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GINECOLOGIA (877)

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856 Oncología ginecológica
SECCIÓ
N
 4
El tercer resultado genético posible pero más tranquilizador es 
el de “negativo”. Sin embargo, por el gran tamaño de los genes 
BRCA1 y BRCA2, se genera una tasa de resultados negativos falsos 
cercana a 10%.
PREVENCIÓN
 ■ Detección de cáncer ovárico
Además de la prueba genética, se han valorado otras estrategias 
de detección para el cáncer ovárico. Sin embargo, pese al enorme 
esfuerzo, no hay prueba de que la detección habitual con marcado-
res serológicos, ecografía o exploración pélvica disminuya la mor-
talidad (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2009; 
Morgan, 2011; Schorge, 2010a). Se han identifi cado cientos de 
marcadores posibles, pero ninguna de las pruebas disponibles se 
aproxima a niveles sufi cientes de exactitud (American College of 
Obstetricians and Gynecologists, 2011).
Mujeres con riesgo alto
Por lo general, las estrategias de detección están dirigidas a las 
portadoras de BRCA1 o BRCA2, además de las mujeres con ante-
cedentes heredofamiliares importantes de cánceres mamario y ová-
rico. Casi siempre se mide la concentración de antígeno contra 
el cáncer 125 (CA-125) o se lleva a cabo una ecografía transva-
ginal, pero el éxito es marginal. Por consiguiente, las portadoras 
de una mutación de BRCA1 o BRCA2 que no desean someterse a 
una intervención quirúrgica profi láctica, reciben una estrategia de 
detección en la que se combina una exploración pélvica detallada 
con una valoración ecográfi ca transvaginal y una prueba sanguínea 
de CA-125 (American College of Obstetricians and Gynecologists, 
2009).
El CA-125 es una glucoproteína que no se produce en el epite-
lio ovárico sano, pero que puede generarse a partir de tumores ová-
ricos tanto benignos como malignos. El CA-125 se sintetiza en las 
células epiteliales ováricas enfermas y a menudo se secreta dentro 
de quistes. En los tumores benignos, el antígeno excesivo es expul-
sado hacia el líquido del quiste, donde se acumula. Supuestamente, 
la estructura de los tejidos anormales que acompañan a los tumo-
res malignos permite la liberación de antígeno hacia la circulación 
(Verheijen, 1999).
En sí mismo, el CA-125 no constituye un marcador útil para 
detectar cáncer ovárico. Sin embargo, recientemente se diseñó un 
algoritmo de riesgo de cáncer ovárico (ROCA, Risk of Ovarian 
Cancer Algorithm) que se basa en la tendencia de la concentración 
seriada de CA-125 en sangre extraída a intervalos regulares (Skates, 
2003). Cuando la califi cación de ROCA es mayor de 1% de riesgo 
de padecer cáncer ovárico, se obtiene una ecografía transvaginal 
para establecer si se necesitan otras acciones. Esta estrategia se está 
investigando en un estudio clínico internacional prospectivo de 
2 605 mujeres de alto riesgo que eligieron inicialmente someterse a 
una salpingooforectomía o únicamente detección (Greene, 2008).
 ■ Población general
Puesto que hoy día no se cuenta con pruebas para la detección 
oportuna lo sufi cientemente precisas, no se recomienda realizar 
de forma sistemática este tipo de análisis en las mujeres con un 
riesgo promedio. Por ejemplo, en el Prostate, Lung, Colorectal and 
Ovarian Trial (PLCO), estudio prospectivo realizado en Estados 
Unidos donde se llevó a cabo detección o se proporcionaron los 
cuidados habituales en un grupo de mujeres, 34 261 de ellas sin 
ooforectomía previa fueron asignadas al azar para cuantifi car cada 
año la concentración de CA-125 o efectuar una ecografía vaginal. 
De las que tuvieron un resultado anormal, cerca de 1% padecía 
cáncer ovárico invasor, lo cual demuestra que ambos estudios 
tienen valor predictivo relativamente bajo (Buys, 2005, 2011; 
Partridge, 2009).
Para valorar la efi cacia, el costo, la morbilidad, el cumplimiento 
terapéutico y la aceptación de la prueba de CA-125 con base en 
el ROCA y la ecografía dirigida, se llevó a cabo un estudio clínico 
con asignación al azar de 202 638 pacientes. Las posmenopáusi-
cas asintomáticas con riesgo promedio, de 50 a 74 años de edad, 
fueron asignadas al azar a ningún tratamiento, detección anual de 
CA-125 con ecografía transvaginal como prueba de segunda elec-
ción cuando estaba indicada según la interpretación del ROCA 
o a una detección anual con ecografía transvaginal. La estrategia 
dirigida según el ROCA demostró un valor predictivo positivo de 
35%, que es más de 10 veces mayor que la ecografía anual (3%). 
En este estudio se demostró que es posible efectuar una ecografía 
dirigida por ROCA, pero se está a la espera de los resultados del 
estudio actual para establecer si ello tiene un efecto importante 
sobre las tasas de mortalidad (Menon, 2009).
Biomarcadores nuevos y proteómica
Para identifi car una prueba de detección más precisa del cáncer ová-
rico, se han descrito diversos biomarcadores potenciales. Docenas 
han sido valorados solos y combinados con CA-125 (Cramer, 
2011; Yurkovetsky, 2010). La descripción de estos biomarcado-
res novedosos y al parecer prometedores al principio ha generado 
¿El
punto de 
verificación 
del ciclo celular 
(o sea, proteína p53 
funcional) está
intacto?Activación del
punto de verificación
Sí No
Desventaja de
crecimiento selectivo
y no se genera un tumor
Se toleran errores
en el genoma
Transformación
cancerosa acelerada
Disfunción de
BRCA1 o BRCA2
Rotura cromosómica
Inestabilidad del genoma
FIGURA 35-1. Esquema que describe la participación de la mutación 
del BRCA en la formación del tumor. Las células con DNA dañado a 
menudo son bloqueadas en los puntos de verificación a lo largo del 
ciclo celular y, por tanto, se les impide desplazarse en la fase mitótica. 
Cuando estos puntos de verificación no son funcionales, tales errores 
genómicos son tolerados y esto permite la transformación maligna. 
(Modificada con autorización de Scully, 2000.)
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	SECCIÓN 4 ONCOLOGÍA GINECOLÓGICA����������������������������������������������������������������������������������������������������������������
	35. CÁNCER OVÁRICO EPITELIAL����������������������������������������������������������������������������������������������������
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