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1159Cirugía de mínima invasión CA P ÍTU LO 4 2 res a 1 000 ml/min, y por ello será mejor no utilizarlos en la histeroscopia. Entre las desventajas del CO2 están su ten- dencia, cuando se mezcla con sangre o moco, a generar burbujas gaseosas que obstruyen la visión. Por esa razón, antes de introducir el histeroscopio hay que eliminar del orifi cio cer- vical con un aplicador seco, la sangre y el moco existentes (Sutton, 2006). En forma similar, será mejor no utilizar CO2 con alguna fuente de energía térmica, porque la generación de humo impedirá la visualización adecuada. Por las limitaciones anteriores, se usa mejor el dióxido de carbono en casos en que se prevé mínima pérdida hemática como en la histeros- copia diagnóstica o la extirpación operatoria simple (Bieber, 2003). La complicación más grave con el uso de CO2 es la embolia gaseosa en venas, que se expone en la página 1161. Medios líquidos Es frecuente la pérdida hemática en técnicas histeroscópicas operatorias, y para esos casos se escogen por lo regular medios líquidos, por su claridad óptica y la posibilidad de que se mezclen con sangre. A pesar de lo señalado, el riesgo principal que conlleva el uso de medios líquidos para distensión es la mayor absorción de ellos y la sobrecarga del volumen circulatorio. Puede surgir esta última situación con cualquiera de los medios mencionados y es consecuen- cia de mecanismos diversos. Por ejemplo, se han sugerido mecanismos como la absorción a través del endometrio, la intravasación por ■ Medios de distensión Las paredes anterior y posterior del útero están en aposición, situación que obliga a usar un medio que distienda y expanda la cavidad endometrial y mejore la visión. Los medios utilizados incluyen CO2, solución salina y líquidos poco viscosos como sorbitol, mani- tol y soluciones de glicina. Cada grupo posee ventajas y propiedades peculiares. Para ampliar la cavidad las tensiones intrauterinas con los medios mencionados deben alcanzar 45 a 80 mmHg (Tulandi, 1999). En contadas ocasio- nes se necesitan más de 100 mmHg. Además, dado que en muchas mujeres la tensión arterial media se acerca a 100 mmHg, las tensiones más altas pueden intensifi car la intravasación de medios a la circulación de la paciente, y surgir sobrecarga volumétrica (fig. 42-13.3). Dióxido de carbono El dióxido de carbono es un medio de disten- sión muy usado y si se le introduce a tensión, tiende a aplanar el endometrio, y con ello se logra una excelente visibilidad. Se necesita fl ujo continuo para sustituir cualquier gas que se pierda a través de las trompas de Falopio, y son adecuadas por lo regular velocidades de fl ujo de 40 a 50 ml/min. Estas velocidades mayores de 100 ml/min se acompañan de ma- yores riesgos de embolia gaseosa y es mejor no usarlas. Habrá que recurrir a aparatos histeroscópicos especializados que limiten las velocidades máximas de fl ujo. Como aspecto importante, los aparatos de insufl ación lapa- roscópica permiten velocidades de fl ujo mayo- de biopsia, tijeras electroquirúrgicas monopo- lares y bipolares, el extremo de la aguja bipolar y dispositivos de entrada para la esterilización transcervical. La vaina para fl ujo continuo de 3.5 mm de tipo diagnóstico tiene un diámetro menor y aún así, permite la entrada de fl ujo sufi ciente para no disminuir la calidad óptica. Histeroscopio flexible Los histeroscopios de este tipo tienen un extremo que les permite la defl exión en un arco de 120 a 160°. La visión con ellos es menos clara que con los histeroscopios rígidos, pero los cirujanos pueden maniobrar con mayor facilidad dentro de cavidades endometriales de forma irregular, y son útiles si se necesita el acceso a las trompas o durante la lisis de adherencias. Como aspecto adicional, se ha demostrado que los histeroscopios fl exibles originan menor dolor transoperatorio que los rígidos (Unfried, 2001); este es un elemento por considerar en mujeres sometidas a técnicas en el consultorio. Resectoscopio Si se planea la resección o extirpación de teji- dos intrauterinos suele utilizarse el resectos- copio (fi g. 42-13.2); el instrumento consiste en dos vainas, una interna y otra externa. La vaina interna es la que alberga al endoscopio de 3 a 4 mm y también un conducto para la penetración de líquido. La vaina externa de 8 a 10 mm contiene un asa de ablación electroqui- rúrgica y también permite la salida de líquido del interior del útero a través de una serie de pequeños orifi cios en el extremo distal de tal dispositivo. Por medio de un mecanismo de resorte se puede extender el asa de ablación y después de retraerla para cortar la superfi cie de los tejidos en contacto. Los instrumentos de mayor tamaño fun- cionan con energía para extirpar las anor- malidades intrauterinas y se pasan a través de la cánula central; incluyen barra rodante, cojinete rodante, electrodos de vaporización (monopolares, bipolares y de láser), bisturí térmico y fragmentadores motorizados. Fragmentador histeroscópico Se puede usar el fragmentador histeroscópico para la ablación de pólipos o leiomiomas sub- mucosos. El aparato para usar por histerosco- pia tiene extremos diferentes, según el tipo de tejido por fragmentar. Para la ablación de un pólipo se utiliza una punta similar a un rastri- llo, y para tejido más fi rme como un fi broma o un tabique se escoge la punta cortante. Los dos extremos contienen una hoja giratoria meca- nizada que fragmenta los tejidos. La punta es una extensión de una cánula hueca por la que se evacuan los fragmentos y para ello se uti- liza aspiración, hasta llegar a un receptáculo de reunión. El fragmentador se ajusta al conducto operatorio de una cánula histeroscópica qui- rúrgica de 9 mm. FIGURA 42-13.3 El flujo del medio para distensión varía según la presión intrauterina. 42_Chapter_42_Hoffman_4R.indd 115942_Chapter_42_Hoffman_4R.indd 1159 06/09/13 22:1906/09/13 22:19
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