Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
1157Cirugía de mínima invasión CA P ÍTU LO 4 2 Dilatación cervicouterina Para la histeroscopia operatoria, de manera típica se necesita dilatar el cuello uterino para introducir un histeroscopio o un resectoscopio de 8 a 10 mm. Para llevar al mínimo el riesgo de hemorragia que puede disimular y entorpe- cer el campo y la visión quirúrgica y para llevar al mínimo el riesgo de perforación uterina se pueden introducir tallos de Laminaria el día anterior a la operación, tal como se describió en la Sección 41-16 (pág. 1059). Como otra posibilidad se puede administrar por vía oral misoprostol, un análogo sintético de la pros- taglandina E1 la noche anterior a la operación, y si se desea, la misma mañana, para facilitar el reblandecimiento del cuello uterino. Las opciones más utilizadas de dosifi cación inclu- yen 200 o 400 μg por vía vaginal o 400 μg por vía oral una dosis 12 a 24 h antes de la operación. Entre los efectos adversos frecuen- tes están cólicos, expulsión de sangre uterina o náusea. De ese modo, hay que comparar la necesidad del reblandecimiento cervical contra los efectos adversos, en particular la hemorra- gia, que podrían limitar la visualización endos- cópica. Si durante la operación se identifi ca este- nosis cervicouterina, se ha demostrado que con el uso de vasopresina diluida por vía intracervi- cal es menor la fuerza necesaria para dilatar el cuello del útero (Phillips, 1997). El comienzo de acción de la vasopresina intracervical es rápido, efecto que es especialmente útil si no se había previsto la posibilidad de estenosis antes de la operación. También es posible introdu- cir en el orifi cio cervical externo una sonda de menor calibre como la que se usa para con- ductos lagrimales y así defi nir la vía interna. En tales situaciones, la ecografía puede ser útil si se realiza simultáneamente con la dilata- ción, para así asegurar la colocación apropiada (Christianson, 2008). TRANSOPERATORIO ■ Instrumentos La histeroscopia para ser realizada, necesita de un histeroscopio, una fuente luminosa, un me- dio líquido o gaseoso para distender el útero y en muchos casos un sistema de cámaras de video. Histeroscopio rígido Casi todos los instrumentos de este tipo con- sisten en un endoscopio de 3 a 4 mm de diá- metro, rodeado de una vaina o tubo externo. Se han elaborado instrumentos de menor diá- metro, aunque su empleo tiene como limita- ción la disminución del campo visual y una menor intensidad de la luz. Los histeroscopios se clasifi can, en términos generales, en los que se usan para diagnóstico o para cirugía. Los primeros tienen un diámetro pequeño, con el que se obtiene una visión adecuada de la cavi- en algunos casos, un dispositivo intrauterino (IUD, intrauterine device) o algún hueso fetal retenido han perforado la pared del úte- ro y permanecido más bien fuera de ese órgano, y por ende, se les extrae mejor por laparoscopia. ■ Consentimiento informado El riesgo de complicaciones en mujeres a quienes se practica histeroscopia es pequeño, y según se ha señalado, menor de 1 a 3% (Hulka, 1993; Jansen, 2000; Propst, 2000). Las complicaciones son similares a las que conlleva la dilatación y el legrado e incluyen perforación uterina, imposibilidad para dilatar en grado sufi ciente el cuello uterino, hemo- rragia, desgarro cervicouterino y endometritis posoperatoria. Además, dado que se necesita gas o medio líquido para distender la cavidad endometrial durante la histeroscopia, entre los riesgos de su uso están la embolia venosa gaseosa y la absorción excesiva de líquido por los vasos, que se exponen en párrafos siguien- tes. En términos generales, el riesgo de com- plicaciones aumenta conforme se prolonga la etapa transoperatoria y es mayor la compleji- dad del método planifi cado. En caso de perforación uterina durante la histeroscopia, puede estar indicada la lapa- roscopia diagnóstica para valorar los órganos pélvicos vecinos. En anticipación de tal hecho, habrá que obtener el consentimiento adicional por parte de la paciente y señalarle la posibili- dad de que se necesite laparoscopia. ■ Preparación de la paciente Son raras las complicaciones infecciosas y la tromboembolia venosa (VTE, venous throm- boembolism) después de cirugía histeroscópica. Sobre tal base, en forma típica no se necesita en el preoperatorio la profi laxis con antibióti- cos ni la que se hace contra VTE (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2007c, 2009a). Espesor del endometrio En las premenopáusicas, en circunstancias óptimas se realiza histeroscopia en la fase pro- liferativa inicial del ciclo menstrual en que el endometrio es relativamente delgado; ello per- mite la identifi cación de masas pequeñas y su extracción fácil. Como otra posibilidad, se han administrado en forma individual antes de una cirugía prevista agentes que inducen la atrofi a endometrial como progestágenos, anticoncep- tivos orales combinados, danazol y agonistas de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH). Los recursos anteriores adelgazan efi cazmente el endometrio, pero muchos de los agentes usados tienen desventajas como su costo, reacciones adversas y retraso quirúrgico hasta la fecha en que aparece la atrofi a (cap. 9, pág. 254). 42-13 Aspectos básicos de la histeroscopia La histeroscopia permite la visión endoscópica de la cavidad endometrial y los orifi cios de las trompas para el diagnóstico y el tratamiento quirúrgico de alteraciones intrauterinas. En los últimos 20 años se ha ampliado rápida- mente la participación de la histeroscopia en la ginecología moderna gracias a la creación de instrumentos histeroscópicos más efi caces y endoscopios de menor tamaño. Las indicaciones para realizar histeroscopia varían e incluyen la valoración, y en algunos casos, el tratamiento de entidades como infe- cundidad, abortos espontáneos repetitivos, menorragia anormal, amenorrea y cuerpos extraños retenidos. Por las técnicas histeros- cópicas es posible tratar la metrorragia con ablación endometrial, polipectomía o mio- mectomía submucosa. La infecundidad puede mejorar con la incisión de adherencias o de tabiques intrauterinos. Como aspecto adicio- nal, es posible eliminar el bloqueo o dilatar los orifi cios obstruidos de las trompas. Otra posi- bilidad en el caso de mujeres que desean ser esterilizadas, son los dispositivos de oclusión tubaria que actúan como elementos anticon- ceptivos efi caces e inocuos. CONSIDERACIONES PREOPERATORIAS ■ Valoración de la paciente Las indicaciones para hacer histeroscopia son variables, y por esa razón, la valoración de la paciente en busca de trastornos específi cos se expone en los capítulos correspondientes. Sin embargo, el embarazo es una contraindicación absoluta para la práctica de histeroscopia, y es importante descartarlo con la medición de β-hCG en suero u orina antes de la operación. Además, antes de la histeroscopia hay que tra- tar la cervicitis o la infección pélvica y también identifi car Neisseria gonorrhoeae y Chlamydia trachomatis con los métodos de detección ini- cial, en mujeres expuestas al riesgo de tener tales patógenos (cuadro 1-2, pág. 11). En mu- jeres con metrorragia o con riesgo notable de mostrar cáncer endometrial, es razonable en el preoperatorio la obtención de muestras endo- metriales con Pipelle, porque después de la histeroscopia se ha observado siembra de célu- las cancerosas en la cavidad peritoneal (cap. 8, pág. 225). Si se planea realizar la histeroscopia diag- nóstica para localizar y extraer un cuerpo extraño, se recomienda antes de la operación realizar métodos imagenológicos, como la eco- grafía transvaginal, comúnmente. Por ejemplo, 42_Chapter_42_Hoffman_4R.indd 115742_Chapter_42_Hoffman_4R.indd 1157 06/09/13 22:1906/09/13 22:19 GINECOLOGÍA������������������������������������������������� SECCIÓN 6 ATLAS DE CIRUGÍA GINECOLÓGICA�������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������42. CIRUGÍA DE MÍNIMA INVASIÓN���������������������������������������������������������������������������������������������������������� 42-13: ASPECTOS BÁSICOS DE LA HISTEROSCOPIA�������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������
Compartir