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1
Capítulo Once. Éxodo de Moisés
Ilustraciones: Miwako Onishi
Texto: Kaoru Ogasawara
Traducción: Yukinobu Horimoto
2
Los descendientes de Jacob se encontraban viviendo en Egipto, los egipcios 
esclavizaron cruelmente a los israelitas. 
Les amargaron la vida sometiéndolos a duros trabajos. Pero Dios estaba con los 
israelitas, por eso, se multiplicaron mucho. 
El Rey de Egipto tuvo miedo por la multiplicación de los israelitas y dijo; 
“Cuando atiendan a las hebreas en sus partos, fíjense bien en el sexo del recién nacido. 
Si es niño, ¡háganlo morir!”
3
Un bebe de los israelitas estaba abandonado entre los juncos a la orilla del río Nilo. 
Cuando la hija del faraón bajó a bañarse al río, vió el canasto del bebe entre los juncos, 
y decidió criarlo.
La hermana del bebe se quedó cerca para ver lo que pasaba,ella estaba preocupada 
por el destino del bebé. 
4
La hija del faraón llamó al bebé Moisés. La hermana del bebé introdujo una mujer para 
que le diera el pecho. 
En realidad esta mujer era la madre del bebe. 
Moisés creció escuchando; "él es israelita". 
5
Moisés creció dentro del palacio 
como un príncipe. Pero, fuera del 
palacio, los israelitas eran tratados 
como esclavos. 
De pronto vió como un egipcio 
golpeaba a un hebreo uno de sus 
hermanos, y no pudo aguantar su 
emoción y mató al egipcio. 
6
Moisés huyó del palacio y se fue a vivir a la región de Madián
por 40 años criando ovejas. 
La vida de los israelitas se hizo más cruel y tenian que hacer trabajos más duros. 
Los israelitas gritaban y pedían ayuda a Dios. 
“ ¡Dios de nuestros antepasados!, Por favor salvanos.”
7
Dios se le apareció a Moisés en forma de una llama de fuego y escuchó Su voz.
“¡Moisés, Moisés! Claramente he visto cómo sufre mi pueblo en Egipto. 
He escuchado sus gritos de ayuda. 
Ve pues ahora mismo a Egipto y sacarlos del poder de los egipcios.”
Moisés contestó; 
“Soy solamente un pastor. 
Cómo voy a presentarme ante el Faraón y sacar de Egipto a los israelitas?”
8
Dios le dió 3 milagros a Moisés 
para que Moisés pueda creer en 
el poder de Dios. 
9
Pero, Moisés todavía no tenia confianza en sí mismo para salvar
a los israelitas. 
“Yo soy tan torpe para hablar y ¿cómo podré guiar a los israelitas?”
“Tu hermano Aarón será tu apoyo.”
Entonces, Moisés se decidió y se encontró con Aarón y fueron juntos a Egipto.
10
Cuando llegaron a Egipto, Moisés y Aarón dijeron a los israelitas.
“Vamos de Egipto a Canaán. Dios está con nosotros.”
Moisés mostró los 3 milagros a los israelitas. 
Los israelitas creyeron en las palabras de Moisés.
11
Moisés y Aarón fueron a decirle al Faraón, 
“Deja ir a los israelitas al desierto, 
para que celebremos allí una fiesta en honor a Dios por 3 días.”
Pero el Faraón se enojó,
“No necesitan hacer una fiesta, ni no voy a dejarles salir de Egipto.“
12
Las 12 plagas.
La plaga de sangre, de ranas, de mosquitos, de tábanos, de peste, de úlceras, de 
granizo, de langostas, de las tinieblas y la plaga de la muerte de los primogénitos. 
Moisés mostró muchos desastres al faraón. 
13
Al final, Moisés mostró la plaga de la muerte de los hijos mayores.
Y el hijo mayor del Faraón también murió.
Pero, para los israelitas no hubo problema, 
porque ellos marcaron sus puertas con un signo. 
“Váyanse, apártense de mi gente. Salgan de aquí.”
El Faraón permitió la salida de los israelitas de Egipto. 
14
Pero, el corazón del Rey cambió y ordenó que prepararan su carro de combate, y 
junto con su ejercito persiguió a los israelitas.
Frente a los israelitas estaba el Mar Rojo y no podían cruzar.
Los israelitas dijeron a Moisés con resentimientos.
¡Más nos vale ser esclavos de ellos que morir en el desierto!”
15
Moisés extendió su brazo sobre el mar, y el Señor envió un fuerte viento y dividió
el mar en dos. Los israelitas cruzaron por tierra seca entre dos murallas de agua.
Toda la caballería y los carros del faraón entraron detrás de los israelitas, y los 
persiguieron hasta la mitad del mar.
Moisés extendió su brazo sobre el mar y el agua volvió a su cauce normal. Cuando 
los egipcios trataron de huir, se toparon con el mar, y se hundieron.
Ni un solo soldado del faraón quedó vivo. 
16
Así Moisés comenzó guiando a los israelitas a Canaán.
De día, Dios los acompañaba en forma de una columna de nube, para señalarles 
el camino, y de noche, en forma de una columna de fuego, para alumbrarles.

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