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ANTIGUA Y MEDIEVAL HISTORIA DE LA FILOSOFÍA NEREA PÉREZ 2018/ 2019 TÓPICOS EN TORNO AL NACIMIENTO DE LA FILOSOFÍA GRIEGA Supone el ‘paso del mito al logos’. Se abandona definitivamente el pensamiento mítico (irracional, infantil, inferior) y se alcanza una razón universal. Supone una des-sacralización, el abandono de la explicación divina. Se desarrolla en etapas y temas: primera etapa ‘cosmológica’, centrada en la naturaleza (preso- cráticos); segunda etapa ‘antropológica’, centrada en el hombre (Sócrates). En el s. XIX, en pleno auge del colonialismo eu- ropeo, se instaura la idea de que la aparición de la filosofía griega equivale al nacimiento de la razón: una razón única, común a toda la huma- nidad. La historia del pensamiento se presenta como un proceso unitario y ascendente: todo pa- sado es inferior al presente y las diferencias cul- turales se interpretan como grados de desarrollo. Bajo esta explicación subyace un prejuicio etnocen- trista: Grecia legitima la superioridad de Occidente. ¿QUÉ ES CIERTO? • La racionalidad mítico-religiosa es más antigua que la filosófico-científica. El mito pertenece a la expresión simbólica, el pen- samiento científico resuelve problemas. • La filosofía griega se nutre de elementos míticos, no existe un corte radical. • La comprensión mítico-religiosa no fue relegada, permanece en toda la Grecia antigua. • Los primeros filósofos cuestionan la ima- gen de los dioses olímpicos, pero justifican sus explicaciones a partir de principio de caracter divino. • No hay etapas. Los presocráticos se cen- tran en la naturaleza, pero no son ajenos a la realidad política. LA FILOSOFÍA GRIEGA ES UNA DETERMINADA FORMA DE RACIONALIDAD, QUE OBEDECE A UN CONTEXTO Y CIVILIZACIÓN ESPECÍFICA. s. XIV - XII a.C. Esplendor de las monarquías mi- cénicas. Grecia se divide en reinos gobernados por monarcas, con una aristocracia guerrera, y funda s. XI a.C. Caída de los reinos micéni- cos. Invasión de los pueblos dorios. s. XI - IX a.C. Siglos oscuros o periodo geométrico. Se pierde el uso de la escritura, se rompen los contactos comerciales con Oriente y la economía se contrae. s. VIII - VI a.C. Época arcaica. Se rompe el aislamiento con Oriente, se produce la segunda colo- nización (Jonia, Mar Negro) y se importa el alfabeto fenicio. FORMACIÓN DE LAS POLIS • Fragmentación del poder político: de pocos terri- torios controlados por monarcas a numerosas ciu- dades autónomas. En cada polis aparece el arcon- tado (magistrados electos temporales) y crece el poder de la asamblea. La ciudad se agrupa en torno al ágora, la plaza pública donde se debate. La sobe- ranía ya no es propiedad de un solo individuo. •Política agonística: adopta la forma de agón, un combate que se desarrolla en el ágora. Se traslada el agón guerrero al agón político, los conflictos de dirimen mediante acuerdos. •Espíritu igualitario, primeras constituciones y le- yes. Aparecen las ideas de isonomía (igualdad ante la ley), isomiría (igualdad en el reparto de tierras) e isegoría (igualdad en el uso de la palabra). •Preeminencia de la palabra: discutir, argumentar, persuadir. Los arcontes, elegidos por la asamblea, explican sus decisiones. •Aparece lo público: interés común frente al pri- vado y prácticas políticas abiertas. La escritura se generaliza, favoreciendo la discusión cultural y el saber. RELIGIÓN GRIEGA Es una religión politeísta, los dioses no son omnipo- tentes (hay una fuerza superior: la moîra, el desti- no). Carecen de texto sagrado y de una casta sacer- dotal: no hay dogmas fijos. En las ciudades-estado aparecen los ‘dioses tutela- res’, que las protegen. Existen también religiones mistéricas (sectas) y tiene gran importancia la adi- vinación. NACIMIENTO DE LA FILOSOFÍA Los regimenes democráticos tienen problemas para distribuir el poder, creando una constante inestabilidad política. Algunas ciudades recurre a un tirano (gobernante que promulga una constitu- ción y leyes). La legitimidad del poder se expleca con tres modelos racionales: • Modelo religioso: ligado a las religiones tutela- res, su portavoz es la poesía. Las creencias religio- sas regulan la vida cívica y la educación. • Modelo retórico: propone que los conflictos los resuelve la discusión y la persuasión. La política pasa a ser un pacto entre hombres y cuestiona los privilegios de las clases aristocráticas. • Modelo filosófico-científico: valora la naturaleza. Los milesios se preguntaban cuál es la soberanía (arché) de la naturaleza (phýsis), buscando una res- puesta racional, basada en argumentos. Las principales producciones filosóficas son del s. IV a.C. y se sitúan en las colonias griegas de Asia Menor, en Jonia. Su aparición no es un fe- nómeno aislado, se enmarca en una eclosión de nuevas formas culturales: poesía lírica, nacimien- to de la geografía, astronomía, medicina... Solo se conservan dos grupos de documentos literarios más antiguos: los poemas homéricos (s.VIII a.C.) y los poemas de Hesíodo (s. VII a.C.). Todos los fragmentos de los presocráticos nos han llegado indirectamente, a través de filósofos posteriores que los citan. Estos transmisores or- ganizan e interpretan el material según su propio criterio. TRADICIONES 1. Primeros filósofos (Jonia, Asia Menor): Milesios (s. VII - VI a.C.; Tales, Anaximandro y Anaxímenes), Jenófanes de Colofón (s. VI - V a.C.) y Heráclito de Éfeso (s. VI - V a.C.). 2. Pitágoras de Samos (s. VI a.C.): procede de Jonia pero lleva a cabo su actividad en Crotona (Italia). 3. Parménides (s. VI - V a.C.): se sitúa en Elea (Italia). Zenón de Elea y Meliso de Samos continúan su obra. 4. Los pluralistas estudian los problemas planteados por Parménides: Empédocles de Agrigento (s. V a.C.), Anaxágoras de Clazomene (s. V a.C.) y Leucipo y Demócrito de Abdera (s. V - IV a.C.). LOS MILESIOS (s. VII - VI a.C.) Los tres filósofos más antiguos (Tales, Anaximandro y Anaxímenes) eran de Mileto, una colonia griega en la costa de Jonia (Asia Menor), una de las primeras polis con un régimen democrático. Ven a la naturaleza en constante cambio, por lo que buscan en ella algo inmutable, un principio eterno; todas sus reflexiones buscan el principio (arché) de la naturaleza (phýsis). Para los milesios, esta ley que rige la naturaleza (arché) tiene caracter divino*; conciben la materia cósmica como un organismo vivo. Defienden un único principio de la naturaleza (de la unidad se pasa a la multiplicidad), por lo que son llamados monistas. Frente a ellos, la respuesta pluralista defiende la multiplicidad del arché (de la multi- plicidad a la unidad), representada por Empédocles, Anaxágoras o la Escuela Pitagórica. *En Grecia ‘lo divino’ no se refiere solo a seres mitológicos, también es lo perfecto y limitado. • Arché: significa ‘origen’ y ‘principio’. Es el principio de generación de todas las cosas, sostiene la naturaleza y se mantiene inmutable en el cambio. Es la ley que gobierna todo. • Phýsis: se refiere a ‘todo lo que es’, la ‘naturaleza’. Es todo lo que está atravesado por el cambio y hace que cada cosa llegue a ser lo que es. En ambos conceptos se expresa la idea de que la realidad está en cons- tante cambio, pero este cambio está sometido a una ley y por ellos pue- de ser comprendido, racionalizado. Tales de Mileto afirmó que el principio de todas las realidades es el agua, que sostiene la biosfera. Anaxímenes defiende que el principio era el aire. Para Anaximandro el arché no es un elemento material, es lo ‘apeirón’ (lo indeterminado, lo indefini- do). Del apeirón nacen los mundos, en un ciclo eterno de nacimiento y muerte. La ‘sentencia de Anaxi- mandro’ es el texto filosófico más antiguo conservado. JENÓFANES DE COLOFÓN (Jonia, s. VI - V a.C.) Fue el primero en realizar una ‘crítica de la reli- gión’, específicamente de su relato mítico. No es ateo, no niega las divinidades, pero sí rechaza la imagen antropomorfa de los dioses tal y como la planteabanHomero y Hesíodo. Intenta depurar las religiones de sus aspectos más supersticiosos. HERÁCLITO DE ÉFESO (s. VI - V a.C.) Vive en Éfeso, donde se desarrolla un gobierno democrático con el que no está de acuerdo. Per- tenecía a un linaje de reyes y tuvo la posibilidad de reinar pero cedió su puesto a su hermano. Escribió aforismos, articulados en tres aspectos: • Desprecia las convicciones establecidas, por lo que es apodado ‘el Oscuro’. Apela a una sabiduría oculta para el común de los mortales, que gobier- na la naturaleza. • Define el lógos como la ley que rige la realidad (arché) y es de carácter divino. • El lógos gobierna la realidad en una constante guerra entre opuestos, cada uno de ellos incon- cebible sin el otro. Todo se encuentra en constan- te devenir, en un flujo contínuo sometido a una ley que no es fija e incluye el cambio (devenir) y el desorden (estabilidad inestable). TODO FLUYE Y NADA PERMANECE PITÁGORAS Y EL PITAGORISMO (s. VI a.C.) Era natural de Samos, una isla del Egeo, pero se es- tablece en Crotona (Magna Grecia), donde funda una escuela en la que la filosofía se presenta unida a elementos religiosos y políticos. Los pitagóricos constituyen una secta de carácter religioso y misté- rico, con gran difusión en el mundo helénico y una gran repercusión histórica: Platón retoma sus ideas y a través de él, se incorporan al cristianismo. • Doctrina de los números: los números son el arché, los principios matemáticos son los principios de todas las cosas. La realidad se explica con parejas de contrarios (par/impar). Lo ilimitado es lo imperfecto: el mal es irracio- nal por ser ilimitado, lo perfecto es lo limita- do, racional y proporcionado. • Doctrina del alma: introducen en Grecia la idea de que el alma es inmortal, que llegó a constituir la seña de identidad del cristianis- mo a través de Platón. Ligado a esto está la doctrina de la transmigración: las almas se van encarnando en sucesivos cuerpos, puri- ficándose hasta liberarse de lo terrenal y re- gresar a una región pura. También instituyen la concepción del cuerpo como cárcel, pro- fesando una separación dualista de cuerpo y alma. PARMÉNIDES (s. VI - V a.C.) Parménides de Elea puede ser considerado el padre de la onto- logía, pone sobre la mesa la cuestión del ser; con él la filosofía llega a su madurez. • Escribe un poema que transmite la verdad revelada por una diosa: una verdad sagrada y oculta. A través de un viaje ini- ciático, la diosa le dice al poeta que debe aprender, tanto la verdad como las opiniones de los mortales. • La diosa le muestra dos caminos de búsqueda: uno transi- table y otro desconocido e impensable. Los milesios, Herá- clito y los pitagóricos explicaban la realidad a partir de pares opuestos, para Parménides ‘ser’ y ‘no-ser’ son los opuestos supremos. Todo lo que pueda pensarse es y lo que no es, no puede ser concebido de forma alguna. • El ser es imperecedero (no ha nacido nunca ni puede morir), eterno, inmutable y único, homogéneo y limitado (perfecto). LOS PLURALISTAS: EMPÉDOCLES, ANAXÁGORAS Y LOS ATOMISTAS (SISTEMAS CONCILIADORES POSTPARMÉNIDOS) Los pluralistas mantienen la concepción parmenídea del ser (el ser es eterno y exento de cambio), pero establecen como principio (arché) una entidad múltiple. El ser no es uno, sino plural. EMPÉDOCLES (s. V a.C.) Hay una pluralidad de principios eternos: agua, aire, tierra y fuego. Las realidades visibles son producto de su mezcla, sobre la que opera una fuerza que une (amistad o amor) y otra que disgrega (odio); en virtud de la amistad lo múltiple llega a ser uno y en virtud del odio, lo uno llega a ser múltiple. Algo mantiene su unidad cuando estas fuerzas están en equilibrio, si se rompe, perece. El Orden de la Naturaleza es la alternancia cíclica entre equilibrios y desequilibrios (generaciones y destrucciones), siendo el arché de ese orden la interacción de las dos fuerzas. • En el poema establece una equivalencia entre ser y pensar, pero únicamente allí donde hay verdad (donde lo que pensamos se identifica con el ser y ‘lo que es’ equivale a una realidad única y eterna). Este será el criterio para distinguir la validez del conocimiento. • ¿Qué hay donde lo que pensamos no es lo que es? Las opiniones de los mortales, que no son dignas de crédito porque viven ajenos a la verdad. • Sostiene que ‘ser’ es el arché, ya que el ‘no-ser’ se sitúa en el cambio (devenir). ANAXÁGORAS (s. V a.C.) Denomina ‘homeomerías’ a los elementos que componen las cosas; cada una de ellas posee una cualidad concreta. Son infi- nitas en número y diversidad, eternas, indestructibles e infini- tamente divisibles. En cada realidad hay una pequeña propor- ción de todas las semillas que existen, lo que hace que algo sea lo que es, es el predominio de una de ellas. Al principio las semillas constituían una masa informe, que fue ordenada por una inteligencia (noûs, el arché de la phýsis) de carácter divino. Es el primer ejemplo de explicación teológica del universo. TODO ESTÁ EN TODO EL ATOMISMO: LEUCIPO Y DEMÓCRITO (s. V - IV a.C.) Leucipo ideó las bases y Demócrito desarrolló y difundió la teo- ría. Los atomistas creen que el nacimiento y la muerte equiva- les a la agregación y disgregación de unas entidades eternas e indestructibles: los átomos (‘indivisibles’). Estos átomos se mueven en el vacío y de sus choques surgen las realidades. Se mueven por sí mismos, de modo espontáneo y sin obedecer a ninguna causa de tipo espiritual (explicación mecanicista de la naturaleza). Se le puede atribuir a Demócrito la concepción de la ciencia y el conocimiento, se considera ‘el padre de la ciencia moderna’. Defiende que todas las cualidades de las cosas que percibimos son una apariencia, y que en la verdadera realidad solo hay agregaciones y disgregaciones. LOS SOFISTAS Y SÓCRATES LA ÉPOCA CLÁSICA • La época clásica se desarrolla entre el año 500 a.C. y el 323 a.C. (muerte de Alejandro Magno). En ella se producen los ‘clásicos’ de la civilización helena (comedia de Aristófanes, historiografía de Heródoto…), también los sofistas, Sócrates, Platón y Aristóteles. Hay un gran desarrollo de las ciu- dades-estado. • Se caracteriza por el predominio cultural de Atenas; antes, en la Edad Arcaica las principales pro- ducciones literarias se situaban en las colonias griegas (Jonia y Magna Grecia). En la época de la Pentecontecía (479 a.C. – 431 a.C.) Atenas vive una época de extraordinaria bonanza. Aprovecha su liderazgo sobre la Liga de Delos (asociación de países para derrotar a los persas) para fraguar un imperio, subyugando al resto de las ciudades y obligando al pago de tributos. • Su esplendor dura hasta que es derrotada por Esparta en la Guerra del Peloponeso (431 a.C. – 404 a.C.). El desarrollo sofista y Sócrates se sitúan en el s. V a.C., el momento de máxima efervescencia política, económica y cultural de Atenas. • En la Pentecontecía desarrolla un modelo democrático que será exportado a otras polis, no tiene precedentes y es conocido como ‘democracia radical’. Llega a su máxima realización la fragmenta- ción de la soberanía, la distribución del poder político entre los ciudadanos. Se amplía progresiva- mente el grupo de ciudadanos que integra la asamblea y pueden ser elegidos, paralelamente a la restricción del poder político de los aristócratas. • ¿Qué criterio articula la vida ciudadana? Se propones tres modelos, aunque ninguno logra destacar sobre los demás: - Religioso: la cohesión social se basa en las creencias y costumbres tradicionales, que se remi- ten a los dioses tutelares de la ciudad. El ejemplo a seguir son las clases aristócratas, la virtud se posee por nacimiento. - Retórico: la resolución de conflictos sólo puede lograrse con la discusión y el acuerdo. - Filosófico: apelan a principios de carácter natural, universales y eternos, independientes de los humanos. LA SOFÍSTICA • Eran un conjunto de intelectuales que actuaron por toda Grecia, principalmenteen la segunda mitad del s. V a.C. La sofística está muy relacionada con las transformaciones provocadas por la democra- cia radical ateniense, por lo que pasan allí grandes temporadas. Gozaron de gran éxito y difusión durante la Pentecontecía, no constituyen un grupo homogéneo pero presentan características co- munes. • Tienen una actitud crítica hacia las costumbres tradicionales (moral aristocrático-religiosa), some- tiéndolas a una justificación racional. • Su vida viajera les permite comparar los sistemas jurídicos, costumbres y creencias de cada ciu- dad-estado y descubrir que son relativas, no siguen un patrón único y son fruto de la convención. • Cuestionan el principio básico de la filosofía anterior: la existencia de una verdad única, universal, inmutable y eterna. Defienden que el saber está configurado por planteamientos plurales (‘escep- ticos’). • Son profesionales de la enseñanza (‘sofista’ significa sabio), viajan por la Hélade ofreciendo sus lec- ciones a cambio de dinero. Enseñan a los ciudadanos a comportarse correctamente en la vida polí- tica de su comunidad, son llamados ‘maestros de la virtud’. Instruyen sobre el arte de la elocuencia: la habilidad de discutir (erística) y la de persuadir (retórica). Los sofistas no buscan la verdad, sino lo verosímil, lo que resulta creíble en determinado contexto. • El pensamiento del s. V a.C. gira en torno a los problemas de las polis, son cuestiones de índole prác- tica. La naturaleza, tema central de los presocráticos, queda relegada. Los sofistas ejercían una de- fensa de los valores igualitarios, combatieron los privilegios de la nobleza, abogaron por la abolición de la esclavitud y reclamaron la igualdad económica y educativa de todos los ciudadanos. PROTÁGORAS Y GORGIAS (s. V – IV a.C.) Protágoras viajó por toda Grecia impartiendo sus enseñanzas, con gran éxito en Atenas. Escribió ‘Las Antilogías’, donde defendía que es posible sostener argumentos contradictorios en cualquier tema, ya que el saber es plural. Según él, no hay posiciones verdaderas o falsas, pero sí mejores o peores relativamente siguiendo el criterio de la utilidad. Según Platón, Protágoras ‘enseñaba a ha- cer fuerte el argumento débil’. Se le atribuye la tesis del ‘homo mensura’ (el ser humano es la medida de todas las cosas); la vida ciudadana la articulan exclusivamente los hom- bres y sus acuerdos, no dioses ni leyes universales. Gorgias era de Sicilia, lugar de desarrollo de la re- tórica, y también viajó por toda Grecia enseñando con gran éxito. Destaca por su desarrollo de la re- tórica, con investigaciones sobre el poder de la pa- labra como instrumento persuasivo. Al contrario que Sócrates, niega la posibilidad de un conocimiento de las esencias o del ‘ser’ de las cosas, por lo que su posición es calificada de ‘es- céptica’. Este planteamiento responde a razones de carácter político: si los conceptos éticos y po- líticos cuentan con una ‘esencia’ no existiría el de- bate político (si todo está predefinido no hay nada sobre lo que debatir). ANTÍTESIS ENTRE PHÝSIS Y NÓMOS Una de las contribuciones más importantes de la sofística a la cultura occidental es la oposición entre ‘lo que es por naturaleza (phýsis)’ y ‘lo que es por convención humana (nómos)’. En la Grecia Arcaica se tenía la creencia de que las leyes civi- les tenían un origen divino y se encontraban ins- critas en la naturaleza, por lo que eran estables e inamovibles. La experiencia de la democracia y el contacto con otros sistemas jurídicos hacen que esta concepción cambie en la época clásica, des- cubriendo que los preceptos jurídicos no tienen validez eterna y pueden ser discutidos. Por el con- trario, lo establecido por la naturaleza queda sepa- rado del ámbito de la polis y es válido para todos los hombres. La phýsis representa lo común a to- dos, lo universal y eterno; el nómos representa lo variable, particular y relativo. Esta contraposición transforma el concepto de naturaleza; ya no equi- vale a ‘todo lo que hay’ (presocráticos) sino que es solo una parte de la realidad. La mayoría de los sofistas eran ‘convencionalistas’ (las leyes que guían la vida cívica están vinculadas al acuerdo en la asamblea de ciudadanos), con Pro- tágoras y Gorgias al frente. Pero la sofística no es un movimiento homogéneo, existía una corriente minoritaria, los ‘naturalistas’, que sostenían que las leyes proceden de la naturaleza. Para ellos la naturaleza humana implica egoísmo, por lo que la política es una lucha por el poder y no una búsque- da del bien común (algunos autores desprecian la democracia y apuestan por un gobierno tiránico). SÓCRATES (Atenas, 470 – 399 a.C.) Nació y vivió en Atenas, fue condenado a muerte por impiedad, un delito religioso. Se le acusó de no creer en los dioses y de corromper a los jóvenes; la sentencia fue dictada por un tribunal demo- crático. Sócrates pudo haber evitado la muerte, pero prefirió que se cumpliese su condena, aunque la considerase injusta, por respeto a la ley. Renunció a participar directamente en política, pero estaba muy presenta en la vida pública de Ate- nas, donde contaba con numerosos seguidores. Se dedicaba a discutir y enseñar en lugares públicos y a interrogar a los personajes más relevantes del momento. Pone en juego ideas revolucionarias, oponiéndose al modelo aristocrático-religioso y al retórico. No escribió nada, conocemos su filosofía a través de fuentes indirectas, principalmente Jenofonte y Platón, que convierte a Sócrates en el protagonista de sus diálogos. LA CONCEPCIÓN SOCRÁTICA DEL SABER: LA DEFINICIÓN UNIVERSAL • Al contrario que los sofistas, Sócrates sostiene que existen verdades únicas, invariables y univer- salmente válidas. Recupera la oposición de Par- ménides entre la verdad y las opiniones comunes, que son múltiples y variables. • El saber se basa en el conocimiento de las de- finiciones o conceptos universales. La definición universal recoge los rasgos comunes en todos los individuos de una clase e impide que algo sea iden- tificado como dos cosas diferentes, aporta un sa- ber objetivo y realista. • Según Aristóteles, Sócrates llegaba al conoci- miento de la definición universal a través de razo- namientos inductivos, que parten de lo particular para extraer lo universal. Con ello se sobrepasa el terreno de la experiencia y se da un salto lógico. • Sostiene que, si sobre un tema hay diferentes opiniones y se contradicen, ninguna es verdadera en sentido absoluto (´solo sé que no sé nada’). En sus diálogos refuta las opiniones de sus interlocu- tores, obligándoles a reconocer no saber nada so- bre el tema en el que eran expertos. • Utiliza una actitud irónica, presentándose como alguien que no sabe. Al final de la conversación se pone en evidencia que Sócrates es más sabio que el experto, ya que sabe que desconoce la verdade- ra definición. • A través de la mayéutica (arte de alumbrar la verdad) obliga a su interlocutor a reconocer que desconoce lo que antes creía saber y que debe buscarlo. El papel de Sócrates es ayudar a los de- más a gestar la verdad, que no se puede transmi- tir, sino que cada cual debe buscarla por sí mismo. LA CONCEPCIÓN SOCRÁTICA DE LA MORAL Y LA POLÍTICA En la Grecia clásica, ética y política son insepara- bles, puesto que el ser humano se define por su condición de ciudadano y su pertenencia a una co- munidad política. Al igual que los sofistas, Sócra- tes cuestiona las normas. Para él, la conducta co- rrecta debe proceder de la decisión autónoma de cada individuo; el buen comportamiento depende del conocimiento racional, del saber. Concibe el bien en términos de utilidad: lo bueno resulta útil, sirve para algo (concepción utilitarista de la moral). Para que algo resulte útil y bueno es necesario saber usarlo, de modo que el único bien verdadero es el saber. Afirma que nadie se equivo- ca voluntariamente, sino solo porque no sabe; es imposible conocer lo que es bueno y no hacerlo. Esta equiparación del comportamientocorrecto con el saber hace que la moral socrática sea deno- minada ‘intelectualismo moral’. Su ética es ‘eudemonista’, sostiene que el buen comportamiento moral conduce por sí solo a la felicidad. Por otro lado, rediseña la imagen de la virtud (areté). Hasta ese momento la virtud era in- separable de los logros y la fama, siendo un don de los dioses. Para Sócrates la verdadera excelencia es ajena a los bienes corporales, solo depende de las virtudes internas. La virtud descansa pues en el autodominio, en saber gobernar los impulsos e instintos corporales. PLATÓN Atenas, 427 - 347 a.C. No conoció el esplendor ateniense, vivió en un sistema político en crisis. Su juventud coincide con la Guerra del Peloponeso (431 – 404 a.C.), la derrota contra Esparta supone la pérdida del poder imperial y el abandono de la democracia radical. Reas el gobierno de los Treinta Tiranos, impuesto por Esparta, Atenas recupera su siste- ma democrático, pero con una participación ciu- dadana muy restringida. Hacia el año 388 a.C. funda una escuela de filo- sofía, la Academia, en la que Aristóteles se formó y enseñó. La Academia continúa su actividad has- ta el s. VI d.C. Recibe las tradiciones filosóficas presocráticas pero sus principales influencias son: - Parménides: recibe la oposición entre verdad y opiniones. La auténtica realidad es estable, el mundo del movimiento es una apariencia. - Sócrates: hereda la imagen socrática del saber. Las definiciones universales equivalen a las Ideas y considera la discusión el método más adecuado para llegar a ellas. También su opo- sición a la sofística, su interés por los asuntos ético-políticos y una ética de carácter ‘intelec- tualista’. - Pitagorismo: la inmortalidad del alma, el dualis- mo de alma y cuerpo. - El movimiento sofista constituye el principal antagonista de su propuesta. Escribió numerosos diálogos, a menudo el pro- tagonista es Sócrates. Se dividen en varias eta- pas: diálogos de juventud, de transición, de ma- durez y de vejez. Las ‘doctrinas no escritas’ son lecciones impartidas en la Academia de forma oral. TEORÍA DE LAS IDEAS • Descubre la existencia de realidades suprasensi- bles, que sólo se captan mediante la razón (lógos). Son las Ideas, que representan lo que es común a una determinada clase de realidades y no se ubi- can en el intelecto humano (psyché), si no que existen de forma independiente y son anteriores. • La experiencia sensible y las opiniones son múlti- ples y cambiantes, una mera apariencia, y no pue- de darse conocimiento de lo que está en constan- te cambio, por lo que es necesaria la existencia de esencias eternas e inmutables. • El mundo de lo inteligible (superior) y el de lo sensible (inferior) tienen características contrarias entre sí y están separados. Las Ideas constituyen el verdadero ser, son los modelos ideales de cada realidad; en las realidades sensibles se mezcla el ser y el no-ser, carecen de determinación. Ejemplo: ¿por qué nos parece bella una flor, una película y una puesta de sol? Porque todas partici- pan en la Idea de belleza, pero solo la Idea de be- lleza es real y plenamente bella. Tiene que existir antes la Idea de belleza, perfecta y sin defectos. • Las Ideas se articulan entre sí de forma jerárqui- ca, en la cúspide está la Idea del Bien, debajo las de mayor rango (Idea del triángulo) y en la base las inferiores (Idea de caballo). El Bien es el principio de todas las Ideas y, a través de ellas, de todas las realidades sensibles. LA REMINISCENCIA Platón clasifica el conocimiento en un estrato inferior, la ‘opinión’, y otro superior, el ‘saber’. El saber bus- ca responder a ¿qué es…? y lo hace a través de un proceso que parte de lo particular y llega a lo universal. El método es el diálogo racional: la confrontación de opiniones de donde debe surgir un saber concep- tual; ¿cómo alcanzan el conocimiento de las Ideas? a través de la reminiscencia. Según su teoría de la reminiscencia (anamnesis) nuestras almas son eternas y conocen desde siempre todas las Ideas, las han contemplado y memorizado. Al ser incorporadas al cuerpo, olvidaron este co- nocimiento por lo que ahora tienen que recordarlo con el estímulo de la percepción. Puesto que todas las Ideas están relacionadas entre sí, basta con evocar una sola y a partir de ella recuperamos el conoci- miento de las demás. Esta teoría la demuestra en el diálogo Menón, en el que Sócrates guía, mediante preguntas, a un esclavo ignorante para resolver un problema matemático. EL MITO DE LA CAVERNA Aparece en el libro VII de la ‘República’ y con él pretende explicar de manera alegórica cómo está cons- tituida la realidad y cómo tiene lugar el conocimiento. Presenta una realidad dividida en dos partes: el mundo de la caverna, un mundo de sombras y meras apariencias; y el mundo fuera de ella, el mundo de la luz y de la verdadera realidad. El primero representa el ámbito de las sensaciones y opiniones, el segundo constituye la sede de las Ideas. Esta alegoría es un camino de liberación y tiene un significado político: todo aquel que ha logrado salir de la caverna y ha contemplado la Idea del Bien debe regresar a su antigua prisión para ayudar a los demás a superar su condición de esclavos. Dos hombres son encadenados de cara a la pared dentro de una cueva, de forma que solo pueden observar las sombras que forman modelos, estatuas y objetos que pasan delante de una hoguera ubicada tras ellos. Ayudado por un hombre, uno de ellos logra salir y observar el mundo real y el sol, siendo consciente del engaño en el que había vivido hasta entonces. Decide regresar e informar a su compañero sobre las cosas que había visto, sin embargo, el otro le toma por loco y decide no creerle. GRADO DE CONOCIMIENTO Distingue dos grados de conocimiento: la opinión y la ciencia. La opinión se refiere al conocimiento de las realidades sensibles, que están sometidas a un continuo devenir (nacen y mueren); la ciencia se refiere al conocimiento de las realidades inteligibles y constituye el verdadero saber. Platón introduce un grado intermedio de conocimiento: las opiniones pueden ser correctas y por ello poseerán cierta validez. LA DIALÉCTICA Es el método que conduce al conocimiento de las Ideas y, al mismo tiempo, el grado de conocimien- to más elevado, ya que exhibe dicho conocimien- to. La dialéctica, el arte de discutir, se opone a la erística (discusión practicada por los sofistas), en la que se discute para resolver un asunto llegando a una posición victoriosa o a un término medio. La dialéctica platónica no pretende derrotar al adver- sario, sino que aspira a descubrir la verdad única; desprovee a la discusión de su significado polémi- co para convertirla en un método que conduzca al verdadero saber. LA CRISIS DE LA TEORÍA DE LAS IDEAS En uno de sus diálogos de vejez, Platón descubre dificultades en su propia teoría: • El problema de la extensión del mundo de las Ideas. ¿Existen Ideas de todas las realidades, inclu- so las más insignificantes? No ofrece una respues- ta clara. • El problema de la relación entre el mundo de las Ideas y el mundo sensible. Si en cada realidad hay una parte de la Idea es que la Idea está dividida; si en cada realidad está presente la Idea en su tota- lidad, es que existen múltiples Ideas. Ambos mun- dos son independientes, pero tienen que estar co- nectados de alguna forma. Propone dos vías: la vía de la participación (una Idea es un todo y las cosas sensibles son sus componentes) y la vía de la imi- tación (la Idea es un modelo y las cosas sensibles copias imperfectas). • El problema del conocimiento de las Ideas. ¿Cómo llegamos a conocerlas si están separadas de la realidad? • ¿Cómo se relacionan unas Ideas con otras? El mundo inteligible está ordenado jerárquicamente y forma un sistema deductivo (las ideas inferiores se deducen de las superiores). COSMOLOGÍA GÉNESIS DEL MUNDO SENSIBLE Platón explica la generación del mundo sensiblea través de un mito, recogido en el Timeo. Según esto, la realidad es obra de un dios artífice (el de- miurgo), que ha ordenado la materia tomando como modelo las Ideas, por lo que el mundo sensi- ble es una copia imperfecta del ideal. El demiurgo realiza su obra a partir de dos realidades previas: las Ideas y la materia sensible. LA TEMPORALIDAD El mundo de las realidades sensibles se caracteriza por su temporalidad, tienen como esencia el no- ser, pues antes de nacer no eran nada y volverán a ser nada. El hombre padece esta condición, pero está dotado de inteligencia, con la que accede al conocimiento de lo eterno (las Ideas) y se libera así de su temporalidad. Esta liberación individual tiene una dimensión cósmica: une lo divino que hay en uno mismo con lo divino del universo. ANTROPOLOGÍA Y POLÍTICA CONSTITUCIÓN DEL SER HUMANO La separación dualista que propone la teoría de las Ideas (mundo sensible e inteligible) se aplica también al ser humano, que se compone de alma y cuerpo. El alma es la sede de la inteligencia y la racionalidad, es la parte más noble y pertenece al mundo de las Ideas, lo eterno y perfecto; es tam- bién inmortal, se va reencarnando en sucesivos cuerpos. El cuerpo es una cárcel y como su unión con el alma es accidental, esta tiene la necesidad de desligarse de él. Platón distingue tres partes en el alma humana: - La parte racional, en la cabeza. Es la superior, conoce las Ideas y practica el Bien. - La parte irascible, en el pecho. Debe obedecer a la parte racional y de ella dependen la voluntad, la valentía y la fortaleza. - La parte apetitiva, en el abdomen. Es la sede de las pasiones y el deseo, la parte más unida al cuerpo. Debe ser guiada por la razón, pero si naturaleza rebelde hace difícil la sumisión. 1. Auriga: Alma racional. 2. Caballo bueno, obediente: Alma irascible. 3. Caballo malo, desobediente: Alma apetitiva. EL ESTADO IDEAL DE LA REPÚBLICA • La vida de Platón coincide con el declive del imperio ateniense y de la política democrática. Por su ori- gen aristocrático, se muestra próximo al grupo de los demócratas conservadores, por lo que pone todas sus esperanzas en el gobierno de los Treinta Tiranos impuesto por Esparta. Cuando el nuevo gobierno instaura un régimen del terror, ve defraudadas sus expectativas. Al restaurarse la democracia, Sócrates es condenado a muerte, por lo que su desencanto es máximo. En general, tiene una imagen peyorativa de la democracia. • Las ideas políticas de Platón se plasman en tres obras: la República, el Político y las Leyes. • La República describe cuál sería el sistema de gobierno de una ciudad-estado ideal (utópica); al con- siderar irremediables los problemas reales, plantea su investigación en condiciones ideales. En ella, el poder estaría en manos de una minoría de sabios, que ostentan el verdadero conocimiento. Se advierten sus tendencias anti-democráticas y anti-igualitarias: las decisiones han de tomarse por el criterio del sa- ber, no el de la mayoría. “El gobierno de los mejores” (literalmente ‘aristocracia’) no es el gobierno de una nobleza de sangre, sino el de las personas más capacitadas y sabias. • Esta ciudad-estado se encontraría jerarquizada, con una estructura similar a la del alma y tres clases sociales: los productores (parte racional, sabiduría y prudencia), los guardianes o guerreros (valentía) y los filósofos-gobernantes (templanza). Cuando cada clase desempeña la función que le es propia reina la paz y la concordia. • La educación deberá ser dirigida y financiada por el Estado; asigna a cada individuo una clase en función de sus habilidades. ARISTÓTELES Estagira, 384-322 a.C. CONTINUIDAD Y DISCONTINUIDAD ENTRE PLATÓN Y ARISTÓTELES Fue su principal discípulo, pero somete su doctrina a una crítica radical y la transforma. Comparten la pie- dra angular de su filosofía: la existencia de realidades suprasensibles, necesarias, universales y eternas, que definen los objetos (metafísica esencialista). Pero Aristóteles concibe la relación entre las realidades sensibles y las inteligibles de un modo diferente; para Platón se encuentran radicalmente separadas, Aristóteles defiende que las realidades inteligibles se hallan incorporadas en las realidades sensibles. La realidad ya no se concibe como una copia imperfecta. Por otro lado, Platón suponía que el conocimiento científico era puramente racional, separado de la experiencia sensible (las cosas particulares son ‘apariencias’), por eso su modelo del saber es la matemá- tica; el auténtico saber consiste en conocer las Ideas. Aristóteles piensa que podemos acceder al conoci- miento científico observando la naturaleza (los individuos son reales) y con la intervención posterior del entendimiento para llegar a lo universal; su modelo del saber es la física, que estudia los seres naturales. Le concede valor a otras formas de conocimiento y distingue tres modos fundamentales del saber: - Saber teórico: su objeto son las realidades universales. Física, matemática y metafísica. - Saber práctico: su objeto es la acción humana. Ética y política. - Saber productivo: su objeto es la fabricación de útiles. Técnicas y artes. Distingue también dos maneras de razonar: la demostración, propia de la ciencia, y la argumentación, propia de la dialéctica. Conoció la crisis de las polis y el ascenso de Macedonia como potencia imperial, de donde era natural (Estagira). Hijo de un médico vinculado a la corte, desde joven se estableció en Atenas, donde formó parte de la Academia platónica durante 20 años, como alumno y profesor. Sus relaciones con la corte macedonia le procuraron enemistades en Atenas, por lo que se ausentó de la ciudad y ejerció como preceptor de Alejandro Magno, heredero del monarca macedonio. Tras esto, regresa a Atenas y fun- da su propia escuela de filosofía, el Liceo (335 a.C.). Recopila la sabiduría de la Grecia clásica, intentando conservar una época que está a punto de des- aparecer, ya que coincide con el desmembramiento de las ciudades-estado y de las democracias. Su obra contiene tres clases de escritos: diálogos filosóficos, tratados y colecciones de carácter enciclo- pédico. Un aspecto novedoso de su filosofía es su carácter sistemático: clasifica rigurosamente las disciplinas del saber y su vocabulario. Marca una pauta del saber en toda la cultura occidental (inicia la distinción entre teoría y práctica). El Corpus aristotelicum se divide en cuatro bloques: - Tratados de lógica, que estudian el razonamiento. - Tratados de física y biología. - El tratado sobre metafísica, que estudia el ser. - Tratados de ética y política. LÓGICA La lógica se ocupa del razonamiento, los elemen- tos que lo componen y sus diferentes tipos. Ejemplo de razonamiento: Todos los hombres son mortales – Premisa mayor Sócrates es hombre – Premisa menor Luego: Sócrates es mortal – Conclusión El razonamiento es un encadenamiento de juicios que se conectan entre sí de manera que unos si- guen necesariamente a otros. El más básico es el silogismo, donde dos proposiciones actúan como premisas y una tercera es su conclusión. La ciencia de la lógica reposa en una serie de axio- mas (bases indemostrables): principio de identi- dad, de no contradicción y de tercero excluído. El axioma de identidad dice que algo es lo que es porque posee una esencia, el principio de no con- tradicción indica que la realidad no puede ser con- tradictoria y el tercero excluido sostiene que un juicio es verdadero o falso, quedando descartada una tercera opción. ELEMENTOS DE LA TEORÍA DEL CONOCIMIENTO: ABSTRACCIÓN Y PRIMEROS PRINCIPIOS Aristóteles coincide con Platón en que el conoci- miento sólo se logra cuando se captan las esen- cias, pero a diferencia de él, sostiene que estas esencias no están separadas de los entes, sino que se encuentran incorporadas en ellos. De esta forma, el conocimiento parte de la experiencia sensible, de ahí nuestro entendimiento obtiene el concepto universal a través de laabstracción. La primera operación del conocimiento es la forma- ción de los conceptos universales, la segunda es el juicio y la tercera el razonamiento (encadenamien- to de juicios). Se opone también a la teoría de la reminiscencia platónica; el conocimiento ya no equivale al re- cuerdo de una sabiduría innata de nuestras almas, sino que radica en la experiencia del mundo que nos rodea. Aristóteles desarrolló una clasificación de las cien- cias, distinguiendo ‘ciencias teóricas’, que buscan el conocimiento, y ‘ciencias productivas’, que des- embocan en una obra. En las ciencias se utiliza la inducción (inferir de lo particular lo universal) y la deducción (inferir desde lo universal lo particular), cuando ambos procedimientos coinciden logran una ciencia completa. FÍSICA En su tratado sobre la física aborda el problema central de la filosofía griega: ¿en qué consiste el movimiento, el cambio, el devenir del propio mun- do? La física es una ciencia que estudia el movimien- to propio de los seres naturales, que tienen en sí mismos el principio del cambio; este movimiento consiste en el paso de la potencia al acto (ej. una semilla es un ciruelo en potencia, cuando crezca será un ciruelo en acto). Aristóteles concede total primacía al acto sobre la potencia, ya que este re- presenta la realización plena; la potencia implica siempre imperfección. Todos los seres estarían compuestos de materia y forma, de manera inseparable (‘hilemorfismo’) y tenderían a alcanzar su propio fin, marcado por su especie (concepción teleológica). El fin último de todos los movimientos de la naturaleza es de carácter divino. METAFÍSICA La metafísica o la filosofía primera se ocupa de las realidades principales, está entre la lógica y la fí- sica, y es un saber teórico que define en la ‘Meta- física’. Comprende dos aspectos: el significado de ‘ser’, que responde la ontología; y los principios que rigen la realidad, que son los mismos que los principios de la lógica. El primero de ellos que pone de relieve es el princi- pio de identidad, que implica que todos los entes están constituidos por una forma universal que los dota de consistencia interna. Esto da pie a una biología de corte ‘fijista’: a cada especie le corres- ponde una esencia (identidad permanente), que al reproducirse el individuo transmite a su prole. DOCTRINA SOBRE EL ALMA El tratado ‘Acerca del alma’ pertenece al campo general de la física, ya que realiza su tratamiento desde una perspectiva natural (no religiosa). El alma es el principio interno del movimiento de los seres vivos y representa una actividad perfecta, ya que constituye un fin en sí mismo. Es inseparable del cuerpo y desaparece cuando este se corrompe. Distingue tres niveles de alma: vegetativa (nutrición y reproducción), sensitiva (capacidades sensitivas, apetitivas y motrices) y racional (pensar, decidir y hablar). Estas tres facultades están jerarquizadas, sien- do la inferior la vegetativa y la superior la racional. ÉTICA Y POLÍTICA La ética y la política se ocupan de estudiar la conducta humana, la vida práctica. Están unidas ya que Aris- tóteles concibe al ser humano como un animal político que desarrolla sus actividades en una comunidad; defiende siempre la primacía de lo comunitario sobre lo individual. En ‘Ética a Nicómaco’ analiza la acción humana, que es teleológica (obedece a determinados fines). A su juicio, el fin supremo de la vida humana es la felicidad y la vía para lograrla es la adquisición de virtudes (hábitos que mejoran la vida humana). Estas virtudes son de dos tipos: éticas (el término medio entre dos extremos: entre cobardía y temeridad está la valentía) y dianoéticas (participación en otros saberes). Aunque la sabiduría no aporta la felicidad completa, ningún ignorante puede aspirar a ser feliz y sólo es posible alcanzarla en la ciudad, en la vida social organizada políicamente. A diferencia de Platón, Aristóteles no exhibe una concepción utópica de lo político, sino que recoge las constituciones de las polis que rodean Atenas. El fin de la polis es garantizar la ‘buena vida’ de sus ciuda- danos y reconoce tres gobiernos orientados al bien común: la monarquía (gobierno del más excelente), la aristocracia (gobierno de personas excelentes) y la república (en manos de una base social). Cuando el gobierno sirve a intereses particulares, da lugar a regímenes degenerados: la tiranía, la oligarquía y la democracia. Aristóteles rechaza la democracia radical y se inclina a una democracia moderada en la que predominan las clases medias. FILOSOFÍA HELENÍSTICA Y NEOPLATONISMO FILOSOFÍA HELENÍSTICA El periodo helenístico se enmarca entre el 323 a.C. (muerte de Alejandro Magno) y el 30 a.C. (Roma con- quista Egipto y culmina el imperio). Alejandro Magno había conquistado un gran imperio y sus sucesores lo dividen en tres grandes reinos (‘monarquías helenísticas’): Macedonia (Antigónidas), Oriente (Seléu- cidas) y Egipto (Ptolomeos). En el s. II a.C., Grecia se incorpora al Imperio Romano como provincia, sin embargo, en el terreno cultural es Roma la que adopta los modelos griegos, mezclándolos con su propia tradición. En esta nueva época, las ciudades-estado desaparecen y el individuo pasa a ser súbdito de un extenso reino. Ya no participa directamente en política, está sometido a la autoridad de un monarca, la política se profesionaliza y queda en manos de pocos. Desaparece lo público y la comunidad política; el hombre ya no es un ‘animal político’ sino un ‘animal social’ y en la filosofía se separa la ética de la política. Se exaltan ideales cosmopolitas, el hombre se caracteriza por sus rasgos individuales. En el terreno económico hay un aumento de las diferencias entre clases sociales; el comercio da lugar a una clase social enriquecida y a una clase proletaria muy pobre. La apertura de Grecia hace que los he- lenos pierdan sus prejuicios acerca de su superioridad cultural frente a los ‘bárbaros’ y se cuestiona por primera vez la esclavitud. El término ‘helenismo’ significa ‘hablar griego’ y por extensión, adoptar su cultura y forma de vida. En la época clásica se hablaban en Grecia diversos dialectos, ahora se forma una lengua griega unificada, la koiné, que se convierte en una lingua franca, vehículo del intercambio cultural. La recepción de Roma de la cultura griega forma la cultura grecolatina, base del Occidente actual. En esta época varias ciudades actúan como centros culturales: Alejandría en Egipto, Antioquía en Siria, Pérgamo en Asia Menor, Rodas en el Egeo y Atenas. La más importante para el desarrollo cultural es Alejandría, donde se crean dos ins- tituciones: la biblioteca, que alberga manuscritos de la época clásica, y el museo. CARACTERÍSTICAS DE LAS FILOSOFÍAS HELENÍSTICAS • La cultura intelectual del Helenismo se desarrolla en tres ejes: una ética desligada de la vida social y política, la primacía de las ciencias técnicas y el desarrollo de las artes y las letras. • Son propias de esta época las escuelas de filosofía (epicúreos, estoicos, cínicos…), dedicadas a elaborar una doctrina común. Constituyen los modelos de pensamiento vigentes en la tradición occi- dental. • La mayoría de los filósofos helenísticos dividen su contenido: lógica, física y ética. • La más importante es la ética, que se ocupa de la felicidad, el fin principal de la filosofía es enseñar al individuo a ser feliz. Su ideal de la felicidad es apolítico, piensan que un individuo puede vivir al mar- gen de una colectividad cívica, en una vida retirada y resignado ante un mundo hostil, y ser feliz. La filosofía se presenta como una terapia del alma, una guía para el arte de vivir y hay un desinterés hacia la política. Se crea una moral basada en el ejemplo: se trata de imitar al sabio. • Conservamos pocas obras de la filosofía helenística griega. La mayor parte del conocimiento llega de forma indirecta (Cicerón, Sexto Empírico o Diógenes Laercio). EPICUREÍSMO En el s. IV a.C. Epicuro funda unaescuela de filosofía en una casa con jardín a las afueras de Atenas (‘los filósofos del Jardín’). El epi- cureísmo conjuga cuatro elementos: una física atomista, una teoría del conocimiento sensualista, una ética hedonista y una indiferen- cia religiosa. Niegan la existencia de realidades suprasensibles y el dualismo: no hay más realidad que la material, conocida a través de los sentidos. Rechazan cualquier forma de trascendencia espi- ritual, solo disponemos de esta vida terrena y debemos ser felices en ella. Esa felicidad descansa en la tranquilidad y el placer, para alcanzarla conviene vivir en pequeñas comunidades de amigos. Su lema es ‘vive retiradamente’, propugnando un retorno a la natura- leza y al cuerpo. LÓGICA La lógica suministra un criterio de verdad, para distinguir lo ver- dadero de lo falso. Los epicúreos afirman que el conocimiento se basa en la sensación (teoría sen- sualista). El criterio de verdad más importante es la percepción sensible, luego están las antici- paciones (conceptos mentales a partir de la experiencia sensible) y las afecciones o sentimientos de placer y dolor. Los tres son siempre verdaderos, las opinio- nes y razonamientos pueden ser falsos. El criterio viene dado por la sensación: son verdaderas las opiniones confirmadas por la ex- periencia sensible. FÍSICA La física describe la constitución del cosmos para evitar el temor a la naturaleza. La física epicúrea es materialista, renuncia a ele- mentos espirituales y adopta la teoría atomista (el universo está formado por átomos, peque- ños elementos que se mueven y combinan entre sí en el vacío). El nacimiento y la muerte equivalen a agregaciones y disgregaciones de átomos, el universo se man- tiene siempre inmutable. Niega una teleología en la Naturaleza (un orden subordinado a unos fines fijos) y la existencia de po- deres divinos sobrenaturales. El orden natural es un equilibrio en- tre necesidad y azar. ÉTICA Según los epicúreos, la felicidad reside en el placer, definido como ausencia de dolor en el cuerpo y de perturbación en el alma, se- renidad, ataraxia. Los placeres deben ser elegidos de forma ra- cional, ya que los que conducen a la felicidad son sencillos y al al- cance de todo el mundo. Para lo- grar la ataraxia hay que liberarse de los temores infundados, tanto del temor a la muerte como del temor a los dioses, que son indi- ferentes a los asuntos humanos (indiferencia religiosa). El ser hu- mano es autárquico para procu- rarse su propia felicidad. ESTOICISMO En el s. IV a.C. Zenón de Citio funda en Atenas otra escuela de filosofía, conocido como los ‘filósofos del Pórtico’ (‘estoa’ en griego), ya que se reunían en ese lugar. El estoicismo gozó de una enorme difusión y fue la corriente más exitosa. Se desarrolla en tres etapas: estoicismo antiguo (s. III a.C.) representado por Zenón, Cleantes y Crisipo; estoicismo medio (s. II y I a.C.) con Panecio y Posidonio; y el estoicismo nuevo (s. I y II d.C.) con Séneca, Epicteto y Marco Aurelio. Se declaran contrarios al epicureísmo, pero al igual que ellos afirman que solo existen realidades mate- riales y que el conocimiento se basa en la sensación. Ponen en el centro de su filosofía a la naturaleza, concebida como un todo con acontecimientos predeterminados. Frente al individualismo, sostienen que todos los humanos pertenecemos a una comunidad de alcance universal. LÓGICA Igual que los epicúreos, conside- ran que el conocimiento se basa en la percepción sensible y sobre ella se erigen conceptos abstrac- tos (signos). A partir de muchas sensaciones repetidas, nuestro entendimiento elabora represen- taciones mentales (‘representa- ción comprensiva’) que pueden ser verdaderas o falsas. Para los estoicos lo verdaderamente real es el individuo, lo universal existe solo en la mente. FÍSICA Según los estoicos el principio (arché) de la Naturaleza está en la conjunción del fuego y el Ló- gos (orden, razón). Conciben el universo como un gran organis- mo autolegislado en el que todo está en concordancia. La física estoica se caracteriza por enten- der que la Naturaleza está go- bernada por un orden fijo, cuyo fin es cumplir un ciclo eterno de generación y destrucción. El uni- verso ha nacido y se destruirá, tendrá lugar una combustión y luego una nueva generación; tras esto, volverán a repetirse todos los seres y acontecimientos del ciclo cósmico anterior, de forma idéntica, durante toda la eterni- dad. Este orden cósmico (Lógos) es divino (en el sentido de per- fecto y completo) y lo atraviesa todo (panteísmo), pero pertene- ce al propio mundo, no es induci- do desde fuera como en la tesis cristiana. ÉTICA Para los estoicos la virtud consis- te en vivir de acuerdo con la na- turaleza, conformándose con el destino. Defienden una ética del deber, distinguiendo ‘acciones convenientes o deberes’ (con una justificación razonable) de ‘acciones perfectas’ (conducen a la felicidad y siguen la Recta razón). El hombre es autárqui- co para lograr su felicidad, bien y mal proceden del interior de cada cual. Su ideal de vida consiste en ate- nuar al máximo las emociones y pasiones, que alteran el alma. El sabio estoico debe perseguir el autodominio y el control racio- nal, aceptando el destino porque todos los acontecimientos están predeterminados por un orden natural. Defienden principios igualitarios y presentan un com- bate teórico contra la esclavitud. ESCEPTICISMO En él confluyen una tesis filosófica y una actitud vital. La tesis filosófica niega todo conocimiento de la verdad, como actitud vital propugna una suspensión generalizada del juicio (epoché), ya que todas las opiniones son inciertas y no debemos adherirnos a ninguna. Con esto lograremos un estado de ataraxia al que seguirá la felicidad. Se desarrollan tres corrientes: • La doctrina de Pirrón de Elis (s. IV-III a.C.) considerado el fundador. • La Academia escéptica (s. III – II a.C.), con Arcesilao y Carnéades. • El nuevo escepticismo pirrónico, formulado por Enesidemo (s. I a.C. – I d.C.) y Sexto Empírico (s. II d.C.). PIRRÓN DE ELÍS (s. IV – III a.C.) Contemporáneo de Alejandro Magno, no escribió nada y conocemos su existencia por fuentes indirectas. Pirrón niega la existencia de un mundo de esencias, ni los sentidos ni la razón ofrecerían informaciones verdaderas o falsas, ya que la realidad es inconsistente. Ante esto, hay que abstenerse de juzgar y adhe- rirnos a opiniones, permaneciendo indiferentes y evitando pronunciarnos sobre cualquier tema (afasia). De esta actitud resulta una perfecta tranquilidad. Para ser feliz es necesario seguir las convicciones pro- pias de cada comunidad humana en la que nos encontremos. LA ACADEMIA ESCÉPTICA Tras la muerte de Platón, la Academia experimenta un declive hasta que en el s. III a.C. Arcesilao empren- de una nueva fundación. No formula una teoría filosófica, se limita a cuestionar el resto de las escuelas, especialmente los estoicos. Arcesilao defiende que no existe ningún criterio de verdad que sea infalible porque a toda opinión se le puede oponer una contraria. Los estoicos alegaron que en la vida práctica hay que elegir una posición, por lo que Arcesilao estableció el criterio de ‘lo razonable’, aquello que es más conveniente en cada caso. Más tarde, Carnéades establece otro criterio: el criterio de ‘lo probable’, podemos saber si una opinión es más o menos creíble comparándola. NUEVO ESCEPTICISMO PIRRÓNICO En el s. I a.C. Enesidemo refunda el escepticismo con la pretensión de radicalizarlo, apoyándose en Pirrón. Afirma que no hay opiniones ni más razonables ni más probables que otras, niega totalmente la existen- cia de una realidad estable. Tras Enesidemo, Sexto Empírico fusiona el escepticismo con la medicina empírica. Con él el escepticismo alcanza sus cotas más altas y se precipita hacia su destrucción. LA ÉPOCA IMPERIAL: NEOPLATONISMO AMBIENTE INTELECTUAL EN LOS PRIMEROS SIGLOS DE NUESTRA ERA Desde comienzos dela época imperial se produce un cambio de pensamiento, por un lado, se recupera el mensaje del platonismo, afirmando la separación entre realidad sensible y la inteligible. Por otro el pensamiento tiene un carácter ascético y salvífico (soteriológico), tratando de liberar al alma del mundo material y prometiendo su salvación. La filosofía comienza a confundirse con la religión, ya que retoman la filosofía platónica desde un sesgo religioso. El neoplatonismo pagano conduce a la experiencia místi- ca en la que el alma se funde con lo divino; en su vertiente filosófica recuperan los dualismos de Platón (mundo sensible inferior e inteligible superior, dualismo antropológico de cuerpo y alma, y dualidad en- tre opinión y saber). Hay una serie de corrientes que se constituyen como el antecedente común del neoplatonismo y la Pa- trística cristiana (Primera teología): • Las religiones mistéricas, proceden de la zona oriental del Imperio Romano. Son secundadas por las clases más bajas y prometen la salvación del alma. Ej. culto a Isis. • El platonismo medio y el neopitagorismo. Recuperan la teoría platónica de las Ideas y la reformulan: las Ideas son pensamientos situados en la mente de lo divino. • El movimiento cultural judeohelenístico, se desarrolla en Alejandría y fusiona elementos de la reli- gión hebrea con la filosofía platónica. • Las corrientes gnósticas. NEOPLATONISMO. PLOTINO (s. III – IV d.C.) Es el último gran sistema de la tradición griega, en él la filosofía y la reli- gión están inseparablemente unidas. El neoplatonismo supone la reacción de la filosofía pagana frente al cristianismo y sus principales escuelas son: escuela de Roma (Plotino, s. III), escuela de Siria (Jámblico, s. IV), escuela de Pérgamo (Edesio, s. IV), escuela de Atenas (Proclo, s. V) y Escuela de Alejandría (Sinesio, s. IV – VII). Al igual que Platón, destacan el Bien frente a las demás ideas y lo identifi- can con lo divino, con el Uno; las Ideas son pensamientos de la inteligencia divina. LAS TRES HIPÓSTASIS Y LA PROCESIÓN O EMANACIÓN El sistema filosófico de Plotino se forma en el s. III en Alejandría. Viaja a Oriente, donde entra en contacto con hindúes y persas, y funda en Roma una escuela. Su filosofía gira en torno a dos problemas: la relación entre lo Uno y lo múltiple (entre cada Idea y la realidad) y la forma en la que el ser humano puede desli- garse de este mundo terrenal para reunirse con lo divino y contemplarlo. Todas las realidades proceden del Uno y retornan a él por emanación, por eso todas las cosas están rela- cionadas. Entre el principio supremo y las realidades sensibles hay realidades intermedias: El Uno, la Inteligencia y el Alma son las tres ‘hipóstasis’ (realidades verdaderas) y son divinas (politeísmo) porque son inmateriales, pero tienen diferencias jerárquicas (el Uno es el único no múltiple). PRINCIPIOS QUE RIGEN LA PROCESIÓN Y EL RETORNO Toda procesión, cuando es perfecta, engendra necesariamente otra realidad diferente: la realidad pro- genitora no resulta empobrecida ni transformada, la realidad generada es inferior y todo lo generado tiene hacia su potencia generadora (retorna). En el proceso de emanación, que no es cronológico, hay tres momentos: permanencia (de la realidad generadora), procesión (lo generado es indeterminado) y retorno (lo generado adquiere determinación al volverse hacia la potencia generadora y contemplarla). Dimensión inteligible UNO INTELIGENCIA (NOÚS) Dimensión sensible ALMA REALIDADES SENSIBLES EL UNO Es el principio supre- mo, anterior a todas las cosas y su potencia. Se produce a sí mismo y el único acceso posible a él es la unión mística. LA INTELIGENCIA El Uno genera algo dife- rente, en un primer mo- mento indeterminado, que retorna a él, lo con- templa y se convierte en Inteligencia. Cuando se vuelve al Uno, la Inteli- gencia lo ve pluralizado en múltiples Ideas. Las Ideas son las esencias verdaderas, los mode- los de las realidades sensibles. EL ALMA La Inteligencia general algo diferente a ella, indeterminado, que se vuelve a ella y las Ideas y al contemplarlas, se convierte en Alma. En ese mismo acto, el Alma genera el mundo sen- sible. Es su principio de generación y habita en- tre la realidad sensible y la inteligible, conectán- dolas entre sí. Es incor- poral (suprasensible), eterna y divina. LA MATERIA Y EL SER HUMANO La materia es indetermi- nada, procede del Alma pero no tiene capacidad de retorno. El ser huma- no es su Alma, lo divino que hay en él, sin em- bargo, vive en el mundo corporal. El fin supremo de la vida humana es liberarse de lo sensible y elevarse hasta el Uno, suprimien- do la multiplicidad. La unión mística con el Uno puede ocurrir, momen- táneamente, durante la vida del hombre, pero la fusión definitiva se pro- duce tras la muerte. CRISTIANISMO Y FILOSOFÍA AGUSTÍN DE HIPONA La Edad Media se caracteriza por los intentos de conjugar religión cristiana y filosofía griega, necesaria para defender los contenidos de la fe con la razón. Los dos principales autores son San Agustín (s. IV – V) y Santo Tomás de Aquino (s. XIII); San Agustín entrelaza filosofía platónica y cristianismo, Santo Tomás hace lo mismo con la filosofía aristotélica. A partir del reino de Esencias de los filósofos griegos, ambos teólogos afirman la existencia de las Ideas en la mente de Dios; el problema es que si Dios crea el mundo siguiendo esos modelos, es más un artesano que un creador omnipotente. Las dificultades para enlazar cristianismo y filosofía griega culminan al final de la Edad Media, cuando se trata de sustentar la fe sin acudir a la razón. INNOVACIONES DEL CRISTIANISMO FRENTE A LA CULTURA GRECOLATINA • La verdad es revelada por Dios y, por tanto, ab- soluta, se sustenta en la fe. En Grecia son cons- cientes del límite del conocimiento humano. • La encarnación de Dios es el centro de la histo- ria. En la cultura grecolatina no existe la idea de que lo divino se haga humano. • Monoteísmo. La divinidad suprema de los filóso- fos griegos no estaba reñida con la existencia de múltiples dioses. • Creación a partir de la nada por voluntad divina, esto no tiene cabida en el pensamiento griego. • Omnipotencia de Dios. Los dioses griegos no son omnipotentes. • El hombre es creado a imagen y semejanza de Dios. En Grecia hay diferencias entre mortales e inmortales. • La virtud es obedecer los mandamientos de Dios, el pecado es resultado de la voluntad huma- na (pecado original de Adán y Eva). En Grecia el error es la ignorancia. • Dios se hace hombre, muere y resucita. En Gre- cia existe la idea de inmortalidad, pero no resu- rrección. • Providencia personalizada de Dios (cuida a cada persona individual). LA GNOSIS La filosofía cristiana se nutre de las mismas fuentes que el neoplatonismo: platonismo medio y neopi- tagorismo, movimiento cultural judeohelenístico (Filón de Alejandría) y las corrientes gnósticas. Las corrientes gnósticas son movimientos filosó- ficos-religiosos desarrollados en los s. I, II y III d.C. en la zona oriental. En su formación intervienen elementos platónicos y elementos de religiones orientales mistéricas. Existe un gnosticismo pa- gano y otro cristiano (declarado herejía en el s. II d.C.). La gnosis son doctrinas secretas, solo para inicia- dos. El conocimiento divino se logra mediante la introspección, el autoconocimiento, y con él se logra la salvación. Propugnan un fuerte dualismo, separando el espíritu, que es divino, de la materia; el espíritu es fuente del bien, la materia del mal. Nuestra alma procede de lo divino, está aquí exilia- da y regresa mediante el conocimiento. En el gnosticismo cristiano, fuertemente combati- do por la Iglesia, el bien y el mal son representados por dos dioses: el Dios bueno (Nuevo Testamento) y el Dios malo (Antiguo Testamento, el demiurgo, que es malo porque ha creado el mundo). La certe- za de que el cuerpo no puede ser divino les lleva a dudar de la naturaleza divinade Cristo y defienden que el conocimiento siempre es superior a la fe, por lo que el hombre es autónomo para salvarse. MITO DE LA CREACIÓN ‘EX NIHILO’ Las cosmogonías míticas antiguas (Hesíodo) eran relatos del origen del mundo pero no planteaban la idea de una creación desde la nada, sino que entienden la eternidad como un ciclo (‘eterno retorno’). Las cosmologías filosóficas de la Grecia clásica conservaron esta idea del carácter cíclico del orden ; fue un pueblo nómada de pastores, el pueblo hebreo, el que planteó el mito de la creación desde la nada por un Dios único (monoteísmo). El cristianismo surgió a partir de la religión judía y para diferenciarse introdujo nuevos elementos. Las tres teologías medievales monoteístas, la cristiana, la judía y la árabe, declaran que todo lo creado existe por obra de la creación divina y es innecesario, ya que podría no existir. PROCESO DE ELABORACIÓN DE UNA FILOSOFÍA CRISTIANA: LA PATRÍSTICA HASTA AGUSTÍN DE HIPONA • Siglo I: Padres apostólicos (San Clemente de Roma, San Ignacio de Antioquía). • Siglo II: Padres apologistas (Justino, Arístides, Taciano, Tertuliano) • Siglo III: Escuela catequética de Alejandría (Clemente y Orígenes) • Siglo. IV: Edad de oro de la Patrística griega, Padres de la Capadocia (Gregorio de Nisa) • Siglos IV y V: San Agustín, culmen de la Patrística latina. Los primeros difusores del cristianismo (padres apostólicos) reducen su doctrina a temas morales. Tie- nen cercanía inmediata con los apóstoles y sus escritos son respuestas a comunidades eclesiásticas, car- tas con contenido moral, sencillas. El desarrollo teórico se inicia en el s. II (apologistas), que hacen frente a las críticas de los intelectuales paganos. Según estos, el cristianismo es una doctrina tosca, basada en una fe ciega y supersticiones, dirigido a las clases bajas aprovechándose de su ignorancia. De esta forma, los cristianos elaboraron una teoría más consistente, apoyándose en la filosofía griega (platonismo y neoplatonismo). En esta época se pierden testimonios directos de la vida de Jesús, solo quedan las Sagradas Escrituras, la Liturgia y la Tradición de las iglesias. La Escuela catequética de Alejandría, especialmente Orígenes, construye por primera vez un sistema sólido de filosofía cristiana, buscando una armonización entre fe y razón. Orígenes desarrolla el tema de la Trinidad y la creación. En 313 se decreta el Edicto de Milán, que permite la libertad de credo en todo el Imperio Romano y el cristianismo se extiende. El Edicto de Tesalónica (380) establece el cristianismo como la religión oficial. Entre los Padres de la Capadocia destacan Gregorio de Nisa, Basilio el Grande y Gregorio Nacianceno, que formaron los dogmas del cristianismo y la ortodoxia (doctrina correcta). En el s.IV se combaten herejías y se unifica la doctrina cristiana, es la época de los concilios. En 325 tiene lugar el Concilio de Nicea, que establece el dogma que deben respetar los miembros de la Iglesia. El empeño medieval consistió en defender racionalmente la fe desde la filosofía griega pero siempre priorizando la fe a la razón. Como consecuencia, la teología se desdobló en teología racional (basada en argumentos) y teología revelada (sostenida por las Sagradas Escrituras). Durante muchos siglos, se sos- tuvo que la filosofía sin teología estaba huérfana. Las relaciones entre fe cristiana y razón filosófica se concretan en tres etapas: primero rechazo y hosti- lidad mutua; una segunda etapa con intentos de conjunción (San Agustín, Santo Tomás); y una etapa al final de la Edad Media en la que se separa razón y fe. Los autores medievales que no son santos solían sostener tesis filosóficas y teológicas más o menos he- terodoxas. El pensamiento cristiano ortodoxo continuó las tesis de San Agustín hasta la llegada de Santo Tomás de Aquino (s. XIII), que alteró radicalmente el panorama con la recepción de elementos aristotéli- cos. Existe aquí una lucha entre dos órdenes medievales: los franciscanos (agustinistas) y los dominicos (orden de Santo Tomás); dos de los ‘herejes’ del final de la Edad Media, Ockham y Duns Scoto, fueron franciscanos y se opusieron al poder de los dominicos. AGUSTÍN DE HIPONA: EL CULMEN DE LA PATRÍSTICA LATINA (s. XII) Es la principal fuente de la filosofía medieval cristiana hasta el s. XII. Nació y vivió en el norte de África y pasó temporadas en Italia; su formación intelectual es a través del latín. Recibió influencias del mani- queísmo y fue profesor de retórica. Ha legado una extensa producción literaria, destacando Las confesio- nes, La Trinidad y La ciudad de Dios. TEMAS CENTRALES DEL PENSAMIENTO AGUSTINIANO En los primeros siglos del cristianismo la filosofía griega sufrió un rechazo directo para luego comenzar a ser asimilada. Este cambio se refleja en la obra de San Agustín, el ‘creo porque es absurdo’ (la fe no le debe nada a la razón) se sustituye por un ‘creo para entender’. Para San Agustín fe y razón son complementarias: la fe orienta a la razón y la razón refuerza la fe; es una fe que busca entender. Hace una distinción entre ciencia y sabiduría, la ciencia es el conocimiento racio- nal del mundo sensible, la sabiduría es el conocimiento intelectual del mundo inteligible. La ciencia está subordinada a la sabiduría, cuyo fin es la contemplación de Dios. La filosofía es, también, sabiduría: busca la verdad para llegar a Dios. Su filosofía gira en torno a dos temas, el alma humana y Dios, que son los mismo porque el alma es el camino para llegar a Dios. Para encontrar la verdad tenemos que dirigirnos al interior del alma, en un pro- ceso ascendente; esta concepción encaja con el ideal de vida en el cristianismo medieval: vida monacal, retirada en el monasterio; el hombre religioso es el hombre de la interioridad y en su interior reside Dios. En el alma están las realidades eternas: las Ideas platónicas. Estas Ideas proceden de Dios, son sus pensa- mientos y están en su mente. El alma llega a conocerlas a través de un proceso de tres pasos: interioriza- ción, autotrascendimiento e iluminación. Otro de los temas que trata San Agustín en la conexión entre Dios, el mal y la libertad humana. Según él, el mal solo es ‘ausencia de bien’ y no algo que provenga de Dios; su origen es el libre albedrío del hombre y surgió cuando el primer hombre desobedeció la ley de Dios. El único camino hacia la salvación sería obe- decer la ley de Dios (y de la Iglesia) y la felicidad completa tendrá lugar cuando el alma contemple a Dios. TEORÍA DE LA ILUMINACIÓN • Refutación del escepticismo. Trata de demostrar que hay verdades universales y eternas que no son falsas, captadas por la razón (pertenecen al mundo inteligible). Las conocemos a través de la iluminación en un proceso purificador de elevación hacia Dios. Debemos conocerlas para ser felices. • Principio de la autoconciencia. Tenemos conciencia de existir y pensar: existo y sé que existo. • Esta teoría procede de tres fuentes: - La filosofía platónica, de la que hereda la separación entre realidad sensible e inteligible. - El neoplatonismo, de donde recibe la idea de que las Ideas son pensamientos de Dios. Por otra parte, las tres hipóstasis del neoplatonismo son semejantes a las tres personas de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo-Verbo y Espíritu Santo) y el proceso que realizan es similar a la iluminación. - De las Sagradas Escrituras, sobre todo el Evangelio de San Juan. • La teoría de la iluminación es también una teoría ontológica. La principal innovación del cristianismo es la noción de la creación, que procede de la Biblia. El mundo ya no es eterno, sino temporal y en él reina la voluntad de Dios. San Agustín distingue tres momentos en la creación, que corresponden a la Trinidad: la creación (Padre), donde aparece la materia de la nada; la formación (Verbo), donde Dios crea las cosas tomando como modelo las Ideas de su mente; y la ordenación (Espíritu Santo), que dota a cada ser de un fin. • La teoría dela iluminación puede ser interpretada como una teoría noética (del conocimiento). El es- píritu humano sería la materia iluminada por Dios para acceder a las Ideas y poder comprenderlas. San Agustín sustituye así la teoría platónica de la reminiscencia por la de la iluminación divina para conocer la verdad. EL HOMBRE Y LA HISTORIA El ser humano está hecho a semejanza de Dios y está constituido por inteligencia, memoria y voluntad. Se somete a una disyuntiva: vivir según la carne o según el espíritu y elevarse a Dios; este problema se presenta en ‘La ciudad de Dios’, donde la historia de la humanidad es una lucha entre la ciudad terrena (inferior, de conflicto y tinieblas) y la ciudad de Dios (lugar de la Verdad, el Bien y la Belleza). Ambas ciu- dades se van aproximando lentamente hasta que se instaura el reino de Dios en la tierra. Esta referencia tiene su paralelismo histórico en las relaciones entre la Iglesia y el Estado, en una época en la que el Imperio Romano se está desmembrando y muchos paganos culpan de ello a la religión cris- tiana. Siguiendo su alegoría, la Iglesia (único representante en la ciudad de los hombres de la ciudad de Dios) debe estar siempre por encima del Imperio y el Estado. San Agustín fue el primer pensador que ana- lizó el sentido de la historia universal, concibiendo el tiempo histórico de forma lineal: desde la creación hasta el juicio final. LA CONTROVERSIA DE LOS UNIVERSALES FORMACIÓN DE LA ESCOLÁSTICA La Edad Media comienza con la caída del Imperio Romano de Occidente (476) y termina con la toma de Constantinopla por los turcos (1453); se desarrolla en tres grandes escenarios: Imperio Bizantino, Europa cristiana occidental y el mundo islámico. La controversia sobre los universales afecta a toda la Edad Media. En el s. XII suceden dos acontecimien- tos decisivos para la vida cultural europea: el desarrollo de las universidades y la llegada a Europa Occi- dental de obras de la Antigüedad grecolatina transmitidas por los árabes. Con las invasiones de los bárbaros se destruyen vías de comunicación y se estancan los intercambios comerciales y culturales. Además, destruyen los centros urbanos del Imperio Romano, la población se refugia en núcleos rurales y se va formando la estructura de los feudos. En los primeros siglos la vida intelectual experimenta un retroceso, se pierde el saber de la Antigüedad grecolatina y no se generan nuevos conocimientos. Un primer renacimiento cultural se produce con el Imperio Carolingio en el s. VIII. Carlomagno, para ad- ministrar el Sacro Imperio Romano Germánico, necesitó funcionarios preparados intelectualmente, por lo que fundó escuelas y promovió el saber y la educación. Fundó una escuela alrededor de su palacio, la escuela palatina, donde se recopilaron manuscritos antiguos. Al frente estaba el monje Alcuino, que organizó las siete artes liberales: el trívium (gramática, dialéctica y retórica) y el quadrivium (aritmética, geometría, astronomía y música). Esta organización se generalizó en escuelas y universidades medieva- les. La ‘escolástica’ es la teología filosófica generada y difundida en los monasterios, abadías, catedrales y escuelas palatinas, cuyo objetivo es hacer comprensibles las verdades reveladas de la religión cristiana. Está ligada a la enseñanza: se utilizaba para instruir al clero y al pueblo. Los pensadores escolásticos se apoyan en la filosofía griega. El problema central que articula la filosofía medieval es el de la relación entre fe (dogmas de las Sagradas Escrituras) y razón (basada en argumentos). Las verdades de la fe son indiscutibles, por lo que la razón va por detrás de la fe: la filosofía es sierva de la teología. El individuo debe respetar a las autoridades: la Biblia, los Padres de la Iglesia y los dogmas de la comunidad eclesiás- tica. El desarrollo de la escolástica tiene tres etapas: alta escolástica (s. XI – XII), apogeo (s. XIII) y crisis y disolución (s. XIV). Hasta el s. XII los textos que se manejaban eran escasos: Sagradas Escrituras, obras de los Padres de la Iglesia, diálogos de Platón y textos de Aristóteles. Toda la filosofía escolástica hasta el s. XII es de cuño platónico, recibido a través de San Agustín. Hay tres corrientes en la escolástica: platonismo de raíces agustinianas (San Anselmo), platonismo místico de raíces neoplatónicas (Juan Escoto Eriúgena) y aristo- telismo (Santo Tomás). PRIMEROS FILÓSOFOS MEDIEVALES (s. IX – XI) JUAN ESCOTO ERIÚGENA (s. IX) Fue un monje irlandés y escribió ‘La división de la naturaleza’, en la que introduce dentro de la teolo- gía cristiana elementos neoplatónicos (paganos), algo no muy habitual. Concede cierta prioridad a la razón sobre la fe, pero sostiene que no puede haber discrepancias. Defiende que todas las cosas emanan de Dios y retornan a él; el mundo ente- ro es una manifestación de Dios, que lo impregna todo (panteísmo). Divide la naturaleza en cuatro niveles jerarquiza- dos, entre los que hay dos movimientos (descen- dente y ascendente): en la cúspide aparece Dios como naturaleza creadora; en el segundo nivel se encuentran las Ideas platónicas, creadas (proce- den de Dios) y creadoras a la vez, los modelos de todas las cosas; en el tercer nivel está el mundo sensible, que es creado y no creador; por último aparece otra vez Dios como fin (todas las realida- des aspiran a retornar a él). La obra de Eriúgena fue condenada por el Papa Honorio III, ya que no era compatible con el cris- tianismo. El cristianismo afirma la trascendencia de Dios frente a todo lo creado, Eriúgena piensa que existe una continuidad entre Dios y lo emana- do de él. SAN ANSELMO / ANSELMO DE CANTERBURY (s. XI) Era de origen italiano y se estableció en Canter- bury, donde llegó a ser arzobispo. Su filosofía es de inspiración agustiniana, con una combinación entre platonismo y cristianismo. Defendió la prioridad de la fe sobre la razón: hay que creer para entender. Entre ellas hay un acuer- do porque el entendimiento está iluminado por la luz divina. Es célebre elaborar un argumento que prueba la existencia de Dios; es el llamado ‘argu- mento ontológico’ y está destinado a los infieles, que niegan la existencia de Dios. Este argumento presupone dos cosas: la distinción entre esencia (imagen mental de algo) y existencia (si eso existe realmente o no) y que la existencia es más perfec- ta que la esencia. Todos tenemos el concepto de Dios, concebimos una realidad suprema, mayor que la cual nada puede pensarse. Si este concepto existe en nues- tro pensamiento, debe existir también realmente, pues de lo contrario no sería una realidad supre- ma, la mayor que cabe pensar. Como entidad su- perior debe contener todas las propiedades en su máximo grado y puesto que la existencia es una propiedad, si Dios no existiese carecería de ella. Su principal oponente fue el monje Gaunilo, que objetó que se podría probar la existencia de cual- quier concepto con solo atribuirle la perfección. EL SIGLO XII PEDRO ABELARDO Es el pensador más importante del s. XII y uno de los más creativos de la Edad Media. Enseñó en la Escuela de Nôtre Dame y vivió en diversos monas- terios de Francia, donde se refugió tras el escánda- lo de sus amores con Eloísa y las persecuciones de los sectores más conservadores. Defiende que no existe más que una verdad revela- da por Dios y concede gran importancia al análisis racional para entender las verdades de la fe. No se debe creer en algo porque Dios lo haya revelado, sino porque la verdad resulta convincente, es razo- nable. Reivindica el conocimiento racional más que sus contemporáneos, que le criticaban por ello. Somete los textos a un cuestionamiento perma- nente y mantiene una actitud de duda. Destaca por su estudio de la lógica y desarrolla una ética en la que lo que importa es la intención del agente y no sus consecuencias (ética de la intención). ESCUELA DE CHARTRES Fundada por Bernardo de Chartres, sus miembros cultivaron el interés hacia el universo
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