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720 Oncología ginecológica SECCIÓ N 4 peuta debe conocer la extensión exacta del cáncer por radiar y su relación con los tejidos normales adjuntos. La técnica en cuestión comienza con una revisión de los estudios imagenológicos del cáncer de la enferma. En los últimos decenios, las innovaciones tecnológicas en el equipo imagenológico, clínico y en los ordenadores, han facilitado enormemente la planeación y la aplicación de la radioterapia. Los instrumentos modernos inclu- yen los aparatos de tomografía computarizada (CT, computerized tomography), resonancia magnética (MR, magnetic resonance) y téc- nicas funcionales como la MR nuclear/espectroscopia; tomografía por emisión positrónica (PET, positron emission tomography) y la tomografía computarizada por emisión monofotónica (SPECT, single-photon emission computed tomography). Las técnicas anterio- res han permitido que el oncólogo radioterapeuta defi na en forma tridimensional una neoplasia y también los volúmenes de tejidos sanos (Chapman, 2001; Kewee, 2004; Zakian, 2001). Como paso siguiente se realiza una simulación en una sala dedicada a ese pro- ceso, para defi nir los campos “anticipados” de tratamiento antes de una sesión real. En el proceso, se defi nen los cambios de posición del paciente, técnicas para inmovilizarlo y los campos terapéuticos. En la medida de lo posible, también se planean los bloques de radiación para “proteger” tejidos normales. Se utilizan para simu- lación los aparatos de rayos X y los tomógrafos computarizados. En el caso de muchos de los enfermos se prefi ere la simulación por medio de CT, que esté dentro de la sala mencionada. Se coloca a la persona en posición para el tratamiento y se rea- liza CT del área de interés. Más adelante, en cada una de las “reba- nadas” de CT computarizadas, el oncólogo radioterapeuta defi ne con gran cuidado las áreas anatómicas que deben recibir una dosis tumoricida y también las áreas anatómicas que estarán expuestas a una dosis menor. En estos preparativos se consideran los posibles riesgos en que pueden surgir complicaciones tempranas y tardías por la radiación. Una vez terminada esta fase, un dosimetrista radiológico utiliza planes computarizados para el tratamiento (software) para elaborar un plan óptimo; todo lo anterior suele ser un proceso reiterativo en que el médico y el dosimetrista tienen que concordar en una opción aceptable, lo cual denota una “disposición” óptima de los haces de revisión en el caso de radioterapia con haz externo o fuen- tes radiactivas en el caso de la braquiterapia; se denomina a esta fase optimización de la dosis. Un recurso particularmente útil en la planeación y la optimiza- ción de la radiación es el histograma de dosis/volumen (DVH); es un resumen gráfi co de la distribución de la dosis total en el cáncer y en estructuras normales. Por medio del DVH, el oncólogo radió- logo contará con información sobre: 1) si el cáncer será tratado adecuadamente con una dosis tumoricida, y 2) si cabe esperar que los tejidos normales vecinos reciban una dosis aceptablemente baja que lleve al mínimo las complicaciones del tratamiento. Además del DVH, suele utilizarse la radioterapia conforma- cional tridimensional (3D-CRT, 3-dimensional conformal radia- tion therapy) y con este procedimiento, las distribuciones de las dosis se expresan en mapas de dosis de radiación generados por un ordenador que se “superponen” a las imágenes obtenidas por CT (fig. 28-10); de este modo se obtiene una relación visual dosis- anatomía. Las distribuciones de dosis anteriores se producen para que el oncólogo radioterapeuta revise, ajuste y fi nalmente apruebe. El plan fi nal seleccionado es objeto de revisión por el físico en radiación, lo cual asegura que se lleven a la práctica los detalles físicos y técnicos. ■ Aspectos básicos de la radioterapia fraccionada Fraccionamiento estándar En los comienzos de siglo xx surgieron controversias en cuanto a dos estrategias diferentes para la aplicación de radiación en el trata- miento de cánceres de humanos. Una corriente recomendaba apli- car dosis de radiación masiva en un lapso breve. El sustento teórico es que el tumor con crecimiento rápido conservaba su capacidad de recuperación muy rápidamente después del daño causado por la radiación si no se aplicaba en la primera sesión una dosis tumori- cida (Th ames, 1992). Con un enfoque alternativo otros científi cos recomendaron aplicar dosis de menor cuantía durante muchos días o semanas como forma de llevar al mínimo los efectos adversos de la radiación. La controversia fue solucionada cuando Coutard (1932), junto con la investigación de otros científi cos, obtuvo buenos resulta- dos con la radioterapia fraccionada y como consecuencia, en Estados Unidos desde el decenio de 1950 se consideró como un método corriente o común administrar 1.8 a 2 Gy diariamente durante 5 días a la semana. Fraccionamiento alterado Los regímenes que incluyen un tratamiento que se realiza con una frecuencia que excede de una vez al día, se reservan para casos esco- gidos. En tales situaciones, puede lograrse un mayor control local del tumor y disminución del número de complicaciones a largo plazo, al “manipular” la magnitud de la fracción y el tiempo global en tratamiento. Tal manipulación ha originado muy diversos frac- cionamientos alterados. Se han utilizado dos estrategias importan- tes: hiperfraccionamiento y tratamiento acelerado. Con el hiperfraccionamiento se busca disminuir el daño tardío a tejidos normales, y sobre tal base, se aplica una dosis menor por fracción. Cada día se aplican dos o más fracciones. En el ciclo corriente de 6 a 7 semanas se produce una repoblación de célu- las tumorales y ello puede ocasionar fracaso del tratamiento. Para afrontar tal problema cabe recurrir a un esquema de tratamiento acelerado que comprende acortar la duración del tratamiento con la disminución en la dosis total o sin ella. Se acorta el lapso semanal usual de “descanso” o interrupción del tratamiento o incluso se elimina. A pesar de ello, con el tratamiento acelerado suelen surgir reacciones agudas y graves. De este modo, se necesita un periodo obligatorio de “descanso” a mitad del tratamiento (Wang, 1988). El fraccionamiento alterado ha sido estudiado en cáncer cer- vicouterino. El control tumoral, los efectos tóxicos tardíos y los resultados de la supervivencia fueron similares a los índices histó- ricos alcanzados con el fraccionamiento estándar (Grigsby, 2002; Komaki, 1994). Sin embargo, casi no fue tolerado, especialmente cuando se agregaron radioterapia de gran campo, quimioterapia, o ambos procedimientos (Grigsby, 1998; Marcial, 1995). ■ Radioterapia Radioterapia con haz externo El método en cuestión está indicado cuando es grande la zona por radiar; por ejemplo, los campos necesarios para tratar un cáncer cervicouterino avanzado en forma local puede cubrir toda la pelvis y a veces los ganglios que reciben linfa del plano retroperitoneal. La radioterapia conformacional describe la técnica particular que lleva al máximo el daño al tumor y al mínimo la lesión a los tejidos normales vecinos. Para alcanzar tal objetivo el oncólogo radiotera- 28_Chapter_28_Hoffman_4R.indd 72028_Chapter_28_Hoffman_4R.indd 720 06/09/13 21:4406/09/13 21:44 GINECOLOGÍA������������������������������������������������� SECCIÓN 4 ONCOLOGÍA GINECOLÓGICA���������������������������������������������������������������������������������������������������������������� 28. PRINCIPIOS DE LA RADIOTERAPIA������������������������������������������������������������������������������������������������������������������� PRÁCTICA DE LA ONCOLOGÍA RADIOTERÁPICA���������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������� ASPECTOS BÁSICOS DE LA RADIOTERAPIA FRACCIONADA�������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������RADIOTERAPIA����������������������������������������������������
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