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La_fisica_cuantica_como_parte_de_la_historia

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La física cuántica como parte de la historia del ser 
Camino Jeremías 
En lo que sigue quisiera señalar los indicios que nos permiten comprender la física cuántica 
como parte de la historia del ser. Para ello es necesario evaluar si la física cuántica presenta o no 
la posibilidad de preguntar por el sentido del ser; ello es decisivo ya que no todo problema o 
tratamiento conlleva ínsita esa posibilidad. Pero, si la misma se llega a mostrar, la pregunta es 
realizable y, en cuanto se busca su respuesta, comienza una nueva indagación. En este trabajo 
tomaré dos artículos en los que aparece aquella posibilidad; dado que se produce desde la física 
cuántica, se impone tomar las determinaciones propias de la misma, en un tema que es central en 
sendos artículos: ¿qué es el ente cuántico? Las dificultades sabidas de esta rama principal de la 
Física podrían generar cierta hesitación; empero, más allá de que este trabajo logre su cometido (y 
yo creo que es así), habrá sido ya fructífero si, quien leyere estas páginas, haya visto que el ser, ni 
siendo algo abstracto, ni algo generalísimo, ni algo común, sin embargo, está allí: sólo hay que 
buscar el acceso apropiado y tener la disposición adecuada1. 
El primer artículo que comentaré fue publicado por Heisenberg en 1927 y lleva por título: Über 
den anschaulichen Inhalt der quantentheoretischen Kinematik und Mechanik (Heisenberg, 1927), 
"Sobre el contenido observacional de la teoría cuántica de la cinemática y mecánica". En él, su 
autor se propone aclarar lo que los resultados experimentales ofrecían, para así obtener un 
entendimiento de la física cuántica. En sus delineaciones generales, por un lado, el autor destaca 
la importancia de los experimentos por sobre la teoría y, por el otro, establece que la teoría 
respectiva debe estar libre de contradicciones internas y que de ella puedan ser derivados resultados 
constatables experimentalmente. 
Dos elementos se muestran aquí: lo observacional, como experimentación científica, y la teoría, 
como el conjunto de conceptos relacionados lógica y matemáticamente. Un concepto físico es, 
aquí, una determinación de la cosa física. En la física cuántica ocurre que hay un principio que rige 
sobre tales relaciones. Este principio había sido puesto de relieve por Heisenberg en un artículo 
que había publicado dos años antes, y que Born, al ampliar los resultados de dicha publicación, 
nombró como condición cuántica fuerte. La fuerza de la condición, manifestó Born, consistía en 
 
1 Si el lector estuviese interesado en la empresa de descubrir la pregunta por el ser allí donde es posible, lo invito a 
entrar a mi perfil en la página de internet https://www.academia.edu, donde ya he subido algunos trabajos en esa 
específica línea. 
que todos los resultados más importantes, derivables matemáticamente, le obedecían. Sin embargo, 
como expresión matemática que era, su sentido no llegaba a ser inmediatamente comprensible. Me 
estoy refiriendo al principio de incertidumbre: la importancia decisiva del artículo que ahora 
comento está en la captación comprensiva del mismo, pues abre al mundo cuántico como tal. 
En la digresión, Heisenberg elabora y desarrolla ejemplos particulares con el fin de hacer visible 
cómo interviene tal principio; creo que es necesario exponer alguno de ellos aquí, porque así es 
posible entender cómo encuentra la constitución de la cosa cuántica, y, además, deja a la vista 
aquello contra lo que disputa el otro artículo. El principio relaciona un par específico de conceptos 
físicos: tal es el caso de la posición y la velocidad de una partícula, así como de la energía y el 
tiempo. Tomaré el primer par: Heisenberg propone pensar cómo llegar a establecer cuál es la 
trayectoria de una partícula cuántica (p. ej. un electrón). La pretensión, en principio, tiene sentido 
porque una partícula con masa se determina conceptualmente por la posición y la velocidad; si 
tiene velocidad, está en movimiento y, por lo tanto, realiza una trayectoria. En cuanto se habla de 
determinación efectiva se dice constatación actual de alguna de las determinaciones posibles de la 
partícula cuántica, y ello se logra mediante experimentación y medida. Ahora bien, Heisenberg 
especifica en el artículo cuál es el experimento cuántico adecuado para ello, pero lo que aquí 
interesa es lo siguiente. En atención al principio de incertidumbre, la experimentación sólo puede 
otorgar una colección de puntos espaciales, lo mismo que una colección de velocidades, pero no 
puede garantizar ambas colecciones con iguales precisiones a la vez. En otras palabras, se puede 
determinar efectivamente la posición de una partícula en un determinado momento con una 
precisión inmejorable mientras que su velocidad tiene una precisión menor, y viceversa. Es decir, 
queda garantizada la determinación efectiva de una de ellas pero no de la otra. 
El resultado de esta investigación es que o bien sólo se conocen efectivamente las distintas 
posiciones en cada momento de una partícula pero nunca su velocidad ni la dirección posterior o 
anterior a cada posición, o bien sólo se conoce efectivamente su velocidad pero nunca dónde estaba 
cada vez. Por lo tanto, no es posible asignarle una trayectoria, y sólo se puede afirmar que una 
partícula cuántica tiene una posición o tiene velocidad efectivamente cuando se está haciendo el 
experimento adecuado, ni antes ni después de éste. Por eso Heisenberg dice que la trayectoria de 
una partícula surge únicamente allí donde es observada. 
El principio de incertidumbre relaciona pares específicos de conceptos tal como se los entendía 
desde antes de la física cuántica. Heisenberg afirma, por ello, que no deben modificarse tales 
nociones, porque es la relación de ellas tal como ellas son lo que hace al mundo cuántico. El 
principio de incertidumbre establece, así, que toda cosa cuántica está determinada por pares de 
determinaciones que excluyen su certidumbre, y que tales determinaciones sólo son tales si hay un 
experimento que efectivamente las determine. De este modo, se anuncia la inevitable relatividad 
de experimento y realidad, en el sentido mencionado. 
En 1935, Einstein en conjunto con Rosen y Podolsky publican un artículo que se titula: Can 
quantum-Mechanical description of physical reality be considered complete? (Einstein, Rosen, 
Podolsky, 1935), "¿Puede ser considerada completa la descripción mecanocuántica de la realidad 
física?", que es el otro artículo que quiero comentar. Para abreviar designaré con EPR a los tres 
autores. La pregunta no es la expresión de una duda escéptica ni una desconfianza, sino que 
manifiesta una evaluación en el sentido de un enjuiciamiento. Así, el artículo elabora y lleva a cabo 
un procedimiento por el que se decide sobre aquella descripción mecanocuántica mencionada en 
el título, que no es otra que la dada por Heisenberg con los importantes aportes de Bohr que no he 
tratado aquí. 
La pregunta muestra, por un lado, que el procedimiento de decisión está dirigido a la 
consideración de la comunidad de físicos, quienes son partícipes y observadores del debate, en 
atención a lo que en él es desarrollado. Por otro lado, se explicitan en ella los elementos más 
importantes de aquel procedimiento. Se puede destacar primeramente a la descripción y a la 
realidad física; esta separación no es aleatoria pues EPR establecen en el inicio del artículo que la 
realidad física, como realidad objetiva, es independiente de cualquier teoría. Teoría es a lo que se 
hace referencia con la descripción y, como está dicho en la publicación, es un conjunto articulado 
de conceptos que representan la realidad física. De modo tal que, por descripción mecanocuántica 
de la realidad física debe entenderse teoría cuántica que corresponde a la realidad física objetiva. 
Por su lado, lo conceptos, dicen los autores, son determinaciones cuantificablesde la cosa física, 
es decir, de su realidad objetiva. Ven, así, un primer criterio que señala aquello que toda teoría, 
como tal, debiera poseer: corrección y completitud. Por la corrección EPR entienden el grado de 
acuerdo entre las conclusiones de la teoría y la experimentación, mientras que completitud refiere 
a que cada elemento de la realidad física debe tener su contraparte teórica (un concepto). Si una 
teoría satisface la corrección y completitud, entonces cumple con ser la representación de lo 
representado. Pero, ¿cómo puede llegar a representación lo que se busca representar? EPR ponen 
un segundo criterio que tiene por base el que todo elemento de la realidad física llega a 
representación mediante el experimento y la medición, por lo que entienden que todo concepto 
físico tiene una afinidad con un elemento real mediatizado por el experimento y la medición. De 
esta manera, el criterio dice que si es posible predecir con ciento por ciento de certeza una cantidad 
física, entonces esa cantidad física representa un elemento de la realidad. 
Hasta aquí quedan dichos los basamentos del procedimiento de decisión; este procedimiento es 
desarrollado haciendo mayor hincapié en el último criterio nombrado y en la completitud de la 
teoría cuántica. La otra parte del procedimiento es la demostración de la conclusión: para ello 
piensan a dos partículas puestas en una interacción inmediata, las que, un momento después, son 
separadas lo suficiente como para que, cualquier interacción entre ellas, se produzca en un lapso 
de tiempo medible. La situación cuántica en ambos momentos es descripta mediante la teoría 
cuántica. Lo que encuentran es que el estado final del sistema permite conocer la posición y la 
velocidad de ambas partículas a la vez, lo que contradice el principio de incertidumbre. A este 
fenómeno se le conoció luego como entrelazamiento cuántico. La conclusión a que EPR llegan no 
es, sin embargo, el descarte de la teoría cuántica, sino la postulación de existencia de elementos 
reales aún no captados por la teoría, que son partícipes de los estados cuánticos reales, en 
consideración a los cuales no habría un principio de incertidumbre. La teoría, en conclusión, era 
incompleta: es decir, faltaban representar elementos reales. 
Sin embargo, investigaciones posteriores demostraron que el entrelazamiento cuántico sí era 
compatible con el principio de incertidumbre. Lo problemático para EPR era que tal fenómeno 
implicaba algo muy importante y que no fue dicho explícitamente en el artículo: a saber, la 
violación de que nada supera la velocidad de la luz. Cabe agregar que su comprobación 
experimental recién pudo efectuarse varias décadas más adelante, con modificaciones necesarias 
para adecuarse a lo efectivamente medible. Es decir, que la sentencia final del enjuiciamiento 
quedó en el ámbito del experimento. El resultado físicamente importante fue el descubrimiento de 
un fenómeno físico. 
De acuerdo a la tarea mentada, dos puntos interesan aquí. Primero, repasando lo que ambas 
posturas en debate tienen como requisitos para la teoría, se ve que ellas se centran en la realización 
de experimentos como procedimiento para la confirmación u obtención de elementos 
conceptualizables, además de la no contradicción de la teoría consigo misma y la derivación de 
conclusiones constatables. En ese sentido, lo que de singular tiene el artículo de Heisenberg es 
haber destacado la importancia de la experimentación, mientras que lo singular del artículo de EPR 
es la formulación clara de lo que es una teoría y lo que puede pensarse, en la perspectiva física, 
sobre la realidad. En ambos artículos, pues, quedan resaltados particularmente tres cosas 
importantes: la teoría, la experimentación y la realidad física. Segundo, y en relación a esto último, 
se puede notar que no se duda de que la teoría es una descripción conceptual de la realidad física, 
ni que la experimentación es experimentación sobre la realidad física, ni que la teoría guía y 
también es construida por la experimentación. En una frase condensada esto queda afirmado así: 
"la teoría física es una representación de la realidad física mediada ineludiblemente por la 
experimentación física". Esta es la expresión de un fenómeno no físico compuesto de tres partes. 
En tanto fenómeno no físico, es algo que no tratan los artículos explícitamente y, sin embargo, 
está presente con cierta claridad. Intentaré mostrar las señales de su presencia en cada artículo. 
Para Heisenberg, las determinaciones efectivas de las determinaciones reales de la cosa física están 
conjuntadas hasta su igualdad; pero, eso no conlleva a una indeterminación total de acuerdo al 
principio de incertidumbre. Al contrario, el que las determinaciones conceptuales sean las 
determinaciones reales de la cosa física, conlleva a que la determinación efectiva mediante el 
experimento sea la determinación efectivamente real de la cosa física. Y justamente por tal 
igualdad es que tiene sentido establecer pares de conceptos cuya certeza se excluye mutuamente. 
En otras palabras, el principio establece la pérdida de certeza en un conocimiento efectivo de la 
cosa cuántica, por lo cual, la entidad cuántica es tal que sus determinaciones excluyen su realidad 
efectiva, cuanto menos en un sentido parcial. El principio de incertidumbre habla de una 
indeterminación efectiva, es decir, de una imposibilidad en la constatación actual del estado 
cuántico. Por todo lo cual es que Heisenberg no separa, como dos cosas independientes, la teoría 
de la realidad; al contrario, habla de un contenido observacional: el punto en el cual la teoría y la 
realidad se tocan efectivamente. 
En cambio, EPR parten de la distinción afirmando la independencia de la realidad objetiva 
respecto de toda teoría. Pero, ¿cómo puede probarse físicamente esta afirmación? Ellos mismos 
sostienen que no es significativo, a los fines que se proponen, establecer algo más respecto de lo 
que es la realidad en su independencia; y eso es correcto, puesto que su meta sólo apunta a la 
completitud de una teoría. Pero, de acuerdo al basamento del segundo criterio que se expuso2, se 
entiende que no pueden alcanzar tal realidad si no es mediante la teoría y la experimentación. Y es 
que aquella afirmación de independencia tiene sentido sobre la base de su dependencia en el 
 
2 La existencia de un elemento real a partir de una predicción certera 
fenómeno no físico tripartito. La comprobación de aquella afirmación está por fuera de la 
investigación física. Sin embargo, bien podría preguntarse por la posible urgencia de declarar tal 
independencia, y se entiende que la respuesta podría apuntar a la sabida exigencia de que la 
realidad física debe ser lo que es, más allá de toda comprensión teórica y experimentación que, se 
dirá, son humanas. Desde el punto de vista físico, y desde la opinión corriente, esta no es sino una 
creencia, y es físicamente incomprobable. Y si bien este supuesto es colocado antes de todo el 
desarrollo del artículo de EPR y por fuera de éste, sin embargo, manifiesta lo que se perfilaba 
desde el artículo de Heisenberg: la intervención humana. Pero, entonces, se hace notar la cuestión 
de la realidad física y su dependencia o no del quehacer humano. 
El artículo de Heisenberg podría dar a entender que no hay tal independencia, y, en algún 
sentido, es así; pero, ¿hasta qué punto?, ¿no se volvería la física un antropomorfismo? Y si así 
fuera, ¿qué ocurre con el así llamado realismo? Como he intentado mostrar, las respuestas a estas 
preguntas no pueden ser resueltas desde lo desarrollado en los artículos, pero ellos ofrecen la 
posibilidad de comenzar a pensar en esa dirección y, por lo tanto, salir del ámbito de la física. A 
partir de ahora, se mostrará sucintamente cómo es este camino de salida y qué es lo que en él se 
puede hallar. 
Comencemosvolviendo al fenómeno tripartito, cuya afirmación es "la teoría física es la 
representación de la realidad física mediada por la experimentación física". Lo que en ella se 
muestra es la unidad de tres partes que los artículos han dejado lucir como diferenciadas. Y como 
se ha mostrado, la afirmación contiene anticipadamente la relación entre las tres partes, que, en 
vistas de su unidad, no es otra cosa que algo común que entre ellas tienen. Lo que las unifica da 
razón de su unidad, y desde allí, tal vez, pueda preguntarse por su fundamento. 
Ahora bien, ¿cómo empezar a ver ese fundamento? No se estaría muy alejado de responder si 
se dijera que antes debiera contestarse a la pregunta de cuál es el fundamento del fenómeno; ante 
lo cual se podría sugerir que, al igual que pasa con toda teoría y enunciación, el experimento debe 
dar las razones últimas. Sin embargo, tal como ambos artículos sostienen, mediante la 
experimentación se valida una determinación conceptual o se llega a obtener una; es decir, el 
experimento es una mediación, un punto de acceso de la teoría a la realidad o de ésta a aquella. 
Pero, en tanto acceso a algo, tiene que darse ese algo como algo, en otras palabras, la teoría y la 
realidad deben estar de alguna manera ya establecidas para que el acceso sea acorde a lo que da 
acceso. En el comentario al artículo de Heisenberg he querido destacar la afirmación de que la 
determinación conceptual es la determinación real; por todo ello, si se ha de dar con el fundamento, 
la mirada debe apuntar al "es" de tal afirmación. Es decir, que si la determinación conceptual es la 
determinación real, entonces se debe preguntar cómo son ellos dos, qué son ellos. 
Pero, ¿no es absurdo sostener que algo del género del lenguaje es lo mismo que algo del género 
de lo real? Responder implica pensar en lo que se designa por teoría, por realidad y por "lo mismo". 
Hasta donde se ha desarrollado esta cuestión, "lo mismo" apunta al fundamento por el cual la teoría 
y la realidad son lo que son. Se dijo teoría como un conjunto de determinaciones conceptuales 
articuladas, que son, a su vez, las determinaciones reales de la cosa física. En vistas de esta 
igualdad, ya no es posible pensar en los conceptos como conceptos lógicos simplemente, sino que 
debe haber algo más para que la determinación conceptual sea también la determinación real. 
Heisenberg ha captado una diferencia entre las determinaciones: las efectivas, constataciones 
actuales y experimentales, y las reales, determinaciones de la cosa física en tanto cosa física. Ha 
dejado claro que la realidad de lo real no queda como pura indeterminación sin su efectividad, sino 
al contrario, es por la realidad de la cosa física que hay una efectividad tal. Y ¿cuáles son esas 
determinaciones reales? ¿En qué consiste la realidad de la cosa física? En el artículo, Heisenberg 
menciona posición, velocidad, tiempo y energía, que son, igualmente, las determinaciones 
conceptuales. Esto quiere decir que para que algo sea dado como cosa física, no sólo debe darse 
determinado por su posición, velocidad, energía y tiempo, sino que, igualmente, debe ser captado 
como una cosa determinada por su posición, velocidad, energía y tiempo. 
Pero, ¿cómo es esto posible? ¿En tanto qué una determinación conceptual, como la posición, es 
igualmente una determinación real de la cosa, en tanto posición? Si preguntamos por la manera en 
que son efectivamente puestas de manifiesto estas determinaciones, se encuentran cantidades 
numéricas, que es la medida que finalmente otorga el experimento; y si ahora preguntamos por la 
así llamada expresión teórica de estas determinaciones, encontraremos funciones: función de 
posición, de velocidad, función de onda, etc. Es decir, que estas determinaciones poseen el rasgo 
esencial de la matemática. Toda determinación física es una determinación matemática. Pero ¿qué 
significa ello? Han salido recién dos ejemplos claros: números y funciones; pero, ¿qué es lo 
matemático de las funciones y los números? ¿Es posible conformarse con decir que la matemática 
es matemática porque los números son números? Al fin y al cabo, no se perciben números ni 
funciones, pero se sostiene que las cosas físicas son matemáticas. Tal parece que se tiene un 
conjunto un poco dispar de cosas cuya entidad es la matemática; así que, es necesario preguntar 
por lo matemático en sí. 
Hay varios ejemplos que podrían hacer patente este rasgo aquí buscado: así, no es necesario 
recurrir a las cosas perceptibles para dar con la relación existente entre el radio de una 
circunferencia y su perímetro, pero, salvando las correcciones, es el tipo de trayectoria que 
realizan, es decir, que se encuentra en, algunas órbitas planetarias; tampoco es necesario recurrir a 
las cosas para llegar a determinar que una línea curvada se puede aproximar por la sumatoria 
infinita de partes rectangulares de área infinitesimal, que es de donde surge el cálculo infinitesimal, 
y, aun así, se las encuentra en la descripción de la velocidad de una partícula. Entonces, lo 
matemático es aquello que se conoce sin recurrir a las cosas que, sin embargo, está en ellas. Así 
pues, lo matemático es un conocimiento, pero específicamente en un doble aspecto: a saber, es lo 
que se conoce y lo conocido, es decir, es conocimiento de algo en tanto algo y es la constitución 
entitativa de lo que es en tanto es. Lo matemático sostiene, pues, la entidad de lo conocido y 
garantiza el conocimiento de aquello que conoce. Lo matemático es lo que da unidad a lo conocido 
y al conocimiento. 
Ahora bien, ¿puede sostener lo matemático por sí mismo la entidad de lo que es?, y si puede 
sostenerlo, ¿cómo es que puede? Y, por otro lado, ¿es lo matemático una garantía suficiente para 
el conocimiento? Estas preguntas tal vez queden, sin mayores problemas, incontestadas; empero, 
por el otro lado, el conocimiento está en aquello que puede conocer: y el que puede conocer es el 
humano. ¿Por qué puede el humano conocer matemáticamente lo que es matemático? En fin, estas 
son las cuestiones que apenas se delatan en los artículos físicos, que preguntan por algo más allá 
de la física y que, de algún modo, la atraviesa. En general, las preguntas apuntan, por ahora, a si 
lo matemático puede ser fundamento y garantía de sí mismo y de todo lo que contiene. 
Siendo lo matemático conocimiento anterior de la esencia, y característica esencial, de las cosas, 
la pregunta por el fundamento y garantía de lo matemático es la pregunta por la posibilidad y 
aseguramiento del conocimiento y de la esencia de las cosas; en otras palabras, es una pregunta 
por el conocimiento del ente y por la totalidad del ente. En la época moderna, se halla una 
afirmación que contiene ambas partes y su unificación: las condiciones de posibilidad de la 
experiencia en general son igualmente las condiciones de posibilidad de los objetos de la 
experiencia, que como todos sabemos se encuentra en la Crítica de la Razón Pura (A158, B197, 
Kant, 2007). Experiencia sólo tiene un ente particular, y es el campo fundamentado en el que se 
da el conocimiento; a la vez, es el campo de aparición de los objetos de conocimiento, es decir, del 
ente en tanto ente. El ente singular mencionado es el ser humano, mientras que conocimiento es 
un tipo de comportamiento que este adopta en su relación con el ente. 
El principio citado de la Crítica de la Razón Pura rige fundamentalmente la mismidad de la 
determinación conceptual y la determinación física. Este es un principio de la metafísica de la 
subjetividad: en otras palabras, del ser como subjetividad3. Aquí hallamos la causa por el cual 
Heisenberg tuvo que encontrarse, en cierto modo, con el antropomorfismo. Ahora bien, y con esto 
se da conclusión a este trabajo, en las investigaciones cuánticas se ha posibilitado la aparición más 
clara de signos de rasgos esenciales y fundamentales. En esta situación, en laque se está ante el 
ser como subjetividad, se puede seguir indagando sobre la subjetividad como tal, conservando la 
metafísica, o bien, comenzar a pensar la otra parte de lo hallado, y salir así del olvido del ser. 
Bibliografía 
Einstein, A., Rosen, N., Podolsky, Y. P. (1935). Can Quantum-Mechanical description of 
physical reality be considered complete?. Physical Review, Vol. 47, 777-780. 
Heidegger, M. (2009), La pregunta por la cosa, ed. Palamedes. 
Heisenberg, W. (1927). Über den anschaulichen Inhalt der quantentheoretischen Kinematik und 
Mechanik. Zeitschrift für Physik, Vol. 43, 172-198. 
Kant, I. (2007), Crítica de la Razón Pura, Buenos Aires, Argentina, ed. Colihue. 
 
3 Exactamente como lo expresó Heidegger en sus clases tituladas “La pregunta por la cosa” (Heidegger, )

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