Logo Studenta

ANALISIS-APRENDIZAJE MEDIANTE EQUIPOS INTELIGENTES

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

LO QUE LA PANDEMIA NOS ENSEÑÓ SOBRE LA EDUCACIÓN A DISTANCIA
 En una situación extraordinaria, como la vivida actualmente, los agentes educativos se han visto forzados a aplicar estrategias que les permitan continuar con los eventos de enseñanza-aprendizaje de forma remota; sin embargo, dichas estrategias no son iguales a lo que un proyecto de educación a distancia formal requiere para estructurarse.
Dentro de estas situaciones se necesitan habilidades que ayuden a adaptarse a una forma de vida que no es parte de la normalidad. Según la UNESCO, más de 861.7 millones de niños y jóvenes en 119 países se han visto afectados al tener que hacer frente a la pandemia que ha ocurrido este año (Villafuerte, 2020). En un escenario educativo, se está acostumbrado a seguir un calendario, una planeación y un ritmo que han llevado tiempo de elaboración y que han sido diseñados tomando en cuenta contenidos y cargas horarias de una forma de enseñanza bien conocida, que es la presencial. En el aula, el profesor conoce sus materiales, sabe en qué momentos va empleando sus estrategias de enseñanza, las modifica con base en la respuesta de sus alumnos, interactúa naturalmente con ellos y sabe qué evaluará en cada clase. Pero, ¿qué sucede cuando, de un momento a otro, docente, alumno e institución educativa se ven obligados a mudarse a una forma diferente de llevar a cabo los eventos de enseñanza-aprendizaje? A pesar de que se pueden utilizar herramientas tecnológicas para solventar la distancia física, éstas requieren un uso en contexto, planeado y con sentido para dar forma al evento educativo. Si bien la educación a distancia no es la solución perfecta, se puede ver que es necesario que instituciones, docentes, alumnos y familia estén dispuestos a adaptarse y a tomar aspectos útiles de ésta, teniendo una aproximación y una apropiación de lo que es.
Educación presencial y educación a distancia no son lo mismo. Si se piensa que son iguales por tratarse de educación, es un error. Es cuestión de cómo se construye el evento educativo en cada una. Los elementos propios de la educación a distancia –que la hacen diferente de la educación presencial– impactan en el actuar docente, el aprendizaje del alumno y la consecución de los objetivos programáticos e institucionales. Una diferencia evidente es el uso de la tecnología como un mediador de la educación a distancia. En general, la presencia de las tecnologías ha empujado a la sociedad hacia un cambio de paradigma en la vida cotidiana, desde los aparatos que tenemos en el hogar hasta las formas en que nos comunicamos. La educación no queda fuera de los escenarios en los que dichas tecnologías tienen efectos. Las ya conocidas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), entendidas como el conjunto de herramientas, soportes y canales para el acceso y el tratamiento de la información, permean los procesos educativos en distintas partes del mundo.
El aula (presencial o virtual) es una comunidad en la que alumnos con convergencias y divergencias conviven día a día y participan de un mismo evento educativo, que es interpretado desde cada realidad de una forma diferente. En un país en el que, aunque se ha alcanzado la universalidad educativa en el nivel primaria en educación presencial, menos de la mitad de la población tiene acceso a las tecnologías y la otra mitad está en situación de pobreza, es difícil imaginar que el recurso tecnológico sea una solución total. Apenas 44.3% de los hogares cuenta con computadora, 56.4% cuenta con conexión a Internet y 10.7% acceden a Internet fuera de su hogar (INEGI, 2020). Como lo señalan Lizarazo y Andión (2013) las transformaciones tecnológicas no son sólo cuestiones técnicas; es decir, los dispositivos y sistemas técnicos rebasan el carácter puramente instrumental, ya que éstos surgen en un sistema de relaciones, costumbres y conocimientos, se articulan en redes complejas que van conformando entornos, mientras que las fuerzas y los proyectos históricos dominantes de la modernidad han apostado por la extensión, la generalización y la intensificación del modo de vida tecnológico. Sin embargo, si se quiere ver la tecnología como parte de una solución, como elemento con la potencia de estimular y transformar el acto educativo, es necesario, por un parte, acortar la brecha digital y, por otra, tener un enfoque que resalte la experiencia del aprendizaje, así como la consolidación de la confianza de los docentes, dando importancia a la identificación de los problemas y sus soluciones (Buckingham, 2008). Y es que no se trata de adoptar o no la tecnología, sino de verla como una parte de la realidad que afecta nuestro entorno, por lo que es pertinente buscar la forma en que se va a volver parte de la vida y cómo impactará en la búsqueda de soluciones a diferentes problemáticas. Pero antes de que ocurra una apropiación de la tecnología, nos enfrentamos a otra problemática: la escisión digital, entendiendo por ésta no una separación entre aquellas personas que tienen y las que no acceso a las TIC, sino atendiendo a las diferencias que existen entre el mundo de los distintos alumnos, docentes y sistemas educativos. Desde este enfoque se puede identificar el desnivel entre las competencias informáticas de maestros y alumnos, en el que estos últimos rebasan a los primeros en el manejo técnico de la herramienta; también se puede reconocer la diferencia generacional, según la cual los maestros consideran que pertenecer a otra generación es razón per se para tener un manejo y una noción diferente de tecnología y, por último, está la diferencia en el uso de la tecnología, mientras los jóvenes siguen un uso lúdico, los maestros van por un uso serio y formal (Lizarazo y Paniagua, 2013).
Además del recurso tecnológico, la educación presencial y la educación en línea se distinguen por el formato de los materiales y recursos didácticos que se pueden emplear, así como por la disponibilidad de ellos, concentrados ahora en un solo dispositivo. Este dispositivo permite tener acceso instantáneo a una cantidad inmensa de información. Sin embargo, debe existir una habilidad para seleccionarla y procesarla adecuadamente, ya que “las tecnologías inteligentes como Internet no pueden considerarse simples vehículos que transportan la información, sino que, al ampliar y complejizar el proceso de acceso, procesamiento y expresión del conocimiento, modifican sustancialmente la manera en la que el individuo se construye a sí mismo, comprende el contexto y se comprende a sí mismo” (Pérez, 2012, p. 55). Una vez más, esto nos remite a que, más allá del recurso tecnológico, se encuentra la redefinición de los lugares de los actores y las relaciones que establecen, lo que genera una dinámica particular.
Otro punto de distinción es la relación humana que se puede establecer en estos dos escenarios. Mientras que en un aula el profesor tiene la inmediatez de la comunicación con sus alumnos, en un evento a distancia la interacción depende de conexiones, velocidad de transmisión de datos, video y audio de calidad. Estar en dos dimensiones en vez de tres es un factor de agotamiento psicológico y hay que emplear mayor esfuerzo en expresarse y en comprender al otro (Mendiola, 2020). Esto debe pensarse, sobre todo, ya que el profesor es el guía del evento educativo, pero su labor se complejiza al encontrar alumnos que pueden tomar diferentes roles de acuerdo con sus características personales y de aprendizaje: aquellos que son expertos en la tecnología, aquellos que se sienten cómodos en el ambiente virtual y ayudan a otros, aquellos que tienen dificultades en el manejo de tecnologías o bien aquellos que encuentran irrelevante la educación a distancia. El tiempo juega un papel importante en estas interacciones. Aunque puede haber momentos en que, a través de alguna herramienta, docente y alumno coincidan, hay actividades que el alumno puede realizar en el horario que él logre organizar y que depende de otros factores, por ejemplo, de la disponibilidad de equipo y de conexiónen su hogar o bien el tiempo y lugar para ir a un establecimiento donde pueda acceder a dichos elementos.
Cabe destacar también que hacer para entregar y hacer para aprender es diferente. Distintos contenidos implican distintas maneras de aprenderlos. Se pueden distinguir dos rutas: la de producir o la de aprender significativamente. La primera no busca más que hacer algo que quede como evidencia de que el tiempo se ha empleado en tener un producto que se vea y se pueda evaluar. Mientras que la segunda busca que el alumno se adueñe del conocimiento nuevo a través de un anclaje con la información ya poseída. Si bien nos parece normal que el trabajo en el aula se apoye en materiales, esto no significa que sean la única fuente de saber, sobre todo si se considera que la enseñanza ya no se centra sólo en los contenidos, sólo en el docente o sólo en el alumno, sino en una visión integral. Por ello, es pertinente recordar que no es lo mismo cantidad que calidad. Grandes volúmenes de actividades no son sinónimo del aprendizaje auténtico y significativo del alumno. Las estrategias de enseñanza deben orientarse a privilegiar un procesamiento de la información que permanezca en el alumno como un conocimiento ligado a su vida. Si ese conocimiento se descontextualiza, ahora, en una modalidad desconocida, estereotipada, con tintes de ansiedad y apresuramiento porque este sistema no puede parar, puede volverse terrorífica una situación de descontrol que no sólo afecta a docentes y a estudiantes, sino al entorno familiar. Aunado a esto, debe considerarse que la delgada línea que la evaluación cruza para confundirse con medición. Aun en educación a distancia, contar con un modelo que dé coherencia a datos obtenidos es esencial para la toma de decisiones (macro y micro). Es cierto que el sistema educativo requiere de cifras y datos que permitan generar indicadores, pero en ocasiones pareciera que la preocupación central es entregar evidencias de que se hizo algo. Por ello, se deben considerar las necesidades de los alumnos, del profesor, de la comunidad y de la institución. Una evaluación funcional para el aprendizaje toma en cuenta decisiones fundamentadas, criterios explícitos de evaluación, una evaluación auténtica y una planeación (Morgan y O’ Reilly, 2002 en Dorrego, 2006).
Otro punto importante es que la tecnología no desplaza al docente. El miedo que se tenía a que la tecnología reemplazara al docente está poco fundado, por lo menos en las condiciones actuales. En el escenario educativo mexicano, desde educación básica hasta educación superior, falta un largo camino por correr para considerar que la tecnología, por sí sola, puede tomar el papel central. No se trata únicamente del uso de dispositivos. Detrás de un aparato y de una plataforma está un conjunto de factores que dan sentido a su uso: los planes y programas de estudio, la misión y visión de las instituciones educativas, la planeación docente, sobre todo si se considera que “en México se continúa dando prioridad a la repartición de equipos y software, pero no se documentan cambios profundos en las formas de enseñanza” (Kalman y Guerrero, 2010, p. 214). Si bien existen programas de educación continua que no requieren de la presencia de un docente, es difícil imaginar un programa de educación formal en el que no haya alguien del otro lado que retroalimente el desempeño del alumno, aportando su experiencia y el manejo del contenido clave para la formación, alguien que sea el guía entre los contenidos propuestos, que motive a los estudiantes e identifique sus fortalezas y debilidades para que éstos tengan la oportunidad de indagar, especializar su conocimiento e ir construyendo su perfil. Además, el docente se vuelve solucionador de problemas y mediador de conflictos, lo cual no implica únicamente el manejo de contenido, sino que requiere del despliegue de habilidades de interacción que no únicamente aplican en un formato presencial, sino en cualquier espacio en que docente y alumno tengan un encuentro.
El docente debe realizar una aproximación al contexto inmediato actual, ser consciente de que el proceso educativo en el aula –presencial o virtual– no depende exclusivamente de él, tener claro cuál es la finalidad formativa y cuestionarse cuáles son los medios que le ayudarán a alcanzarla. De esta forma, el hecho de que las “computadoras” reemplacen al maestro es, ahora, algo que está lejos de ocurrir. En su lugar, habría que cuestionarse la diversificación en la formación docente, contemplando un escenario donde tengan las habilidades y herramientas para adaptar su enseñanza a otros medios y recursos, si la circunstancia lo requiere.
Por su parte, es ineludible reconocer que los alumnos necesitan un sentido educativo de las tecnologías. El alumno de estos tiempos es percibido como un individuo que requiere información clara y concisa en paquetes pequeños que no le demanden más de unos minutos de su atención; de lo contrario, se corre el riesgo de que encuentre poco atractivo el material de estudio y lo abandone. Sin embargo, y aunque se debe tomar en cuenta el perfil del alumno, no se puede poner una regla general para la elaboración de recursos educativos que pertenecen a distintas disciplinas y que sirven a diferentes tipos de conocimiento y de objetivos. Aunado a esto se debe tener en cuenta que el aprendizaje en nuestros tiempos está enfocado al cambio, la renovación, la reestructuración y la reformulación de problemas.
En la ya conocida sociedad red en la que los alumnos –algunos– tienen a su disposición “entornos y herramientas con las que pueden expresar y explorar sus identidades: desde redes sociales hasta plataformas de mensajería instantánea, sitios para compartir videos, blogs, viodeblogs y mundos virtuales” (Gardner y Davis, 2014), hay que pensar en un proyecto educativo que los integre, no como autómatas de la repetición, sino en un sentido menos vertical y más comunitario, en el que los aportes de cada uno sean valiosos y donde puedan llevar los elementos que les son propios en la construcción de su aprendizaje. Mostrar y comunicar la propia identidad parece ser una característica relevante de la generación actual. Para aprovechar esta característica, se puede pensar en clases en las que el alumno haga para aprender. Es por ello que los alumnos necesitan dirección en el uso de herramientas con fines educativos, ya que el contexto cambia, mientras que el fin no es sólo la comunicación o sólo el entretenimiento, sino el aprendizaje de cierto contenido o el desarrollo de ciertas habilidades aunque, claro, éstas no deberían desligarse por completo de la vida cotidiana. Algunas características de este estudiante están directamente relacionadas con la capacidad de autogestión, la cual se expresa en autodisciplina, autoaprendizaje, análisis crítico y reflexivo, así como en trabajo colaborativo, fundamental para contribuir a la toma de conciencia de sus acciones (Rugeles, Mora y Metaute, 2015).
Además, hay que recordar que no se aprende sólo desde la cabeza, sino también desde el cuerpo. Aunque el centro de procesamiento de toda la información que sentimos y percibimos es el cerebro, todo el cuerpo manda señales de las experiencias que día con día se viven. Desde hace ya tiempo se ha discutido la importancia de involucrar al cuerpo en el aprendizaje escolar; sin embargo, cambiar esa vieja práctica de estar sentado recibiendo información durante toda la jornada no ha cambiado del todo. Se puede diferenciar una forma de aprender en la que se considera al alumno un individuo pasivo de aquélla en la que es un ser activo (Porter, Luis 2010b, en González, 2016). Este problema se presenta desde la educación presencial: no por tratarse de trabajo escolar debe pensarse que sólo leyendo y escribiendo con ayuda de los dispositivos se aprende; por el contrario, el cuerpo, el movimiento, los sentidos, las emociones están involucrados en cómo cada persona internaliza la información. Además del valor de la lectura y de que es innegable que existen momentosen que se debe estar en un lugar fijo, el cuerpo no puede quedar fuera de la experiencia de aprendizaje. No se trata de que todo el tiempo el alumno brinque o juegue, sino de que, a través de diferentes estrategias, se aprenda con todos los sentidos. Además, si se considera que existen diferentes tipos de inteligencia, para lograr un aprendizaje auténtico y significativo, tanto el cuerpo, la cognición, las emociones y toda la experiencia que pueden brindar deben estar involucrados en el descubrimiento y en el procesamiento de la información.
¿QUÉ ES LA EDUCACIÓN A DISTANCIA?
La evolución de la tecnología y los avances en la ciencia del aprendizaje han impulsado el desarrollo de la educación a distancia en un marco de calidad de enseñanza como nunca antes.
La educación a distancia presenta características propias de su modalidad que quienes acceden a este tipo de aprendizaje valoran altamente sus ventajas.
También conocida como educación online, en línea o remota, se trata de una innovadora forma de aprender y enseñar que lleva la dinámica de una clase tradicional y presencial, al mundo digital. De esta manera, desde cualquier lugar del mundo, los alumnos y docentes podrán conectarse en un entorno virtual en sus computadoras a través de internet, haciendo uso intensivo de las facilidades que proporcionan las nuevas tecnologías digitales.
Beneficios de estudiar a distancia:
· Flexibilidad: los estudiantes acceden a los contenidos y las clases desde cualquier dispositivo, en cualquier lugar.
· Aprendizaje colaborativo: los estudiantes aprenden tanto de sus profesores como de sus compañeros.
· Autonomía y responsabilidad: el alumno que cursa a distancia desarrolla la autonomía y responsabilidad ya que elige cómo estudiar adaptando sus tiempos según sus responsabilidades profesionales y requerimientos familiares.
· Enseñanza enfocada en los alumnos: los estudiantes son protagonistas de su educación en el marco de un aprendizaje activo y participativo.
Ventajas de estudiar a distancia en la Universidad de Palermo
La creciente necesidad de incorporar conocimiento a lo largo de las distintas etapas profesionales, optimizando el uso del tiempo y en un marco de enseñanza personalizada ofrece ventajas y características únicas.
Estudiar online en las carreras a distancia de la Universidad de Palermo es una experiencia única y enriquecedora, con un modelo de enseñanza y aprendizaje propio y diferente al resto de las propuestas existentes, caracterizado por:
Enseñanza centrada en el alumno y metodologías participativas
· Los estudiantes son protagonistas de su educación en el marco de un aprendizaje activo y participativo.
· Las clases son dinámicas, con mucha interacción.
· Los alumnos entrenan para analizar, argumentar, debatir y tomar decisiones, utilizando casos, simulaciones y otras herramientas de aprendizaje centrado en el participante, con problemas y aplicaciones de la vida real.
· Aprendizaje colaborativo. Los estudiantes aprenden tanto de sus profesores como de sus compañeros.
Tecnología educativa de última generación
· La Universidad de Palermo es líder en la región en adopción e implementación de tecnología educativa de última generación, reconocida a la vanguardia de la innovación en educación en América Latina.
· Vemos la tecnología como un medio (y no como un fin en sí mismo) para asegurar la calidad educativa y ampliar el acceso a la educación.
· La plataforma educativa y las distintas herramientas utilizadas incentivan la comunicación y las interacciones.
· Los estudiantes acceden a los contenidos y las clases desde cualquier dispositivo, en cualquier lugar.
Materiales de calidad, especialmente diseñados para educación a distancia
· Los materiales utilizados para las clases son producidos y seleccionados en conjunto por los docentes de cada facultad y el equipo del Departamento de Educación Online de la Universidad de Palermo, un grupo de diseñadores instruccionales, bibliotecarios de recursos digitales, editores de contenido y video y productores audiovisuales.
· Se desarrollan videos, actividades, materiales, contenido, y bibliografía especialmente diseñados para la educación a distancia, utilizando los últimos avances de la ciencia del aprendizaje en el diseño de los cursos.
· Cada materia se desarrolla por un grupo interdisciplinario de profesores y profesionales, con el objetivo de brindar la mejor experiencia educativa. El equipo está compuesto por profesionales provenientes de diferentes áreas y formaciones académicas, dedicados a reinventar la educación.
Online o presencial
· Los estudiantes tienen la libertad de elegir cómo estudiar. Pueden elegir cursar 100% en modalidad presencial, 100% en modalidad online, o combinar ambas alternativas en las proporciones que mejor se adapten a su tiempos, según sus responsabilidades profesionales y requerimientos familiares. a elegir como estudiar.
· Los estudiantes desarrollan la autonomía y responsabilidad, y la universidad se adapta a ellos en vez de los alumnos adaptarse a la universidad.
Profesores y equipo de soporte
· Los profesores de las carreras online son los mismos que ensegnan en las carreras presenciales de la Universidad de Palermo, capacitados para aprovechas las herramientas pedagógicas que brinda la tecnología y las nuevas formas de comunicarse.
· El equipo de tutores y de Help Desk está siempre presente, acompanando a los alumnos a lo largo de su cursada, resolviendo inquietudes y apoyando sus estudios.
LA EDUCACIÓN A DISTANCIA EN ENTORNOS VIRTUALES DE ENSEÑANZA APRENDIZAJE.
La virtualización de los procesos sustantivos en las universidades adquiere particular relevancia para una educación abordada como un sistema social y dinámico. Este trabajo aborda la virtualización en la formación permanente de profesionales de la educación, los entornos virtuales de enseñanza aprendizaje, las tendencias de la Educación a Distancia (EaD), las posiciones teóricas de partida para una Didáctica en la EaD y los resultados de la EaD en la formación de docentes en Cuba. La EaD debe llegar a ser una educación sin distancia, no obstante, sus características distintivas de no coincidencia en espacio y tiempo.
Principales consideraciones y resultados
Se abordan las principales consideraciones y resultados de la virtualización en la formación permanente de profesionales de la educación, los EVEA, las tendencias de la EaD, las posiciones teóricas de partida para una didáctica en la EaD y los resultados de la EaD en la formación de docentes en Cuba.
La virtualización en la formación permanente de profesionales de la educación
La virtualización de la formación permanente de docentes debe contemplar la integración de las TIC en la formación inicial en el currículo y ofrecer una variable y flexible oferta de formas organizativas en la superación profesional y la formación académica donde de forma progresiva y contextualizada se virtualicen los diferentes procesos sustantivos de la universidad (la formación, la investigación y la extensión), lo que conlleva transformar las disciplinas, el papel del docente y del estudiante, y de la propia universidad. Las TIC no modifican por si solas los procesos formativos, sino la manera en cómo estas se utilizan para lograr un efecto transformador, propiciando una formación más flexible y centrada en enseñar a aprender, con márgenes para que los estudiantes puedan elegir itinerarios, actividades y medios acordes a sus circunstancias, motivaciones y estilos cognitivos.
La virtualización consiste en representar electrónicamente y en forma numérico-digital, objetos y procesos que se encuentran en el mundo real. Virtualizar la universidad es sobre todo virtualizar sus procesos sustantivos; disponer de sectores del ciberespacio para apoyar tecnológicamente la formación, investigación y de extensión universitaria.
Integrar las TIC en el proceso de formación conlleva transformar las disciplinas, el papel del profesor y del estudiante, y la propia universidad. Actualmente la innovación en la Educación se está produciendoen cinco ejes fundamentales: participar, comunicarse, compartir, colaborar y confiar. El efecto transformador del uso de las tecnologías debe propiciar una formación flexible y centrada en enseñar a aprender con márgenes para elegir itinerarios, actividades y medios acordes a sus circunstancias y estilos cognitivos.
La formación permanente en TIC del docente debe caracterizarse por:
Orientarse al desarrollo de los conocimientos generales y habilidades en TIC para integrarlas al proceso docente –educativo y desarrollar de su cultura personal.
El docente deberá explotar de manera pertinente las TIC en función de la labor docente, investigativa y extensionista, no limitándose a su utilización como medio de enseñanza sino como parte de las estrategias de gestión de información, divulgación de los resultados de su ciencia/disciplina y del proceso pedagógico en el que se involucra con la responsabilidad y autonomía que le exige su labor.
Debe incluir temas actuales de carácter emergente de la ciencia/disciplina, pero sin desvincularse de los metodológicos y prácticos relacionados con las fallas en el proceso de formación de los estudiantes.
Debe considerar la pluralidad de métodos y formas de enseñar y aprender, reconociéndose el papel de la resolución de problemas, el autoaprendizaje y el trabajo colaborativo desde la integración progresiva y personalizada de las TIC.
Se deben desarrollar en los docentes en la informatización de los procesos de formación: la capacidad comunicativa, oral y escrita, en los entornos virtuales; el diseño, selección y producción de contenido digital; la gestión de información con la publicación y socialización de los resultados.
La virtualización de formación de los docentes puede ser vista desde las dimensiones: pedagógica, tecnológica y social (Salinas, 2007).
La dimensión pedagógica aborda la dinámica de las relaciones entre los objetivos, contenidos, métodos, medios y evaluación en las distintas formas de organización de la formación que facilitan la apropiación de los conocimientos didácticos y en TIC que se necesitan para el diseño y desarrollo de propuestas orientadas al tratamiento de los contenidos de las carreras integrando las TIC. La secuenciación de las formas organizativas estará condicionada al contexto institucional y social, diagnóstico continuo del docente, los espacios formativos y niveles en que se desarrollan según sus fines. Desde este referente se definen los objetivos de los programas orientados a potenciar las cualidades del docente en el uso de las TIC como herramienta para el cambio, los apoyos y los procesos metacognitivos asociados a su desempeño. Se prevé la inserción de elementos de investigación educativa orientados al diagnóstico, la innovación de las prácticas de enseñanza y la valoración de aquellas experiencias que puedan ser socializadas, entre ellas la elaboración de tareas docentes que se organicen en los diferentes espacios formativos presenciales, semipresenciales y virtuales, lo que requiere del conocimiento disciplinar y la manera de impartirlo desde las disciplinas y espacios formativos del currículo.
La dimensión tecnológica sirve de base para conocer las diversas aplicaciones tecnológicas y el saber utilizarlas en el contexto educativo. Incluye esencialmente los contenidos relacionados con los conceptos básicos de las TIC para su uso en el contexto educativo. La introducción progresiva de los avances tecnológicos en el proceso decente educativo.
La dimensión social aborda el dominio y aplicación de los aspectos éticos, legales y sociales, la responsabilidad por alcanzar mejores resultados en su desempeño pedagógico, con énfasis en la formación de valores, con el uso de las TIC y la autocrítica y reflexión sobre la integración de las
TIC en su práctica educativa a partir del conocimiento de sus potencialidades y necesidades en el desempeño pedagógico.
Con el uso de las TIC en los procesos educativos pueden apreciarse desplazamientos que van:
Desde la conferencia convencional y presencial y los medios de tutoría para la enseñanza- aprendizaje hacia la EaD y los métodos de ayudas al aprendizaje basados en la comunicación asincrónica y sincrónica.
Desde el aprendizaje pasivo hacia el activo y métodos de ayuda al aprendizaje basados en computadoras e Internet, más participativos en el entorno de la WEB 2.0.
Desde las presentaciones estáticas hacia las dinámicas empleando nuevos métodos de simulación, animación, multimedios y otros recursos educativos digitales.
Desde las formas impersonales hacia personalizadas ajustadas al estudiante.
Desde el uso de objetos reales hacia objetos virtuales.
Los entornos virtuales de enseñanza- aprendizaje
Los EVEA son espacios de colaboración e intercambio, concebidos y diseñados para que los estudiantes, docentes y grupos que acceden a él, desarrollen y participen en procesos de adquisición y fijación de conocimientos, habilidades y valores. Incorporan herramientas de comunicación sincrónica y asincrónica y se integran con comunidades virtuales de aprendizaje y redes sociales apropiándose de las facilidades que brinda la WEB. Son un espacio de interrelación para todos los participantes en el proceso educativo dentro de una comunidad virtual.
El EVEA puede describirse como un entorno que permiten el acceso a través de navegadores, generalmente con acceso protegido; utiliza servicios y herramientas de la Web; dispone de una interface gráfica e intuitiva; integra diferentes módulos para la gestión formación, organización de cursos, calendario, recursos educativos digitales, gestión de actividades, seguimiento y evaluación del aprendizaje; permite asignar privilegios según el rol del usuario, posibilita la comunicación e interacción entre los estudiantes- docente-tutor y grupo, dentro de la comunidad y entre comunidades y con las redes sociales, permite realizar e implementar diferentes actividades e incorpora recursos para el seguimiento y evaluación del proceso (Fernández, 2011).
Los recursos educativos y las herramientas de comunicación deben ser agentes del proceso de mediación pedagógica y tecnológica y deben cumplir con la intencionalidad, significación, y autorregulación (Sánchez, Y. & Lima S., 2010).
Tendencias de la Educación a Distancia
Entre las experiencias más destacadas de EaD en nivel universitario sobresalen la Open University en Reino Unido, Fern Universitat en Alemania, Indira Gandhi National Open University en la India; Universidad Estatal a Distancia en Costa Rica, Universidad Virtual en la Tecnológica de Panamá, la Universidad Nacional Abierta de Venezuela, Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), de España, el Sistema de Educación a Distancia de Colombia, la Universidad de Athabasca, en Canadá, la Universidad para Todos los Hombres y las 28 universidades locales por televisión en la República Popular China, el Centro de Educación Abierta, Continuada y a Distancia (CEAD) de Brasilia, entre muchas otras. Hoy la EaD es practicada en más de 80 países y estudian más de 10 millones de personas bajo esta modalidad educativa. En Cuba existen experiencias en EaD desde el pasado siglo y de más de una década de educación en línea (e-learning) en universidades y centros de investigación.
Con la masificación en el uso y acceso a las computadoras, Internet y las TIC en general, y los cambios que se están produciendo en la sociedad, las instituciones que imparten EaD están viviendo un proceso de redefinición de sus estructuras organizativas, de las funciones de su personal y de las bases del propio modelo pedagógico. Los principales cambios que ha propiciado la educación virtual son los siguientes:
Modelo pedagógico centrado en el estudiante que redefine el perfil del estudiante y profesor donde este último deja de ser el único emisor del conocimiento para orientar a los estudiantes en los procesos de construcción de conocimiento, que se realizan mediante las aportaciones del propio profesor, la interacción con grupo de estudiantes y el trabajo con fuentes de información en múltiplessoportes. Redefinición y ampliación de las labores de tutoría mediante el uso de espacios virtuales.
Aprendizaje individual y colaborativo del estudiante. Individualización de la enseñanza con la integración de las TIC y la creación de espacios virtuales en los que los estudiantes pueden interactuar entre sí y comunicarse con los profesores mediante herramientas síncronas y asíncronas, el papel del tutor se ve redefinido, ejerciendo una labor de guía y orientación más detallada y personalizada.
En cuanto al término de educación virtual, reconocida como la EaD del siglo XXI por M.C. Llorente y J. Cabero (2009) no existe unanimidad terminológica. Términos como "formación a través de la red", "teleformación", “tele enseñanza”, "e-learning o aprendizaje electrónico", "web-based learning o aprendizaje basado en la WEB" o “formación en línea” hacen referencia a este tipo de enseñanza no presencial mediado a través de Internet. Se asume la definición de educación virtual de la IESALC/UNESCO (2008) que comienza a emplearse de manera cada vez más generalizada en la literatura especializada y, en particular, se aplica en referencia a la Universidad que emplea medios digitales de información y comunicación en la educación, bien sea esta presencial o a distancia.
A partir de los Informes Horizon (2014), que enfatizan en algunas de las tecnologías ya abordadas en los informes Horizon (Horizon 2010, 2012, 2013), los informes JISC, la documentación reciente del FUTURELAB y los trabajos de Lima, S. y Fernández F. (2014), hitos importantes de la evolución de la llamada EaD, en cuanto a los antecedentes históricos de la virtualización en la educación, fueron el uso de:
La tecnología multimedia (desde la década de 1960) caracterizado por:
Utilización de múltiples medios como recursos para la adquisición de los aprendizajes (casetes de audio y de vídeo, diapositivas, animaciones, etc.).
Comunicación básicamente asincrónica (radio y televisión como medios fundamentales) y luego se incorpora el teléfono como comunicación sincrónica.
Importancia del diseño, producción y generación de recursos educativos.
Preocupación por las concepciones subyacentes a las teorías de aprendizaje.
La telemática (desde mediados de la década de 1980) caracterizado por:
Integración de las telecomunicaciones con otros medios educativos. Emisiones de radio y televisión, audio teleconferencia y video conferencia (mono direccional).
Uso de la computadora personal y de las acciones realizadas en programas flexibles de enseñanza asistida por computadora. Uso de sistemas multimedia, hipertexto e hipermedia en los PEA.
La Internet (desde mediados de la década de 1990) caracterizado por:
Comunicación a través de Internet (sincrónica y asincrónica) y rapidez en la retroalimentación (feedback).
Alto nivel de interacción y posibilidades de interacción bidireccional en tiempo real mediante audio y vídeo.
Del modelo clásico de aula virtual vía INTERNET (desde finales de la década del 1990) caracterizado por:
Uso de los recursos de la WEB 1.0 y 1.5.
Cerrado, individualizado, conductual, repositorios y comunicación horizontal.
Contenido dividido por temas, jerárquico y basado en taxonomías.
Aprendizaje estructurado, controlado y gestionado.
Enfoque pedagógico instruccional y sobre campo de aplicación, gestionado por el profesor, organización de clases y asignaturas.
Uso de tecnologías como Knowledge Net, Moodle, Interact, Blackborad, WebCT, LAMS y CECIL.
Y del modelo emergente vía INTERNET /WEB 2.0 (desde mediados de la década del 2000) caracterizado por:
Uso de tecnologías emergentes, contenido centrado en la red y folksonomías.
Uso de los recursos de la WEB 2.0 y 3.0 que permite potenciar competencias sociales (ética, responsabilidad y trabajo en equipo), destrezas de razonamiento (resolución de problemas, capacidad crítica, lógica, numérica), iniciativa personal y voluntad, mayor adaptabilidad al proceso curricular basado en componentes y herramientas colaborativas y modulares en red a bajo coste.
El centro del proceso es el estudiante, pro-activo y gestionando su propio aprendizaje.
Aprendizaje adaptable y dinámico, espacios abiertos, participativo, construcción social y redes sociales con enfoque pedagógico basado en la actividad, experimental y enfocado a la participación/ colaboración.
A las tecnologías del modelo clásico de aula virtual se incorporan herramientas características de la WEB 2.0 y 3.0 llamadas tecnologías emergentes como entornos para compartir recursos, wikis, redes sociales, RSS- Sindicación de contenidos –MASHUP, escenarios para aprendizaje móvil, para geolocalización, y para un aprendizaje colaborativo e inmersivo e-learning 3D, podcasts/netcast, soporte a comunidades educativas, ontologías, MOOC, PLE, asistentes virtuales, gamificación, impresión 3D, cuantificación del yo, clase invertida, analíticas de aprendizaje, realidad aumentada, computación en la nube, etc. (Lima, S., Fernández, F., 2016)
Posiciones teóricas de partida para una Didáctica en la Educación a Distancia
Existe cierto consenso en admitir dentro de las tendencias pedagógicas actuales la teoría basada en la autonomía y la independencia para decidir si va a estudiar o no, cómo se va a estudiar, los objetivos, medios didácticos, ritmo, intensidad del aprendizaje y evaluación. La teoría del diálogo y la estructura son fundamentales en la comprensión de lo que se enseña.
La EaD ha sido ampliamente utilizada en la educación de adultos. Es una modalidad educativa que puede contribuir a hacer realidad los principios fundamentales de una educación para todos, personalizada, para aprender a aprender, y para toda la vida.
Los componentes del PEA (objetivos, contenido, métodos, medios, formas de organización y evaluación) del programa pueden adaptarse para satisfacer a cada estudiante. La autonomía propia de esta modalidad implica que el estudiante realice estudios por sí mismo pero sin estar solo, esto se basa en el diálogo, donde se logre un tráfico bidireccional entre los estudiantes, grupo y la organización que dirige la enseñanza (docentes, tutores, directivos) con énfasis en la conversación didáctica que garantice en el estudiante mayor sensación de apoyo de la organización, en la medida que el estudiante sienta que la organización está interesada en su estudio, mayor es su participación, motivación y logra mejores aprendizajes.
La EaD permite estructurar y representar integralmente el PEA superando los límites disciplinarios haciendo énfasis en el aprendizaje. Se orienta y guía a través de principios, conceptos y alternativas que facilitan el proceso de formación y desarrollo de los participantes (docentes, estudiantes y grupo). Además, en un programa en la modalidad de EaD se debe:
Propiciar el desarrollo de una cultura sólida y un pensamiento crítico como protagonistas en la construcción del conocimiento. Esto significa un lector ávido, de otros códigos y recursos, además de un desarrollo autónomo como sujeto.
Aumentar la motivación del estudiante debido a las síntesis que debe realizar, ampliar las posibilidades de instrucción y beneficiar la escritura del estudiante como base de la comunicación.
Flexibilizar la formación independiente del espacio y el tiempo, aumentar la interacción entre profesor – estudiante - grupo con el uso de adecuadas herramientas comunicativas y colaborativas, favorecer la creación de comunidades de aprendizaje y lograr un control más exhaustivo del proceso formativo.
Centralizar la formación en el estudiante y adecuar el proceso formativo a sus necesidades educativas facilitando el reciclaje, adquisición y fijación de conocimientos, habilidades y valores para un PEA personalizado.
La característica esencial del proceso de enseñanza y aprendizaje en la formación a distancia es la comunicación mediada por las TIC. Las influencias educativas que se generan, a partir de las relaciones en el proceso de actividad conjunta de cooperación se producen en situaciones de comunicación.
El EVEA es un espacio donde se realizan las actividades asumiendouna forma de organización determinada y que facilita el acceso a los contenidos a estudiar. Las actividades en EVEA implica la participación de un equipo multidisciplinario compuesto por los docentes, tutores, diseñadores, programadores, metodólogos, expertos en virtualización, en tecnología educativa y en contenidos didácticos para la Web.
Las actividades de aprendizaje que se diseñen en EVEA deben tener en cuenta materiales didácticos adaptados o creados para ello, la dinamización del espacio virtual, el seguimiento de los estudiantes y grupo en su intercomunicación, la elaboración de objetos de aprendizaje adaptables a las necesidades de las disciplinas contextuados a la tipología de sus participantes y siguiendo criterios de calidad en cuanto a accesibilidad, lo cognitivo, valorativo y aptitudinal.
Se recomienda a partir del diagnóstico inicial la preparación de un plan de actividades que deberá ajustarse al desarrollo del PEA a partir del análisis de las formas de organización, métodos, recursos disponibles y formas de evaluación a partir de los objetivos. Entre las acciones en el diseño curricular del programa a distancia se encuentran el diseño, adecuación y/o rediseño del plan de actividades docentes y de las tareas, apoyándose en las TIC bajo una concepción didáctica.
La elaboración, selección y empleo de los recursos didácticos requiere un tratamiento a profundidad. A diferencia de los modelos tradicionales, los recursos para el aprendizaje no son sólo aquéllos que el docente presenta, sino también son objeto de la construcción intelectual y material del estudiante a disposición de una comunidad que los co-construye, siempre susceptibles de ser mejorados, cambiados y transformados, en diálogo permanente y con frecuencia compartidos en un proceso de aprendizaje cooperativo y de diálogo entre éstos y docentes. El material didáctico debe responder a los objetivos trazados de manera coherente, cercana, flexible, adaptarse a los ritmos de los participantes y las herramientas que utilicen, estar organizado y estructurado teniendo presente los criterios de integración, claridad, coherencia, medios de comunicación, métodos, formas de organización y evaluación. Es conveniente el uso de herramientas y recursos educativos interactivos que faciliten el PEA en cuanto a la organización espacio-temporal, el manejo de términos y definiciones (buscadores, glosarios, etc.), la gestión de la comunicación entre el profesor, estudiante y grupo, y la asociación, interrelación y asimilación de los conceptos principales de la disciplina estudiada. El estudiante debe conocer el programa, los docentes/tutores, los espacios para el acceso a los contenidos, la colaboración, la comunicación y el trabajo grupal.
Otro aspecto es favorecer la autorregulación, la meta cognición y la motivación desde el aprendizaje. El proceso de evaluación a distancia debe ser efectivo y fiable, cubrir aspectos cuantitativos y cualitativos, una evaluación sumativa y formativa, a través de recursos que faciliten la hetero evaluación, la coevaluación y la autoevaluación, que informen y contribuyan al aprendizaje del estudiante y permitan valorar la capacidad de resolución de problemas, la coordinación, la colaboración, los aportes en los espacios de participación grupal, en resumen sus conocimientos, habilidades y valores.
Resultados de EaD en la formación de docentes en Cuba
La utilización de la EaD y los EVEA en la formación de docentes como modalidad educativa es una alternativa viable en el pregrado y el postgrado. Se cuenta con experiencias en la impartición de cursos de postgrado, diplomados y maestría. Un resultado que marco pauta de su viabilidad fue el inicio de la Maestría en Ciencias de la educación en red (amplio acceso) en el 2006 con menciones para todas las educaciones. En el desarrollo de sus tres ediciones se logró graduar a más de 60 000 docentes en el país. La semipresencialidad ha sido la modalidad más empleada caracterizada por un sistema de recursos tecnológicos concebidos desde los resultados de los proyectos de investigación “Modelo Integrador para la superación profesional de docentes en contenidos de EaD con uso TIC y su implementación desarrollados desde 2006-2010 y 2011-2015. En ellos se insertan los resultados de las tesis doctorales de: Sánchez, (2012); Pola Baza, (2014); Sanabria, (2015); y, Bermúdez, (2015) que profundizan en diferentes temas de la EaD en la formación de docentes.
En esta experiencia se utilizó el video, como vía para la exposición del contenido de los cursos, en estas participaron los profesores principales del país y miembros de la planta docente, además se elaboró el material base, la guía didáctica (impresa en tabloides primero y posteriormente en libros compendios) y un libro electrónico hipermedial en formato web que contenía el material de cada curso y otros materiales complementarios, las obras completas de José Martí, y las efemérides, entre otros. Para la matrícula se desarrolló una base de datos que recogía la información de cada estudiante en correspondencia con lo establecido por los reglamentos de postgrado y se compilaron las tesis en una colección de productos tecnológicos con volúmenes de cada provincia del país (García, Addine & Lima, 2014).
En el 2010 se desarrolla el proyecto “Formación a distancia de los docentes”, auspiciado por la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) en nueve universidades pedagógicas cubanas, donde se crean centros de ayuda audiovisual para fomentar la preparación de los docentes en el uso de las TIC en su actividad docente-investigativa. Se rediseñan algunos cursos del programa de la Maestría en Ciencias de la Educación en red como cursos de postgrado para ser impartidos desde la plataforma Moodle (en modalidad e-learning) y se realizan actividades metodológicas para el uso de las pizarras interactivas. Esto favoreció el desarrollo de redes sociales académicas, la implementación de las nubes (drop box), repositorios de contenido y la creación de revistas electrónicas de impacto donde se divulgan los resultados alcanzados en la investigación educativa.
LA EDUCACIÓN VIRTUAL EN VENEZUELA EN ÉPOCA DE PANDEMIA
Como docente universitario siempre he tenido claro que cada día de clase es un reto, cada tema que se aborda genera en el alumno una serie de interrogantes que al ser aclaradas se convierten en información, y ésta a su vez, en conocimiento. Todo esto ocurre bajo la mirada del docente que funge como guía en ese camino hacia el aprendizaje, pero, qué sucede cuando se deben tomar medidas alternas para propiciar ese aprendizaje.
En condiciones normales se hacen una serie de estudios que conllevan a seleccionar el mejor método para seguir impartiendo conocimiento de la manera más viable, minimizando el riesgo de pérdida de interés en el alumno. Pero, esta época es diferente, la pandemia ha generado un distanciamiento físico que ha vaciado las aulas de clase, las escuelas, los institutos, y las universidades han quedado solitarias, solo bajo el resguardo del personal de confianza de cada institución.
Los docentes en todos los niveles han tenido que tomar medidas para garantizar la consecución de las clases, en la mayoría de los casos se trata de hacer lo máximo que está al alcance. Se puede decir que Venezuela no estaba preparada para sobrellevar el efecto que la pandemia ejerce sobre la educación; se tomaron medidas extremas, y entramos en un ciclo de ensayo y error. El problema de experimentar con la educación es que el efecto positivo o negativo lo veremos en las siguientes generaciones de profesionales, quienes serán los encargados de sacar adelante a este país.
Analicemos detenidamente como evolucionó la educación en estos meses de cuarentena. Se inició con un aparente descanso para los estudiantes, mientras se hicieron múltiples reuniones virtuales para decidir los pasos a seguir dentro de las instituciones educativas, lo que dio tiempo a los docentes para ir replanteando las estrategias que aplicarían. Luego de estos primeros días setomó la decisión de continuar con las clases de manera virtual, para algunos, algo ya cotidiano, para otros un mundo nuevo en el cual empezarían a funcionar y a practicar. Para los ya versados en el tema de clases virtuales fue sencillo continuar éstas, pero no todo es tan fácil, para poder impartir clases virtuales es necesario dominar una serie de herramientas (aulas virtuales, video conferencias, tutoriales, entre otros), las cuales deben manejar los alumnos, e implican estar conectado a la internet, esta red de redes es la encargada de proporcionar acceso a la información, y es la que permite que el docente y el alumno interactúe intercambiando conocimiento para abarcar los contenidos académicos.
Los problemas se agudizan con las fallas de energía eléctrica y el acceso a Internet; en el portal speedtest global index se posiciona a Venezuela como el país número 173 según la velocidad de acceso al Internet, dando un promedio de ancho de banda de 3.48 mega bits por segundo, una diferencia de más de 200 Mbps con respecto al primer lugar. Adicional a ello, los cortes o racionamientos de energía generan problemas en todos los ámbitos, y en el educativo, ocasiona que el acceso a Internet y a la información se haga a destiempo por lo que las reuniones virtuales no siempre se pueden realizar y las entregas de asignaciones tengan que ser postergadas; sin obviar que esta dificultad limita el acceso a los equipos que pueden ser utilizados por los estudiantes para recibir la educación vía virtual.
Por otro lado, los docentes que no tienen conocimiento en el uso de herramientas que permitan comunicarse de manera virtual con sus estudiantes, optan por el uso de las redes sociales que están a su alcance, siempre con el afán de hacer lo mejor posible para seguir educando a sus alumnos; las más usadas por estos docentes son el correo, Youtube y el WhatsApp, pero no es sencillo, pues no es solo enviar mensajes de textos, es preparar una clase de manera tal que cubra todos los aspectos necesarios para que el estudiante tenga la suficiente información como para minimizar las posibles dudas que aparezcan.
La realidad en el país demuestra que en algunas instituciones se han dictado diplomados para que el docente logre entender y generar la información necesaria con el fin de ser aplicadas en la virtualidad, pero la falta de preparación continua en esta área ha originado un cambio en la forma de impartir la educación; por ejemplo, con el lema “cada familia una escuela”, significó que ahora las clases se impartirían en el seno del hogar dando pie a que los padres, hermanos, abuelos, desempolvaran su conocimiento e intentaran cumplir con el rol del docente, explicando a su familiar diferentes aspectos según lo enviado por el profesor; a pesar de los avances tecnológicos, del uso fácil de redes por parte de los jóvenes, la situación se tornó complicada, pues no todos tienen la preparación, ni la paciencia del docente.
El lado bueno, esto ha permitido que la familia llegue a conocerse mejor, muchos han logrado comprender la razón del bajo rendimiento de sus hijos, han aplicado técnicas de enseñanza que no sabían que tenían y que han aprendido con el paso del tiempo, pero aún más importante, se han puesto en los zapatos de esos docentes que se encargan de enseñar a sus hijos y ahora han sabido valorarlos.
La educación virtual en Venezuela no es una tarea fácil, y menos en época de pandemia, pero muchos docentes han demostrado en estos meses que están allí por vocación dando lo mejor de sí con las herramientas que tienen a mano, tratando de cubrir todos los ángulos para formar buenos ciudadanos y grandes profesionales que ayuden a salir adelante con el futuro del país, otros por el contrario están a la espera de regresar a las aulas, para continuar su rutina, la cual –sin lugar a dudas- ya cambió.
¿CÓMO SE APRENDE EN LA ERA DIGITAL?
Los sistemas educativos han ido cambiando con la expansión de las nuevas tecnologías. Cada vez más países han formalizado el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en educación a través de ambiciosos planes de política (UNESCO, 2012) y han realizado importantes inversiones para proveer acceso a computadoras y conectividad en la escuela (CIMA, 2019).
Estos avances han resultado en un claro aumento en la incorporación de la tecnología en nuevas áreas de la educación, como en el caso del uso de analíticas de aprendizaje para la gestión educativa o el uso de algoritmos de predicción del abandono escolar. De igual modo se ha observado un aumento de la innovación dentro del aula, como por ejemplo con el uso de plataformas de gamificación para matemáticas en escuelas de Santiago de Chile o de robots para desarrollar habilidades de programación en niños de preescolar en Costa Rica.
¿Pero, hacia dónde va el aprendizaje fuera del aula en la era digital? ¿Cómo usan los países de la región las aulas virtuales o ambientes de aprendizaje en línea para la interacción entre instructores y estudiantes? Para responder esta pregunta hemos analizado en esta publicación las tendencias de uso en América Latina y el Caribe, qué tipo de aulas existen y dónde están, e invitamos a reflexionar sobre su potencial.
Algunas de estas plataformas son utilizadas en el aula para apoyar la instrucción por medio de videos, con los Cursos en Línea Masivos y Abiertos (MOOC, por sus siglas en inglés) como SM4T en Uruguay o las Plataformas de Gestión de Contenido (LMS, por sus siglas en inglés) como el Proyecto Aula Virtual en Colombia. Otras, como Geekie en Brasil, utilizan inteligencia artificial para personalizar el contenido en función del ritmo de aprendizaje de los estudiantes.
Las aulas virtuales también son empleadas para brindar cobertura en zonas de difícil acceso o en asignaturas con escasos docentes, como en el caso de Ceibal en Inglés en Uruguay. Para estudiantes fuera del sistema educativo formal, algunas de estas herramientas proveen material para el autoaprendizaje bajo el modelo de homeschooling. Un ejemplo es el programa Terminá la Secundaria en Argentina. A pesar de su marcada expansión en los últimos 12 años, las aulas virtuales continúan siendo una tendencia emergente.
*El BID condujo un mapeo con una búsqueda inicial con 5.184 consultas en internet y consultas individuales a 20 expertos e informantes clave. De ahí la identificación de 57 aulas virtuales en América Latina y el Caribe. Una posterior categorización permitió clasificar estas herramientas en los 4 grupos descritos anteriormente. El informe del mapeo integral elaborado por Ignacio Jara y Manuel Ochoa (2019) está disponible bajo solicitud.
Si bien las aulas virtuales son un buen ejemplo de la transformación digital del proceso de enseñanza y aprendizaje, los resultados sugieren que las plataformas son usadas para enseñar lo mismo que siempre. El 77% de las aulas virtuales identificadas se usa para la enseñanza de matemáticas mientras que sólo el 12% brinda formación en habilidades del siglo XXI,en particular en habilidades digitales que naturalmente se desarrollan en ambientes o con soporte tecnológico. Esto evidencia que el contenido no ha cambiado a la par de las demandas del mercado laboral. Hacia adelante, se debe aprovechar mejor el potencial de las herramientas digitales para preparar al ciudadano del futuro y darle las habilidades necesarias para que pueda ser exitoso.
MUNDO DIGITAL Y APRENDIZAJE
Objetivo general:
Favorecer la apropiación y el manejo de las estrategias y herramientas Tics  en el proceso formativo de educación a Distancia y en ambientes virtuales de aprendizaje.
La Inmersión al mundo digital y las herramientas que este ofrece es una oportunidad para que los estudiantes logren identificar e interiorizar la tecnología de la información y la comunicación y su utilidad dentro de la educación a en ambientes virtuales de aprendizaje.
Es así como se pretende identificar diferentes herramientas de comunicación sincrónica y asincrónica y a su vez tener en cuenta las redes sociales dentro de la educación virtualy su implicación en la transformación del estudiante dentro de la interacción en la comunidad de aprendizaje, trascendiendo el marco del curso a las redes sociales logrando aprendizajes significativos y colaborativos dentro de la misma.
En la actualidad la inserción al mundo digital de las personas en diferentes niveles es importante para mantenerse activo en una sociedad globalizada que exige cada vez mayores y mejores conocimientos acerca de las diferentes herramientas que nos ofrecen las nuevas tecnologías de la información y la comunicación que aportan en diferentes áreas personal, social, laboral y académica.

Continuar navegando