Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
Barbero – De las masas a la masa Inversión de sentido y sentidos de la inversión Hay un proceso de enculturación de las clases populares al capitalismo a mediados del siglo XIX, provocado por el desplazamiento de la legitimidad burguesa desde arriba hacia adentro, el paso de los dispositivos de sumisón al consenso. Provoca la disolución del sistema tradicional de diferencias sociales, la constitución de las masas en clase y el surgimiento de una nueva cultura de masa. La presencia social de las masas es un hecho político. Es la revolución haciendo del Estado un asunto general, liberando lo político y constituyéndolo en esfera de la comunidad, la esfera de los asuntos del pueblo. Posibilita la entrada de capas sociales no burguesas, de la mada de no proletarios en la esfera pública, por ello se transforma el sentido que la burguesía liberal le había dado a lo público al desprivatizarlo radicalmente. Separación entre Estado y sociedad. Entre ambas surge una esfera social repolitizada que borra la diferencia entre lo público y lo privado. El vacío abierto por la desintegración de lo público será ocupado por la integración que produce lo masivo, la cultura de masas. Una cultura que en vez de ser el lugar donde se marcan las diferencias sociales pasa a ser el lugar donde esas diferencias se encubren, son negadas. Es el elemento constitutivo del nuevo modo de funcionamiento de la hegemonía burguesa como parte integral de la ideología dominante y de la conciencia popular. Masa designa el modo como las clases populares viven las nuevas condiciones de existencia, tanto en lo que ellas tienen de opresión como en lo que las nuevas relaciones contienen de demanda y aspiraciones de democratización social. En el momento en que la cultura popular tendía a convertirse en cultura de clase, será esa misma cultura la que minada desde dentro y tranformada en cultura de masas. Al transformarse las masas en clase, la cultura cambia de oficio y se convierte en espacio estratégico de la hegemonía pasando a mediar, cubrir diferencias y reconciliar gustos. Los dispositivos de massmediación se hallan ligados a los movimientos en la legitimidad que articula la cultura: una socialidad que realiza la abstracción de la forma mercantil en la materialidad tecno-lógica de la fábrica, periódico y una mediación que cubre el conflicto entre las clases produciendo su resolución en el imaginario, asegudando consentimiento activo de los dominados. Memoria narrativa e industria cultural La incorporación de clases populares a la cultura hegemónica: a mediados del siglo XIX la demanda popular y desarrollo tecnológico de la impresión hace de los relatos el espacio de despegue de la producción masiva, con la prensa en 1830. Nace el folletín, tipo de texto escrito en formato popular de masa. Conforma un espacio para estudiar la emergencia de un medio de comunicación dirigido a las masas y un nuevo modo de comunicación entre las clases. En los años sesenta existieron dos posiciones frente al folletín. Una desde la literatura e ideología que lo ve como un fracaso literario y éxito de la ideología reaccionaria. Y otra que sigue la propuesta de Gramsci, se lo plantea como un estudio de la historia de la cultura y no se la historia literaria. Plantear el folletín como hecho cultural es romper con el mito de la escritura para abrir la historia a la pluralidad y heterogeneidad de la experiencias literarias. Una literatura sin escritura o una novela no literaria. Las clases populares acceden a la literatura mediante una operación comercial que escinde el acto mismo de escribir y desplaza la figuera del escritor hacia la del periodista. La aparición del medio Folletín: sótano de la primera página, de “variedades” como críticas literarias o teatrales, con anuncios y recetas de cocina. Fue decisiva la conversión del diario en una empresa comercial. Dos diarios de París “La Presse” y “ Le Siècle” a introducir modificaciones como anuncios por palabras y publicar relatos escritos por novelistas de moda, que poco después ocupan todo el espacio del folletín. Reorientando el diario hacia el “gran público”, abaratan costos. La competencia del periódico se ve marcada por la aparición de la novela-folletín. Entre sus temáticas predomina primero el romanticismo social, luego la aventura y la intriga y finalmente el folletín entra en decadencia e ideológicamente asume una posición reaccionaria. El folletín acompañó el movimiento d la sociedad. Dispositivos de enunciación Se da una inclusión en el espacio de procesos y prácticas de comunicación, que permitió situar lo literario en el espacio de la cultura. La enunciación particular del folletín es que no tiene estructura cerrada de libro, sino abierta de periódico, e implica un modo de escribir marcado por la exterioridad de la periodicidad y la presión salarial, que remite a un modo de lectura que rompe el aislamiento y la distancia del escritor y lo sitúa en un espacio de interpelación con los lectores Las condiciones de producción-edición La fórmula del folletín fue pensada por empresarios. Hubo además condiciones de producción que lo posibilitaron, creando una nueva forma de relación entre editor y autor. La relación asalariada peletra el ritmo y modo de escribir, exponiendo al autor, y se produce una mediación institucional con el mercado que rearticula la intencionalidad “artística” del escritor. Hubo autores que usaron “negros” o ayudantes para escribir folletines. Poco importaba el autor para el público, las personas figuraban que los repartidores eran los que escribían el folletín. En muchos casos el autor le dictaba al ayudante, el dictado revela todo lo oral que tiene el folletín. En España, la novela por entregas se pone de manifiesto la relación con la publicidad y modos de distribución de esta literatura. Junto con la introducción de rifas y regalos motivan la suscripción. Sus modos de adquisición se hallan por fuera de la librería, con la venta en la calle o repartidores, el folletín se inscribe en ese modo de circulación que pasa de lo popular a lo masivo, sin pasar por “lo culto”. Dialéctica escritura/lectura “Los misterios de París” de Sue, el proletariado los leyó como una descripción de su opresión. Recoge la visión de un “turista” pero en sus recorridos por los barrios bajos de la propia ciudad. A la redacción del Journal le llegan cartas que contienen rechazo por la novela, la consideran socialista, y otra de lectores populares que alientan su publicación. Los lectores comienzan a sugerir desenlaces y piden consejos para su propia vida. Hay una fusión de realidad y fantasía efectuada en el folletín, da la sensación de estar leyendo un relato de su propia vida. Sue cambia el sujeto “exterior” de su relato tomando a los obreros como su propio sujeto. Sus escritos harán reflexiones morales y políticas y propuestas de reformas. Cambios reformistas cargados de mistificaciones morales, leidas por las clases populares como una invitacion al cambio y una justificacion de levantamiento. Hay una lectura viva, que hace la gente desde su propia vida, desde los movimientos sociales en que la vida se ve envuelta. La dialéctica forma parte de los mecanismo con que se atrapa al público, pero ese mundo del lector se incorpora al proceso de escritura y penetra dejando sus huellas en el texto. Hay marcas que remiten al universo cultural de lo popular en la organización material del texto: los dispositivos de composición tipográfica, letra grande, clara y espaciada, para estos sectores leer supone una tensión mayor que pasa otros lectores más experimentados, no gozaban de condiciones de alumbrado. Era un lector inmerso en un universo de cultura oral. Además hay que tener en cuenta un sistea de dispositivos de fragmentación de lectura. Primero la fragmentación del relato en episodios. Luego aparecen una serie de fragmentaciones que pasan por el tamaño de la frase y del párrafo, hasta llegar a la divisiñon del episodio en partes, capítulos y subcapítulos, encabezados por títulos. El éxitodel folletín residió en la fragmentación del texto escrito que asumía los cortes que produce la lectura no especializada. Además el folletín resultaba accesible. Hay aparte dispositivos de seducción: la organización por episodios y la estructura abierta. La organización del relato en episodios trabaja sobre los registros de duración y suspense. Fue el sentimiento de duración el que permitió al lector popular pasar del cuento a la forma novela, tener tiempo para identificarse con los personajes y sus acciones. La estructura abierta, el hecho de escribir día a día, permeable a las reacciones de los lectores se inscribe en la confusión del retato con la vida, que permite la duración. El suspense logrado en base a que cada episodio contensa información para construir una unidad capaz de satisfacer mínimamente el interés y curiosidad del lector, pero de modo que la información abra la cantidad de interrogantes para querer leer el siguiente. También debe captar el interés del nuevo lector. Ya no tendrá un eje como la forma-novela, sino varios que lo mantienen como relato inestable, indefinible e interminable. Es un efecto de narración. El folletín hace de la literatura un lugar de narración popular, el “contar a”. Otro lugar es el de los dispositivos de reconocimiento, que producen la identidicación del mundo narrado con el mundo del lector popular. El lector es puesto frente a una realidad puede aceptar o modificar parcialmente pero que no puede rechazar. El folletín habla al pueblo del que habla, se mueve en el espacio de lo real-posible. Un doble relato trabaja en el folletín: uno, progresivo, que nos cuenta el avance de la obra justiciera de un héroe y otro, regresivo, que va reconstruyendo la historia de los personajes que aparecen a lo largo del relato. Otro mecanismo identificatorio le viene al folletín de la novela negra: la miseria de la mayoría y la maldad de la minoría. Dimensiones del enunciado El testimonio La voz del folletín es efectista, sentimental, moralista y reaccionaria. Expresa un submundo de terror urbano. Un mezcla de miedo resentimiento y vicio que responde a una contidianidad insufible: esa que le permite al escritor indagar hasta el límite de lo prohibido y estimula el interés del lector. Habla de lo popular-urbano. Toca temas como la miseria obrera, la prostitución y el prejuicio de caste que condena a mujeres, una pintura de la condición femenina. Hay moralismo pero ligazón de la reproducción sexual a las condiciones sexuales de vida. Aparece un proletariado sin conciencia de clase. La compensación Lo que haría más reaccionario el folletín es la imagen que construye del pueblo: todo lo que tiene sin tener nada, y se libra por no ser rico, la moraleja es que hay cosas más importantes que el dinero. Esta concepción se tiene sobre el folletín y se denuncia su “trampa populista”. La propuesta de Gramsci reconoce en el folletín una forma de encuentro intelectual con el pueblo, un embrión de lo nacional popular. Según Eco hay un ajuste entre escritura y lectura y entre estructura narrativa y mercado, que convierte a la novela popular en una cadena de montaje de gratificaciones, los hechos terminan por arreglarse según el gusto de los lectores. Hay un papel importante ejercido por la verosimilitud del relate en cuando acuerdo con el sistema de espectativas del público lector. En esas soluciones que el lector espera encuentran la tranquilidad, allí convergen la originalidad narrativa del folletín y el efecto de la ideología: una dinámica de pacificación-provocación. Formato y símbolo ¿En qué sentido es popular el folletín si ya es de masa? Lo es al menos en la medida en que configura una experiencia literaria accesible a la gente con el mínimo de experiencia verbal previa en cuanto lector. Popular podría significar la presencia de una matriz cultural a través de la “narración primitiva”, en que las formas narrativas aparecen fuertemente codificadas, producientose una ritualización de la acción. Una narración de perspectiva vertical que separa héroes de villanos, exigiendo al lector tomar partido. Continuidad y ruptura en la era de los medios Lo que sucede en la cultura cuando emergen las masas no es pensable sino en articulación a las readecuaciones de la hegemonía, que, desde el siglo XIX, hacen de la cultura un espacio estratégico en la reconciliación de las clases y reabsorción de las diferencias sociales. Se puede afirmar que las modalidades de comuniación que en ellos y con ellos aparecen fueron posibles en la medida en que la tecnología materializó cambios desde la vida social daban sentido a las nuevas relaciones y los nuevos usos. En EEUU medios logran gran desarrollo. No se puede hablar de cultura de masa sino cuando su producción toma la forma del mercado muncial, ello se hace posible cuando la economia norteamericana, articulando la libertad de información a la libertad de empresa y de comiercio se dio a sí misma una vocación imperial. Una sociedad con ausencia de aristocracia propició la primacía de a actividad industrial, y la ausencia de tradición, el gusto y el empeño por los experimientos e innovaciones. Más apego a costumbres que a leyes y fuerte adherencia a la familia como célula, en base de la religión y la riqueza. Luego de la primera Guerra Mundial comienza en EEUU la producción masiva, abre compuertas al consumo de masas, pero ellas estaban recientemente urbanizadas y tenían una tendencia primaria hacia el ahorro. Hubo que educar a las masas para el consumo. La mejor expresión de la manera como el consumo se hizo elemento de cultura se halla en el cambio radical que sufre la publicidad en esos años, transformó la comunicación en persuasión. Se dedica a informar los objetos dando forma a la demanda. La cultura de massmediación se forja en la tensión entre dos dinámicas: la de los intereses económicos de un capitalismo monopólico que se aprovecha de la débil y funcional presencia del Estado y la de una poderosa sociedad civil que defiente y amplía los límites de la libertad. En EEUU la prensa alcanzó una audiencia masiva, contribuyó la falta de una auténtica centralización estatal, abolición de impuestos (como los de Europa), el rol de la comunicación a todos los niveles en el proceso de construcción de la nacionalidad y una competencia comercial que estimuló la ruptura de reglas tradicionales de organización y confección del periódico. Convertida en producto, la noticia adquiere el derecho a penetrar cualquier esfera, ampliando la definición de lo público. La comercialización de la prensa lleva a la “caza de clientes”, es bajo la sumisión al capital donde se ha centrado la atención de los estudios sobre prensa amarilla. En la industria del comic norteamericano se ha puesto presión syndicates mediatizando el trabajo de los autores hasta estereotipar en grado los personajes, simplificar al extremo argumentos y abaratar trazos del dibujo: la narración es empobrecida. Es en el cine en donde se hace ostensible la universalidad de la gramatica de produccion de cultura masiva elaborada por los norteamericanos. Luego de la 1º Guerra se establece la supreacía norteameticana en el cine. El públic mayoritario del cine provenía de clases populares y en Norteamérica de ese tiempo, los inmigrantes. Había complicidad entre el cine y su público, que activó el star system. Había indistinción entre el autor y su personaje, que producía un nuevo tipo de mediación entre espectador y el mito. Tenía un espacio en la pantalla: el primer plano. La ideología se trocaba con la economía: era la identificación sentida y el deseo movilizado por la estrella lo que hacía la rentabilidad del film. La hegemonía se afianzaba en ese acceso de las masas al funcionamiento afectivo de la subjetividad burguesa. La identificación con el star fue el lugar de ese afianzamiento, pues allí se producía el trasvase de la fascinación onírica, en la sala de cine, a la idealización de unos valores y unos comportamientos fuera de la sala, en la vida cotidiana. El otro punto de anclaje dela industria cinematográfica en el “aparato” perceptico de las masas fueron los géneros, que se inventaron en Hollywood. Como se plantea con el folletín, el género no es sólo cualidad del relato, sino el mecanismo desde el que se produce el reconocimiento. Un género no es sólo un registro temático, un repertorio iconográfico, un código de acción y un campo de verosimilitud, suno un registro de competencia filmica y hasta una ocasión de especialización para las casas productoras.
Compartir