Logo Studenta

Reconstrucción de la mama

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

865© 2018. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos
Reconstrucción de la mama
Karen L. Powers, Linda G. Phillips
Í N D I C E
Función del cirujano general en la reconstrucción de la mama
Historia
Selección de pacientes
Programación
Selección de la técnica y planificación quirúrgica
Reconstrucción del complejo pezón-aréola
Tratamiento de la mama contralateral
Seguimiento
Conclusiones
FUNCIÓN DEL CIRUJANO GENERAL 
EN LA RECONSTRUCCIÓN DE LA MAMA
El cáncer de mama es un tema tremendamente emocional por su 
localización anatómica y la importancia de la mama femenina en la 
sociedad actual. Es obligatorio que los cirujanos que lleven a cabo 
intervenciones quirúrgicas de la mama tengan un conocimiento básico 
sobre las pacientes candidatas a la reconstrucción de la mama y de las 
opciones reconstructoras. La mayoría de pacientes empieza a preguntar 
acerca de la reconstrucción mamaria al cirujano que realizará la mas-
tectomía. Pueden plantear cómo quedarán cuando termine, o si ten-
drán que vivir sin una mama. Es en este momento cuando un cirujano 
general influye sobremanera en la decisión de una mujer de buscar una 
reconstrucción de la mama.
Aunque los cirujanos encargados de la reconstrucción explican deta-
lladamente las opciones quirúrgicas, sus riesgos y el resultado esperable, 
los cirujanos que realicen la extirpación deben estar preparados para 
sostener como mínimo una conversación básica con las pacientes. Si 
se utilizará una prótesis mamaria o tejido autólogo, dónde estarán las 
cicatrices y cuánto tiempo lleva la convalecencia son preguntas para 
las que desea una respuesta la mayoría de las pacientes. La decisión 
de someterse a una reconstrucción de la mama puede verse afectada 
por el sesgo del cirujano que realizará la mastectomía. Los cirujanos 
oncológicos estamos formados para dar prioridad a la extirpación del 
tumor, pero la atención médica de referencia actual exige que también 
seamos sensibles ante la deformidad resultante. Solo mediante una 
alianza estrecha entre el cirujano oncológico y el reconstructor es 
posible abordar las necesidades emocionales, físicas y oncológicas de 
la paciente.
HISTORIA
A finales del siglo xix, el pronóstico de las pacientes con cáncer de 
mama era infausto. Cirujanos notables como Volkmann, Czerny y 
Billroth describieron tasas de recidiva local del 52 al 85%. Antes de 
que hubieran transcurrido dos décadas de esas comunicaciones, Halsted 
presentó su exitoso tratamiento del cáncer de mama, con una tasa de 
recidiva de solo el 6%. La teoría halstediana del tratamiento del cáncer 
de mama seguiría siendo la línea fundamental de la cirugía del cán-
cer de mama en los 60 años siguientes. Él creía que «la más mínima 
falta de atención al detalle o los intentos de acelerar la convalecencia 
por parte de esas intervenciones estéticas que solo son viables cuando 
se extirpa una pequeña cantidad de piel, pueden condenar a su paciente 
a la enfermedad». Preocupado por la posibilidad de una escisión ina-
decuada de piel, Halsted continuaba: «Intentar cerrar la herida en la 
mama más o menos regularmente mediante cualquier método estético 
es peligroso y, en mi opinión, absolutamente desaconsejable». Los 
verdaderos intentos de reconstruir la mama no se producirían hasta 
50 años más tarde.
A pesar de la condena de Halsted a las intervenciones reconstruc-
toras, se reconocía que los voluminosos defectos provocados por esta 
cirugía radical sí tenían que cerrarse. Aunque se utilizaba con frecuencia 
el cierre primario, los injertos de piel en heridas más grandes eran 
aceptables. Incluso con los procedimientos estéticos descritos por 
Legueu y Graeve en Francia y Warren en EE. UU., estos consistían 
básicamente en técnicas de cierre de la pared torácica, y no en auténticas 
reconstrucciones de la masa mamaria.
El primer intento de realizar una verdadera reconstrucción de la 
mama se produjo en 1895, cuando Czerny trasplantó un gran lipoma 
del flanco de la paciente a la zona de la mastectomía. Al contar la his-
toria, Goldwyn destacó que la paciente estaba bien y tenía una buena 
simetría en las mamas 1 año después de la cirugía. En este caso en 
concreto la mastectomía se realizó por enfermedad fibroquística, no por 
un cáncer. Tansini describió por primera vez el empleo de un colgajo 
musculocutáneo del dorsal ancho en 1906. Sin embargo, esta notable 
técnica no lograría ser aceptada en los siguientes 70 años.
En 1942, Gillies empezó a utilizar en Inglaterra la técnica del pedí-
culo tubulado en la reconstrucción de la mama. En esta intervención, 
desplazaba un colgajo del abdomen al tórax para reconstruir la mama. 
Aunque esta técnica tenía éxito, las múltiples intervenciones y el tra-
tamiento prolongado impidieron su aplicación universal.
Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad Nacional Autonoma de Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en septiembre 21, 2017.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2017. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
http://booksmedicos.org
http://booksmedicos.org
SECCIÓN VII Mama866
Desde 1970, aproximadamente, se han producido muchos avances 
en la cirugía reconstructora y se han aplicado a la reconstrucción de 
la mama. La aparición de las prótesis mamarias fue la primera de esas 
revoluciones. En 1963 se introdujo la prótesis mamaria de silicona 
para aumentar el tamaño de las mamas, que fue rápidamente incor-
porada a las intervenciones de reconstrucción mamaria. También en 
1963, Cronin y Gerow1 presentaron una serie de pacientes a las que se 
había implantado una prótesis para reconstruir el defecto creado por 
la mastectomía. Por primera vez, el cirujano plástico disponía de una 
técnica que podía simular la mama perdida sin necesidad de múltiples 
intervenciones ni tratamientos prolongados. En muchos sentidos, 
fueron la sencillez y la seguridad de las prótesis mamarias lo que inició 
el interés en la reconstrucción de la mama. Al final de la década de los 
setenta, la reconstrucción se realizaba inmediatamente después de la 
mastectomía.2-4
El desarrollo de los colgajos musculares, musculocutáneos y fascio-
cutáneos, y del trasplante microquirúrgico ha tenido un gran impacto 
en la reconstrucción de la mama. El material ideal para reconstruir 
cualquier defecto es un tejido similar. Hasta el principio de la década 
de los setenta, solo se disponía de cantidades limitadas de ese tipo de 
tejido para la reconstrucción mamaria. Se redescubrió el trabajo pionero 
de Manchot5 sobre los territorios vasculares del organismo, y entonces 
los cirujanos fueron capaces de aprovechar estos conocimientos básicos 
para diseñar colgajos basándose en los patrones axiales de vasos san-
guíneos con nombre propio. Estos avances técnicos permitieron que 
los cirujanos recolocaran tejidos con seguridad y la reconstrucción más 
precisa de todo tipo de defectos, incluidos los mamarios.6
SELECCIÓN DE PACIENTES
Las mujeres deciden someterse a una reconstrucción de la mama por 
muchos motivos, como no tener que necesitar una prótesis externa, 
menos limitaciones a la hora de vestirse, recuperar su femineidad y 
sentirse de nuevo completas. Otras deciden no someterse a la recons-
trucción porque piensan que son demasiado mayores para la cirugía 
o temen sus complicaciones.7,8 Con la gran variedad de opciones en la 
reconstrucción de la mama, la cirugía debería adaptarse a los deseos de 
la paciente, así como a su estado de salud global. Hay unas pocas con-
traindicaciones relativas para la reconstrucción mamaria, como la edad 
muy avanzada, enfermedades cardiovasculares graves y otros problemas 
concomitantes, obesidad extrema y cáncer avanzado de la mama.
Con frecuencia, las mujeres se enfrentan a la decisión, con la 
enfermedad en estadios iniciales, del tratamiento conservador de la 
mama (TCM) o la mastectomía. Los estudios han mostrado resultados 
equiparables en cuanto a la supervivencia cuando se compara el TCM 
más radioterapia con lamastectomía. Estas decisiones suelen tomarse 
conjuntamente con el responsable de la cirugía exerética. La satis-
facción de las pacientes con estas dos modalidades es variable. Pusic 
et al.9 han realizado una encuesta entre mujeres sometidas a tumorec-
tomía/radioterapia, mastectomía y mastectomía con reconstrucción. 
Con resultados parecidos a la publicación de Reaby,7 las mujeres que 
eligieron la reconstrucción tenían menor edad, eran de raza caucásica 
y con mayor nivel educativo. El grado en que las pacientes se sentían 
cómodas con su desnudez fuera mucho menor en el grupo con mas-
tectomía únicamente, y que la calidad de vida cambiara según la edad. 
Las mujeres de menor edad (< 55 años) fueron las que menos satis-
fechas estaban con la mastectomía, mientras que las mayores de 55 
años resultaron las menos contentas con la tumorectomía. En último 
término, la elección es de la paciente que padece el cáncer de mama, 
y debe ser individualizada.
La reconstrucción continúa evolucionando, en paralelo al TCM. 
Actualmente, es posible minimizar los efectos de la radioterapia en la 
mama tras una tumorectomía mediante técnicas oncoplásticas. Estas 
comprenden las estrategias de reducción mamaria para obliterar el 
espacio muerto de una tumorectomía o mastectomía segmentaria y para 
contrarrestar las fuerzas retráctiles de la radioterapia. Son los cirujanos 
plásticos y los cirujanos de mama quienes emplean estas técnicas, que 
se detallarán más adelante en este capítulo.10,11
PROGRAMACIÓN
La programación de la reconstrucción mamaria tras la mastectomía 
ha avanzado de diferida a inmediata por los avances y el refinamiento 
de las técnicas reconstructoras de la mama y el reconocimiento de 
sus beneficiosos efectos psicológicos.7,9,10,12 Como los estudios han 
demostrado que la reconstrucción de mama inmediata tiene beneficios 
psicológicos, es rentable, estéticamente ventajosa y no aumenta el 
riesgo de complicaciones ni el riesgo oncológico, se ha convertido en 
la intervención preferida, el 75% de las reconstrucciones se realizan 
sin demoras.13
Como la mayoría de las recidivas cancerosas locales se producen en 
la piel o el tejido adiposo subcutáneo o en la axila, hay pocos motivos 
para demorar la reconstrucción. La reconstrucción inmediata se ha 
convertido en la norma en EE. UU.14 El procedimiento reporta bene-
ficios psicológicos para la mujer y ofrece la posibilidad de conservar 
el molde normal de la mama, y lo más importante, el pliegue infra-
mamario. Esto puede ser más difícil en las reconstrucciones diferidas. 
Los colgajos cutáneos también son más flexibles en las intervenciones 
inmediatas. En el momento actual, la mayor parte de las mujeres con 
cáncer en estadio I o II son candidatas a la reconstrucción inmediata. 
Ciertos fármacos quimioterapéuticos y la necesidad de radioterapia 
complementaria impiden que sea posible la reconstrucción inmediata, 
al interferir en la cicatrización postoperatoria y el resultado estético, 
respectivamente.
También debe considerarse la posibilidad de complicaciones en la 
reconstrucción inmediata. En pacientes que sufren complicaciones 
secundarias a la reconstrucción, como retraso en la cicatrización de las 
heridas, infecciones, pérdida del colgajo de la mastectomía y necrosis 
del colgajo, es posible que se retrase el inicio de la quimioterapia y la 
radioterapia y, por tanto, se comprometa el tratamiento del cáncer. Los 
cirujanos responsables de la ablación y la reconstrucción deben tener 
en cuenta todas estas posibilidades, al igual que la paciente, con el fin 
de determinar el momento apropiado para la reconstrucción.
SELECCIÓN DE LA TÉCNICA Y PLANIFICACIÓN 
QUIRÚRGICA
Las opciones de la reconstrucción quirúrgica mamaria son variadas y 
abarcan reconstrucciones parciales y totales. La reconstrucción total de 
la mama normalmente utiliza expansores o prótesis, tejido autólogo 
o una combinación de ambos. Cualquiera de estas intervenciones no 
debe demorar los tratamientos complementarios para el cáncer. Las 
intervenciones más realizadas son las siguientes (cuadro 35-1):
•	 Inserción	de	expansores	tisulares,	que	después	se	sustituyen	por	una	
prótesis.
•	 Implante	inmediato	de	una	prótesis	permanente.
•	 Dorsal	ancho	con	una	prótesis.
•	 Tejido	autólogo	(pediculado).
•	 Tejido	autólogo	(libre).
La elección de una de estas técnicas debe considerar la necesidad 
de resección cutánea, radioterapia complementaria posquirúrgica, el 
tamaño de la paciente y su deseo respecto al resultado estético, y el 
grado de actividad. También hay que tener en cuenta la otra mama y 
el tejido donante disponible. Lo ideal es que el cirujano reconstructor 
simplemente rellene el espacio vacío creado por la extirpación de la 
glándula, preservando el molde normal de la mama; sin embargo, 
esto no siempre es posible. Habitualmente, excepto en el cáncer 
avanzado y el inflamatorio, es posible realizar alguna versión de la 
mastectomía conservadora de piel. Los cirujanos de la mama también 
ofrecen mastectomías conservadoras del pezón y de la aréola. Estos 
Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad Nacional Autonoma de Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en septiembre 21, 2017.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2017. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
http://booksmedicos.org
http://booksmedicos.org
35 Reconstrucción de la mama 867
©
 E
lse
vi
er
. F
ot
oc
op
ia
r s
in
 a
ut
or
iza
ci
ón
 e
s u
n 
de
lit
o.
procedimientos permiten reconstrucciones más satisfactorias estética-
mente porque encierran la cicatriz en el área alrededor de la porción 
de piel del colgajo, si se utiliza. El riesgo de cáncer o de recidivas no 
está aumentado con la mastectomía conservadora de piel, siempre y 
cuando las tiras de piel no sean demasiado anchas. Por el contrario, 
la anchura de la piel determina la supervivencia de los colgajos, y los 
colgajos muy finos se necrosan con frecuencia. En mujeres con mamas 
grandes, es posible modificar las incisiones cutáneas de la mastectomía 
para permitir un acceso sencillo al cirujano general y la posibilidad de 
que el cirujano reconstructor logre cicatrices simétricas. En la mas-
tectomía se pueden utilizar los patrones de la reducción de mamas, 
así como la intervención en la otra mama para alcanzar la simetría.
La reconstrucción de la mama significa algo más que construir 
una masa en la pared torácica. Resulta sumamente importante crear 
simetría. Reconstrucciones minuciosas pueden ser decepcionantes si 
no son equiparables a la mama contralateral indemne. En su mayor 
parte, la reconstrucción con tejido autólogo logra una mejor simetría. 
Esto es menos importante en el caso de reconstrucciones bilaterales. 
Al planificar una reconstrucción, hay que tener en cuenta no solo el 
tamaño y la forma de la otra mama, sino también su posición en la 
pared torácica, localización del pliegue inframamario, altura, tamaño 
y color del complejo pezón-aréola, y cuantía de la ptosis mamaria.
Reconstrucciones mediante prótesis
Las reconstrucciones con prótesis se realizan en mujeres que conservan 
una cantidad razonable de piel de buena calidad tras la mastectomía, 
suficiente para cubrir por completo una prótesis y lograr una forma 
natural. Tienen la ventaja de que son intervenciones relativamente 
breves, con una morbilidad mínima para la paciente. La reconstrucción 
mediante prótesis es la mejor opción en las reconstrucciones bilaterales 
porque representa la oportunidad óptima de lograr mamas simétricas. 
Con reconstrucciones solo con prótesis es difícil imitar la ptosis natural y 
el contorno de la otra mama, excepto en casos de mujeres de menor edad 
con mamas relativamente pequeñas de aspecto juvenil (cuadro 35-2).
Inicialmente, estas intervenciones reconstructoras se realizaban 
colocando la prótesis en un bolsillo subcutáneo. Esta ubicación cayó 
en desuso por la tensión visible de la prótesis debajo de una fina capa 
de piel y un mayorriesgo de complicaciones debidas a la retracción de 
la cápsula. Actualmente, estas prótesis se colocan en un bolsillo submus-
cular por debajo del pectoral mayor. Algunos cirujanos optan por una 
cobertura muscular completa, con la ayuda del serrato anterior y la fascia 
del recto del abdomen. Otros cubren el polo inferior de la prótesis con 
material bioprotésico (p. ej., aloinjertos dérmicos humanos, de origen 
porcino o bovino) para ayudar a crear un pliegue inframamario y un 
contorno naturales, y proporcionar una capa extra entre la prótesis y la 
tira cutánea inferior de la mastectomía. Este material se sutura al múscu-
lo pectoral mayor en la zona superior y después, inferiormente, al pliegue 
inframamario previamente marcado o creado (figs. 35-1 y 35-2).13,15,16 
Ambos métodos ayudan a fijar el pectoral mayor e impiden que se des-
place hacia arriba, exponiendo una mayor parte de la prótesis.
Con frecuencia, estas técnicas reconstructoras comienzan insertando 
un expansor tisular en el momento de la mastectomía. Esto se hace para 
permitir inicialmente una pequeña tensión a las débiles tiras de la mas-
tectomía o para distender progresivamente la piel con el fin de colocar 
una prótesis más grande de lo que resultaría seguro en el momento de 
la mastectomía. Los expansores son prótesis con una corteza de silicona 
que tienen una entrada integrada o distante para inyectar salino en la 
consulta. La mayoría de los cirujanos expanden la piel hasta un tamaño 
ligeramente mayor para conseguir un bolsillo grande, con cierto grado 
de ptosis. Los expansores son sustituidos por prótesis tras la expansión, 
y los eventuales tratamientos complementarios han de completarse.
Por lo general, las reconstrucciones mediante prótesis logran una 
masa mamaria redondeada, de aspecto juvenil, sin ptosis (fig. 35-3). Se 
necesitan múltiples citas para lograr la expansión, y después una cirugía 
posterior con el fin de colocar la prótesis permanente, lo que exige 
un compromiso temporal por parte de la paciente. Con el tiempo, 
las reconstrucciones mediante prótesis tienden a cambiar por los 
efectos de la gravedad, la respuesta del organismo al material extraño 
(formación de una cápsula) y el propio envejecimiento de las prótesis. 
Esto se produce linealmente a lo largo del tiempo, de modo que el 
86% de las mujeres están satisfechas con el resultado a los 2 años, 
frente al 54% a los 5 años.17
CUADRO 35-2 Reconstrucción 
mediante prótesis
Indicaciones
Reconstrucción bilateral
Paciente que solicita un aumento de tamaño además de la reconstrucción
Paciente inapropiada para cirugías prolongadas
Ausencia de tejido abdominal adecuado
La paciente no desea tener cicatrices en la espalda o el abdomen
Montículo mamario pequeño con mínima ptosis
Contraindicaciones relativas
Edad joven (puede ser necesario reemplazar la prótesis en numerosas ocasiones)
La paciente no desea someterse al seguimiento
Mamas de gran tamaño
Mamas con ptosis importante
Alergia a la silicona
Temor a las prótesis
Fracaso de prótesis previas
Necesidad de radioterapia posquirúrgica
CUADRO 35-1 Opciones 
en la reconstrucción de la mama
Autógenas
•	 Colgajos abdominales
•	 MRTA
•	 Pedículo simple
•	 Pedículo doble
•	 Colgajo libre*
•	 Colgajo de perforantes de la epigástrica inferior profunda*
•	 Colgajo horizontal abdominal superior
•	 Colgajo abdominal vertical
•	 Colgajo abdominal tubulado
Colgajo musculocutáneo del dorsal ancho
Colgajo glúteo*
•	 Superior
•	 Inferior
Colgajo de Rubens*
Colgajo toracoepigástrico
Colgajo de la cara lateral del muslo*
Intervención divisoria de la mama†
Aloplásticas
•	 Prótesis de gel de silicona
•	 Prótesis de silicona rellena de salino
•	 Paredes lisas
•	 Paredes rugosas
•	 Redondeadas
•	 Forma anatómica
•	 Inyección de silicona†
Combinaciones
•	 Colgajo del dorsal ancho con una prótesis
•	 Colgajo MRTA con una prótesis
*Requiere microcirugía.
†Referencia de interés únicamente histórico.
Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad Nacional Autonoma de Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en septiembre 21, 2017.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2017. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
http://booksmedicos.org
http://booksmedicos.org
SECCIÓN VII Mama868
Reconstrucción combinada
El uso de tejido autólogo junto con una prótesis se llevó a cabo por 
primera vez en la década de los setenta. A menudo, es necesario un 
tejido extra tras la mastectomía para crear una mama de tamaño ade-
cuado y una cobertura mamaria natural para impedir la ptosis o con-
trarrestar los cambios cutáneos inducidos por la radiación. Esta forma 
de reconstrucción utiliza por lo general un colgajo musculocutáneo del 
dorsal ancho con un pedículo dependiente de la arteria toracodorsal, 
como describieron Schneider et al.18 Es un músculo ancho y plano 
que atraviesa la espalda desde la punta de la escápula por arriba has-
ta la columna vertebral medialmente y la cresta ilíaca por debajo. 
Habitualmente, el músculo se obtiene junto con una porción de piel 
suprayacente para reemplazar al complejo pezón-aréola extirpado o 
cubrir defectos de mayor tamaño en el caso de la mastectomía tradicio-
nal, como popularizaron Bostwick y Scheflan.19 La porción de piel se 
centra encima del músculo y se intenta esconder la cicatriz de la zona 
donante en la línea del sujetador. En mujeres con mamas pequeñas, 
es posible realizar reconstrucciones completas con el dorsal ancho, la 
grasa que lo cubre y una prótesis, si es necesario. El dorsal ancho sirve 
de cabestrillo inferior, unido al pectoral superiormente para lograr la 
cobertura muscular completa de la prótesis (fig. 35-4).
Este colgajo, realizado de una sola vez, es ideal para mujeres de 
mamas relativamente pequeñas con cierto grado de ptosis, pero puede 
utilizarse para crear mamas reconstruidas más grandes en varias fases. 
También se utiliza para reconstruir el defecto secundario a una mas-
tectomía parcial lateral. El colgajo de dorsal ancho tiene ventajas 
por su proximidad a la mama y su fiable vascularización. Es el más 
utilizado en la reconstrucción de los defectos unilaterales de mujeres 
delgadas con zonas donantes pequeñas, y en mujeres con mamas de 
escaso tamaño, y como rescate de cualquier reconstrucción mamaria 
que fracase. Sus desventajas son una gran cicatriz en la espalda y la 
probabilidad de complicaciones en la zona donante (v. más adelante; 
cuadro 35-3).
Reconstrucción con tejido autólogo
Colgajo pediculado
Hoy en día, la técnica de referencia en la reconstrucción mamaria 
con tejido autólogo es el colgajo musculocutáneo del recto trans-
verso del abdomen (MRTA) por la similitud entre la consistencia 
del tejido abdominal inferior con el tejido mamario. La primera 
descripción del colgajo MRTA en la reconstrucción mamaria, hecha 
FIGURA 35-1 A, B. Representación esquemática de la posición de la prótesis, el pectoral y la pared torácica. 
El músculo pectoral no es capaz de cubrir el polo inferior de la mama y se necesita un material bioprotésico en 
el área de mayor expansión. (Tomado de Breuing KH, Warren SM: Immediate bilateral breast reconstruction 
with implants and inferolateral AlloDerm slings. Ann Plast Surg 55:232–239, 2005.)
FIGURA 35-2 A, B. Representación esquemática de la pared torácica, 
la mama, el músculo pectoral, el cabestrillo bioprotésico y la prótesis. El 
material bioprotésico se sutura al borde inferior del músculo pectoral por 
arriba, el pliegue inframamario se pliega por abajo, y se curva lateralmente 
a lo largo de la pared torácica para recrear el molde de la mama con 
el fin de permitir su expansión. (Tomado de Breuing KH, Warren SM: 
Immediate bilateral breast reconstruction with implants and inferolateral 
AlloDerm slings. Ann Plast Surg 55:232–239, 2005.)
Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad Nacional Autonoma de Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en septiembre 21, 2017.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización.Copyright ©2017. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
http://booksmedicos.org
http://booksmedicos.org
35 Reconstrucción de la mama 869
©
 E
lse
vi
er
. F
ot
oc
op
ia
r s
in
 a
ut
or
iza
ci
ón
 e
s u
n 
de
lit
o.
por Robbins en 1979, asociaba una isla de piel vertical. El colgajo 
MRTA tal y como lo conocemos, con una tira de piel horizontal del 
abdomen inferior, fue descrito por primera vez por Hartrampf et al. 
en 1982.20 El colgajo MRTA orienta la cicatriz de la zona donante 
en una localización más aceptable de abdominoplastia. Aunque esta 
localización de la porción de piel proporciona un arco de rotación 
mejor, el aporte sanguíneo consiguiente a este gran volumen tisular es 
más distal y más endeble. Esta área donante de piel y tejido adiposo 
tiene una vascularización doble, del sistema epigástrico superior y del 
inferior. Los colgajos pediculados están vascularizados por los vasos 
epigástricos superiores proximales, y hay que seccionar el sistema 
inferior para la transferencia. Los pequeños vasos que conectan el 
sistema superior con el inferior, conocidos como vasos obturadores, 
se dilatan entonces para aumentar la perfusión una vez se ha ligado 
el sistema profundo. Los estudios de Moon y Taylor21 han aclarado 
las zonas de perfusión del territorio cutáneo del abdomen inferior. 
Encontraron abundantes vasos perforantes que surgen del recto 
para encargarse de la piel y la grasa suprayacentes. La perfusión es 
máxima por encima del músculo recto (zona I) en el lateral (pedículo) 
utilizado, seguida de la región por encima del músculo recto con-
tralateral (zona II). A continuación, es la región externa ipsolateral 
de tejido (zona III) y la zona peor perfundida es la más alejada del 
pedículo del recto (zona IV; fig. 35-5).
Este tipo de reconstrucción tiene las ventajas de que sustituye el 
tejido por otro similar, logra una cicatriz aceptable en la zona donante 
y mejora el contorno abdominal. Sus limitaciones son las siguientes:
FIGURA 35-3 Mujer de 41 años con cáncer en la mama izquierda que se sometió a una mastectomía bilateral 
con colocación inmediata de expansores de tejido bilateralmente y cabestrillos bioprotésicos. La reconstrucción 
final se llevó a cabo sustituyendo los expansores por prótesis mamarias de gel de silicona de 533 ml. (Tomado 
de Roehl KR: Breast reconstruction. Open Breast Cancer J 2:25–37, 2010. Fotografías por cortesía de John 
D. Bauer, MD.)
FIGURA 35-4 Representación esquemática del colgajo de dorsal ancho. A. Elevación del colgajo. B. Trans-
posición del colgajo. C. Imagen del colgajo en su localización.
Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad Nacional Autonoma de Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en septiembre 21, 2017.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2017. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
http://booksmedicos.org
http://booksmedicos.org
SECCIÓN VII Mama870
1. Este tejido tiene elevadas demandas metabólicas que no siempre es 
posible satisfacer, de modo que partes del colgajo forman necrosis 
grasa o mueren.
2. El período de recuperación es más largo tras esta cirugía, con más 
molestias abdominales y el riesgo de debilidad abdominal y/o for-
mación de hernias.
El uso de colgajos pediculados también puede verse limitado por 
cirugías y cicatrices abdominales previas. Las mujeres obesas, fumadoras 
o con enfermedades médicas concomitantes (especialmente diabetes) 
tienen más riesgo de sufrir estas complicaciones (cuadro 35-4).
Colgajos abdominales, glúteos y de la cara interna del muslo
Colgajos abdominales. Como se mencionó, la vascularización 
dominante de la parte inferior del abdomen es el sistema epigástrico 
inferior profundo. La perfusión de la piel y la grasa mediante este sis-
tema es más fiable. Resultó evidente que realizar este colgajo como una 
transferencia de tejido libre sería beneficioso. Los colgajos abdominales 
libres tienen menos necrosis parcial del colgajo y de la grasa que los col-
gajos pediculados, y evitan la protuberancia epigástrica del músculo que 
se produce con los colgajos pediculados. En los colgajos MRTA libres, 
la piel y la grasa del abdomen inferior se conectan a través de la arteria 
y la vena epigástrica inferior profunda a la vascularización sanguínea de 
la axila (vasos toracodorsales, originalmente) o, más recientemente, a la 
arteria y la vena mamaria interna. Este procedimiento suele hacerse 
conjuntamente con la mastectomía, excepto en el cáncer avanzado, en 
el que puede ser necesaria la radioterapia (figs. 35-6 a 35-8).
Holmstrom22 fue el primero en realizar este tipo de reconstrucción 
en 1979, y se han introducido posteriormente técnicas perfeccionadas 
constituidas en patrón de referencia para la reconstrucción microvas-
cular de la mama con tejido autólogo. Las primeras descripciones de 
esta intervención arrojaron una tasa de pérdida parcial del colgajo del 
7,1%, una tasa de pérdida total del colgajo del 1,4% y necrosis grasa 
en el 12% de las fumadoras, pero solo del 3% en no fumadoras. La 
protuberancia abdominal aparecía originalmente en aproximadamente 
CUADRO 35-4 Reconstrucción 
mediante el colgajo del músculo recto 
transverso del abdomen
Indicaciones
Mamas de todos los tamaños
Ptosis mamaria
Contraindicaciones relativas
Tabaquismo
Liposucción abdominal
Cirugía abdominal previa
Enfermedad pulmonar
Obesidad
Contraindicaciones
Abdominoplastia previa
Paciente incapaz de tolerar un período de recuperación de 4-6 semanas
Paciente incapaz de tolerar intervenciones prolongadas
FIGURA 35-6 Esquema de las marcas en el abdomen inferior para la 
reconstrucción autóloga dependiente de las filas medial y lateral de los 
perforantes, que pertenecen al sistema de la arteria epigástrica inferior 
profunda.
CUADRO 35-3 Reconstrucción 
con el dorsal ancho
Indicaciones
Mamas pequeñas
Ptosis mamaria escasa
Ausencia de zona donante abdominal (p. ej., cicatrices, falta de tejido)
Rescate de reconstrucciones mamarias previas
Contraindicaciones relativas
Radioterapia posquirúrgica programada
Reconstrucción bilateral
Ptosis mamaria importante
Contraindicaciones
Toracotomía lateral previa
Mama de gran tamaño en una paciente que no desea reducción
FIGURA 35-5 Territorios vasculares de la pared abdominal aportados por 
un colgajo musculocutáneo del recto transverso del abdomen unilateral 
(tal y como los determinaron Moon y Taylor21). El flujo sanguíneo es 
mayor en la zona I, seguida de las zonas II, III y IV.
Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad Nacional Autonoma de Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en septiembre 21, 2017.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2017. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
http://booksmedicos.org
http://booksmedicos.org
35 Reconstrucción de la mama 871
©
 E
lse
vi
er
. F
ot
oc
op
ia
r s
in
 a
ut
or
iza
ci
ón
 e
s u
n 
de
lit
o.
el 5% de los casos, aunque la cifra disminuyó mucho a medida que se 
utilizaban menores cantidades de músculo recto, pasando a utilizarse 
el MRTA con conservación de músculo (MRTAcm).23 Se ha refinado 
aún más esta técnica para preservar la fortaleza de la pared abdominal.
La búsqueda de una mínima morbilidad abdominal condujo al 
desarrollo: 1) del colgajo MRTAcm, en el que solo se toma el músculo 
que rodea los vasos perforantes; 2) del colgajo perforante de la arteria 
epigástrica inferior profunda (PEIP), en el que no se recoge músculo y 
los vasos perforantes se disecan en cadena, y 3) del colgajo de la arteria 
epigástrica inferior superficial (AEIS), siempre que una AEIS apropiada 
(aproximadamente el 30%) aporte un pedículo que no penetre en 
absoluto en el músculo recto (no hay morbilidad de la pared abdominal 
y el tiempo de convalecencia es más corto; fig. 35-9).24-26
La elección del colgajo depende con frecuencia de la anatomía de 
la paciente. Cuando existe un colgajo AEIS y su calibre es razonable, a 
menudo mayor de 1,5mm, suele elegirse porque es el que causa menor 
morbilidad abdominal. Pueden producirse dificultades con este colgajo 
porque la arteria es pequeña y es posible que exista cierta discrepancia 
entre la AEIS y la arteria mamaria interna. Además, la AEIS solo se 
encargará de la mitad de la piel y la grasa abdominales, de modo que 
es útil para reconstrucciones de mamas pequeñas y en casos bilaterales. 
La decisión de utilizar colgajos PEIP o MRTAcm la toma el cirujano. 
Cuando la anatomía es favorable y existen perforantes de un calibre 
adecuado en una formación tal que permita una alteración mínima 
del músculo recto, se elige el colgajo PEIP. Cuando los vasos son más 
pequeños o su orientación no es favorable para la disección muscular, se 
emplea un colgajo MRTAcm. La perfusión del colgajo suele ser mejor 
con los MRTAcm. Las tasas de pérdida parcial del colgajo y la necrosis 
grasa suelen ser más elevadas para el PEIP y la preservación de la pared 
abdominal se consigue en ocasiones a expensas de la perfusión del 
colgajo y el resultado global de la mama.27 Con frecuencia, se emplean 
pruebas de imagen preoperatorias para evaluar el sistema vascular de 
la pared abdominal anterior. Para visualizar los perforantes que vas-
cularizan la piel y el tejido subcutáneo de la pared abdominal anterior, 
se ha utilizado la angiografía por tomografía computarizada, la angio-
grafía convencional y las tomografías computarizadas realizadas durante 
el estudio diagnóstico del cáncer con el fin de determinar el estadio. 
Estas pruebas pueden servir de guía para la selección de perforantes y 
con frecuencia reducen los tiempos quirúrgicos.
FIGURA 35-7 Anatomía del colgajo de la arteria epigástrica inferior 
profunda. Se muestran los vasos perforantes de la fila lateral, tras sec-
cionar el músculo recto del abdomen, penetrando en la piel y el tejido 
subcutáneo.
FIGURA 35-8 A, B. Fotografías preoperatorias de una paciente con cáncer en la mama derecha, para la mas-
tectomía y reconstrucción de perforante de la arteria epigástrica inferior profunda. C, D. La misma paciente, 
aproximadamente 3 meses después de la revisión de la mama, creación del pezón y tatuaje. (Tomado de 
Granzow JW, Levine JL, Chiu ES, et al: Breast reconstruction with the deep inferior epigastric perforator flap: 
History and an update on current technique. J Plast Reconstr Aesthet Surg 59:571–579, 2006.)
Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad Nacional Autonoma de Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en septiembre 21, 2017.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2017. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
http://booksmedicos.org
http://booksmedicos.org
SECCIÓN VII Mama872
Colgajos glúteos. También puede realizarse una reconstrucción de 
la mama utilizando tejido de la región glútea dependiente de las arterias 
glúteas inferior y superior y su piel y tejido subcutáneo suprayacentes. 
Esto se realiza en mujeres que desean una reconstrucción autóloga de la 
mama pero tienen poca grasa en la parte inferior del abdomen. La nalga 
aporta una cantidad de grasa razonable, grasa que es firme y proporcio-
na un volumen y una proyección suficientes para la reconstrucción de 
la mama. Descritos originalmente como un colgajo musculocutáneo, 
los colgajos de perforantes de la arteria glútea (PAG) (colgajos PAG 
superior y PAG inferior) tenían numerosas complicaciones en la zona 
donante, como seromas importantes, deformidad del contorno y ciática 
por compresión del nervio. Estos colgajos han evolucionado en un 
diseño de colgajo de perforantes, de forma similar a la evolución del 
colgajo MRTA hasta convertirse en el PEIP. El diseño de perforantes 
limita la deformidad en la zona donante y reduce la incidencia de 
ciática. Los inconvenientes de estos colgajos son la dificultad en la 
disección, la escasa longitud del pedículo y la discrepancia entre el 
tamaño de la vena glútea cuando se anastomosa con la vena mamaria 
interna. Estos colgajos son técnicamente complejos pero aportan una 
buena cantidad de tejido autólogo para las reconstrucciones de una o 
de las dos mamas (figs. 35-10 a 35-13).28-31
Colgajos de la cara interna del muslo. También es posible realizar 
una reconstrucción de la mama empleando tejido de la porción superior 
interna del muslo. Este colgajo es ideal en mujeres que carecen de tejido 
abdominal o glúteo que sirva de zona donante. Algunas mujeres no 
desean que la cicatriz de la zona donante esté en la nalga o el abdomen, 
y prefieren que la reducción de la grasa en exceso o la piel se produzca 
en la cara interna del muslo. El colgajo del grácil transverso superior 
(GTS) depende de la rama ascendente de la arteria femoral circunfleja 
medial y comprende el músculo grácil y una porción horizontal de la 
piel y la grasa suprayacentes. La cicatriz queda camuflada en la ingle y 
el pliegue glúteo y es posible obtener una cantidad razonable de tejido 
para reconstruir mamas de tamaño pequeño o moderado de forma 
inmediata. Como los colgajos GTS son ligeramente más pequeños 
que los abdominales o glúteos respecto a la piel, son menos útiles 
para reconstrucciones diferidas. Este colgajo es simple y la disección 
es más sencilla que los colgajos de perforantes de abdomen y nalgas. 
Apenas se produce morbilidad por el sacrificio del músculo grácil. 
Los inconvenientes de este colgajo son un pedículo más corto, menor 
isla de piel, posible deformación del contorno de la parte medial del 
muslo y cicatriz ensanchada en la zona donante. Los colgajos GTS son 
ideales para aquellas mujeres en las que no existe una zona donante 
abdominal y como técnica de rescate tras un fracaso de la recons-
trucción (figs. 35-14 y 35-15).32,33
FIGURA 35-10 Localización de la isla de piel en los colgajos PAG supe-
rior y PAG inferior. La porción de piel puede orientarse sobre la arteria 
glútea superior o inferior.
FIGURA 35-11 Disección de los vasos glúteos superiores a través del 
músculo glúteo mayor replegado.
FIGURA 35-9 Representación esquemática del colgajo AEIS, en el que queda indemne la fascia de la pared 
abdominal (A); el colgajo PEIP, en el que se conserva todo el músculo (B), y el colgajo MRTAcm, en el que 
se toma una pequeña porción de músculo alrededor de los perforantes (C). (© 2009 The University of Texas 
MD Anderson Cancer Center.)
Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad Nacional Autonoma de Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en septiembre 21, 2017.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2017. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
http://booksmedicos.org
http://booksmedicos.org
35 Reconstrucción de la mama 873
©
 E
lse
vi
er
. F
ot
oc
op
ia
r s
in
 a
ut
or
iza
ci
ón
 e
s u
n 
de
lit
o.
Cirugía oncoplástica
La conservación de la mama registra resultados equiparables en el 
tratamiento del cáncer, y alrededor de la mitad de las mujeres eligió 
esta opción en vez de la mastectomía.34 El TCM es una opción razo-
nable para muchas mujeres que conservan buena parte de la mama 
original y, a menudo, también el complejo pezón-aréola. No obstante, 
la radioterapia complementaria que acompaña a la tumorectomía no 
carece de consecuencias. Como mínimo el 30% de mujeres que eligen 
un TCM requieren alguna forma de cirugía reconstructora para lograr 
una mejor simetría.35 La revisión de la mama puede ser difícil tras la 
radioterapia, con tasas de complicaciones del 50% en la mama radiada. 
Históricamente a las pacientes se les ofrecía una reducción de la mama 
normal para lograr que parecieran simétricas con la ropa puesta y 
realizar una cirugía mínima (o ninguna) en el lado radiado. En un 
intento de mejorar el resultado estético, ahora los cirujanos pueden 
ofrecer un tratamiento preventivo en el momento de la tumorectomía 
para mejorar el contorno y la deformidad estética secundarios a la 
radioterapia. Esto se hace mediante recolocaciones de la mama una 
vez extirpado eltejido canceroso. Estas intervenciones son óptimas 
para mujeres de mamas grandes, cuando la resección es del 20% del 
volumen mamario, en caso de localización central, medial o inferior 
del tumor, cuando la mujer desea una reducción de mamas, o cuando 
presenta ptosis y/o asimetría mamarias significativas (fig. 35-16).
Las intervenciones oncoplásticas se realizan inmediatamente des-
pués de la tumorectomía o 1-2 semanas después, cuando ya está listo 
el informe final de anatomía patológica. Comprenden la recolocación 
del tejido mamario conservado mediante varias técnicas, a menudo se 
ciñen a los principios de la reducción de mamas. Además, es posible 
aportar más tejido a la mama para corregir el déficit de volumen, con 
frecuencia en forma de un colgajo del dorsal ancho. Las indicaciones 
para estas técnicas dependen del tamaño prequirúrgico de la mama, el 
tejido mamario conservado disponible y los objetivos globales respecto 
al tamaño y la forma finales de la mama. Todas estas intervenciones se 
llevan a cabo antes de la radioterapia para prevenir la contracción del 
defecto de la tumorectomía y la distorsión del complejo pezón-aréola. 
En muchos casos, estas mujeres siguen precisando intervenciones com-
pensatorias en la otra mama después de terminar la radioterapia.36-38
Complicaciones
Las complicaciones consisten en pérdida parcial o total del colgajo, 
pérdida de las tiras de la mastectomía, infecciones y dehiscencia de las 
heridas, pueden presentarse con cualquier método de reconstrucción 
de la mama y, en ocasiones, retrasan la quimioterapia complementaria. 
Sabemos que las complicaciones son más elevadas en mujeres que 
requieren radioterapia posquirúrgica y, con más frecuencia, en las 
reconstrucciones a base de prótesis (el 15% sin radioterapia y el 42% 
con la radioterapia).17,39,40 La radioterapia también altera la simetría; 
las reconstrucciones con prótesis no son la mejor opción en mujeres 
que requieran radioterapia.
La complicación más frecuente de las reconstrucciones con prótesis 
es la contracción capsular, que puede producirse con todos los tipos 
de prótesis y posiciones de su inserción. El tratamiento puede precisar 
capsulectomía, capsulotomía, cambio en la posición o el tipo de la 
prótesis, o retirada de la prótesis, con alguna otra técnica de recons-
trucción. Otras complicaciones son infecciones, seromas, descamación 
de la piel, necrosis, pérdida de volumen y un aspecto inaceptable.
La satisfacción con este tipo de reconstrucción tiende a disminuir 
con el tiempo independientemente del tipo, volumen, edad de la 
paciente o tipo de mastectomía.17 La mejor indicación de las recons-
trucciones con prótesis es para pacientes delgadas con zonas donantes 
autólogas inadecuadas y aquellas mujeres que no desean someterse a 
procedimientos más prolongados. Las prótesis también pueden utili-
zarse para potenciar reconstrucciones autólogas, mejorar la simetría y 
el resultado estético deseado por la mujer.
Las complicaciones asociadas a la reconstrucción mediante colgajos 
comprenden las alteraciones de las tiras de la mastectomía, pérdida par-
cial o total del colgajo y problemas relacionados con la zona donante. 
Para el colgajo del dorsal ancho, el seroma en la espalda es la complica-
ción más frecuente. Además, muchas mujeres precisan la inserción de 
una prótesis para lograr un volumen adecuado, así se añaden todas las 
complicaciones posibles de las prótesis. Las reconstrucciones mediante 
tejido abdominal tienen la posible pérdida parcial o total del colgajo, y 
la necrosis grasa, que puede aparecer más tarde como un nódulo firme 
sospechoso. La necrosis grasa se produce en cerca del 50% de los MRTA 
pediculados, comparado con el 17% de las intervenciones realizadas 
con colgajos libres.41 Las complicaciones asociadas a la zona donante 
abdominal son necrosis del colgajo, debilidad de la pared abdominal, 
protuberancias y hernias. La pérdida parcial del colgajo es más frecuente 
con las reconstrucciones pediculadas, y la pérdida total aparece más a 
menudo con la transferencia libre del tejido abdominal. Las tasas de 
pérdida parcial del colgajo en las transferencias libres de tejido son de 
aproximadamente el 2% para los MRTAcm, el 7% en PEIP, el 3% 
para AEIS y el 4% en los colgajos PAG. La necrosis grasa también se 
FIGURA 35-12 Esquema del colgajo de perforantes glúteos, insertado en el defecto mediante los vasos 
mamarios internos, y cierre de la zona donante. (Tomado de Granzow JW, Levine JL, Chiu ES, et al: Breast 
reconstruction with gluteal artery perforator flaps. J Plast Reconstr Aesthet Surg 59:614–621, 2006.)
Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad Nacional Autonoma de Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en septiembre 21, 2017.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2017. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
http://booksmedicos.org
http://booksmedicos.org
SECCIÓN VII Mama874
produce en cerca del 3% de los colgajos MRTAcm, el 7% de AEIS 
y el 9% de PEIP. Se ha descrito que la debilidad y la protuberancia 
abdominales son menos frecuentes con los colgajos PEIP, especialmente 
en la reconstrucción bilateral de mamas. Los estudios han puesto de 
manifiesto que las protuberancias o las hernias aparecen en cerca del 
15% de los colgajos MRTA pediculados, frente a menos del 5% de 
los colgajos PEIP.41-44
Las complicaciones de los colgajos de la mastectomía y de la pared 
abdominal en las reconstrucciones con tejido autólogo son mucho más 
elevadas en fumadoras. Se cree que el tabaco interrumpe la circulación 
microvascular distal de los colgajos y apenas afecta a la anastomosis de 
los colgajos libres. En mujeres obesas y con obesidad mórbida se obser-
van complicaciones similares. También tienen mayores tasas de pérdida 
de colgajos de mastectomía y complicaciones de la zona donante abdo-
FIGURA 35-13 A, B. Imágenes y marcas preoperatorias. C, D. Fotografías intraoperatorias del colgajo y los 
vasos perforantes de la arteria glútea superior. E, F. Imágenes postoperatorias (anterior y posterior), 21 meses 
después de la cirugía. (Tomado de Granzow JW, Levine JL, Chiu ES, et al: Breast reconstruction with gluteal 
artery perforator flaps. J Plast Reconstr Aesthet Surg 59:614–621, 2006.)
Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad Nacional Autonoma de Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en septiembre 21, 2017.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2017. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
http://booksmedicos.org
http://booksmedicos.org
35 Reconstrucción de la mama 875
©
 E
lse
vi
er
. F
ot
oc
op
ia
r s
in
 a
ut
or
iza
ci
ón
 e
s u
n 
de
lit
o. minal. La quimioterapia apenas afecta al resultado de la reconstrucción 
mamaria, siempre y cuando las intervenciones quirúrgicas se retrasen 
hasta después de la quimioterapia complementaria posquirúrgica, 
con el retorno de la función inmunológica, y prácticamente no se 
realicen intervenciones durante el período de la quimioterapia.
La radioterapia sí puede afectar a la reconstrucción. Limita las 
opciones de reconstrucción porque las intervenciones mediante pró-
tesis tienen elevadas tasas de fracaso. Si se utilizan prótesis, suele ser 
necesario realizar más cirugías y de mayor extensión para salvar la 
reconstrucción de la mama. De un modo similar, las complicaciones 
asociadas a las reconstrucciones con tejido autólogo radiado también 
son más elevadas. Las complicaciones iniciales son parecidas en la 
reconstrucción inmediata y diferida con la radioterapia complementaria 
posquirúrgica. La reconstrucción inmediata seguida de radioterapia 
tiene una tasa de complicaciones del 87 frente al 8,6% en las pacientes 
con reconstrucción diferida tras la radioterapia. Entre las que se some-
ten a una reconstrucción inmediata, el 28% necesita más cirugías de 
colgajos para corregir deformaciones del contorno.45
RECONSTRUCCIÓN DEL COMPLEJO 
PEZÓN-ARÉOLAEl objetivo de todas las intervenciones descritas es la creación de una 
masa mamaria. Esto aporta simetría a la mujer con ropa y en sujetador. 
Para muchas mujeres, resulta satisfactorio y no desean más interven-
ciones quirúrgicas. A otras les gustaría completar la reconstrucción 
hasta reflejar la mama contralateral normal, lo que exige la creación de 
un complejo pezón-aréola. Con frecuencia, estas intervenciones se 
llevan a cabo meses después de la reconstrucción inicial de la masa 
FIGURA 35-14 A. Marcas características del colgajo del grácil transverso superior. B. La porción anterior del 
colgajo se separa primero del aductor largo subyacente. Se identifica el pedículo, la arteria femoral circunfleja 
medial, en el borde dorsal de este músculo. C. Se levanta la porción posterior de la isla cutánea del músculo 
subyacente. La piel suprayacente está vascularizada por múltiples perforantes que surgen del interior del mús-
culo grácil. D, E. Una vez completada la disección de la piel, se corta el músculo grácil en su unión tendinosa. 
(Tomado de Schoeller T, Huemer GM, Wechselberger G: The transverse musculocutaneous gracilis flap for 
breast reconstruction: Guidelines for flap and patient selection. Plast Reconstr Surg 122:29–38, 2008.)
Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad Nacional Autonoma de Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en septiembre 21, 2017.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2017. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
http://booksmedicos.org
http://booksmedicos.org
SECCIÓN VII Mama876
FIGURA 35-16 Directrices para el diseño del pedículo del pezón con el fin de reparar el defecto resultante de 
una mastectomía parcial utilizando la técnica de reducción de la mama según la localización del tumor (rosa). 
A. Cuadrante superointerno, con el pedículo inferomedial (blanco). El componente medial conservado (amarillo) 
rellena el defecto al cerrar el patrón cutáneo de Wise, y mantiene la separación de la mama. B. Cuadrante 
inferointerno, con el pedículo inferolateral. El componente lateral conservado proporciona un aporte sanguíneo 
adicional al complejo pezón-aréola. Se mantiene una capa gruesa de tejido subcutáneo sobre la cara medial de 
la tira del patrón cutáneo de Wise para rellenar el defecto al cerrar el patrón cutáneo de Wise y así mantener 
la separación de la mama. C. Cuadrante central superior, con el pedículo inferomedial. El componente medial 
conservado proporciona beneficios estéticos y un aporte sanguíneo adicional al complejo pezón-aréola en 
pacientes con mamas de gran tamaño y ptosis. D. Cuadrante central medio, que muestra el diseño de la 
escisión con un injerto libre de pezón y el mantenimiento de una capa gruesa de tejido subcutáneo en la parte 
central de la tira del patrón cutáneo de Wise (amarillo). E. Cuadrante central inferior, con la cicatriz vertical de 
la mamoplastia reductora. F. Cuadrante superoexterno, con el pedículo inferomediolateral. El componente 
lateral conservado rellena el defecto al cerrar el patrón cutáneo de Wise. G. Cuadrante inferoexterno, con 
el pedículo inferomedial. El componente medial conservado aporta ventajas estéticas y un flujo sanguíneo 
adicional al complejo pezón-aréola. Se mantiene una capa gruesa de tejido subcutáneo en la cara lateral de 
la tira del patrón cutáneo de Wise para rellenar el defecto (amarillo). (Tomado de Kronowitz SJ, Kuerer HM, 
Buchholz TA, et al: A management algorithm and practical oncoplastic surgical techniques for repairing partial 
mastectomy defects. Plast Reconstr Surg 122:1631–1647, 2008.)
FIGURA 35-15 Paciente con cáncer de mama antes (A) y después (B) de una reconstrucción unilateral de la 
mama derecha con colgajo del GTS. A. Antes de la reconstrucción. B. Treinta y tres meses después de la recons-
trucción. (Tomado de Schoeller T, Huemer GM, Wechselberger G: The transverse musculocutaneous gracilis 
flap for breast reconstruction: Guidelines for flap and patient selection. Plast Reconstr Surg 122:29–38, 2008.)
Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad Nacional Autonoma de Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en septiembre 21, 2017.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2017. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
http://booksmedicos.org
http://booksmedicos.org
35 Reconstrucción de la mama 877
©
 E
lse
vi
er
. F
ot
oc
op
ia
r s
in
 a
ut
or
iza
ci
ón
 e
s u
n 
de
lit
o.
para permitir que la reconstrucción se asiente. Esto permite posicionar 
simétricamente el pezón creado. Además, hay que dejar pasar un pe-
ríodo de tiempo tras la radioterapia porque la reconstrucción mamaria 
sufrirá cierto grado de retracción. Esto suele ser de 2 a 3 meses des-
pués de la creación de la masa mamaria del final del tratamiento com-
plementario.
El pezón puede crearse mediante múltiples técnicas de colgajos 
locales utilizando la piel de la masa mamaria reconstruida. Se han 
propuesto numerosos diseños de colgajos locales y todos tienen resul-
tados relativamente parecidos. En el primer año, los colgajos sufren 
cierto grado de retracción, hasta el 50%, de modo que todos se realizan 
inicialmente grandes. La reconstrucción areolar puede realizarse de 
dos maneras. Algunos cirujanos deciden utilizar un injerto de piel de 
espesor total, habitualmente de la ingle por la pigmentación original 
más oscura. Otros eligen utilizar pigmentos de tatuaje médico seleccio-
nados de una paleta de colores para igualarse a la aréola original del otro 
lado. La creación de la aréola suele hacerse de 4 a 6 semanas después 
de la creación del pezón. El tatuaje del pezón tiende a palidecer con el 
tiempo y requiere retoques ocasionales.
Por lo general, la reconstrucción del complejo pezón-aréola es la 
parte menos satisfactoria de toda la reconstrucción de la mama. El 
pezón y la aréola reconstruidos tienen poca proyección, comparado con 
lo normal, y mucha menos sensibilidad y estética que los originales. 
Esto ha llevado a los oncólogos quirúrgicos y cirujanos plásticos a 
intentar preservar la aréola o todo el complejo pezón-aréola, lo que 
suscita cierta controversia porque los conductos del pezón podrían 
albergar cáncer residual y es posible que el aporte de sangre sea escaso 
tras la mastectomía; no está garantizada la supervivencia del com-
plejo pezón-aréola. No obstante, pocas piezas de pezón presentan 
cáncer, especialmente cuando los tumores son pequeños, de localización 
periférica y tienen ganglios negativos. Esta técnica podría aplicarse a 
cánceres de mama periféricos en estadios iniciales y resultaría más útil 
en mastectomías profilácticas.
TRATAMIENTO DE LA MAMA CONTRALATERAL
El objetivo en todas las reconstrucciones de la mama es alcanzar la 
simetría, especialmente con la ropa puesta, pero los cirujanos plásticos 
aspiran a la simetría incluso sin ropa. En muchos casos son necesarias 
algunas revisiones de la reconstrucción de la masa mamaria para mejo-
rar la forma, y las cirugías sobre la mama contralateral también son 
precisas. Mastectomías y reconstrucciones suelen cumplir los deseos 
de la paciente respecto al tamaño de la mama, más pequeño o más 
grande. La reconstrucción completa de una mama con mucha ptosis 
o muy grande suele ser difícil sin técnicas reconstructoras. Las técnicas 
utilizadas son mamoplastia de aumento, mastopexia (elevación) y 
mamoplastia reductora.
La incidencia de cáncer contralateral es aproximadamente del 1% al 
año. Por este motivo, las mujeres de menor edad eligen con frecuencia 
una mastectomía profiláctica. Además, a las mujeres con mutaciones del 
BRCA se les recomiendan mastectomías bilaterales porque su incidencia 
de cáncer de mama es del 80% o superior a lo largo de sus vidas. En 
caso de la mastectomía bilateral, la reconstrucción es óptima cuando 
se utiliza la misma técnica en las dos mamas.
SEGUIMIENTO
Es sencillo vigilar la aparición de recidivas locales en mamas recons-
truidas porquese producen con más frecuencia en la piel. Hay que 
proceder a la biopsia sin demoras de cualquier masa firme o sospechosa. 
El resultado es con frecuencia una necrosis grasa en las reconstrucciones 
con tejido autólogo. No es necesaria la mamografía de rutina de las 
reconstrucciones mamarias. Ecografía y resonancia magnética son 
las dos pruebas de imagen más utilizadas. Las recidivas se tratan por 
lo general con escisión quirúrgica, quimioterapia complementaria o 
radioterapia. Es infrecuente que la reconstrucción tenga que ser extir-
pada en su totalidad, solo en aquellos casos de recidivas multifocales o 
cuando está afectado el propio pedículo del colgajo.
CONCLUSIONES
La reconstrucción de la mama es un componente esencial del trata-
miento del cáncer de mama para muchas mujeres. Suele ser la parte 
optimista de un diagnóstico terrible. La reconstrucción aligera la carga 
psicológica y física del diagnóstico en muchas mujeres. Siempre que sea 
posible, se elige la reconstrucción inmediata porque no se ha demos-
trado que aumente el riesgo oncológico ni retrase el tratamiento com-
plementario posquirúrgico, consigue mejores resultados estéticos y 
conduce a una menor depresión. También es más rentable. La planifi-
cación y la toma de decisiones respecto a la reconstrucción deben ser 
individualizadas para cada paciente con el fin de cumplir sus deseos 
del modo más seguro y razonable posible. Cada intervención tiene 
sus ventajas y sus inconvenientes; la decisión debe individualizarse 
y los cirujanos reconstructores tienen que determinar el abordaje de 
radioterapia más racional.
BIBLIOGRAFÍA SELECCIONADA
Granzow JW, Levine JL, Chiu ES, et al: Breast reconstruction using 
perforator flaps, J Surg Oncol 94:441-454, 2006. 
Los autores describen el uso de colgajos de la arteria epigás-
trica inferior superficial, perforador de la arteria epigástrica 
inferior profunda y perforador de la arteria glútea en la recons-
trucción de la mama con preservación de músculo en las 
zonas donantes. Las intervenciones y las zonas donantes 
están bien descritas e ilustradas.
Khoo A, Kroll SS, Reece GP, et al: A comparison of resource costs 
of immediate and delayed breast reconstruction, Plast Reconstr Surg 
101:964-968, 1998. 
Este artículo evalúa el coste de la reconstrucción diferida de 
la mama, comparado con la inmediata, en 276 pacientes, y 
concluye que la mastectomía con reconstrucción inmediata de 
la mama es mucho menos cara que la mastectomía seguida 
de reconstrucción diferida.
Singletary SE: Skin-sparing mastectomy with immediate breast 
reconstruction: The M. D. Anderson Cancer Center experience, 
Ann Surg Oncol 3:411-416, 1996. 
Esta descripción de 545 pacientes sometidas a una mas-
tectomía conservadora de piel y reconstrucción mamaria 
inmediata revela una tasa de recidiva regional escasa, del 
2,6%. También se descubrió que la recidiva estaba relacio-
nada con la biología del tumor y el estadio de la enfermedad, 
y no con la reconstrucción inmediata de la mama ni la mas-
tectomía conservadora de piel.
Warren AG, Morris DJ, Houlihan MJ, et al: Breast reconstruction 
in a changing breast cancer treatment paradigm, Plast Reconstr Surg 
121:1116-1126, 2008. 
Este artículo ofrece una revisión de las tendencias actuales 
del tratamiento del cáncer de mama, incluidos conservación 
de la mama, cirugía oncoplástica, biopsia del ganglio linfático 
centinela y mastectomía conservadora de piel. Respecto a la 
reconstrucción, se abordan las nuevas prótesis de silicona, 
las reconstrucciones con colgajos de perforantes, y el uso de 
matriz dérmica acelular.
Descargado para Anonymous User (n/a) en Universidad Nacional Autonoma de Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en septiembre 21, 2017.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2017. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
http://booksmedicos.org
http://booksmedicos.org
	Push Button1: 
	Push Button0:

Continuar navegando