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Apartheid

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Apartheid
Contenido
El apartheid	3
Contexto histórico del apartheid	3
El apartheid como ideología	4
Primera segregación o “mini-apartheid”	4
Resistencia al apartheid	5
Derrota del apartheid	6
Causas del apartheid	7
Consecuencias del apartheid	8
El apartheid 
El apartheid fue un sistema de segregación racial que se instaló en Sudáfrica durante el siglo XX. Mediante este sistema, la minoría de población blanca mantuvo privilegios políticos, económicos y sociales, y se le negaron los derechos y se limitaron las libertades del resto de la población.
Desde 1948, el Partido Nacional afrikáner asumió el gobierno sudafricano y estableció diferentes leyes que profundizaron la brecha entre blancos, negros y otras razas que habitaban el país. Este partido prohibió las relaciones matrimoniales y sexuales entre personas de diferente raza, estableció su separación geográfica habitacional y laboral, y dividió el uso de los servicios públicos, como el transporte o el acceso a los hospitales.
Tras largas décadas de resistencia y en contexto de una crisis político-económica, en 1990 se comenzaron a abolir las leyes discriminatorias. Nelson Mandela y otros líderes de la oposición fueron liberados de prisión y empezó la transición política hacia una democracia plurirracial.
Contexto histórico del apartheid
Hacia fines del siglo XIX, en la región sudafricana existían diferentes estados coloniales británicos y neerlandeses. Con las “Guerras Anglo-Bóer” (1880-1881 y 1899-1901), el Imperio Británico y los colonos provenientes de los Países Bajos, también llamados afrikáners, se disputaron el control político y económico de la zona.
En 1886, se descubrieron minas de oro en las sierras de Witwatersrand. Esto llevó a que empresarios Randlords, que se dedicaban a la industria de diamantes, invirtieran en el desarrollo de una industria minera en la región. Inmigrantes de todas partes de África y Asia comenzaron a llegar para trabajar como buscadores de oro, mineros, cazafortunas o tenderos.
La mano de obra inmigrante permitía abaratar los costos de producción de la industria minera, por lo que se estimuló el asentamiento en las zonas de producción aurífera. Por otro lado, hasta entonces, la mayoría de la población negra local se dedicaba a la pequeña agricultura.
El apartheid como ideología
El apartheid comenzó como una ideología racista sudafricana, común entre los pobladores blancos afrikáners de origen neerlandés, según la cual la raza blanca debía guiar a los otros grupos raciales para poder vivir en forma pacífica y civilizada. Creían que la evolución y el desarrollo del país dependían de que las razas se mantuvieran separadas, cumpliendo diferentes funciones y ordenadas con acceso diferencial a recursos, bienes y derechos.
Esta ideología sudafricana no tiene un cuerpo de textos propios, pero podemos ubicar su origen en las teorías racistas de mediados del siglo XIX, según las cuales las razas negra y amarilla (en referencia a las personas de origen oriental) son variedades inferiores a la raza blanca, dentro de la especie humana.
Algunos exponentes del racismo de la época fueron:
· Joseph Gobineau. Con su Ensayo sobre la desigualdad de las razas humanas (1855) clasificó las razas.
· Karl Vogt. A través de Lecturas del hombre (1864), vinculó la raza negra con los simios.
· Ernst Haeckel (1834-1919). Sostuvo en diferentes obras que las razas primitivas (las razas no blancas) estaban en un estadío infantil de la evolución y debían ser supervisadas por las razas superiores (la raza blanca).
Primera segregación o “mini-apartheid”
Hacia finales del siglo XIX, aparecieron las primeras políticas para segregar a la población. En Johannesburgo, por ejemplo, se construyeron áreas residenciales para personas blancas de mayores recursos, como los Randlords y otros inversores en la industria minera, y “barrios bajos” en los que vivía el resto de la población.
Las políticas de segregación fueron un intento de detener el mestizaje, que era una característica de los barrios populares. Más tarde, esas políticas se institucionalizaron en el apartheid.
En 1910, los diferentes estados de la región (Colonia del Cabo, Natal, Transvaal y el Estado Libre de Orange) firmaron la Ley de Unión y se asociaron bajo la “Unión Sudafricana”. Aunque quedó administrado por el Imperio Británico, en el nuevo país los afrikáners neerlandeses tuvieron gran influencia y poder político. Impidieron que los negros obtuvieran el derecho a voto, el acceso a la administración pública y a las bancas del Parlamento.
Para ese entonces, la población del país estaba compuesta por 67,7 % de negros, 21 % de blancos, 8,8 % de mestizos y 2,5 % de asiáticos.
A lo largo de la primera mitad del siglo XX el gobierno sudafricano, influenciado por la ideología afrikáaner, impuso normas jurídicas que, en su conjunto, se conocen hoy como “mini-apartheid”:
Resistencia al apartheid
La resistencia al apartheid fue continua y tomó diferentes formas, hasta que logró, a finales del siglo XX, deslegitimar y derribar la ideología y las bases del poder que la mantenían como gobierno.
Desde las primeras expresiones políticas y normativas racistas, se generaron resistencias y protestas entre la población negra. En 1912 se fundó el Congreso Nacional Nativo de Sudáfrica, que más tarde se convirtió en el Congreso Nacional Africano (CNA) y encabezó la lucha contra las leyes segregacionistas. Durante las primeras décadas, la resistencia fue pacífica y estuvo centrada en acciones de protesta y desafío público a las medidas racistas.
Con el ascenso del Partido Nacional Afrikáner al poder y el recrudecimiento de las condiciones de vida de la población no blanca, los movimientos antirracistas se masificaron.
En 1955, diferentes partidos políticos y agrupaciones civiles firmaron la Carta de Libertad, una declaración de los principios básicos y las demandas de la población: una Sudáfrica no racista, unificada y democrática. El gobierno acusó de comunistas a los firmantes y arrestó a líderes políticos negros.
En 1960, una manifestación pacífica en Sharpeville fue reprimida y 69 personas negras fueron asesinadas a manos de la policía. El gobierno prohibió al CNA y otras organizaciones políticas.
A partir de entonces, los movimientos de resistencia se organizaron de manera clandestina y comenzaron a usar la violencia como método de protesta. Para 1963, el conflicto continuó escalando y el gobierno declaró el “Estado de emergencia”, lo que habilitó el arresto de personas sin una orden judicial: 18.000 líderes y manifestantes negros fueron apresados, entre ellos Nelson Mandela, líder del CNA.
El ámbito internacional comenzó a criticar y sancionar las políticas racistas de Sudáfrica. La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración contra la eliminación de todas las formas de discriminación racial en 1963. Sin embargo, con el contexto de la Guerra Fría, las acciones internacionales en contra del apartheid fueron limitadas. La presencia de núcleos comunistas en el sur del continente, respaldados por la URSS y Cuba, hizo que durante décadas Estados Unidos apoyara al gobierno del Partido Nacional Afrikáner.
Durante la década de los setenta, se intensificaron los conflictos armados en el país; se multiplicaron las protestas y aumentó la respuesta represiva del gobierno. En 1976, la masacre de Soweto se llevó la vida de 566 personas negras, entre ellas niños y niñas, a manos de la policía.
Derrota del apartheid
El desmembramiento del bloque comunista a finales de la década de los ochenta cambió el panorama internacional. Las potencias occidentales, como Estados Unidos, dejaron de apoyar al gobierno del apartheid y comenzaron a implementar medidas de aislamiento político y económico a Sudáfrica. Algunos estados occidentales prohibieron a sus compañías hacer negocios en el país y se establecieron sanciones económicas desde la ONU.
Los diferentes comités deportivos internacionales prohibieron la participación sudafricana mientras no se levantaran las políticas racistas; los Juegos Olímpicos, laFIA, la FIFA, la Copa Davis y la Rugby World excluyeron al país de sus competencias.
La economía sudafricana entró en una crisis que fue agravada por la baja del precio internacional del oro. En 1985, el país se declaró en estado de emergencia y los políticos blancos afrikáners del Partido Nacional comprendieron que el apartheid se estaba convirtiendo en un sistema insostenible.
El presidente Pieter W. Botha inició algunas medidas para frenar el descontento de la población negra. Pero fue recién en 1989, con el presidente Frederik Le Klerk, que el Partido Nacional comenzó la transición hacia una Sudáfrica sin segregación racial.
En 1990, empezó el proceso de eliminación de las leyes discriminatorias. Se legalizó la actividad del Congreso Nacional Africano y se liberó a los diferentes presos políticos, entre ellos a Nelson Mandela. Luego, se iniciaron las negociaciones con representantes de los diferentes grupos políticos. Al año siguiente, se derogaron todas las leyes discriminatorias y se acordó la creación de una nueva Constitución nacional.
En 1993, la nueva Constitución estableció los derechos fundamentales de todos los sudafricanos sin distinción de raza y la participación libre para toda la población mayor de edad en las próximas elecciones presidenciales. Al año siguiente, Nelson Mandela fue elegido presidente.
Causas del apartheid
El sistema de segregación racial se instaló en Sudáfrica de manera oficial a mediados del siglo XX y los afrikáners lograron mantenerlo por cuatro décadas. Las principales causas de la institucionalización del apartheid fueron:
· La difusión de las ideas racistas entre los afrikáners, que eran dueños de los principales medios de producción del país.
· El debilitamiento del control británico luego de la conformación de Sudáfrica como un país unificado.
· La negación de derechos políticos y electorales a la población negra al conformarse el parlamento sudafricano en 1910.
· La creciente inmigración de trabajadores provenientes de otros países africanos y asiáticos.
· La llegada al poder del Partido Nacional en 1948 y su conservación a través de la represión de los grupos de resistencia.
Consecuencias del apartheid
Las cuatro décadas de segregación racial generaron desigualdad y pobreza en Sudáfrica. Las principales consecuencias del apartheid fueron:
· Los sudafricanos se convirtieron en una sociedad estructuralmente desigual; con un acceso diferencial a derechos, recursos y servicios básicos.
· La pobreza y el desempleo, aún hoy, siguen siendo más altos entre la población negra.
· Como consecuencia del acceso desigual a la educación, solo una pequeña proporción de trabajadores profesionales es de raza negra.
· El desplazamiento forzado de personas rompió lazos familiares y sociales, y empobreció la calidad de vida de millones de personas.
· La segregación provocó la represión, persecusión, prisión, tortura y exilio de personas de los movimientos de resistencia.
· El empobrecimiento general de la población y la imposibilidad de movilidad económica y social entre la población negra devino en una crisis económica nacional.
· El aislamiento internacional en rechazo al apartheid en las últimas décadas agudizó la crisis económica sudafricana.

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