Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
784 Oncología ginecológica SECCIÓ N 4 Los cánceres en etapa II se extienden fuera del cuello uterino. Pueden invadir la parte superior de la vagina y los parametrios, pero no llegan a las paredes laterales de la pelvis. Los tumores en etapa IIA no tienen compromiso parametrial, pero se extienden a la vagina, hasta los dos tercios proximales de la misma. La etapa IIA se subdivide además en IIA1 para el tamaño del tumor ≤4 cm y IIA2 para el tamaño >4 cm. El cáncer en etapa IIB puede invadir la vagina en forma similar a la invasión del tejido parametrial. Tratamiento de los tumores en etapas IB a IIA. Estos cán- ceres pueden tratarse con cirugía o quimiorradiación (fig. 30-15). En un estudio prospectivo de tratamiento primario, 393 muje- res se asignaron al azar para someterse a histerectomía radical y linfadenectomía pélvica o para recibir radioterapia primaria. La supervivencia general a los cinco años y la supervivencia libre de enfermedad fueron estadísticamente equivalentes (83 y 74% para ambos tratamientos). Las pacientes sometidas a cirugía radi- cal seguida de radioterapia tuvieron una morbilidad más elevada (Landoni, 1997). Como la quimiorradiación y la cirugía son opciones viables, lo ideal es que en la decisión del tratamiento óptimo para cada mujer se consideren factores clínicos como estado menopáusico, edad, enfermedad médica concurrente, rasgos histológicos del tumor y diámetro cervical. Para los cánceres cervicouterinos en etapa IB1 y IIA1, la decisión terapéutica se deja a juicio del médico y prefe- rencia de la paciente. La estrategia general de los autores para las pacientes con cánceres cervicouterinos en etapas IB2 y II es la qui- mioterapia y radiación primarias, en forma similar al cáncer cervi- couterino en etapa avanzada. En general, la histerectomía radical para los tumores en estadios IB a IIA se elige para las mujeres premenopáusicas que desean conservar su función ovárica y para las mujeres que tienen inquietudes por una función sexual anormal después de la radioterapia. La edad y peso no son contraindicaciones para la intervención quirúrgica, aunque en general las mujeres mayores permanecen más tiempo en el hospital y las mujeres de mayor peso tienen tiem- pos quirúrgicos más prolongados, mayor pérdida sanguínea e índi- ces más altos de complicaciones de la herida quirúrgica. La cirugía está contraindicada en pacientes con cardiopatía o neumopatía grave. Traquelectomía radical. Esta técnica constituye una opción quirúrgica para conservar la fertilidad en ciertas mujeres jóvenes con cáncer cervicouterino y los estadios de cáncer que son adecua- dos para realizar una traquelectomía radical son similares a los de la histerectomía radical. Frente a la histerectomía radical, la tra- quelectomía radical se lleva a cabo con menos frecuencia. Hacia el año 2008, en la bibliografía se habían recolectado 990 casos (Shepherd, 2008). La traquelectomía radical por lo general se lleva a cabo por vía vaginal, como lo describió Dargent (2000) pero también existe una técnica abdominal (Abu-Rustum, 2006). La técnica abdomi- nal permite realizar una resección más grande de los parametrios y es la ideal para las pacientes con tumores grandes (>2 cm). Se abren los espacios paravesical y pararrectal. De manera similar a la histerectomía radical, los vasos uterinos se ligan en su origen. Los parametrios mediales a los vasos uterinos se resecan. Se realiza una uterólisis completa. De nuevo, se abre el tabique rectovagi- nal y se seccionan los ligamentos uterosacros. El tercio superior de la vagina se reseca. A continuación, se hace una incisión en el útero a nivel del orifi cio interno o ligeramente debajo del mismo con la fi nalidad de conservar 5 mm de endocérvix. En el margen endocervical restante, se obtiene una muestra delgada de tejido, llamada margen rasurado, que se envía para congelarla. En ausencia de cáncer en esta muestra, se coloca un cerclaje utilizando un hilo permanente y se anuda en la cara posterior. El útero se reconstruye hasta la vagina con puntos absorbibles. Después de la traquelectomía radical, la menstruación persiste y la mujer puede concebir en forma natural. Sin embargo, en algu- nos casos se forma una estenosis cervical, por lo que se requiere inseminación intrauterina o fertilización in vitro. Los embarazos a menudo se complican con aborto del segundo trimestre y la fre- cuencia de parto de pretérmino es mayor (Plante, 2005; Shepherd, 2008). Se recomienda una cesárea con incisión clásica. Etapas IB a IIA Las lesiones en etapa IB se definen como aquellas que se extienden más allá de los límites de la microinvasión, pero aún se limitan al cuello uterino. Esta etapa se subdivide en IB1 si el tumor mide 4 cm o menos, o IB2 si es mayor a 4 cm (fig. 30-14). FIGURA 30-14. Tomografía computarizada (CT) de carcinoma cervi- couterino en etapa IB2. (Imagen aportada por el Dr. John Schorge.) FIGURA 30-13. Pieza quirúrgica después de histerectomía radical. La pieza incluye el útero, anexos y parametrios (flechas). (Fotografía aportada por el Dr. John Schorge.) 30_Chapter_30_Hoffman_4R.indd 78430_Chapter_30_Hoffman_4R.indd 784 06/09/13 21:5306/09/13 21:53
Compartir