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Autora: Águeda San Martín Loyola 
Directora Académica: M. Nelia Soto Ruiz 
Curso académico 2013-2014 
Convocatoria: Junio de 2014 
 
 
 
 
MEMORIA 
TRABAJO FIN DE 
GRADO EN 
ENFERMERÍA 
CURA DE HERIDAS QUIRÚRGICAS. 
PROTOCOLO DE ACTUACIÓN 
 
 
 
RESUMEN 
El siguiente trabajo intenta ser una 
aproximación al análisis de las mejores 
pruebas científicas relacionadas con el 
desarrollo de la cura de heridas 
quirúrgicas. La cura de este tipo de 
heridas se trata de un procedimiento 
que los profesionales de enfermería 
realizan con asiduidad, en el cual, se 
puede encontrar una variabilidad 
introducida por el profesional sanitario 
muchas veces no basada en la mejor 
evidencia científica de la práctica clínica, 
entorpeciendo la calidad de los cuidados 
prestados. De una óptima valoración y 
aplicación de agentes limpiadores y 
antisépticos, así como de una correcta 
realización de las técnicas va a depender, 
en parte, la evolución de la herida 
quirúrgica y la aparición de 
complicaciones, conllevando la 
disminución de la calidad de vida del 
paciente, el aumento de la 
morbimortalidad y el aumento del gasto 
sanitario. Es por esto necesario analizar 
cada una de las actividades llevadas a 
cabo, debiendo estar adecuadamente 
protocolizadas. 
 
Palabras clave: herida quirúrgica, cura, 
infección, protocolo, evidencia científica. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
ABSTRACT 
This paper aims to be an approach to the 
analysis of the best scientific evidence 
related to the development of healing of 
surgical wounds. The cure of this type of 
wound is a procedure that nurses in all 
care settings regularly performed, in 
which we can find a variability 
introduced by the clinical profession 
often not guided or not based on the 
best scientific evidence of clinical nurse 
practice, ultimately hindering the quality 
of care provided. An optimal estimation 
and application of cleansers and 
antiseptic agents and a correct 
application of techniques will influence, 
in part, the evolution of the surgical 
wound and the occurrence of 
complications such as infection and 
delayed healing, leading to the decline in 
the quality of life of patient, increased 
morbidity and mortality and increased 
healthcare spending. It is so necessary to 
analyze each of the activities carried out 
a present, must be adequately 
standardized and protocolized. 
 
Keywords: surgical wound healing, 
infection, protocol, scientific evidence.
 
 
ÍNDICE 
 
JUSTIFICACIÓN ....................................................................................................................... 1 
MARCO CONCEPTUAL............................................................................................................ 1 
La piel: estructura y funciones ........................................................................................... 2 
Herida quirúrgica ............................................................................................................... 3 
Fases de la cicatrización de la herida quirúrgica ............................................................... 5 
Complicaciones de las heridas quirúrgicas ........................................................................ 6 
Infección del sitio quirúrgico .......................................................................................... 7 
Prevalencia de infección de la herida quirúrgica ........................................................... 8 
Factores de riesgo de infección de la herida quirúrgica ................................................. 9 
Cura de heridas quirúrgicas ............................................................................................. 11 
Medidas generales ....................................................................................................... 11 
Valoración y seguimiento ............................................................................................. 12 
Limpieza de la herida.................................................................................................... 13 
Utilización de antisépticos ............................................................................................ 14 
Elección de apósitos ..................................................................................................... 17 
Registro ........................................................................................................................ 19 
OBJETIVOS ........................................................................................................................... 20 
Objetivo principal ............................................................................................................. 20 
Objetivos secundarios ...................................................................................................... 20 
METODOLOGIA .................................................................................................................... 21 
PROPUESTA DE MEJORA ...................................................................................................... 23 
DISCUSIÓN ........................................................................................................................... 28 
CONCLUSIONES .................................................................................................................... 32 
BIBLIOGRAFÍA ...................................................................................................................... 34 
ANEXOS ................................................................................................................................ 36 
Anexo 1: Niveles de Evidencia Científica ......................................................................... 36 
Anexo 2: Grados de Recomendación ............................................................................... 36 
Anexo 3: Clasificación de las Recomendaciones en función del Nivel de Evidencia ....... 37 
Anexo 4: Conclusiones y Grados de Recomedación sobre la Limpieza de Heridas ......... 38 
Anexo 5: Características de los Principales Antisépticos ................................................. 39 
 CURA DE HERIDAS QUIRÚRGICAS. PROTOCOLO DE ACTUACIÓN 
 
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JUSTIFICACIÓN 
 
A lo largo de mi formación universitaria y tras haber realizado varios períodos de prácticas 
en diversas y diferentes unidades asistenciales y niveles de atención al paciente, he 
podido observar como las heridas están presentes en todas ellas. Heridas producidas por 
materiales punzantes o cortantes, contusas, laceraciones, magulladuras, heridas crónicas 
(úlceras por presión, úlceras vasculares), pero las que más han llamado mi atención han 
sido las heridas quirúrgicas. Si bien, esto no ha sido tanto por las características de las 
mismas sino por un denominador común llamado variabilidad, presente en casi todas 
ellas. Y más concretamente, la variabilidad de los cuidados prestados por los 
profesionales de enfermería a la hora de realizar la cura de las mismas y en donde cada 
cual parece tener su hacer personal o intrínseco. 
 
MARCO CONCEPTUAL 
 
Cada año se interviene quirúrgicamente a nivel mundial a uno de cada 25 ciudadanos. En 
España, en el año 2009 el volumen global de cirugía mayor ascendió a algo más de tres 
millones de procedimientos, equivalente a una tasa de 7.027 intervenciones quirúrgicas 
por cada 100.000 ciudadanos. Hasta un 16% de estos procedimientos quirúrgicos deriva 
en una complicación relacionada con la morbilidadde los pacientes o de eventos 
adversos, con consecuencias graves en cerca del 1% (1). Según la última versión del 
estudio sobre la Prevalencia de las Infecciones Nosocomiales en España y la Encuesta 
Puntual de Prevalencia en los Hospitales de Agudos de Europa (EPINE-EPPS) publicada el 
19 de Junio de 2013 (2), se evidencia como la infección de la herida quirúrgica ha 
aumentado en aquellos pacientes sometidos a una intervención previamente (30,39% 
frente a 19,4% en la versión publicada anteriormente), quedando por encima de las 
infecciones respiratorias, del tracto urinario y otras, y posicionándose en primer lugar. 
 
El paciente sometido a una intervención quirúrgica va a requerir un tratamiento 
postquirúrgico integral, prestado por un equipo multidisciplinar, atendiendo a todas sus 
necesidades para favorecer el adecuado cuidado y cicatrización de sus heridas, 
considerándose el cuidado como un factor determinante de su evolución y la aparición de 
complicaciones, como serían la infección y el retraso de la cicatrización (3,4), entre otras. 
 
La cura de heridas se trata de un procedimiento que los profesionales de enfermería de 
todos los ámbitos asistenciales realizan con asiduidad. Tanto el Ministerio de Sanidad 
como las Comunidades Autónomas y cada vez más hospitales, desarrollan protocolos de 
actuación que aseguren la disminución de la variabilidad de la práctica clínica, a través de 
la administración de cuidados contrastados científicamente por la evidencia científica más 
reciente disponible y facilitando que todos los profesionales, a pesar de sus características 
individuales, formación previa y experiencia personal y teniendo presente la autonomía 
profesional, actúen de la misma manera, obteniendo así resultados de cuidados de 
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calidad (5), que a su vez deriven en una disminución de las complicaciones relacionadas 
con la morbilidad de los pacientes o de eventos adversos. 
 
La piel: estructura y funciones 
La piel, parte constituyente del sistema tegumentario, está formada por diferentes tejidos 
para realizar funciones específicas. Desde el punto de vista estructural, la piel consta de 
dos partes principales. La superficial y más delgada está compuesta de tejido epitelial y se 
denomina epidermis. La profunda y más gruesa, de tejido conectivo, es la dermis. Debajo 
de ésta se encuentra el tejido subcutáneo, aunque no forma parte de ella, también 
denominado hipodermis, la cual consiste en tejido adiposo en su mayoría. Las fibras que 
provienen de la dermis fijan la piel al tejido subcutáneo, el cual a su vez se une a los 
tejidos y los órganos subyacentes (6). 
 
 
Figura 1. Estructura de la piel (6) 
Fuente: Tórtora G. Anatomía y Fisiología. El Sistema Tegumentario. 9ª ed. Oxford; 2002. p. 143-163. 
 
Entre las funciones características de la piel, ayuda a regular la temperatura corporal, 
sirve como barrera protectora e impermeable entre el entorno y los tejidos internos, 
contiene terminaciones nerviosas sensoriales, excreta pequeñas cantidades de sales y 
varios compuestos orgánicos; además, puede absorber sustancias y participar en la 
síntesis de la forma activa de la vitamina D (6). 
 
Dentro de la función protectora de este órgano, por ser la más pertinente con el tema 
que se trata, hay que resaltar que la piel cubre el cuerpo y sirve como barrera física, 
química y biológica. En el aspecto físico, protege los tejidos subyacentes contra daños 
físicos, además de que los queratinocitos (células mayoritarias de la epidermis) 
entrelazados estrechamente resisten las invasiones microbianas en la superficie cutánea. 
Los lípidos que liberan gránulos laminares retrasan la evaporación del agua de dicha 
superficie, con lo que el cuerpo se protege de la deshidratación. El sebo producido por las 
glándulas sebáceas previene la resequedad de piel y pelos; además, contiene sustancias 
bactericidas que matan las bacterias de la superficie cutánea. La melanina proporciona 
cierta protección contra los efectos dañinos de la luz ultravioleta. Las funciones 
protectoras de naturaleza biológica corresponden a las células de Langerhans 
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epidérmicas, que envían señales al sistema inmunitario ante microbios invasores 
posiblemente nocivos, así como a los macrófagos dérmicos, los cuales fagocitan las 
bacterias y los virus que logran penetrar la superficie de la piel (6). 
 
Herida quirúrgica 
El término herida se define como una solución de continuidad de un tejido, generalmente 
la piel, producida por un agente traumático. Como consecuencia de la agresión de este 
tejido existe riesgo de infección y posibilidad de lesiones en órganos o tejidos adyacentes 
como músculos, nervios y/o vasos sanguíneos. Las heridas pueden ser graves en función 
de una o varias de estas características: profundidad, extensión, localización, grado de 
contaminación y presencia de cuerpos extraños (3), clasificándose en: 
 Heridas punzantes: son originadas por elementos puntiagudos como agujas o 
anzuelos. Existe la posibilidad de que el corte ocasione hemorragias internas o dañe 
las cavidades subyacentes. 
 Heridas cortantes: son producidas por objetos filosos tales como vidrios o cuchillos. A 
pesar de ocasionar una hemorragia escasa, puede llegar a poner en riesgo músculos, 
nervios y tendones. 
 Abrasiones: la palabra abrasión se refiere básicamente a raspaduras, provocadas por 
la fricción de la piel con una determinada superficie. Aunque se considera una herida 
superficial, se debe tener en consideración la posibilidad de infección. De todos 
modos, suelen curarse de forma acelerada. 
 Laceraciones: se refiere a una abertura en la piel y/o un desgarro en los tejidos. Son 
efectuadas por elementos de bordes serrados y superficialmente son irregulares. De 
acuerdo al tamaño las laceraciones pueden ser menores o requerir alguna 
intervención médica. 
 Magulladuras: son lesiones cerradas causadas por un golpe. No presentan heridas 
exteriores, sino que se distinguen como una mancha en tono morado. 
 Contusiones: se ocasionan debido a la resistencia ejercida por los huesos frente a un 
golpe. La herida presenta bordes irregulares. Suelen producir una hemorragia en los 
tejidos internos. 
 Quemaduras: pueden ser de varios grados en función del nivel de afectación de la 
piel. En las de primer grado (afectación únicamente de la epidermis), en la zona de la 
herida se puede observar una pequeña hinchazón y enrojecimiento, además el 
individuo quemado experimenta dolor al tacto. En las de segundo grado, afectada 
también la segunda capa de la piel (dermis), se observan en la zona quemada 
hinchazón, pérdida de la piel y formación de ampollas. Por último, en las de tercer 
grado, además de estar afectada la epidermis y la dermis, se comprometen los tejidos 
internos, los músculos y tendones. La región de la herida no presenta sensibilidad a 
causa de la destrucción de los nervios y la probabilidad de regeneración es mínima. 
Suelen ser ocasionadas por el contacto directo con fuego, superficies y líquidos 
calientes. 
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 Quirúrgicas: llamadas también postoperatorias, son aquellas producidas 
generalmente con bisturí para la reparación de tejidos o realización de intervenciones. 
En función del grado de contaminación pueden ser limpias, limpias-contaminadas, 
contaminadas o sucias-infectadas. Normalmente estas heridas suelen ser agudas 
(siguen un proceso secuencial de cicatrización), simples (sin destrucción ni pérdida de 
tejidos, ni presencia de cuerpos extraños) y limpias (al realizarse de forma asépticay 
siguiendo la ordenada distribución de las capas de la piel) (7). Además se suturan con 
materiales como hilo o grapas. En la práctica clínica diaria podrían ser también 
consideradas como un tipo de herida cortante, al producirse con bisturí. No obstante, 
se ha considerado conveniente diferenciarlas por la importancia de las mismas en el 
tema que se trabaja. Por último, es importante tener en cuenta la diferencia entre la 
herida quirúrgica simple y suturada que se infecta en días posteriores al 
procedimiento quirúrgico, respecto a la que proviene de una intervención quirúrgica 
sucia o infectada de entrada. Esta última, se deja abierta (sin suturar) para favorecer 
la minimización de la infección, favoreciendo la cicatrización de la herida y 
suturándola por tercera intención posteriormente. 
 
Centrando el tema en las heridas de origen postoperatorio, en una intervención 
quirúrgica, para poder proceder a la ruptura de la piel es importante conocer los 
mecanismos de curación de una herida ya que cuando se cortan los tejidos, 
inmediatamente actúa el sistema inmune para iniciar su reparación. Se reconocen 3 tipos 
de curación de heridas (7,8): 
 La unión por “primera intención”: representa la forma más sencilla de cicatrización. La 
piel presenta un corte limpio debido a una incisión quirúrgica o una laceración 
traumática. Se puede cerrar la herida con puntos de sutura o grapas quirúrgicas, lo 
que aproxima o acerca los bordes de la misma. Este tipo de herida cicatriza con 
rapidez debido a que no se ha producido ninguna pérdida de tejido. 
 La unión por “segunda intención”: se produce en lesiones infectadas, bien a causa de 
un gran traumatismo o por la gran pérdida tisular causada, la cual no permite una 
buena aproximación de los bordes. Son heridas que se pueden dejar abiertas, de 
manera que se puedan limpiar desde el fondo hacia la superficie, lo cual implica una 
curación más lenta y un mayor riesgo de infección secundaria. El cierre de las mismas 
se ve facilitado por una mayor contractura de la piel a causa del crecimiento de los 
fibroblastos que forman el tejido de granulación y que fuerzan el crecimiento 
secundario del epitelio. 
 La unión por “tercera intención”: o también llamada de cierre primario demorado, 
dado que se realiza cuando la sutura se retrasa, cuando se pretende aislar una región 
infectada o tras un gran desbridamiento. La sutura de la herida se realiza a los 4-6 días 
del post operatorio, uniéndose dos superficies del tejido de granulación y dando como 
resultado una cicatriz más amplia y profunda. 
 
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Fases de la cicatrización de la herida quirúrgica 
Se diferencian tres fases principales en la cicatrización de las heridas en general y de la 
herida quirúrgica en particular. Éstas son la inflamación (o reacción), la proliferación (o 
regeneración/granulación) y la maduración (o remodelación de la herida) (8). 
 Fase inflamatoria (reacción): comienza inmediatamente después de una lesión y dura 
2-5 días. Después de sufrir un daño, los vasos sanguíneos de pequeño calibre se 
dilatan, volviéndose más permeables y se trasvasa líquido seroso hacia el tejido 
dañado como consecuencia de la liberación de histamina y prostaglandinas. Los 
espacios intersticiales reciben plasma y electrolitos que originan un edema. Éste 
transforma la lesión en una herida enrojecida, inflamada y dolorosa a la palpación. Los 
neutrófilos alcanzan el lugar dañado después de unas 6 horas ayudando a evitar 
infecciones mediante la ingestión y la digestión de bacterias por fagocitosis. La 
destrucción de las bacterias por parte de los neutrófilos depende de la presencia de 
oxígeno. Sobreviven varias horas tras la ingestión de bacterias y el tejido necrótico 
antes de liberar sus contenidos intracelulares, que pasan a formar parte del exudado 
de la herida. Los monocitos acceden a la herida al cuarto día y se diferencian en 
macrófagos, los cuales digieren el tejido necrótico, eliminan los residuos e inhiben la 
proliferación de microorganismos, además de intervenir en la síntesis de colágeno. La 
deposición de colágeno en la herida aumenta notablemente cuando desaparecen los 
macrófagos. Estas células dirigen la cicatrización a través de la liberación de 
monoquinas. 
 Fase de proliferación o granulación (regeneración): comienza entre 2 y 3 días después 
de la lesión y finaliza 14-24 días después. A lo largo de la fase de granulación, las 
células epiteliales proliferan con rapidez para generar una cubierta protectora para la 
herida. El tejido de granulación se forma por reconstrucción de la red capilar vascular 
y el tejido conjuntivo. Las fibras de colágeno incrementan la fuerza de tensión de la 
herida y confieren integridad a la misma. El tejido cicatrizal de la herida es muy frágil y 
vulnerable a nuevas lesiones. Después de 6 semanas, la cicatriz tan sólo presenta el 
10% de la fuerza de tensión de la piel normal. La producción de una cantidad 
suficiente de tejido de granulación para cerrar la herida puede requerir varios meses 
en el caso de heridas extensas. Este tipo de tejido sano presenta un color rosado-
rojizo saludable derivado de la mayor irrigación sanguínea que aporta oxígeno y 
nutrientes al tejido recién formado. 
 Fase de maduración o remodelación de la herida: la contracción de la herida comienza 
entre 14 y 21 días después del daño y puede extenderse hasta 2 años. A lo largo de 
esta etapa se reducen las dimensiones y el espesor de la cicatriz. La intensidad de 
enrojecimiento disminuye conforme desaparecen los capilares. La contracción se 
debe a la actividad de los miofibroblastos, los cuales facilitan la migración de los 
bordes de la herida hacia el centro de la misma. La piel y las fascias de la herida 
curada tan sólo presentarán el 70-80% de la fuerza de tensión de una piel normal. El 
tejido cicatrizal posee un número más bajo de melanocitos, por lo que es más pálido 
que la piel normal. 
 
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Junto al cuidado adecuado de la herida quirúrgica y una buena salud física, existen 
determinados factores que pueden favorecer o ralentizar la cicatrización de la herida. 
Algunos de los aspectos más importantes a tener en cuenta son los siguientes (4,8): 
 Nutrición: las concentraciones séricas bajas de albúmina ralentizan la difusión de 
oxígeno y reducen la capacidad de destrucción bacteriana de los neutrófilos. La 
presencia de concentraciones bajas de oxígeno en los capilares afecta negativamente 
a la proliferación de tejido sano de granulación. La carencia de cinc puede ralentizar la 
velocidad de epitelización y dar lugar a un descenso de la fuerza de tensión de la 
herida y del colágeno. Los pacientes han de contar con niveles adecuados de 
vitaminas A y C, así como de hierro y cobre, para que la síntesis de colágeno sea 
eficaz. Esta síntesis depende, igualmente, de una ingesta apropiada de proteínas, 
hidratos de carbono y lípidos. La cicatrización de las heridas requiere unas cantidades 
de proteína e hidratos de carbono que duplican a las habituales en un sujeto de edad 
avanzada. Se debe aumentar la ingesta de vitamina C, hierro y cinc para que la cicatriz 
presente una fuerza de tensión adecuada. En heridas que requieren de un período de 
convalecencia más prolongado estaría aconsejado aumentar la ingesta calórica a 30-
35 kcal/kg/día. 
 Salud física general: las infecciones suponen el principal obstáculo para la cicatrización 
de las heridas. Las heridas infectadas presentan tejido friable, sangran con facilidad y 
la cicatrización está diferida. La cicatrización no procede del modo habitual cuando la 
glucemia se mantiene de manera constante por encima de 200 mg/dL o la 
concentración de hemoglobina es inferiora 10 g/dL. Cualquier trastorno que reduzca 
la forma de leucocitos funcionales, en especial de macrófagos, afecta negativamente 
al proceso de cicatrización. Entre estas afecciones figuran la diabetes mellitus, la 
anemia, la uremia, el cáncer, la ateroesclerosis, la infección y la desnutrición. Los 
pacientes ancianos, los fumadores o los obesos, al igual que los sometidos a 
radioterapia, son también susceptibles de una cicatrización diferida. 
 Tratamientos farmacológicos: cualquier medicamento que reduzca la respuesta 
inflamatoria, como los esteroides y los fármacos no esteroides empleados frente a la 
artritis o diversas afecciones respiratorias, alteran la reparación de la herida. Los 
compuestos antiinflamatorios reducen la epitelización y la contracción de la herida, 
además de poder influir en la proliferación de los fibroblastos y la síntesis de 
colágeno. Los esteroides reducen la fuerza de tensión de una herida cerrada y 
originan la deposición inadecuada de colágeno. La administración de vitamina A 
puede invertir los procesos derivados de la utilización de esteroides. 
 
Complicaciones de las heridas quirúrgicas 
Dos de las complicaciones más comunes de las heridas quirúrgicas son la dehiscencia y la 
evisceración, considerando la primera como la ruptura o separación de las capas de la 
incisión quirúrgica y pudiendo llegar, en el peor de los casos, a la salida de los órganos al 
exterior a través del sitio quirúrgico, conocida como la evisceración. A su vez, una 
complicación que puede aparecer con posterioridad a la cicatrización aparentemente 
satisfactoria de una herida quirúrgica son las adhesiones que se forman de manera 
frecuente en la cavidad peritoneal tras la cirugía (sobre todo abdominal) y pueden 
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constreñir o plegarse alrededor del intestino. Y hernias quirúrgicas o relacionadas con la 
incisión que pueden desarrollarse cuando la intensidad de la presión intraperitoneal es tal 
que presiona el tejido cicatrizal y origina una hernia (o evaginación) a través de la misma. 
La síntesis excesiva de colágeno da lugar a la formación de un queloide, una complicación 
que no supone un problema relevante para el funcionamiento del organismo aunque 
suele dar lugar a una alteración de la propia percepción cuando son de grandes 
dimensiones o están localizados en un lugar visible del cuerpo (8). 
 
Por último, una de las complicaciones postoperatorias más relevantes en estas 
situaciones sería la infección de la herida quirúrgica, pudiendo evolucionar en el peor de 
los casos a una sepsis o respuesta inflamatoria sistémica debida a una infección grave que 
por lo general se desarrolla rápidamente y puede llegar a ser mortal. A continuación, se 
profundiza en esta complicación por su especial relevancia. 
 
Infección del sitio quirúrgico 
Se define herida infectada como aquella herida con presencia de bacterias u otros 
microorganismos en cantidad suficiente como para superar las defensas tisulares y 
lesionar el tejido o alterar su curación (3). Los microorganismos que se reproducen en ella 
invaden los tejidos vivos que rodean la lesión y producen alteraciones en los mismos. En 
este caso pueden aparecer los signos clínicos característicos de una infección local: 
eritema, edema, calor, dolor, rubor y exudado purulento, los cuales evidencian la 
existencia de una reacción de los microorganismos en el huésped. Una infección local sin 
control puede llevarnos a situaciones mucho más graves y complejas como la infección 
loco-regional (osteomielitis), regional (celulitis), o bien, como se ha mencionado en el 
párrafo anterior, una infección generalizada (sepsis), la cual en algunas ocasiones puede 
llevar al paciente hasta la muerte (9,10). 
 
En muchos casos el que una herida esté infectada representa, cuanto menos, un 
enlentecimiento en el proceso de cicatrización y, por tanto, la imposibilidad de que ésta 
pueda curarse correctamente. En la literatura existen trabajos que describen, en 
pacientes quirúrgicos, un aumento de su estancia hospitalaria de entre 3 y 20 días (11) 
cuando presentaban heridas infectadas a raíz de una intervención quirúrgica. 
 
En todos los pacientes se toman medidas universales con el objeto de prevenir esta 
importante complicación, pero el riesgo de aparición de infecciones del sitio quirúrgico es 
mayor en ciertos casos, de modo que es importante valorar en forma apropiada este 
riesgo y extremar los cuidados cuando sea necesario. Asimismo, el uso de una profilaxis 
antimicrobiana adecuada, en el momento y dosis precisos, es vital para la prevención de 
infecciones, como también lo es la adecuada preparación preoperatoria de la piel, tanto 
con respecto al baño como a otras medidas, como podría ser el rasurado del sitio 
quirúrgico (4). 
 
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Prevalencia de infección de la herida quirúrgica 
La infección de la herida quirúrgica es considerada una infección nosocomial. La OMS, en 
el año 2002, define infección nosocomial como aquella infección que no está presente de 
forma activa, ni en periodo de incubación, durante las primeras 48 horas del ingreso de 
un paciente en una institución sanitaria o de su atención en un centro asistencial y 
establece como criterio simplificado para la vigilancia de infección nosocomial derivada 
del sitio quirúrgico cualquier secreción purulenta o celulitis difusa en el sitio de la 
intervención quirúrgica en el mes siguiente a la operación (11). 
 
Los resultados publicados sobre la prevalencia de las infecciones nosocomiales en España 
y Europa (estudio EPINE-EPPS) mostraron en el año 2012 como la prevalencia de 
pacientes con infección nosocomial adquirida durante la hospitalización fue la más baja 
de la historia del EPINE (5,61%), aunque la prevalencia total de pacientes asistidos con 
infección (7,61%) no disminuyó en la misma escala debido al aumento de las infecciones 
presentes en el momento del ingreso. El dato más relevante es que la infección 
nosocomial aumentó entre los pacientes sometidos a una intervención quirúrgica 
(30,39%) en comparación con los datos publicados previamente (19,4%), presentando 
una prevalencia parcial de 2,31% y quedando por encima de las infecciones respiratorias, 
del tracto urinario y otras (Tabla 1). También cabe destacar que en la ordenación de las 
localizaciones hubo un notable cambio pues las infecciones quirúrgicas se situaron en 
primera posición, seguido de otras localizaciones, respiratorias, urinarias y bacteriemias 
(2). 
 
Tabla 1. Total de pacientes con Infección Nosocomial (2) 
LOCALIZACIÓN 
PACIENTES CON INFECCIÓN 
N % 
PACIENTES CON 
INFECCIÓN. PREVALENCIA 
PARCIAL Y GLOBAL % 
Urinarias 771 18,82 1,43 
Quirúrgicas 1245 30,39 2,31 
Respiratorias 857 20,92 1,59 
Bacteriemias e 
infecciones 
asociadas a catéter 
588 14,35 1,09 
Otras localizaciones 1028 25,09 1,91 
Resultados globales 4097* 100,00 7,61 
*La suma de los pacientes de las distintas localizaciones no coincide con el total de pacientes, al poder 
tener un paciente varias infecciones de diferente localización. Asimismo la suma de porcentajes es superior 
a 100,00. 
Fuente: Vaqué J, EPINE GT. Estudio EPINE y Encuesta Puntual de Prevalencia en los Hospitales de Agudos de 
Europa (EPPS), 2013. 
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Decir que, actualmente, estaría presente la inminente publicación del informe EPINE-EPPS 
correspondiente a datos recogidos en el año 2013, que mostrarán unos resultados más 
actualizados respecto a la situación de las infecciones nosocomiales en el ámbito español 
y europeo en los diferenteshospitales participantes. 
 
Factores de riesgo de infección de la herida quirúrgica 
Según la literatura, la causa principal de las infecciones del sitio quirúrgico es la flora 
endógena de la piel, que es el principal contaminante de la herida operatoria y del sitio 
quirúrgico, o la flora de las mucosas o vísceras huecas del paciente, según el tipo de 
cirugía; pero también puede participar la flora exógena presente en el ambiente 
quirúrgico, instrumentos y personal (4). 
 
El principal factor de riesgo es el grado de contaminación durante el procedimiento que, 
en gran medida, depende de la duración de la operación y del estado general del 
paciente, así como de la penetración en el tracto digestivo, urinario o respiratorio. Otros 
factores comprenden la calidad de la técnica quirúrgica, la presencia de cuerpos extraños, 
incluso tubos de drenaje, la virulencia de los microorganismos, la infección concomitante 
en otros sitios, la práctica de afeitar al paciente antes de la operación y la experiencia del 
equipo quirúrgico (11). 
 
Por otra parte, se sabe que el riesgo de infección del sitio quirúrgico está directamente 
relacionado con la cantidad de bacterias contaminantes: a mayor cantidad de bacterias, 
mayor es el riesgo de infección; también depende de la agresividad del germen y del 
estado de las defensas del paciente: en un paciente joven y sano, con sus defensas bien 
constituidas, el riesgo de infección es menor (4). 
 
Además, existen una serie de factores que pueden participar como coadyuvantes en la 
génesis de las infecciones del sitio quirúrgico (4,8). Algunos de ellos forman parte o son 
propios del paciente y otros, por el contrario, tienen más que ver con el entorno que le 
rodea. 
 Factores intrínsecos o propios del paciente: 
 Edades extremas de la vida: en pacientes prematuros el sistema inmunitario es 
inmaduro y en edades muy avanzadas está retardado. 
 Patologías y condiciones asociadas: 
- Diabetes Mellitus: glucemias mal controladas alteran la curación de las heridas 
ya que interfieren en todas las fases de la respuesta inflamatoria. El paciente 
diabético con neuropatía y arterioesclerosis tiene predisposición a la isquemia 
tisular, al traumatismo de repetición y a la infección. 
- Obesidad: disminuye el flujo sanguíneo y aumenta el tamaño de la herida, de 
modo que la cirugía se hace más dificultosa y aumenta el riesgo de infección. 
 CURA DE HERIDAS QUIRÚRGICAS. PROTOCOLO DE ACTUACIÓN 
 
Página 10 de 42 
 
- Tabaquismo: la nicotina entorpece el proceso de cicatrización, lo que favorece 
el desarrollo de infección del sitio quirúrgico. 
- Consumo de esteroides: impide la cicatrización y las heridas persisten abiertas 
con escaso tejido de granulación. 
- Malnutrición: carencias de calorías, proteínas, vitaminas y minerales retrasa o 
incluso inhibe la cicatrización. 
- Recepción de productos sanguíneos: el hecho de transfundir previamente 
sangre total o algunos de sus componentes favorecería las infecciones del sitio 
quirúrgico, pero esto no se ha comprobado. 
 Factores extrínsecos o ambientales: relacionados con la sala en la que se encuentra el 
paciente, influidos por parámetros como la temperatura o la humedad, como de la 
propia técnica quirúrgica y los cuidados de la zona operatoria antes, durante y 
después de la intervención (4). 
 
En base a esto y teniendo en cuenta las recomendaciones de manejo de los factores de 
riesgo de infección de la herida quirúrgica, los Centros de Prevención y Control de 
Enfermedades (CDC) de Estados Unidos establecieron en el año 2008 (4), en base al tipo 
de evidencia científica1, las siguientes acciones preventivas: 
 Diabetes mellitus: la recomendación, categoría 1 B, establece que se debe controlar 
adecuadamente la concentración de glucosa en sangre en los pacientes diabéticos y 
evitar la hiperglicemia perioperatoria, es decir, 48 horas pre y post cirugía, 
considerando como hiperglucemia una concentración de azúcar en sangre mayor de 
200 mg/dl. 
 Nicotina: la recomendación, categoría 1 B, indica que se debe promover el cese del 
consumo de tabaco en cualquiera de sus formas por lo menos en los 30 días previos a 
la cirugía. 
 Esteroides: no hay recomendaciones en cuanto al uso de esteroides, porque no hay 
estudios suficientes y los que existen no tienen una validez importante, por lo que no 
hay recomendación de interrumpir su uso. 
 Malnutrición: también es un tema sin resolver. Durante muchos años se ha entregado 
apoyo nutricional parenteral o enteral a los pacientes malnutridos con el fin de 
prevenir infecciones, pero no hay evidencia suficiente que avale esta práctica. 
 Transfusión perioperatoria: la recomendación, categoría 1 B, establece que los 
pacientes quirúrgicos deben recibir sólo los productos sanguíneos necesarios, con el 
fin de prevenir la infección del sitio quirúrgico. 
 
La lucha contra la infección pasa necesariamente por abordajes interdisciplinarios en los 
que el énfasis en la limpieza y desinfección de manos, el mantenimiento de la esterilidad 
del instrumental y la correcta realización de técnicas y procedimientos, ayudados a una 
 
1
 Anexo 1: Niveles de Evidencia Científica (9) 
 CURA DE HERIDAS QUIRÚRGICAS. PROTOCOLO DE ACTUACIÓN 
 
Página 11 de 42 
 
buena condición de salud por parte del paciente, constituyen las piedras angulares de la 
prevención (9). 
 
Cura de heridas quirúrgicas 
Se define cura de heridas, como el conjunto de técnicas que se realizan sobre una herida 
(7,8), considerando la misma desde la valoración y seguimiento, limpieza y aplicación de 
antisépticos hasta la colocación del apósito y el posterior registro de las actividades. Más 
concretamente y atendiendo al tema que concierne en este caso, La Clasificación de 
Intervenciones de Enfermería (NIC) define “cuidados del sitio de incisión” como limpieza, 
seguimiento y fomento de la curación de una herida cerrada mediante suturas, clips o 
grapas (12). 
 
Así como la valoración de las heridas y los procedimientos de tratamiento de las mismas 
se han ido transformando a lo largo de los últimos años, los objetivos del tratamiento se 
mantienen de manera independiente de las medidas utilizadas para ello. Estos son (8): 
 Favorecer la cicatrización de la herida. 
 Prevenir, controlar o eliminar la infección. 
 Proteger la herida de daños adicionales. 
 Proteger la piel circundante de infecciones y traumatismos. 
 Aportar la mayor comodidad posible al paciente. 
 
Medidas generales 
En la realización de la cura de heridas quirúrgicas se deben tomar una serie de 
precauciones, entre las que cabe destacar el importante mantenimiento de la esterilidad, 
cuya finalidad es evitar al máximo cualquier contaminación de la herida, mientras que 
donde ya está presente, su fin es evitar que se extienda a otras zonas de la lesión, a otros 
pacientes o incluso al personal. Para evitar la infección debemos conocer que las 
principales vías de contagio son la vía aérea, la infección cruzada desde heridas de otro 
paciente o desde otras heridas en distinta localización del mismo paciente mediante 
material contaminado (7). 
 
Además de esta medida, existen otras que en ocasiones por obvias se pasan por alto, 
como son: 
 Tener las heridas expuestas el menor tiempo posible, usar guantes limpios y estériles 
para cada cura y preparar el campo estéril de forma adecuada, ordenada, no pasar 
sobre éste los apósitos contaminados y en caso de humedecerse con alguna solución, 
pasar a considerarlo no estéril. 
 El uso de guantes estériles se especifica en procedimientos que requieren técnica 
estéril. Se deben utilizar siempre al realizar técnicas o procedimientos invasivos (para 
uso quirúrgico (riesgo biológico alto) y técnicas asépticas o estérilesde 
 CURA DE HERIDAS QUIRÚRGICAS. PROTOCOLO DE ACTUACIÓN 
 
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enfermería/curas (riesgo biológico medio) (13)) y cuando se manipule material estéril 
(13,14). 
 En el caso de tener que realizar las curas de varias heridas no proceder a la retirada 
simultánea de todos los apósitos sucios y en caso de haber una limpia y otra sucia, 
primero curar la limpia y después la contaminada, cubriéndose siempre cada herida 
con apósitos diferentes. 
 La técnica más aséptica para la realización de curas es mediante el uso de bandejas 
individuales que contengan el material necesario para cada paciente, algo poco 
frecuente y que es sustituido por el uso de carros de curas, por lo que éstos deben 
estar siempre limpios, desinfectados y secos, bien organizados y con un perfecto 
control del material que en él se dispone, en cuanto a empaquetado y sellado del 
material estéril, tiempo transcurrido desde la apertura de antisépticos y pomadas y 
demás fungibles que puedan llegar a convertirse en un medio de cultivo. 
 
Valoración y seguimiento 
El cuidado de una herida es responsabilidad del personal de enfermería, así como su 
valoración y la aplicación del tratamiento adecuado. La observación de signos tales como 
la aparición de hemorragias, exudado, dolor en la zona de la herida, mal olor o irritación 
de la zona circundante, indicarán los requerimientos específicos para curar cada herida y 
la forma en que el tratamiento debe ser aplicado, así como la necesidad de derivar esa 
cura para ser valorada por el profesional de medicina (7). Los datos relevantes a la hora 
de valorar el estado y evolución de la herida quirúrgica son los siguientes (3): 
1. Localización. 
2. Antigüedad. 
3. Tamaño. 
4. Características de la herida: 
 Tejido. 
 Exudado. 
 Olor. 
 Estado de la piel perilesional. 
5. Dolor. 
6. Fase y tipo de cicatrización. 
7. Signos de infección. 
8. Limpieza: 
 Solución. 
 Procedimiento. 
9. Tratamiento. 
10. Frecuencia de revisiones. 
 CURA DE HERIDAS QUIRÚRGICAS. PROTOCOLO DE ACTUACIÓN 
 
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Limpieza de la herida 
Se entiende por limpieza de la herida quirúrgica el uso de fluidos o soluciones no tóxicas 
para el tejido con el objetivo de eliminar detritus, exudado, desechos metabólicos y tejido 
necrótico poco adherido de la superficie de la misma (3). Todos estos elementos son un 
caldo de cultivo potencial para el desarrollo de los microorganismos por lo que se 
recomienda limpiar la herida al principio del tratamiento y en cada cura (9). 
 
El proceso de limpieza implica seleccionar una solución limpiadora y unos medios 
mecánicos para aportar dicha solución a la herida que se trata. No obstante, los 
beneficios de conseguir una herida limpia deben sopesarse frente al potencial 
traumatismo del lecho de ésta como consecuencia de dicha limpieza (3). 
 
La solución salina estéril o suero fisiológico (0,9%) es la solución para la limpieza de 
heridas preferida debido a que es una solución isotónica y no interfiere con el proceso de 
cicatrización normal, no daña los tejidos, no causa sensibilidad o alergias y no altera la 
flora de la piel, lo que podría permitir el crecimiento de microorganismos más virulentos. 
También podría ser utilizada agua corriente potable por ser eficaz y efectiva en función de 
los costos, a la vez que accesible (3,10,15). 
 
Lo ideal es utilizar la solución salina isotónica a temperatura de 30-35ºC puesto que el frío 
enlentece la cicatrización de la herida. Se recomienda no irrigar a presiones elevadas ni 
limpiar por arrastre para evitar lesionar el incipiente tejido de granulación (9). 
 
Según publicó el Best Practice «Soluciones, técnicas y presión para la limpieza de heridas» 
(16), que proviene de la revisión sistemática elaborada por The Joanna Briggs Institute en 
2004 (17), donde se analizaron siete estudios por cumplir los criterios de inclusión que se 
referían a pacientes en periodo postoperatorio, se obtuvieron, según los diferentes 
grados de recomendación2, las siguientes conclusiones3: 
 Soluciones: 
 Para adultos con laceraciones y heridas postoperatorias, el agua del grifo puede ser 
una solución de limpieza efectiva. Sin embargo, la elección de la solución debería 
reflejar las preferencias del paciente y una evaluación económica formal. (Grado 
B). 
 Las heridas crónicas en adultos pueden limpiarse con agua del grifo si no se 
dispone de solución salina normal. (Grado B). 
 El agua del grifo puede utilizarse para limpiar laceraciones simples en niños. (Grado 
A). 
 El agua hervida y enfriada es una solución efectiva para la limpieza de heridas en 
ausencia de solución salina normal o agua del grifo. (Grado C). 
 
2
 Anexo 2: Grados de Recomendación (16) 
3
 Anexo 4: Conclusiones y Grados de Recomendación sobre la Limpieza de Heridas (2) 
 CURA DE HERIDAS QUIRÚRGICAS. PROTOCOLO DE ACTUACIÓN 
 
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 La irrigación con povidona yodada al 1% es efectiva para reducir la tasa de 
infección en heridas contaminadas. (Grado B). Sin embargo, no existe evidencia 
sobre el tiempo óptimo que debería dejarse la povidona yodada. (Grado E). 
 La evidencia para apoyar el uso de agua corriente potable es limitada (sólo un 
estudio de potencia baja); por lo tanto, son necesarios más estudios para confirmar 
esta suposición. 
 Presión: 
 Una presión de 13 psi es eficaz para reducir la infección y la inflamación en adultos 
y en niños con laceraciones y heridas traumáticas. (Grado B). 
 Técnicas: 
 Duchar a los pacientes no supone un impacto sobre la infección y las tasas de 
curación de heridas postoperatorias y puede beneficiar a los pacientes con un 
sentimiento de bienestar y salud asociado a la limpieza. (Grado A). Se debe 
respetar un margen de tiempo mínimo de 48 horas (1). 
 La limpieza con gasa por arrastre o presión sobre el lecho de la herida redistribuye 
las bacterias y puede causar lesiones en el tejido de granulación y de epitelización 
nuevo, así como dejar fibras en el lecho de la herida (10). (Grado E). 
 
Se ha hablado de las ventajas y desventajas de limpiar el exudado de las heridas, ya que el 
exudado mismo puede contener factores de crecimiento y quimiocinas que contribuyen a 
la cicatrización, pero la bibliografía también sugiere que grandes cantidades de bacterias 
pueden inhibirla debido a las proteasas secretadas por los microorganismos, por lo que 
hasta que las investigaciones digan lo contrario la limpieza seguirá siendo parte del 
proceso de tratamiento de las heridas (3,18). 
 
El lavado de la herida quirúrgica con solución salina estéril es una práctica habitual entre 
los profesionales sanitarios. Aparte de retirar el exceso de exudado de la herida, escaras o 
restos, mejora el bienestar del paciente, algo que también se deberá tener en cuenta en 
pro de una visión y atención integral del mismo (1). 
 
Utilización de antisépticos 
Un antiséptico es un producto químico que se aplica sobre los tejidos vivos con la 
finalidad de eliminar los microorganismos patógenos o inactivar los virus. No tienen 
actividad selectiva ya que eliminan todo tipo de gérmenes. En el mercado existen 
diferentes tipos de productos antisépticos con propiedades y mecanismos de acción muy 
diferenciados, por lo que no todos tienen la misma efectividad (9). 
 
La «Guía Práctica de la Utilización de Antisépticos en el Cuidado de las Heridas» 
propuesta por un grupo de profesionales de enfermería de diferentes niveles 
asistenciales e instituciones, publicada en el año 2002, pretende ser una revisión sobre el 
estado de conocimiento acerca de la utilización de antisépticos en heridas yCURA DE HERIDAS QUIRÚRGICAS. PROTOCOLO DE ACTUACIÓN 
 
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sistematizarlos con el objetivo de que los profesionales que día a día las tratan o 
dispensan antisépticos tengan la información suficiente para tomar decisiones al 
respecto. 
 
Mediante un proceso de revisión y análisis de documentos publicados se constatan 
algunos elementos relacionados con el uso de antisépticos (9): 
 No existen evidencias metodológicamente sólidas (estudios experimentales). 
 Muchas de las evidencias se basan en estudios “in vitro”. 
 No existe un consenso unánime en cuanto a las recomendaciones de los expertos. 
 Muchas de las recomendaciones sobre heridas crónicas provienen de su adaptación 
desde las heridas agudas, aunque cada vez está más claro que el proceso de 
cicatrización de las heridas agudas y las heridas crónicas presentan elementos 
diferenciados. 
 
Para ser considerados eficaces y efectivos, los antisépticos deben cumplir una serie de 
características o condiciones (9): 
a. Se considera que un antiséptico es eficaz cuando tras su aplicación se observa (según 
las normas AFNOR de estandarización y normalización francesas): 
 Disminución del número de microorganismos (menos de 100.000 colonias). 
 En 5 minutos. 
 En al menos cuatro tipos de cepas bacterianas de referencia. 
b. La actividad de determinados antisépticos se puede inhibir en presencia de ciertas 
materias orgánicas (sangre, restos de tejidos). 
c. Las soluciones antisépticas pueden ser contaminadas por microorganismos que se 
transmiten por el aire, por las manos e instrumental y por el material de curas. 
 
Hoy en día, en el mercado existe una amplia gama de productos antisépticos, aunque 
como ya se ha dicho, no tienen por qué presentar características semejantes, lo que le 
conferirá su idoneidad o no para la técnica que se quiere desarrollar. Algunos de los más 
conocidos y utilizados en el entorno hospitalario son los siguientes4 (9,19): 
 Agua oxigenada (peróxido de hidrógeno): hay pocas evidencias y algunas son 
contradictorias entre sí sobre su acción bactericida. Su efecto en las heridas estaría 
más relacionado con su efervescencia con posibilidad de actuación a dos niveles: 
efecto desbridante de tejido necrótico por acción mecánica y el aporte de oxígeno en 
heridas anaerobias. Por su acción oxidante, es desodorizante (elimina malos olores). 
 Alcohol (70%): es bactericida. Muy utilizado como antiséptico cutáneo (desnaturaliza 
las proteínas de los microorganismos) previo a las inyecciones o extracciones 
sanguíneas. No debe utilizarse en las heridas por su efecto irritativo y porque puede 
 
4
 Anexo 5: Características de los Principales Antisépticos (9) 
 CURA DE HERIDAS QUIRÚRGICAS. PROTOCOLO DE ACTUACIÓN 
 
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formar un coágulo que protege las bacterias supervivientes. Se inactiva frente a 
materia orgánica. 
 Clorhexidina (gluconato): es bactericida de amplio espectro y fungicida. Su estabilidad 
es buena a temperatura ambiente y a un pH comprendido entre 5 y 8, pero muy 
inestable en solución. Necesita ser protegida de la luz. Con el calor se descompone en 
cloroanilina. No es irritante y como su absorción es nula, carece de reacciones 
sistémicas. Su actividad puede verse interferida por la presencia de materia orgánica. 
Se puede utilizar en embarazadas, neonatos (cordón umbilical) y lactantes. 
 Povidona yodada: es bactericida de potencia intermedia y fungicida. Se inactiva en 
contacto con materia orgánica (esfacelos, sangre, tejido necrótico, exudado, pus) y 
precipita en presencia de proteínas. Es irritante y alergénica y puede retrasar la 
formación de la cicatriz en heridas, sobre todo si se usa de manera continuada. Es 
citotóxica a concentraciones superiores al 10% (20). En uso sistemático se ha descrito 
disfunción renal y tiroidea por su absorción sistémica de yodo. 
 
Existen diferentes factores que influyen sobre la actividad de los antisépticos (germen 
sobre el que se quiere actuar, concentración del desinfectante) por lo que son necesarias 
unas normas o recomendaciones que garanticen su eficacia y eviten el riesgo de una mala 
utilización. Como medidas fundamentales destacamos (9,19): 
 Antes de utilizar un antiséptico en un paciente determinado, es necesario asegurarse 
que no es alérgico al mismo, si lo fuera, debe utilizarse un antiséptico alternativo. 
 La piel debe limpiarse y secarse antes de aplicar la solución antiséptica. 
 Es necesario elegir el antiséptico adecuado para cada situación, dejándolo actuar el 
tiempo necesario, evitando de esta manera reacciones tóxicas o favorecer la aparición 
de resistencias. 
 Cuando haya que aplicar los antisépticos sobre grandes superficies, es preciso 
considerar su grado de absorción cutánea, dado que puede ocasionar toxicidad 
sistémica. 
 Se debe respetar la concentración recomendada por el fabricante para los distintos 
antisépticos. 
 Las diluciones preparadas deberán estar etiquetadas con la fecha de preparación y la 
de caducidad. 
 No se deben mezclar antisépticos, aunque sean del mismo tipo o naturaleza. 
 El antiséptico que quede en las bateas se debe desechar y no volver a introducirse en 
su envase original. 
 Nunca debe rellenarse un envase semivacío a partir de otro. 
 Los envases se mantendrán cerrados tras su uso para evitar la contaminación del 
mismo o del ambiente, su evaporación o los cambios en su concentración. 
 Los envases opacos mantienen en mejores condiciones las diluciones de los 
antisépticos. 
 CURA DE HERIDAS QUIRÚRGICAS. PROTOCOLO DE ACTUACIÓN 
 
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 Hay que evitar los recipientes de más de 1/2 litro de capacidad. Es más recomendable 
el sistema monodosis. 
 El envase de antiséptico o desinfectante no debe contactar con el paciente, gasas, 
superficies a desinfectar u otros utensilios de cura. La solución debe verterse 
directamente sobre la superficie a tratar. 
 El personal encargado de la utilización de los antisépticos debe estar debidamente 
motivado y formado, debiendo conocer los diferentes productos y procedimientos. 
 Las posibles dudas sobre manipulación, concentración o indicaciones concretas deben 
consultarse con el Servicio de Medicina Preventiva y Salud Pública. 
 
Tradicionalmente en el tratamiento de las heridas se han empleado soluciones con 
propiedades antisépticas; sin embargo, algunas investigaciones publicadas sugieren que 
pueden dificultar el proceso de cicatrización en heridas crónicas (3). Así, la mayoría de 
antisépticos no son convenientes para aplicarlos en heridas abiertas, debido a que 
pueden impedir su curación por sus efectos citotóxicos directos sobre los queratinocitos y 
fibroblastos, como sucede con la povidona yodada a concentración 1:5 (en heridas 
abiertas por la citotoxicidad de la povidona yodada a concentración superior a 1:10) 
(20,21). Esta controversia acerca del uso de antisépticos impulsó hace años el desarrollo 
de normas para modificar la práctica hospitalaria (3). 
 
Tampoco existe una unanimidad en cuanto al tiempo que debe utilizarse un antiséptico 
en la cura de heridas quirúrgicas, sin embargo, la revisión de la práctica clínica, a nivel 
hospitalario, nos propone que en el caso de los pacientes postoperados con heridas 
cerradas y con riesgo de infección, se aconseja su utilización en cada cura de forma 
continuada para evitar infecciones nosocomiales, aunque no haya signos clínicos 
evidentes de infección, hasta el momento del alta. Esta medida incluye el lavado de la 
herida quirúrgica con suero fisiológico y la aplicación de un antiséptico local cada vez que 
se cambie el apósito (8). Lo que si es cierto es que existe bibliografía que no recomienda 
el uso sistemático ni de manera indiscriminada para lalimpieza de heridas limpias con 
tejido de granulación (9,10), ni en heridas crónicas (22). 
 
Por último, se recomienda no emplear antisépticos colorantes (mercurocromo 10%, azul 
de metileno, violeta de genciana) porque pueden enmascarar el aspecto de la herida, 
dificultando la valoración de la misma (9). 
 
Elección de apósitos 
En cuanto a si se debe o no cubrir la herida quirúrgica, la literatura disponible sobre el 
tema es escasa, pero hay consenso en que la herida se debe mantener cubierta durante 
las primeras 24-48 horas, porque en ese lapso de tiempo se produce la neoangiogénesis 
propia del proceso de cicatrización; por lo tanto, se justifica mantener la herida cubierta y 
evitar que se manipule, a menos que los apósitos estén mojados con exudado y haya que 
cambiarlos (4). 
 CURA DE HERIDAS QUIRÚRGICAS. PROTOCOLO DE ACTUACIÓN 
 
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En la práctica clínica diaria, con frecuencia las heridas permanecen cubiertas durante todo 
el proceso de curación de las mismas. Cabría pensar que el apósito actúa como una 
barrera entre la herida y el ambiente exterior. Una ventaja de esto puede ser proteger la 
herida de los microorganismos y, por lo tanto, de la infección. Existen muchos tipos de 
apósitos que están disponibles para su uso en las heridas quirúrgicas; sin embargo, no 
está claro si un tipo de apósito es mejor que otro para prevenir la infección del sitio 
quirúrgico o, si de hecho, es mejor no utilizarlos. 
 
En 2011 la Biblioteca Cochrane publicó una revisión de todas las pruebas disponibles 
relevantes con respecto a la repercusión de los apósitos sobre la prevención de las 
infecciones del sitio quirúrgico en la curación por primera intención de las heridas 
quirúrgicas (23). La revisión examinó los datos de 16 ensayos controlados aleatorios y no 
encontró pruebas que indicaran que un tipo de apósito fuera mejor que otro o que cubrir 
estas heridas con apósitos en absoluto fuera mejor para prevenir la infección del sitio 
quirúrgico o que cualquier tipo de apósito mejore la cicatrización, el control del dolor, la 
aceptabilidad del paciente o la facilidad de la extracción. Es importante señalar que 
muchos ensayos en esta revisión fueron pequeños y de calidad deficiente, con un riesgo 
de sesgo alto o incierto. Es por esto que las decisiones sobre el uso de apósitos en la 
herida se deben basar en los costos del apósito y en la necesidad de controlar síntomas 
específicos, como por ejemplo, absorber el exudado. 
 
Existen una serie de recomendaciones generales que se pueden aplicar con respecto a los 
apósitos: 
 Se recomienda utilizar una técnica aséptica para cambiar o retirar el vendaje de la 
herida quirúrgica (1). La técnica del vendaje aséptico es una práctica habitual y se 
asume que promueve la curación y previene la infección de la herida quirúrgica en los 
primeros momentos. Por este motivo es la técnica estándar en el manejo de las 
heridas postoperatorias quirúrgicas. Ahora bien, se desconoce si hay alguna diferencia 
entre esta técnica de vendaje y otras menos costosas en cuanto a la incidencia de 
infección. 
No se han identificado estudios que valoraran el riesgo de infección, aunque existe un 
pequeño estudio centroamericano (30 participantes) que compara la aplicación de un 
vendaje limpio con la técnica del vendaje aséptico en el manejo de las heridas que 
curan por segunda intención, no identificándose diferencias significativas entre 
grupos en cuanto a tasa de infección aunque sí en cuanto al costo, siendo 
significativamente menor en el grupo del vendaje limpio (1,24). 
 Las heridas cerradas se deben cubrir con un apósito seco y estéril, con el objetivo de 
absorber los fluidos, evitar la contaminación con fuentes exógenas y proteger las 
heridas de las agresiones externas (4). 
 Los apósitos formados por varias capas de gasa son usados directamente sobre la 
herida, siendo su fin proteger la lesión y absorber el exudado. En ocasiones el grosor 
del apósito incomoda al paciente, de la misma manera que al aplicarse directamente 
sobre la herida pueden levantar el lecho de ésta al retirarlo (7). 
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 Actualmente se cuenta con una gran variedad de apósitos formados por varias capas 
de manera que un solo apósito realiza varias funciones: desbrida la herida, la protege 
y permite la absorción del exudado, permitiendo además un mayor distanciamiento 
entre una cura y la siguiente (7). 
 
En definitiva, el tipo de apósito a aplicar depende del tipo de herida, de la presencia o 
ausencia de infección o residuos, la cantidad de exudado, el coste y la comodidad del 
paciente. 
 
Registro 
Para finalizar con el procedimiento de la cura de la herida quirúrgica y sin olvidar que se 
considera parte fundamental del mismo y del reflejo del trabajo enfermero diario, 
recordar la importancia de registrar siempre en las hojas de enfermería o, en su defecto 
en los programas informáticos diseñados para este fin, tanto los procedimientos, las 
técnicas y los materiales usados en la cura de la herida, así como su valoración y posibles 
comentarios al respecto. 
 
Para concluir con este apartado, recordar que todo paciente sometido a una intervención 
quirúrgica va a requerir de la atención de un equipo multidisciplinar, tanto antes como 
durante y después de la misma. Y es en esta última etapa cuando la enfermera presenta 
una responsabilidad importante con respecto al tema que se aborda, haciéndose 
necesario la aplicación de cuidados de enfermería adecuados y óptimos para conseguir 
una adecuada curación de la herida y prevenir complicaciones de la magnitud, por 
ejemplo, de la infección, que sin duda puedan comprometer el estado general del 
paciente, entre otras cosas. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 CURA DE HERIDAS QUIRÚRGICAS. PROTOCOLO DE ACTUACIÓN 
 
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OBJETIVOS 
 
Objetivo principal 
 
Se define el objetivo principal o general a tratar como: 
 
 Elaborar un protocolo de actuación enfermera dirigido a la realización de curas 
quirúrgicas suturadas, bajo criterios de evidencia científica. 
 
Objetivos secundarios 
 
Del objetivo global establecido se extraen los siguientes objetivos específicos o 
secundarios: 
 
 Objetivo secundario 1: 
Buscar y examinar las recomendaciones y evidencia científica disponible en la 
actualidad sobre la cura de las heridas quirúrgicas. 
 Objetivo secundario 2: 
Identificar los diferentes productos necesarios, técnicas y fases a seguir para la 
realización de una adecuada cura de heridas quirúrgicas. 
 Objetivo secundario 3: 
Revisar los protocolos existentes con respecto a la cura de heridas quirúrgicas de 
otras comunidades autónomas y, concretamente, del Complejo Hospitalario de 
Navarra. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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METODOLOGIA 
 
La información obtenida en este trabajo viene dada en primer lugar gracias a la revisión 
bibliográfica a través de bibliotecas informatizadas, comenzando con la búsqueda de 
revisiones existentes en la Biblioteca Virtual en Salud de España (BVS) y la Biblioteca 
Cochrane Plus y determinando después las bases de datos preferibles para realizar la 
búsqueda. Los estudios seleccionados han sido mayoritariamente escritos en castellano, 
el resto han sido publicados en inglés. 
 
 
Las estrategias de búsqueda aplicadas, según las diferentes bases de datos, han sido las 
siguientes: 
 Biblioteca Virtual en Salud de España: 
 IBECS: los términos de búsqueda utilizados han sido “cura AND herida” 
encontrando un total de 22 artículos. Refinandola búsqueda con “cura AND 
herida AND quirúrgica”, se obtienen 6 artículos que no llegan a ser utilizados por 
la inexactitud de los temas tratados. 
 PUBMED: resulta difícil acotar la búsqueda con términos como “surgical wound”, 
“surgical wound AND infection”, “wound AND care AND nursing”, por el número 
tan elevado de artículos e inespecíficos que se obtiene. Por otro lado, términos 
como “cytotoxic AND wound cleansers”, conllevan a 4 resultados de los cuales se 
escoge un artículo para su posterior análisis. 
 Red Scielo: mediante “cuidados AND enfermería AND herida” se encuentran 4 
artículos, aportando utilidad dos de ellos. 
 Biblioteca Cochrane Plus: 
A partir de términos de búsqueda como “limpieza de heridas” se obtienen 5 
resultados, siendo uno de ellos de aplicabilidad al trabajo que se desarrolla. Y 
mediante “infección herida” se llegan a 46 artículos, acotando la búsqueda mediante 
“prevención infección sitio quirúrgico” a 6, de los cuales se obtiene un resultado 
acorde a las necesidades del tema. Además, con los términos “apósitos sitio 
quirúrgico”, se obtienen 2 resultados siendo uno de ellos de interés. 
 
 
Otras fuentes de información consultadas, de quizás mayor aplicabilidad para alcanzar los 
objetivos que se pretenden con este trabajo, han sido algunas como: 
 Páginas web de diferentes Comunidades Autónomas (Madrid, Andalucía, Aragón, 
Navarra, La Rioja, País Vasco y Albacete), obteniendo información de cada una de 
ellas. 
 Páginas web de organismos oficiales a nivel nacional como el Ministerio de Sanidad, 
Política Social e Igualdad y la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública 
e Higiene (SEMPSPH), siendo de gran utilidad. 
 Páginas web a nivel internacional como el Instituto Joanna Briggs (JBI Connect) y la 
OMS/WHO, aportando datos e información muy relevante. 
 
 
 CURA DE HERIDAS QUIRÚRGICAS. PROTOCOLO DE ACTUACIÓN 
 
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También han sido consultadas monografías como «Anatomía y Fisiología. Tórtora 
Gravowsky, 9ª Edición, 2002», «Técnicas de enfermería clínica. De las técnicas básicas a 
las avanzadas Vol. 2, 7ª Edición, 2009» y «Clasificación de Intervenciones de Enfermería 
(NIC), 5ª Edición, 2009». 
 
Además, una de las actividades más importante en relación a la consecución de los 
objetivos de este trabajo ha sido el análisis constructivo de la forma de actuar de distintos 
centros hospitalarios nacionales mediante el estudio crítico de protocolos de curas de 
heridas quirúrgicas aplicados en la comunidad de Andalucía, de Madrid y de Navarra. 
Los tres protocolos analizados han sido: 
 Protocolo del Hospital Universitario Reina Sofía (Andalucía). Cura de Heridas 
Quirúrgicas y Retirada de Suturas (2010) (25). 
 Protocolo del Hospital General Universitario Gregorio Marañón (Madrid). Cuidado de 
las heridas (2012) (26). 
 Protocolo del Complejo Hospitalario de Navarra. Cura de Heridas (2011) (27). 
 
Decir que los protocolos de cura de heridas quirúrgicas que han sido revisados se centran 
en el paciente que presenta una herida quirúrgica suturada mediante hilo o grapas por 
primera intención y sin infección, por lo que se ha excluido lo referente a heridas abiertas, 
infectadas y/o crónicas, suturadas por segunda o tercera intención. Además, lo referente 
a la atención ambulatoria, como por ejemplo, cirugía menor. 
 
Por otro lado, se han revisado los grados de recomendación propuestos por el Instituto 
Joanna Briggs y niveles de evidencia por los Centers for Disease Control and Prevention 
(CDC) y la Agency for Healthcare Research and Quality (AHRQ) y la última versión 
publicada en 2013 del estudio EPINE-EPPS con resultados del año 2012. 
 
Finalmente, también se ha realizado una búsqueda en las listas de referencias y las 
bibliografías de todos los artículos para encontrar estudios adicionales y para gestionar 
las referencias bibliográficas se ha utilizado el gestor bibliográfico disponible a través de la 
página web de la Biblioteca de la Universidad Pública de Navarra, RefWorks. 
 
 
 
 
 
 
 
 
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PROPUESTA DE MEJORA 
 
En la práctica clínica diaria, los profesionales sanitarios se encuentran con la necesidad de 
tomar decisiones constantemente. Normalmente, éstas parten de los conocimientos 
aprendidos durante el ciclo formativo, de indicaciones de otros profesionales o de la 
propia experiencia (28). No obstante, se debe tener presente la importancia y el deber de 
recurrir a recomendaciones de estudios recientes o a consultas específicas. El 
conocimiento enfermero y, en consecuencia, la práctica clínica se deterioran si no son 
continuamente revisados y actualizados atendiendo a las mejores pruebas de que 
podamos disponer. Las actuaciones pueden, en determinados momentos, ser erróneas, 
desfasadas y pueden carecer del rigor exigible para poder ser consideradas de calidad. 
 
Todo esto determina la necesidad de fundamentar las recomendaciones y la práctica 
profesional en la evidencia científica motivada, fundamentalmente, por la variabilidad en 
los estilos de práctica clínica aplicados hoy en día. Y es por esto que la protocolización de 
los cuidados se conforma como instrumento indispensable de soporte. Entre sus 
numerosas ventajas cabe destacar, la reducción en la diversidad inapropiada de la 
práctica clínica, propiciando una atención más justa y equitativa al paciente. Además, 
unifican criterios de actuación que sirven de punto de partida para una evaluación de la 
calidad del proceso asistencial y definen la finalidad y las actuaciones que se deben 
realizar, así como quién debe realizarlas. 
 
Se define, por tanto, protocolo como un conjunto de aplicaciones estandarizadas 
desarrolladas mediante un proceso formal que incorpora la mejor evidencia científica de 
efectividad con asesoría experta relacionada con un determinado problema o una 
determinada actividad asistencial, que debe aplicarse por igual a todos o a un grupo de 
pacientes (28). 
 
Podemos resumir diciendo que el uso de protocolos: 
 Mejora la calidad en la asistencia sanitaria. 
 Reduce el número de procedimientos innecesarios en la atención sanitaria. 
 Disminuye la variabilidad en la práctica clínica, unificando criterios de actuación entre 
los profesionales. 
 Ayuda a los pacientes a estar mejor informados en la asistencia que reciben. 
 
A continuación, se desarrolla un protocolo de actuación a aplicar en el ámbito 
hospitalario en relación con la cura de las heridas quirúrgicas y, concretamente, aquellas 
que han sido suturadas por primera intención mediante hilo o grapas, descartando 
heridas crónicas como úlceras por presión o úlceras vasculares, abiertas, infectadas o 
suturadas por segunda o tercera intención y cirugía menor ambulatoria. 
 
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DEFINICIÓN 
Conjunto de técnicas que se realizan sobre una herida cerrada mediante suturas o grapas, 
considerando la misma desde la valoración y seguimiento, limpieza y aplicación de 
antisépticos hasta la colocación del apósito y el posterior registro de las actividades. 
 
 
OBJETIVOS 
Favorecer el proceso de cicatrización. 
Prevenir la infección, disminuyendo el riesgo relacionado con la manipulación de la 
herida. 
Detectar precozmente la aparición de complicaciones. 
Estandarizar normas de cuidado en el manejo de este tipo de heridas. 
Promover el bienestar del paciente. 
 
 
PRECAUCIONES 
Utilizar técnica estéril. 
Realizar lavado de manos con agua y jabón o desinfectar con solución hidroalcohólica, 
antes y después de cada cura. Nivel de Evidencia I* 
No realizar curas en horas de comidas. 
Es preferible nointroducir el carro de curas en la habitación (en tal caso deberá limpiarse 
y desinfectarse correctamente con posterioridad), utilizar bandeja. 
Evaluar siempre la herida, observando el estado y las etapas de cicatrización. 
Comprobar que no existan alergias por parte del paciente al antiséptico y/o esparadrapo. 
En tal caso, seleccionar otros materiales. 
En el caso de que el paciente presente varias heridas, alguna de ellas infectada, proceder 
a realizar la cura de la misma en primer lugar, debiendo iniciar con el procedimiento de 
nuevo para realizar la cura de las heridas limpias. 
Si existen pacientes con aislamiento de contacto, realizar la cura de sus heridas en último 
lugar. 
Verificar si existe riesgo de que se produzcan salpicaduras de fluidos biológicos que 
puedan contaminar piel o mucosas y si concurren signos de enfermedades respiratorias 
agudas. 
 
 
 
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PERSONAL 
Enfermero/a. 
Auxiliar de enfermería (en caso necesario). 
 
 
 
PREPARACIÓN DEL PERSONAL 
Tener todo el material preparado antes de proceder a realizar la cura. 
Realizar lavado de manos con agua y jabón o desinfectar con solución hidroalcohólica. 
Nivel de Evidencia I* 
 
 
 
PREPARACIÓN DEL PACIENTE 
Comprobar la identidad del paciente. 
Favorecer la intimidad del paciente cerrando la puerta y/o corriendo la cortina. 
Fomentar un ambiente propicio de limpieza y aseo del paciente, recomendando la ducha 
a diario transcurridas 48h después de la intervención quirúrgica en caso de movilización o 
comprobar que se ha realizado la higiene del paciente encamado. 
Grado de Recomendación A* 
Informar y explicar al paciente el procedimiento a realizar. Grado de Recomendación C* 
Proporcionar alivio del dolor adecuado antes de la realización de la cura. 
Colocar al paciente en una posición adecuada y lo más cómodo posible, solicitando su 
colaboración cuando proceda. 
 
 
 
 
 
 Carro de curas/bandeja 
 Equipo de curas estéril: batea 
desechable, pinzas de 
disección y pinzas Köcher 
 Gasas estériles 
 Campo estéril de tela o de 
papel 
 Guantes estériles y limpios (no 
estériles) 
 Empapador 
 
 Jeringa de 20 cc + aguja de 
0,8 mm (21G) 
 Solución salina estéril (SF) 
0,9% 
 Clorhexidina 2% (preferible 
formato monodosis) 
 Apósitos adhesivos y/o 
esparadrapo 
 Bata y mascarilla (si procede) 
 Bolsa de plástico 
MATERIAL 
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 DESCRIPCIÓN DEL PROCEDIMIENTO 
(*) Ver precauciones, preparación del personal y preparación del paciente antes de proceder con la 
cura. 
1. Realizar lavado las manos con agua y jabón o desinfectar con solución hidroalcohólica. 
Nivel de Evidencia I* 
2. Descubrir sólo la zona necesaria para la cura. 
3. Colocar el empapador en la mejor localización para proteger la cama. 
4. Colocar guantes limpios (no estériles). 
5. Retirar el apósito que cubre la herida sin tocarla. Si está pegado, humedecerlo con SF 0,9%. 
6. Evitar tirar del apósito ya que podría afectar a la sutura o al tejido de cicatrización. 
7. Retirar el apósito doblando sobre sí mismo para no contaminar y desechar junto con los guantes 
no estériles en la bolsa de basura. 
8. Examinar y valorar la herida (color, dolor, inflamación, exudado). Nivel de Evidencia IV* 
(*) Ver problemas potenciales. 
9. Abrir el equipo de curas estéril. 
10. Abrir dos paquetes de gasas estériles y humedecer con SF las necesarias. Del mismo modo dejar 
preparadas otras impregnadas en clorhexidina 2%. 
11. Colocarse guantes estériles. 
12. Realizar el lavado de la herida con técnica estéril utilizando jeringa de 20 cc con aguja de 0,8 mm 
(21G) para irrigar con SF 0.9% de forma lenta y con flujo continuo desde el sitio más limpio al más 
contaminado. Grado de Recomendación B* 
13. Repetir la limpieza hasta que se eliminen los restos/exudado. 
14. Secar a toques, sin arrastrar, los bordes de la herida con gasas estériles desde el sitio más limpio al 
más contaminado. 
15. Pincelar con clorhexidina 2% que dejaremos secar 15-30 segundos antes de cubrir la herida con el 
apósito estéril. 
16. Si hay exudado colocar una capa de gasas dobladas sobre sí mismas encima de la herida y luego el 
apósito estéril. 
17. Separar y desechar los desechos, material utilizado y guantes estériles en la bolsa de basura. 
18. Realizar lavado las manos con agua y jabón o desinfectar con solución hidroalcohólica. 
Nivel de Evidencia I* 
19. En el caso de utilizar carro de curas, sacar el carro de la habitación para su limpieza, desinfección y 
reposición. De igual manera, no olvidar dejar la bandeja para su limpieza y desinfección. 
20. Informar al paciente y/o familiar de la evolución de la herida y recomendar la posible movilización 
según cada caso. 
21. Informar al médico responsable de la evolución de la herida, si no ha sido valorada previamente. 
22. Registrar los cuidados realizados. 
 
 
 
 
 
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REGISTRO 
Evolución y características de la herida: 
 Localización, tamaño, signos y síntomas de infección y evolución de la cicatriz. 
Incidencias surgidas durante el procedimiento. 
Necesidad de analgesia. 
Fecha, hora y enfermera responsable. 
 
 
BIBLIOGRAFÍA 
(1) Smith S, Duell D, Martin B. Cuidado de la herida y apósitos. En: Smith S, Duell D, 
Martin B. Técnicas de enfermería clínica. De las técnicas básicas a las avanzadas. 7ª 
ed. Madrid: Pearson Educación; 2009. p. 874-914. 
(2) Best Practice: Soluciones, técnicas y presión para la limpieza de heridas. 2006; 7(1): 1-
7. 
(3) Joanna Briggs Institute. Solutions, techniques and pressure in the cleansing: a 
systematic review. JBI Reports 2004; 10(2): 1-4. 
(4) Cobo F, Frades de la Viuda M, Martín B, Guisado R, Vázquez I, García C, Teso S, 
Quintero del Toro M. Cura de heridas quirúrgicas y retirada de suturas. Manual de 
Protocolos y Procedimientos de Enfermería. Hospital Universitario Reina Sofía. 2009: 
165-166. 
(5) Cuidado de las Heridas. Hospital General Universitario Gregorio Marañón. 2012: 1-8. 
(6) Cura de Heridas. Manual de Procedimientos de Enfermería del Complejo Hospitalario 
de Navarra, 2011. 
(7) Guía metodológica para la elaboración de protocolos basados en la evidencia. 
Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud (2009). 
(8) Marzo M, Viana C. Calidad de la evidencia y grado de recomendación. Guías clínicas 
2007; 7 Supl 1: 6. 
 
 
 
PUESTA EN ORDEN 
Recoger, limpiar y ordenar el material utilizado. 
Introducir las pinzas de disección y las pinzas de Köcher utilizadas en solución 
desinfectante. 
Lavar, desinfectar y secar el carro de curas/bandeja. 
 
*Niveles de Evidencia propuestos por la Agency for Healthcare Research and Quality (AHRQ). 
*Grados de Recomendación propuestos por el Instituto Joanna Briggs (JBI). 
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DISCUSIÓN 
 
Los resultados recogidos por el estudio EPINE-EPPS (2012), reflejan uno de los datos más 
relevantes en el análisis del problema que en este trabajo se propone. El hecho de que la 
infección nosocomial relacionada con la infección de la herida quirúrgica haya mostrado 
un aumento en los últimos años y llegue a situarse

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