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GINECOLOGIA (1208)

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1187Cirugías para trastornos del piso pélvico
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 4
3
❿ Endoprótesis ureteral. En pacientes en 
quienes se requiere una endoprótesis ureteral 
en el posoperatorio se usa el de doble espiral 
o cola de cerdo. Las asas proximal y distal de 
esta endoprótesis impiden la lesión de la pelvis 
renal y aseguran la colocación intravesical.
Para la colocación, primero se introduce 
un alambre guía al orifi cio ureteral y se hace 
avanzar hasta la pelvis renal. Se coloca la 
endoprótesis de espiral o cola de cerdo sobre 
el alambre guía y se hace avanzar por un dis-
positivo de avance hasta que su extremo distal 
entra a la vejiga. Se retira el alambre guía, lo 
que permite que los extremos espirales se enro-
llen en la pelvis renal y la vejiga.
⓫ Biopsia. Las lesiones de la mucosa pue-
den ser objeto de biopsia, con riesgo y moles-
tias mínimos para la paciente. Se introduce un 
instrumento de biopsia por el acceso operato-
rio del cistoscopio y se lleva hasta el campo 
quirúrgico. Con el instrumento directamente 
en el campo de observación, el cistoscopio se 
desplaza en forma directa hacia la lesión. Se 
toma el material para la biopsia y se retiran el 
cistoscopio y el instrumento juntos a través de 
la uretra. De esa forma no se impulsa a través 
de la vaina una pieza de biopsia, con su posible 
pérdida. La hemorragia suele ser menor y se 
detendrá sola. Si ocurre una hemorragia brusca, 
se puede usar coagulación electroquirúrgica si 
seleccionó una solución no electrolítica como 
medio de distensión. Como ya se describió 
en la Sección 42-12 (págs. 1159-1160), no es 
posible utilizar soluciones electrolíticas como 
solución fi siológica con la electrocirugía mono-
polar. Estas soluciones conducen la corrien-
te, disipando de esta manera la energía e inuti-
lizando el instrumento.
un orifi cio. Una vez que se coloca la endopró-
tesis dentro del orifi cio se hace avanzar más 
allá del nivel de obstrucción que se sospecha. 
Si la endoprótesis pasa fácilmente, se descarta 
la obstrucción. En casi todas las operaciones 
ginecológicas esto no ocurre más allá del borde 
pélvico. Cuando se introduce un cabestrillo se 
evita la presión indebida durante su avance 
para impedir una perforación ureteral.
➒ Para delinear la anatomía. Para este 
propósito la endoprótesis se hace avanzar hasta 
que se encuentra resistencia, lo que indica que 
se ha llegado a la pelvis renal. Se anuda la 
endoprótesis con seguridad a la sonda trans-
uretral y se hace drenar hacia la bolsa de reco-
lección de orina. 
Al concluir la intervención quirúrgica se 
retira la endoprótesis.
con dicho instrumento. Una vez en observa-
ción, ambos dispositivos se desplazan juntos 
hacia la región de interés.
➐ Endoprótesis ureterales. Se pueden 
colocar endoprótesis ureterales en varias unio-
nes durante la intervención quirúrgica. Quizá 
se coloquen al inicio de la operación y se dejen 
durante ésta para defi nir la anatomía de la 
paciente en quien hay riesgo de lesión quirúr-
gica del uréter. Se pueden colocar durante el 
transoperatorio para demostrar la permeabi-
lidad del uréter y descartar una lesión del 
mismo. Por último, las endoprótesis ureterales 
se pueden colocar y dejar en su sitio al con-
cluir la intervención quirúrgica si se sospecha 
o identifi ca lesión ureteral. La duración de la 
endoprótesis en el posoperatorio es variable y 
se basa en las indicaciones clínicas.
Se dispone de endoprótesis ureterales en 
diversos tamaños, y aquellas que van de 5 a 
7F son las utilizadas con mayor frecuencia. Las 
endoprótesis varían en longitud de 12 a 30 cm 
y es apropiada la de 24 cm para la mayoría 
de los adultos. En general, se usan endopróte-
sis de extremo abierto o punta de silbato para 
delinear la anatomía de pacientes en quienes 
el uréter está en riesgo quirúrgico o para des-
cartar su obstrucción. Se usan endoprótesis 
dobles o de una sola espiral o cola de cerdo en 
situaciones donde se requiere drenaje ureteral 
prolongado.
➑ Para descartar obstrucción urete-
ral. Se introduce una endoprótesis de extremo 
abierto o punta de silbato a través del conducto 
quirúrgico de un cistoscopio de 30° hacia el 
campo de observación. Mediante el avance de 
la endoprótesis y el cistoscopio a través del ori-
fi cio, se hace pasar la endoprótesis por el orifi -
cio ureteral. Después de que la endoprótesis ha 
entrado a través del orifi cio, se le hace avanzar 
en forma manual. Se puede usar un puente 
de Albarrán, vaina especializada que permite 
la defl exión y guía de una endoprótesis hacia 
FIGURA 43-1.3 La orientación durante la cistoscopia se mantiene sosteniendo la cámara 
mientras se rotan simultáneamente el cable de la luz y el cistoscopio.
FIGURA 43-1.4 Teloscopia suprapúbica.
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