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Barbier – De Diderot a Internet El modelo cultural de las Luces, que triunfa a mediados del siglo XVIII, ha impuesto un proyecto intelectual que combina la investigación sistemática de la racionalidad, la secularización del conocimiento y una visión de este como objetivo, y establecido por el trabajo de la razón humana, determina las condiciones para un progreso que es posible. en contrposición, los hechos de creencia y opinión escapan de las categorías del nuevo juicio científico. La evolución de los textos, de las lecturas y de las prácticas que se organizan alrededor de esta reverlan un proceso general de apertura, acompañado por un crecimiento de periódicos y asociaciones de lectura que demuestra una nueva demanda. Sin embargo, los procesos de aculturación y de apropiación de generalizan, de donde resulta una problemática que las Luces serán incapaces de resolver, y el desencadenamiento de otro proceso que es de las nacionalizaciones, junto a las revoluciones políticas lleva a una crisis del sistema. La editorial tradicional El Antiguo Régimen tipográfico pone el acento sobre la continuidad de un sistema económinoc y cultural de lo impreso que se extendería desde Gutemberg hasta principios del siglio XIX. La lógica de este Régimen tiene tres elementos principales: *un mercado cerrado: hay una expansión limitada debido a un mercado económicamente cerrado y la imposibilidad de dominar espacios más amplios. Esto conduce a que los profesionales combinaran las actividades (eran editores, libreros, imprenteros a la vez). Las prácticas editoriales privilegiaban los procedimientos que no exigían capitales: los manuscritos raramente eran objetos de transacciones financieras y la cesión de títulos se solía hacer mediante el trueque. *una lógica corporativa: los imprenteros, editores de fondo o libreros mayoristas se organizaban en corporaciones que, a cambio de su trabajo, y de la autocensura que ellas ejercían sobre el sector, eran beneficiarias de un privilegrio de exclusividad por parte de las autoridades. Censura y privilegios eran los rasgos que caracterizaban la lógica de la actividad editorial, a los que estaba comprometido el poder monárquico con la afirmación de un sistema cultura que giraba en torno a la persona de Luis XIV. *lectura y distinción: la mayor parte del público lector pertenece a los microambientes ilustrados, cuyos miembros solían estar muy alejados entre sí. Aún cuando una mayor parte de la población estaba alfabetizada, el acceso a los libros era muy difícil. La apertura intelectual se da en un franja de profesionales, son los mismos personajes que una generación más tarde intentarán promover el modelo cultural de las Luces. Son las ciudades, principalmente París, el espacio privilegiado donde se desarrolla la aculturación, pues hay abundancia de materiales escritos y una gran población de intermediarios culturales. El libro y las Luces:
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