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B1-Andrea-Garrido

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Andrea Garrido 
 
OTRO RELATO SOBRE LA HISTORIA UNIVERSAL (O LA 
DECONSTRUCCIÓN DEL PLANTEO EUROCÉNTRICO EN MI 
CLASE DE HISTORIA) 
 
“La historia es una institución que legitima el relato de los sucesos 
a la vez que silencia otros relatos, entre ellos los que narran el 
silenciamiento de otras historias.” 
Walter Mignolo, La idea de América Latina 
 
 
 
 
 
Cuando un estudiante me dice que “el planisferio está al revés”… 
 
 
 
“El eurocentrismo, no es la perspectiva cognitiva de los europeos 
exclusivamente, o sólo de los dominantes del capitalismo 
mundial, sino del conjunto de los educados bajo su hegemonía”. 
Aníbal Quijano, 
 “Cuestiones y Horizontes. De la dependencia histórico-
estructural a la Colonialidad/Decolonialidad del Poder” 
 
Algunas puntualizaciones 
Este trabajo aborda el análisis de la perspectiva que he adoptado en los últimos años 
para el programa de quinto año humanístico y la posibilidad de cambiarla a partir del 
enfoque de la Teoría Decolonial. Desde esa referencia, el objetivo es comenzar a hacer 
un planteo en clase donde se pueda deconstruir la periodización eurocéntrica de la 
 
 
 2 
Historia Universal, analizar la teoría de que la 
modernidad se constituye sólo como contrapartida de la expansión colonial europea, y 
la necesidad de superar esa modernidad con el proyecto de la Transmodernidad. 
Es un intento de abordar en clase a través de distintos textos, tres categorías que 
plantea el grupo modernidad/colonialidad: la colonialidad del poder, del saber y del ser; 
pretendo hacer foco con los estudiantes en el paradigma que propone a la colonialidad 
como intrínsecamente constitutiva de la modernidad, poniendo el acento en la 
coexistencia y la simultaneidad de ambas, cuestionando a esta última, su impronta de 
progreso y “marcha hacia el futuro”. 
 
Este texto está inspirado en los estudios realizados por varios intelectuales (filósofos, 
historiadores, sociólogos, economistas) que forman un colectivo de pensamiento crítico 
en América Latina en la primera década del siglo XXI –aunque sus trabajos datan desde 
el último tercio del siglo XX– que es el grupo Modernidad-Colonialidad. Por un lado, 
está presente la crítica que realiza Enrique Dussel (2008) a la concepción de la Historia 
Universal, con periodizaciones construidas desde el norte de Europa para todo el mundo 
y la necesidad de pensar y enseñar otra mirada que no sea eurocéntrica; por otro lado, 
hago mención en este trabajo al análisis de Walter Mignolo (2005) entorno a la 
“invención de América”, al de Aníbal Quijano (2014) que plantea la colonialidad del 
poder y al de Ramón Grosfoguel que en un artículo del año 2013 plantea la existencia 
de cuatro genocidios/epistemicidios en el siglo XVI y en una conferencia del año 2014 
establece diferencias entre la perspectiva crítica decolonial y la poscolonial, también 
afirmando que no existe una sola manera de pensar lo pos y lo decolonial. 
El propósito de este texto es presentar una propuesta de trabajo para quinto año que 
tiene como sustrato la crítica a la modernidad como proceso independiente de la 
colonialidad, y por lo tanto, se sostiene desde la perspectiva decolonial. Creo que es 
solo el comienzo de lo que podría ser un proyecto más amplio y complejo que tendría 
que ver con revisar el enfoque de la historia que enseño en los distintos niveles y 
programas; se me figura que estoy frente de la punta de un iceberg, al momento, 
presento los modestos resultados de las reflexiones, traducidas en unos párrafos y 
algunas fichas de lectura, planteadas desde “el giro descolonizador epistemológico” de 
 
 
 3 
los decoloniales. Que los estudiantes los lean y 
cómo llevarlos a la clase es uno de los ejes que abordo en este trabajo. 
Corresponde señalar que llegué a ellos luego de asistir al curso “Historia y 
poscolonialidad. Sujetos, temporalidades y archivos.” que en abril de 2017 el Dr. Mario 
Rufer dictó en el Claeh, en las aulas de la Facultad de la Cultura, en el marco de la 
Maestría en Didáctica de la Historia; así me aproximé al tema leyendo al propio Rufer, a 
Dipesh Chakrabarty, Sandro Mezzadra, entre otros. No quiero dejar de hacer referencia 
a que en ese momento conozco la producción de Chimamanda Ngozy Adichie, 
nigeriana de clase media, que hoy vive entre Nigeria y Estados Unidos, y en sus 
conferencias, novelas y cuentos (como “Medio sol amarillo” o “Algo alrededor de tu 
cuello”) cuestiona el colonialismo y plantea una visión crítica de la situación 
poscolonial de su pueblo desde la literatura; este año he trabajado en clase fragmentos 
de uno de sus cuentos y realizar una lectura de este tipo ha actuado como un potente 
disparador. Luego, entre agosto y noviembre, el curso de Filosofía de la historia con la 
profesora Ana Zavala, me amplió el horizonte para pensar la historia que enseño, y 
poder llevar a la clase cada vez más, la idea de “incertidumbre con respecto al pasado”, 
la idea de que el historiador al decir de Michel de Certeau “No hace la historia, lo único 
que puede hacer es una historia.” (1993; 5); en relación a esto Barthes (1987) plantea 
que nuestro discurso histórico (el de nuestra civilización) busca llenar de sentido la 
Historia y de esa forma el historiador genera más significantes que los hechos que 
reúne, “significa” en su discurso la realidad. 
Se trata entonces de reconfigurar algunos aspectos de la propuesta del curso en clave 
decolonial, en un programa que aparece atravesado por la producción de saber y poder 
desde Europa. Es un planteo desestructurante que me genera el desafío a la concepción 
de la modernidad eurocentrada y a los conocimientos que se han constituido en 
universales (¡y he contribuido a reproducir, porque han sido “mis conocimientos”!). Se 
trata de “dar vuelta” la mirada y pensar desde América Latina; pero como dice 
Grosfoguel (2013, 4) también se trata de tener en cuenta además de la conquista de 
América, cuando hago el planteo sobre el siglo XVI, “otros tres procesos históricos 
mundiales, la conquista de Al Ándalus, la esclavización de los africanos en el continente 
americano y el asesinato de millones de mujeres quemadas vivas en Europa bajo 
acusaciones de brujería, los cuatro genocidios/epistemicidios”. La conquista de Al-
 
 
 4 
Ándalus, al igual que el concepto de 
genocidio/epistemicidio serán completamente nuevos en mi proyecto. 
Continuando en ésta línea, Mignolo afirma que: 
Cuando uno logra desprenderse de la creencia natural de que la historia es una 
sucesión cronológica de hechos que conducen a la modernidad y ponen en el centro de 
la escena la espacialidad y la violencia del colonialismo, la modernidad se asocia 
íntimamente con la colonialidad en una distribución espacial de nodos que forman 
parte de una organización “estructural” y ya no “lineal” de la historia‟ (2007, 72) 
 
Esto me permite retomar sus conceptos en torno a que el saber histórico produce 
saber histórico, y que si bien en la base del conocimiento histórico sabemos que hay 
hechos, la historia es productiva, produce su objeto y en esa producción, hay hechos 
más condiciones previas y posteriores, que constituyen rupturas y no continuidades. 
Esta reelaboración será una experiencia a transitar desde la práctica de aula con los 
estudiantes, partiendo de la idea que detrás de los enunciados de la emancipación que 
propone la modernidad, hay una acción de dominio y avanza la colonialidad. Tener 
como uno de los objetivos des-velar esa situación a lo largo del curso implica para mí 
un cambio en la propuesta. 
 
El cuestionamiento a la Historia Universal que he enseñado, que ha sido por años 
una historia eurocéntrica. 
Hasta hace muy poco tiempo no me había dado cuenta lo eurocéntricas que son mis 
clases. Ahora, como consecuencia de mi acercamiento a los estudios decoloniales, me 
he sumergido en distintas preguntas: ¿qué historia enseño? ¿Quémirada? ¿Quiénes 
forman mis referencias historiográficas y filosóficas? (¿son ellos, como dice Grosfoguel 
hombres de cinco países de Europa occidental los que han producido un conocimiento 
que se ha transformado en el canon de pensamiento de todas las disciplinas de las 
ciencias humanas? él se refiere a este fenómeno como “la universidad 
occidentalizada”
1
). Las respuestas a las preguntas anteriores están en construcción, a 
través de un trabajo de deconstrucción
2
, éste texto, es parte de esa tarea. 
 
1
 Ramón Grosfoguel plantea que hombres de Italia, Francia, Inglaterra, Alemania y los EEUU alcanzaron 
tal privilegio epistémico que hoy en día se considera su conocimiento superior al del resto del mundo y se 
pregunta “¿Cómo lograron monopolizar la autoridad del conocimiento en el mundo? ¿Por qué lo que hoy 
 
 
 5 
En el planteo de Grosfoguel (2013) el privilegio epistémico de una parte del mundo 
conlleva la inferioridad epistémica de otra. El conocimiento producido en otras zonas 
fuera de los cinco países mencionados, es considerado “inferior”. En este sentido el 
sociólogo puertorriqueño afirma la existencia de un “racismo/sexismo epistémico” ya 
que son hombres blancos los portadores de ese conocimiento que se universaliza. 
A lo largo de los años el proyecto de mis clases giró muchas veces entorno a la 
búsqueda de la “visión de los vencidos”, “de los indios americanos” (¡cuánta 
colonialidad en esos nombres!), “de los pueblos descolonizados en África o en la India”, 
de encontrar la voz de los otros “los sometidos”, “los subalternos”. Desde el año pasado 
los trabajos de la Escuela de Estudios Subalternos en Asia del sur, como los textos de 
Ranajit Guha y Gayatri Chakravorty Spivak, o los estudios sobre África de Jean y John 
Comaroff, han sido faros en el camino, implicaron darme cuenta de lo que no estaba 
trabajando con los estudiantes, de lo oculta que quedaba en mi clase esa visión de la 
subalternidad. Sin embargo no trabajaba en clase al colonialismo como la otra cara de la 
modernidad (este año he comenzado a realizar ese cambio, y planteo la tesis decolonial: 
modernidad/colonialidad no como fenómenos simultáneos, sino constitutivos uno del 
 
conocemos como teoría social, histórica, filosófica o crítica se basa en la experiencia socio-histórica y la 
visión del mundo de hombres de estos cinco países? ¿Cómo es que en el siglo XXI con tanta diversidad 
epistémica en el mundo, estemos todavía anclados en estructuras epistémicas tan provinciales?” (2013;4) 
se refiere a provincial en el sentido de que las teorías surgen como resultado de experiencias socio-
históricas concretas, de grupos sociales particulares, y desde un lugar del mundo, pero aparecen como 
universales, y pasan a ser teorías que explican realidades de todo el mundo. La otra cara de este privilegio 
epistémico 
2
 Vasquez Roca plantea (2016; 3-7): „Desconstruir parece significar ante todo desestructurar o 
descomponer, incluso dislocar las estructuras que sostienen la arquitectura conceptual de un determinado 
sistema o de una secuencia histórica; también, desedimentar los estratos de sentido que ocultan la 
constitución genética de un proceso significante bajo la objetividad constituida y, en suma, solicitar o 
inquietar, haciendo tambalear su suelo, la herencia no-pensada de la tradición metafísica. La 
deconstrucción caracteriza un ethos de la lectura. Su atención, su trato, su cuidado se dedica a lo que en 
nombre de verdades férreas fue puesto al margen, fue reprimido: cada verdad esconde un secreto oscuro, 
existe sólo gracias a la fuerza de eso que es distinto. La deconstrucción viene a ser un “método” de lectura 
de textos, de operaciones textuales y estrategias heurísticas. La caracterización realizada de la 
deconstrucción puede dar la idea de que se trata de un método: lo es y no lo es. Más bien, es una 
estrategia sin finalidad, un situarse en la inseguridad, como lo había planteado el pensamiento de 
Nietzsche, un ubicarse en las mismas estructuras de la metafísica que “ya” se están deconstruyendo. A 
diferencia de muchas tendencias afamadas de la investigación científica cuyo inicio se desconoce, la 
deconstrucción tiene una fecha de nacimiento: octubre de 1966. En esos días, la John Hopkins University 
organizó un coloquio sobre “Los lenguajes críticos y las ciencias del hombre”, en el que participaron 
destacados investigadores como George Poulet, Lucien Goldmann, Tzvetan Todorov, Roland Barthes, 
Jacques Lacan y Claude Lévi-Strauss. Era un certamen que pretendía acercar dos tradiciones críticas: la 
empirista angloamericana y la racionalista francesa. Asimismo, era la introducción del estructuralismo en 
el debate académico norteamericano. Participaba un joven crítico francés de origen argelino conocido por 
sus trabajos en torno a Husserl: Jacques Derrida. Éste dio lectura a su ponencia “Estructura, signo y juego 
en el discurso de las ciencias humanas”, texto que constituye el acta de fundación de la deconstrucción.‟ 
 
 
 6 
otro). De este modo, la modernidad no queda 
entonces atrapada en el concepto de un proyecto emancipatorio (la libertad y la igualdad 
era para los hombre blancos europeos y a costa de los que están fuera de Europa), sino 
civilizatorio. (Grosfoguel, 2014) 
Las primeras lecturas que hice de Enrique Dussel, recién fueron a fines del 2017 y 
me desestructuraron el proyecto de las clases. Comienzo a darme cuenta que se trata de 
pensar parándome desde otro lugar, que va más allá del planteo de los Estudios 
Subalternos, que era cambiar el foco, el punto de partida, y acercarme a comprender 
eso, me ha movido del sitio desde el que pensaba los cursos. He enseñado una visión 
europea de nuestra propia historia, la que me enseñaron a mí y supongo que a mis 
profesores; y aunque en mis clases se hayan colado por allí, como por grietas en la roca, 
la lucha de Tupac Amarú, el Popol Vuh, el cuestionamiento a conceptos como 
“encuentro de dos mundos”, “aculturación”, “descubrimiento”, etc., creo que no he 
enseñado otra mirada, una que incluyera la situación en que se encontraba Europa antes 
del el siglo XVI en relación al desarrollo de Asia por ejemplo. Con pequeñas salvedades 
hechas, he enseñado “la antigüedad, la edad media, la época moderna, la época 
contemporánea” como una linealidad válida para todos los espacios geográficos. Dice 
Dussel “Un eurocentrismo generalizado es pensar que el feudalismo es el sistema 
económico antecedente del capitalismo en la historia mundial. Sólo lo fue de la Europa 
latino-germánica, no del mundo musulmán o chino-indostánico”. (2015; 58) 
El Programa de Historia, que parte del Consejo de Educación Secundaria, para 
segundo año de bachillerato, opción social-humanística, correspondiente a la 
Reformulación 2006, se enmarca dentro de un gran título: Modernidad y revolución – 
siglos XVII al XIX. Se divide en dos partes, una primera denominada “El ciclo de las 
Revoluciones”, comienza con una unidad introductoria y tres más; en la introductoria se 
plantean las características generales de la Europa moderna (Antiguo régimen, 
evolución del sistema capitalista, cambios en el pensamiento), la unidad dos 
corresponde al ciclo revolucionario (la revolución gloriosa y el nacimiento de la 
monarquía parlamentaria, la revolución de las colonias inglesas, la revolución francesa, 
la Europa napoleónica y el congreso de Viena), la unidad dos corresponde a las 
revoluciones hispanoamericanas (el orden colonial y su crisis, procesos revolucionarios, 
proyectos) y la unidad tres corresponde a la Revolución en el Río de la Plata. 
 
 
 7 
La segunda parte del programa, titulada “La hegemonía europea y liberal. Su crítica” 
se estructura en cuatro unidadesmás; la primera corresponde al período de la 
restauración a la hegemonía europea (incluye allí evolución del liberalismo, los 
nacionalismos y el capitalismo; la sociedad industrial, las luchas por los derechos 
económicos, sociales y políticos, las nuevas corrientes ideológicas como socialismos y 
anarquismo, la expansión imperialista y los cambios políticos y culturales hacia fines 
del siglo XIX); la segunda con el nombre “Los cimientos de Estados Unidos como 
potencia”, propone analizar la constitución de la república federal, la expansión hacia el 
oeste, el desarrollo económico y la política imperialista de quienes se constituyen como 
potencia. La tercera unidad se centra en América Latina, territorios, sociedades, poderes, 
su la integración al mercado mundial, el modelo agroexportador, las inversiones 
británicas, conflictos regionales como la Guerra del Paraguay, corriente inmigratorias, 
urbanización, condición del indio, procesos abolicionistas, desarrollo de la cultura, 
cambios en las mentalidades y en la vida cotidiana. La última unidad de este programa 
oficial plantea la conformación del Uruguay en el marco regional entre 1830 y 1890, 
haciendo puntualizaciones en relación a la Guerra Grande, y las bases sociales, 
políticas, económicas, técnicas y culturales del proceso modernizador. 
Partiendo de esta propuesta, he realizado un diseño que implica una unidad “cero” 
donde planteo la historia como un conocimiento en construcción, trabajo en torno a ese 
proceso y al rol del historiador. El material de lectura seleccionado para los estudiantes 
con respecto a esa primera unidad son fragmentos de “La escritura de la historia” de 
Michel de Certeau, de “Tiempo y narración” de Paul Ricœur, y “El pasado es un país 
extraño” de David Lowenthal. Luego de pasar este primer momento “novedoso” de la 
propuesta, enseguida me sumerjo en las profundidades de la historia europea, y allí 
estoy meses trabajando con historiadores y con documentos sobre el pasaje de la Europa 
medieval a la moderna, (haciendo referencias a la llegada de los europeos a América), la 
burguesía, el estado absolutista, el capitalismo, el mercantilismo (nuevamente 
referencias a América), la revolución inglesa, la revolución industrial, las nuevas ideas, 
la revolución de las colonias inglesas, y allí comienzo a trabajar el proceso 
revolucionario hispanoamericano y la Revolución en el río de la Plata, hago hincapié en 
el proceso de la Revolución Oriental y la figura de Artigas por semanas, y… paso 
nuevamente al siglo XIX europeo, y así llego a fines del mes de octubre con un trabajo 
 
 
 8 
muy pobre sobre América Latina y muy poco o 
nada sobre Uruguay. “Después de todo, el continente americano existe sólo como 
consecuencia de la expansión colonial europea y los relatos de esa expansión desde el 
punto de vista europeo, es decir, la perspectiva de la modernidad.” (Mignolo 2007; 16). 
Éste es el asunto que pretendo modificar radicalmente, dejar de enseñar con una 
propuesta, que nos deja casi fuera del mapa. Que me permita a mí, y tal vez a los 
estudiantes, repensar la historia y nuestro lugar en ella, desde ahí procuraré trabajar. Al 
decir de Lander (2000), sobre el carácter universal y natural de la sociedad capitalista, 
cuestionando la objetividad y la neutralidad de las ciencias sociales. Me resulta una 
tarea compleja y desafiante, comenzar a proyectar el curso descentrándolo de Europa, 
visualizando la realidad de Oriente y centrándolo en América. 
 
Dialogar sobre algo más: ¿De qué hablar cuando hablo de la Época moderna? 
 El hecho de que antes del siglo XVI
3
 Europa fuera el patio trasero de los sistemas 
interregionales (formados por India, Asia Central y el mediterráneo oriental), y haya 
pasado a convertirse en el centro del nuevo sistema-mundo, imponiendo su habitus 
como norma, idea y proyecto uni-versal para todos los pueblos (Gómez y Grosfoguel 
2007) no ha sido un aspecto trabajado en mis clases. Más bien me he sumado a „una 
metanarrativa histórica, que comienza con la conquista ibérica y culmina en el siglo 
XVIII y XIX con una gran narrativa Universal en la que Europa es el centro. Se plantea 
así “el carácter universal de la experiencia europea y la construcción de un único orden 
social como posible.‟ (Lander 2000; 12) 
Siguiendo en el análisis de Dussel (2008) el planteo es comenzar analizando la 
periodización de la llamada Historia Universal, (Época antigua, Edad Media, Época 
Moderna, Época contemporánea) será el primer punto para modificar el enfoque del 
curso; analizar cómo „el desarrollo del “sistema colonial” actúa de trampolín para el 
 
3
 Referencio para recordar: “El largo siglo XVI es la formulación del historiador francés Fernand Braudel, 
que ha influenciado la obra del académico del sistema-mundo Immanuel Wallerstein (1974). Se refiere a 
los doscientos años que abarcan el período entre 1450 y 1650. Ese es el período d ela formación de un 
nuevo sistema histórico denominado por Wallerstein sistema-mundo moderno o economía-mundo 
europea o economía-mundo capitalista. El proceso histórico que formó este nuevo sistema cubre los 
doscientos años del largo siglo XVI” (Grosfoguel, 2013; 33) 
 
 
 9 
crecimiento económico de Europa, y como el 
Renacimiento europeo del siglo XV y XVI tuvo otra cara invisibilizada, borrada, que 
fue “la colonización americana”. 
 Como afirma Dussel: 
La Modernidad se originó en las ciudades europeas medievales, libres, centros de enorme 
creatividad. Pero “nació” cuando Europa pudo definirse como “ego” descubridor, 
conquistador, colonizador de la alteridad constitutiva de la misma Modernidad… ese Otro no 
fue “descubierto” como Otro, sino que fue “en-cubierto” como “lo Mismo” que Europa ya 
era desde siempre. (2008, 8) 
 
Haría entonces referencia a un proceso de en-cubrimiento de lo no-europeo y a la 
formación de la subjetividad europea como “centro” y “fin” de la historia, como 
consecuencia de la conquista. Dussel (2008) analiza el planteo hegeliano sobre la 
historia universal, “La Historia universal va de Oriente al Occidente. Europa es 
absolutamente el fin de la Historia Universal. Asia es el comienzo.” (2008;16) y 
concluye que el desarrollo de la historia del Este hacia Occidente es puramente 
ideológico y es un momento constitutivo del “eurocentrismo”, que se ha impuesto en 
todos los programas de historia de los distintos continentes y ha eliminado de la historia 
mundial a América Latina y el África. Así el mundo pasa a dividirse en “Nuevo Mundo 
y Viejo Mundo”. Aparece América Latina como un continente que aún no ha terminado 
su formación, donde los hombres, la geología, la fauna y la flora eran más primitivas 
porque no habían terminado de formarse. (2008, 17) y África y Asia juegan solo un 
papel introductorio, en el “desarrollo” de la Historia Mundial. 
Plantearé la simultaneidad y correlación de la Modernidad, los imperios europeos, el 
colonialismo, y el sistema capitalista, no será ya el comienzo del curso el pasaje de la 
Europa medieval a la moderna y un trabajo de varias horas sobre la fragmentación del 
poder y las monarquías del siglo del siglo XVI y XVII, “el nacimiento del Estado 
Moderno”. No incluía en mi relato que los Egipcios antes de ser dominados por otros 
imperios (griegos, romanos, persas) tenían un Estado centralizado hace más de 6000 
años, con activas relaciones económicas, diplomáticas y culturales y que alrededor del 
año 1000 El Cairo se convirtió en uno de los más brillantes centros intelectuales del 
mundo islámico, he hablado del renacimiento cultural en las ciudades italianas sin 
mencionarlo, aparece Egipto en mi relato entre el siglo X y XV como centro del 
 
 
 10 
comercio entre Asia y la zona mediterránea, 
haciendo referencia al comercio de venecianos y genoveses. 
Hubo muchas clases también dedicadas a esa expansióny no a analizar que era 
oriente el centro mundial del comercio en la época y la competencia entre los estados 
europeos para ver como llegaban a ese lugar eje de la economía. Tombuctú en el siglo 
XIV, también era centro del comercio, y por allí pasaban caravanas que totalizaban 
12.000 camellos por año, unían Malí a El Cairo, asegurando el flujo de oro. Había 
numerosos estudiantes universitarios y los artistas exportaban lápidas funerarias 
decoradas a España. Analizar también algunas cifras con respecto a la población en 
distintas zonas de la tierra, nos puede ayudar a la comprensión de una historia que 
pretendo descentrar de Europa y repensar la idea de “Nuevo Mundo”. Bagdad en el 
siglo IX era una de las mayores urbes de la tierra con una población estimada en 
700.000 habitantes.
4
 Es en este sentido que 
Enrique Dussel (2004, 3-4) plantea la tesis por la cual: 
La Modernidad (fenómeno cultural, histórico, filosófico, literario y científico) comienza y se 
desarrolla, cuando Europa deja atrás el Mediterráneo renacentista y se “abre” al Atlántico; 
entra al “ancho mundo” que supera el enclaustramiento latino-germánico al que le había 
sometido el mundo islámico-otomano en la llamada “Edad Media” (desde el siglo VII). Todo 
parecía indicar que desde finales del siglo XV Europa, Lisboa y Sevilla primero, después 
Ámsterdam y posteriormente otros puertos atlánticos, se habían constituido como el 
“centro” de la historia “mundial”; mundial por primera vez en la historia. Poco a poco, 
metropolitana, capitalista. Era un proceso que duró cinco siglos‟. 
 
Es en este momento que aparece un nuevo argumento inesperado contra el 
eurocentrismo. En esta tesis de Dussel, la expansión de Europa a América es el 
comienzo de la modernidad, una Europa subdesarrollada, fuera de la ruta de las grandes 
caravanas, ve en un siglo multiplicado por tres su territorio. 
 
 Procuraré trabajar los temas adoptando una perspectiva latinoamericana centrada en 
la colonialidad. Como señala Mignolo (2007), implica cuestionar una perspectiva 
europea que se presenta como universal, una historia de la Europa moderna, que ha sido 
adoptada como modelo oficial; en este marco presento las siguientes fichas. 
 
4
 Información tomada de la Guía del Mundo (1992; 417) 
 
 
 11 
 
Entiendo que es clave para esta propuesta del curso que estoy planteando, llevar a la 
clase la voz de los decoloniales, los estudiantes tendrán que hacer lecturas directamente 
de los libros o artículos; pero planteo en estas posibles fichas que aparecen a 
continuación, y que por ahora son de lectura y posiblemente se transformen con 
ejercicios en fichas de trabajo, una selección de fragmentos de distintos textos que creo 
son importantes para la comprensión del planteo que voy a hacer en el aula. 
 
Ficha Nº1 
 
Otra mirada sobre la Historia Universal 
“Europa no habría estado más adelantada al “Oriente”; es más, estaba de lejos muy atrasada 
con respecto a la China, la que hasta comienzo del siglo XV habría tenido una experiencia de 
navegación oceánica y cartografiado todo el mundo, a tal punto, que los llamados 
“descubrimientos” europeos no serían sino “reconocimiento” de geografías ya conocidas y 
cartografiadas, con proximidad de tres kilómetros de las costas reales, hasta 1423 por los chinos. 
Es decir, Europa hasta el siglo XV habría tenido un franco déficit científico-cultural con 
respecto al imperio del sol naciente. 
(…) Todo esto se deja ver en un estudio reciente de Gavin Menzies , que demuestra que, 
aunque se tenía conocimiento de que la China se había adelantado en siglos a Europa de un 
punto de vista político, comercial, tecnológico y hasta científico, ahora se agregaba el tener 
pruebas sobre el trayecto que habían seguido las escuadras conformadas por enormes y 
numerosas naves, llamados “juncos”, que recorrieron todos los Océanos (gracias a sus 
experiencias oceánicas de más de ochocientos años en el Océano Indico y el Pacífico occidental 
y por el desarrollo de la astronomía, cartografía, instrumentos de medición de la latitud y 
longitud, tipo de embarcaciones, alimentos, tonelaje, etc.). Este descubrimiento asombroso dará 
mucho que hablar, y, por supuesto, comenzará por ser rechazado u ocultado por la historia 
académica eurocéntrica. 
El comerciante y navegante Zheng He (1369-1431), mongol musulmán, de larga experiencia 
por sus expediciones en el Indico, instaló una gran escuela de navegación oceánica y construyó 
la más grandes escuadra naviera de la historia universal (quizá igualada por alguna en la 
segunda guerra mundial) de más de 600 “juncos”, con más de 30 mil miembros de la 
tripulación, que partieron de Nankin el 5 de marzo en 1421. Dividió su exploración científica y 
comercial en cuatro grupos bajo el mando de cuatro almirantes a su mando, y discípulos de una 
ciencia de siglos (no en vano la brújula fue descubrimiento chino), que con sus respectivas 
escuadras, cartografiaron Asia, África, América y Australia, regresando los últimos a China en 
noviembre de 1423. Por supuesto, los chinos supieron de la redondez de la Tierra, pero además 
la circunvalaron por primera vez en la historia humana. (…) 
La cultura europea, menos desarrollada (en comparación a la islámica, indostánica y 
especialmente a la china), separada por el “muro” otomano-islámico de las regiones centrales 
del continente Asiático-afro-mediterráneo, era entonces hasta finales del siglo XV periférica 
China, a diferencia de la periférica Europa de la época, practicaba una filosofía crítica de un 
Estado profundamente estructurado, sumamente burocratizado, centralizado y fuerte, con 
tradiciones ininterrumpidas de más de dieciocho siglos -continuidad no alcanzada sino por el 
 
 
 12 
Estado egipcio en la antigüedad, pero no existiendo 
en el siglo XVII ningún otro Estado en la Tierra de tan larga duración en ninguna otra cultura de 
la humanidad. 
La filosofía política crítica no se preguntaba en China, como en Maquiavelo provinciano, 
¿cómo fundar un pequeño nuevo Estado italiano con bases firmes que permitieran la 
estabilidad?, o como en Hobbes, ¿cómo fundar la legitimidad de un Estado fuerte ante el caos 
feudal de las guerras? Por el contrario, ante el Estado antiquísimo y centralizado 
burocráticamente hasta el exceso, Estado que tenía hegemonía suficiente en el mercado 
mundial, Huang se pregunta: ¿cómo explicar la corrupción, ineficacia y profunda injusticia del 
Imperio ante el simple pueblo campesino chino? Se inscribe así en la larga lista de los 
intelectuales subversivos de la historia política china. Dussel, Enrique (2008)1492 El 
encubrimiento del otro. Hacia el origen del “Mito de la modernidad”. (pág. 170-178) 
 
Ficha Nº2 
 
“Los cuatro genocidios epistemicidios del largo siglo XVI” 
„El largo siglo XVI es la formulación del historiador francés Fernand Braudel. Se refiere a 
los doscientos años que abarcan el período entre 1450 y 1650. Ese es el período de la formación 
de un nuevo sistema histórico denominado por Wallerstein sistema-mundo moderno o 
economía-mundo europea o economía-mundo capitalista. El proceso histórico que formó este 
nuevo sistema cubre los doscientos años del largo siglo XVI (…); además de la conquista de 
América, otros tres procesos históricos mundiales (la conquista de Al Ándalus, la esclavización 
de los africanos en el continente americano y el asesinato de millones de mujeres quemadas 
vivas en Europa bajo acusaciones de brujería (…) configuran los cuatro genocidios del siglo 
XVI a lo que Boaventura de Sousa Santos llama “epistemicidio”, es decir, la destrucción de 
conocimientos ligada a la destrucción de personas.‟ Grosfoguel, R. (2013) Racismo/Sexismo 
Epistémico, universidades Occidentalizadas y los Cuatro Genocidios/Epistemicidios del largo 
siglo XVI. Tabula Rasa. Nº 19:31-58 (p. 34) 
 
1. La conquista de Ál-Andalus13 
 
Expansión de la fe islámica entre los siglos X y XV 
 
 
 
 
 
Al-Andalus fue una sociedad árabe e islámica, cuyo origen se encuentra en la conquista del 
reino visigodo que ordenó el califato de Damasco en el año 711. Varias decenas de miles de 
soldados árabes y bereberes se establecieron por toda la Península y comenzaron a relacionarse 
con los indígenas, tal y como había ocurrido en otras latitudes. Se conservan cientos de monedas 
de oro, plata y cobre acuñadas en ese momento, así como precintos de plomo, también con 
inscripciones árabes, que autentificaban la correspondencia y envíos de los primeros 
gobernadores. 
A medida que los conquistadores se asentaron definitivamente, se pusieron en marcha 
procesos de arabización e islamización. De forma paulatina pero masiva, buena parte de la 
población indígena se convirtió al islam, como atestiguan, por ejemplo, las sucesivas 
ampliaciones de la Mezquita de Córdoba entre los siglos VIII y X, destinadas a acoger al 
creciente número de creyentes… No todos los indígenas, sin embargo, se convirtieron. Hubo 
quienes continuaron siendo cristianos, aunque adoptaron una lengua árabe rápidamente 
transformada no sólo en el idioma administrativo, sino también en el de la cultura. 
Los muchos saberes que florecieron en este al-Andalus arabizado e islamizado fueron 
resultado de largas cadenas de conocimiento, nutridas de estrechos contactos con los principales 
centros intelectuales del islam. Un ambicioso proyecto de investigación desarrollado en la 
Escuela de Estudios Árabes de Granada ha identificado a más de 12.000 ulemas, esto es, sabios 
que destacaron en cualquier disciplina científica, religiosa o literaria a lo largo de los ocho 
siglos de existencia de al-Andalus. Todos ellos construyeron un gigantesco mosaico intelectual 
en el que maestros formaban a discípulos que a su vez se convertían en maestros de otros 
discípulos, transmitiendo obras de la tradición musulmana y de la cultura árabe, o componiendo 
otras originales. Muchos de estos ulemas emprendían largos viajes hacia lugares como 
Qayrawán, Alejandría, Damasco, Bagdad, La Meca o Medina “en búsqueda de conocimiento” 
que después diseminaban en ciudades andalusíes como Córdoba, Sevilla, Almería, Toledo, 
Zaragoza, Tudela o Huesca… Lo que sí se gestó en al-Andalus fue la confluencia de culturas 
con tradiciones muy diferentes. Fuente: El País Autor del artículo: Eduardo Manzano Moreno. 
Fecha de publicación del artículo: 20/11/2017https://funci.org/ 
„La conquista de Al- Andalus a finales del siglo XV se realizó bajo el lema de la “pureza de 
sangre” que era un discurso proto- racista (aún no plenamente racista) contra las poblaciones 
musulmanas y judías durante la conquista colonial del territorio andalucí por parte de la 
monarquía cristiana castellana contra el sultanato de Granada, que fue la última autoridad 
política musulmana en la Península Ibérica. La práctica de la limpieza étnica del territorio 
andalucí produjo un genocidio físico y cultural contra musulmanes y judíos. Los judíos y 
musulmanes que se quedaron en el territorio fueron asesinados (genocidio físico) o forzados a 
convertirse al cristianismo (genocidio cultural). (…) Cuando Cristóbal Colón presentó por 
primera vez el documento conocido como “La Empresa de las Indias” al rey y la reina de la 
https://elpais.com/internacional/2017/11/17/actualidad/1510935636_882011.html
https://funci.org/
 
 
 14 
monarquía cristiano-castellana, la respuesta de los 
reyes fue aceptarla y postergarla hasta depués de la conquista de todo el territorio conocido 
como Al –Andalus. Ordenaron a Colon que esperara hasta la conquista final del “reino de 
Granada”, el último emirato de la Península Ibérica. La idea de la monarquía cristiana de 
Castilla era unificar todo el territorio bajo su reinado mediante la autoridad de un “Estado, una 
identidad, una religión” en contraste con Al-Andalus, donde había múltiples Estados islámicos 
(sultanatos) con “múltiples identidades y espiritualidades dentro de sus fronteras territoriales 
(…) La conquista final sobre la autoridad política musulmana en la Península Ibérica se 
concluyó el 2 de enero de 1492 con la capitulación del emirato Nazarí de Granada. Solo nueve 
días después, el 11 de enero de 1492, Colón se reunió de nuevo con la reina Isabel (…)” 
Grosfoguel, R. (2013) Racismo/Sexismo Epistémico, universidades Occidentalizadas y los 
Cuatro Genocidios/Epistemicidios del largo siglo XVI. Tabula Rasa. Nº 19:31-58 (p. 39-42) 
 
2. La conquista y colonización de América 
„Los métodos de colonización y dominación usados contra Al-Andalus se extrapolaron al 
continente americano. La conquista de Al-Andalus fue tan importante en las mentes de los 
conquistadores españoles que Hernán Cortés, conquistador de México, confundió con mezquitas 
los templos sagrados de los aztecas (…) Miles de “códices” y “quipus” (que era la práctica 
usada por los amerindios para archivar sus conocimientos) se quemaron, como la biblioteca de 
Córdoba que tenía alrededor de 500.000 libros en la época en la que la mayor biblioteca de la 
Europa cristiana no tenía más de 1000 libros y ardió en el siglo XIII. Un proceso similar se dio 
con los métodos de evangelización empleados contra los pueblos indígenas en el contienete 
americano. Se inspiró en los métodos usados contra los musulmanes en la Península Ibérica. 
Fue una forma de “espiritualicidio” y “epistemicidio” al mismo tiempo. La destrucción del 
conocimiento y la espiritualidad (…)‟ Grosfoguel, R. (2013) Racismo/Sexismo Epistémico, 
universidades Occidentalizadas y los Cuatro Genocidios/Epistemicidios del largo siglo XVI. 
Tabula Rasa. Nº 19:31-58 (p. 41-42) 
 
Diego Rivera (muralista mexicano 1886-1957) 
 
 
 
 
 
 
 15 
3. La esclavización de la población africana 
„A partir de mediados del siglos XVI “comenzó el secuestro masivo y el tráfico 
transatlántico de los africanos para ser esclavizados 
en las Américas y que tendría vigencia por los 
próximos trescientos años. Con la esclavización de 
los africanos, el racismo religioso fue lentamente 
sustituido por el racismo de color. Desde entonces, 
el racismo contra los negros se convirtió en una 
lógica estructurante constitutiva fundacional del 
mundo moderno/colonial… Millones de africanos 
murieron en el proceso de captura, transporte y 
esclavitud en el continente americano. Fue un 
genocidio a escala masiva. Pero como con los demás 
casos mencionados el genocidio fue inherentemente 
un epistemicidio. Se prohibió a los africanos en el 
continente americano que pensaran, rezaran o 
practicaran sus cosmologías, conocimientos y 
visiones del mundo. Se los sometió a un régimen de 
racismo epistémico que proscribió su conocimiento 
autónomo. La inferioridad epistémica fue un 
argumento crucial usado para aducir la inferioridad 
social biológica por debajo de la línea de lo 
humano.” (…)” Grosfoguel, R. (2013) Racismo/Sexismo Epistémico, universidades 
Occidentalizadas y los Cuatro Genocidios/Epistemicidios del largo siglo XVI. Tabula Rasa. Nº 
19:48. 
 
4. La caza de brujas 
“Es un cuarto genocidio/epistemicidio en el siglo XVI… Se trata de la conquista y el 
genocidio de la smujeres en tierras europeas, que transmitían el conocimiento indoeuropeo de 
generación en generación. Esta smujeres dominaban el conocimiento indígena desde épocas 
antiguas. Su conocimiento cubría diferentes áreas, comoastronomía, medicina, biología, ética, 
etc. Estaban empoderadas por la posesión de un conocimiento ancestral y su rol principal en las 
comunidades estaba en ser líderes y organizadoras de formas de organización económica, 
política y sociaol similares a las comunas. La persecución de estas mujeres comenzó a finales de 
la época medieval, pero se intensificó en los siglos XVI y XVII con el auge de las estructuras de 
poder “modernas/coloniales capitalistas/patriarcales”. Grosfoguel,R. (2013) Racismo/Sexismo 
Epistémico, universidades Occidentalizadas y los Cuatro Genocidios/Epistemicidios del largo 
siglo XVI. Tabula Rasa. Nº 19:31-58 (p. 49) 
 
 
 16 
 
 
 
 
Ficha Nº 3 
¿Más allá de la modernidad? 
 “La modernidad comienza con la apertura al océano atlántico del mundo latino-germánico 
de la cristiandad medieval, superando el cerco otomano en 1492 (…) La modernidad es una 
Edad del Mundo, una Edad europeo-planetaria, que tiene como contenido el impacto que la 
Europa latino-germana produjo en el mundo, y el simultáneo y codeterminante retorno de la 
información e influencia sobre ella. Además, la modernidad produjo un cierto manejo de la 
centralidad del sistema-mundo que Europa ejerció como dominación sobre las otras culturas 
(…) Seis aspectos se originan simultáneamente y son momentos de un mismo fenómeno: 1. 
Políticamente la colonialidad comienza en América Latina en 1492 (porque la América 
anglosajona se origina en el siglo ´XVII); se inicia así la experiencia colonial en el nuevo 
Mundo primero, y muy posteriormente en el África continental, la India y el sudeste asiático. 2. 
Geopolíticamente, el desplazamiento de la centralidad del mundo mediterráneo (en torno a 
Italia) hacia el Atlántico permite el comienzo del poder hispano portugués como potencias de 
ese océano, evadiendo el “muro musulmán” del Imperio otomano. 3. Económicamente, el 
capitalismo, desde el mercantilismo efectúa la cuantiosa acumulación originaria dineraria con la 
plata del Potosí, Zacatecas y otras grandes minas lationamericanas, con productos tropicales y 
con los esclavos africanos. 4. Culturalmente, eurocentrismo metropolitano tornará fetichista la 
vida cotidiana europea y todas las ciencias sociales modernas. 5. Antropológica y 
anotológicamente, la instauración de un ego narcisista, individualista, competitivo de las 
relaciones humanas de dominación creará una ética, una política (…) y por ello conformará 
dentro de una modalidad propia al género (como patriarcalismo), a la raza (como superioridad 
blanca), y otras relaciones humanas. 6. Cosmológicamente, interpretará científica, tecnológica y 
cotidianamente a la naturaleza como un objeto explotable y dada en cantidad infinita como mera 
res extensa sin cualidades, por lo que tendrá una actitud anti-ecológica que nos coloca hoy ante 
una situación límite de la posibilidad de la extinción de la vida sobre la Tierra, contra la actitud 
respetuosa con respecto a la Pacha Mama de las culturas originarias.” Dussel, Enrique. (2015) 
16 Tesis de Economía Política. México, siglo XXI (p. 297-299) 
 
 
 
 17 
Ficha Nº 4 
Algunos conceptos para comprender “claves” del curso: 
Colonialidad: La “colonialidad” consiste en develar la lógica encubierta que impone el 
control, la dominación y la explotación, una lógica oculta tras el discurso de la salvación, el 
progreso, la modernización y el bien común (…) La colonialidad es la lógica del dominio en el 
mundo moderno/colonial que trasciende el hecho que el país imperial/colonial sea España, 
Inglaterra o Estados Unidos. La tecnología moderna vuelve innecesaria la colonización a la 
vieja usanza. El imperialismo puede recibir diversos nombres pero siempre conlleva alguna 
forma de colonialismo: es difícil imaginar un imperio sin colonias aunque las colonias adopten 
formas distintas en distintos momentos históricos. La colonialidad señala las ausencias que se 
producen en los relatos de la modernidad, para excavar la colonialidad es imprescindible 
referirse al proyecto de la modernidad. El progreso de la modernidad va de la mano con la 
violencia de la colonialidad.” Mignolo, Walter (2007) La idea de América Latina. España. 
Gedisa. (p 17-33) 
Colonialismo: “El colonialismo se distingue por ser una ideología que nadie quiere 
promover y a la que todos dicen querer ponerle fin. Es la vergüenza de la familia: está allí, todos 
saben de su existencia pero prefieren no nombrarlo (…) El colonialismo es la esfera que 
complementa el imperialismo como proyecto histórico…Utilizo el par 
imperialismo/colonialismo para referirme a los imperios ubicados en el frente Atlántico y 
construidos sobre la base de la economía capitalista durante los últimos 500 años. El 
colonialismo es una parte constitutiva del imperialismo, asi como la colonialidad lo es de la 
modernidad. Por otro lado utilizo el término colonialismo en el sentido de la ideología oculta o 
disfrazada del mundo moderno/colonial, es decir, del Cristianismo y el imperio monárquico 
español de los siglos XVI y XVII (presentado como “conversión” y “castellanización”), y del 
secularismo y los imperios de los Estados-nación (Inglaterra, Estados Unidos, la Unión 
Soviética), presentado como misión civilizadora, socialismo y dictadura del proletariado, o 
democracia de mercado. En síntesis, en ambos casos, el imperialismo/colonialismo es un 
proyecto histórico, si bien el imperialismo/colonialismo español es distinto del inglés o el 
estadounidense. Al mismo tiempo, todos están atravesados por la retórica de la modernidad 
(salvación, progreso, bienestar para todos) y la lógica de la colonialidad (el racismo que justifica 
la explotación, la opresión, la marginación, la apropiación de la tierra y el control de la 
autoridad) Mignolo, Walter (2007) La idea de América Latina. España. Gedisa. (p. 106 - 193) 
Poscolonialismo En el planteo la noción de poscolonialismo, desde la vertiente anglosajona 
apropiada por algunos autores indios, pone el énfasis en la marca que la colonia deja en las 
sociedades que se independizan y construyen sus propias modernidades; entonces estaríamos 
habitando siempre modernidades marcadas por el signo de la colonia, marcadas por la 
racialización, por la exclusión, por identidades truncas. El poscolonialismo trataría de trabajar 
en el presente cuáles son esas marcas (escalvismo, orden racial, identidades de género) del 
ordenamiento colonial que siguen operando en el presente. Rufer, Mario en CLACSO TV (2015 
setiembre 16) Entrevista a Mario Rufer [Archivo de video] 
Descargado de https://www.youtube.com/watch?v=nbX44zfmcOE 
 
Ramón Grosfoguel realiza definiciones a tener en cuenta sobre poscolonialidad y 
decolonialidad en una Conferencia titulada “De la crítica poscolonial a la crítica descolonial” : 
No hay una sola manera de pensar lo poscolonial y lo decolonial, son proyectos plurales y 
heterogéneos, y está bien que así sean, sino se convertiría en un proyecto universalista 
occidental más. Hay tres o cuatro diferencias entre la perspectiva decolonial y la poscolonial. 
Una de ellas tiene que ver con la genealogía, con cuándo trazamos los comienzos de la historia 
colonial. Si comenzamos desde la historia de la India, como lo hacen los estudios poscoloniales 
 
 
 18 
de Spivak y Bhabha, el tema de lo colonial 
comenzaría desde mediados del siglo XVIII en adelante, cuando los británicos colonizan la 
india; si comenzamos desde medio oriente, como lo hace Edward Said, los comienzos son en el 
siglo XIX, si comenzamos en América, el comienzo es en 1492, son diferentes genealogías 
según desde donde tracemos el comienzo de la historia colonial. Si comenzamos en el siglo 
XVIII o XIX la relación entre modernidad y colonialidad aparece como procesos simultáneos 
pero no mutuamente constitutivos. 
Esa genealogía tiene implicancias políticas, teóricas y epistemológicas que constituyen otras 
diferencias entre la perspectiva poscolonial y decolonial. Con respecto a las implicancias 
políticas, si la modernidad no es inherentemente colonial, si es autónoma, entonces el proyecto 
de la modernidad es emancipatorio, y un proyecto podría ser extender la modernidad, 
pluralizarla. Pero no se trata de más modernidad, sino de trascenderla. Otra diferencia y de 
carácter epistemológico, es que a partir del proyecto de la modernidad se ha creado la 
Universidad Occidentalizada con un racismo/sexismo epistemológico,los estudios 
poscoloniales al reconocer y adoptar la crítica desde el interior de Europa como emancipatoria y 
no como proyecto civilizador, (los estudios de Foucault, Derrida, Gramsci, Lacan, Marx) no se 
plantean su sesgo eurocentrado, y parte del proyecto decolonial es impregnar todo de diversidad 
epistémica, donde los autores de otras geografías, no europeas, sean considerados en serio. 
Para descolonizar el conocimiento se necesita diversidad epistémica y los estudios 
poscoloniales operan en general sin ella. ¿Dónde están los pensadores y pensadoras indígenas de 
este planeta? ¿Dónde están los pensadores y pensadoras afro? ¿Dónde están los pensadores y 
pensadoras mestizas de América? ¿Dónde están los pensadores y pensadoras críticas del mundo 
musulmán, de la India, de la China?. Otro aspecto en que se plantean diferencias entre lo 
poscolonial y lo decolonial, es en relación a la economía política y la cultura. Para la crítica 
decolonial, la cultura y la economía política van trenzadas, y es un debate eurocéntrico 
preguntarse qué viene primero, la cultura o la economía, los poscoloniales tienden a poner el 
acento en la cultura, salvo Spivak que se toma en serio la economía política. 
Haciendo una deconstrucción de ambos conceptos, etiquetas, de lo colonial y lo poscolonial, 
hay muchos pensadores que se dicen poscoloniales pero en esta definición serían decoloniales y 
al revés. Por lo tanto lo importante no son las etiquetas, sino lo que estamos conceptualizando, 
lo que estamos entendiendo y las implicancias teóricas, políticas, etc. de definir la modernidad 
por ejemplo, de una manera o de otra. Transcripción de fragmentos de la Conferencia de Ramón 
Grosfoguel. MAEID (Maestría en Estudios Interdisciplinarios del Desarrollo) (16 de octubre 
2014) Conferencia de Ramon Grosfoguel “De la crítica poscolonial a la crítica descolonial” 
[Archivo de video] Descargado de: https://youtu.be/IpIfyoLE_ek 
 
Raza-racismo: cuando el término “raza” (principalmente en el siglo XIX) reemplazó a 
“etnia” y así se puso el acento en la “sangre” y el “color de la piel” en desmedro de otras 
características de la comunidad, “raza” se transformó en sinónimo de “racismo”. El racismo 
surge cuando los miembros de cierta “raza” o “etnia” tienen el privilegio de clasificar a las 
personas e influir en las palabras y los conceptos de ese grupo. El “racismo” ha sido una matriz 
clasificatoria que no solo abarca las características físicas del ser humano (sangre, color de la 
piel, entre otras) sino que se extiende al plano interpersonal de las relaciones humanas, que 
comprende la religión, las lenguas (en primer lugar, el griego, el latín, el inglés, el alemán y el 
francés; en segundo lugar, el italiano, el español y el portugués; en tercer lugar el árabe, el ruso 
y el bengalí; y después, el resto) y las clasificaciones geopolíticas del mundo (Oriente-
Occidente, norte –Sur; Primer, Segundo y Tercer Mundo; el Eje del Mal, etc)…” Mignolo, W. 
(2007) La idea de América Latina. España. Gedisa. (p.42) 
Sistema mundo: “El sistema – mundo moderno nació a lo largo del siglo XVI. América 
como constructo geosocial también nació a lo largo del siglo XVI. La creación de su entidad 
geosocial fue el acto fundacional del sistema mundo moderno. América no se incorporó a una 
https://youtu.be/IpIfyoLE_ek
 
 
 19 
economía-mundo capitalista previa. Es imposible 
imaginar una economía –mundo capitalista sin América.” Quijano y Wallerstein en Mignolo, W. 
(2007) La idea de América Latina. España. Gedisa. (p.70) 
Transmodernidad: “La edad futura no será pos-moderna (una etapa final de la modernidad) 
sino trans-moderna; no será ni moderna, ni la gestación de muchas modernidades, ni capitalista 
(que es intrínseca a la modernidad). Será otra edad por venir, otro proceso civilizatorio, una 
alternativa a la modernidad… la transmodernidad es el nuevo momento de la historia de la 
humanidad que comenzamos a recorrer, en cuya transición (de la modernidad a la 
transmodernidad) habrá una ruptura en todos los niveles de la civilización: en la política, en la 
cultura, en la construcción de la subjetividad, en la concepción y práctica del género y de la 
raza, y también en la economía. La novedad no emergerá exclusiva ni principalmente desde la 
misma modernidad eurocéntrica. Surgirá desde la exterioridad de la modernidad, desde 
experiencias positivas ancestrales y las que se han ido gestando en el seno de las culturas 
coloniales (junto a la modernidad), y de los grupos dominados y excluidos de la misma 
modernidad. Estos horizontes no pueden servir a la modernidad como punto de arranque porque 
le son imposibles en su exterioridad. Son los momentos desconocidos para ella de las otras 
culturas y experiencias humanas. Cada una (las culturas, los géneros, las razas, la actitud 
ecológica) seguirá un proceso, primero, de descubrirse a si mismas como valiosas; de recuperar, 
en un segundo momento, su memoria, su historia, sus victorias y sus héroes pasados, y también 
sus derrotas; dialogando, en tercer lugar, con la modernidad y aprendiendo de ésta lo positivo 
según el criterio y los intereses de los actores colectivos nuevos renacidos de la historia. 
Además, en cuarto lugar, habrán de traducir sus logros a los otros actores (cultura, géneros, 
razas, movimientos sociales) para ir construyendo durante los siglos venideros una nueva 
humanidad pluriversal…” Dussel, Enrique. (2015) 16 Tesis de Economía Política. México, siglo 
XXI (p. 303) 
 
Ficha 5 
“Colonialidad del poder y Clasificación social” 
 “La idea de clases sociales es elaborada en el pensamiento eurocéntrico, entre fines del siglo 
XVIII y fines del XIX, cuando ya la percepción de la totalidad desde Europa, por entonces el 
“centro” del mundo capitalista, ha sido ya definitivamente organizada como una dualidad 
histórica: Europa (para el caso, sobre todo Europa central e Inglaterra) y no-Europa. Y esa 
dualidad implicaba, además, que mucho de todo lo que era no-Europa, aunque existía en el 
mismo escenario temporal, en realidad correspondía al pasado de un tiempo lineal, cuyo punto 
de llegada era, obviamente, Europa. En la no-Europa existían, en ese mismo momento, siglo 
XIX, todas las formas no-salariales del trabajo (…) En Europa están en formación, o ya están 
formadas, las instituciones modernas de autoridad: los Estados-nación modernos y sus 
respectivas identidades. Pero en la no-Europa sólo son percibidas las tribus y las etnias como el 
pasado “pre-moderno”, pues ellas serán reemplazadas en algún futuro por Estados-nación 
“como en Europa”. Europa es civilizada. No-Europa es primitiva. El sujeto racional es europeo 
(…) 
Desde la inserción de América en el capitalismo mundial moderno / colonial, las gentes se 
clasifican y son clasificadas según tres líneas diferentes, pero articuladas en una estructura 
global común por la colonialidad del poder: trabajo, género y raza (…) El sexo y la edad son 
atributos biológicos diferenciales, aunque su lugar en las relaciones de explotación / dominación 
/ conflicto está asociado a la elaboración de dichos atributos como categorías sociales. En 
cambio, la fuerza de trabajo y el fenotipo no son atributos biológicos diferenciales. El color de 
la piel, la forma y el color del cabello, de los ojos, la forma y el tamaño de la nariz, etc., no 
tienen ninguna consecuencia en la estructura biológica de la persona y, ciertamente, menos aún 
 
 
 20 
en sus capacidades históricas. Y, del mismo modo, 
ser trabajador “manual” o “intelectual” no tiene relación con la estructura biológica. En otros 
términos, el papel que cada uno de esos elementos juega en la clasificación social, esto es, en la 
distribución del poder, no tiene nada que ver con la biología, ni con la “naturaleza” (…) 
 La racialización de las relaciones de poder entre las nuevas identidades sociales y 
geoculturales fue el sustento y la referencia legitimadorafundamental del carácter eurocentrado 
del patrón de poder, material e intersubjetivo. Es decir, de su colonialidad. Se convirtió, así, en 
el más específico de los elementos del patrón mundial de poder capitalista eurocentrado y 
colonial / moderno, y penetró cada una de las áreas de la existencia social del patrón de poder 
mundial, eurocentrado, colonial / moderno (…) Lo que comenzó con América fue 
mundialmente impuesto. La población de todo el mundo fue clasificada, ante todo, en 
identidades “raciales”, y dividida entre los dominantes / superiores “europeos” y los dominados 
/ inferiores “no-europeos”. Quijano, A. (2014) “Cuestiones y Horizontes. De la dependencia 
histórico-estructural a la Colonialidad/Decolonialidad del Poder. Colección Antologías. 
Buenos Aires, CLACSO. (p. 310-318) 
 
Ficha Nº 6 
“América” en el horizonte colonial de la modernidad. 
 “Antes de 1492, América no figuraba en ningún mapa, ni siquiera en el de los pueblos que 
vivían en el valle de Anáhuac (territorio azteca) y Tawantinsuyo (territorio inca). Los españoles 
y los portugueses, únicos ocupantes europeos durante el siglo XVI, bautizaron el continente 
cuyo control y posesión estaba en sus manos… Hasta comienzos del siglo XVI el continente no 
figuraba en los mapas porque no se había inventado la palabra ni había nacido la idea de un 
cuarto continente (…) Lo confuso del asunto es que una vez que el continente recibió el nombre 
de América en el siglo XVI y que América Latina fue denominada así en el siglo XIX, fue como 
si esos nombres siempre hubieses existido. 
 América nunca fue un continente que hubieses que descubrir sino una invención forjada 
durante el proceso de la historia colonial europea y la consolidación y expansión de las ideas e 
instituciones occidentales (…) Descubrimiento e invención no son únicamente dos 
interpretaciones distintas del mismo acontecimiento: son parte de dos paradigmas distintos. La 
línea que separa esos dos paradigmas es la de la transformación en la geopolítica del 
conocimiento; no se trata solamente de una diferencia terminológica sino también del contenido 
del discurso. El primer término es parte de la perspectiva imperialista de la historia mundial 
adoptada por una Europa triunfal y victoriosa, algo que se conoce como “modernidad”, mientras 
que el segundo refleja el punto de vista crítico de quienes han sido dejados de lado, de los que 
se espera que sigan los pasos del progreso continuo de una historia a la que no creen pertenecer. 
Mignolo, W. (2007) La idea de América Latina. La herida colonial y la opción decolonial. 
Barcelona Ed. Gedisa. (p 28-29) 
 
 
Un cierre provisorio 
Recuerdo a Prakash citando a Chakrabarty: “no es posible simplemente abandonar el 
barco de la historia por su profunda connivencia con las narrativas modernizantes” y 
reflexionando: “Tampoco es posible abandonar la investigación histórica por ser una 
 
 
 21 
disciplina académica que se practica en la 
universidad y funciona para universalizar al capitalismo y el estado-nación. No existe 
otra alternativa que habitar la disciplina, escarbar en los archivos y empujar hacia los 
límites el conocimiento histórico para convertir sus contradicciones, ambivalencias y 
lagunas en fundamento para su re-escritura” (2002; 15). 
Las preocupaciones de este texto son múltiples, y son el comienzo de un trabajo que 
creo será mucho más largo, que me sumerge a investigar sobre la historia que enseño, 
retomando palabras de Grosfoguel (2014), se trata de romper con el uni-versalismo y 
reconocer el pluri-versalismo, que incluya el pensamiento europeo como uno más entre 
muchos; desde años atrás, la inquietud es habilitar la presencia dialogante y 
argumentativa del discurso de “el-otro”, “excluido-borrado”, en mis clases. 
Encontrarme con el pensamiento decolonial, ha implicado un giro epistemológico en 
el que no hay marcha atrás, igual que el encuentro con los estudios poscoloniales 
(primero en el pensamiento, desde lo filosófico, en la forma de comprender la historia, y 
luego en los proyectos de clase; no quiere decir que siempre logre que se refleje esta 
visión, porque implica desestructurar una propuesta de curso y de temas, que trabajo 
desde hace varios años para realizar un plan a partir de esta otra clave); el 
desplazamiento hacia este lugar, en mi caso, es lento y costoso, implica estudio y 
trabajo, pero vale el esfuerzo; y quizás, solo quizás, permite a los estudiantes vislumbrar 
otros aspectos de la historia que les resulten interesantes, o los ayude a comprender 
procesos históricos. Leer, escribir, reflexionar, es un desafío estimulante, y exigir lo 
mismo a los estudiantes, es una apuesta a su favor. 
__________________________________ 
BIBLIOGRAFÍA 
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 Martínez en Dossier. [Archivo de video] Descargado de 
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CLACSO TV (2015 setiembre 16) Entrevista a Mario Rufer [Archivo de video] 
 Descargado de https://www.youtube.com/watch?v=nbX44zfmcOE 
https://www.youtube.com/watch?v=fIta8QNZns0
 
 
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