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La edad clásica de la televisión.
Barbier – Bertho Lavenir.
La maduración técnica de la televisión durante el período de entreguerras es lenta y es
sólo en los años 1950 que emerge como nuevo medio de masas. Su tecnología
aprovecha la aceleración de las investigaciones ligadas a las operaciones militares. En
primer lugar se desarrolla como un espectáculo familiar nocturno que tiende a competir
y a reemplazar la radio en sus formas de uso hasta comienzo de 1980.
Reproduce los dos principales modelos desarrollados por la radio antes de la guerra: 1)
Estados Unidos en grandes redes privadas financiadas por publicidad; y 2) Europa,
televisiones públicas, controladas por los gobiernos y que buscan la síntesis entre
cultura culta y cultura popular. Estos modelos se desarrollan hasta 1980.
Lenta maduración técnica.
En la primera mitad del siglo XX, ningún procedimiento electromecánico se revela
capaz de tratar de modo rápido la cantidad de información necesaria para la transmisión
de una imagen animada. Hay que esperar hasta que la tecnología de los tubos
electrónicos esté desarrollada para que pueda ser adaptada al análisis de la imagen.
Como había ocurrido con las técnicas de la radio, cada país sigue su propia vía
alrededor de uno o varios inventores, para disponer de técnicas nacionales.
La guerra cambia enteramente los datos del problema. El acontecimiento decisivo es el
dominio de las técnicas de transmisión por ondas ultracortas (haces hertzianos).
Obligados a mantener comunicaciones con los ejércitos repartidos por el mundo entero
en frentes muy alejados, las fuerzas americanas desarrollan sistemas de haces hertzianos
muy eficientes. La reconversión de ese potencial industrial se plantea al fin de la guerra.
Es necesario instaurar una norma común para que los industriales puedan intervenir con
una seguridad razonable y para que los compradores tengan certeza de poder recibir los
programas. Imponer una norma es favorecer a un industrial. En Estados Unido se desata
una lucha entre las grandes networks de radio para hacer adoptar su procedimiento. En
1941 un comité de técnicos, el National Television System Committee (NTSC) se
decide por un estándar de 525 líneas.
En Europa, la elección de las normas toma la doble dimensión de compromiso entre
compañías y de protección de la industria nacional, e incluso de protección del espacio
público de información en cada país. Es así que se configuran en varias ocasiones
sistemas de normas incompatibles. Finalmente, todos los países europeos se alinearán
en las 625 líneas al comienzo de los años 1960.
Los países protegen también sus modelos culturales y sus opiniones públicas. Así se
configuran dos modelos.
América: un nuevo espacio público.
De la tecnología de la radio a la de la televisión.
Son las redes de radio (ABC, CBS, NBC, RKO y Capital City Communication) las que
desarrollan la televisión en los Estados Unidos. La estructura fundamental en red es
adaptada a las condiciones técnicas de la televisión. Éstas instalan un sistema de
aprovisionamiento de programas en las estaciones afiliadas. Las características de la
producción de programas para la televisión obligan a los profesionales de la radio a
apelar al conocimiento técnico de los hombres del cine y a revelar las estructuras de
producción.
Deciden construir sus propios estudios, en Hollywood, para aprovechar la presencia de
profesionales de la imagen, pero con dispositivos propios de la tradición de la radio. La
producción también debe ser reorganizada. Son las agencias de publicidad las que
producen las emisiones de radio. A comienzos de 1950 se revela que la producción de
las emisiones de televisión es muy cara para las agencias de publicidad. Las redes
toman directamente en sus manos lo esencial de la producción. Lo que la compañía
desea, a partir de ahora, son shows comerciales que puedan ser puestos directamente en
el aire y luego vendidos a los anunciantes.
Los procedimientos de medición de la audiencia.
La televisión retoma los procedimientos de evaluación previa de los programas por las
audiencias que han sido experimentados para la radio. Nielsen realiza sus primeros
estudios de audiencia de televisión en 1950. Pero este sistema no puede precisar por
quién está siendo mirado el televisor. En las décadas siguientes, Nielsen introduce
perfeccionamientos cualitativos y cuantitativos en el seno de su Television Index
Service. Las redes y los anunciadores buscan ante todo conocer los comportamientos de
los telespectadores de gran poder adquisitivo y adultos. Los ancianos y adolescentes no
han sido descubiertos como blancos interesantes.
Relaciones dialécticas con el gran público.
Entre 1950 y 1960 la televisión se convierte en un medio de masas en los Estados
Unidos. Es también un negocio rentable. Esta televisión “para el gran público” busca la
máxima audiencia, por razones que hacen a sus equilibrios económicos, y sobre todo su
financiamiento por la publicidad de productos de gran difusión. No se trata de seguir los
sondeos sino de mantener una relación compleja con un público que se trata de conocer,
seducir, convencer.
Para conseguir fidelidad de sus audiencias la tv asocia los ingresos de las series de la
radio de preguerra y el star system del cine. Los entretenimientos forman otro punto
fuerte de la tv de los años sesenta. Los contemporáneos miden la extraordinaria
capacidad de los entretenimientos para movilizar la opinión y el hecho de que, bajo
apariencias lúdicas y banales, son los valores y representaciones que comparte la nación
los que son puestos en escena.
El nuevo medio se ha convertido en el lugar donde se teje el lazo social y donde se
expresan tanto los valores como las tensiones de la sociedad. La tv americana se
muestra capaz de reflejar y organizar una gran parte de las fuertes tensiones que
desgarran a la América de los años ’50 y ’60: macartismo, guerra de Vietnam, el
surgimiento de la “contracultura”. Los problemas no son tratados solo en las emisiones
políticas, el espacio de representación y discusión abierta por los programas no es un
espacio neutral. Es administrado por una empresa atenta a conservar todo el tiempo la
mayor cantidad de espectadores posibles.
La televisión se ha convertido en un elemento central del espacio público. Es el lugar
donde se forma la opinión pero también es un espacio frágil, porque está sometido a
restricciones comerciales que hacen que tolere mal la ausencia de consenso. El juego de
estos intereses contradictorios da al conjunto del sistema una importante capacidad de
renovación. Por la dictadura de las mediciones de audiencia la tv tiende a uniformar la
oferta y estandarizar los productos culturales. Pero al acecho de los cambios de gusto
ese mismo sistema renueva permanentemente sus contenidos.
Europa: modelo nacional y popular.
La construcción de los modelos nacionales.
En un primer momento prácticamente todos los países de Europa adoptan para el nuevo
medio un modelo estatal que se acerca al de las radios públicas de la preguerra. La
penetración de la tv es mucho más lenta que en Estados Unidos, aun cuando Inglaterra
ocupa un lugar de pionera. Cuando en Estados Unidos varias cadenas se disputan a los
telespectadores, en Europa la oferta sigue siendo durante mucho tiempo limitada a una.
En 1977 se sitúa un punto de inflexión, la mayor parte de los matrimonios están
equipados y las compras son de renovación a televisores de color. Los países
urbanizados, donde existe una población obrera antiguamente socializada (RFA,
Inglaterra) se dotaron de aparatos receptores más rápidamente que los países con fuerte
población rural (Italia, España, Francia). Los grupos socioprofesionales más
acomodados fueron los primeros en comprar sus televisores al comienzo de los años
1950, pero inmediatamente después la demanda vino de los medios obreros y rurales.
Desde el comienzo la televisión tendrá programas para un público popular y nacional.
En Francia, la televisión de la época de De Gaulle.
La tv francesa ilustra loque puede ser la construcción de un modelo diferente al de la
televisión comercial. El equipamiento del país es acelerado a pedido del general De
Gaulle, que ve en ello un formidable instrumento de comunicación política con el país.
La fabricación de programas y la gestión de la programación están aseguradas, hasta
1968, por un organismo del Estado llamado Oficina de la Radiodifusión Televisión
Francesa (ORTF). El financiamiento está asegurado por una tasa sobre los aparatos y,
hasta 1968, no hay oficialmente publicidad ni estimulo para la implementación de un
sistema eficaz de medición de audiencia. La tv francesa de los años ’60 es una tv de
oferta. Esta relativa independencia frente a los espectadores deja a los responsables de la
tv pública una gran libertad para construir una oferta de programas.
Las posibilidades técnicas son, durante los primeros diez años, muy pobres e imponen
restricciones muy fuertes a la creación. Todas estas limitaciones producen un “estilo” de
tv bastante solemne, estereotipado, que corresponde a los valores de una Francia todavía
bastante tradicional.
La televisión francesa de los años 1960 es una televisión de “citas”. La noción de
programación aparece en 1962-1963: con el folletín al comienzo de la noche, el
encuentro informativo nacional y los programas nocturnos de entretenimiento. Las
emisiones cubren poco a poco la tarde comenzando cada vez más temprano. La
programación orienta las emisiones teniendo en cuenta a los públicos y organizando el
tiempo.
En los años ’60 aparecen las grandes emisiones culturales de prestigio convirtiéndose en
objetos audiovisuales muy particulares. Temas tomados del a literatura clásica francesa
y del gran repertorio de la cultura francesa legítima y escolar, son regularmente
traducidos para la tv en realizaciones de prestigio. Lo que permite ese tipo de emisión es
una alianza entre los altos funcionarios gaullistas que controlan la tv y un grupo de
realizadores venidos del medio cinematográfico y motivados por una visión militante de
la cultura popular. Estos cineastas provienen de la gran escuela del cine nacional y están
cercanos al Partido Comunista.
Una política de producción como esta solo es posible en un sistema socioeconómico
particular: el costo de transmisión sobre todo el territorio y consideraciones políticas
(todos los habitantes deben ser tratados igual), implican que no haya más que una
cadena controlada por el Estado. Sus resultados no son medidos por mediciones de
audiencia sino por comentarios de la prensa.
La tv de los años ’60 desarrolla además, géneros populares inspirados en las recetas de
la radio de la preguerra y que están cerca de las formas sociales de un país todavía
ampliamente rural.
La tv mantiene un discurso de autoridad, bien recibido y aceptado en tanto que se
inscriba en los límites éticos y culturales que tienen consenso. Es el tratamiento de las
informaciones el que sacude este modelo. En 1960 las informaciones televisadas son
directamente tomadas de los informativos de la radio. Es difícil obtener imágenes de los
acontecimientos: las cámaras portátiles no existen.
Las informaciones televisadas ofrecen mucho lugar al comentario pero están totalmente
controladas por el gobierno. Este modelo clásico no da pruebas de una gran flexibilidad.
Carece de los resortes necesarios para transformarse y adaptarse. Va a ser puesto en
cuestión entre 1968 y 1980. Cambio técnico, evoluciones políticas y modificaciones
reglamentarias se conjugan para transformar las formas de la televisión.
La televisión ¿un medio fascinante?
La transformación del modelo clásico de la televisión comienza en Estados Unidos
después de 1975. Se asiste al aumento de las redes de distribución de imágenes de video
y a la creación de canales de transmisión por satélite. Pero son esencialmente decisiones
reglamentarias las que permiten que se desarrollen las nuevas formas de tv.
El cable contra las networks americanas.
Hasta 1975 las redes de cables americanas soportan una reglamentación restrictiva que
favorece a las redes de radiodifusión. La industria de la televisión estableció un sistema
de comercialización análogo al que había favorecido al cine en los años ’30, basado en
la difusión en red y un mercado de ocasión y trueque complicado para las televisiones
independientes.
En 1975 las condiciones cambian. El nivel de equipamiento doméstico ha evolucionado.
El avance hacia las redes de cable está ligado a las transformaciones de la
reglamentación que hacen emerger nuevos mercados para los productos clásicos de la
industria audiovisual que permiten, por ejemplo, el reciclaje de producciones del cine.
Entre 1970 y 1974 un conjunto de textos determinan un marco jurídico más favorable
para la tv por cable. La negociación consagra el lugar de los operadores de redes de
cable en el mundo audiovisual. Una nueva institución creada en 1970 por la
administración Nixon controla el sector.
La administración Nixon, considerando que la televisión está en manos de los
demócratas en el asunto de Watergate, va a favorecer el cable. La tendencia, de todos
modos, avanza en la desreglamentación en el seno de la administración americana. El
peso de las ciudades en la libranza de las autorizaciones disminuye, y los operadores de
cable gozan en delante de una casi seguridad de renovación. A final del año 1980, las
redes de cable se han convertido en un actor esencial de la industria audiovisual en
EEUU.
El cable se ha transformado en uno de los pilares de una nueva industria de lo
audiovisual, caracterizada por su integración vertical. Las sociedades que instalan redes
de cables pertenecen a grupos que trabajan en todas las tecnologías de la comunicación:
haces hertzianos, satélites, video.
La desestabilización de los modelos europeos.
En Europa se asiste entre 1975 y 1989 a una multiplicación de canales de televisión
privados que comienzan a competir realmente con los canales públicos instalados. Esta
proliferación está ligada al mismo cambio técnico que en los EEUU: la instalación de
redes de cable de difusión de imágenes a ciertas zonas, especialmente urbanas, y la
posibilidad de difundir programas por satélite.
La multiplicación de cadenas privadas se produce según una lógica política y comercial.
Las formas de control político de la información televisada son cada vez peor soportada
por la opinión pública a fines de los ’60. Por otra parte las agencias de publicidad
adquieren un lugar importante en donde se recurre cada vez más a sus servicios. Éstas
ejercen una presión fuerte sobre los poderes públicos para que sea liberado el sector.
El rol del Estado y del servicio público se ve deslegitimado y su imagen se vuelve
arcaica. La intervención de la empresa en el dominio cultural adquiere, a la inversa, una
nueva legitimidad. Los gobernantes y la resistencia sindical que contienen la presión
para convertir la tv en mercado, son vencidas cuanto los cambios son presentados como
la consecuencia de una evolución técnica inevitable y “natural” a la que ninguna opción
política está en condiciones de oponerse.
Sin embargo no hay ningún determinismo tecnológico. Cada país negocia su propio
modelo en función de sus equilibrios políticos y culturales. Se ve una tendencia
uniforme hacia la multiplicación de canales comerciales según el modelo americano.
Los canales públicos se transforman bajo la presión de la competencia y se asiste hacia
una tv de flujos, con una organización menos rígida del contenido.
La política del cable en Inglaterra o la dificultad de crear un buen mercado.
En 1954 el gobierno conservador autoriza a emitir una red de estaciones locales
financiadas por la publicidad llamada ITV (Independent Television); sin embargo la
BBC ocupa lo esencial del paisaje audiovisual. Tras la vuelta al poder del gobierno
conservador en 1980 la organización de la tv se caracteriza por una política voluntarista
de los poderes públicos que quieren hacer emerger polos de tv privada, abrir el mercado
a la publicidad y crear produccionesindependientes.
La ley sobre audiovisual de 1981 reorganiza el mercado alrededor de las redes de
videotransmisión. La autoridad de tutela es una nueva institución, la Indpenden
Broadcasting Authority (IBA) que construye y mantiene emisoras y repetidoras que
alimentan las redes de cable.
Pero en la práctica, las redes de cable no representan un mercado lo suficientemente
atractivo como para hacer emerger potentes polos de tv privada. La dinámica de la tv
privada inglesa se encuentra en el desarrollo del satélite y no del cable, y sus actores
principales son los magnates de la prensa y del negocio editorial. El desarrollo de los
nuevos medios pasa ahora por la constitución de grandes grupos que buscan sinergias
entre producción y difusión en mercados internacionalizados.
Alemania, un cambio tardío y controlado.
Los intereses de los operadores privados convergen alrededor de la nueva oferta política
y tecnológica, y las televisiones públicas reaccionan rápidamente. La prensa alemana
está en el corazón de esta transformación. La tv privada alemana hace su aparición en
1984 en las redes de cable, aunque la difusión por satélite interviene enseguida.
La tv alemana a comienzos de 1980 está todavía organizada según el modelo que los
americanos impusieron al terminar la guerra. Para evitar la reaparición de un
instrumento de propaganda centralizado, el sistema de tv pública es controlado al nivel
de los estados provinciales y no del gobierno. Las decisiones fundamentales de la
organización de la tv deben ser tomadas por el Tribunal constitucional que autoriza la tv
privada. La evolución del Tribunal está ligada a la presión de los partidos conservadores
que, estando en la oposición, creen que la televisión pública es desfavorable y piensan
que el pluralismo estará mejor garantizado por los canales privados.
La red de cable parece ofrecer la ocasión técnica de proceder a esas transformaciones.
Eligió una tecnología simple y rápida de instalar además de cubrir grandes centros
urbanos. En suma, la disponibilidad de satélites de difusión deja entrever una audiencia
potencial importante. Los grandes grupos de prensa alemanes proponen proveer los
programas además de aliarse con el puñado de sociedades europeas especializadas en
los contenidos televisivos.
La creación de estos canales privados obliga a los canales públicos a transformar su
propia oferta a través de dos estrategias: 1) Elaborar nueva oferta apoyándose en las
nuevas tecnologías y 2) Transformar su contenido aprovechando su competencia
profesional y multiplicando las reservas de películas y de eventos deportivos. Se desata
una “guerra por el fútbol” en donde finalmente las grandes cadenas retransmiten, por
turno, los eventos centrales del torneo alemán. Los programas culturales y de
información de canales públicos sufren caída de audiencia pero toman conciencia de su
capacidad de crear ficciones acordes con la sensibilidad del país. En los períodos de
crisis ellos gozan de mayor credibilidad que sus competidores. Estos últimos por lo
tanto evolucionan hacia un formato más cercano al de los canales clásicos.
Las revoluciones de la televisión alemana.
Italia juega un rol pionero en la desregulación de la tv en Europa desde 1970. La
política italiana de liberalización salvaje de la televisión permite hacer emerger un polo
capitalista extremadamente poderoso, capaz de intervenir fuera de las fronteras. En
1969, la crisis política que entraña la impugnación del monopolio de la RAI, desemboca
en un doble fenómeno: 1) Los partidos políticos proceden al reparto de la influencia
política en el seno de los canales públicos. Oficializado en 1975, este sistema atribuye a
la democracia cristiana el primer canal y a la izquierda el segundo. 2) En el vacío
jurídico proliferan, entre 1980 y 1985, pequeñas emisoras de televisión que son
progresivamente reunidas, por procesos de fusión y absorción, en las manos del grupo
Berlusconi (Finivest). Este grupo con sede en Milán está dividido en dos sectores:
medios y actividad financiera, y está fuertemente integrado de manera vertical.
De manera simbólica, el centro de gravedad de la industria de la televisión se desplaza
de Roma –frágil capital del Estado- a Milán, sede de la Finivest y capital industrial y
financiera del país. Berlusconi construye los programas de sus canales en un registro
puramente comercial, y la tv italiana es la primera en observar las transformaciones del
estilo de tv que engendran los procesos de privatización: la llamada neo-televisión.
El estilo de la neo-televisión.
Las transformaciones de la tv de los años 80 se definen como el pasaje de un modelo
fuertemente organizado y preciso a un modelo mucho más fluido, a veces caótico. El
primer modelo se definía alrededor de tres grandes funciones: distraer, informar y
educar, claramente distinguidos. El segundo modelo parece organizado, al contrario,
como un flujo comunicativo. Este reagrupamiento de ofertas diversas está en el origen
de nuevos tipos de comportamiento del consumidor.
La noción de programación se diluye ante la noción de flujo. La oferta de programas
está compuesta de proposiciones diversificadas ante las cuales el consumidor es cada
vez más autónomo. La relación implícita entre “oferentes” y espectadores se vuelve más
bidireccional y amistosa. El consumo televisivo es vivido como una práctica cotidiana,
sin comienzo ni fin.
La vida cotidiana en Europa se caracteriza en el curso de las últimas dos décadas por la
desaparición de los grandes ritos religiosos y políticos y por un nuevo valor otorgado a
los ritos relacionados con la sociabilidad. La nueva tv tiene en cuenta esto. Se ocupa
prioritariamente de reproducir los ritos de la vida cotidiana: se adopta el tono
conversacional, se apela a la aprobación del público a través de llamados, aumentan las
emisiones en directo. El presentador no está legitimado por ser competente sino porque
es semejante y por lo tanto capaz de volver creíble la puesta en escena de lo cotidiano.
Los cambios desordenados de la tv francesa.
La tv francesa sufre en el curso de los años 80 cambios importantes. Sus
transformaciones presentan un cierto parentesco con la evolución de la tv italiana hacia
el modelo comercial de la neo-televisión, pero las características específicas de la vida
pública francesa inducen una marcha particular hacia las formas nuevas de emisión y de
comunicación colectiva.
Los acontecimientos del mayo francés en 1968 volvieron a poner en cuestión el control
del gobierno sobre las informaciones y una primera reforma en 1974 “moderniza” la
ORTF. Pero la liberalización no está al orden del día. La llegada de un nuevo gobierno
de izquierda en 1981 cambia la situación alrededor de apuestas ideológicas complejas.
El nuevo presidente prometió la liberalización de la tv y propone llevarla adelante
permitiendo los canales privados. La fracción más izquierdista mira con desconfianza
los nuevos medios y ve una amenaza en ello contra la identidad cultural del país.
1981: Las contradicciones del plan cable.
Francia emprende entonces un programa original de cableado en fibras ópticas. Un
cuerpo de ingenieros de telecomunicaciones sostiene el desarrollo de redes de fibras
ópticas concebidas en el laboratorio público del Centro Nacional de Estudios de
Telecomunicaciones. El objetivo es desarrollar un control nacional de las tecnologías
más avanzadas y permitir que la industria francesa se beneficie, instalando redes
incapaces de desarrollar una cultura audiovisual comercial.
Sin embargo, la arquitectura jurídica que enmarca las redes locales es muy compleja y
tiene como efecto enfrentar a los diferentes socios. Las colectividades locales tienen el
control de las sociedades de programación, pero no disponen de ninguna competencia
profesional. Impaciente por ofrecer a los franceses los que les había sido prometido, el
gobierno concede en 1983 un derecho de emisión a un canal paga por abono (Canal +).
Mientras tanto, la Dirección de Telecomunicaciones intenta transformar elprograma y
sustituir la opción costosa de fibras ópticas por opción clásica del cable coaxil. El
mercado de transporte de datos se revela decepcionante, pero la instalación de nuevos
canales privados hace aparecer una nueva demanda de transporte de imágenes hacia las
repetidoras locales de la red hertziana tradicional. Todos estos desarrollos se producen
sin el soporte técnico de las redes de cables, cuya tasa de penetración sigue siendo muy
débil y que constituye un enorme problema financiero.
Entretanto, las cadenas transmitidas por satélite sobre Europa se han multiplicado. La
potencia de emisión de los satélites ha aumentado y los particulares que no pertenecen a
la zona cableada o que prefieren recepción directa, pueden recibir imágenes sin
intermediario gracias a pequeñas antenas parabólicas disponibles en el comercio.
El contenido de la nueva televisión francesa.
El contenido de los programas y la forma de las emisiones evolucionan. La innovación
más decisiva es la aparición de canales temáticos para los jóvenes, deportes, música,
cine, series. Uno de los obstáculos para estos canales es el obstáculo de la lengua y
culturas nacionales que sigue siendo importante. Los europeos no miran con gusto un
canal extranjero. Por lo tanto, los canales no especializados continúan dominando el
mercado, y hay una evolución hacia 1990 hacia una oferta más diversificada de
programas.
Los canales franceses evolución, como en Italia, de una televisión de encuentros a una
televisión de flujos. En el curso de los años 1980, se comienzan a producir debates
sobre los efectos sociales de la tv y sobre sus características en tanto medio. El análisis
de los efectos sociales de este consumo de masas (que no decae hasta 1994) se
construye en un primer momento por las preocupaciones de las elites culturales. Estas
retoman la problemática de los trabajos llevados a cabo en EEUU, donde existe un
interés por los efectos de los programas sobre los modelos sociales y la formación de
opinión. Pero coinciden en Europa con otra tradición: la crítica de la cultura popular.
Una de las principales conclusiones es que hay siempre malas y buenas elecciones, pero
se tiene más confianza ahora en que el espectador haga las buenas.
Desde hace algún tiempo el análisis de los “efectos” de la televisión se ha venido
complementando por estudios sobre las prácticas sociales y culturales propias del nuevo
medio. Barbier analiza tres temas:
1) El modelo del descanso:
Una de las primeras enseñanzas de las transformaciones de la década de 1980 es la
confirmación del anclaje perdurable de la tv en las prácticas vinculadas al reposo y a la
distracción. Este anclaje en el tiempo de descanso explica el éxito de series, deportes, y
entretenimientos y el fracaso de emisiones dedicadas al mundo del trabajo o de la
televisión escolar o “científico popular”.
2) Los reality shows o la televisión-espejo:
A comienzo de la década de 1990 se produce la emergencia de los reality shows en
canales públicos y comerciales. Esto se vincula con la mezcla de géneros antes
separados: lo público y lo privado, lo político y lo personal, lo importante y lo
intrascendente se confundieron en las nuevas emisiones.
El ascenso de los reality shows ilustra y simboliza esta evolución: los héroes de estas
emisiones son personajes comunes y corrientes, ponen en escena su historia privada, se
alienta la participación de otros espectadores. La aparición de este tipo de emisiones se
explica por la emergencia de nuevas formas de vida colectiva y por las transformaciones
internas de la programación televisiva. La tv se vuelve un medio de participación en el
que toda competencia de los realizadores y programadores está puesta al servicio de
retener la atención del espectador.
Las formas de la vida pública también evolucionan. Ante los problemas de
comportamiento y de relaciones individuales, las instituciones tradicionales dejan de
construir referencias estables universalmente aceptadas. La tv se convierte en un lugar
donde los individuos pueden aprender cómo comportarse, a partir de situaciones vividas
y discutidas colectivamente.
3) La información-espectáculo:
Las emisiones destinadas a la información también sufren transformaciones. Las fuentes
de ese cambio son en primer lugar técnicas: las cámaras ligeras se generalizan y
permiten rodar rápido y a precio módico. El sitio de las imágenes en los noticieros se
vuelve más numeroso y banal. Las emisiones de información de los años 1960 tenían un
tratamiento de la imagen que se caracterizaba por su realismo y modo de enunciar
(medio, situación y acción dependiente uno de otros). Las “nuevas” imágenes del
noticiero televisivo están menos ancladas en una situación particular, se inscriben en
una marea de imágenes tan amplia que la referencia de cada una a un acontecimiento
preciso se vuelve más equívoco.
Se va produciendo un desplazamiento insensible desde el control de la información
hacia su puesta en escena, y desde ésta hacia la transformación de la realidad para que
ella se adapte a las exigencias con el medio. Ej: en la Guerra del Golfo, las fuerzas
militares “aliadas” hacían todo para construir una representación del conflicto aceptable
para su opinión y especialmente una guerra altamente técnica y despojada de víctimas.
La tv no se contenta con representar falsamente la realidad sino que contribuye a
transformarla. La tv se convierte en un medio suficientemente hegemónico para que
aquello de lo que ella no habla no tenga existencia a los ojos de la opinión general. El
resultado es que para adquirir visibilidad, los actores de la vida política, social o
internacional, transforma su actividad de modo que tenga sentido en el sistema de
información. Por ejemplo, el Estado se encarga de producir acontecimientos fáciles de
comunicar.
También se asiste a la fabricación de imágenes contundentes capaces de mostrar
inmediatamente lo esencial. El tiempo breve de la información y la marea de
sentimientos desencadenados por la imagen excluyen el análisis y el retorno de lo
político.

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