clínicas para identificar y describir las indicaciones y el momento de la reconstrucción, los criterios del regreso urgente al quirófano, las complicaciones tras la reconstrucción y el síndrome compartimental abdominal. Novitsky YW, Elliott HL, Orenstein SB, et al: Transversus abdo- minis muscle release: A novel approach to posterior component separation during complex abdominal wall reconstruction, Am J Surg 204:709-716, 2012. Es una descripción de la anatomía quirúrgica de referencia que expone los conocimientos del espacio de la cara posterior de los músculos rectos del abdomen mediante la descripción de un método de separación de componentes internos cerrado. Se describen los detalles anatómicos del espacio del trans- verso del abdomen que establecen la base para la reparación de la hernia mediante liberación del transverso del abdomen. Ramirez OM, Ruas E, Dellon AL: “Components separation” meth- od for closure of abdominal-wall defects: An anatomic and clinical study, Plast Reconstr Surg 86:519-526, 1990. Este estudio indica que los grandes defectos de la pared abdominal pueden reconstruirse mediante la transferencia funcional de los componentes de la pared abdominal sin que sea necesaria la transposición a distancia de colgajos muscula- res libres. Demostró que el músculo oblicuo externo puede separarse del oblicuo interno en un plano relativamente avas- cular. El músculo recto, con su fascia del recto suprayacente, puede elevarse desde la vaina del recto posterior. El colgajo compuesto de músculo recto, con el músculo transverso del abdomen oblicuo interno unido, puede desplazarse 10 cm alrededor de la cintura. Schecter WP, Hirshberg A, Chang DS, et al: Enteric fistulas: Princi- ples of management, J Am Coll Surg 209:484-491, 2009. El objetivo de esta revisión es presentar los principios actuales en el tratamientode las fístulas entéricas. Se evalúan los prin- cipios terapéuticos tradicionales para mejorar el tratamiento y conocer mejor la fisiología y la evolución natural de las fís- tulas entéricas. Stone HH, Strom PR, Mullins RJ: Management of the major coagulopathy with onset during laparotomy, Ann Surg 197:532- 535, 1983. Es una descripción clásica de la técnica de laparotomía abre- viada, la hemostasia abdominal con esponja y la corrección de la coagulopatía en 31 pacientes, con una supervivencia aceptable en situaciones previamente no viables. BIBLIOGRAFÍA 1. Krukowski ZH, Cusick EL, Engeset J, et al: Polydioxanone or polypropylene for closure of midline abdominal incisions: A prospective comparative clinical trial, Br J Surg 74:828- 830, 1987. 2. Corman ML, Veidenheimer MC, Coller JA: Controlled clinical trial of three suture materials for abdominal wall closure after bowel operations, Am J Surg 141:510-513, 1981. 3. Ceydeli A, Rucinski J, Wise L: Finding the best abdominal closure: An evidence-based review of the literature, Curr Surg 62:220-225, 2005. 4. Seiler CM, Bruckner T, Diener MK, et al: Interrupted or continuous slowly absorbable sutures for closure of pri- mary elective midline abdominal incisions: A multicenter randomized trial (INSECT: ISRCTN24023541), Ann Surg 249:576-582, 2009. 5. Diener MK, Voss S, Jensen K, et al: Elective midline lapa- rotomy closure: The INLINE systematic review and meta- analysis, Ann Surg 251:843-856, 2010. 6. Khorgami Z, Shoar S, Laghaie B, et al: Prophylactic retention sutures in midline laparotomy in high-risk patients for wound dehiscence: A randomized controlled trial, J Surg Res 180:238- 243, 2013. 7. Rink AD, Goldschmidt D, Dietrich J, et al: Negative side- effects of retention sutures for abdominal wound closure. A prospective randomised study, Eur J Surg 166:932-937, 2000. 8. Caro-Tarrago A, Olona-Casas C, Olona-Cabases M, et al: Impact on quality of life of using an onlay mesh to prevent incisional hernia in midline laparotomy: A randomized clinical trial, J Am Coll Surg 219:470-479, 2014. 9. Caro-Tarrago A, Olona Casas C, Jimenez Salido A, et al: Pre- vention of incisional hernia in midline laparotomy with an onlay mesh: A randomized clinical trial, World J Surg 38:2223- 2230, 2014. 10. Argudo N, Pereira JA, Sancho JJ, et al: Prophylactic synthetic mesh can be safely used to close emergency laparotomies, even in peritonitis, Surgery 156:1238-1244, 2014. 11. Eke N, Jebbin NJ: Abdominal wound dehiscence: A review, Int Surg 91:276-287, 2006. 12. van Ramshorst GH, Nieuwenhuizen J, Hop WC, et al: Abdominal wound dehiscence in adults: Development and validation of a risk model, World J Surg 34:20-27, 2010. Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad Nacional Autonoma de Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en septiembre 21, 2017. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2017. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org Push Button1: Push Button0:
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