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Comunidad y Salud ISSN: 1690-3293 revistacomunidadysalud@gmail.com Universidad de Carabobo Venezuela Camacaro Cuevas, Marbella CONTANDO LA HISTORIA QUE NO NOS CUENTA… POR EL 8 DE MARZO. Comunidad y Salud, vol. 8, núm. 1, enero-junio, 2010, pp. I-III Universidad de Carabobo Maracay, Venezuela Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=375740246001 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto http://www.redalyc.org/revista.oa?id=3757 http://www.redalyc.org/revista.oa?id=3757 http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=375740246001 http://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=375740246001 http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=3757&numero=40246 http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=375740246001 http://www.redalyc.org/revista.oa?id=3757 http://www.redalyc.org Marbella Camacaro Cuevas Q EDITORIAL CONTANDO LA HISTORIA QUE NO NOS CUENTA… POR EL 8 DE MARZO. I uienes tienen el poder de escribir la historia social nos cuentan una parte de la realidad e intencionalmente ocultan otra. La historia de la humanidad se ha escrito así, y así se ha repetido tanto en los espacios escolares, universitarios, como familiares, construyéndose una cosmovisión histórica colectiva de los hechos sociales a la justa medida de los intereses del poder. Un inciso: El poder no ha estado precisamente en manos de las mujeres. Esa historia que se cuenta es la oficial, la cual reconoce y valida por ejemplo: los logros de los héroes de las guerra, de los políticos, de los científicos, de los grandes artistas, pero no ha contado, no valida, el hacer de quienes les resuelven la vida cotidiana a esos grandes hombres para que ellos puedan tener tiempo de inventar la guerra, las armas y matar, escribir, pintar, pensar. ¿Quiénes han sido esas personas anónimas?…pues las mujeres de esos grandes hombres. Por ello es que con una gran carga valorativa/positiva se ha repetido ese refrán machista “detrás de un gran hombre hay una gran mujer”, fíjense, aunque a ellas nadie las mencione y su trabajo no se reconozca, las llaman grandes mujeres, no las llaman esclavas para que no se haga consciencia colectiva de la discriminación de las mujeres. Así todo es felicidad…cada quien en su justo lugar, los grandes hombres visibles y las mujeres detrás de ellos, invisibles pero… contentas porque las denominan grandes mujeres. Esa historia oficial ha logrado que su cuento construya una “verdad” sobre lo que deben ser hombres y mujeres, y no ha permitido que el colectivo social deslastre el machismo que encierra ese refrán, y la gente lo repita con mucho orgullo y valor. En la actualidad, no todas pero si muchas mujeres no están detrás de los grandes hombres, sino están produciendo tanto como ellos, pero además resolviendo solas lo cotidiano/doméstico, porque ellas se creyeron el cuento de que esos son asuntos de la naturaleza de las mujeres, sobrellevando una doble o triple jornada. La historia en ciernes tiene letras que dicen que las labores del hogar deben ser repartidas entre todo/as quienes conforman el núcleo familiar, pero eso no le gusta a algunos. No conocer una parte de la realidad social es ignorar hechos que pudieran explicar con más justicia el devenir de los algunos grupos humanos, esa ignorancia nutre el racismo, la homofobia, la xenofobia, el machismo. Por ello, quienes andamos empeñadas en visibilizar las inequidades sociales que han vivido las mujeres a lo largo de la historia civilizatoria de la humanidad, siempre tenemos que ponernos corazas para -no morir en el intento- frente a las repetitivas preguntas, comentarios, chistes, que hacen una inmensa mayoría de personas, quienes por falta de información, léase ignorancia, repiten un discurso cargado de estereotipos pero vacío de contenido histórico/social. Esas personas en nombre de la ignorancia dicen por ejemplo-eso de la discriminación contra las mujeres-fue en el siglo pasado, ahora ellas están en las universidades, en cargos públicos, y hasta… Telling the story that nobody tells us....... By the March, 8th. Editorial II presidentas, además qué más quieren si son las reinas del hogar. Comentarios per se aborrecibles, pues reconocer -sin conmoverse- que en algún momento de la historia, la mitad de la humanidad –las mujeres, hayan sido discriminadas, o que debemos enorgullecernos por ser las reinas del hogar, es una patología social. Sería un fanatismo no reconocer que las mujeres hemos alcanzado una presencia cuantitativa en los espacios públicos, podríamos señalar como ejemplo nuestra Universidad de Carabobo, la cual en los dos últimos periodos rectorales, ha tenido dos mujeres como rectoras, pero para ser coherentes con la justicia histórica, también debemos preguntarnos: cuántos años de fundada tiene la universidad, qué paso durante esos cientos de años anteriores que solo los hombres ocupaban cargos de decisión. Bueno, entre muchos datos históricos que no se cuentan, les informo que a las mujeres les estaba vetado el ingreso a las universidades, ese era un privilegio solo para los hombres de la élite social, y para quienes tienen instalada la ignorancia como compañía inseparable y niegan los hechos de discriminación, les cito datos de la Universidad de Vigo (España): Los textos que representan el saber médico en el siglo XIX, mantienen una imagen negativa de la mujer ambivalente, determinada por la clase social a que pertenezca: las mujeres de clase media y alta se consideraban débiles, enfermizas, casi inválidas y se les recomendaba la inactividad, el confinamiento, y la ausencia de toda actividad intelectual, pues tal quehacer mermaría su capacidad para la maternidad…las mujeres de clases inferiores, las sirvientas, las esclavas negras, eran consideradas fuertes, inclinadas a la práctica de la sexualidad, y trasmisoras de enfermedades. (http://webs.uvigo.es/pmayobre/textos/pilar_iglesias_aparicio/tesis_doctoral). La cita anterior demuestra que las mujeres fueron apartadas del devenir político, económico, cultural, académico, y que para ello, se usaba como justificación la clase social, la raza, el nivel económico, cualquier pretexto era válido, porque el fin era uno solo -dejar a las mujeres recluidas en el silencio del hogar-, de allí ese cuento de que las mujeres son las reinas del hogar. La historia constata que las mujeres entramos tardíamente a la vida pública y hoy en la plenitud del siglo XXI, en algunas culturas de otras latitudes, todavía se practica la ablación genital a las niñas, otras deben salir encarceladas en los trajes (burcas), y sin ir tan lejos, en nuestra patria solo las/os invito a hojear las experticias médicas de cualquier medicatura forense del país, y quedarán boca abierta de la cantidad de niñas, adolescentes y mujeres violadas por hombres de su entorno familiar (abuelos, padre, padrastro, tíos, novios). En nombre de esa desinformación histórica, mal que no tiene nada que ver con los títulos académicos, muchos/as profesionales de la salud, emiten juicios tales como: a las mujeres las violan porque provocan a los hombres. Nos preguntamos: y el elevado número de niñas violadas y algunas ancianas? será también que provocan a los hombres. Qué ocurrirá que esos profesionales, antes de emitir juicios misóginos, no se interrogan sobre qué determinación tendrá el tipo de educación sexual y construcción de la feminidad y masculinidad que predomina en la sociedad. Lean con ojo crítico las páginas de sucesos de la prensa donde se refleja el elevado índice de mortalidad y morbilidad en mujeres por causas de violencia doméstica, sucesos que juzgamos también con aseveraciones como: a las mujeres les pegan por sinvergüenzas, o masoquistas, o en su defecto lo vemos como sucesos normales, porque aprendemos/repetimos una historia/cultura que anula la posibilidadde comprender que son delitos públicos, hacemos caso omiso de una problemática cuyo drama es tal que la OMS/OPS ha tenido que declarar la violencia de género como un problema de salud pública. Marbella Camacaro Cuevas 1Coordinadora General de la Unidad de Investigación y Estudios de Género "Bellacarla Jirón Camacaro". Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad de Carabobo. Núcleo Aragua.Correspondencia: bellacarla1802@hotmail.com Marbella Camacaro Cuevas1 Amigas/os lectores/as, muchas de nuestras madres y/o abuelas no eran en su juventud ni siquiera ciudadanas, pues no tenían derecho al acto más sencillo de ciudadanía, el voto. Contemos la historia oculta, en 1944 en Venezuela las mujeres no tenían derecho al voto, en 1945 se les concede el voto sólo en el ámbito municipal, porque los hombres del Congreso Nacional consideraban que las mujeres no eran lo suficientemente responsables como para concederles el voto nacional. Frente a esta patética discriminación las mujeres organizadas salen a la calle a protestar por sus derechos civiles, miles de mujeres en el mundo andaban en las mismas luchas a favor del sufragio femenino, de los derechos laborales de las trabajadoras y contra la guerra. El 8 de Marzo es una conmemoración para recordar aquellas mujeres que se atrevieron a salir a la calle por la conquista de nuestros derechos humanos, por ello sentimos vergüenza frente a la distorsión del día internacional de las mujeres, pues la banalidad y el comercio se adueñaron de la celebración y los regalos, flores, cenas, dan un sello de puerilidad que dista de la seriedad que enmarca dicha conmemoración. Cuando las mujeres de todos los continentes, a menudo separadas por fronteras nacionales y diferencias étnicas, lingüísticas, culturales, económicas y políticas, nos unimos para conmemorar el 8 de Marzo, estaremos reconociendo las luchas históricas de las mujeres por la igualdad, la equidad, la justicia, la paz y el desarrollo. Ayer muchas muertes, persecuciones, encarcelamientos sufrieron las mujeres para que hoy algunas hayamos podido estar presentes en la vida pública. III
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